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Protect me, protect me por Vesania_Licantropia

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Notas del fanfic:

Este fanfic es una historia alternativa de la posible continuación en la serie Sherlock de BBC, por lo que es necesario haber visto la serie hasta el final para seguirse de ella. Espero sea de su agrado.

Capítulo 1: I’m back


Finalmente después de tanto tiempo estaba allí, podía ver su perfil a poquísimos metros de distancia. Después de tres años de completa ausencia ¿Qué es lo que podía decirle? Eran elementales aquellos cambios en su apariencia, al menos para Sherlock.


- Su cabello está recortado,  ligeramente diferente, lo suficiente para entender que estaba en busca de un cambio, lo mismo que su espeso mostacho. Sostiene una copa en la mano lo cual significa que ha venido a por alguien, es un hecho que no está solo debido a su mirada perdida. Espera a alguien pero su ropa no es para una ocasión cualquiera y sus zapatos relucen, esto es especial, es para alguien importante ¿Su hermana? No, no creo, los ojales de su camisa están perfectamente alineados y dudo que se tomara tantas molestias con alguien de su familia. Espera, entonces…


En el momento de su pausa, aparece una mujer de mediana edad. De agradable semblante, arreglada pero con ropa no muy costosa ni demasiadas joyas, por lo que podría ser otra de las citas de John, sin embargo, ella no se veía como las demás, algo parecía diferente. Su comportamiento, la mirada que emitía hacia John no era la de una simple noviecita. Existía mayor camaradería, química. Esa mujer…no era cualquier otra.


- Cariño, perdón por demorar tanto es que habían demasiadas personas en el tocador. 


-  No tienes de que preocuparte Mary, este lugar es realmente agradable – Le responde el doctor dedicándole una sonrisa cálida a su acompañante.


Algo dentro del corazón de Sherlock se oprimió. Pero este era el momento, tenía que serlo. Se acercó lentamente a John mientras éste tomaba otra copa de vino. Entonces, tocó su hombro.


-  Disculpe, aún no hemos pedido la cuent... – se da una larga pausa, abriendo ampliamente los ojos, comprobando si a lo mejor está  viendo un espejismo, o tal vez el vino era demasiado fuerte.


-  John… soy yo.


En un impulso de sorpresa y desesperación, John se levanta de la mesa


-  She… ¿Sherlock? ¿Eres tú Sherlock? MALDITA SEA, ¿ERES TU SHERLOCK? QUE CLASE DE BROMA ES ESS…. – Luego de decir esto, aún a pesar de su fuerte semblante y su gran marcialidad, la tremenda impresión provoca que las voces de Sherlock y Mary se ahogaran  en el restaurante, mientras John perdía el sentido.


Sherlock actúa de manera inmediata, toma un taxi y lleva a John y su preocupada acompañante a Bakerstreet 221B. Ayuda a acostarlo en la cama y luego entrecierran la puerta, saliendo de la habitación. Mary, sin necesidad de demasiadas explicaciones, sabía perfectamente quien era. Sherlock, ese nombre retumbó como un volcán dentro de su cabeza, porque sabía que todo lo que en ese momento estaba rodeándola, incluido su amado John, estaba lleno de aquel esbelto y apático hombre de ojos claros que ahora estaba frente a ella.


-   Así que usted es Sherlock ¿cierto? Se supone que estaba ¿muerto?... algo así…


Sherlock la ignoró y se acercó a la chimenea donde se encontraba su viejo violín. Estaba limpio, brillante y en perfecto estado. Sin embargo, las cuerdas se habían mantenido intactas y apenas habían sido limpiadas ligeramente, como queriendo conservar el impacto de las huellas digitales sobre ellas. Sherlock sintió un gran pesar al notarlo. Comenzó a tocar de manera suave.


-  No finja que no me escucha Sherlock. ¿Por qué desapareció de la vida de John durante tres largos años sin comunicarse con él? No tiene idea de cómo estaba cuando lo conocí. Era un hombre totalmente desolado y sin ganas de vivir, todo debido a su pérdida.


Sherlock se mantuvo en silencio, empezando a tocar con más ahínco y fuerza. Mary continuó, alzando más la voz.


-  Apenas podía mantenerse en pie debido al insomnio y hablaba poco con la gente. Todo giraba alrededor de su recuerdo y del día en que usted, aparentemente, se quitó la vida. Estuve a su lado cada momento, quería apoyarlo…parecía que no lo iba a superar nunca


Sherlock siguió silente, tocando ahora con una gran furia y con los ojos cerrados.


-  (lo mira fijamente) ¿Sabe? John ya logró superarlo todo, el dolor, las lágrimas, logro superarlo a usted. Ahora estamos comprometidos.


Sherlock frenó en seco la música. Las palabras de Mary lo habían petrificado por completo. Giro la mirada  y ahora él la miraba a ella, fijamente.


-  ¿Desde…cuando se conocen John y usted?


-   Desde hace poco más de un año


 Respondió una voz que no era la de Mary. John había despertado.


-  John, tuviste un fuerte shock, debieras estar en la…


- Cállate Sherlock, no necesito recomendaciones del doctor. Así que en realidad... todo fue otro de tus…experimentos. Este fue bastante largo ¿verdad? ¿Qué tal estuvieron los resultados? ¿Fue lo que esperabas? ¿Sufrimos lo suficiente o crees que me faltó más terapia, o no, espera…a lo mejor querías saber el efecto de los antidepresivos durante prolongados años de ingestión, tal vez…


-  John por favor…


- (Alzando la voz) AH! ¡AHORA COMPRENDO! DE SEGURO QUERÍAS SABER SI AL MORIR MISERABLEMENTE SOLO TENDRÍA ALGUN EFECTO PÓSTUMO EN EL HEMISFERIO IZQUIERDO DEL CEREBRO


- JOHN BASTA POR FAVOR – Respondió Sherlock en su mismo tono de voz.


Se acercó a él e intento tocarle los hombros, pero fue rotundamente rechazado de un manotazo por el doctor.


-  NO… (bajando la voz) no…Sherlock, no te acerques por favor. Mary, déjame pasar la noche en tu departamento por favor.


-  John….  – dijo Sherlock en voz baja, con la mirada perdida.


-  Esta es…tu casa, al fin y al cabo. Pronto…la dejaré.


John se retira de aquella casa de los dos donde ahora solo había espacio para uno.


Sherlock quedó solo en la habitación, sentado en aquel viejo sillón que había sido compañero de los dos durante mucho tiempo, ese sillón de donde el doctor John Watson se levantó para decirle “Oh God…yes” aceptando el compromiso de ser el colega, el mejor hombre, el sagaz blogger y el más leal de los amigos en el mundo.


Aquella noche, el doctor no pudo siquiera pegar un ojo, tanto así que inclusive, para no interrumpir el sueño de Mary, decidió dormir en el sofá. Quería estar solo consigo mismo y sus pensamientos. No podía creerlo, tampoco entenderlo


- (piensa) ¿Por qué nunca me dijiste nada Sherlock…por qué?


Han sido tres difíciles años de pesadillas, medicamentos, terapias, angustias e insomnios que parecían ser su condena a una muerte lenta y dolorosa.


El doctor finalmente concilió el sueño llegando el amanecer, por lo que durmió hasta bien entrada la tarde. Al despertar, Mary no se encontraba en casa, al parecer había ido al supermercado por víveres y entonces John arregló su ropa, se preparó y le dejó una nota.


“Mary, tengo algo muy importante que hacer así que por favor no me esperes, luego conversaremos. John”


John se dirige derecho hacia Bakerstreet 221B. Toma un taxi y al llegar a la puerta comienza a sentir un cosquilleo en su cuerpo y una gran presión en el pecho, intentando pensar por unos segundos que haría cuando lo tuviera en frente. Usando su llave y entro despacio hacia la sala de su departamento. Sherlock seguía sentada en su viejo sillón, en la misma posición en la que se quedó el día anterior.


-  John, volviste (giro la mirada hacia él) te estaba esperando, tenemos que hablar…


-   Si, por supuesto que tenemos que hablar Sherlock, tu...tu… (su voz comenzó a entrecortarse, pero se mantuvo firme y continuo) Tres años con terapeutas y sin señal de que tu…solo moriste frente a mis ojos, yo te vi y dentro de mi pensé…frente a tu tumba pensé…que esto realmente podía ser alguno de tus planes y que realmente estabas vivo Sherlock. Todos me dijeron que lo acepte de una vez, que te deje ir… pero tenía, tenía esa maldita corazonada que mantenía vivo tu recuerdo… y ahora vienes a decirme simplemente que regresaste, tu… (cierra un puño con fuerza y le da un golpe en la boca a Sherlock).


El detective consultor toca su rostro con la intención de limpiar la sangre y sentir la fuerte hinchazón, dejada por el puño fuerte del soldado. A pesar de ello, el haber sido tocado por él después de tanto tiempo neutralizó por completo el dolor, esbozando una sonrisa.


-  Yo realmente lo siento John, pero créeme… era la única manera de proteger a Lestrade, a la sra. Hudson y sobre todo, a ti. Sé que esto no fue lo correcto pero ahora (sonríe) ahora estoy aquí John… nuevamente contigo, y podemos volver a ser lo que fuimos alguna vez. Somos solo nosotros dos contra el mundo.


Esas palabras tocan hondamente el corazón del doctor, sintiendo una suave calidez que pensó que jamás volvería a sentir. Sin embargo, debía recordar quién era él ahora.


-   Sherlock yo…no puedo, ya no puedo, esto ya no es…


Sherlock lo interrumpe súbitamente y lo abraza, dejando caer su cabeza sobre los cabellos rubios de John.


-   Te necesito John…


John, algo atónito por este repentino momento, deja finalmente fluir sus sentimientos.


-  Sherlock yo...realmente he pensado en ti cada día desde que desapareciste…


Sherlock lo interrumpe, juntando sus labios con los suyos de manera sorpresiva pero muy delicada, mientras John se queda congelado sin saber que cómo reaccionar.


Sherlock comienza a tomar confianza y le da un beso más profundo, que es correspondido por John con gran timidez, cerrando poco a poco los ojos. Luego de unos minutos, aquel pequeño beso comienza a salirse de control tornándose en algo más intenso y pasional. Evidentemente ambos lo deseaban, quizás desde hace más de tres años y aunque ninguno de ellos sabía exactamente lo que pasaba, decidieron por unanimidad olvidar sus complejos, sus prejuicios, sus amores, las deducciones, la lógica….para sencillamente hacer aquello que le pedían sus cuerpos y corazones.


Mientras se besaban desaforadamente, Sherlock empujó al doctor sobre su viejo sillón mientras comenzaba a quitarle el jumper, dejando solo su camisa con el cuello entreabierto.  John comenzó a bordear con sus manos aquella fuerte y delineada cintura que se encontraba sobre él, mientras Sherlock lamía, mordisqueaba y besaba furiosamente el cuello de John quién sentía las olas del placer recorriendo su cuerpo, hundiéndose en ellas.


-  She…Sherlock – gemía el doctor


Sherlock se dejó llevar por el momento, poniéndose encima de John y comenzando a rozar su sexo aún dentro de la ropa sobre el del doctor, quién no dejaba de emitir sordos pero consistentes gemidos de placer que humedecían cada vez más su hombría.


Aún tumbado en el sillón, John comenzó a desabrochar rápidamente los pantalones de Sherlock empujándolos hacia abajo, apretando entre sus manos el trasero descubierto del detective, estrujándolo y sintiendo su piel caliente y ansiosa en cada fibra de sus dedos. El cuerpo de Sherlock se vio invadido por una incontenible lujuria que lo llevo a arrodillarse y quitar finalmente los pantalones a John, dejando su descubierta su virilidad erecta, lista para ser explorada.


El detective lanzó a su amante una mirada sensual y desafiante, poniendo sus rodillas firmemente en el piso y meneando el trasero como si fuera la cola traviesa de un gato. Mientras tanto, comenzaba a lamer la punta del miembro de John, jugueteando en ella con su lengua y lamiéndola de arriba abajo mientras continuaba mirándole a los ojos. Le gustaba ver cómo el doctor se retorcía de placer frente a él y se envolvían juntos en un éxtasis inimaginable hasta ahora.


Sherlock succionaba su sexo intensamente, moviendo sus caderas al compás de su boca y volviendo completamente loco a John, quién termino dentro de su boca. El detective dejó caer el semen de su boca sobre sus dedos, mojándolos completamente y colocándolos con firmeza dentro del cuerpo de John para lubricarlo. Sus delicados dedos se deslizaban con dedicación hasta encontrar el momento exacto que dejé a su amante al rojo vivo y a punto de caramelo, el cual dejó escapar un gran grito.


-  ¡OH POR DIOS! – Exclamó John totalmente fuera de sí mismo.


Aquella fue señal suficiente para que Sherlock sostuviera las piernas de John sobre sus hombros y entrará con facilidad. La divina sensación de que su doctor, su fiel amigo, su colega, su blogger y ahora su amante se haya fundido en uno solo con él, lo hicieron pensar que cada dia, cada hora y cada segundo que pasó alejado de él para protegerlo, valieron la pena. Valió la pena luchar por un momento tan maravilloso como éste, pensó.


-  She…Sherlock, te extrañe por Dios, te extrañe demasiado…me sentía… (se interrumpía entre gemidos de gozo)…me sentía tan solo que quería morir…deseaba morir


-  No, no por favor, no lo hagas, no me dejes nunca, no te vayas de mi lado NUNCA


En ese momento, la deliciosa sensación de sus cuerpos unidos llegó a su punto máximo, terminando al mismo tiempo. Sherlock soltó las piernas de John y se echó sobre su pecho, tocándole suavemente el rostro y mirándole serio a los ojos.


-  NUNCA vuelvas a decir que no quieres vivir ¿entiendes? Porque…yo me sentiría perdido, solo y sin sentido alguno sin ti.


Las lágrimas comienzan a salir finalmente a brotar de los ojos de John, mientras Sherlock se le acerca para darle un tierno beso.


-  Ven…vamos…a mi habitación – Le sugiere el doctor a Sherlock


Ambos entran a su cuarto y cierran la puerta. En la sala quedó el abrigo de John y su celular dentro, vibrando incesantemente. “Llamando: Mary”


La noche pasó rápidamente. Muy temprano en la mañana, Sherlock despierta notando que John ya no está a su lado. En la mesa de noche, encuentra una nota de él.


“Sherlock, perdóname pero debo cumplir mi palabra. Tengo que regresar con Mary”


Continuará…


 

Notas finales:

Espero que haya sido de su agrado, este a sido mi primer fic Yaoi. :). ¡Muchísimas gracias por echarle un ojo!

¡Vivan Johnlock! continuará pronto! :D


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