El estridente sonido de un vaso de vidrio rompiéndose resonó en la habitación.
Seguido de eso, unos pasos y un grito.
-¡Anthony!-
Un niño de siete años estaba paralizado frente al vaso roto, inmóvil y con una expresión de susto. Inmediatamente apareció un agitado adolescente por la puerta de la cocina.
-Lo siento- dijo el pequeño con los ojos llorosos.
El mayor ignoro lo que le decía y se preocupo de levantarlo en brazos y sacarlo de entremedio de los vidrios rotos.
-En serio, Steve, lo siento-decía ente lagrimas- yo solo quería tomar la leche.
-No importa eso, ya esta hecho. Ahora quiero saber; te duele algo.-dijo Steve, levantando el pantalón del pequeño- por lo que veo no te cortaste.
El pequeño Anthony sonrío un poco antes esto. Steve lo miro interrogante.
-¿Que tiene de chistoso? Te pudiste hacer daño, es serio.
-Bueno, es que dudo que me cortar debajo del pantalón…
-Llámame paranoico, pero a tu Madre no le habría hecho las más minima gracia que te lastimaras mientras estaba yo a cargo.
o-o-o
Anthony Stark, -“Tony” de cariño- ha sido su vecino por años desde que este nació. Un pequeño niño de grandes ojos azules y cabello negro.
Su madre con el tiempo se había hecho amiga de la señora Stark. Ella no podía cuidar algunos días en la semana a Anthony, Steve se encargaba de vigilarlo durante un par de horas. Era su pequeño amigo, como un hermanito.
o-o-o
Luego del incidente, Steve decidió que seria bueno mantener a Anthony distraído con una película.
-¿Cual quieres ver?-pregunto mostrándole dos opciones.
-La del hombre con la Armadura.-medio grito.
Y así pasaron el resto de la tarde viendo la película y algunos dulces.
-A mi me gustaría tener un traje como el de Iron Man-dijo Tony soñadoramente. Luego de unos minutos terminada la película.
-Y a mi, tener una secretaria como la suya.
El pequeño rodó los ojos, ante ese comentario.
-No puedes comparar un súper traje con una chica.-alego
-Bueno, tú te quedas con el traje y yo con la chica.- acordó, riendo entre dientes.
o-o-o
Steve se levanto temprano una mañana, se aseó y desayuno. Estaba por marcharse a la universidad cuando el timbre de la puerta sonó. Camino a abrir y se encontró con el cabello reluciente de Anthony. El muchachito de ahora de 13 años le miro tímido.
-¿Me puedes llevar al colegio? Se me hizo tarde y el autobús me dejo.
Steve sonrío divertido.
-Eres todo un caso, pequeño.-dijo revolviéndole el cabello.- Te llevare, solo espera voy por mis llaves y la mochila.
Una vez en auto encendió la calefacción.
-¿Como va el colegio?-pregunto- ¿alguna chica linda que te guste?
Sonrió enternecido ante el sonrojo de Tony.
-Va bien. Y no hay una chica.
Por dentro Steve se alegro de eso. Él aun era pequeño para pensar en chicas, eso no se lo diría, sonaría muy anticuado.
-Llegamos-aviso deteniéndose frente a un gran edificio- ¿Quieres que te venga a recoger?
-Si tú quieres.
-Claro, podemos comer helado.-le apretó una mejilla
-Adiós Tony.- dijo apoyándose contra el asiento y quitando el cinturón de seguridad.-Nos vemos mas tarde.
Tony bajo rápidamente del auto, sentía su corazón explotar. La cercanía del rubio había logrado que su pequeño corazón se acelerara…