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De Sangre por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Rivaille esta en un dilema mental, ni si quiera nota como Hanji juega con el, metiendole por los ojos a cierto mocoso lloron, Mikasa trata de proteger asu unica familia y ocultandouna verdad irrefutable.

Bienvenidos, este es mi segundo fic de Shingeki, obviamente Rivaille x Eren, algunas parejas más que irán saliendo a medida que la trama avanza, mpreg, advertidos del tema, no quiero quejas, mundo alterno, mucha acción, drama, amor y dolor, todos los ingredientes esenciales para una buena historia, ahora, les dejo el comienzo, disfrútenlo que poco a poco esto será increíble.


De Sangre


Capitulo 3


Conociendo a mí enemigo


Con Hanji siempre sucedían cosas molestas, siempre sus juegos, sus trampas extrañas. Por alguna razón las ideas de ella acababan arrastrándolo a situaciones absurdas, y esta era la más grandemente absurda de todas, estaba a media noche, con un jovencito borracho entre sus brazos, y en la peor de las circunstancias, no culparía a nadie por ello, salvo a el mismo por ser estúpido y aceptar llevar al mocoso a su casa.


-bájalo en este instante. – la mujer hablo otra vez fríamente, con su arma pegada a las sienes del sospechoso –


-demonios… - murmuro enfadado consigo mismo, esto era un problema que no quería encima, una policía loca que seguro lo confundiría con un secuestrador – está bien.


Con mucha dificultad Rivaille trato de regresar a Eren al asiento, pero una cosa es querer y otra muy diferente es poder, el jovencito estaba muy renuente de soltar el calorcito que lo envolvía, gruño y paso sus manos flácidas por debajo de la chaqueta negra que el moreno llevaba puesta, metiendo las manos y abrazándose a su cintura.


-suéltalo.


-¡eso intento! – con mas brusquedad que antes logro separarlo de el, escuchando claramente el chillido que Eren despidió, como un lloriqueo infantil por sentirse abandonado en su dulce sueño –


-¡Eren! – La morena siguió apuntando a Rivaille mientras se acercaba al jeep y verificaba el estado de su hermano – ¿como estas?


-mmmm…. Tengo frio. – Se abrazo con molestia, tiritando aun recostado en el asiento, con sus ojos cerrados y más dormido que despierto –


- ¡esta ebrio! – la chica volteo inmediatamente hacia Rivaille, con unos ojos centellando más que coraje, era una definitiva mirada asesina – como demonios acabo ebrio en tu auto y en tus brazos.


Su voz era veneno, acentuando cada palabra, llenándola de clara indignación, con el arma aun apuntándole al Corporal, queriendo encontrar una razonable explicación al hecho, buscando dentro de su cabeza una razón para no darle como mínimo un tiro al tipo ese en un pie y dejarlo renco para el resto de su vida, por haberse atrevido si quiera a tocar a su hermanito.


-es un mal entendido.


-no lo creo.


-pues así es, pregúntale. – se encogió de hombros fríamente, solo deseaba largarse a su casa, un té y una cama tibia era lo único que necesitaba después de tanto desastre –


-Eren está demasiado borracho para explicármelo.


-espera a que el mocoso se despierte, tendrá una increíble resaca y podrá contarte con lujos de detalle su día.


-no te burles de mi, ¿quién eres?


-estoy cansado niña, necesito volver a mi casa y el jeep está ocupado aun por Eren, hazme el favor de bajarlo y dejarme en paz. – sin prisa se movió de lugar rumbo al volante, ya no tenía ganas de explicar nada –


-si subes a ese auto tendré que ponerte bajo arresto.


-que molesta eres. – subió uno de sus pies en el jeep, como retando a la morena –


-no te atrevas…


-rétame. – sus orbes azules miraron desafiantemente a la chica policía -


-Rivaille… - la voz de Eren interrumpió el tenso ambiente que se formo entre los dos –


Con mucha dificultad el chico se tambaleo fuera del vehículo, mirando vidrioso al nombrado, con ojos perdidos y turbios, estaba que caía de bruces pero tenía una leve soltura de movimientos, como un encantador bailarín, en ese estado se colgó prácticamente del cuello de Rivaille, sonriéndole bobamente hasta que noto a la otra persona frente a ellos.


-¿Mi…Mikasa? – Parpadeo unas cuantas veces, la imagen que tenía estaba totalmente distorsionada en su cerebro sobresaturado de alcohol –


-Eren, ven acá.


-no. – siguió aferrado al moreno, como queriendo usarlo para darse calor – el… el es uno de mis nuevos jefes.


-¡jefe! – Mikasa miro horrorizada mas aun a Rivaille – ¡un jefe no emborracha a su subalterno!


-no… me emborra… no…. Diablos, el no bebe. – Palmeo el pecho del moreno con mucha familiaridad – es aburrido.


Hasta aquí llegaba Eren, Rivaille se lo arranco del cuello con total brusquedad, empujándolo hacia los brazos de Mikasa, era la gota que derramo su pequeñísimo vaso de paciencia, y por tercera vez en ese largo día, Rivaille murmuro todas las maldiciones y obscenidades que conocía, y las que no también. Saco las llaves del jeep y aunque suene loco, pues las dejo en el bolsillo del pantalón de Eren, se acomodo su chaqueta negra y partió caminando por la calle solitaria a esas altas horas de la noche, que Hanji viniera ella misma por su adorado auto, juro que mas nunca le haría un favor a esa mujer.


Vaya modo de comenzar un trabajo, después de ver como Rivaille se perdía en la oscuridad de la noche, Mikasa se echo a Eren prácticamente al hombro para meterlo a la casa, dentro, un sorprendido Armin se enteraba de lo sucedido, preocupado además, por su propia seguridad ya que Mikasa le dejo órdenes expresas que su hermano no cometiera locuras o se metiera en problemas, pero lo primero que consigue apenas lo visita, es a Eren borracho y siendo "manoseado" ¡por su jefe! , bueno eso fue lo que la morena creyó ver, porque la verdad era un tanto distinta.


-¿como…. Llegue? – un Eren cabizbajo y con una taza de café negro humeante entre sus manos trataba de entender la increíble historia que Mikasa le recriminaba –


-estabas borracho, ¡con un condenado hombre aprovechándose de ti! – Gruño fríamente, sentada en el sofá frente a su hermano mayor –


-¡hombre! – Eren trato de recordar quien lo había traído, tenía una nebulosa imagen del pequeño y gruñón Rivaille – oh….. fue él quien me trajo.


-¿quién demonios es ese? – Mikasa se puso de pie dando dos largas zancadas para agacharse al nivel de Eren – ¿te llego a tocar?... se acosta…


-¡MIKASA QUE COSAS DICES! ¡NO ME HE ACOSTADO CON NADIE! – se levanto del asiento tambaleando la taza de café que chorreaba por los bordes gracias a los movimientos del castaño –


-está ya no es una conversación de hermanos… - Armin susurro para él con resignación, recargado de la entrada de la cocina, cansado de ser despertado súbitamente para escuchar una reprimenda de Mikasa –


-es importante que sepa eso Eren, estabas borracho, quizás no recuerdas nada y… - poso sus manos sobre las del nombrado – en la comandancia hay un servicio para atender a las víctimas de vio…


-¡YA! ¡NADIE ME HA VIOLADO! – Se sentía avergonzado por su propia hermana, molesto y ahora lo único que quería era dormir, al menos unas horas para volver a trabajar, así que dejo la taza de café medio tomada sobre la mesa del comedor y se fue a su habitación dando un portazo en el proceso –


-Mikasa, te sobrepasaste. – Armin al fin toma el valor para hablarle a la chica –


-no me sobre pase, Eren es muy inocente.


-es ignorante de todo, que no es lo mismo.


-y lo seguirá siendo, lo prometí. – Dio un suspiro de resignación, su misión en esa vida era custodiar a su hermano, cumplir con la última voluntad de su madre –


-deberías hablar con él, lo que me contaste es muy fuerte. – el rubio tomo la taza que Eren había dejado en la mesa, mirándola tímidamente, como perdido en la imagen de ese brebaje negro que era el café –


-no, y tú me juraste que no lo harías, por eso te lo confié Armin, lo prometiste. – Mikasa le miro seriamente, con sus ojos afilados dignos de una fiera salvaje –


-lo sé, no diré nada, pero Eren merece saber de lo que es capaz.


-no necesita de eso.


-uno siempre necesita de una familia. – sintió el recuerdo de su abuelo llenándole muy hondo en el alma, como era la ternura de su abuelo lo que lo hizo un joven de bien –


-yo soy su única familia y será siempre así.


-espero sepas que todo tiene su porque en la vida Mikasa, hasta lo especial que es Eren tiene su porque.


La morena obvio campantemente los comentarios de Armin, era un tema duro, feo y que ella no deseaba traer recuerdos, bastaba con el pasado doloroso y la carga de la memoria, cuando ella debió ser escudo, espada y asidero de su madre y su hermanito, ayudarles a superar un feo pasado que Eren recuerda muy vagamente, la mayoría de las veces en pesadillas infantiles que ya casi no lo atormentan.


Pero no todas las hermanas son así, para Reiner resulto algo difícil reencontrarse con la suya, cuando por fin pudo verla en la estación de trenes, fue como ver a una total desconocida, esta ya no era la chiquilla delgada y desaliñada que retaba a medio mundo, esta vez estaba ante él una mujer hermosa, hecha y derecha, con un aire serio y melancólico, quizás todas las andanzas de sus años lejos le habían forjado el ánimo y el humor. Al final, su hermana fue recibida por todo lo grande, se quedaría en el departamento que compartía Reiner con su "mejor amigo" Bertholdt, vivían cerca de la finca rose, en unas pequeñas residencias, algo así como un pueblito a una hora de su trabajo, y esa mañana Bertholdt se había levantado más temprano que de costumbre, quería dejarle una buena impresión a la hermana de su amante, prepararía un gran desayuno para todos.


-que le gustara… - miro dudoso agachado dentro del refrigerador, con medio cuerpo dentro, meciéndose levemente de un lado a otro hasta que sintió como algo sujeto sus caderas bruscamente y lo halo hacia atrás, ni tiempo le dio de mirar, ya estaba estampado contra el mesón de la cocina, siendo besado furiosamente por un rubio animal, instintivo y básico a la hora de esos menesteres – ¡Re…Reiner no!


-sshh…. Annie aun duerme, es el momento perfecto. – Mordió sin contemplación el cuello del mayor, una mordida acostumbrada, marcando su territorio conquistado – será rápido.


-no… ella despertara… y… - seria más alto que su amante, pero en relación a las cosas del amor, quedaba como un indefenso bebe, su carácter no iba con sus proporciones, en cambio Reiner despedía lujuria por donde le mirara, fuerte, macizo, como un toro sin capar –


-deja de lloriquear, que hemos hecho cosas más aventureras en la finca… - sin misericordia metió su mano fuerte y gruesa dentro del pantalón del pijama negro de su amante, posesionándose descaradamente de aquel miembro dormido y que comenzaría a despertar si le seguía tocando así – si no gritas… será perfecto Berth…


-no me llames Berth, lo odio. – Gruño atragantado al sentir como aquellos dedos comenzaban a masajear la punta de su miembro, despertándolo súbitamente, comenzando a molestarle dolorosamente sus bajos, esa sensación de escalofriantes corrientazos, despertando su pasión también dormida –


- estas excitado, gruñes y regañas cuando lo estas. – su lívido se disparo al infinito con aquello, sentía que quería darle la vuelta al pobre chico y prácticamente violárselo sobre el mesón de la cocina –


-¡hazlo de una vez, o quieres que Annie nos encuentre! – Bertholdt tomo la iniciativa y se volteo, dándole campo libre a su amante, una sumisión complicada –


Dicen que la pasión teñida de peligro y riesgos es más exquisita, la adrenalina de ser descubierto recorre tu torrente sanguíneo de un modo inhumano, que sientes que el corazón se te saldrá del pecho con sus latidos desbocados, y así se sentían Reiner y Bertholdt, jugando el juego del silencio, respetando las reglas del sexo a escondidas.


Las piernas del moreno temblaron al sentir como sus muslos fueron bruscamente separados por unas manos conocidas, fuertes y rusticas, le gustaban esas manos, esos dedos rasposos que lo tocaban como le gustaba, sintió el calor de otro cuerpo, como el rubio bajaba sus pantalones de dormir rápidamente y pegaba sus caderas a las del otro, rozando su bestia despierta entre los glúteos, buscando su anhelado destino, y no se le negaría tan morboso deseo, con la misma prisa que sentían le penetro, sin preparar nada, sin caricias previas, tan raudos y bruscos como acostumbraban ser. Los gemidos fueron apagados furiosamente por la mano de Bertholdt, mordiéndose el brazo con fuerza, sintiendo que sangraría por el dolor, dolor que fue apaciguándose rápidamente cuando las embestidas comenzaron, sintiendo el calor del otro, su potencia, sus manos sujetándole las caderas, moviéndose rápido y firme, centrándose en llegar tan profundamente como podían, tratando de conseguir el lugar correcto para despertar el placer.


-¡Re… Reiner… allí! – intento bajar más su espalda, abrirse para él, permitirle que le llenara totalmente con su ser, sentirle, eso le encantaba definitivamente –


-Reiner…


Esa no era la voz de Bertholdt, era Annie, llamaba desde la habitación, se notaba que había despertado y ahora se dirigía irremediablemente en la búsqueda del rubio, con paso perezoso se dedico a buscar a su hermano mayor, sin mucho asombro se asomo a la cocina, aun medio adormilada y con su rostro sereno, frio e inmutable, hecho una vista dentro para conseguirse al amigo de su hermano agachado bajo el mesón de la cocina, en una posición un tanto extraña, como si estuviese jugando a las escondidas, estuvo a punto de preguntar por su hermano, pero este le hablo desde la parte trasera de la cocina, estaba de pie con la puerta del refrigerador abierta y el tras ella, como si buscara algo.


-¡buenos días Annie! – Reiner le respondió medio angustiado desde el refrigerador –


-buenos días. – medio arqueo una ceja ante la vista, parecía que su hermano estaba ocultando algo –


-Annie, nos encontraste en mal momento. – el moreno se salió de debajo del mesón rápidamente – no puedes ver lo que hacemos.


-pero…


-queríamos sorprenderte con un buen desayuno. – Sonrió nervioso, moviendo poco a poco a la joven fuera de la cocina – vete a arreglar, no entres hasta que esté lista la comida.


-está bien. – Sin más se dio media vuelta y salió de la cocina, parecía no importarle mucho el extraño comportamiento de los dos –


Ambos hombres quedaron a la expectativa hasta que la rubia desapareció, en ese instante soltaron un suspiro colectivo, salvados en la ralla.


-¡salte del refrigerador! – El moreno estaba que se aguantaba la carcajada al ver como hizo su pobre amante para tapar la obvia erección que aun tenia, la solución, abrir la puerta del refrigerador para hacerse de un escondite –


-y tu… que buscabas bajo el mesón ja… - carraspeo acomodando sus pantalones, esto había sido muy, pero muy arriesgado, y divertido – en la noche si llegare a tu punto exacto, me debes unos gemidos.


-si tu oportuna hermanita nos deja. – suspiro tímidamente -


Eran una pareja sin problemas, sin ánimos de ir más lejos de lo que ya estaban, eran felices así, escondiendo lo que sentían ante el mundo, mientras pudieran vivir en su pequeña burbuja pasional que no necesitaba de mostrarse a nadie. pero otra historia se sucedía en la finca rose, Rivaille había despertado de muy mal humor, peor del acostumbrado, esa mañana estaba paleando heno en una de las caballerizas, no le agradaba en lo absoluto que nadie, absolutamente nadie tocara, se acercara o le hiciera algo a su caballo, amaba a ese condenado animal más que a sí mismo, era un hermoso pura sangre árabe, un caballo costoso que fue un regalo inesperado, ese caballo había visto cosas que nadie vería nunca, fue como una especie de tabla de salvación, y solo dos personas sabían eso en el mundo, por ello tenía una fuerte relación con el, dedicándole muchas de las horas de su día.


-Rivaille. – una voz femenina irrumpió su arduo trabajo con el heno –


-….. – el mencionado ni si quiera levanto la mirada, sabía que la voz pertenecía a Petra –


-¿cómo te fue anoche?, Hanji me comento que llegaste muy tarde. – Se detuvo fuera del box donde estaba su prometido –


-fue una molestia, como todo lo que Hanji causa.


-y… ¿las ojeras? – Detallo aquellas marcas oscuras que hacían ver más dantesco el aspecto del moreno –


-nada importante Petra. – medio giro la mirada hacia la chica, pero sus ojos se afilaron más aun al ver algo que no le agrado en lo mas mínimo – tu.


- he… - Petra quedo en su sitio, solo vio la figura de Rivaille pasando delante de ella, dejándole el trinchete en la mano y dando largas zancadas rumbo a la entrada de la caballeriza –


Lo que tanto enfureció al Corporal, fue ver a Eren parado en la entrada solo, parecía esperar a Hanji para empezar el trabajo del día. Sin un ápice de duda tomo al chiquillo desprevenido, sujetándole de las ropas y haciéndole mirarlo a los ojos. Eren quedo petrificado al verlo, al saber que aquel ser que lo arrincono fue el pequeño hombre que le había acompañado la noche anterior a su casa cuando él se emborracho, en ese instante se le vino a la cabeza la voz de Mikasa, preguntándole si le habían violado, si el hombre que lo trajo le había tocado o algo más.


-justo a ti te quería ver. – siseo con frialdad, acercando su rostro al pobre de Eren –


-yo…. Debo disculparme por mi hermana, creo que… le confundió con un violador. – sus mejillas se volvieron tomates maduros en un segundo –


-¡violador! – arqueo una ceja con notable furia, el no era ningún violador, ni si quiera le interesaba el sexo con otro hombre –


-seee… yo también me altere por eso, pero ella no es mala chica, solo que me cuida mucho. – trago grueso, aun tenia metida en su mente la escena de ese hombre tratando de desvestirlo, era una imagen demasiado sacada de la realidad para el – Mikasa es complicada.


-pues dile a tu hermana que no seré amable para la próxima vez. – al fin soltó al pobre Eren de sus ropas –


-buenos días Eren. – Petra al fin se acerco al dueto, estaba tomando distancia de la extraña discusión que tenían los dos, pero sí que no se le escapo que Eren también tenía unas ojeras muy parecidas a las de Rivaille, ambos habían sido presa del insomnio –


-buenos días señorita Petra. – se inclino respetuosamente ante ella –


- no dormiste muy bien anoche.


-es que… el señor Rivaille me hizo el favor de llevarme a mi casa y hubo algunos inconvenientes y se nos hizo tarde, pero nada que no se solucionara. – Sonrió bobamente, con su mano tras la cabeza – permiso, debo irme a trabajar, Hanji me espera.


Eren desapareció al ver a la veterinaria llegando con su rescatado jeep, tuvo que hacer el molesto viaje para recuperarlo. Mientras, Rivaille se cruzo de brazos incomodo, no tenía intenciones de contarle nada a Petra de donde había ido la noche anterior, en medio de una discusión importante.


-así que… me dejaste sola para ir a llevarlo a él. – siseo con un aire dolido, molesto –


-no quiero escenas.


- y yo quiero que te decidas, no esperare mas Rivaille.


-no te parece suficiente el mantener tu honor intacto. – mascullo el moreno con frialdad –


-solo la culpa te mantiene atado a mí, solo eso. –salió de la caballeriza dejando el trinchete tirado en el suelo –


soy un hombre de palabra bajo cualquier circunstancia. – hablo para sí, ya no había nadie que le escuchara en ese lugar, Petra había salido aireada de allí –


La vida no es sencilla, a veces hacemos cosas que no queremos, pero que lo hacemos porque es bueno para el resto del mundo, para la sociedad, para los que solo ven el ayudar y nada más, pero Rivaille lleva su propia cruz, una que se ha impuesto para salvaguardar el honor de su compañera de trabajo, pero ya era muy tarde, ya no podía quejarse, las cartas las había echado el mismo y su jugada estaba hecha. eso pensaba mientras ensillaba su amado caballo y salía al campo, a correr contra el viento para ver si olvidaba un poco la molestia que le atormentaba, volar al viento, dejarse llevar por su única pasión verdadera, la libertad de ser el mismo.


Monto hasta perderse en lo profundo de la finca, donde no había vallas que limitaran, donde podía ver las tierras que Erwin quería para él, que ironía, su matrimonio ayudaría en cierto modo, era un trago agridulce, otra vez ese pensamiento se coló en su cabeza.


-no sirve de nada. – bajo del caballo y se hecho sin más en la grama, bajo un pequeño árbol tupido, con un follaje verde brillante, hondeando en el cielo azul profundo que aun se podía disfrutar de la primavera –


Cerro sus ojos, estaba cansado por la noche sin dormir, del recorrido que tuvo que hacer para volver a la finca, caminando como 6 cuadras hasta que un taxi se apiado de él y accedió a llevarle, y así se quedo dormido, con la brisa dando en su rostro, bailando en sus negros cabellos cortos, olvidando el mundo entero, se sintió tan bien hasta que oyó un pequeño murmullo, como una risa juvenil, eso le alerto, sin prisas abrió un ojo y miro hacia donde había dejado su caballo atado, sorpresa, su condenado animal estaba siendo acariciado por el mocoso borracho llorón.


-¡Dante! – gruño en un segundo poniéndose de pie, esto era inaudito, ese animal no se dejaba tocar por nadie salvo el o Erwin que se lo había regalado –


- así que te llamas Dante. – Eren sonrió ante el caballo que le golpeo sutilmente con su hocico – es simpático.


-¡qué demonios haces aquí?! – sujeto bruscamente las riendas de su caballo, como reganándolo por irse con extraños –


- Hanji me dejo aquí varado, dijo que inspeccionara este corral, pero me sorprendió verlo a usted durmiendo aquí. – Hablo un tanto cohibido, Rivaille no era nada fácil de tratar, con esa cara de animal a punto de morderte, le recordaba demasiado a los animales pequeños que lo detestaban – me acerque a saludarlo cuando lo vi dormir así que no quise despertarlo y me entretuve con su caballo, es muy dulce.


- el no es dulce, es un animal quisquilloso que no se deja tocar por nadie salvo yo. – miro con indignación al mencionado caballo que parecía contento de ser rascado tras la oreja por Eren –


- no te pareces a tu dueño… - susurro quedito al oído del animal – quizás le caiga bien yo.


-no lo creo. – torció la mirada incomodo –


- señor Rivaille, discúlpeme por traerle problemas con su novia. – Eren soltó la disculpa un tanto avergonzado –


-no es mi novia mocoso curioso y metiche.


-pero… Hanji me dijo que se iban a casar y todo.


esa mujer está loca de remate, no le hagas caso, es insoportable. – resoplo con molestia, así lo negara era verdad, debía casarse con Petra –


Ya no tenia ánimos de luchar, hasta su caballo parecía cambiar de curso en su decisiones, menos él, sin prisas se sentó en la grama otra vez, mirando al infinito verde azul del paisaje, sintiendo que quería ser engullido por él para no saber nada del mundo, absolutamente nada, tan metido estaba en esos sentimientos que no sintió cuando Eren se sentó a su lado, con una prudente distancia que respetar, no quería ser insultado o golpeado por el moreno.


-buen sitio para no pensar en nada.


-sí.


Continuara…


Bueno, aquí hay más preguntas que respuestas, increíblemente se nos enreda todo, desde que debe ocultarle Mikasa a Eren, porque Rivaille debe casarse con Petra, también el que Hanji parece estar metiéndole cierto mocoso a Rivaille por los ojos, un juego peligroso en donde más de uno saldrá herido. Gracias por sus mensajes, trato de actualizar tan rápido como mi tiempo me lo permite, espero tener otro capítulo antes del viernes!, nos leemos y sigan que esto se pone muy interesante.


Próximo capitulo:


Mí antes y mí ahora


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