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More than just a memory por mitko_kitsune

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Notas del fanfic:

Ya me emocioné un poco con esta pareja, de la que empecé a escribir hace muy poco y ya voy por el tercer fic :P, no hay mucho para decir. Es luego de la muerte de Sirius tras el velo así que es bastante angsty pero en el segundo capítulo trataré de cerrar la historia con un poco de esperanza ;) Espero que les guste :D

 

Disclaimer: Ya quisiera yo que fueran míos, pero no lo son :( Pertenecen a JK Rowling, ustedes saben!

Notas del capitulo: Bueno, es el primer capítulo de dos que van a ser.. espero que les guste aunque sea bastante triste. Pero bueno, así es la historia desgraciadamente :( 
 
ah al principio de la historia está en tercera persona y luego, al comenzar el diálogo, se convierte en primera persona. no sé, me salió así xD Espero que no les moleste

Estaba seguro de que a su alrededor algo estaba sucediendo. Quizá fuera Molly poniendo la mesa y reprendiendo a sus hijos por no ayudar. Tal vez los miembros de la Orden estuvieran intercambiando unas palabras y mirándolo a él, comprensivos. Pero sentía que miraba pero no veía, si hubiera estado ciego, hubiera sido lo mismo. Maldita sea, podría haber estado ciego, sordo y muerto, por lo que le importaba. No podía creer que en estos tiempos de guerra, se había dado el lujo de decirle que no podía volver el tiempo atrás, que aquellos años ya no volverían. Que ya no lo amaba. Merlín!. Quería patearse, golpearse.

 

Había sido sumamente estúpido e inocente de su parte pensar que él había vuelto y que la guerra no lo afectaría. En su cabeza pensaba que, apenas la guerra terminara, lo buscaría y le diría que ahora sí podían estar juntos. Ahora deseaba haber tenido alguna vez el coraje de Sirius, de sólo hacer lo que su corazón le decía. Si sólo hubiera dicho que si, que moría por estar de nuevo con él, que ya no ponía primero los deseos de otros por sobre los suyos. Pero no fue así. Le dijo a Sirius que la Orden venía primero, que Dumbledore, que Harry, que la guerra. Y el moreno aceptó, porque siempre aceptaría lo que Remus le dijera. Siempre.

 

Era tan extraño no tenerlo ahí. Aún con 12 años de distancia, de encierro. Desde que Sirius había escapado de Azkaban, Remus sentía que el tiempo no había pasado. Y había aprovechado cada segundo que Padfoot estaba delante suyo, ya fuera hablando, comiendo, alimentando a Buckbeak o peinándose el cabello distraídamente, mirando el cielo. No podía decir que no se había quedado mirando esos labios cuando hablaban. Ni que no se había sentado más cerca de Sirius de lo debido cuando compartían el sillón, o cuando se sentaban uno al lado del otro en las reuniones de la Orden. Tenía que admitir que eran los mismos comportamientos que había tenido cuando aún eran alumnos en Hogwarts. Como atesoraba esos pequeños roces, de sus manos, sus rodillas, sus hombros. Como si el moreno lo hubiera estado haciendo a propósito como él. La sonrisa que había aparecido mientras rememoraba, pronto se desvaneció. Sirius lo había estado haciendo a propósito, porque lo amaba.. tanto como él. Y Remus le había dicho que ahora no era el momento!. Y ese momento ya no sería. No sería nunca más.

 

Recordó la escena casi en cámara lenta. A su alrededor, la pelea había llegado a su punto máximo. Las maldiciones volaban hacia todos lados. Era una cuestión de atacar y defenderse al mismo tiempo. No se podía pensar en nada más, en nadie más... De repente, se detuvo en su carrera como si una pared invisible lo hubiera frenado de cuerpo entero. Por lo que pudo ver (apenas por el rabillo del ojo) a Harry le había sucedido lo mismo, unos metros adelante suyo. La sonrisa de Sirius, la maldición que dio en el centro de su pecho, la risa macabra y horrenda de Bellatrix y el velo. Y nada más. Sirius cayó hacia atrás y desapareció. Remus hizo lo único que su cerebro pudo articular en ese momento: correr hacia Harry para protegerlo. El grito que lanzó el joven fue suficiente por los dos, el licántropo creía no tener fuerzas ni para susurrar. Apenas si puso emitir una respiración entrecortada, para no quedarse sin aire, para no correr hacia el velo y desaparecer también.

 

Y ahora que volvía a estar en Grimmauld place, Harry era el único que parecía sentirse como él. No podía culpar a los demás por seguir con sus vidas, pero no entendía como podían hacerlo. No quería estar ahí, porque intentaban que se sintiera mejor, le sonreían, le hablaban de cualquier cosa sin importancia. No quería estar ahí porque era la casa del amor de su vida. Porque nunca habían encontrado el hechizo para bajar el retrato de su madre y cada vez que pasaba le recordaba que era un hombre lobo, que era un sangre sucia, que no valía la pena. Y lo que más le dolía era saber que, sumado a todo eso, había tirado a la basura casi 2 años sin besar a Sirius, sin perderse acariciando su cabello, sin verlo despertar a la mañana y divertirlo con sus manías matutinas, sin hacer el amor lentamente, rápidamente, a la mañana, a la hora del té... El can tenía la extraña manía de querer hacerlo siempre distinto a la última vez que lo habían hecho. Remus nunca supo por qué, y nunca le molestó. Recordaba las veces en las que caían en el lecho, respirando agitados y sudados y Sirius volvía a atacarlo pero se rehusaba a pasar de algunos besos, a menos que cambiaran de lugar, no importaba adonde, no podía ser en la cama de nuevo. Y aunque Remus no tuviera la fuerza para levantarse, Sirius lo arrastraría hasta otra habitación de la casa y podrían seguir donde se habían quedado.

 

¿Cómo podía haberle dicho que no esta vez?. Si nunca nadie lo había tocado como Sirius. Literalmente. Había sido su único amante. No porque no había podido conseguir otro, simplemente no quiso. Sería célibe el resto de su vida, no le importaba en absoluto. Otras manos en su cuerpo se hubieran sentido extrañas, no hubiera podido gemir otro nombre, su boca no lo hubiera permitido.

 

Cuando parpadeó se dio cuenta de que estaba sentado a la mesa, comiendo. No tenía registro de haberse levantado y caminado hasta la cocina, tampoco de haber intercambiado ninguna palabra con nadie, ni de haber tomado su plato, pero ahí estaba. Levantó la vista. Todos reían, charlaban. Todos menos Harry. La mirada del joven se alzó justo a tiempo para encontrarse con él y comprendió. Remus era el único que entendía. Se observaron unos segundos, ambos comprendieron que necesitaban hablar. La comida transcurrió sin comentarios de ninguno de los dos y nadie se atrevió a indagar en su mutismo. Cada cual tenía su manera de sobrellevar estas cosas. Finalmente, y algo brusco y repentino, Harry se levantó de su asiento y salió de la cocina. Ron y Hermione se levantaron automáticamente y Molly suspiró fuerte y largamente.

 

-Yo voy- Dije. Mi voz sonó tan extraña, luego de tanto silencio. Los chicos asintieron y volvieron a sentarse.

 

Encontré a Harry en su habitación, con la puerta abierta. Tal vez un descuido, tal vez una invitación. Entré sin tocar y me senté a su lado al borde de la cama. Cuando me miró, sentí que era el pequeño Harry de apenas meses que me puchereaba cuando quería que lo alzara en aquellas hermosas visitas a la casa de James y Lily. Nunca había podido resistirme y Sirius siempre bromeaba con eso cuando volvíamos a casa. Decía que en cualquier momento yo le iba a pedir que tuviéramos un hijo, y que el instinto maternal lobuno era inevitable. Yo lo golpeaba suavemente en el hombro, el me empujaba y peleábamos así, hasta terminar en el sillón, haciendo cualquier cosa menos pelear. Volviendo a Harry (me cuesta tanto pensar en Sirius sin desviarme y recordar...), se sentía perdido, como si nadie comprendiera, estaba buscando alguien que se sintiera como él y vaya si yo me sentía así, desolado. Un sollozo apenas audible escapó de su boca y se abrazó a mí con todas sus fuerzas. Uno de mis brazos rodeó sus hombros y el otro se posó en su rostro, y comencé a mecerlo. No sabía lo que estaba haciendo, sabía que luego de las noches de luna llena, Sirius hacía esto conmigo y siempre me hacía sentir mejor. Cuando Harry se calmó un poco, alzó su rostro.

 

-Si no me hubieras tomado en ese momento... –Dijo como pudo.

 

-Hubieras traspasado el velo, Harry, lo sé.. – Completé la frase-.. Yo hubiera hecho lo mismo. –Me miró incrédulo.

 

-¿De verdad?

 

-Si, es algo bastante estúpido, si me lo preguntas. Pero en ese momento... fue lo primero que se me ocurrió y por eso corrí hacia ti. Pensé que si estábamos juntos, ninguno de los dos cometería esa estupidez. No es que pensarlo este mal, no es una estupidez querer correr hacia alguien que nos importa que está en peligro, pero... –No sabía qué más decir.

 

-Él me hablaba siempre de tí.. –Levanté el rostro, casi con la boca abierta.

 

-¿De mí?

 

-Si –Harry rió por primera vez después del “incidente”- Me hablaba todo el tiempo de ti. De la época de los merodeadores, de cuando visitaban a mis padres, cuando me cuidaban a mí cuando era bebé.

 

Por un lado sentía un calorcito en el pecho y por otro quería salir corriendo de ahí. Me arrepentía tanto de lo que había hecho. –Eran buenas épocas. ¿Él...te.. dijo algo más?

 

Harry entornó los ojos un tanto confundido y luego sonrió. –Si, bueno.. él me había ofrecido vivir juntos, ¿recuerdas? –Asentí con la cabeza- Al principio me dijo que cabía la posibilidad de que alguien más viviera con nosotros, si ese alguien accedía. No quiso decirme quien era, al menos no en ese momento. Fue cuando dejé de preguntárselo, que me dijo que eras tú. No me pareció extraño en ese momento, es decir, estaba acostumbrado a verlos juntos, sabía que eran amigos, no me lo cuestioné. Cuando se quedó mirándome como esperando que yo dijera algo, algo en especial, fue cuando caí en cuenta. Y él, bueno, me contó de su relación antes de Azkaban y que quería recuperarte.

 

Creo que pasó una milésima de segundo hasta que mi mano se posó sobre mi boca, tapando un sollozo violento. Todo mi cuerpo se convulsionó con la congoja. Harry me miró sumamente preocupado, hasta que se dio cuenta que yo aún no había llorado la muerte de Sirius. Trató de hacer ese momento lo menos incómodo posible. Aunque su presencia no me molestaba en absoluto. Lloré unos minutos, largos, interminables.

 

-Él me lo dijo.. –Susurré- ..que quería que estuviéramos juntos otra vez y yo le dije que no, que no era el momento. Que la guerra era más importante. Harry, yo... –Otro sollozo me hizo callar-... no sé por qué lo hice pero me siento tan mal... y ahora lo...yo lo... –No pude seguir. ¿Como aceptar y decir en voz alta que te perdí, para siempre?. No hizo falta, porque Harry lo entendió.

 

Comenzamos a escuchar pasos en la escalera, todos estaban yendo a sus habitaciones. Me incorporé y sequé mi rostro con la manga de la camisa. Sonreí un poco, dejando salir un poco de aire que había estado conteniendo.

 

-Lo siento –Murmuré, tomando la mano de Harry y apretándola un poco.

 

-Yo también –Dijo, y me abrazó fuerte. 

 

 

 

Notas finales:

Como les digo siempre, los reviews son importantísimos para seguir escribiendo, así que por favor dejen sus dudas, sus pedidos, sus críticas! Todo lo que gusten, siempre es bien recibido (: Un beso gigante!


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