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5 sentidos (Star Wars) por mitko_kitsune

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Notas del fanfic:

Bien...2 años sin escribir fanfics, ergo sin publicar fanfics. Obviamente seguí leyéndolos asiduamente, pero extrañaba poder hacer esto. Qué nervios u.u En fin.. me encanta Star Wars y me desiluciona un poco que esta página que me ha traído tantas alegrías no tenga mAs fanfics dedicados a estas maravillosas películas. 

 

Paso a contarles sobre el fic: 

 

Como dije en la descripcion es un AU, situado 7 meses después de Revenge of the Sith. ¿Por qué es un AU?. Bien, Leia no existe. No porque la odie, simplemente la historia se me dio asi y me pareció más simple que hubiera un sólo bebé. Anakin volvió del lado oscuro y se encuentra viviendo con Obi Wan y Luke. No tiene mucha trama, como dije anteriormente, pero es mi primer fic de SW así que por favor quiéranme. Prometo mejorar. Por último, no es un One-shot, así que pronto lo voy a continuar (seguramente serán 2 capis).

 

Disclaimer: los personajes pertenecen a George Lucas, yo sólo los utilizo para mis fantasías perversas.

 

Espero que les guste y me dejen muchos reviews :D 

 

BESOS GIGANTES!

Notas del capitulo:

Espero que les guste :D

 

Sepan que sus reviews ayudan muchísimo y que son siempre bienvenidos y tenidos en cuenta. También si tienen alguna idea para el fic, alguna crítica constructiva, todo es bien recibido (:

 

Muchos besos!

 

 

 

   Se levantó, casi completamente dormido aún, pero sintiendo la perturbación en la fuerza. Se acercó a la cuna, para ver una manito chiquitita que se alzaba hacia él y un puchero irresistible. Sonrió, no sólo por la ternura, sino también porque notó que el bebé no lloraba y realmente se esforzaba por no hacerlo. La fuerza era fuerte en él y sabía que su padre estaba todavía en el límite de sus emociones. Obi Wan tomó a Luke y éste se aferró a su pecho instintivamente. Al parecer sólo quería eso, saber que alguien estaba ahí para él después de todo el caos. Y Obi Wan no podía enojarse por eso, viendo esos ojos que luchaban por no derramar ninguna lágrima, aún con escasos meses de vida. El maestro Jedi acomodó al bebé en sus brazos y comenzó a mecerlo. Hacía muy poco tiempo había aprendido (y a la fuerza) como lidiar con una persona tan pequeña y ese bebé le enseñaba cosas nuevas todos los días. Mientras Obi Wan se mecía a si mismo con sus piernas y al bebé con sus brazos, Luke lo miraba curioso.

 

-Creo que vas a ser un gran Jedi algún día si con 7 meses me llamaste a través de la fuerza – Luke sonrió y Obi Wan empezó a preguntarse realmente sobre el poder de ese bebé. Continuó meciéndolo y devolvió la sonrisa. Tan ensimismado estaba que no notó una sombra que los observaba desde el marco de la puerta.

 

   Anakin se había despertado repentinamente. No era extraño ya, hacía 7 meses que lo hacía. Pesadillas, horribles, oscuras. Pero esto era diferente. Algo había perturbado la fuerza y sus 5 sentidos le decían que era su hijo. Se levantó lo más rápido que pudo y se acercó a la habitación, temiendo lo peor. Pero se quedó en la puerta observando un espectáculo que raramente le dejarían presenciar. Obi Wan tenía a Luke en brazos y lo mecía rítmicamente. De todas formas, eso no era lo que lo dejaba inmóvil. Luke sonreía de la manera más hermosa, mirando con devoción a su maestro. Cuando volvió a la realidad, se dio cuenta por qué y entró a la habitación. Obi Wan le daba la espalda ahora y se acercó sigilosamente.

 

-Hola – Anakin escuchó susurrado, como dicho a través de una sonrisa. Obi Wan no sacaba los ojos de Luke, que estaba comenzando a dormirse lentamente.

 

-Anda a dormir, yo me ocupo – Obi Wan se dio vuelta para mirarlo. Anakin tenía ojeras, estaba pálido, sudado y muy cansado. Hacía tanto tiempo que estaba así, agotado. Estaba suplicando con sus ojos, Obi Wan sabía por qué. –Hace 7 meses que estás cumpliendo el rol que me corresponde a mí. El que no puedo cumplir porque no puedo sacarme a mí mismo de este desastre en el que me metí y los metí a todos. No me puedo seguir escapando. Anda a dormir.

 

-No me molesta… - Obi Wan comenzó a sentir que Luke se removía en sus brazos y en sólo segundos había comenzado a llorar muy fuerte. La mirada de Anakin lo destrozó. El joven, con ojos brillosos, dio media vuelta y se fue a su habitación rápidamente. El maestro Jedi meció a Luke hasta hacerlo dormir nuevamente. Luego siguió a su aprendiz.

 

-No puedo cuidarlo, lo único que logro es que sufra – Escuchó apenas entraba en la habitación.

 

-No es así. Siente tu dolor, tu tristeza. Usa la fuerza para que no lo escuches llorar, para que no te despiertes por él.

 

-No podes cuidarnos a los dos para siempre – Anakin estaba sentado a la orilla de la cama, mirándolo en la oscuridad. Suplicante.

 

Obi Wan se acercó a su aprendiz y se sentó a su lado. Suspirando, soltando el aire que había guardado durante 7 meses, miró a Anakin y sonrió. –Pude con vos todos estos años – El jóven rió y se apoyó en el hombro de su maestro. Unos segundos después, Obi Wan comenzó a escuchar sus sollozos y acercando a Anakin a su pecho lo meció hasta que éstos amainaron.

 

-Me equivoqué tanto. ¿Qué haces acá conmigo?

 

-Hice una promesa

 

-No, prometiste entrenarme. Eso fue lo que le prometiste a Qui Gon… pero no estar conmigo cuando mandara todo a la mierda.

 

-No hablaba de esa promesa.

 

Anakin frunció el seño. Obi Wan podía ser bastante críptico y evasivo cuando quería.

 

-Me prometí a mí – Continuó Obi Wan – criarte, enseñarte todo lo que sabía y que llegaras a ser la mejor versión tuya que pudieras. Y cuando todo esto pasó… - Respiró profundo -… pensé que te había fallado. Que te habías perdido porque yo te había soltado. Y que yo era el único que podía buscarte y encontrarte entre todo el desastre. Anakin asintió.

 

-Si… No hubiera escuchado a nadie más. No hubiera regresado… - Se detuvo. Obi Wan vio cruzar algo extraño por sus ojos.

 

-¿Qué pasa?

 

-Nada. Es tarde. Gracias – Bajó la mirada, cansado.

 

El mayor posó su mano cariñosamente en el hombro de su aprendiz y lo apretó suavemente. Tal vez esa noche dormiría bien después de mucho tiempo. 

 

   La mañana siguiente lo recibió con un espectáculo gratificante. Anakin, de mucho mejor semblante, daba de comer a su pequeño hijo, que reía con las caras que le hacía su padre. No podía creer la felicidad y la satisfacción que le brindaba esta imagen. La había esperado tanto tiempo y sabía que algo tan simple como esto, llenaba a Anakin de una alegría y una paz inmensas. Salió de su ensoñación cuando se dio cuenta que dos pares de ojos azules lo miraban inquisitivos.

 

-Buenos días – Pronunció ceremoniosamente.

 

-¿Café?

 

¿Había escuchado bien?. No, no podía ser posible. -¿Café? ¿Hiciste café? – La cara de pocos amigos de su aprendiz casi lo hace reír pero se contuvo.

 

-Si, pensé que tal vez querrías levantarte y que el desayuno ya estuviera hecho – La cara de disgusto seguía presente.

 

-Perdón. En mi defensa puedo argumentar que esto nunca pasó antes. No pasó en 13 años, creo que tengo el derecho de estar sorprendido – Luke los miraba divertido. Obi Wan sonrió conciliador. –Gracias, Anakin

 

Desayunaron juntos, hablando de cosas triviales. Era necesario algo así después de tanto tiempo de silencio y dolor. Era bueno para todos, sobre todo para Luke que era tan sensible en la fuerza que ante la más mínima perturbación, estallaba en llanto. Una vez terminado su desayuno, Obi Wan se levantó y anunció: -Voy a leer un rato – Se encaminó al sillón de la sala y se acomodó para una lectura que prometía ser larga y relajante.

 

Unos minutos más tarde, Anakin y Luke se sentaban en la alfombra a jugar. No molestaban al mayor, que siempre se sumergía tan profundamente en su lectura. Y en el fondo le gustaba tenerlos ahí, como su compañía. De lejos escuchaba a su aprendiz, repitiendo palabras muy lentamente, intentando que su hijo pudiera decir alguna. Pero el pequeño lo miraba confundido. Poco a poco, Obi Wan fue perdiendo su concentración para observar divertido el espectáculo. Anakin miraba fijo a Luke y abría mucho la boca para modular bien cada sílaba.

 

-Pa…pá – Se señalaba. – Be…bé – Lo señalaba a Luke. Nada pasaba. Entonces Anakin se percató de la mirada de su maestro sobre ellos. –O..bi..Wan – dijo señalando al mayor. –O..bi..Wan – repitió.

 

Luke sonrió. –BWAN!- dijo, agitando sus bracitos. El maestro y Anakin se miraron sorprendidos.

 

-Sos su primera palabra – Sentenció el menor sonriendo, con un brillo extraño en los ojos. Obi Wan lo interpretó como algo malo.

 

-Estoy seguro que es sólo porque le resulta fácil decirlo – No quería que Anakin sufriera y ciertamente no quería tomar su lugar. Sólo quería ayudarlo.

 

Anakin levantó la mirada. –Me gusta que seas su primera palabra

 

Obi Wan iba a responder, o algo parecido porque se sentía descolocado pero alguien se le adelantó.

 

-PÁ! – Luke miraba sonriente a su papá, sabiendo que había hecho algo bueno emitiendo esos sonidos que no significaban mucho para él, pero el mundo para sus receptores. Anakin lo alzó en el aire, llenándolo de besos.

 

La tarde transcurrió tranquila, con el mayor enfrascado en su lectura y el menor intentando enseñarle más palabras a su hijo, pero sin lograrlo. Pronto fue la hora de la cena. Anakin prometió encargarse. Este día se estaba volviendo surrealista, pero la espalda de Obi Wan agradecía cada tarea que se le iba sacando de encima. No se había dado cuenta hasta ahora lo cansado que estaba. Anakin le dio de comer a Luke y viendo que éste se caía de sueño por la tarde agitada, se apresuró a acostarlo en la cuna. Cuando volvió al comedor vio a Obi Wan estirándose incómodamente en la silla. Se acercó a su maestro por detrás y ubicando sus manos en los hombros del mayor, comenzó con movimientos circulares, haciendo un poco de presión. A Obi Wan todo esto lo tomó por sorpresa y no alcanzó a evitar un pequeño gemido que abandonó su boca cuando sus tensos músculos comenzaron a ceder ante esas manos fuertes. Cayó tarde en la cuenta de lo ridículo que había sonado eso y, muy sonrojado, aclaró su garganta y se levantó.

 

-G-g-gracias, Anakin. No es n-necesario. Esta bien. Muchas gracias – Esto último lo susurró, mirando hacia abajo, mientras huía rápidamente hacia su habitación. Pocas veces en su vida había estado tan avergonzado.

 

Anakin quedó parado en el medio del comedor con una mirada totalmente confundida. Si, lo había escuchado. Un sonido que jamás pensó que podía salir de la boca de Obi Wan, de su maestro, del Jedi más perfecto y casto de la historia. Y tal vez, esas cosquillas que estaba sintiendo en este momento en la parte baja del estómago no ayudaban mucho a la situación. Resolvió irse a la cama, no iba a conseguir nada tratando de hablar con Obi Wan, sabía de sobra que debía estar muriéndose de vergüenza en su habitación. Y por más que la situación le causase excesiva gracia (y un poquito de ternura), no quería hacerlo sentir peor, realmente.

 

2 horas más tarde, Anakin despertaba sobresaltado. ¿Pesadillas? No. O si. No sabía que nombre ponerle. Era una alucinación auditiva constante. Su mente y su memoria reproducía constantemente el sonido, una y otra y otra vez. “Ahhh…ahhh…ahhh”. Y lo estaba volviendo loco, porque cada vez que sonaba, empezaban a aparecer de a poco imágenes, que no existían, que las estaba inventando su subconsciente. “Ahhh…”, seguía escuchando. Una mata de cabello rojizo, una espalda torneada, ligeramente bronceada. “Ahhh…”. Se estaba volviendo loco. Y su erección estaba empezando a doler. Pero no podía hacer nada porque Obi Wan estaba en la habitación contigua y ahhh… Ese gemido se le estaba metiendo en la piel. Corrió al baño, abrió el agua fría y se metió en la ducha. Sin pensar. Ya no podía. No le quedaba un gramo de razón. Pocas veces tuvo que tomar una decisión tan importante en su vida como en ese momento. Tocarse o no tocarse. Resolvió que la mejor opción era la segunda. Se sentía un poco raro, dado el destinatario de toda esa situación. El agua fría lo ayudó bastante. Se encontró apoyando la cabeza contra la pared, los ojos cerrados, mordiéndose el labio inferior, intentando parar la sonrisa de idiota que se formaba rápidamente. Y de su garganta salió algo parecido a un gruñido de satisfacción.

 

Minutos después se encontraba sentado en la cama, con una toalla en la cintura. Suspirando sonoramente.

 

-Anakin

 

Se sobresaltó. El corazón empezó a correrle a mil. Obi Wan, despeinado, confundido, en cuero, diciendo su nombre, con sus labios, los remitentes del gemido que le había quitado la cordura del todo y ahora estaba pensando todo esto con su maestro adelante. ¿Qué estaba haciendo?. Se cubrió la cara con ambas manos, sin pensar que eso podía atraer a un preocupado Obi Wan a su lado.

 

-Anakin, ¿qué pasa?

 

-N-n-no, no n-nada. Nada – Carraspeó y miró al otro lado de la habitación. Casi se cae de la cama cuando una mano cayó en su rodilla. –N-no! – Casi gritó, moviéndose a un costado. La mirada de Obi Wan lo hizo caer en cuenta de lo estúpido que se debía ver en éste momento.

 

-Anakin, perdón – Había culpa en esos ojos. Pensaba que estaba teniendo una crisis como las de antes, pensaba que no quería que lo tocara..y no quería. Pero no por los motivos que el mayor pensaba. No. Pero no quería esa mirada tampoco, esa tristeza, esa impotencia. Se acercó lentamente a Obi Wan y tomó su mano.

 

-Perdón, estoy bien. Tuve un mal sueño y pensé que una ducha me ayudaría, pero creo que no sirvió de mucho. – Sonrió para transmitirle algo de tranquilidad a su maestro. Trató de no pensar en el calorcito que emanaba esa mano, en la preocupación que todavía nadaba en esos ojos, en el movimiento acompasado del pecho de Obi Wan al respirar. Pero era tan complicado. –Por favor, volvé a dormir. No quiero tenerte en vela todas las noches otra vez. No por mi culpa.

 

El mayor asintió y se levantó lentamente. Cerciorándose unas 15 veces más de que su aprendiz estaba bien, se retiró de la habitación. No podía creer lo inútil que se sentía cada vez q pasaban estas cosas. Se sentía al borde de un precipicio. Anakin era el único que podía hacerlo sentir así. 


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