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Corazón gitano por Yasmine

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Notas del capitulo:

Hasta el martes (:

A decir verdad, cuando volví a ver a Eduardo en otro país, derroche felicidad por doquier, por que donde estaba Eduardo, seguro estaba George; su pareja de la escuela superior media, y donde estaba George, estaba Luka, MI LUKA. Pero yo no contaba con que el haya perdido la memoria en un accidente días después de haberme desaparecido de sus vidas. Sus padres lo enviaron a estudiar al extranjero, ignorantes de lo suyo con George. El y yo vivimos en el mismo país; Inglaterra. Así fue durante varios años, y nunca me di cuenta, hasta que lo vi pagando sus cuentas en el banco.

Ahora se que no volveré a ver jamás a Luka, Eduardo era la única conexión, la cual ahora termino defectuosa. No puedo ayudarlo sin saber el detonante ¿Qué le paso exactamente?

Ahora mismo me enlisto para mi “Cita” aunque a decir verdad no entiendo en absoluto que pretende Eduardo con esto, el sabe que no tengo intención de relacionarme con las personas.

Abrí la puerta del café, y ahí estaba Eduardo, llevaba una gabardina puesta, y ambas manos en cada bolsillo, frente a el, divise a un hombre aun mas fornido que yo, se veía mayor, tal ves tres años mayor. Eduardo se paro en cuanto me vio, y corrió a saludarme, trayendo a rastras a aquel desconocido.

-Sabia que vendrías.-Espeto Eduardo con satisfacción, pude notar como su acompañante inspeccionaba cada parte de mi cuerpo, sonrió de lado como si estuviera convencido, le dejare en claro que no estoy interesado.- Los dejare solos.- ¿No piensa presentarnos?- Podrán conocerse si se presentan.- Vaya parece que lee mi mente. Se retiro, yo no me inmute, dejare que el se presente primero.

-Me llamo M…-Titubeo unos segundos, me extendió la mano y la regreso a su pecho casi al instante, como dudando de lo que iba a decirme.- Soy Antoine.-Detecto un acento extranjero. Vaya nombre.

-¿No eres de aquí cierto?-Pregunte entrecerrando los ojos; afirmando. –¿Eres húngaro acaso?

-De hecho nací en Rumania.- Eso explicaría el nombre, aun que no del todo, pero entonces…¿Será coincidencia?

-Yo igual.-Me sentí extraño unos minutos, esto daba escalofríos.

-Lo se.-Meneo la cabeza en signo de alivio, sonrió puerilmente ante mi vana respuesta, no sabia que causaba esa clase de sensaciones en la gente que a simple vista parecía recia, que interesante.- Se todo sobre ti.- Ante tan grave confesión, pude haber optado por abrir mis ojos en sobre manera y contestar un simple “¿De verdad? ¡Sorprendente! ¿Eres i acosador personal?” Pero carezco de tacto, solo fruncí mi entrecejo y me abstuve de reaccionar diferente, o como el esperaría.- No pareces sorprendido.

-¿Debería estarlo?- Pregunte sin vacilar, ¿En verdad debería? Si el quería conocerme es por que algo de mi ya sabia.

-Como has cambiado. Antes tu eras el único que sonreía.- De acuerdo, ¿Cómo supo eso? Parece que estuviera hablando de mi …hermano. Cerré los ojos y empuñe mis manos con fuerza. –Al parecer nos veremos seguido.

-¿De que hablas?

-Trabajaremos en la misma compañía, yo mismo me encargue de que te contrataran.-  ¿Insinúa que no soy capaz de conseguir un empleo por mis propios méritos? Tomo su chaqueta del sillón, y se despidió con un ademan, dejándome atontado por su agilidad.- Volverás a saber de mi pronto, nos vemos, Klaus.

¿Cómo sabe mi antiguo nombre? Ahora me llamo Ethan.

Ahora que el no miro expectante mi reacción, enserio sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, me sentí enormemente asfixiado por un momento, contuve mi respiración; me faltaba el aire, mi corazón se había detenido, mis dedos temblaban, mis ojos se habían cristalizado. ¿Quién es en verdad ese tal Antoine? ¿Cómo supo que mi verdadero nombre es Klaus? ¿Cómo supo que me cambie de nombre para que nadie me encontrara? No me dejare amedrentar por ese hombre…

Vaya día, es la cita que mas me ha durado, tres minutos para ser exactos. Soy un campeón, irónicamente hablando.

**

Cuando llegue a la dirección que me encomendaron, me extrañe, ¿Un hotel? ¿Mi tía se esta quedando en un hotel? Entre sin mas al lugar, había una nota en la habitación.

Fui a un velorio, aquí esta la dirección si quieres ir

En efecto, fui, aunque no se si mi presencia sea requerida o resulte inoportuna…. Sin mas llegue al lugar, un ambiente lúgubre, de llanto y miseria rodeaba el lugar, incluso casi podría jurar que mi aura era resplandeciente al lado de todos ellos. Me acomode en un asiento, se sentía extraño, todos me miraban, me acusaban con la mirada, me barrían de arriba hacia abajo, casi sentí que me odiaban a primera vista. ¿De quien es el velorio?

-Disculpa, ¿Eres hijo de Iván?-Se acerco una señora rubia de ojos celestes.-Por que eres idéntico a el.

-¿Quién es Iván?

-El que ahora esta en el ataúd.-Me acerque por pura curiosidad, y juraría que he visto a ese hombre en algún lado. Alguien llego abrazándome por detrás.

-Que bueno que viniste, esto haría a tu padre muy feliz.

-¡Tía!-Exclame eufórico.-¿Quién esta en el ataúd?

-Tu padre.-Espeto melancólica. Ahora todo tenia sentido, mi sonrisa se esfumo cuando entre, pero no paso desapercibida por nadie, seguro pensaron que odiaba a mi padre y que su sufrimiento era de mi agrado, se equivocan, nunca cruce palabras con ese hombre, a veces me pregunto si me amaba, y si fue así, ¿Por qué no se arriesgo a cuidarme?

-Achu.- Estornude apenas audible, mi Tía trato de sonreír, pero el dolor en sus ojos era mas que evidente.

-¿Tienes Gripa?-Arqueo ambas cejas.-Con raíz de arándano y jengibre te curaras.-La mire azorado, ella lo noto.-Un remedio gitano.-Concluyo elocuentemente.

Y aquí me tienen, sentado en la silla mas oculta del lugar. Me sentía completamente indiferente a esta gente que compartió experiencias con quien fue mi padre, ni tristeza, díganme ¿Eso es normal? Todo fue tan repentino. Los sollozos y lamentos eran solo palabras y gemidos vacíos y frígidos, pude detectar quien estaba por hipocresía y quien en verdad lloraba con sentimiento. Reaccione de mi bucle de elucubraciones, cuando oí al mas pequeño de la familia llorar por su tío, lamentos que me calaron hondo, haciéndome sentir la escoria mas grande del mundo, alguien que no merecía estar ahí.

Tío, por favor no me dejes.

Mire hacia mi lado derecho, y un bebe en brazos de su madre, me regalaba una pueril sonrisa, la mas bella que mis ojos hayan captado hasta ahora. Nació justo el día en que este hombre murió.

Una persona abandona este mundo, y nace alguien con deseos de vivir, alguien que como yo luchara con garras y dientes peleando por un puesto en esta vida, si mi sonrisa se había esfumado, la discerní de nuevo gracias a ese pequeño.

-Disculpa, ¿Eres Luka Sivaková?-Otra ves con ese apellido, ¿De donde sacan eso?

-Me llamo Samuel.-Inquirí tajante.

-El parecido es increíble.-Bufo incrédulo.-Perdón, soy Eric, y tu eres muy lindo, igual que el, aunque la misma sustancia de mi halago no le hace justicia a tu belleza.- Y sin decir algo mas, se fue dejándome con la palabra en la boca. Estoy harto de que digan que soy lindo, no quiero la compasión ni la lastima de nadie, es lo peor que podrían hacerme, y bien claro tengo que soy horrible, esta cicatriz que marca mi cara me ha quebrado para siempre.

Fui el primero en abandonar el lugar, no resistí, me daban ganas de llorar, no se si fue por el hecho de que cuando por fin vería a mi padre, este tenia que morir, o por que nunca se intereso en buscarme. Corrí dejando calles atrás, nunca mire ni me fije por donde iba, y creo que estoy perdido. Cuando me pare a verificar la calle, alguien me tomo del hombro.

-¿Estas perdido?-Era ese hombre, ese tal Antoine.-Parece que el destino quiere que tu y yo nos conozcamos.-No se que trama, pero lo descubriré.


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