Tao había aprendido durante todo el tiempo que promocionaron MAMA, que no podía llorar frente a las cámaras, frente a las fans o durante una entrevista. Luhan se lo había explicado muy amablemente la segunda vez que ocurrió, pero inevitablemente, resistirse a soltar sus lágrimas era difícil hasta el punto en el que su nariz comenzaba a arder y sus ojos se ponían rojos, entonces era cuando rompía en llantos silenciosos pero llenos de sentimientos. También el mánager le había hablado sobre ocultar sus emociones, pero era más que complicado cuando tu familia se encontraba cerca, pero a la vez tan lejos.
Entonces Zitao reflexionó sobre sus compañeros de banda y sus diferentes situaciones, durante una noche en la que no podía conciliar el sueño.
Pensó en Minseok y Jongdae, sus compañeros coreanos quienes no lloraban como él estando en otro país, enfrentando un idioma desconocido y una sociedad diferente, rodeados todo el tiempo del lente de la crítica extranjera y caracteres chinos, complejos y extraños.
Pensó en Yixing, cuya familia vivía en otra provincia, aquél quien tuvo que terminar su relación con su novia para cumplir su sueño; Yixing solía llorar las primeras noches desde que se mudaron juntos, tarareando canciones y escribiendo mientras sus lágrimas caían, pero ni siquiera eso era motivo de llanto en eventos y entrevistas, pero eso no borraba la nostalgia en él.
Pensó en Luhan y el distanciamiento con sus padres, llevaba más de tres años sin contactarles para poder hablar cálidamente como una familia; incluso si antes estuvieron en Beijing, Luhan se esforzó para no sacar el tema, y ni siquiera le dieron permiso para visitar a su familia. Él tampoco lloró por eso o al menos no lo demostró.
Entonces luego, estaba Kris.
Ese joven alto e imponente, de cabellos rubios y nombrado líder, él que nunca dejaba mostrar sus sentimientos para mantener ese porte de líder que se había creado, y que los fans habían creído. Wufan era todo un profesional, evadiendo preguntas incómodas y contestando por los miembros cuando alguno no sabía que decir. Zitao lo admiraba, y por eso le seguía, porque Wufan era como una red que le atrapaba para salvarle de caer de bruces desde el cielo. Wufan era todo un ejemplo para él, y Zitao se prometió a sí mismo ser más como él.
Pero entonces, llegó una noche en la que el líder dejó fluir sus sentimientos, fue aquella en la que ganaron su primer premio como mejor Artista Debutante del Año. Zitao había aprendido a no llorar por cualquier cosa, y recibir aquel premio era motivo de felicidad. Aquella noche, su pecho se elevó orgulloso y motivado, había logrado algo increíble y aprendió a ser fuerte. Sin embargo, Duizhang dejó que todo ese peso que llevaba cargando desde hace mucho, saliera de su cuerpo en forma de lágrimas. Era precisamente lo justo, y Zitao creyó sentirse orgulloso de eso también, porque después de todo, Kris también era un ser humano.
Tao sonrió aquella noche como en ninguna otra lo había hecho, con la emoción llenando de adrenalina su cuerpo y sintiendo la necesidad de consolar a Kris como él solía hacerlo cuando sus noches se convertían en un buen momento para llorar a solas. Aunque Wufan había ido para confortar a Yixing, Tao estaba bien con eso. Siempre podría escabullirse hasta su cama, y ser él quien esta vez le rodee con sus brazos para acariciar su cabello, como si le agradeciera todas las veces que él estuvo ahí para apoyarle.
Durante la madrugada, Kris se encontraba acostado en su cama con la cabeza de Zitao en su pecho mientras los demás dormían. El más pequeño había ido para expresarle su emoción y al último, terminó llorando murmurando cosas de sentirse orgulloso y emocionado. Wufan sonrió, complacido y halagado por el intento de Tao de ser fuerte siempre, pero ambos entendieron aquella noche, que siempre su lado más humano sería liberado en los mejores momentos.
Y Zitao durmió tranquilo, a sabiendas de que su líder siempre sería Kris, el líder de EXO M frente a las cámaras, y Wu Yifan, el muchacho de 23 años cuando a su lado estuviera.
Su Wu Yifan.