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Because Love is in Us -I- por MR K

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Notas del fanfic:

Bien, esto lo hago a modo de disculpa por haberme tardado tanto <.< tengo que publicar los otros dos fics, si lo sé u.u

La idea es que en sus comentarios me dejen la pareja que quieren sea la protagonista del próximo cap C:

 

 

Notas del capitulo:

:B espero que les guste, este texto dormía, y hoy, cuando recuerdo a la persona que amo, decido publicarla :B

las adoro mis musarañitas uvu espero disfruten mucho C:

¿Cuánto tiempo había pasado ya? Ryewook no tenía tiempo ni ganas de responder esa pregunta, se encontraba más que desgastado, estaba cansado, y, definitivamente, luego de ver a su hyung coquetearle a cada cosa que tuviera piernas, había perdido todas las esperanzas. Se levantó del sillón del club, no sin antes ser abordado por Kim Heechul. Se deshizo rápidamente de la diva y se dirigió hacia la salida, o al menos eso intentó, porque la persona que le había impulsado a salir corriendo de allí, ahora estaba arrastrándolo a la pista de baile, ebrio.

Si había una cosa que odiaba en el mundo, era que Yesung bebiera, y no era porque lo molestara, sino porque este parecía prestarle más atención cuando estaba bebido, y wookie quería que las cosas siempre fueran así, que su adorado yeye le sonriera todos los días, que siempre le mirara como hacía ahora… lo peor era que todos se habían dado cuenta, todos, menos él. Frunció el ceño y se alejó de Yesung.

Llegó a la puerta del club y recordó que había dejado su chaqueta. Se maldijo una y mil veces por ser un completo idiota. Puso un pie fuera y los pelos se le erizaron, hacía bastante frío, de seguro en cualquier momento llovía, no había si quiera un taxi y sus emociones parecían jugarle una mala pasada. Tomó aire, cerró los ojos, y mágicamente su chaqueta se encontró sobre sus hombros. Se sintió tan feliz, quizás Yesung sí se había dado cuenta y le había traído lo que más necesitaba: abrigo y amor. Se sintió más que desilusionado cuando, contrario a sus esperanzas, Leeteuk y Kangin venían tras él.

—   ¡Ya! ¡No puedes resfriarte! – le había gritado el primero – appa traerá el auto, así es que esperemos aquí – agregó. Para ese entonces, Kangin ya había desaparecido.

—   ¡Aish, Líder! Sólo olvidé la chaqueta, no es para morirse o algo…

—   Tienes que hacer algo con eso – Leeteuk apuntó a su corazón –, quizás no te hayas dado cuenta, pero está interfiriendo con tu vida normal, además, si no vas adentro y lo regañas, de seguro mañana amanece con…

—   ¡Omma, qué lindas están las estrellas! – Kyuhyun había aparecido de la nada, tapando la boca del líder.

—   ¿Estrellas? ¿en serio?... pero si hace un rato no había ni una sola – Ryewook asomaba su cabeza, para comprobar las palabras del maknae.

—   Recuerda que si Ryewook se deprime, tendremos que comer el intento de desayuno de Siwon – le susurró el maknae a Leeteuk.

—   Ryewookie, ¿por qué no vas a buscar a Yesung? – el líder sonaba muy convincente – ya sabes, el CEO podría regañarme si algo sucede con ese idiota…

—   Aish… ya qué… – el eterno maknae se encogió de hombros, mientras que entraba en el club, maldiciendo a diestra y siniestra.

Él no solía ser una persona tan descortés, tampoco disfrutaba de maldecir, pero cada vez que probaba un poco de alcohol, aquel lado afloraba. No le gustaba admitirlo, pero el trago le hacía volverse un completo cretino. Llegó al lado de su hyung, vio a una chica atada de su cuello, a punto de besarlo, entonces, cada vena de su cuerpo se dilató. Trató de contenerse, pero en aquella pista de baile, alguien iba a morir. Se arremangó la polera y se dispuso a practicar un discurso mental.

—   ¡Ya, tú, per…! – una mano tapó su boca, antes de que el pandemonio se desatara.

—   No sería bueno que armaras tal escándalo – dijo Siwon, en un tono audible sólo para ellos.

—   ¡Mis donsaengs! – Yesung sonreía, absorto en la falsa realidad que el alcohol proyectaba en él.

—   Sí, sí mucho gusto – Siwon le daba palmaditas en la espalda, y luego le jaló de la oreja – andando – le indicó la salida a Ryewook, para luego arrastrar a yeye con ellos.

Se sentó en el borde de su cama, resoplándose el flequillo cada dos segundos, dando muestras evidentes de que se hallaba molesto. Tomó aire por última vez antes de lanzarse de espaldas. Escondió su rostro en una de las almohadas, pero, ¿por qué carajos su hermosa “Sylvia” (el nombre de su cojín) olía a Yesung?, no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a caer. Estaba harto, estaba desesperado, quería salir y gritarlo… quería besarlo y decirle cuánto lo quería. Siguió llorando, mientras que unos tímidos rayos de luz de luna se escabullían entre las persianas. En su mente sólo estaba él, sólo había espacio para eso, y qué decir de su corazón, cada latido era un pensamiento emitido hacia aquella persona.

Su respiración estaba comenzando a calmarse, estaba sobre la cama, con zapatos, chaqueta y pantalones, pero no le importaba, todo lo que quería era dormir, cerrar los ojos y olvidar el asunto hasta la mañana siguiente. No podía evitarlo, eran espasmos involuntarios. Se colocó en posición fetal, abrazando a Sylvia, aprovechando hasta la más mínima partícula que contenía el aroma que tanto adoraba. Estaba dejándose vencer por el sueño, estaba a medio camino hacia su hermoso mundo de fantasía, pero la puerta se abrió estrepitosamente. Maldijo a Heechul por ser un maldito ebrio ruidoso, se incorporó para regañarle, pero en lugar de la diva, la tortuga más adorablemente estúpida del universo entero, estaba sonriéndole.

Se quedó boquiabierto, entonces le vio acercarse lentamente, para luego prácticamente ser violado por sus labios. Intentó separarse, ¡Por un demonio, cuánto le gustaba!, pero debía ser fuerte. Sus delicadas manos forcejeaban, posicionándose sobre el pecho de “su chico”. Su fuerza parecía insuficiente, su voluntad no le estaba ayudando y Yesung arremetía contra él cada vez más persistentemente. Al final cedió. Aquella habitación se hacía pequeña para ellos, y qué decir de la cama, wookie comenzaba a preocuparse y los nervios se lo estaban comiendo vivo, así es que, en un ataque de valentía, golpeó la entrepierna de yeye. Lamentaría con toda su alma haberlo hecho, pero cuando le vio tirado en el suelo, tomó a Sylvia y salió corriendo hacia la habitación de Siwon. Entró como alma que lleva el diablo, le quitó el cobertor y se envolvió en él, dejando ver sólo su rostro. El menor no pudo evitar reír ante aquella reacción.

—   Intentaba dormir – le reclamó, haciendo un puchero.

—   Yesung casi me viola… – repuso.

—   Eso… eso es raro – Siwon alzó una ceja.

—   Lo sé… – wookie agachó la mirada.

—   Me refiero a que, es raro que eso te moleste – Siwon esbozó una sonrisa. El eterno maknae quiso matarlo –, pero, puedes quedarte, sólo trata de no gritar.

Siwon se dio la media vuelta e intentó dormirse. Pero en el fondo, estaba preocupado por el chico que se hallaba en la cama contigua. Podía sentir cómo este sollozaba, estuvo a punto de ir corriendo a consolarle varias veces, pero sabía que sería muy doloroso y vergonzoso para el aludido. No pegó un ojo en toda la noche, preguntándose cómo era que Ryewook había terminado enamorándose del tarado de Yesung. Tomó su teléfono, escondiéndolo bajo las sábanas, escribió un mensaje de texto y, luego de pensarlo unos momentos, lo envió. Pasaron unos minutos, y en la pantalla se podía ver claramente un “Te ayudaré, pero no seas un bastardo, me despertaste”. Una sonrisa se dibujó en su rostro, y entonces supo que, noches como aquella, no iban a repetirse en la vida de su hyung.

La mañana se hizo pronta, Siwon era un oso panda, Ryewook parecía un drogadicto, llevaba los ojos rojos, al punto de que los demás pensaban que se le iban a caer. Yesung sólo lo miraba, cauteloso, pensando si sería correcto o no disculparse por lo de la noche anterior, aunque él sabía que era más fácil hacer como si nada, negándose a sí mismo la oportunidad de tener la atención de wookie sólo para él, aunque fuera por unos segundos. Kyuhyun se acercó a Siwon, le dio un golpe en las costillas y luego sonrió.

—   Si vuelves a despertarme a esas horas, te juro que tú y tu amigo no tendrán diversión en al menos un mes… bastardo idiota – le dio una sonrisa tentadora a su hyung, quién se sonrojó al instante.

—   Bueno pero ya dijiste que me ayudarías – objetó Siwon.

—   Claro que lo dije, pero nada es gratis – se alejó de él, para ir junto a Ryewook.

El evil maknae ya tenía todo un plan maquinado para juntar a esos dos tontos, ¡vamos!, que por algo le decían así. Se fijó en que la jirafa estaba cortando fruta, entonces, pensó, por sobre el bienestar físico de su compañero, e hizo como que se había tropezado, haciendo que Ryewook se cortara el dedo.

—   ¡Lo siento hyung! – quizás en un principio estuvo planeado, pero cuando se dio cuenta de la cantidad de sangre que emanaba de la herida, se preocupó, además, su temor a aquel líquido rojo le jugó una mala pasada – ¡Yesung hyung! ¡Siwon hyung! ¡wookie está… wookie está herido! – casi lloraba.

El primero de los que habían sido convocados, llego completamente exaltado. Miró la mano de su pequeño, observó su rostro de dolor, y le sostuvo la mirada por unos segundos. Notó más que dolor físico en ella, y no pudo evitar su estúpido impulso. Tomó la mano de quien se encontraba herido, aproximó la extremidad hasta sus labios, y succionó la sangre que salía de esta. Luego, estrechó al pequeño cuerpo que temblaba entre sus brazos, prometiéndose, jurándose a sí mismo, que en cuanto tuviera el valor de decirle cuánto le gustaba, no permitiría, ni siquiera que una hormiga, le hiciera daño a su pequeño.

Siwon llegó alarmado, no había pensado en la posibilidad de que kyu ideara un plan, aún a costa de la integridad propia. Se golpeó mentalmente una y mil veces. Era un idiota, y de los peores, conociendo la calidad maquiavélica de su pequeño, le había dejado andar solo por los caminos del mal. Tomó a Kyuhyun de la mano y se lo llevó a su habitación.

Ryewook se sentía confundido, de un segundo a otro se halló entre los brazos de la persona a la que tanto amaba. Había estado llorando toda la noche por él, se había vuelto un inútil en la cocina y su rostro era un estropajo por su causa. Se sintió tentado por esos labios que tanto quería, y no una, dos, tres veces… se cansó se contar las oportunidades en las que debió controlarse para no lanzarse sobre la tortuga. Pero apretaba el puño de su mano que no estaba herida y, milagrosamente, podía respirar y pensar con normalidad una vez más.

El ambiente estaba tenso, puesto que, sin darse cuenta, se hallaban en una batalla mental, que difícilmente sería ganada por alguno de los dos, ya que, ya fuera por temor, orgullo o prejuicio de las acciones del otro, no estaban dispuestos a exponer sus sentimientos de un modo tan tonto y alocado. No estaban dispuestos a dar el primer paso… a pesar de estar sufriendo por eso.

 

Notas finales:

Espero sus reviews y opiniones C:


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