Firefly
(Luciérnaga)
Era la Isla perfecta, para descansar, relajarse y, disfrutar de unas pequeñas vacaciones, el lugar era de en sueños, y ademas, estaba deshabitada. Por una vez en mucho tiempo, llegaban a una isla en la que no fuesen recibidos por la marina, ni por ciudadanos, que quisieran asesinarlos, o peor aun, entregarlos al Gobierno Mundial.
Las palmeras les daban la bienvenida, agitando sus ramas, hacia una especie de jungla que iba hacia el interior de la Isla.
Bajaron del Sunny, y abordaron el pequeño Merry, para poder llegar a la playa de blanca, y suave arena, dado que en el Sunny, había cuatro usuarios de Akuma no mi, (aunque el agua no les habría cubierto por completo,) estarían de igual manera, en problemas, no podrían mover ni un solo musculo, y terminarían hundidos.
-Comida! Comida ! Comida!- gritaba un pequeño, con sombrero de paja, que apenas el agua hubo tocado sus pies, corrió a la orilla, con los brazos extendidos hacia el cielo, en dirección al bosque que allí había.
-No tiene remedio- comento un joven rubio, deteniéndose en la orilla de la playa, y quitando la mirada del pequeño, para encender un cigarrillo.
-En serio ese tonto es nuestro capitán?- preguntaba, sarcásticamente, un chico de cabello verde, que llevaba tres pendientes en su oreja izquierda, y tres espadas, ceñidas al cinto. El muchacho rubio, se volvió a mirarlo, y soltó una risotada al ver lo que el peliverde traía en la cabeza.
-Que es tan divertido rarito?- pregunto el peliverde, cruzándose de brazos ante la risueña mirada del rubio.
Sanji, sin ningún miramiento, se tiro de espaldas sobre la húmeda arena, y se revolcó de la risa, al ver al renito, montado en su cabeza.
-Porque te ríes Sanji?- le pregunto el renito, molesto -me caí al agua porque no paraban de moverse de un lado a otro...y Zoro, simplemente me ayudo! Ya no te rías- le regaño, el pequeño animalito.
-No te preocupes Chopper, su cerebro esta tan retorcido como su ceja!- dijo Zoro, con una vengativa sonrisa en la cara, mientras se llevaba las manos a los bolsillos y pasaba junto a un Sanji que había, abruptamente, interrumpido la risotada.
-Que no pueden estar un momento en paz?- dijo Chopper, mirando a Sanji, tiernamente, mientras este le devolvía una mirada tranquilizadora.
Zoro,le dio una mirada, insinuadora, a Sanji, y que Chopper, no pudo entender.
Dos mujeres, la pelinegra, y la pelinaranja, les hacían señas con los brazos para que se apresuraran a seguirlos.
Sanji, corrió hacia ellas, aunque no de la manera en que solía hacerlo, si no que de manera normal, algo que llamo la atención de Chopper.
-Ya voy...- dijo Sanji, yendo con ellas, a los que luego se les unió Ussop, y Franky.
-Donde esta ese esqueleto pervertido?- se pregunto Zoro, aun mirando al rubio, que llevaba ambas chicas colgada de sus brazos.
-Dijo que quería quedarse en el barco, dijo que las ramas se le enredan en sus huesos...-contesto Chopper.
De pronto, Zoro aparto la vista del rubio para, volverla hacia su derecha.
-Que sucede Zoro?- pregunto Chopper, ante el repentino movimiento de cabeza.
-Alguien mas esta en esta isla...había estado pendiente de nosotros pero...no había notado la presencia de alguien mas- contesto él.
-Sanji también sabe usar Haki verdad?- pregunto el renito.
-Si...porque lo preguntas?-
-Me parece que Sanji también noto esa presencia...-señalo al rubio, y Zoro, lo siguió con la mirada.
-Ve con los demás Chopper, pero no le digas nada a Luffy...estará cansado tras la ultima pelea...deja que ese pervertido y yo nos encarguemos-
El lugar gozaba de una flora y fauna exquisita. Chopper se unió a Nami, Robin, Franky, y Ussop, y se internaron en la selva, en busca de suministros, como comida, medicina, plantas extrañas, para Ussop, para usarlas como proyectiles, etc.
Sanji, y Zoro, por su parte iban hacia el roquerío de donde provenía aquella sensación.
Brook, dormía bajo los naranjos de Nami, y aunque no tenia piel, podía fingir que sentía la brisa de la tarde.
Asi lo vé Luffy
Luffy por su parte, ya estaba revoloteando por algún lugar, de la Isla, apartando hiervas y ramas de su camino. Llego hasta lo que parecía un claro, en el que había un lago.
Estaba rodeado de arboles, y plantas, y los rayos del sol de la tarde, le daban un aspecto realmente hermoso. Hacían que el agua emitiera un leve brillo, cristalino. Luffy, salio de detrás de las hojas que le llegaban hasta el pecho, y se inclino sobre el lago. La brisa que agitaba las hojas de los arboles, le desplazo suavemente su sombrero de paja hacia atrás, dejando que ésta jugase con el cabello del pelinegro.
-Se siente muy bien estar aquí...- decía cerrando sus ojos, y sintiendo en su piel, la fresca brisa de la tarde.
Se recostó mirando hacia el cielo, sobre el pasto, que raramente no picaba como el pasto normal, éste era agradable al taco, un poco parecido al que tenían en el Sunny Go.
La tranquilidad, de sentir que no era perseguido por la marina, y de saber que estarían unos días allí, lo relajo de tal manera que se quedo profundamente dormido.
Sin embargo, había alguien más, en esa Isla. Alguien, que los había estado siguiendo en secreto, pero principalmente había estado observando al pequeño capitán, que, como era habitual en él, salia por ahí solo, sin sus nakamas, para explorar el lugar.
El sujeto que lo observaba, camino por un sendero que , por lo visto, se había formado a la fuerza, como si alguien hubiese pasado por ahí antes.
Mientras, iba despejando su camino, diviso, unos puntitos brillantes no muy lejos de donde se encontraba. Siguió avanzando, y llego al lago en que se hallaba Luffy, dormido.
Paso por su lado, mirándolo. El sombrero de paja estaba a un lado de Luffy, y éste, yacía, recostado, boca arriba, con una mano a la altura de su abdomen, sobre la cicatriz, el otro brazo pasaba por sobre su cabeza. Algunos cabellos, le cubrían un poco su apacible rostro, y vio justo el momento en que Luffy, se relamía sus labios, que estaban entreabiertos.
El extraño, no pudo evitar sonrojarse, y sentir un cosquilleo a la altura de su ombligo. Se paro al borde del lago, y le presto atención a los puntitos brillantes que iban de un lado a otro, y como se reflejaba el brillo en el agua, iluminaban aún más el claro.
Un gemido lo hizo volverse, y prestarle su atención al pequeño que yacía sobre la hierva, mientras la brisa nocturna le apartaba un poco el cabello el rostro.
“¿Que demonios estará soñando?” pensó, cuando lo vio por segunda vez que se relamía sus labios, y retorcerse levemente, y quedar recostado de lado.
El extraño, se acerco a él, para verlo de cerca. La causa de sus ligeras sacudidas, era sus manos que estaban entre sus piernas.
-¿Que estarás soñando pequeño mono?- susurraba el extraño. El sujeto, giro hacia sí, el rostro dormido del pequeño, y se acerco a Luffy, rozando su piel, con su respiración agitada, para depositar un beso, en el cuello del moreno.
Los puntitos, brillaban intensamente, mientras revoloteaban alrededor de ellos. El misterioso sujeto, volvió, a depositar otro beso, ésta vez, en esos suaves labios, que entreabiertos, por leves gemidos, le ponían cada vez mas ansioso.
Dormido, Luffy, respondía el beso, alzando un poco sus manos, hasta el rostro del extraño, dejando que, introducir la lengua dentro de su boca, comenzando asi, una pequeña guerra de lenguas.
El crujir de unas ramas lejanas, y el revolotear repentino de un pájaro, le hizo apartarse del joven capitán, espantando a las lucecitas que estaban a su alrededor.
Dejo al muchacho, que comenzaba a moverse, dando a entender que se despertaría.
El sujeto, se perdió entre los arbole y plantas cercanas. La causa del repentino crujido de ramas había sido provocado por los mismos animales que habitaban el lugar.
-Que bien dormí...- dijo desperezándose, momentos mas tarde.
Luffy, se despertó, sentándose en el lugar, y restregando sus ojos, para luego parpadear un par de veces y notar que ya era de noche.
Cuando ya pudo enfocar todo claramente, se puso de pie, luego sintió algo extraño, pero agradable. Se llevo dos dedos a sus labios, y noto que estaba un poco humedecidos.
-Un sueño- se dijo triste, mientras alzaba la vista hacia la luna que tenia encima -nada mas fue eso-
Con la brisa, acariciando su rostro y agitando su cabello, y las hojas de los arboles, cerro los ojos, mientras se volvía hacia el lago.
Se le vino a la mente, la imagen de un joven, un poco mayor que él, que siempre llevaba una larga Catana con él , también tenia un sombrero en forma de hongo, con pintitas negras, que solía llevar sobre su cabeza, y que solo dejaban a la vista unos ojos grises.
Podía percibir esas suaves y ardientes caricias que hacia tiempo no sentía en su piel, que hizo, que sonriera, y que se abrazara a si mismo a la vez que un suave gemido escapaba de su boca.
Abrió los ojos de golpe, y comenzando a respirar de manera agitada.
Por fin reacciono a aquella sensación, que se había quedado en su piel. Ese joven que había visto por primera vez, en la casa de ventas de Sabaody, y que se habían aliado en esa ocasión, para quitarse a los marines de encima, y que en otra ocasión, había salvado su vida, tras la guerra de Marineford, (aunque le dolía la muerte de su hermano, se había prometido a si mismo que, iba a cumplir su sueño, que seguiría adelante,) hacia dos años, se había vuelto realmente importante y necesario para él.
Pero ahora, ese doctor, debía estar lejos, muy lejos quizás.
“¿Cuando te veré de nuevo?” se dijo, mirando y acariciando su cicatriz del pecho.
Un brillo anaranjado, lo saco de sus pensamientos, y sensaciones. Cientos de puntitos brillantes, habían aparecido de entre los arboles y ramas cercanas, moviéndose hacia el lago, reflejando su luz, en sus aguas.
Luffy, miraba fascinado el lago, sonriendo, con el espectáculo que esas lucecitas le estaban ofreciendo.
Las diminutas motas brillantes, volaban en circulo rodeando el lago, iban de un lado a otro, y de arriba a abajo, y otros volaban junto al pelinegro, que no tardo en corretear de un lado a otro intentando capturarlas.
-¡Luciérnagas!- decía alegremente, mientras seguía tras sus presas.
Pero no eran cualquier luciérnaga, eran una extraña especie, también conocida entre los piratas como la “Luz Mensajera” y algunos sabían que estas se hallaban solo en esa Isla, y que era muy extraño, que se mostraran ante los humanos, aunque en esta ocasión, había sido una excepción, Luffy, aunque sin que el se enterara, era la segunda persona a la que se mostraban.
De pronto, todas volaron al centro del lago, lejos del alcance del muchacho. Sin embargo, una de las brillantes luciérnagas, se quedo frente a Luffy, y éste extendió su mano, para que el pequeño y brillante insecto, se posara en ella.
El puntito de luz, caminaba por la palma de su mano, haciéndole cosquillas al joven, que reía divertido. De pronto, las que volaban en el lago, se desvanecieron, dejando que solo la luz de luna brillara sobre él.
Se quedo allí, un instante, pensando en su joven medico, y luego, decidió regresar con los demás.
-Regresare mañana- dijo, y se encamino, por donde mismo se había venido, llevándose con él a la pequeña luciérnaga.
Ya se había alejado lo suficiente del lago cuando oyó que lo llamaban. Reconoció aquellas voces.
-¡Luffy!- El moreno miro en todas direcciones, buscando de donde lo habían llamado.
-¡¡¡Chicos!!!- contesto él, y se quedo allí, esperando a que alguno de sus nakamas apareciera.
Todos, oyeron el grito de Luffy, unos lo oyeron cerca y otro, lo escucharon un poco apartado. Al fin de cuenta todos se encontraron con su capitán.
Nami, Chopper, y Ussop, aparecieron por la derecha de Luffy. Franky y Robin, por su izquierda, unos momentos después, y finalmente, aparecieron Sanji y Zoro, detrás del pelinegro.
Sanji, estaba un poco despeinado, y terminando de arreglarse la ropa que tenia también algo revuelta, y Zoro, se acomodaba sus catanas, y también su ropa, mientras los demás lo observaban divertidos.
Luffy, los miro, sintiendo algo de celos de ellos, y sonrió, de manera triste.
-¿Donde demonios te habías metido?. Pregunto Nami, con las manos en su cintura, y expresión molesta.
-Encontré un claro, por ahí...-dijo señalando detrás de Zoro y Sanji.
Ambos muchachos se miraron.
-No vimos nada como eso ahí atrás- dijo Sanji mientras encendía uno de sus cigarrillos.
-Sera mejor que regresemos...ese cadáver debe estar preocupado...- dijo Franky.
Nami, Chopper, y Ussop, encabezaban la marcha, seguidos de Franky y Robin, ésta iba del brazo del peliazul. Sanji y Zoro, iban un poco mas atrás de ellos, Sanji había apoyado su cabeza en el hombro de Zoro, mientras caminaban y éste le había abrazado, acercándolo mas a su cuerpo.
Luffy los miro, mientras sonreía tristemente.
Todos, tenían a alguien quien les hiciera compañía por las noches, en el Sunny, todos menos él.
Pensaba, mientras los veía alejarse un poco de él.
Nami, seguramente dormía con sus preciosos Berris bajo la almohada, Chopper, que entendía bastante bien el comportamiento humano, le alegaba saber que, sus amigos eran felices como eran, y que él era feliz, sabiendo que sus nakamas estaban ahí para cuando ellos lo necesitasen.
Ussop, solo pensaba en su amada Kaya, esperaba pronto volver y contarle todas sus historias de sus aventuras.
Franky y Robin ya se habían establecido oficialmente como pareja, y todos sabían que, el peliazul, se quedaba en la habitación de la arqueóloga.
Brook, no tenia interés en los seres, que tuvieran piel y órganos, aunque si le atraían las mujeres, pero le encantaba pedirle a Nami que le enseñara sus bragas.
Todos sabían que Sanji y Zoro, tenían una relación, Luffy se quedo mirándolos un momento.
Su mente, lo llevo a esa grandiosa noche, en que ambos, habían oficializado su relación.
“Flach Back”
“Todos parecían felices, dado que aquella noche celebrarían los dos meses que el peliazul y la arqueóloga, llevaban de romance oficial. Comida, música, cantos, risas y bebidas, rebosaban en la mesa, alegres por el suceso, todos estaban alegres, excepto dos personas, que se miraban de reojo.
Zoro simplemente no le quitaba la mirada a Sanji, y hacia que el rubio, se pusiera nervioso y se sonrojara.
Había pasado un montón de cosas entre el espadachín, y el cocinero, que, a pesar del ambiente, alegre y fiestero, todos notaban la tensión que había entre los muchachos.
Luffy, dio el pie, para que Sanji y Zoro, aclararan sus problemas.
-¿Porque no se lo dices de una buena vez Zoro?- dijo el pelinegro.
Todos se volvieron a mirarlo, mas por la seriedad de lo que había dicho, que por como dejaba de lado su plato, que estaba repleto de carne.
-¿De que hablas?- pregunto el espadachín.
-Solo digo que no deberías conformarte con solo mirarlo, es obvio que te mueres de ganas de besarlo y todo eso...- dijo, poniéndose de pie, y cubriendo su rostro con el sombrero.
-Luffy...-dijo Sanji.
-Deberían aprovechar que se tienen el uno al otro, y que siempre pueden verse...- por alguna razón, que en ese momento sus nakamas no entendían, notaron que la voz de su capitán se quebraba. Definitivamente dejo su plato, ya no tenia apetito.
-Perdón Franky, Robin...por estropearles la fiesta...pero de pronto no me siento muy bien...-dijo Luffy, y vio a Zoro, que se levantaba de su silla, e iba hasta Sanji.
-Tienes razón- todos miraban atentos la situación, que acababa de darse.
Sanji, lo veía acercarse, eso era peligroso, porque querría comérselo a besos, y tocar su piel, y arrancarle la ropa, y muchas cosas mas.
-Deja eso Sanji por favor- dijo Zoro, tomándole la mano al rubio, y quitandole suavemente el plato con la otra, y lo dejaba sobre la mesa para perderse los dos por ahí.
Luffy también se fue a caminar por el barco, pensando e intentando calmarse y entender que le pasaba.
Oyó, voces, cerca del mascaron del barco. Utilizando su habilidad, subió hasta la caseta, que estaba justo encima, y se quedo observando a sus nakamas. Increíblemente sus voces llegaban a sus oídos, con total claridad.
-Bien- decía Sanji -¿que tienes que decir?-
-Hemos tenido problemas en nuestra relación y quiero que los aclaremos en este momento, y acabemos con todo esto-. Había dicho Zoro, en un tono un poco nervioso.
-Ya veo...después de todo no eran solo malos entendidos...jamas fue serio nada de lo que me decías o lo que hacíamos.-
-Sanji...- intento decir Zoro.
-Tienes razón, es mejor que esto acabe ahora, antes de salir lastimados en serio por esto-
decía Sanji, con la voz entrecortada, pero esforzándose por que saliera firme y decidía.
-Creo que no estas entendiendo- dijo Zoro.
-No te molestes por explicarme nada...no tienes porque hacerlo tampoco, y esta bien asi...no te preocupes, estaré bien- Sanji hizo ademan de querer irse, pero Zoro, volvió a tomarlo de la mano, y lo detuvo, mientras sonreía, al ver al cocinero, tan afligido.
Sanji, se volteo a mirarlo, y le dolió verlo sonreír asi, sintió una dolorosa opresión en su pecho, lo que hizo que sus ojos se le nublaran por las lagrimas, entonces nunca fue nada serio en la relación, intento soltarse del agarre del peliverde, pero no pudo.
-Veo que no lo has entendido-dijo, aferrando con un poco mas de fuerza, la muñeca de Sanji, y empujándolo, con su mano libre, contra la pared,que sostenía el mascaron del barco, y llevando luego, ambas manos del cocinero por sobre su cabeza, mientras Sanji solo miraba hacia un lado, evitando la mirada del peliverde.
-Da igual...porque de todas formas termino cayendo en tu juego, y te dejo que hagas lo que quieras conmigo, solo soy un juguete para ti...¿porque iba yo a interesarte en algo? Claro, una mujer es mucho mejor que un hombre...-se respondió a si mismo.
-¡Eso es lo que piensas de mi Sanji? ¿Crees que solo juego contigo, y que una mujer seria mejor que tu?- esta vez, Zoro tubo que respirar profundo para calmar su voz entrecortada, y hacerla que al menos sonara como un susurro.
-¿Acaso me equivoco?-dijo el rubio.
Luffy, seguía mirando desde arriba, y luego noto que los demás estaban también escondidos en distintos puntos del barco, pero cerca observando la escena.
-Me refería a que quería acabar con todas estas confusiones que estábamos experimentando, y que dejáramos todo esto en claro para terminar con esos problemas, jamas dije que quisiera dejarte y terminar la relación, pero si eso es lo que tu quieres, no pienso obligarte a que estés conmigo...de ninguna manera podría herirte...me dolería mas a mi que a ti verte cada día, y no poder tocarte. Ya no debes preocuparte, aunque sienta que me muero, no te molestare...-soltó las manos del rubio, y se aparto dándole la espalda. Este de dejo caer, hasta el piso, y se quedo allí, con las lagrimas brotándole sin piedad de los ojos, “Acaso...esta diciendo que...” pensó Sanji, y como si Zoro le leyera el pensamiento, se acerco de nuevo y se agacho, junto al rubio, lo agarro por la barbilla, y lo obligo a que Sanji lo mirara.
-Jamas fuiste un juguete Sanji, esos besos que te di eran todos sinceros, las caricias que te regale, siempre fueron apasionadas, y jamas se me paso por la mente que una mujer me satisfacería mas que tu...- se quedo mirando los llorosos ojos del cocinero, a la vez que las lagrimas escapaban también del peliverde.
-Zoro...-logro decir Sanji.
-Voy a hacerte una pregunta y quiero que me respondas con la verdad ¿de acuerdo?- le dijo, acercándose cada vez mas al rubio. Sanji temblaba descontroladamente, y sentir las manos de Zoro en su cuerpo, no lo ayudo del todo.
-Tranquilo...ahora responde, ¿en verdad quieres terminar con todo esto?- Zoro no le quitaba la vista de encima.
Sanji, no paraba de temblar, ya no soportaría mucho mas estar asi de cerca de su espadachín, y no hacerle nada. Lentamente, se fue acercando al peliverde, acortando la distancia entre ellos, hasta que solo unos milímetros lo separaban se sus boca. Lo atrajo hacia sí, jalándolo de las solapas de su saco, y depositando por fin ese beso que hacia un rato, estaba deseando morir en los labios del peliverde.
Y sin mas, enterro su cabeza en el pecho de Zoro, mientras este lo oía sollozar. Zoro lo abrazo, y volvió a obligarlo a mirarlo.
-Te vez adorable cuando pones esa cara...- le dijo, y le beso. Era un beso desesperado, que no tardo en ser respondido, mientras Sanji, introducía sus manos por la camisa de Zoro.
Todos los que habían estado observando la escena, se iban en silencio a sus recamaras, dejando solos a la pareja, incluso Luffy, se fue a su cuarto, esperando que algún día, el pudiera entender tan bien, sus sentimientos, ponerlos en orden, tener un final como el de sus compañeros.
Fin del flash Back”