Ni bombos, ni platillos.
5 de agosto de 1012.
Es el último año de secundaria para mí y para todos mis compañeros, faltan pocos meses para que el año llegue a su fin, siento alegría porque comenzará una nueva etapa de mi vida pero me entristece que sea el primer y último año junto a la persona que amo. Ambos somos compañeros de curso. Sé que no somos compatibles en ningún sentido, él prefiere patear una pelota, mientas que yo me conformo con leer un libro, quiere ser un gran deportista y novio de Taylor Swift, yo sueño con ser maestro de primaria y brindar educación a los niños. No seré su novio- soy un chico-por eso solo me conformo siendo su amigo… ¿Qué será de mi vida cuando no pueda verlo más? La universidad esta tan cerca, incluso ya estoy inscripto en una que está muy lejos de aquí. ¿Cómo are al estar tan lejos y no saber nada de lo que suceda?
Al comenzar el año cuando la preceptora nos informo que se nos unirían seis chicos del curso de la división C, debido a que éramos un número demasiado bajo para un curso- apenas 18 alumnos- la mayoría se enojo pero a mí no me importo hasta que lo vi cruzar por la puerta con los demás.
Ya pasaron más de cinco mese y solo he podido hablar con él en charlas grupales, me saluda cuando nos vemos y me juega una que otra broma pero solo hasta ahí, el trato no pasa de ser el de unos buenos compañeros, me encantaría que fuese más que eso. Tres años viéndolo de lejos junto a sus amigos o novias, encontrándonos fuera del cole en contadas ocasiones y hoy solo he logrado tenerlo de amigo en fasebook.
Pero pensar en las cosas que pude haber hecho y no icé no me ayuda. No debó de ser el primero con un amor imposible, a lo largo de la historia han habido muchos “amores gais” –aunque ahora que lo pienso no recuerdo ninguno–quizás un milagro enviado desde el cielo lo haga enamorarse de mí, podría ser, aunque pedirle a nuestro pobre Dios todo misericordioso que le guste a un chico no es muy cristiano, mejor dejarlo tranquilo, para que llenarlo de más problemas.
Ahora me pregunto dónde estarán Marcelo y Sofía, llevo buscándolos desde que comenzó el recreo y aun no los encuentro. Porque el colegio tiene que tener tantos pasillos, ya me cruce dos veces con Lujan-quien por alguna razón que desconozco me odia-nunca me lleve mal con alguien y ella la persona más odiosa y engreída, tenía que ser la primera, para colmo es la mejor amiga del chico que me gusta y siempre que me ve me dice “rubia” usando ese tono sarcástico y burlón- rubia salí de acá, rubia me tapas el pizarrón, rubia para de hablar que me desconcentras, rubia esto, rubia lo otro, me tiene cansado, por suerte es la única con quien tengo una relación tan tensa. ¿Donde se metieron mis amigos? No me quiero cruzar de nuevo con ella.
– ¡Hey!– doy media vuelta y veo que es… –tengo que enseñarte algo.
– ¿Cómo ?– toma de mi mano y me arrastra por los pasillos, siento un movimientos muy fuertes en mi pecho, la sangre se agolpa en mi cara asiendo que me sonroje. Estoy acalorado y no es por estar corriendo unido por nuestras manos. Es por él.
Ojala nunca dejáramos de correr. Me encanta ver como se mueven su cabello enrulado cuando corre. No quiero saber que es aquello que quiere enseñarme, deseo simplemente seguir así aunque todos nos mire no me importa porque con el cerca es como si el resto no existiera.
Pero de pronto, el se detiene y suelta mi mano, lo que tanto temía sucedió, era lógico que pasara, veo como apunta algo, sigo con mi mirada su rostro sonriente y luego divisó aquello que quiere enseñarme.
– ¿Qué pasa?- ambos estamos en frente de la pizarra de anuncios en la entrada de la escuela y aun no entiendo porque…
–¡¡Mira!!–Me dice– te dije que ese examen era “papita pal loro”. Mas fácil imposible– no entiendo nada, lo único que veo en la pizarra son un montón de hojas con números, fechas, nombres y la imagen de un perro que se le perdió a una profesora de primer año – ¡Aquí!– me señala con su dedo– Martínez Darío: 9, ¡un 9!... ¿No es un numero hermoso ?...es tan lindo.
– ¿Y…?-todo fue por su nota en el examen de química, ja, increíble.
– ¿Cómo” y”?…me saque un 9, a ver si me entendes, es casi como un milagro para un pibe como yo que apenas puede llegar al 6, es algo que se dice se da una vez cada diez años y hoy me ha tocado a mí. Soy un bendecido…es un milagro Ari– explica con una expresión de suma alegría y trato de no reírme por lo ilógico que eso suena.
– ¿Milagro o señal del apocalipsis? su cara cambia a una de indignación por mis palabras y no puedo aguantar más la risa –jajaja…perdón, perdón, es muy gracioso…jajaja…
–Ja, ja. Como se nota que la envidia te co… ¿te co…? , teee…
–Te corrompe –el me mira en forma dudosa como no queriendo darme la razón. Este es el chico del que me enamore tan simple en todo, incluso en sus facultades mentales– blanco Ariel –ósea yo, le digo señalando mi propia calificación–un 10.
– ¿Cómo que 10?–al parece no se avía dado cuenta – ¿pero como podes tener 10 y yo 9?
–Hay gente que estudia mas y…
–Pero si te copie todo…
– ¿Cómo? – acaso oí mal.
– ¿Eee?…nada…era una… broma. Si una bromita que te quería hacer. Jajaja…ja…ja.
–...
– ¿Porque me miras así?... ¿tengo algo en la cara?-y como no mirarlo de mala manera con lo que acaba de confesar.
–Por eso te sentaste al lado mío en la sala del laboratorio, copión. ¡SOS UN HIJO DE PU¡…
–NOOOO!!! Con mamá no te metas he…No permito que le faltes el respeto a mamina…– ¡ya! Tiene razón no debo meterme con su madre ella no me ha hecho nada, pero el sí– que mujer mas santa que mi madre no hay, además no fue tan así. Aunque no me creas estudie, de verdad te lo digo… solo que una, dos o… nueve preguntitas no me acordaba y te espié un poquito para confirmar simplemente lo que YO… ya savia– acaso se está burlando.
Nunca en mi vida un examen fue tan caótico. Estaba feliz por tenerlo a lado mío, aunque sentí nervioso al principio, trate de tranquilizarme, mi cerebro respondía las preguntas sin ninguna dificultad, pero mi corazón no para de decirme que me encontraba a su lado y mi cuerpo se aproximaba mas al suyo casi con voluntad propia, nunca estuve tan lleno de sentimientos como en ese día. Se podía escuchar claramente las lapiceras moviéndose por las hojas, el leve suspiro que exhalaban mis compañeros intentando recordar algo de lo que avían estudiado y lo peor era que al tenerlo tan cerca podía no solo oír sino también sentir su respiración, ese fue el momento en el que mi autocontrol se puso a prueba y ahora entiendo el porqué. Era él quien se acercaba a mí, para copiar mis respuestas, él muy infeliz un total hijo de…
RIIIINNGG
– ¡Siii… me salvo la campana!
– Y bien salvado porque tengo unas ganas de romperte la cara -si no fuera tan físicamente débil te o quizás con diez centímetros más de altura ESTE IDIOTA me respetaría un poco
–No te enojes Ariel. – se burla de mi otra vez, acomoda su cabello mientras nos ponemos en marcha rumbo al salón de clases. –vamos rápido que tengo hambre.
– Vos siempre tenes hambre, vivís comiendo a toda hora. Si no fuera porque practicas deporte seguro serias como una ballena– no sé cómo llegara a los 30, pero si sigue así de seguro será rodando.
–Por supuesto, practicar tanto deporte requiere de mucha energía por lo cual tengo que comer más, aunque, hay algo que quiero comer desde hace mucho…-me cuenta caminando a mi lado– y a vos no te vendría nada mal aumentar un poco de carne a eso debiluchos huesitos – acaso quiere que le demuestre que tan débil soy dándole un golpe en la cara- vamos más rápido o llegamos tarde.
Esta vez no toma mi mano sino de mi muñeca derecha y tira de mí por los pasillos ya vacios, ambos corremos hasta llegar a la puerta del salón. Puede ser un poquito mañoso pero así es como me gusta. Al llegar me suelta y entra primero seguido por mí, la profesora Alicia de filosofía ya se encuentra escribiendo en el pizarrón, creo que llegamos algo…
– ¡Tarde blanco!… la próxima no entra, me escucho–la profe me llama la atención apenas entro y solo a mi aunque Darío lo izo solo unos segundos antes que yo-siéntese y copie –cuanta injusticia, después no se queje por no recibir regalo el día del maestro.
–si profe… – algunos de mis compañeros se ríen por lo bajo y yo solo me trago mi enojo. Llego a mi mesa la cual comparto con Pia que se sienta a mi derecha, quien solo me sonríe al verme. Darío se sienta dos filas atrás de mi en el fondo con los “más altos del salón”-presumidos- En esta escuela todos los años el primer día de clases te forman en una fila de menor a mayor, tanto chicas como chicos, luego unen las dos filas y forman las parejas, un chico y una chica por pupitre doble, ubicados en las tres hileras que se forman en el aula .Años atrás me tocaba con mariana pero este año Pia quiso hacer trampa usando zapatos con tacón-su idea era compartir mesa con Peter-pero la profe se dio cuenta y termino conmigo.
Los primeros días mucho no nos relacionábamos pero después la cosa mejoro y ahora nos tratamos casi como hermanos, es increíble pensar que después de tantos años de tenerla como compañera no la haya tomado en cuenta. La verdad es que me llevo bien con todos pero solo compartía una verdadera amistad con Belén, Marcelo y Sofía .la mayoría a pesar de estar separados siempre han formado grupos con los que mejor se relaciona y debes en cuando algún grupo se desunía por peleas o diferencias entre ellos y eso le paso a Pía.
El año pasado, una pelea-creo yo - por un chico, izo que las demás la ignoraran y quedo aislada del resto, se unió por tiempo con el grupo de Lucas pero no duro mucho, ser solo una chica en un grupo de hombres no es algo muy fácil, aunque creo que cierta chica de pelo negro y ojos color café llamada Lujan Ruiz tiene algo que ver, creo por algún motivo detesta a los rubios ¿será resista? Aunque en el caso de pía es un rubio a base de tinturas y decoloración, no como mi cabello con un color rubio claro natural –mi pelo es lindo lo tengo que reconocer-que motivo escondido habrá para que nos odie. Pero ahora no importa está en mi grupo de amigos y nos llevamos muy bien, aunque no se cómo empezaron sus problemas creo que ella ya los supero.
–Te busque en el recreo ¿Dónde estabas? me pregunta Pía hablando bajo para que la profe que nos explica el ejercicio no escuche.
–Me secuestraron.
– ¿Quién?
–Un extraterrestre – le respondo.
–Hamm… ¿podría ser un extraterrestre que mide cerca de 1,80, de ojitos café, piel morena y la cabeza llena de rulitos?
–…Podría ser-en realidad es quien ella piensa pero mejor callo, conociéndola ya se debe de estar imaginando toda una película.
– ¿Entonces podría ser que su nombre empiece con D y termine con ario…?
– ¿Podrías… dejar que me concentre en copiar la tarea?-si no la detengo ahora seguirá y seguirá molestándome.
–Bien, te dejo…pero a la salida no te me escapas –creo que será un largo regreso a casa.
Aun ronda en mi cabeza eso que me dijo Darío a cerca de tener un poco mas de carne en mis “huesitos “.No me considero alguien tan delgado, mido 1.58 cm y peso 55 kg creo que estoy en un peso normal para tener 17 años, ¿o no…? El es más alto, por más de 10 cm, no es muy musculoso pero tiene una espalda ancha, brazos fuertes, una hermosas piernas bien marcadas por el vendito futbol y esos glúteos firmes que se le marcan cuando usa jeans … dios, mejor paro o me va a dar algo.
– ¿Ari? –susurra Pia
– ¿Qué pasa?
–Abrí la boca.
– ¿Por?- veo que tiene un caramelo en los dedos, seguramente ha de ser para mi, abro la boca y ella mete el caramelo– está… rico… gracias.
–Qué bueno que te guste. –Ahora que lo pienso, ceo que se apuesto de acuerdo con Darío porque siempre me invita algo de comer y en este mes han sido muy frecuentes.
Faltan diez minutos para la salida de clases y aun sigo copiando lo que está escrito en el pisaron, no me falta mucho por suerte.
–Abrí la boca- susurra nuevamente pía cerca de mi oreja.
– ¿Me vas a dar otro caramelo? – ella no responde, solo me mira fijamente así que solo me limito a obedecer. Pero me toma sorpresivamente del mentón y se acerca rápidamente a mi cara, está tan cerca separada de mi apenas por milímetros– ¿Qué haces? – ¿acaso querrá…besarme?
Lentamente se aparta, Taguada y Saracho que están sentados atrás de nosotros han visto lo que izo y solo se ríen.
–Pía que osada, te lo ibas a chapar delante de todos –le escucho decir a Saracho
–Naaa…solo quería saber si tenías buen aliento –dice mientras guiña un ojo–nunca se sabe cuando te puedan besar –los dos que están atrás nuestro siguen riendo mientras yo aun no se qué hacer.
–Estás loca –es lo primero que me sale decirle –podrías haberme preguntado o guardarte tu duda para la salida.
–Tómalo como una ayuda que luego me agradecerás.- ¿Qué? ¿Una ayuda?- no te enojes.
–Si no quieres que me enoje no deberías hacer cosas que me hagan enojar. ¿Por qué intentaste… besarme, aquí delante de todos?
–Yo no quise besarte.
– ¡SI QUISISTE!
–¡¡¡BLANCO!!! –mierda, me olvide de la profe -¿Se quiere quedar después de hora y ayudar con la limpieza ‘?-obviamente no profe
–Perdone…yo… es que…
– ¿Se puede mantener callado al igual que el resto por cinco minutos más alumno blanco?
–Si…-que la tierra me trague, que la tierra me trague, que la tierra me trague…
Los cinco minutos más largos de mi vida, todos me miran y hablan por lo bajo por lo que paso. Y Aun no termine de copiar la tarea, suerte que me falta poco es lo único bueno, tres renglones mas y termino.
RIINNNGGG
Al fin… listo. Me voy a mi casa y me olvido de este horrible día
–ARIEEEL…-Belén casi me deja sordo con semejante grito -¿me acompañas a mi casa?
–Belu, somos vecinos, y es obvio que te voy acompañar –al igual que los últimos cinco años.
–No te desquites conmigo que yo no te hice nada
–Perdón Belu, hoy fue un mal día- uno muy malo
–Bueno, mejor te ayudo a guardar tus cosas –toma mi cartuchera aun abierta y al querer guardarla en mi mochila que esta colgando debajo de mi mesa, tira todas mis cosas al piso, mis bolígrafos, reglas, lápices y monedas, todo está tirado –perdón –belén se agacha a recogerlas del suelo–perdón, perdón, no…no fue a…
–Deja que te ayude Belu-Pía también se agacha a recoger unos lápices que rodaron hasta sus pies y al sostenerse con su mano de la mesa sujeta de mi carpeta y tira de ella asía abajo asiendo que caiga al suelo, pero a medio camino choca con sus piernas y provoca que todas las hojas sueltas quede desparramadas en el piso –huy…perdón
Yo aun sentado en mi silla sin saber que hacer primero, si recoger mis lapiceras, monedas y demás cosas de mi izquierda o levantar mi carpeta y sus hojas que están a mi derecha, pero pía y Belén solo me miran, ninguna se digna a levantar algo del suelo.
–Ari…perdona, no fue a propósito – dice Belén dejando en la mesa frente a mi cartuchera con solo la cuarta parte de su contenido– ¿verdad que si Pi…?
– ¡LAS VOY A MATAR! –Todo el día estuve tratando de estar calmado, pero en estos momentos lo único que quiero es liberar mi furia contra estas dos taradas.
– ¡CORRE! –grita Pía antes de que la agarre. Usando la mesa como escudo para que no la atrape, la empuja contra mí y ambas salen corriendo del aula dejándome solo.
–SON UNAS HIJAS DE PU-Sorpresivamente alguien por detrás mío me tapa la boca con su mano.
– ¡Eee! ¿Qué forma es esa de tratar a unas damas?– ¿Darío? mierda no me di cuenta que seguía aquí, ¡nooo!, el vio todo lo que paso.
– ¡Soltame! –le pido al separándome para verlo a la cara y enfrentarlo–esas no son damas son un par de… taradas que voy a matar cuando las atrape.Par de...
– ¡Eee! Que boquita la tuya Ariel, quien te viera tan calladito y bien portado ahora hecho una fiera –quisiera matarlo a él también–…estas pisando tus hojas
– ¿Qué?- –miro al piso y en verdad las estoy pisando-carajo-mis zapatillas rojas están encima de mis blancas hojas –mierda y recontra mier…
– ¡Otra vez!, bajemos un poquito los decibeles a las malas palabras, si…
–Pero que cara dura, en el partido pasado te la pasaste puteando a todo mundo porque no podía meter un gol- le recuerdo mientras levanto mis cosas–hasta en Córdoba* te debieron haber escuchado
–Aquello era diferente-dice mientras levanta las cosas que están de su lado.
– ¿Diferente? Ja, ja, no me hagas reír, cuando te sacaron tarjeta roja no te escuche decir “perdone señor árbitro no fue mi intención romperle la pierna en pedacitos al pobre chico.”
– ¡El se metió en medio del arco y yo! Además el futbol es un deporte de contacto y esas cosas pueden pasar.
–Si vos lo decís.
Acomodo todas las hojas como puedo, algunas tendré que rehacerlas, mierda, cuando agarre a ese par...las are sufrir, si…Jajaja tengo un par de fotos para subir a fasebook apenas llegue a mi casa, jajaja… ese será el comienzo de mi venganza ya van a ver.
–Hay algo que dije que no escuchaste– ¿Qué…? ¿Qué dijo? –ase como un mes me puse como meta tener al menos una buena nota en alguna otra materia que no fuese educación física. Pensando me di cuenta que todas son muy difícil y muchas ganas de estudiar no tenía entonces.
– La asiste fácil y me copiaste.
– ¿Aun no me crees que estudie?–hay no, por favor no, no lo hagas, y lo izo…un suspiro de resignación se escapa de mi boca mientras solo veo sus cabello enrulados cayendo asía delante ocultando su carita triste, esa carita que conozco my bien porque siempre la ase cuando quiere enternecerte y conseguir algo para su beneficio.
–Te creo…
– ¿Enserio?
–Si, en serio-no me gusta verlo triste, aunque esa tristeza sea fingida-pero no lo hagas de nuevo
–Bien por mí no hay problema–pero que rápido se recupera – ¡que felicidad! – Ahora sonríe, ya solo le falta dar – ¡siiii!–saltos de alegría. El chico que me gusta es bipolar me acabo de dar cuenta. No sé porque pero solo el logra llevarme del amor al odio en solo segundos. –ha, se me olvidaba contarte, veras yo dije que si me acaba un 9 o10 en alguna materia yo iba a…
– ¿Qué ibas a hacer? –pregunto ya terminando de acomodar mis cosas en la mochila sobre la mesa.
–Yo tenía que partirle la boca de un beso a… ¿a? –un escalofrió recorre mi espalda ante lo que acabo de escuchar–tengo su nombre en la punta de la lengua.
–Quien sea la afortunada de seguro estará más que feliz–las manos me tiemblan, sujetó fuertemente mi mochila tratando de parecer tranquilo –ella será…muy feliz…
– ¿Por qué no me acuerdo su nombre?
–Disculpa pero no me interesa. Me tengo que ir…ya es…algo tarde y, y yo –es mejor irme, sujeto mi mochila y la subo a mi hombro derecho–nos vemos mañana–cuando avanzo asía la puerta siento como Darío me sujeta por la cintura con sus manos asiendo que me detenga, siento su pecho pegado a mi espalda y ubica su cara en mi hombro–Que estas asiendo…– ¿Por qué hace esto?...
–Ariel…no te vayas aun porque tengo que…darte un beso.