Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quisiera que entendieras mis sentimientos por Alexis Elric

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es el final. Espero que haya mejorado de lo que era. 

Un desastres. 

Alfred despertó con mucha  hambre, se bañó y fue a la cocina a ver si encontraba algo de comer pero la refrigeradora estaba vacía, se había olvidado de hacer las compras. Eso era algo que hacia Arthur. Estaba demasiado habituado a esa rutina.

Lo mejor sería pedir comida a domicilio. El ver la refrigeradora vacía le hizo plantearse una idea, debía arreglar la casa completamente; después de todo la última vez que la habían limpiado fue cuando Turquía destruyo el lugar. Quizás lo mejor sería que la arregle él de esa forma podía votar todo lo que no necesitara.

Aun había cosas en el cuarto de Arthur debía deshacerse de ellas, su habitación estaba intacta, quizás ya era hora de desechar eso. Cuando empezó a limpiar decidió comenzar en su habitación, la cual era un verdadero desastre. Desde que Arthur se había ido las cosas no eran iguales.

El closet era lo último que le faltaba; lo abrió y empezó a sacar ropa que no usaba; también reviso las cajas; entonces la encontró. La caja tenía varios regalos guardados. Los miro con curiosidad; se dirigió hacia la cama y volteo el contenido. 

Entonces tomo uno, lo miro con recelo y dudo si abrirlo o no. Lo hizo, al sacar la envoltura vio una nota la tomo y leyó.

“¡Feliz cumpleaños! últimamente estás cansado sé que pasan cosas abrumadoras pero todo pasara. Sabes cada vez que cumples años me acuerdo el día en el que te independizaste de mí,  pero ahora soy muy feliz de ver cómo has crecido es algo increíble, me hace realmente feliz verte así, te has convertido en una gran persona y me alegra poder estar a tu lado, conservemos estos momentos en nuestra memoria, Te Amo.” 

 

Alfred se sorprendió a leer eso, entonces acabo de desenvolver el regalo y vio una foto en un retrato con la foto de ambos. La segunda caja conservaba una rosa o lo que quedaba de ella. Las hojas están secas, ni siquiera podía adivinar de qué color había sido. También había una nota.

“Hoy estuve muy feliz al enterarme que había resuelto las cosas  con Turquía; pensé ilusamente que ibas a llegar a casa en la noche; había decidido darte una gran sorpresa para celebrar, a pesar de que fue un poco difícil conseguir las cosas para la cena estaba decidido. Llegue a pesar que algo así ibas a querer celebrarlo. Si lo hiciste o no, es algo que no puedo asegurar. Lo que puede decir con certeza es que no te interesaba celebrarlo junto  a mí.

Espere a que llegaras durante varias horas; albergando la esperanza de que llegarías. Te excusaba porque quería, sabes que es lo peor de confiar en alguien, que no lo haces porque esa persona te lo pide; lo haces porque decides confiar; es tu decisión hacerlo. Yo decidí confiar en ti porque te amo y la verdad creo que mucho para esperar durante tres horas tu llegada.

Pero una vez más destrozaste mi confianza; últimamente te has vuelto un experto en herirme quizás ya no me quieres o quizás nunca lo hiciste, quien sabe. Pero si te molesto o no me deseas en tu vida dímelo, porque siento que estoy buscando un gato negro en una habitación oscura y sabes que es lo peor, que en el fondo sé que el gato no está.”

Alfred sintió una punzada en el pecho, desde hace cuánto tiempo Arthur venia sintiéndose así. Él nunca lo dijo, nunca se quejo

Tomo el ultimo regalo y lo abrió; en el encontró un álbum de fotos lo reviso y dentro habían fotografías de ellos incluso habían varias de cuando él era pequeño, cuando llego al final de álbum había un pequeño mensaje que decía “FELIZ ANIVERSARIO, TE AMA ARTHUR”.

 

En ese momento Alfred estaba sin palabras prácticamente inmóvil al ver en la carta que estaba en la parte superior de la cubierta la abrió:

“Hoy es nuestro aniversario y creí que iba ser el día perfecto pero fui un tonto al pensar, sabes yo esperaba mucho este día estaba muy entusiasmado por que llegara tanto que hice una reservación en un restaurante y un hotel para  la noche yo quería que pasaras todo el día junto a mí, pero no fue así porque lo olvidaste por completo. Te puedo perdonar todo, pero esto no te lo perdonare nunca, me has lastimado como no tienes idea  me duele demasiado. Es increíble ver como en realidad no te importo, llevamos cuatros años juntos y solo recordaste nuestro aniversario los dos primeros años.

Llegue a pensar que las cosas mejorarían, pero  estuve realmente equivocado. Puse todo de mi parte para tratar de arreglar la situación pero no lo conseguí, porque una relación es de dos. Y a ti no te importa en lo más mínimo. Ya nada es lo mismo te has distanciado de mí y ahora me tratas de una forma distante y fría. Ha pasado mucho pero has borrado tus buenas acciones con las malas. Me has dicho cosas muy crueles a pesar de eso he intentado convencerme de que las cosas no son como las dices, que solo es tu enojo hablando pero ahora que no es así solo hay una realidad  y esa es que yo no te importo.

La primera vez que estuvimos juntos fue una experiencia inolvidable me tocaste como nadie jamás lo había hecho,  en ese momento me hiciste sentir que me amabas de verdad es algo que nunca voy a olvidar, sin embargo cuando nuestra relación empeoro ya no te importa mi persona era cuando tu querías, donde tu querías, y no se te podía decir que no, nunca te importo saber cómo me sentía de repente empezaste a preocuparte del “Yo” no sé cuando empezamos a tener sexo y dejamos de hacer el amor,  durante los primeros meses cuando estábamos juntos cada vez que estaba junto a ti era una entrega total,  mutua pero de repente dejo de ser así hoy me dijiste que en la vida se ponen  prioridades y me di cuenta de que yo no soy una de ellas, creo que nunca en sido una prioridad para ti, soy solo la persona con la que compartes la casa y la cama nada más, “tu concubina personal” como una vez me llamaste.

Quizás sea una verdadero error que tú seas mi primera prioridad, perdóname por convertirte en lo principal de mi vida, perdóname por querer monopolizarte, perdón por querer ser todo en tu mundo perdóname por amarte tanto,  pero sinceramente ya no sé qué hacer estoy desesperado, si no me amas solo dilo. Dímelo para poder entenderlo y dejarte ir, si no lo dices claramente dudo que tenga el valor de dejarte.”

Alfred sintió las lágrimas corriendo por su rostro, no podía creer todo lo que leí en verdad eso lo había escrito Arthur, así se había sentido con su indiferencia, quizás él estaba siendo muy estúpido y había pensado que Inglaterra siempre lo esperaría o soportaría. Pero la verdad es que ahora se daba cuenta de sus errores.

Recordaba cada pelea, las veces que le grito y dijo cosas hirientes. Hay estaban dentro de él solo que había decidido desplazarlas a un lugar donde no le recordaran lo cretino que estaba siendo, recordó las veces que forzó al Arthur a hacer algo que no quería, diciéndole que estaría bien que debía complacerlo. Y él no se quejaba solo cedía sin decir nada.

Siempre había oído decir que el amor era una entrega total y eso era  lo que había hecho Arthur se había entregado a él de tal forma que había olvidado quererse él mismo, y lo único que había hecho  era destrozar a Inglaterra, lo había roto.

Quizás para él había sido solo sexo (al comienzo); pero para Arthur había sido más que eso y no había podido verlo a tiempo. Seco sus lágrimas y entonces vio la pequeña caja, esa no la había revisado. La abrió dentro estaba un anillo idéntico al que le había devuelto Inglaterra la noche del baile.

—Es el mío —dijo al probárselo en su dedo. Había un sobre era el último, ya no tenía ganas de leer algo más. No lo soportaba pero la curiosidad de saber que decía lo hizo abrirlo, después de varios minutos de duda.     

Nunca creí que esto terminaría así pero las cosas pasan por algo, estoy dolido  pero no sé si es por los golpes o por la forma en la que me trataste. Dicen que no hay mal que por bien no venga y esto me ha servido para por fin darme cuenta que yo no valgo nada para ti.

Ni siquiera me ayudaste a ponerme en pie, incluso me dijiste que lo merecía. Acaso tenía idea de cómo me sentía, Turquía me golpeo hasta que perdí la conciencia y había roto mi brazo, te parece que me merecía todo eso. Nunca creí que tendría las fuerzas para dejarte pero hoy después de ver la forma en la que saliste y me dejaste tirado en tu baño me hizo entender.

A pesar de que lo intente mi amor nunca te llego y aunque es muy doloroso no se pude hacer nada, te dejo tu anillo el que te sacaste un día porque te sentías avergonzado de tener el mismo anillo que yo. Me llevare el mío, para recordarte y recordarme que no debo amar a nadie la misma forma en que lo hice contigo, porque duele que no puedas entender mis sentimientos. Duele demasiado.”

Alfred suspiro, sentí una impotencia muy grande, había sido un estúpido. Un verdadero estúpido. No sabía que podía hacer, se sentía tan perdido tan mal.

Quizás la bebida podía ayudar.

[Cuatro meses después]

 

Los meses que siguieron no fueron fáciles para Arthur y Alfred, la depresión llego más pronto que tarde, Arthur se aisló del mundo estaba muy dolido no hablaba con nadie, no quería ver a nadie estaba decidió a olvidar a  América pero el amor era tan cruel que no le permitía arrancárselo. Recordaba las cosas buenas y malas pero todas dolían, dolían demasiado.

Su vida se estaba yendo a la mierda pero no sabía cómo salir de ese hoyo oscuro, odiaba ese maldito dolor que le provocaba Alfred.

 

Alfred se había refugiado en la bebida y en esos meses todo era simplemente doloroso y se llenaba de ira con facilidad, había días en lo que culpaba al mundo y otros en lo que amanecía tan deprimido que se odiaba a él mismo y luchaba contra el impulso de ir a buscar a Inglaterra de pedirle perdón porque ya no valía nada, lo había arruinado todo. Estaba jodido, ahora tenía toda una vida para arrepentirse porque había sido el imbécil supremo.

 

Pero las cosas no se podían mantener así por siempre.

Era comienzo de noviembre y Arthur había pasado en confinamiento cuatro meses, por eso cuando la carta de Francia llego pensó que lo mejor sería salir. Debía incorporarse a su vida poco a poco. 

—Hola Arthur— exclamo Canadá acercándose a Inglaterra, cuando lo tuvo cerca sintió pena, estaba esbelto y ojeras adornaban sus rostros.

—Hola —respondió, dándole un intento de sonrisa.

 —Es bueno verte, estaba un poco preocupado ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos. —Canadá le dedico una sonrisa, la preocupación se reflejaba en sus ojos.

—Solo no planeaba enfermarme, lamento haberte preocupado. 

El rubio quiso decir algo pero no lo hizo, mordió su labio y antes de que Inglaterra pudiera reaccionar lo abrazo, ninguno dijo nada, pero dios sabia cuanto Arthur necesitaba ese abrazo —Lo siento —murmuro el rubio, Inglaterra no entendió porque se disculpaba, pero antes de que pudiera preguntar Francia apareció.

—Hola —saludo Francia mientras se acercaba—, ¿qué está pasando aquí? —pregunto mientras sonreía.

Canadá se separó de Inglaterra y se aferró a Francia, —No le hice nada —dijo Inglaterra algo contrariado. El muchacho había comenzado a llorar de repente.

—Lo sé, es solo que últimamente a soportado mucho —Inglaterra quiso preguntar pero no lo hizo—. Amor, deberías descansar. —le murmuro mientras lo abraza y depositaba besos en su cabeza. Canadá dijo algo en francés que no pudo entender.

El otro asintió y le seco las lágrimas —Nos disculpas, ve atrás enseguida te alcanzo —Inglaterra asintió, la situación era un poco incomoda. Cuando vio todas las platas que decoraban el lugar sintió como se llenaba de calma, la casa de Francia era un lugar muy bonito.     

Se sentó y aspiro el aire. Después de todo salir de casa no estaba tan mal.

—Necesitamos hablar —La voz de Francia lo había sacado de sus tranquilidad.

—Juro que no le hice nada a Canadá. —Francia rio.

—Necesito que me cuentes lo que paso con América— el rubio sintió que su corazón se aceleró al escuchar esa petición.

Hubo un silencio incómodo. Francia espero pero no hubo repuesta, soltó un suspiro y continuo —No sé qué paso entre ustedes, pero debió ser muy duro para ambos.

 

—No puedo hablar de eso, me duele mucho —agregó.

Entonces Francia lo supo, América no había mentido —No necesito que me lo digas, pero necesito que me escuches. Hace unos meses atrás, Canadá recibió una llamada era de un hospital habían internado a Alfred por un coma etílico, estuvo tres días inconsciente, fue algo realmente duro para Canadá después de eso tuvimos que desintoxicarlo, no dio mucha lucha pero se veía realmente mal, decidimos traerlo con nosotros por el miedo de que volviera a beber. Pero eso solo era la punta del iceberg Alfred estaba sufriendo de insomnio y pasaba por una terrible depresión. Decidimos llevarlo con ayuda profesional.

El diagnóstico fue preocupante, necesitaba terapia cuatro veces por semanas y asistir dos días de la semana a un grupo para controlar la ira. La primeras períodos fueron duros no quería ir a las terapias o salir de la habitación, pero un día Canadá lo enfrento, él exploto y se sacó todo del pecho. Entonces supimos todo lo que había pasado entre ustedes, después de eso lloro cerca de tres horas en los brazos de su hermano.

Ese quiebre fue bueno se volvió más cooperativo, ha asistido a sus terapias y su mejora se nota.

—No sé por qué me cuentas todo esto —Arthur intentaba controlar las ganas de llorar no podía creer lo que escuchaba. Alfred no era tan débil.

—Lo sabes, lo más probable es que pasaras por lo mismo o peor, solo lamento no haber estado para ti. Pero encontrarte fue imposible, sé que lo has pasado mal, pero quiero que sepas que tienes mi apoyo.   

—Sigo sin entender porque me llamaste.

—Él quiere hablar contigo.

—Pues yo no, la última vez fue demasiado doloroso.

—Lo sé, no los dijo —Inglaterra lo miro con sorpresa.

—Entonces no me pida esto.

—Es la única forma en la que ambos pueden continuar, él sigue deprimido a pesar de todo y tú estás igual que él, necesitan decirse las cosas de forma correcta y permitirse avanzar. Alfred necesita pedir perdón, no te pido que lo perdones solo escúchalo.

 

 

 

Hubo un silencio Alfred seco sus lágrimas —Lo haré, pero no seré responsable de lo que le diga.

 

Francia asintió correría ese riesgo.

 

Cuando Alfred vio a Arthur sintió que el corazón se le pararía por la culpa. Dolía verlo —Hola —saludo acercándose y ocupado el asiento que antes había usado Francia. 

 

No hubo repuesta, Alfred se dedicó a ver a Arthur estaba en un estado deplorable, al igual que él, no era la persona que recordaba no tenía la sonrisa que le gustaba tanto, él se la había borrado.

 

—Si no tienes nada que decirme, me voy —Arthur se puso de pie y Alfred lo tomo de la muñeca, él reacciono apartándose.

 

—No quise incomodarte —agregó mientras retiraba su mano—, solo siéntate, por favor.

 

Arthur obedeció —Encontré los regalos y las notas —dijo mientras miraba sus manos—, fue doloroso pero me hizo darme cuenta de lo estúpido que fui. Sé que no tengo derecho a pedirte disculpas o que me perdones no lo merezco y todo lo que te hice fue realmente estúpido. Solo lamento haberte pisoteado, ahora entiendo que el poder para lastimar a alguien más no es algo de lo que deba estar orgullo. Tenerte a mi lado se volvió costumbre y al  no escuchar reclamos creí que eras mío y podía hacer contigo lo que quiera. No me di cuenta del momento en que se torcieron mis actos, seguro fue algo duro para ti y aunque no sirva de nada, lo siento, lo siento tanto. —Las lágrimas mojaron sus manos.

 

—Te equivocas —Alfred levanto la mirada, los ojos de Arthur estaban llorosos. Escucharte pedirme disculpa es algo bueno, pero has empujado dentro de mi tanto dolor que no puedo dártelas seria hipócrita de mi parte. Has cambiado y me alegro por ti, es bueno ver que has salido de la tormenta, solo quiero que tengas algo claro. No te odio, nunca lo he hecho y no podré hacerlo. Pero tampoco puedo perdonarte, hiciste una herida muy profunda, aun me duele.

 

—Lo sé, yo no perdonaría.

 

Arthur se inclinó y sobo su mejilla —No te odies, me alegra haber sido y yo otra persona quien lastimaras, no soportaría que dañaran tu imagen. Todos perdemos el camino alguna vez, ver que te estas encontrando es bueno. Ahora yo necesito hacer lo mismo, no he dicho que no te voy a perdonar, solo que ahora no puedo.

 

Arthur se apartó y Alfred extraño el contacto —Daré lo mejor de mí —dijo Arthur—, espero que también lo hagas y la próxima vez que nos veamos, todo estará bien; podremos mirarnos a los ojos sin dolor, resentimiento o rencor.  

 

Ya superamos una separación, superaremos esto. Alfred asintió.

 

[Dos meses después]

 

Arthur miro su reloj; tenía tiempo de ver una película. Esa había sido su última sesión con la terapia, después de hablar con Francia lo persuadió de que eso era lo mejor. Le había tomado dos meses de terapias pero ahora todo estaba mejor.

 

En ese momento su celular sonó, era un mensaje. “El calor es demasiado, siento que moriré. ¿Qué vas a hacer hoy?”

 

“Tengo la tarde libre, veré un película.”

 

“¿Puedo recomendarte una?

 

“Ok.”

 

“Perdida, morirás de la emoción”

 

“Eso espero, gracias por la recomendación.”

 

Arthur guardo el celular y sonrió. Llevaba un mes chateándose con Alfred después de lo que paso en casa de Francia solo lo había visto una vez que fue cuando lo disculpo. Ahora las cosas eran más sencillas.

 

 

[Un año después]

 

Alfred miro su reloj, se sentía impaciente esa iba a ser su primera cita con Arthur después de un año entero. Las cosas se habían arreglado de manera lenta, la segunda vez que se reunieron fue porque Inglaterra lo cito y ese fue su turno de escuchar, él se había sacado todas lo cosas que guardaba en su interior y al final de cuentas lo había disculpa.

 

Después de eso se volvieron a ver personalmente, solo en las reuniones. Y las cosas fueron un poco incomodas al comienzo luego de una semanas comenzaron a escribirse por mensaje. No era siempre, lo hacían de vez en vez, sin embargo esto se volvió una práctica diaria en algún momento sin que ellos se dieran cuenta.

 

De esta forma se empezaron a reunir como amigos para ver películas o simplemente comer algo, no era nada más que eso. Pero de alguna forma todo se volvió más entrañable, a pesar de que ambos habían cambiado, Alfred era más relajado y despreocupado. Sin embargo el carácter de Arthur se había vuelto duro y estricto. Era firme, aquello le agradaba mucho a América.

Durante meses estuvieron así se escribían todos los días y se veían cuatro veces al mes o menos, pero Alfred había decidido tomar la iniciativa y decidió invitar a una cita a Arthur, este acepto no de forma inmediata pero lo hizo. Y ahora hay estaba él esperando con los niervos a flor de piel mientras esperaba a él inglés.  

 

—Lamento la demora —se disculpó Arthur al llegar.

 

—No te preocupes —agregó él, mientras le dedicaba una sonrisa.

 

—¿Cuál es el plan?

 

—Sorprenderte —dijo Alfred mientras sonreía.

 

—¡Vaya! No puedo esperar.

 

Alfred llevo a Arthur a un restaurante; era lo primero en su lista de hecho solo había dos cosas en su lista. Cuando llegaron el lugar estaba un poco vacío —Es muy bonito —comento Alfred mientras se dirigían a su mesa.

 

—Sí —afirmo el otro. Ambos tomaron asiento. Un mesero los atendió y ambos hicieron su pedido.

 

Después de eso y durante toda la comida conversaron, lo hicieron por horas, recordaban cosas de hace años y reían de muchas otras. Alfred miraba a Arthur fijamente porque era algo que le gustaba y escucharlo reírse era la mejor parte de todo.

 

Arthur levanto la copa y bebió el contenido de la misma —Si sigues mirándome así pensare que me acosas.

 

Alfred rio—No puede ser acoso si aceptaste venir conmigo.

 

—Creo que primero debí pedir tu historial psicológico, no se quizás sea un psicópata.

 

Ambos rieron —¿Cuántas personas necesito matar para ser psicópata?

 

—No lo sé, tal vez una siete.

 

—Entonces no lo soy, aun no llego al número.

 

Alfred rio —Vaya, ahora estoy más tranquilo.

 

Ambos se quedaron en silencio pero no era uno incomodo, —Quiero enseñarte un lugar.

 

Arthur asintió, ambos se pusieron de pie después de pagar la cuenta y dejaron el lugar. —Está un poco frio —comento Inglaterra al sentir como el viento.

 

El camino fue un poco largo, pero como iban conversando no lo sintieron —¿Dónde estamos? —pregunto Inglaterra al ver el lugar un poco desolado.

 

—Voy a enseñarte una vista maravillosa.

 

Caminaron un poco más, estaba un poco oscuro y era algo difícil circular por el lugar, ya que no había un camino el cual seguir. Arthur estaba preguntándose en que comento llegarían —Listo aquí es.

 

Arthur suspiro de alivio, sentía que no podía caminar más. Cuando llego a lado de Alfred se quedó perplejo, la vista era realmente magnifica. —Es hermoso.

 

—Sí, pero en invierno es mejor.

 

Hubo silencio ambos estaban contemplando el paisaje, desde donde estaban parados se veía toda la cuidad, era algo realmente hermoso ver como las luces parpadeaban desde esa altura todo era tan tranquilo que simplemente parecía algo ficticio.

 

En ese momento Arthur miro a Alfred quien se encontraba absorto en el paisaje, el cambio que había tenido era algo realmente sorpréndete, pero eso lo hacía realmente feliz —¿Cómo conoces este lugar?

 

—Lo descubrí cuando estaba en rehabilitación —Alfred se sentó en el piso y Arthur lo imito—, un día quise huir y camine, lejos de todo y todos. Tanto que me perdí, pero como no quería regresar seguí avanzado; no como ni porque pero llegue hasta aquí, pero ver esta vista fue hermoso y relajante no sé porque me senté aquí y me puse a pensar en muchas cosas. Cada error y cada acierto que había cometido en mi vida lo recordé todo, fue como reencontrarme y me di cuenta que la persona en la que me había convertido era algo deplorable y vergonzoso. Después de eso decidí aceptar la ayuda de mi hermano y aceptar los tratamientos, pero solo había una idea en mi mente yo cambiaria para no volver alguien digno de recibir los sentimientos de los demás y  poder corresponderlo. Este año ha sido muy duro.

 

—Perderse es la mejor forma de reencontrarse —dijo Arthur, Alfred rio.

 

—Te suelto todo un argumento sentimental y me responde con una frase genérica —Alfred poso sus ojos en los de Arthur—, me has herido.

 

—No sabía que decir —se defendió el otro mientras subía los hombros.

 

—Entonces no digas nada —ambos rieron, Alfred aprovecho la cercanía y coloco su frente junto a la de Arthur —Puede ser genérica, pero creo que es muy cierta.

 

Y se quedaron así durante unos segundos, —Bésame —pidió Arthur.

Alfred se separó un poco y después lo beso. Fue un beso suave Arthur paso sus manos por la espalda y se aferró a él —Te quiero —murmuro Alfred al separarse, Arthur sintió que el corazón se le aceleraba.

 

—Yo también te quiero —ambos se miraron y sonrieron.

 

Volvieron a besarse, lo hicieron muchas veces; era un contacto ligero, suave pero se sentía realmente bien. —Debemos volver —dijo Alfred al ver que se oscurecía más.

 

Arthur lo miro decepcionado, no quería irse. —Bien —Alfred le ayudo a levantarse.

 

—Si quieres vamos al hotel donde me estoy hospedando. —Propuso, Arthur dudo—, no quiero llevarte a la cama, bueno sí. Pero a dormir.

 

Arthur sonrió y asintió. Ambos caminaron de las manos cogidas. Esta vez iba a hacer las cosas bien, no volvería a perder a Arthur. 

Notas finales:

Supongo que la relación ahora es algo más realista a lo que habia descrito. Espero les gustara.

¡Gracias! Nos leemos!

Ya saben cualquier comentario, sugerencia ya saben usen la cajita.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).