Era nuevo en el pueblo, alejando de un pasado del que la no quiero recordar.
Me instale en un departamento que a pesar de que era pequeño era muy cómodo, sólo tenía una pequeña cocina, una habitación maso menos chica y un baño completo, en la parte de abajo del edificio estaba la lavandería, un lugar muy curioso por cierto, era del tipo en las que tenías que depositar monedas para que funcione.
En mi tercer día en el pueblo me sentía cómodo no tenía problemas, nadie me conocía ni yo conocía a nadie, bueno solo conocía a mi casera, era una anciana que sólo vi dos veces, decidí pagar el departamento con una tarjeta para evitar contacto con aquella anciana.
El pueblo es más como una ciudad pequeña tiene todo lo que cualquiera necesitaría además de algunos encantos.
Era lunes por la mañana no tenía mucho que hacer así que decidí salí a explorar este pequeño lugar, tome mi bicicleta y comencé a pedalear sin un rumbo fijo, después de unas horas me sentía agotado así que decidí parar unos minutos, encontré un lindo café lleno de gente al cual decidí entrar.
-Me da una botella de agua por favor
-Claro
Cuando me la dieron me retire de ahí no quería permanecer en ese sitio infestado de personas, subí a mi bici de nuevo y emprendí el camino de nuevo a casa, ya por llegar pare por un momento pues escuche un ruido extraño que venía de un callejón, en una caja había un pequeño gato negro con patas blancas me pareció muy curioso y tierno.
-Hola pequeño que haces en este lugar tan tenebroso
El gato se mostró un poco indiferente pero aun así decidí tomarlo, lo puse en la canasta de mi bicicleta y me dirigí a mi departamento al llegar a casa subí a mi hogar con el gato en brazos, él se resistió un poco pero luego se rindió ya hay encendí mi tv y me dispuse a verla
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-¿Qué hora es?, me quede dormido Me levanté y apague el televisor acomode mi cama y me recosté, a la mañana siguiente me levanté un poco atontado pues no sabía qué hora era, el gato estaba recostado justo debajo de mi cama
-¿Tienes hambre?
El solo me miro y maulló, decidí salir a comprar algo para que pudiéramos desayunar.
No tuve que caminar mucho pues a unas cuadras de mi casa había una tienda y justo a un lado estaba una veterinaria compre comida para mí y me dirigí a la tienda de mascotas, tenía suficiente dinero para comprar comida, arena y todo lo que fuera necesario para el cuidado del pequeñín al salir de la tienda choque con un chico
-Lo siento-hice una reverencia-
-No te preocupes, en otra ocasión ten más cuidado de tus movimientos
-Arasso
Al oír esta palabra aquel chico se quedó con una mirada extraña, como tratando de entender lo que le había dicho
-Lo siento, está bien
Dije y salí a toda prisa del lugar, al llegar a casa me sentí un poco diferente no sé lo que me sucedía pero no le tome mucha importancia, prepare mi desayuno y el del gato
-Neko
Así te llamare aquí nadie sabrá lo que significa.
El solo me miro y continuo comiendo, más tarde salí de casa y me puse en camino a buscar un empleo llegue a un parque no muy lejano del departamento y justo enfrente había un restaurante, en la ventana había un letrero "Se solicita mesero", me acerque a aquel lugar y entre
-Vengo por el empleo de mesero
-Hola, bienvenido justo ahora el jefe está dentro podría ir a hablar con el
- está bien, muchas gracias
Entré y hay había un hombre no muy viejo pero tampoco joven
-Bunas tardes, vengo a preguntar acerca del empleo
El volteo
-claro, joven cuantos años tiene
- 24 Conteste un poco nervioso
-Bienvenido, puedes comenzar desde el lunes
Me sorprendí demasiado de la reacción del hombre
-Gracias Hice una pequeña reverencia y me aleje del lugar
-¡Oye! Escuche gritar desde la habitación que había dejado atrás.
-¿Si?
-¿Cuál es tu nombre?
-Key... Key Kibum
Conteste con la vos un poco temblorosa
-Mucho gusto Key
-gracias
Salí corriendo de ese lugar tenebroso. Momentos después comenzó a llover
-¡Mierda!
No tengo paraguas y vine aquí caminando Me dije a mi mismo mientras caminaba entre la gente, pasó un auto justo a mi lado mojándome más
-¿Qué?
Se abrió una ventana
-lo siento ¿puedo ayudarlo?
-no se preocupe señor estoy bien
- "señor" dices... Pero sí creo que tenemos la misma edad
-lo siento -hice una pequeña reverencia- no lo alcanzo a ver bien
- no se preocupe joven todo está bien... ¿Gusta qué lo lleve? En pago de la mojada que le di
-No estoy bien, no vivo lejos de aquí
- Como usted guste
El coche se alejó y yo continúe mi camino