Inexpresivo
Desde que Makoto conocía a Haruka, había sido siempre igual. El chico de ojos azules siempre poseía la misma expresión en la cara, las veces en las que si quiera hacía una mueca eran extrañas, además que parecía que nada le llamaba la atención, claro, a excepción de una cosa: El agua.
Haruka amaba el agua, eso cualquiera que haya nimiamente interactuado con el joven lo sabía, y cualquiera que quisiera volverse cercano a él tenía que tener una paciencia infinita. Como era el caso de Makoto.
Tachibana después de muchos años había podido conocer a Nanase, conocía sus gustos, sus disgustos, lo que lo apasionaba y lo que lo asustaba. Conocía cada aspecto de él, sabía leerlo a la perfección; Sin embargo, cada vez que veía el brillo en los ojos al mencionar piscina frente a él o el simple hecho de que hiciera una mueca de burla a alguna de las extrañas ideas de Nagisa hacía que su corazón se acelerara.
No supo bien cuando la relación que mantenían creció a algo más que amistad, estaba seguro que ni siquiera Haru lo recordaba, solo sabía que al momento de despedirse ya no solo se decían "buenas noches" si no que ahora también iba acompañada de un casto beso en los labios o también que mientras caminaban sus manos se entrelazaban uniéndolos en el acto. Sin embargo jamás habían hablado de "formalizar" la cosa, Makoto sabía perfectamente los sentimientos que tenía hacia Haru y los que este tenía hacia él, a pesar de que no lo dijera o lo demostrara con acciones claras, simplemente, lo sentía.
Ya habían mantenido relaciones sexuales, podía recordar la primera vez con claridad, era un recuerdo que atesoraría por siempre, así como todas aquellas veces que podía notar el lindo sonrojo que adornaba el rostro del más bajo cuando lo besaba o le decía un "te quiero" espontaneo.
Recordaba aquella vez que habían mantenido relaciones y lo nervioso que se encontraba al estar de una forma tan intima con la persona que más amaba, si la memoria no le fallaba al estar los dos conscientes que su relación había florecido a algo más complicado que la amistad, Tachibana le había propuesto tener sexo y para su sorpresa, Nanase aceptó. Le gustaba recordar eso por que había sido la única vez que Haru había aceptado estar cara a cara con él puesto que le había dicho que no quería ver su linda cara y también que quería besarle.
Las demás veces el de cabello negro había insistido en estar de espaldas a él. Makoto sabía que era por pena así que no se lo negaba, sin embargo quería ver las expresiones que hacía mientras le entregaba todo su amor.
Y esta vez, las vería.
Estaban besándose en la cama de Haruka, este le había propuesto quedarse en su casa para jugar videojuegos y el mayor con gusto aceptó captando la indirecta que le lanzaba de quiero estar contigo. Tanto tiempo juntos no había sido en vano, ya conocía lo que quería decir con cada frase.
No habían jugado ni dos partidas cuando Makoto no se resistió a probar los finos labios de los cuales el menor era poseedor. Metió su lengua en la boca de Nanase, tenía un pequeño sabor a cloro, por todo el tiempo invertido en la piscina nadando, un sabor tan característico de Haru.
Mientras lo distraía con sus besos coló sus manos debajo de la camisa para tocarlo, sentir los trabajados músculos de su pecho y espalda le encantaba, muchas veces mientras practicaban tenía que resistirse a tocarlo allí mismo. Haruka tampoco perdió el tiempo he hizo lo mismo, las manos ásperas del más joven se sentían bien, le gustaba que no fuera tímido y que lo tocara con la misma pasión, se sentía feliz sabiendo que no lo apartaría y que al igual que el quería continuar. Sin embargo en el momento que notara a Haru titubear o este le dijera directa o indirectamente que no quería continuar, pararía. Por que para Mako nada era más importante que el bienestar de su amante, siempre fue una persona comprensiva que ponía la felicidad de los demás por encima de la suya.
La camisa y pantalones de ambos ya habían desaparecido dejándolos en ropa interior, ese era precisamente el momento en el que Haruka se daba media vuelta quedando espaldas suyo, pero esta vez no se lo permitiría.
En cuanto hizo un ademán de que se voltearía, Tachibana lo detuvo por los hombros y sonrió. -Hoy no, esta vez quiero verte Haru-chan- pudo notar claramente como el pequeño sonrojo del de cabello negro se acentuaba y sus ojos mostraron una leve confusión.
Aprovechando el momento de conmoción de su amante le quitó la ropa interior mostrándolo desnudo, Haruka giró la cabeza, y Makoto sonrió aun más y llevó una de sus manos al miembro ya despierto del de ojos azules, escuchó el pequeño jadeo que dejó escapar y le regaló un delicado beso en el cuello. Nanase se estremeció.
-¿Te gustó Haru-chan?- preguntó juguetón y alegre de haber descubierto algo nuevo, acercó sus labios nuevamente a esa misma parte del cuello, justo debajo de su manzana de adán y dio otro beso obteniendo la misma reacción. Divertido con eso empezó a lamer y succionar esa delicada parte de su cuello sabiendo de ante mano que quedaría marca al día siguiente.
Se entretuvo con lo mismo un rato, hasta que Haruka colocó una mano en su hombro y lo veía jadeante con ojos llorosos. Sabía perfectamente lo que significaba, en el complicado lenguaje de Haruka Nanase era un claro: Por favor deja de jugar y avanza de una vez.
Acatando las implícitas ordenes de su amante, abrió las piernas y se acomodó de la mejor manera que pudo, Haru no necesitaba que lo preparara, ya estaba acostumbrado por todas aquellas veces que ya habían estado juntos de esa manera. Aun así, entro lentamente en él, disfrutando de la calidez que el más bajo le proporcionaba, un placer único que solo Haru podía entregarle.
Pudo notar que Nanase giraba su cara, eso no era lo que quería. Tomó el mentón del de cabello negro y lo obligó a verlo a los ojos. Orbes azules con verdes se encontraron, el brillo de miradas diferentes pero al mismo tiempo que compartían sentimientos tan iguales, ambos llenos de amor.
Empezó a moverse despacio, aun sosteniendo el rostro sonrojado y jadeante de su amante, estando así de cerca podía escuchar mejor los leves gemidos que daba y apreciar como se mordía el labio. Se aceró más para besarle, Makoto era completamente adicto a los besos de Haruka, fueran pasionales o inocentes, jamás se cansaba de sus labios.
Pronto aceleró el ritmo, las piernas de Haru se habían enroscado alrededor de las caderas de Tachibana haciendo aun más fácil el trabajo de entrar en su cuerpo. Los brazos de Nanase rodeaban su amplia y fuerte espalda y cuando tocaba cierto lugar dentro de su amante podía sentir unas uñas rasguñarle que, al contrario de molestarlo lo excitaban más.
Ambos llegaron al clímax, Haruka poco antes que Makoto dejando a este ver la dulce y erótica expresión que mostraba el de ojos azules.
-¿Desde cuando Haru-chan es tan seductor solo con su rostro?- pensó Tachibana.
Ambos tomaron un baño, que terminó en otra sesión de toqueteo sin llegar a algo más que simples juegos de pareja ya que al de ojos verdes le divertía la cara de reproche que le regalaba Haru cuando le tocaba un pezón, su mano se deslizaba por su miembro o que su hombría rozara descaradamente su trasero.
Después de molestar un rato a Nanase ambos se acostaron a dormir, Haruka dejó que Makoto recargara su cabeza sobre su pecho y prácticamente lo aprisionara con sus fuertes brazos, no por nada su estilo de nado era el de braza. Haru simplemente rodeo con un brazo a Mako y así se dejó vencer por el sueño. Tachibana tardó más ya que no podía sacarse de la cabeza todas las lindas expresiones que vio hoy en su novio.
Haruka era normalmente serio he inexpresivo, pero para alguien que lo conocía tan bien como Makoto y tenía esa confianza con él, Haru se esforzaba en quitarse su máscara de desinterés para poder demostrarle a base de pequeñas muecas, lo mucho que sentía por él.
Fin.