Solicitudes de amistad. (1)
Akira Suzuki - Confirmar/Mas tarde.
¿Akira Suzuki? Gente agregando a otra a lo idiota...-susurro para si mismo el joven castaño. Solo por curiosidad vería como era ese extraño.
Se dedico a ver sus fotos con parsimonia. -Vaya, pues no esta nada mal.-comento. Después de ver sus fotos noto que tenían los mismos gustos. Tal vez dos o tres años mayor que el, pero decidió aceptarlo.
Confirmar.
-Demonios, se me hizo tarde.- Cerro su notebook y se dispuso a dormir.
Al día siguiente, ya en el instituto le comento a su mejor amigo, Kai, lo que había sucedió el día anterior.
-Taka, ¿porque lo aceptaste?.-pregunto un histérico Kai.
-Vamos Kai, el sujeto no parece malo. Ademas, es guapo.- expuso el menor de los dos, recordando como era aquel rubio mal teñido.
-Ruki, debes tener cuidado. Aceptar a extraños no es bueno. ¿Y si te secuestra? Te podrían violar, prostituirte, cortarte en pedacitos y vender tus órganos por Internet, o también...
-Kaaaai, estas exagerando.-interrumpió el castañito a su amigo, cansado de las advertencias de este. -No me hará nada, enserio.
-Taka...¿no quieres que te recuerde lo que sucedió con el, verdad?
Ruki bajo la cabeza. No, no, no, no... ¡Demonios Kai! ¿Porque lo tenias que mencionar?.- pensó. Odiaba recordar "eso".
-¿Porque lo mencionaste?.-parecía que Ruki quería sonar firme, lo cual estaba saliendole pésimo. Su voz se escuchaba entrecortada.
-L-lo siento... No quería recordartelo. Solo, ¡agh!... no quiero que ese tipo te haga daño. ¿Entiendes?.-el mas alto se acerco a Ruki, tomándole las manos e inclinando su cabeza en señal de arrepentimiento.
-No te preocupes. Era pequeño. Ahora estoy consciente de mis acciones y los riesgos que implican estas. No se repetirá. Vayámonos, nos castigaran si nos quedamos mas tiempo aquí.-comenzó a caminar. Aun sin levantar la cabeza. Kai se quedo parado en el lugar, preguntándose si Ruki estaría bien. Como respuesta, el rubio se dio la media vuelta y le sonrió a Kai. Una sonrisa sincera.
-La verdad es que se veía muy tierno en sus fotos... Así que decidí enviarle la solicitud.- comento Reita, comenzando a caminar.
-¿Y te acepto? Dudo que desee ser amigo de una iguana degenerada como tu.- Uruha quería burlarse de su amigo. Parecía muy interesado en el "niñito tierno".
-Pato, deberias de apoyarme. No burlarte de mi... Oh, pobre de mi. ¿Que clase de amigo eres?.-dramatizo Reita, llevándose una mano a la frente. Lo que provoco las risas de ambos chicos.
-Es tu culpa por juntarte conmigo. Entonces, ¿te acepto o no?
-No lo se, no he revisado. Llegando a casa lo veo.- suspiro.
-Por su bien, espero que no. Yo no lo haría si fuera el.- Seguia echándole leña al fuego.
-Ah cállate.- Y con esa amorosa despedida, Reita se separo de Uruha y entro a su hogar.
-Regrese.- No sabia a quien demonios avisaba de su llegada, no había nadie en casa.
Tiro la mochila en alguna esquina, tomo su laptop y la encendió. Ya mas tarde haría su tarea. Se entretuvo leyendo los estados de las pocas personas que tenia como amigos. Que idiotas, pensó. Observo que tenia notificaciones pendientes y se dedico a verlas. De arriba a abajo las leyó sin interés. Especialmente una hizo que se detuviera:
Takanori Matsumoto ha aceptado tu solicitud de amistad. Escribe en la biografía de Takanori.
-En tu cara, maldito Uruha.- susurro, burlándose de su amigo. Esta conectado, debería saludarlo...
-Hola.
Visto: 16:34.