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¿Perdedores? por Tem-chan

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Notas del capitulo:

Buenas, aquí vengo yo con este fic de the prince of tennis, hace tiempo que me lo leí pero nunca hice un fic de ellos… así que ahora que empecé con el New prince of tennis me dieron ganas de escribirlo. Será un two-shot y luego habrán algunos one-shot de otras parejas 

Parte I: Kaoru Kaido x Takeshi Momoshiro

En un autocar había unos cuantos chicos en plena adolescencia, estaban todos cabizbajos y lamentándose por sus partidos perdidos. Ellos no estaban acostumbrados a perder de esa manera y estaban muy molestos, entre otras cosas. Un peli-azul/negro estaba sentado pensando en sus muñecas, se había lesionado con los partidos y por eso había tenido que retirarse. A su lado un chico con un pañuelo en la cabeza y una mirada un poco fría miraba por la ventana, observando al oji-azul, sentado a su lado, a través del reflejo. No iba a demostrar que le preocupaba, o al menos no por el momento.

Al final llegaron a un lugar donde bajaron del autocar allí se encontraron con Saito, creo que se llama, que llega con Echizen y Kintaro, los cuales habían perdido sus partidos. Este les dice que si no quieren quedar como unos perdedores que suban por un precipicio. A lo que todos aceptan y empiezan a subir. Pero mientras subían las manos del peli-azul empezaron a doler por la lesión. Lo que Oishi, como mama de Sengaku vio enseguida y se acercó a él.

—Momo, con las muñecas así es imposible la subida.

—Estoy bien no te preocupes.

—Si lo que quieres es irte por esta basura de lesión, ve y arrepiéntete por ello —dijo de repente el del pañuelo en la cabeza.

—Kaido, cállate. Puedo continuar.

—Sube, haré el resto de camino por ti —fue toda la respuesta que le dio Kaido mientras se agachaba delante de él para poderlo subir— pero no te caigas de mi espalda debilucho.

—¿Qué dices? —contestó medio enojado Momoshiro— Como si fuera a dejar que me llevaras. Antes me voy a casa.

—No jodas. ¿No vas a escalar arriba? —dijo enojado mientras esperaba que este subiera— ¿después de llegar hasta aquí?

Sin decir nada más al final el peli-azul subió a la espalda de Kaido, el cual lo subió un tramo.

—¿Estabas durmiendo? —dijo en todo acusador el del pañuelo.

—Lo siento, es que estaba muy relajado —respondió el otro.

En poco más empezó a pasar sus límites, estaba cansado y sus manos le temblaban y empezaba a jadear, y eso lo notó Inui, el cual le avisó.

—Estoy bien, Kaido, puedo seguir solo —pero el del pañuelo no iba a aceptar que estaba cansado e iba a continuar.

Al final Momoshiro fue llevado, a la fuerza, por Kobaji, el cual lo quitó de sus brazos por órdenes de Niou, cosa que molesto al castaño. Pero no dijo nada. Una vez arriba encontraron a Mifune un entrenador ermitaño un poco raro. Después de hacerles hacer unos trabajos y competir contra los mayores eliminados les tocó dormir en una cueva. Kaido no estaba tranquilo en esa cueva por lo que salió de ella para irse hacia otro lugar, aunque no muy lejos. El peli-azul lo vio y le siguió era su oportunidad para poder hablar con él. Se sentó a su lado.

—Kaido —le llamó— gracias por lo de antes.

—No las des. Sería aburrido quedarme sin mi oponente al que derrotar.

—¿Qué mierdas dices? ¿Cómo que al que derrotar? —respondió indignado— Tu no me ganas.

—Claro que sí.

—Demuéstralo en el campo —le gritó enfadado mientras le miraba mal.

—Lo haré, en cuanto te recuperes de la lesión —respondió— No voy a jugar contra alguien debilitado.

—No estoy debilitado.

—Si lo estás. Tienes las muñecas mal aunque no lo demuestres.

No respondió solo se giró viendo enojado el cielo. Estaba lleno de estrellas y aunque lo intentara no podía negar lo que había dicho el chico del pañuelo. Suspiró mientras seguía mirando el cielo. El otro chico lo observó un poco y de un jalón lo acercó a él, el otro se giró sorprendido y eso hizo que Kaido pudiera besarlo en los labios, mientras con su mano lo cogía por la nuca para evitar que se le escapara el chico.

Momoshiro se sorprendió por ese acto pero no se quejó, ese contacto le estaba gustando más de lo que esperaba. Notó como el otro le lamió su labio por lo que suspiró, al hacerlo sintió como una lengua se metía en su boca para jugar con la suya. Al principio se sorprendió pero después empezó a batallar con el otro, no iba a dejarse ganar por ese chico. Al rato se quedaron sin aire por lo que tuvieron que separarse. El peli-azul vio al otro con una expresión que no se podía entender.

—¿Por qué mierdas me besaste? ¿Quién te crees para hacer eso? —gritó de repente.

—Kaoru Kaido, ¿algún problema con ello? —respondió con seguridad.

—Claro que lo hay. ¿Por qué narices me has besado? —aun tenía un poco del sonrojo que le había quedado por el beso, lo que hizo sonreír al del pañuelo.

—Porque quise —respondió aún con esa sonrisa.

—No es un motivo.

—Te veías demasiado lindo para no hacerlo —dijo haciendo sonrojar al pali-azul— aparte no vi que te disgustara —añadió con sorna.

—¡Claro que me disgustó ¿qué te crees?! —gritó aun sonrojado pero con cara de enojo.

—Por eso correspondiste —se burló el otro.

—Cállate —gritó el otro mientras miraba en dirección opuesta.

—Si gritas tanto despertaras al resto de equipo.

—Es tu culpa.

Kaido le abrazó por detrás aprovechando que este miraba en dirección contraria. Momo se sorprendió y se removió un poco pero al final acabó cediendo y se dejó abrazar, igual él lo deseaba. El del pañuelo empezó a besar el cuello del otro mientras lo tenía abrazado por lo que el peli-azul suspiró. Se sentía realmente bien. Sintió como el chico-serpiente empezaba a quitarle la camisa. Su mente le empezó a mandar alertas diciendo que se negara pero su cuerpo no estaba de acuerdo con las alarmas así que no las aceptó y simplemente se dejó desnudar.

Kaido giró al chico para quedar de frente y poderlo besar de nuevo mientras sus manos se dirigían hacia el pantalón y entrepierna del otro, el cual ya estaba duro. Sonrió al notar eso. Y simplemente empezó a quitarlo junto con la ropa interior. Una vez hecho eso lo sentó en su regazo para que no tocara directamente con el suelo, y empezó a atacar el cuello y el pecho del peli-azul mientras este solo suspiraba inmóvil.

—“¿Por qué Kaido me está tocando así? Se supone que es mi rival a batir, entonces ¿por qué? Y porque… ¿porqué se siente tan bien?” —se preguntaba el peli-azul sin entender el porqué se dejaba tocar y lo disfrutaba tanto— ah… Ka-Kaido… aaah —gimió notando como le besaba en el cuello.

—¿Te gusta? —preguntó mien—tras sonreía y seguía besándolo.

—No-no… te-te i-ilusi-o-ones —respondió entrecortadamente.

El otro solo sonrió mientras su mano acariciaba su pecho, su abdomen y su cintura, donde se quedó un rato antes de seguir por la cadera y llegar al miembro del otro. Empezó a mover su mano lentamente mientras Momoshiro empezaba a suspirar por el placer. Estaba muy excitado lo que se podía ver en como se había puesto duro, y ahora que Kaido le tocaba allí no sabía cómo controlar sus gemidos. Lentamente esos suspiros pasaron a ser gemidos que alegraron los oídos del chico del pañuelo. Sonrió mientras seguía con su labor aumentando el ritmo de su mano. Los gemidos del peli-azul también iban creciendo

—Ka-Kaido… ya… aaah… me… —sin acabar de decir la frase se corrió manchando la ropa del serpiente.

El otro solo acercó la mano a su boca y se lamió los restos de semen que había quedado allí. Estaba amargo pero no malo. Después de eso besó al peli-azul. Al acabar el beso lo miró a la cara viendo ese sonrojo que había aparecido en él. Luego se fijó en que cierta parte del otro había despertado de nuevo. Por lo que después de lubricar sus dedos los acercó a su entrada.

—¿Qué crees que haces? —preguntó alertado Momoshiro.

—Prepararte para entrar.

—¿Quién dijo que yo fuera a ser el uke? —exclamó gritando.

—Tu comportamiento —respondió simplemente mientras metía un dedo dentro de él.

—Para, Kaido. Yo no soy uke —dijo moviéndose levemente mientras aparecía un sonrojo.

—Si tu lo dices —respondió mientras metía más su dedo dentro de él tocando un punto que le hacía enloquecer por el placer.

—Ah… —gimió al notar cómo le tocaban ese punto.

—No eras uke, ¿verdad? —dijo mientras empezaba a embestirlo con su dedo mientras ensanchaba su entrada.

Kaido metió un segundo dedo al notar que ya estaba más dilatado y siguió con sus movimientos de mete-saca dándole en su punto el mayor número de veces posible. El peli-azul no podía parar de gemir y con la razón nublada por el placer empezó a mover sus caderas al ritmo de los dedos de Kaido. Este sonrió al notarlo y continuó con los movimientos. En un rato sacó los dedos de su interior y sacó su miembro de la ropa para meterlo dentro de ese interior. Suspiró al notar como la cavidad envolvía su miembro.

El peli-azul empezó a moverse de arriba abajo por el miembro de su seme y este lo embistió a un ritmo rápido des del principio mientras acariciaba ese pecho desnudo que tenía delante de él. Era blanquecino y muy suave. Acercó su boca y empezó a lamerlo mientras el otro seguía moviéndose. Succionó un poco ese pecho y dio una pequeña mordida dejando una marca en él. El otro siguió gimiendo más aun al notar esa mordida, le excitaba mucho sentir como jugaba con su pecho.

—Kaido… aaah… má-más… —gimió mientras se aferraba a la ropa del otro.

—¿No era que no eras el uke? —preguntó con sorna mientras le embestía más fuerte y lamía su pezón.

—N-no lo so-soy… aaaah….. so-solo… aah… se… ah… será hoy…. Aaaah —decía entre gemidos.

Al encontrarse con el pezón nuevamente lo succionó un poco mientras con sus manos acariciaba su espalda. Esta se arqueo al notar esa succión y se separó un poco por ello. El chico serpiente solo sonrió ante ello y con una de sus manos empezó a masturbar de nuevo al peli-azul el cual gimió más fuerte. Cerró los ojos dejándose llevar el placer mientras Kaido lo aguantaba por la cintura atrayéndolo hacía él.

Unos cuantos movimientos más si Momoshiro se corrió de nuevo en la mano de Kaido mientras que este se movió un poco más y se corrió dentro de él. El peli-azul apoyó su frente en el hombro de ese y en cuanto recuperó el aire se levantó del chico del pañuelo y se vistió. Estaba sonrojado y avergonzado por lo que había hecho con su “amigo”. No entendía como se había dejado llevar por él de esa manera, nunca había pensado en que eso pudiera pasar, el castaño si le gustaba un poco aunque nunca había pensado en eso. Pero la cuestión era que no le había disgustado y eso le tenía confundido.

Miró una vez más al castaño y se sonrojó un poco antes de girarse dispuesto a volver a la cueva. ¿Cómo podía ser que solo tocándolo un poco con cuatro caricias hubiera conseguido que se dejara llevar de esa manera? ¿Y por qué motivo había hecho tal cosa? ¿Des de cuando su amigo tenía esas preferencias sexuales? ¿O era que estaba demasiado caliente y necesitaba hacerlo con alguien? Ese comentario le molestó. Si era eso podía haberlo hecho con cualquier otro. Sin decir nada se fue con sus pensamientos, de nuevo a su saco para quedarse dormido al poco.

Un rato más tarde Kaido también se fue a su saco e igual que el peli-azul se durmió enseguida, había sido un día muy duro para todos. Pero enseguida fueron despertados para un entrenamiento nocturno por parte de Mifune. Todos maldijeron a ese hombre pero cumplieron ese mandato para poder volver a dormir.

Al día siguiente hubo otro entrenamiento, tenían que evitar que los pájaros petaran sus globos. Sin saber cómo, el castaño y el peli-azul acabaron corriendo juntos. Bueno uno de ellos si sabía el porqué, ya que lo había hecho aposta. El castaño se había encargado de que el peli-azul corriera con él, lo que era un poco incomodo para este.

—Lo hiciste expresamente —se quejó.

—¿El qué? —preguntó con burla.

—Que quedáramos solos —gritó enfadado por el tono.

—¿Eso crees?

—Claro, sino porque tendría que estar con una maldita serpiente.

—No está tan mal, una maldita serpiente, perrito.

—¿pe-perrito? —dijo confundido y enfadado.

—Ayer aullabas mientras lo hacíamos, así que eres un perrito.

—No aullaba. Y no me recuerdes eso. Solo fue un error que nunca más se repetirá —dijo mirando a otro lado.

—Claro —respondió acercándose y tocándole el culo.

El peli-azul dio un respingo al notar eso y se giró enfadado para encararlo. Su cara estaba roja por el enojo y por la vergüenza. ¿Por qué se tomaba tantas confianzas con él? ¿Quién se creía que era? No le gustaba eso pero no le disgustaba. Simplemente no sabía qué era lo que sentía. Pero no quería que jugara con él de esa manera.

—Deja de tocarme imbécil, ¡No eres nadie para ello! —le gritó.

—Puede que no sea nadie pero yo sé que te gusto.

—No es cierto. ¿Cómo podría gustarme un idiota como tú? —dijo más sonrojado mientras volvía a correr.

—Gustándote, eso es seguro. Tu cuerpo ayer lo dijo todo…

—Deja ya ese tema —gritó interrumpiéndolo.

—E igual que tú me gustas a mi —siguió gritándole enfadado por la interrupción.

El peli-azul se paró en seco al escuchar eso, se giró y lo miró. El castaño tenía la cara seria como acostumbraba cuando no estaba enfadado. Lo miró mientras el otro tenía esa cara un poco indiferente. Su sonrojo había crecido un poco.

—Je, eso sería más normal —dijo con aires de superioridad— soy el mejor.

Kaido suspiró ante la salida del peli-azul pero ya lo esperaba, Momoshiro siempre había sido un chico con mucho ego, pero digamos que eso le gustaba en él. Aunque siempre pelearan por eso, le gustaba el carácter del chico, era divertido pelear con él.

—Tsk —respondió mientras le miraba— ¿nada más que decir?

—No, nada más.

Dicho esto empezó a correr de nuevo intentando que esas cosas no petaran su globo. Kaido lo siguió y continuó esquivando esos pajarracos. Ese peli-azul parecía que no había entendido sus sentimientos o que simplemente estaba pasando de ello. Era un chico muy terco, así que tenía que tener paciencia, cosa que justamente no tenía mucho. Suspiró de nuevo mientras corría.

—Debilucho ¿no vas a contestarme? —le preguntó inquisitoriamente.

—No soy debilucho y no tengo nada que decirte.

—Acabo de decirte que te quiero y tú te quedas tal cual. ¿No me vas a decir el sí?

—Claro que no. ¿Qué te has pensado?

—¿Qué me amas?

—Pues te equivocas, imbécil.

—Yo no me equivoco pero tú no lo quieres admitir.

—¿Qué pesado? Déjame en paz con el tema —respondió— Yo no te quiero.

—Porque tu lo digas…

—Sí, por eso mismo, porque YO lo digo y YO soy el que no siente nada.

—Tsk. Cabezota.

—No soy cabezota, solo realista, cosa que tu no.

—¿Entonces, porque ayer no me paraste? —gritó enojado— ¿Haces esto con todo el mundo? —le siguió gritando mientras le cogía por el brazo para que le mirara.

—No lo hago con nadie pero igualmente no te quiero —respondió también gritando mientras se soltaba.

—Momo —le llamó Kaido haciendo que el otro se girara.

Rápidamente el castaño del pañuelo se acercó a la cara del peli-azul y le besó. Al principio el otro iba a separase pero una mano en la nuca se lo impidió así que no tuvo más remedio que corresponder al beso. Se sonrojó un poco mientras lo hacía y más cuando Kaido le pidió permiso para entrar. Dejándose llevar por el beso concedió el paso a esa lengua ya no tan extraña. Ese beso era embriagante, como los besos de la noche. No sabía porque pero mucho que quisiera evitarlo el castaño conseguía que se excitara con un simple beso. Al final se separaron por la falta de aire y el castaño lo miró.

—¿Ahora correspondiste sin tener ganas? —preguntó con burla mientras el otro miraba hacia otro lado.

—Puede que me gustes, pero no por eso tienes derecho a hacer estas cosas.

—Pero si tú también lo deseas.

—No es cierto, y yo no soy el uke, esta vez lo serás tú.

—Tsk, no lo creo. Estás deseoso de tenerme dentro de ti.

—En tus sueños, imbécil.

Notas finales:

Hasta aquí esta pareja, jeje, tengo más escenas para otros personajes de esta serie así que preparaos para un bombardeo de ellos jajajajaja al menos tengo para 3 parejas más, una que es como una segunda parte de este fic y dos parejas más que van por separado.

¿Quieren la otra parte?

¿Les gustó este fic?

He intentado hacer sus caracteres lo mejor posible teniendo en cuenta su relación en el The prince of tennis i el inicio del New prince of tennis ya que de momento no me lo terminé.

Espero sus reviews.

Hasta pronto


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