Certeza.
*
De pie sobre el monumento Hokage, esperaba con una paciencia que a veces no sabía que tenía. Nunca lo había pensado tan literalmente pero sí, le gustaba ver las puestas del sol desde ese lugar.
—¿Qué hay, Kakashi-sensei?
Había sentido su chakra y no se volvió para verle llegar hasta él.
—La primera vez que te vi en aquella aula de la academia, nunca pensé que algún día serías el hombre que eres ahora.
—La primera vez que te vi en aquella aula de la academia, nunca pensé que algún día serías el amigo que eres ahora. —Sonrió—. Has llegado justo a tiempo.
—Tienes razón, Naruto. —a su lado, manos en los bolsillos del pantalón y con su único ojo visible, contempló como el sol se ocultaba allá en el horizonte. —¿Por qué sigues empeñado con esto?
—Porque le necesito.
El hombre de cabellos plateados no se sorprendió con la sencilla pero contundente respuesta pues en el fondo y aunque nunca lo dijera, lo sabía y le comprendía.
—Le necesitas… —repitió en voz alta sin ser consciente de ello hasta que escuchó nuevamente la voz de Naruto.
—Sí, más de lo que pretendo ser consiente.
—Te equivocas. —Naruto le miró pues ahora la charla lo requería y el sol se había ocultado ya totalmente—. Que no lo digas no significa que no seas consciente de ello.
—Es cierto. —Declaró luego de pensarlo por unos segundos.
Kakashi-sensei siempre lo sabía. Observaba mejor que nadie.
—Como la Hokage a la aldea, como Sakura-chan a la medicina, como el viejo Ichiraku a su cocina, como Sai a la tinta y los pergaminos, como Ino a sus flores… así le necesito yo, solamente así soy Naruto.
—¿Solamente de esa manera le necesitas?
—¿De qué otra manera podría necesitarle?
—Como un hombre necesita a una mujer.
—No.
—¿Por qué estás tan seguro?
—Yo nunca he necesitado a una y no sé cómo es eso pero siempre he necesitado a Sasuke.
—Entonces le necesitas como un hombre necesita a otro hombre.
—No.
—¿Y ahora?
—Nunca he necesitado a otro que no sea él. Simplemente le necesito como un amigo necesita a un amigo.
—Tienes más amigos.
—Todos están conmigo menos él así que, al que necesito es a él. —Mintió y Kakashi por supuesto, lo supo.
—¿Y si nunca le alcanzamos?
—Nos encontraremos, Kakashi-sensei.
—¿Cómo lo sabes?
—Igual que cada mañana, independientemente de qué ocurra durante el día o cómo suceda, sé que llegará la noche, de la misma manera sé que nos encontraremos con Sasuke.
Naruto también había sentido la presencia de Sakura pero no lo dijo. Kakashi tampoco lo hizo.
—¿Y mientras tanto?
— Mi vida está en función de la suya. Por él yo soy Naruto y él, por sus propios motivos es Sasuke pero, al final ambos siempre nos hemos complementado siendo cada uno tal cual es. Él nunca lo dirá pero también me necesita, Kakashi-sensei. —Entrelazó sus manos detrás de la nuca.
Parada detrás de unos arbustos, cabizbaja y con los brazos a los costados, Sakura sintió que su corazón se quebró. No fue por Sasuke. No fue por Naruto. Fue porque luego de escuchar de los labios de Naruto su afecto por el moreno, todo se hizo más real. Nunca tuvo a ninguno y nunca les tendría de esa manera y por mucho que hiciera, nunca caminaría a su lado porque no había espacio para ella.
Ella también supo que Naruto mintió. Porque aun si Sasuke se hubiera quedado en la aldea y aunque Naruto le tuviera a él como tiene a todos los demás, siempre le necesitaría más y de una forma que no tiene comparativos porque nunca hasta ese día han existido dos seres como ellos.
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