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Amor Yaoi
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Dos sí por Constanza Sophia

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Notas del fanfic:

Luego de mucho tiempo alejada de esto, al fin vuelvo a Amor-Yaoi, con un fic que también he subido a otras páginas.

Espero lo disfruten.

Notas del capitulo:

Vale, los dejo con el fic y luego lean las notas al pie :3 Saludos

Advertencias: Lemon, trío. Sólo eso.

Sí no les gusta el hard, pueden pasar a la última parte del capi (en cursiva) que es lo que necesitan para entender los capis que vienen.

Cap 01:

Kariya despertó lentamente, sentía el cuerpo pesado y tenía frío. Sin entender por qué, trató de incorporarse pero le resultó imposible. Grande fue su sorpresa cuando notó que estaba desnudo y no sólo eso, si no que estaba atado…de manera bastante erótica, tenía las manos atadas sobre su cabeza, la boca cubierta y sus tobillos atados a lo que parecía un tubo de pvc, del grosor de un palo de escoba, el palo pasaba por detrás de sus talones y lo obligaba a tener las piernas abiertas. Comenzó a tener miedo pero este quedó en segundo plano ante la sorpresa que le causó ver a las dos personas que lo miraban con sendas sonrisas de lujuria: Shindou y Kirino.

-Qué bueno que ya despertaste- sonrió el peli-rosa. Como toda respuesta el menor se removió intentando soltarse.

-No te esfuerces, no funcionara- sonrió por su parte el pianista – Verás, estamos un poco aburridos de tu actitud así que hemos decidido tomar cartas en el asunto.

-Queremos que sepas que lo de hoy se repetirá cada vez que colmes nuestra paciencia.

-¿Lo de hoy?- pensó el menor, asustado.

-Bueno, comencemos, ¿Quieres partir Shindou?

-No, no gracias, miraré por el momento.

Kirino sonrió de forma un tanto maléfica antes de revolver un cajón y sacar un notable falo de plástico. Ante la mirada aterrada de Kariya lo cogió y se lo acercó. Sonriendo le destapó la boca al defensa.

-Kirino sempai, ¿Qué…?-

No pudo continuar cuando el otro lo besó de manera brusca, abrió los ojos de manera desmesurada, trató de resistirse pero no pudo evitar que el de coletas se abriera paso en su boca, el peli-rosa comenzó a bajar rápidamente por su cuerpo, lamiéndolo con prisa. El dorsal número quince trataba de separarse pero la posición en la que se encontraba no era favorable así que no podía hacer mucho, sintió la lengua de su sempai seguir bajando y se estremeció, sin embargo, Kirino pasó de largo el miembro dormido de su acompañante y, buscando entre sus nalgas, comenzó a lamer la entrada del más bajo

-Ah…¡ah!...sem-sempai…¡de-detente! ¡Nh!

El de ojos azules lo ignoró e introdujo su lengua en la pequeña cavidad, mientras Shindou observaba a sus compañeros lamiéndose los labios y liberando su erección, pero sin tocarla. La idea era esperar su turno.

Una vez que kirino encontró que el orificio de Kariya estaba lo suficientemente húmedo, lo miró y, sonriendo con burla, introdujo dos dedos rápidamente.

-¡AHHH! ¡D-duele! ¡Sácalo!...

Kirino volvió a ignorarlo y comenzó un movimiento de tijeras al interior del muchachos que lo único que podía hacer era temblar e insultarlo. El mayor, harto de los insultos, cogió otro juguete que había en una caja y lo acercó al rostro del otro. Era otro falo, pero a diferencia del primero, este era de menor tamaño y poseía correas saliendo de lo que serían los testículos. Se sentó a un lado del muchacho y, obligándolo a abrir la boca, introdujo el aparato en ella. Kariya quiso sacarlo pero no tuvo éxito, la sensación era extraña por que el juguete no era totalmente duro, si no que tenía una textura parecida a uno real. Kirino lo sacó y entró un par de veces y luego de eso lo ató en su cabeza, haciendo que el falo quedara en la boca del menor sin que este pudiera evitarlo, no sólo eso, si no que, apretando un pequeño botoncito que el consolador tenía en la base, este empezó a moverse, simulando un suave vaivén que hizo a Kariya cerrar los ojos con fuerza ante la mirada extasiada de Shindou.

Kirino por su parte volvió a introducir los dedos en la entrada de Kariya agregando esta vez a un tercero, luego de que lo creyó bien dilatado, tomó el falo que había cogido primero y, sin dilación, lo introdujo en su compañero encendiéndolo para que comenzara a vibrar.

-¡NH!...nh, nh….¡NHHHH! – los gritos de Kariya eran sofocados por el juguete que profanaba su boca. El muchacho casi no aguantaba, retorcía las manos intentando aferrarse a algo y un pequeño hilo de saliva escurría por su mejilla.

Kirino notó su miembro erguido y sonrió. La imagen era digna de admirar y eso hicieron, observaron maravillados a su amigo desde arriba. Kirino le tomó una foto que hizo cerrar los ojos al peliazul debido a la vergüenza. Shindou desató sus piernas y Kariya intentó cerrarlas, cosa que le resultó imposible cuando el chico pelirosa comenzó a meter y sacar el consolador al tiempo que acariciaba su miembro. Siguió así hasta que Kariya se corrió, manchando su abdomen y parte de su rostro. Le sacaron otra foto. Luego de eso apagaron el falo de su entrada y lo sacaron

-Te toca Shindou

-Yo lo haré de otra manera- sonrió.

Tomó a Kariya de la cintura y lo alzó, sentándose en un sillón y sentando a Kariya sobre él, con la espalda contra su pecho. Kirino se sentó en el piso, frente a ellos. El falo de la boca de Kariya seguía moviéndose, lo que hacía a Kirino mirarlo con lujuria.

Shindou le comenzó a besar el cuello y a recorrer el pecho con las manos, alzó una pierna del peliazul y la acarició, acercándose tentativamente a su entrada pero sin llegar a acariciarla. Lo mismo con su miembro.

-¡Nh! Nh, nh, nh…- eran los sonidos que salían de la ocupada boca de Kariya.

Shindou le lamió el cuello y a continuación metió dos dedos entre las nalgas de Kariya hasta llegar a su entrada y comenzar a penetrarlo lentamente. Kariya se estremeció mientras Kirino liberaba su propia erección y los miraba lamiéndose los labios. Se debatía entre mirar cómo era penetrada su parte baja o como era penetrada su boca. No tuvo que dudar mucho cuando Shindou desató el falo de la cabeza de Kariya tirando el juguete al suelo.

-¡AH!...se-sempais…de-déjenme…¡porAhh! Favor…ah, ah, ¡ahhh!- suplicaba el menor.

De nueva cuenta los mayores lo ignoraron, Shindou recorrió de nueva cuenta el pecho de Kariya para que sus dedos se mancharan de la semilla de este, a continuación dirigió su mano a la boca del defensa y lo obligó a lamer.

-Siente tu sabor Kariya, si sigues comportándote así, no será la última vez que lo hagas.

Kariya intentó resistirse pero el que Shindou sacara bruscamente sus dedos de su entrada lo hicieron abrir la boca y el pianista aprovechó la situación para agregar más dedos en su boca. Kirino se aburrió un poco: quería ver penetración, pero ambos muchachos sabían que la lengua viperina de Kariya sería un problema así que se acercó a buscar la venta que antes lo cubriera y volvió a amordazarlo. Shindou volvió a besarle el cuello y volvió a penetrarlo, esta vez con cuatro dedos, que se movían estirando y dilatando esa ya húmeda entrada. Kirino cogió un falo que no había usado. Era de color azul y tenía textura de rayas.

Mirando a Kariya con lujuria se lo extendió a Shindou, el cual lo tomó y, lamiéndolo un poco, lo reemplazó por sus dedos. Comenzó a meterlo y sacarlo mientras le susurraba cosas al oído del chico de primero que sólo cerraba los ojos. Siguió con la penetración hasta que Kariya se corrió, manchando sus rostros.

-Ahora empieza lo que había estado esperando- sonrió Kirino.

Shindou desató la mordaza de Kariya al mismo tiempo que Kirino le sacaba el consolador y comenzaba a lamer su entrada, introduciendo la lengua y los dedos de vez en cuando. Kariya estaba exhausto y ya casi no tenía fuerzas así que se dejó tomar de los brazos y poner en cuatro en el suelo. Shindou se levantó de la silla y, sacándose los pantalones, puso su miembro a la altura del rostro del número 15 del equipo.

-Lámelo- jadeó con voz lujuriosa.

Antes de que Kariya pudiera decir algo para negarse sintió como Kirino lo penetraba por detrás de una sola embestida. Abrió la boca en un mudo grito al sentir tan inmenso miembro en su interior y el excapitán aprovecho para introducir su propio miembro en la boca del más pequeño, sujetándole los cabellos y marcando el ritmo. Kariya no podía resistirse y únicamente lágrimas caían de sus ojos, productos de la vergüenza, el placer que le inundaba. El dolor, debido a la larga preparación que había tenido, no se hacía presente. Kirino y Shindou siguieron penetrando hasta que se vinieron en la boca y ano del menor. Kariya manchó el piso con su propio orgasmo.

No contentos con eso, Shindou levantó una pierna de Kariya y, dejándolo acostado en el piso, comenzó a restregarse contra él, pasando su miembro por las nalgas del peliazul hasta que sintió que lograba una erección nuevamente. Lo tomó con fuerza de las caderas para alzarlo lo justo y lo penetró de nueva cuenta.

- ¡Ah!...sem-sempai, ya no más…por,¡ nh! Por favor.

El muchacho suplicaba mientras sentía como sus caderas y las de Shindou chocaban con cada embestida. Su vista nublada localizó a Kirino que se masturbaba arrodillado frente a él. El de coletas le alzó el rostro y de una sola estocada penetró sus labios, Kariya sintió ahogarse. Si bien el miembro de Shindou era grande, el de Kirino lo era aún más así que sentía que no podía respirar y le dieron arcadas. Cerró los ojos con fuerza y dejó que el ritmo lo marcara el propio Shindou al penetrarlo por detrás. Kirino por su parte gemía quedamente y miraba el techo, inundado del placer que le causaba la boca, la humillación y el deseo de Kariya…Más deseo que otra cosa era lo que sentían Shindou y él por el pequeño cuerpo del defensa pero definitivamente no se lo dirían. Esto podía no repetirse y ambos de segundo lo aprovecharían al máximo.

Shindou se vino con un sonoro gemido, lo que provocó el orgasmo de Kirino y del menor. Kariya se alejó lo más rápido que pudo y comenzó a toser. Se quedó recostado en el piso sin fuerzas y observó de reojo como ambos se arrodillaban a su lado quitándose la ropa y acariciándole los cabellos y los hombros.

-Ya casi termina, Masaki, sólo debemos limpiarnos y marcharnos a casa.

Kariya no respondió y se dejó cargar por Shindou estilo nupcial. Sus ojos se cerraban del cansancio y le dolía todo el cuerpo así que emitió un gemido cuando el castaño lo dejó en el piso de la ducha. Observó con los ojos entrecerrados como Shindou abría la llave y descolgaba la ducha para acercarla a él. Cerró los ojos y emitió un quejido cuando sintió los labios de Kirino sobre los suyos, acariciando suavemente.

Lo recorrió un escalofrío cuando sintió el agua, agradablemente tibia, recorrerle los muslos y las nalgas, limpiándole el seme de los dos muchachos que se había corrido en su interior. Se dejó limpiar mientras sentía las caricias suaves y consideradas de los dos muchachos que minutos antes lo habían sometido.

Luego de que Kirino y Shindou se hubieran limpiado también, el castaño volvió a coger al número 15 y lo secó con delicadeza para luego vestirlo y hacer lo propio. Tenía frío y sus ojos se cerraban por el cansancio. Cuatro orgasmos seguidos era demasiado para su pequeño y joven cuerpo. Sintió como el pelirosa lo atraía por los hombros le besaba el cabello. Lo miró desconcertado.

-Desde ahora te comportarás ¿Verdad, Masaki?

- Nos dejarás enseñarte…y quererte ¿verdad?- susurró Shindou débilmente, más para si, que para el menos.

Kariya no respondió pero una suave sonrisa se formó en sus labios. Se dejo mimar por los dos chicos que hacían su corazón latir desbocado, feliz de no haber tenido que dar el primer paso y, lo más importante, no haber tenido que escoger entre uno de los dos.

Shindou y Kirino caminaban en silencio por las calles de Inazuma, el de coletas llevaba a Kariya en la espalda y tanto él como el pianista le lanzaban miradas cariñosas de vez en cuando.

-Hoy fue algo loco, ¿no es así?- susurró el defensa.

-Sí, no pensé que lo hiciéramos…ya sabes, no pensé llegar al final….pero todo valió la pena, eso seguro- respondió Shindou, contento.

- Soy feliz de no tener que competir contigo.

-Opino igual.

Ambos muchachos se sonrieron y miraron una vez más al chico que descansaba en los brazos de Morfeo…Todo había empezado como una disparatada idea a principios de semana. Ninguno de los dos quería ceder en sus sentimientos por el pequeño demonio pero tampoco querían luchar entre ellos por él. Sabían que sus sentimientos eran correspondidos y sabían de la confusión del cazador así que, como una broma, había surgido lo que ese día habían llevado a cabo.

Habían sido drásticos pero no se arrepentían. Lo amaban y harían lo que fuera por poder estar junto a él. Cuidarlo y hacerlo sentir bien, amado y valioso por sobre todo. Uno no era suficiente

Pero dos sí.

Notas finales:

Más adelante, Kariya se puede decidir por uno, o con ambos o que se yo 1313.

Espero sus comentarios: Tomatazos, críticas, votación sobre si lo continúo o no.

Ja ne!


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