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Mi Kitsune[Editando] por narutik

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Notas del capitulo:

Ha pasado muchooo tiempoooo, no me maten TnT

Después de ver cómo el chico, agotado se desmayaba, lo tomo con delicadeza si de un cristal se tratara y cubrió con una de las mantas que le entrego uno de sus hombres.

—Mi señor, quien es ese chico? — Pregunto un guardia, acercándose con unas cuantas cosas para formar un pequeño campamento frente al castillo de los Haruno.

—Lo encontré en uno de los calabozos del castillo—Dijo mientras unos guardias le abrían su tienda para entrar con el chico— Encadenado, y con un detestable guardia como su vigilante—Comento mientras acostaba al rubio y recibía las cosas que le habían traído para tapar al chico.

—Comprendo mi señor— Dijo el guardia haciendo una leve reverencia para retirarse.

—Espera—dijo Sasuke — Está Kabuto aquí ¿verdad? Dile que venga de inmediato.

—Si señor — Dijo saliendo con rapidez de la tienda, para ir en busca del susodicho.

Miro por unos segundos al chico y prosiguió a sacarse la vaina, ya que su espada se había partido por la mitad. Aún no entendía el porqué de un chico como él estaba en tales condiciones.

— ¿Por qué estabas en un calabozo? — Susurro para sí mismo acercándose a Naruto para tocar una de sus orejas— ¿Qué eres en realidad? — Se alejo del chico al ver cómo Kabuto entraba a la habitación y quedaba sorprendido.

— Que necesitas sas...uke— Se quedo sin palabras al ver al chico que tenían dentro de la tienda de campaña, luego miro al azabache que se sacudió de hombros — ¿Quién es este chico? —Pregunto apuntando al rubio que descansaba sobre una de las camas improvisadas.

—Quiero que lo revises—Dijo ignorando la pregunta del peli plateado— Esta mal herido, si lo llevo al castillo así, no aguantara el viaje y morirá—Aclaro colocándose una nueva capa, ya que la suya la tenía el rubio.

Kabuto asintió sin decir nada y comenzó a examinar al rubio bajo la atenta mirada del Uchiha. Pasado unos cuarenta y cinco minutos, seco el sudor de su frente con una toalla y tiro las vendas a un balde, que contenía otras con manchas de sangre.

—Es algo provisorio, aguantara el viaje hasta el castillo, pero este chico no está bien—Dijo mirando al azabache, a la vez que pasaba su mano derecha por su cara y terminaba posándola en su cintura.

El viaje fue calmado para el mal herido rubio y el azabache que no quitaba la mirada del chico con rasgos felinos, analizándolo, queriendo tocar aquellas orejas y colas peludas, pero se reusaba mentalmente, tenía que guardar la compostura y no sucumbir a sus deseos.

Un suspiro de alivio salió de sus labios al ver como el carruaje se detenía en frente de las enormes puertas del castillo, tomo con delicadeza al chico y con Kabuto a su espalda lo llevo a la enfermería. 
Dejaría al chico en manos de Kabuto para que atendiera sus heridas y lo dejara descansar, el por su parte iría a informar al rey sobre la victoria tras la invasión al reino de la hoja y se daría su merecida ducha. 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°SN°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Esa mañana era especial, el sol estaba en todo su esplendor despertando a todo ser que se negaba abrir sus ojos para tener un día productivo. Los rayos del mismo entraron a una habitación por medio de la apertura que dejaban las largas y delgadas cortinas, molestando el rosto de un hermoso chico de cabellos dorados que descansaba plácidamente sobre una cama bien acolchada. Por culpa de los molestos rayos solares, aquel muchacho abrió lentamente sus ojos azules, enfocando su vista en el techo blanco nevado que poseía aquella habitación.

Con pesadez se sentó en la cama para admirar la habitación, era completamente blanca con algunos toques dorados y unos que otros muebles que no reconoció a simple vista. Movió su cola emocionado al ver cosas nuevas, pero rápidamente su emoción ceso y el miedo lo invadió obligándolo a meter su cola entre sus piernas y agachar sus orejas.

A su mente llegaron aquellos recuerdos en el cual se veía despertar en una hermosa habitación, admirándola por unos segundos, para que después la puerta fuera abierta y entraran aquellos hombres a burlarse y reírse de él.
Miro atentamente la puerta, esperando que esta se abriera y dejara ver a esos horribles hombres, pero luego de unos cuantos minutos nada paso y recordó.

Hizo a un lado las tapas de la cama y con dificultad se sentó en el borde de esta, su cuerpo aún dolía, admiro por unos segundos las vendas que se encontraban en sus pies y tobillos, rápidamente miro sus brazos notando las allí también. Bajo su vista a las extrañas ropas que portaba tocando las y sorprendiéndose por lo suave que se sentía en su piel.

Con esfuerzo movió su cuerpo hacia delante, hasta que sus pies tocaron el frío suelo, pero no sé inmutó. Ya estaba acostumbrado a él.

"Donde estoy"—Fue la primera frase que apareció en su cabeza, confundido por los recientes acontecimientos, una cabellera azabache asesinando al guardia y luego saliendo de ese horrendo lugar. Sus recuerdos son difusos.

Con curiosidad movía sus orejas tratando de escuchar algún ruido, pero como estas aún no se recuperaban del reciente daño, su audición no era perfecta; se tendría que valer de su vista.

Requiriendo el mayor esfuerzo por parte de su cuerpo, se apoyó en la pared, para comenzar a moverse por la habitación hasta llegar a la puerta que estaba fabricada con un hermoso roble fino. Con nerviosismo su mano se situó en el picaporte y lo giro lentamente, abriendo la puerta en el proceso. Asomo su cabeza mirando de derecha a izquierda y viceversa.

Luego de un rato comprobando que no había nadie allí, se aventuró por el pasillo con lentitud, colocando sus manos en la pared para usarla como apoyo. Según el pequeño, aquel pasillo a sus ojos se veía tenebroso y lúgubre, aunque no tuviera ni una pisca de polvo u telarañas.

 Al final del largo pasillo diviso una puerta con una decoración que para él se le hizo extraña y a la vez curiosa. Ya estando más cerca de esta logro escuchar claramente el sonido de los platos siendo amontonados uno sobre otro y personas hablando sobre temas que no comprendió.
Movió su cola en circulo y trato de agudizar su audición, pero un alarido de dolor escapo de sus labios, cerro sus ojos con fuerza por el esfuerzo y temeroso llevo sus manos a su boca asustado. Pero rápidamente las bajo posándolas en su estómago, ya que este rugió por algo de comida.

Dentro de aquella sala, se encontraba la familia Uchiha, que degustaba de sus platos de comida, conversando sobre la reciente victoria y sus méritos en esta. Pero uno de sus integrantes no había tocado su plato de comida en todo. ¿La razón? - Aquel chico rubio con rasgos felinos, su cola y orejas era lo que más llamaba su atención-

Sasuke lo único que quería era salir de allí para ir a ver al lindo Kitzune dormir- a su parecer el chico parecía un lindo zorro por sus marcas en sus mejillas- Le había pedido al servicio que prepararan una bandeja con comida para llevarla el mismo a la habitación, de seguro cuando el chico despertara estaría con hambre. 

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el extraño ruido que se escuchó afuera de la puerta, la sala quedo en completo silencio y el ambiente se puso tenso. Temió lo peor. 

 

Detrás de la puerta Naruto se encontraba asustado, ya que, por culpa de sus quejidos, el ruido dentro de aquella habitación había cesado, con lentitud se comenzó alejar de la puerta, manteniendo su vista fija en esta, sus orejas se movieron al percibir que pasos se acercaba a esta, inconscientemente bajo sus orejas y su cola se escondió entre sus piernas. Los pasos cada vez se escuchaban más fuerte y cerca, sin pensarlo mucho se dio media vuelta para echarse a correr, pero sus piernas le traicionaron enredándose entre sí, haciendo que callera al suelo, soldando un quejido de dolor.
Se quedo en silencio al sentir una imponente presencia detrás suyo, la puerta estaba completamente abierta y allí se encontraba un hombre mayor, mirando al muchacho de una forma que el rubio no supo descifrar. Instintivamente comenzó a retroceder en el piso al ver como el hombre avanzaba.

—¿Quién eres? —Pregunto autoritario Fugaku quedando a unos cuantos centímetros de aquel extraño rubio. Naruto no quería contestar, más bien no podía. Las palabras no salieron de su boca, tenía miedo.

—...—Silencio fue lo que recibió el azabache mayor por parte de aquella criatura. Eso lo desesperaba, siempre que hacia una pregunta tenían que responderle. Fugaku se caracteriza por tener poca paciencia.

—¡Te hecho una pregunta! —Bramo furioso acortando la distancia entre los dos, agarrando el cabello y orejas del rubio.
Naruto pego un grito de dolor y cerro sus ojos por el fuerte y doloroso agarre. Inconscientemente llevo sus manos a las del mayor para zafarse del agarre a la vez que por sus mejillas caían algunas lágrimas.
—Responde! —Grito levantándolo y entrando a la sala, el rubio pataleaba y se removía levemente buscando como soltarse, esta vez sus quejidos eran más audibles y sus lágrimas corrían por sus mejillas sin parar.

Fugaku al no tener respuesta por parte del muchacho lo tiro con fuerza al, suelo frente a su familia que momentos antes compartían una agradable comida. Y a Sasuke casi le da un infarto al ver quien traía su padre.

Naruto gimió de dolor llevando sus manos a sus orejas a la vez que se hacía una bolita en el piso manteniendo su cola escondida en sus piernas.
"Duele duele duele... ¿Porque...?"—Se preguntaba mentalmente. ¿Acaso había salido de un infierno para entrar a otro?

Sasuke no podía moverse de su sitio por culpa de su hermano mayor Itachi, quien lo mantenía fuertemente agarrado del brazo.

—¡Padre! —Grito al ver como de nuevo volvía acercarse al chico que estaba en el piso—¡Itachi! ¡con un demonio suéltame! —Forcejeaba con el mayor ahora de pie, su hermano mayor no le dejaba pasar.

—No lo volveré a repetir—Dijo el mayor de los presentes agarrando su katana y desenfundando esta—¿Quién eres? —Pregunto poniendo la katana frente al rubio que temblaba 

—Y-yo...—Trataba de hablar, pero el miedo que le invadía en ese momento no le ayudaba y menos ver aquella arma frente suyo. Un jadeo de dolor salió de sus labrios, su cuerpo se estremeció al notar como sus heridas se abrían de nuevo, manchando las vendas y la ropa que portaba.

—¡¡Padre!! ¡Fugaku! —Grito Sasuke al ver como el mencionado levantaba su espada, dándole a entender a su familia que daría el golpe final a esa pobre alma.

Con un rápido movimiento se soltó de su hermano, agarrando su katana para correr en dirección al rubio desenfundando su kanata para proteger al chico y parar el ataque indiscriminado de su padre.

Un sonido metálico se escuchó en toda la sala producto del choque de las dos katanas, una atacado y la otra protegiendo. Un hilo de sangre se deslizo por la mano del azabache menor, llegando a su muñeca y manchando el piso. Consecuencia de la fuerza que ejercía en la empuñadura.

—No te atrevas hacerle daño—Gruño desafiando al mayor con la mirada y en un rápido movimiento alejo la katana contraria.

Fugaku se encontraba descolocado en su lugar, confundido por la acción de su hijo menor. "Uchiha Sasuke, protegiendo a una persona?" Rio para sus adentros y llevo su mano izquierda a su cara para ocultar la mirada retorcida que tenía y la leve sonrisa de incredulidad al ver tal escena, simplemente no lo podía creer. Sasuke las dejaba a su suerte.

Enfundando su katana y se dio media vuelta para mirar al rubio, poso su mano sobre el hombro del chico para llamar su atención, notando lo asustado que estaba. Naruto al verlo retrocedió instintivamente, pero antes de hacer cualquier otra acción, Sasuke lo tomo de un brazo y lo atrajo a su cuerpo, envolviendo al rubio en un cálido abrazo.

—Tranquilo...—Susurro sobre sus cabellos y cerro sus ojos un momento, mientras su mano derecha acariciaba con delicadeza su cabeza y orejas, la izquierda se paseaba por su espalda, dando leves palmaditas, moviéndola en círculos—No dejare que te hagan daño, yo te protegeré—Ario sus ojos para mirar al chico, aunque aún veía el temor en esos hermosos ojos azules—Siempre—Susurro sonriéndole con ternura.

Todos en aquella sala se asustaron al ver esa sonrisa, la primera en reaccionar fue Mikoto que se levantó estrepitosamente de su silla botando la y apuntando al azabache menor, mientras un escalofrió le recorrió el cuerpo.

—Qui-quién eres tú! y que h-hiciste con mi sasu-ch...!¿?

—Sshhh Madre—Rápidamente Itachi había tapado la boca de su madre antes que dijera alguna estupidez y suspiro con pesadez al ver que su hermano menor lo miraba con una ceja alzada. 

El patriarca suspiro con pesadez al ver la escenita que estaba protagonizando su familia y dejando de lado su katana, tomo asiento esperando que su esposa e hijo mayor tomaran asiento, para hacer las preguntas correspondientes.

Pasado unos diez minutos, en los cuales su familia opto por ir a la habitación donde con anterioridad descansaba el rubio. Cabe señalar que Sasuke no dejo que nadie se acercara al muchacho y el mismo se encargó de cargarlo hasta la habitación.

—¿Quién es el, Sasuke? —Fue Fugaku en lanzar la primera pregunta, notando las orejas y cola del chico, cuando lo tomo de los cabellos no se percató de esos detalles antes, solo cuando su hijo menor tomo al rubio en brazos, fue que pudo divisar la cola, al igual que el resto de su familia, aunque tenía una corazonada que Itachi ya había notado esos rasgos del muchacho.

—Estaba en los calabozos de la familia Haruno—Soltó sin darle más vueltas al asunto. Miro por unos cortos el semblante del chico—Su nombre es Naruto.

—¿Por qué estaba en los calabozos? 

—No lo sé—Susurro cerrando sus ojos y cruzándose de brazos—Pero lo que si se con certeza, es que no dejare que nadie le haga daño—Abrió sus ojos lentamente dejando ver el característico color rojo, acompañado de tres aspas negras, mirando a todos los presentes dando una advertencia silenciosa.

Si bien alguien de la familia Uchiha activaba el característico Sharingan, es porque sus advertencias y palabras son serias.

"Yo te protegeré Naruto, aunque me cueste la vida"


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