El lugar le era fascinante. Adoraba las paredes empapeladas en ese sutil color crema y las finas y delicadas cortinas de seda que imitaban a la perfección una confección de tipo inglesa. Los sillones borgoña hacían lucir la estancia aún más lujosa de lo que en verdad era, y ni que hablar de la enorme cama tamaño king size con dosel incluido que llama la atención a primera vista.
Pero por sobre todas las cosas, lo que a Choi Siwon lo tenía paralizado de gozo eran las calientes y dulces notas que salían de la boca de Donghae cuando Hyukjae lo embestía sin piedad. Le encantaba ser espectador del fuerte movimiento de los músculos de su amigo cuando penetraba la gloriosa entrada de Lee Donghae. Y cuando este le pedía por más, creía que moriría de la satisfacción que le provocaba el sensual sonido de la cama que crujía sobre el elegante parqué de madera.
¿Cuándo había comenzado todo esto? ¿Desde cuando le apasionaba… no, le extasiaba ver a los mellizos Lee en esa extrema y excitante actividad? Ah… ya lo recordaba, desde que le confesaron sin un ápice de vergüenza que les encantaría un ménage á trois* en las duchas del gimnasio.
-Mmm ¡Hyuk! … aah..más..más..¡por favor!- que placer… Cada vez que el pequeño gritaba sentía como su parte baja se revolvía en un sin fin de emociones prohibidas. La práctica era casi un ritual, cada mes, a la misma hora y en el mismo lugar, Siwon los esperaba a la luz de las velas de una exquisita cena con manjares exóticos. Cada platillo era preparado a gusto de sus gemelos, cada elemento de la decoración era elegido en base a sus preferencias, todo debía estar perfectamente preparado para el disfrute de sus íncubos personales.
- ¿Debería parar Siwon? Te ves cansado- el suave murmullo de la voz de Hyukjae no hacia más que encenderlo. El joven lo miraba desde su posición, sentado en el medio del lecho con su hermano en su regazo, quien no paraba de saltar en un vaivén cadencioso sobre el miembro de su compañero con una expresión en su rostro que delataba cuanto disfrutaba la situación.
-Cansado nunca cariño. Tal vez aburrido por tu poca imaginación ¿Cuantas veces has tomado a Hae del mismo modo? ¿Acaso no les he enseñado como se hace?- refutó desde el sofá color caramelo, comenzando a quitase su cara camisa Ralph Lauren – Me obligan a tener que repetir todo desde el principio-
-¿Todo? Aaah… mmm.. tal vez sea.. ¡Ammn!.. ¡necesario!- la sonrisa gatuna en el sonrosado rostro de Donghae y su polla de un adorable rosa vivo le decía que ya era tiempo de intervenir.
-Les encanta verme enfadado ¿eh? No será mi responsabilidad si no pueden salir como llegaron- cada paso que daba cerca de la cama, más rápido sentía que su sangre fluía caliente por sus venas y el aroma a sexo solo hacia que el monstruo que se alojaba en su pecho deseara tomar a esos dulces universitarios con toda la fuerza de su cuerpo. Gateando jadeantes, con sus cuerpos cubiertos por una fina capa de sudor los hermanos se acercaron a su pecho hasta terminar de rasgar la exclusiva prenda que cubría su torso.
-No te hagas rogar, sabemos que quieres..-
-…terminar en nuestros lindos traseros…-
-…así que…-
-…fóllanos…- y lo poco que quedaba de decoro y conciencia en su mente salió volando tan pronto como esas bocas sincronizadas le susurraban a cada lado de su cabeza esa innegable petición.
-Tengan por seguro queridos, que eso haré-