Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

School Days por Tananlobo

[Reviews - 115]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Por si acaso, 

Masahito Kojima = Byo

Takanori Matsumoto = Ruki

Screw x The GazettE

Notas del capitulo:

Nuevo fic, ¡espero que os guste!

—Buenos días, me llamo Takanori Matsumoto y soy nuevo en esta escuela. Espero que nos llevemos todos bien.

A continuación me incliné en una reverencia muy formal.

—Bien, Matsumoto. Puedes sentarte allí —me dijo el tutor mientras señalaba un asiento vacío junto a la ventana.

Levanté la mirada y la dirigí por toda la clase. Algunos alumnos no me prestaban atención, alguna chica me miraba curiosa y mi primo estaba alegre y sonriente. Empecé a dirigirme a mi asiento cuando alguien abrió la boca.

—Sensei, ese es el sitio de Kojima —dijo un chico castaño con cara de pocos amigos.

—Tienes razón —admitió el profesor y rodeó con la vista toda la clase—. No hay otro asiento libre así que, de momento, quédate allí. Cuando venga Kojima ya te buscaremos otra mesa —me explicó amablemente.

Con la mirada baja me dirigí a mi asiento. Dejé la mochila sobre la mesa y me senté. Estaba en la última fila y pegado a la ventana por lo que solo tenía dos personas que me rodearan. Al lado tenía una chica que se veía simpática y a la que saludé amablemente. Delante se sentaba el chico que había dicho lo del asiento de Kojima, no sabía cómo se llamaba pero se le notaba enfadado.

—Soy Matsumoto, encantado —le dije amablemente.

—Kazuki —soltó con los dientes apretados y enseguida se volvió.

—Bien, empecemos la clase —anunció el profesor.

Soy Takanori Matsumoto, tengo 16 años y me acaban de trasladar a esta nueva escuela. Provengo de una familia acomodada y soy buen estudiante, por lo que no tuve problemas para ingresar en esta nueva escuela. Nos tuvimos que mudar a causa del trabajo de mi padre, que es ejecutivo en una empresa internacional. No pasa mucho tiempo en casa, siempre ocupado con el trabajo y los viajes de negocios, pero es un buen hombre y un buen padre. Mi madre es más sencilla, es una mujer agradable. Trabaja de cocinera en un buen restaurante. Mi hermano mayor estudia en  la universidad y nos llevamos bien. Somos una familia normal y corriente.

En cuanto a mí, soy un chico tímido y no muy sociable. Me cuesta hacer amigos y lo pasé mal cuando tuve que separarme de mis amigos antes de mudarme. Me gusta mucho el arte y disfruto diseñando toda clase de objetos y dibujos.  Me gustaría ser diseñador y centrar mis estudios en ese campo. También soy muy apasionado de la música, pero no esa clase de música aburrida para las masas, a mi me gusta el rock y el visual y me encantaría vestirme y peinarme como ellos, pero mis padres nunca lo permitirían.

No tengo muchos amigos, todos los dejé allí, pero en esta ciudad y en esta nueva escuela está mi primo Rui. Es un chico de mi edad, alegre y divertido, por lo que no me encuentro tan solo. Fue casualidad que coincidiéramos en la misma clase pero me siento aliviado, así me puede ayudar a adaptarme a esta nueva ciudad.

Cuando sonó el timbre que daba por finalizada la primera clase, todos los alumnos se levantaron y empezaron a charlar. Yo me quedé recogiendo los libros y enseguida una chica se acercó a hablarme.

—Hola, Matsumoto.

—Hola —saludé algo tímidamente.

—Soy la delegada de clase, me llamo Mizusawa Mei.

—Encantado, Mizusawa.

—Aquí tienes los apuntes de la clase de literatura —Amablemente me ofreció su libreta. La cogí algo dudoso, pero termine aceptándola y dándole las gracias—. Si tienes algún problema o cualquier duda, no dudes en consultarme. Te ayudaré en todo lo que pueda —se ofreció.

—Gracias, te la devolveré —dije refiriéndome a la libreta.

Ella me sonrió y volvió a sentarse en su sitio. Hojeé su libreta y vi todos los apuntes ordenados y con buena letra, lo que se podía esperar de una chica. Cuando levanté la mirada vi que Rui, mi primo, se acercaba para hablarme pero el profesor de la siguiente clase entró por la puerta y no pudimos hablar.

La hora siguiente pasó normal, salvo que Kazuki, el chico de delante, estaba más pendiente del móvil y de mirar por la ventana que de prestar atención. Suspiré, me estaba distrayendo al mirarlo y eso no era bueno. Por su pelo castaño y el uniforme desaliñado supuse que sería uno de esos chicos rebeldes y pasotas, pero no se veía mal tipo.

Así pasó la mañana y cuando llegó la hora de comer, Rui se acercó rápidamente a mi asiento.

—¿Comemos juntos? —preguntó con una de sus típicas sonrisas.

—Claro.

Nos levantamos y fuimos a la cafetería del edificio.  Rui tenía que comprarse su comida y allí nos encontramos con sus amigos: Takashima Kouyou y Shiroyama Yuu, que iban a nuestra clase, Uke Yutaka y Toshimasa Hara, de la otra clase, y Shinya Terachi, de la clase 3. Me los presentó amablemente y enseguida hicimos buenas migas. Todos eran aficionados a la música y compartíamos gustos, por lo que me sentí cómodo con ellos. Alguna chica también se acercó, era el alumno nuevo y todo el mundo tenía curiosidad por conocerme por lo que, durante unos momentos, me sentí una atracción de feria. Cuando terminamos de comprar, nos dirigimos a la azotea del edificio. Un montón de alumnos se juntaban allí durante el descanso de la comida y se formaba un ambiente agradable.

—Rui, deberías comer algo más —le regañé a mi primo cuando vi que solo había comprado un pan para la comida.

—Claro, como a ti te lo prepara tu madre… —me replicó burlón.

Y era cierto, mi comida era envidiable, pero era una de las ventajas de tener una madre cocinera. Sonreí con burla y empecé a comer. Tenía hambre.

Pasamos un buen rato. Lo amigos de mi primo eran simpáticos y estuvimos riendo. Sin embargo, notaba como alguien me miraba todo el rato y me sentía algo incómodo. Disimuladamente me volví y me percaté de que era Kazuki, el chico que se sentaba delante de mí, quien me miraba insistentemente. Estaba sentado con otro chico más bajo que él y antes de que se dieran cuenta de que los estaba mirando me volteé. El tiempo pasó volando y ya era el  momento de volver a clase. Cuando nos fuimos, Kazuki y el otro chico chasquearon los dientes y me miraron mal cuando pasaron por al lado, pero no les hice caso.

La tarde fue algo más aburrida, pero en general fue un primer día divertido. Cuando terminaron las clases, me dirigí a la sala de profesores. Mi tutor me había citado.

—Sensei, ¿me había llamado? —pregunté cuando llegué a su mesa.

Él estaba apuntando algo en unos papeles, pero los dejó de lado y me miró.

—Sí, ¿qué tal tu primer día en la escuela, Matsumoto?

—Bien. Los compañeros son muy simpáticos —respondí tranquilamente.

—Rui es tu primo, ¿verdad?

—Sí, es una suerte que hayamos coincidido en la misma clase, así no me siento solo y enseguida he podido hacer amigos –expliqué

—Me alegro. ¿Crees que podrás adaptarte bien a la materia y el contenido de las clases? —me preguntó.

—Apenas acaba de empezar el semestre y Mizusawa me ha prestado sus apuntes. No soy un mal estudiante por lo que no creo que tenga problemas.

—Estupendo. Tienes que esforzarte para seguir el ritmo. Cualquier cosa no dudes en decírmela, te ayudaré —se ofreció.

–Muchas gracias, sensei.

—Hasta mañana –se despidió.

—Con permiso. Hasta mañana.

Al salir de la sala de profesores, Rui me estaba esperando. Justo en ese momento, Kazuki entró en el aula de profesores. No nos dijo nada, pero se le notaba en el aura que estaba molesto.

—¿Qué te dijo? —me preguntó mi primo ansioso.

—Nada importante, simplemente cómo me fue el primer día.

—Ah, bien. ¿Vamos a casa?

—No, prefiero quedarme un rato en la biblioteca a fotocopiar los apuntes —respondía mientras le enseñaba todas las libretas con los apuntes de la delegada de clase.

—Está bien.

—Después te llamaré —le prometí antes de despedirnos.

Nos despedimos y él se marchó. Sin embargo, yo no sabía dónde estaba la biblioteca. Con algo de vergüenza volví a entrar a la sala de profesores, le preguntaría a mi tutor. No me acordaba que Kazuki estaba allí hablando con él, por lo que cuando me acerqué no me quedó otra que escuchar su conversación y esperar a que terminaran.

—¿Sabes algo más de Kojima? —le preguntó el profesor.

—Sí, está evolucionando muy favorablemente. Creo que en poco tiempo podrá incorporarse de nuevo a las clases.

—Es una buena noticia.

Entonces el profesor se percató de mi presencia y me miró.

—¿Qué ocurre, Matsumoto?

Algo avergonzado y sin levantar la mirada le respondí.

—Me preguntaba cómo llegar hasta la biblioteca. No conozco el camino y… —respondí tímidamente.

—No te preocupes, Kazuki te acompaña.

Kazuki lo miró seriamente pero no le quedó otra que aceptar. Nos despedimos del profesor y lo seguí por los pasillos con completo silencio, unos pasos por detrás.

—Perdón por haber escuchado vuestra conversación, no era mi intención –me disculpé.

—Tsk.

Quería romper ese silencio incómodo y llevarme bien con mis compañeros, pero Kazuki no ponía de su parte.

—¿Quién es Kojima? —pregunté tras unos instantes, muerto de curiosidad. Dos o tres veces había oído ese nombre, pero nadie me había explicado quién era ni porqué faltaba a clases. Quería saberlo, al fin y al cabo, era yo quien ocupaba su asiento.

—No es de tu incumbencia —me soltó en un tono frío.

Iba a reprocharle algo, pero él se detuvo en seco y se adelantó.

—Aquí está la biblioteca —me dijo mientras señalaba la puerta frente a la que nos habíamos parado.

Miré en la dirección que me señalaba, observando con detalle la sala. Cuando me di cuenta, Kazuki ya se había vuelto y se estaba marchando.

—Gracias por acompañarme —le dije antes de que se fuera y no me pudiera escuchar.

Simplemente hizo un gesto con la mano, sin volverse ni despedirse. Era un tipo bien extraño este Kazuki y el misterio con ese tal Kojima me tenía muy intrigado.

Entré a la biblioteca y allí estaba Mizusawa.

—Hola, Matsumoto —me saludó alegremente.

—Hola.

Vi que llevaba una placa con su nombre y con el cargo de voluntaria de la biblioteca.

—¿Además de delegada de clase eres voluntaria en la biblioteca? Qué responsable —comenté.

–Sí, ven. Te enseñaré la biblioteca.

Con naturalidad me cogió de la muñeca para guiarme por los pasillos y me mostró todo sobre la biblioteca de la escuela, además de explicarme un montón de cosas y ayudarme con los apuntes. Pasamos bastante rato allí hasta que me puse al día de todas las materias. Mizusawa era una chica muy agradable, llevaba el pelo corto y castaño y se le veía siempre enérgica. Cuando terminamos las tareas, los colores de la tarde empezaban a desaparecer para dar paso a los de la noche. El tiempo pasaba volando.

—Supongo que ya es hora de volver —comenté.

—Sí, enseguida cerraremos la biblioteca.

Me guió de nuevo hasta la puerta y allí nos despedimos.

—Muchas gracias por todo lo de hoy, Mizusawa, me has ayudado mucho —le agradecí amablemente.

—No hay de qué, hasta mañana.

—Hasta mañana —me despedí finalmente.

Salí de la escuela y me dirigí a casa mientras recordaba todo lo sucedido durante el día.

—Ya estoy en casa —saludé al llegar.

—Bienvenido, hijo —dijo mi madre desde la cocina.

Me asomé a la cocina y vi que estaba preparando la cena. Hoy tocaba estofado de carne y verduras, una de mis comidas preferidas. Al entrar a la cocina aspiré al aroma que salía de la olla, tenía hambre y además era casi la hora de cenar.

—¿Dónde estuviste hasta tan tarde? —me preguntó más bien curiosa después de besarle la mejilla a modo de saludo.

—Me quedé en la biblioteca de la escuela para ponerme al día con las clases —contesté.

—Bien. La cena casi está lista, ves a cambiarte y baja a cenar —me dijo.

—Vale, mamá.

Subí a mi habitación, dejé la mochila y me cambié de ropa. Mi hermano también estaba en casa y estuvimos hablando un rato antes de bajar a cenar. Poco antes de servir los platos llegó mi padre, por lo que cenamos los cuatro juntos mientras me acosaban a preguntas por mi primer día y tuve que explicar todo. Después de cenar me bañé y me fui a mi habitación. Estuve entretenido navegando por internet, viendo unas series y jugando un rato antes de irme a dormir. Después preparé las cosas para mañana y entonces me acordé que había prometido llamar a mi primo. Era casi medianoche pero me arriesgué a llamarlo. Después de tres tonos descolgaron.

—¿Moshi, moshi?

—¡Ah, hola, Rui! Soy yo, Takanori —saludé.

—Hola, Takanori.

—¿Estabas durmiendo? Siento llamar tan tarde.

—No, no te preocupes. Estaba practicando con la guitarra —me respondió.

Hubo unos momentos de silencio.

—¿Cómo te fue? —me preguntó interesado.

Enseguida le expliqué lo que me había ocurrido en la tarde con Mizusawa y estuvimos mucho rato hablando de los compañeros de clase. Estaba realmente agradecido de tener a Rui en mi clase y así se lo hice saber.  Después recordé el incidente con Kazuki y me quedé callado unos instantes.

—¿Takanori? ¿Qué pasa? —me preguntó.

—Nada, solo estaba pensando que…

—Dime —insistió

—Bueno, no sé si decírtelo.

—¿De qué se trata? Cuéntame —me pidió intrigado.

—No, solo pensaba que Kazuki es un tipo raro y parece que me tiene manía.

—¿Kazuki? ¿Por qué lo dices?

—No sé, he intentado hablar con él pero no me responde. Durante la comida me miró raro y después cuando estaba en la sala de profesores escuché su conversación sin querer. Hablaban de Kojima… —expliqué.

—¿Kojima?

—Sí, la persona que se sienta en mi sitio. He oído su nombre dos o tres veces y no sé quién es —contesté.

—¿Te interesa Kojima? —me preguntó con un tono algo frío, no supe por qué.

—No es que me interese, simplemente tengo curiosidad. Nadie me ha dicho nada y me intriga. Tú lo sabes, ¿verdad? —insistí.

—Sí, pero no es algo para hablar por teléfono.

Eso me dejó aún más intrigado de lo que ya estaba.

—Bueno, mañana me lo explicas —dije ya algo indignado.

—Sí, claro —respondió vagamente y luego cortó la comunicación.

Bufé molesto mientras me acostaba en la cama. Estaba realmente intrigado pero también cansado por todo el día. No tardé mucho en dormirme, mañana sería otro día y lo averiguaría. ¿Por qué nadie me explicaba quién era ese tal Kojima?

 

Al día siguiente me levanté ansioso. Nada más llegar a la clase, Rui se acercó a saludarme, pero no quise preguntarle nada de Kojima, aún era muy temprano y no sabía cómo iba a reaccionar. Tampoco quería verme como un desesperado, así que contuve mi curiosidad. Cuando llegó el profesor y después de saludar, se dirigió a todos los alumnos y habló:

—Antes de que me olvide, chicos —empezó—. Ayer hablé con Kojima. Parece que ya está mucho mejor y la semana que viene volverá a incorporarse a clases —anunció.

Como no sabía quién demonios era ese tal Kojima, me dediqué a observar las reacciones de mis compañeros ante esas palabras. Kazuki y el otro chico bajito estaban contentos, alguna chica y algún otro chico también se alegraron, pero la mayoría parecían molestos o disgustados con esa noticia. Rui, sin embargo, era un chico tan expresivo que no pudo contener la cara de felicidad y la enorme sonrisa al oír la noticia. Todo eso solo hizo aumentar mi curiosidad.

A la hora de la comida, volvimos a ir a la azotea Rui, Kouyou, Terachi, Shiroyama, Uke, Hara y yo. Compartimos un rato agradable y descubrí que la mayoría sabía tocar algún instrumento o estaba aprendiendo. Me sorprendí. Yo era un gran amante de la música pero hasta ahora no había tenido la paciencia suficiente como para aprender a tocar algún instrumento. Rui se ofreció a enseñarme a tocar la guitarra y entre todos decidimos que después de clases nos reuniríamos en casa de mi primo para enseñarme a tocarla. Enseguida pasó la hora y tuvimos que volver a clases. Kazuki y el chico bajito que lo acompañaba actuaron igual que ayer. Me miraban mal mientras cuchicheaban y ya me estaba empezando a enfadar.

Antes de bajar las escaleras que nos llevaban de nuevo a nuestro piso, agarré a mi primo por la camiseta, ya no podía más. Necesitaba saber quién era Kojima. Él se volvió extrañado y me miró curioso.

—¿Podemos hablar? —le pregunté.

—Sí, claro —accedió.

—¡Rui, Matsumoto! —chilló Takashima al ver que nos habíamos detenido.

—Adelantaos vosotros, ahora vamos —respondió mi primo.

Esperamos unos segundos a que la azotea quedara vacía. Una vez que quedamos solos, Rui fue quien me habló.

—¿Qué pasa?

—Nada, dijiste que me contarías lo de Kojima, ¿no? —dije en un tono que intenté que sonara tranquilo. Mis mejillas estaban calientes, seguramente debía estar sonrojado.

—Masahito Kojima es el chico más cool y kakkoi de toda la escuela —me respondió con emoción.

—¿Cool y kakkoi? —me pregunté extrañado, eso era lo último que me esperaba.

—Es un chico decidido y que tiene las cosas claras. No se le puede llevar la contraria y es muy autoritario.

—Algunos compañeros parecían molestos con esa noticia —repliqué.

—Bueno, Kojima es popular en la escuela, pero no por buena reputación —contestó con una risilla nerviosa.

—¿A qué te refieres?

—Es el típico pasota macarra que saca malas notas y falta a clase—respondió—, pero es tan cool y tan guapo —añadió en un tono soñador.

Suspiré algo molesto. ¿Tanta historia e intriga con Kojima y encima era uno de esos delincuentes juveniles que tanto odiaba? Vaya decepción. Rui seguía en las nubes, no sé si recordando la cara de ese tal Kojima.

—Rui, ¿te gusta Kojima? —pregunté asustado por esa reacción tan exagerada de mi primo.

Sabía que le gustaban los hombres y no era algo que me disgustara ni me hiciera cambiar mi amistad con él.

—Sí, pero no se lo digas a nadie —contestó.

—¿Por eso no me querías contar delante de los demás? —corroboré.

Él asintió algo avergonzado. Ahora resulta que mi primo estaba enamorado del macarra de la escuela. ¡Vaya panorama!

—Está delgado pero tiene un buen cuerpo, tiene el pelo corto y negro… —empezó Rui.

—Sí, sí —le corté antes de que empezara a martillearme con sus amoríos. No me interesaba para nada ese tal Kojima—. ¿Por qué está ausente?

—Tuvo un accidente el mes pasado y ha estado todo este tiempo en el hospital —respondió seriamente.

Yo también me puse serio, aunque fuera un macarra o por muy mal que me cayera antes de conocerlo, ese era un tema delicado. Nos quedamos en silencio unos instantes.

—¿Y Kazuki y ese chico bajito? —pregunté.

—Jin, el chico bajito se llama Jin —me explicó—. Son los lacayos de Kojima, siempre van juntos y hacen todo lo que les diga.

Rodeé los ojos algo molesto, ¡vaya año que me esperaba en la escuela con ese tal Kojima y el agrio de Kazuki!

Enseguida sonó el timbre que avisaba del inicio de clases y rápidamente volvimos. En uno de los descansos de la tarde, me acerqué a Mizusawa. Todavía estaba intrigado por lo de Kojima y quería oír una segunda opinión.

—Mizusawa —la llamé algo tímidamente ya que ella estaba hablando con otras compañeras.

Enseguida volvió la mirada hacia mí y me sonrió.

—Dime.

Las amigas de Mizusawa me miraban insistentemente y ella también. Me sentí algo cohibido, no podía preguntar algo así con toda esa gente alrededor.

—¿Podemos hablar un momento? —pregunté.

—Sí, claro. Dime —dijo sin moverse del asiento.

Me removí incómodo. No sabía qué hacer para hablar con ella en un lugar más privado sin que todo el mundo lo notara. Finalmente suspiré y me armé de valor.

—Vayamos allí, mejor —diciendo esto señalé la esquina de la clase, cerca de la ventana donde no había gente.

—Como quieras —aceptó algo confusa.

Las amigas de Mizusawa me miraron extrañadas y empezaron a cuchichear. Por eso no quería decir las cosas delante de todo el mundo, ahora se formarían rumores sobre mí y Mizusawa para nada ciertos. Rápidamente fuimos a la esquina y la miré a los ojos. Ella estaba levemente sonrojada, quizá también se había imaginado cosas que no eran. Suspiré resignado, mi curiosidad me iba a matar algún día.

—No pienses nada extraño, solo quiero preguntarte algo relacionado con los compañeros —me aseguré de dejar las cosas claras antes de que empeoraran.

Ella hizo una mueca de decepción que rápidamente disimuló.

—Claro, dime.

—¿Podrías explicarme quién es Kojima? —pregunté curioso.

Ella soltó un suspiro en el que pareció que liberaba tensión. Miró por la venta, no muy conforme con esa pregunta, pero siempre tan responsable que no podía decirme que no.

—Masahito Kojima es estudiante de nuestra clase. Hace un mes sufrió un accidente y desde entonces está en el hospital recuperándose y no ha venido a clase. Se sienta en tu sitio y parece que ya está mejor, porque la semana que viene volverá —explicó calmadamente.

Asentí tras escuchar sus palabras pero no estaba conforme ni satisfecho con esa respuesta. Era demasiado formal y era lo mismo que dijeron los profesores.

—Vale, ahora quiero saber tu opinión sobre Kojima. ¿Cómo es en realidad? —me atreví a preguntar.

Mizusawa se extrañó por esa pregunta tan directa. Seguramente debía estar pensando cómo era posible que supiera tanto si hacía solo un día que había llegado. Sin embargo sonrió pícara y no se negó a contestarme.

—Es de los típicos macarras y chulos, que se creen superiores a los demás y que les gusta mandar. Saca malas notas y suele escaquearse durante las clases para ir a fumar. En mi opinión es una persona arrogante y desagradable —me explicó.

—¿Y Kazuki?

—Kazuki y Jin son sus mejores amigos, los lacayos que siguen al líder.

—Perfecto, gracias. Era todo lo que necesitaba saber —le agradecí satisfecho.

Ella me sonrió y volvió a su asiento algo sonrojada. Conseguí sacarle esa faceta más personal y no tan formal y correcta que lleva siempre. Con esto ya me había formado mi idea sobre Kojima. Ignorarlo totalmente porque yo con gente de ese tipo nunca me había juntado, no los soportaba.

La tarde pasó tranquila y cuando finalizó el colegio fuimos a casa de mi primo Rui con todos los chicos, tal y como habíamos quedado. Fue muy divertido y aprendí muchas cosas sobre la guitarra.

Durante toda la semana tuve que aguantar que Rui me explicara historias heroicas sobre Kojima que lo hacían parecer más cool y kakkoi. Es increíble como en tan solo una semana fui capaz de aborrecer a una persona que ni siquiera vi en persona. La semana pasó rápido, enseguida me adapté a las clases, a mis nuevos compañeros y me sentía a gusto con los amigos que hice. Kazuki seguía ignorándome, Mizusawa seguía buscando excusas para hablarme y cada vez tenía más curiosidad por conocer a Kojima, pero a la vez más rabia contra su persona por lo que me habían contado de él.

Así pasó la semana y llegó el lunes siguiente, el día en que iba a ver al gran Kojima en persona.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? Espero opiniones, comentarios, sugerencias, lo que sea.

Nos leemos pronto ~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).