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You only live once por Pikaboom

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Notas del fanfic:

Hola chicos, espero disfruten de este nuevo LuBaek que he escrito :) No prometo que será un fic largo o corto, porque no tengo previsto un número exacto de capítulos. Sólo improviso y dejo en claro algunas ideas que cruzan por mi cabecita loca sobre mi punto de vista acerca de la realidad, aunque exagere con ciertos temas. Trato de pensar como lo hacen en la sociedad de allá (sólo un poco). Aún así, espero sea de su agrado y me lean :) Denme sus opiniones, por favor.

Notas del capitulo:

Lo emocionante empezará después, no desesperen. Eso si, prometo mucho lemon :3

Era una mañana fría y nublada. El cielo estaba grisáceo, anunciando una aproximada lluvia, por lo que muchos estudiantes portaban grandes abrigos y paraguas en sus bolsos escolares. Baehyun no era la excepción, por lo que iba muy bien abrigado y preparado para cualquier incidente climático. Iba camino a la escuela trotando, y con su maletín tomado con cierta fuerza. Debía apresurarse si quería llegar a la primera hora: nuevamente se había quedado dormido. Una falta más en su clase de historia y sería dado de baja en la materia. No quería meterse en más problemas con su madre, ni mucho menos con sus demás familiares que lo apoyaban económicamente en relación con el colegio. Ya los había decepcionado demasiado, no quería seguir haciéndolo más.

En cuanto vio que el portón estaba por ser cerrado, corrió lo más rápido que sus extremidades le permitieron hasta lograr aproximarse al guardia de seguridad. “¡Espere!” gritó a todo pulmón mientras seguía corriendo. El joven hombre se detuvo, y divisó a Baekhyun acercándose hacia él. Le sonrió, y esperó a que el chico llegara al portón.

“¿De nuevo tarde?” preguntó burlón el hombre. Baekhyun exhalaba con fuerza, incluso apoyando una de sus rodillas en el asfalto para poder descansar. Después de casi un minuto en un intento de recuperar el aliento, carraspeó su garganta y metió una mano al bolsillo de su pantalón escolar mientras se ponía de pie. Mostró su credencial escolar para demostrar que era alumno del colegio, y se le permitió la entrada al plantel.

Caminó por el pasillo principal, hasta llegar al edificio donde se daría su clase de historia; justo en el último edificio, en el último piso, salón E-24. Suspiró derrotado y comenzó a subir escalón por escalón, arrastrando la suela de sus gastados zapatos contra el piso lustrado, haciendo patinar cada paso que daba. Siguió con el mismo ritmo, hasta llegar al último pasillo del edificio. Caminó con la misma tranquilidad hacia el salón de su clase. Él era el único alumno que se encontraba fuera de su clase (claro está sin contar a los bravucones que sólo asistían al colegio para perder el tiempo, o librarse de sus problemas en el hogar), haciéndole sentir irresponsable y mal estudiante e hijo.

Corrió la puerta de su clase, y dio un paso al frente para poder llamar la atención de su profesor que ya había comenzado (por lo visto, hace un buen rato) su clase. El viejo dejó de escribir en la pizarra, y cerró su libro, no sin antes apartar la hoja del ejercicio que escribía a su frente, y miró a Baekhyun con desaprobación. “Lo siento mucho, Sr. Kwon. ¿Me permite pasar?” dijo un intimidado Baekhyun, encogiéndose de hombros. Toda la clase lo miraba con burla, y comenzaban a murmurar cosas (inaudibles para el viejo profesor) desagradables hacia Baekhyun. “Es un inútil” “Siempre llega tarde” “Por su irresponsabilidad, su familia lo desprecia”.

El Sr. Kwon dio una última oportunidad a Baekhyun, y le permitió la entrada a su clase, no sin antes darle un buen reproche, y dejarle en claro que lo reportaría en la jefatura de materias del colegio. No era una gran amenaza, pero estaba claro que afectaría en algo para la inscripción en alguna buena Universidad. Era justo lo que le faltaba. Lo bueno de eso, es que aún tenía un chance de salir del colegio sin deber alguna materia.

La clase transcurrió lenta y silenciosa. Baekhyun era fácil de distraer, por lo que miraba de vez en vez hacia afuera por la ventana: siempre observando el cielo, y las gotas delgadas que chocaban contra los vidrios. Tomó su maletín, y de un estrecho bolso escondido en el exterior, sacó su no muy actualizado celular, y unos cascos delgados y blancos. Los conectó al aparato, y rebuscó en su tarjeta de memoria la poca música que tenía descargada, a la vez que se colocaba los cascos en las orejas, y escondía el cable entre sus ropas. Optó por escuchar música alternativa para poder relajarse. Apoyó el peso de su cuerpo contra el respaldo de su asiento, y estiró las piernas hacia el frente, haciendo chocar las puntas de sus pies contra los talones de su compañero del frente. Poco le importo que comenzara a maldecirlo ese chico, y siguió mirando hacia afuera del plantel.

Entonces fue cuando comenzó a cuestionarse, “¿Qué hace en ese lugar?”, “¿Por qué no puede ser una persona ejemplar?”, “¿Por qué debe ser diferente a los demás?”, “¿Por qué le duele tanto vivir así?”.

No es que Baekhyun odiara su vida, sino que no la disfrutaba. Con su familia ejemplar siempre sobre y en contra de él; diciéndole que debe ser mejor persona, que su única preocupación debería ser el colegio y sacar buenas notas. Ser un hijo ejemplar que atiende su hogar y sus estudios. Pero Baekhyun se encontraba en plena adolescencia, con sus sentimientos y pensamientos siempre a flor de piel, preguntándose siempre el “por qué” de las cosas, de sus actos. Era cuando se sentía menos apoyado, que no tenía  alguien que lo apoyara (que de hecho no había nadie); simplemente era la etapa donde se sentía solo. Aislado de los demás, y que nadie entendía sus sentimientos, o que no pensaban de la misma forma en que él lo hacía.

Baekhyun no era alguien diferente a los demás adolescentes; pensaban absolutamente lo mismo. Lo único que se tomaba en cuenta entre ellos (y por ende, en la sociedad), eran la diferencia de gustos, personalidades y posición social; era por eso que no se sentían identificados entre ellos. Sólo entre pequeños grupos de estudiantes que pertenecían a la mista cultura, movimientos urbanos, entre otras ideas que compartían entre sí, convivían. Baekhyun no se sentía a gusto con nadie más. Prefería estar sólo, escuchando música, imaginando como sería una vida en donde él pudiera tomar sus propias decisiones. En algún punto, la sociedad podría llamarle “rebelde”, ya que era un chico que prefería seguir sus ideales primero que los que le imponía (a la fuerza) su familia. Se dejaba llevar por sus instintos y su experiencia para tomar sus propias decisiones, aunque la mayoría de las veces terminó arrepintiéndose de ello, y seguir tratando de tener una vida “normal”.

En fin, Baekhyun era, como todo adolescente, especial y único. Tenía una mente abierta y dispuesta a recibir opiniones ajenas, siempre tratando de ser consciente entre lo que era bueno, y lo que era malo (según los estereotipos). Era de esos chicos que veía mal el beber, fumar y mantener una vida sexual activa sin ser mayor de edad. Veía mal el que las personas se drogaran, que las chicas terminaran embarazadas a corta edad, que las mujeres vendieran su cuerpo a cambio de efectivo… Simplemente Baekhyun no lograba ponerse en su lugar, y ni lo deseaba. Le costaba entender a los demás: ese era su más grande defecto.

Pasó una hora y media más para que la clase terminara. Cuando la campanilla resonó por todo el plantel, los alumnos tomaron a prisas sus cosas, y se retiraban de sus aulas para tomar un pequeño receso,  y seguir tomando sus clases. Baekhyun esperó a que su salón se vaciara, y salió  último para dirigirse a su próxima clase.

Bajó el alto edificio de cinco plantas esta vez trotando. Bajar siempre fue más sencillo que subir esos cientos de escalones, sólo que tuvo cuidado, ya que debido a la lluvia algunos pasillos abiertos se habían mojado, y ahora el personal se encontraba secando el agua que corrieron los alumnos al pasar.

“A-03” se dijo a sí mismo, mientras se dirigía a su próxima clase: química. En su camino, pasó por un pasillo desolado de entre los edificios A y B. Pudo escuchar claramente varios murmullos, y una pequeña luz provenir de entre el oscuro lugar, donde sólo habían bancas descompuestas apiladas una sobre otra. Las delgadas gotas de lluvia comenzaban a caer con lentitud sobre su cabeza y hombros. Aún no llovía del todo, pero quiso prevenir el empaparse y siguió caminando hacia su edificio.

“¡Idiota! Lo rompiste” escuchó una voz afeminada (pero definitivamente de hombre) provenir de dicho pasillo. Volvió su vista, a la vez que aminoraba el paso, y se detuvo en seco cuando divisó a dos jóvenes de casi la misma altura salir de dicho escondite. Ambos eran de los chicos atractivos (a su parecer) del colegio. Uno era moreno y alto, con peinado intelectual, y portaba mal el uniforme, con la corbata deshecha y la camisa por fuera del pantalón. El otro era un poco más bajito, de piel blanca (lucía como si fuera suave), cabello castaño de un tono rojizo-anaranjado y unos ojos rasgados remarcados con sólo un muy poco visible delineador negro.

Los jóvenes murmuraban y acomodaban sus ropas de manera sospechosa, como si hubieran hecho algo malo ahí, en ese pasillo escondido. Baekhyun pensó en una desagradable posibilidad de lo que pudieron haber hecho, y comenzó a andar nuevamente, tratando de ignorarlos. Justo como si no hubiera pasado nada.

“¡Hey!” escuchó detrás suyo. Comenzó a andar más rápido, y su respiración se aceleró. Tomó con más firmeza su maletín, y se encogió de hombros para ocultar su rostro, por si acaso. “¿Qué no oyes? ¡Tú!” los pasos se escucharon cada vez más cerca, hasta que un par de brazos hicieron girar a Baekhyun bruscamente, haciéndolo jadear de dolor. Cerró sus ojos por inercia, y su corazón comenzó a palpitar salvajemente contra su pecho. Abrió los ojos de a poco, y vio a ese chico moreno tomándolo por los hombros con cierta fuerza. “¿Qué fue lo que viste?” dijo la profunda voz de ese chico con labios gruesos, acercándose de manera amenazante al rostro de Baekhyun, provocando que este se enrojeciera de forma inmediata. Quiso apartarse, pero esos fuertes brazos (o eso aparentaban) lo detenían. “Responde” dijo una voz más clara, que provenía del lado derecho de Baekhyun. Giró su mirada, y se encontró con una más penetrante, proveniente de esos expresivos ojos color avellana. Su respiración se cortó, y volvió a encogerse de hombros.

“Yo no he hecho nada…” dijo con un tono casi inaudible “déjenme ir, por favor…” su voz de cortó, casi soltando un sollozo. El chico en frente suyo bufó, y soltó una risa burlona. “Si no nos dices que fue lo que viste, juro que te mataré, mariposa” la voz ronca del moreno se escuchó profunda y clara, dejándole una pizca de intriga a la consciencia de Baekhyun.

El más bajo suspiró, y tembló entre los brazos del más alto. “Yo… sólo vi que había alguien por allá…” señaló hacia las bancas apiladas con su índice, e inmediatamente bajó su mano, acurrucándola contra su pecho “no sabía que eran ustedes” concluyó, con un ligero tartamudeo.

Ambos jóvenes mayores intercambiaron miradas, para que después el castaño más bajo asintiera e inmediatamente el moreno soltó a Baekhyun con fuerza. Comenzaron a alejarse con pereza, dejando a un intimidado Baekhyun encogido entre sus hombros, mirando expectante hacia ambos. “Más te vale no decirle a nadie, niño. O ya verás…” fue interrumpido el moreno por un codazo en la costilla de su acompañante. El chico castaño volvió la mirada hacia Baekhyun, observándolo detalladamente con sus oscuros y dilatados orbes. Baekhyun sollozó, tratando de contener esas ganas de llorar.

Sin necesidad de que hiciera algo, Baekhyun sabía que estaba en problemas. ¿Por qué siempre estaba metido en problemas? La mayoría de los estudiantes lo odiaban, pero no por eso esos chicos debían amenazarlo o golpearlo. ¿O acaso también eran unos machistas homofóbicos como los demás?

Notas finales:

Dejen un review con su opinión por favor~


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