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El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

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Notas del capitulo:

Yo solo me disculpo diciendo que este capitulo trae su ansiado lemon :3

Que lo disfruten~ *huye gaymente*

 

Ah, por cierto ^^U

¿Recuerdan que en el resumen del fic puse de advertencia que esta historia tendria S&M? Bueno, yo solo espero y no lo olviden de ahora en adelante. Yo solo aviso~

 

Capítulo 11: “Por este momento, Inoue…”

 

El corazón de Miyagi no podía latir más rápido y con tal temor. Recuerdos de un pasado no muy lejano regreso con todo el terror que conllevaba. La adrenalina de una pelea más en donde tenía que proteger a alguien que quería y era amenazado de muerte.

En ese preciso momento él agradecía seguir a su amigo porque había olvidado preguntarle algo. Se tardó en encontrar a Inoue y al ver a su lado al molesto vampiro creyó por un segundo dejarlos… hasta que encontró a Magno gritando el oscuro pasado de su mejor amigo que Miyagi ya había conocido y aceptado. También que en este momento Sakurai sabía, aunque de alguna manera eso no ayudo a su imagen en su cabeza.

Miyagi y Mitsu apartaron la mirada avergonzados, escuchando a Inoue gemir de una manera muy íntima mientras acercaba al herido hombre.

Él no sabía casi nada de la raza del hombre, pero comenzaba a inquietarse del evidente disfrute de Inoue y el largo tiempo que Sakurai bebía de él.

Mirando de reojo al sonriente escritor, Miyagi hizo una discreta seña hacia la pareja y pregunto con la mirada. El chico rio tontamente tapándose su boca y levanto un pulgar, gesticulando en silencio mientras sus ojos rosa brillaban con un conocimiento desconocido para Miyagi.

-Es normal. Todo está bien. Déjelos, Miyagi-san…

Miyagi cruzo los brazos incómodo y miro el desorden que su monumental batalla trajo como consecuencia. Policías identificaron a Mitsu y Miyagi y solo hablaron un momento con ellos antes de que marcaran un perímetro para investigar. Inoue y el sujeto aun en un abrazo impresionante mientras Inoue trataba de calmarse.

Pasaron varios minutos más hasta que el empresario dejo en libertar al aturdido y sonrojado Inoue. Ambos se miraban de una manera que llamo la atención de Miyagi. Su amigo nunca había tenido ese brillo en su mirada. Demostraba tal miedo, alegría y timidez que nunca encontró en el azul que ya estaba tan acostumbrado en ver siempre en sus peores y mejores momentos.

-No me va a gustar, ¿cierto?- jadeo Inoue al vampiro, viéndolo un segundo antes de bajar su cabeza y dejar que todo su largo y bello cabello lo ocultara.

-Lo siento, chéri… No tenemos palabra en esto…

-¿En qué?- intervino preocupado Miyagi, dando un paso adelante.

Todo fue un borrón rápido cuando el empresario se levantó y puso detrás de él a Inoue, mostrando amenazante los largos colmillos a Miyagi. Sus ojos lucían con locura mientras aquella atmosfera de muerte volvía a rodearlo y su evidente poder tomaba fuerza.

-¡No se acerque, Miyagi!… -siseo Sakurai antes de tomar una inestable respiración y ceder un poco su brazo que rodeaba a Inoue por la cintura. –No le quiero hacer daño, así que no se acerque más… -jadeo afectado el hombre luciendo cansado y frustrado como el demonio.

-¡Nosotros somos los buenos, Sakurai!- devolvió Miyagi furioso, ignorando al tipo y siguiendo al loco. Su postura volvió a ponerse tensa mientras mantenía con él a Inoue que luchaba. -¡Suelta a mi Protector!- advirtió Miyagi perdiendo poco a poco su control.

-¡¡Cálmense ambos!!- intervino Mitsu tomando el brazo de Miyagi para detenerlo, pero dado que él estaba invocando su Poder de fuego, le soltó con una mueca de dolor. –Miyagi-san, le dije que no interviniera…

-¡Aléjense ambos, ahora!- pidió casi suplicante Sakurai cerrando sus ojos con fuerza.

-¡¡Soy familia de Inoue!! ¡¿Cómo puedes creer que…?!!

-¡A mi naturaleza no le importa eso, Miyagi!- grito cada vez más ronco y atemorizante el chico, luchando con algo desconocido. –Solo tienen que darme un tiempo… ¡Por favor! Acabo de descubrir que Inoue es… y si no me controlo…

-Sakurai, por favor, no… -gimió desesperado Inoue queriendo huir con más prisa.

-¡Detente, Kypher od mi Sjol!- ordeno Sakurai con más dulzura de la que Miyagi pensó. A su lado, el escritor jadeo en igual de tono que Inoue, ambos pálidos y mirando con ojos vacíos al vampiro. La similitud física acentuándose en ese momento entre los dos.

-¿Inoue es…? ¿Es él la otra mitad de tu alma?- pregunto débilmente Mitsu antes de Sakurai exhalara con fuerza y desapareciera, llevándose con él a un muy sorprendido Inoue.

-¡¡Espera!!… Demonios… -Miyagi encaro al jadeante escritor con enojo. -¿Qué demonios quiso decir con…?

-¡¡Es su alma gemela!!- informo igual de molesto el pequeño hombre. –Si Sakurai le da de su sangre a Inoue ellos se enlazaran de por vida… No debemos meternos, Miyagi-san.

-¡¡Tú no puedes…!! -empezó gruñendo Miyagi, parando cuando la dura y enojada mirada antes dulce se transformó en un brilloso negro que lo vio.

-Tolero de muy pocas personas que me levanten la voz, Príncipe… Contrólese… -susurro atemorizante el escritor, asustando a Miyagi como Sakurai no lo logro. –Nos guste o no, acepten o no ellos la idea, no se puede hacer nada. El Destino crea a las almas gemelas. Debe saberlo. En el Consejo Sobrenatural es castigable que alguien intervenga…

-¿Entonces solo debo ver como Inoue es…?

-¿Qué parte no entendió, Miyagi?- gruño Mitsu irritado. –No vamos a hacer nada. No es nuestra decisión. Y francamente dudo que Inoue permita algo que no quiera. Solo nos falta esperar lo que ellos quieran hacer…

Miyagi se tragó sus réplicas y vio al escritor correr hacia un par de policías que detenían a su alterado esposo.

-¡Esperen, esperen, esperen! ¡¡Es mi esposo!!- informo a los uniformados con rapidez. –Estábamos paseando por aquí y yo vine a ayudar a mi amigo. Kaoru no vio nada, así que no tienen por qué interrogarlo ni detenerlo.

-A su “amigo” si, sensei. ¡Pero se retiró!- protesto molesto uno de los policías del departamento especial de Celes.

-Otro necio… -gruño Mitsu tomando la mano de su pareja para sacarlo del problema. -¡No podemos hacer nada, maldición! Dejen tranquilo a los futuros tortolos…

-Mitsu… -rio el editor cuando ellos se alejaron de los extrañados profesionales. -¿Sabes? Ayudaría que me hubieses dicho a donde fuiste corriendo, cariño. Me preocupaste y me tomo una eternidad encontrarte… -reprocho soltando la mano del escritor para rodearlo con un brazo.

-Lo siento, Kaoru. No pensé una segunda vez. Tenía que ayudar a Inoue en esto…

-¿Y ya está todo mejor?

-Lo estará… -afirmo en un suspiro el hechicero.

-¿Cómo puede asegurarlo?- gruño Miyagi aun enojado por toda la situación. El escritor ya más calmado solo volvió a suspirar cansado y exasperado.

-Entiendo que esté preocupado, Miyagi. Nadie subestima eso, pero tiene que entender que Sakurai nunca podría hacerle ningún daño a Inoue. Tiene tantas posibilidades como usted con su esposo. Lo vio, ¿cierto? ¿Cómo protegió a Inoue a pesar de saber que nosotros éramos cercanos y nunca lo dañaríamos? Su naturaleza de vampiro hará inevitable que ponga la seguridad y felicidad de Inoue por encima de la propia. Su reciente cortejo pasara a un nuevo nivel de ahora en adelante…

-No me gusta… -solo dijo Miyagi sin darse cuenta que su evidente poder de fuego se manifestaba ante ojos asombrados. El matrimonio Kazamiya era la excepción, viendo a Miyagi como si supieran exactamente lo que sentía.

-¿Miyagi-san?- llamo dulce el escritor como nunca. –Lo entiendo, ¿sabe? No es el único que quiere y desea lo mejor para Inoue. Yo mismo tengo una deuda enorme con ese testarudo hombre. Sin embargo… ¿Qué otra cosa podemos hacer en esta circunstancia? Sé que no le gusta porque se va de sus manos el cuidar de Inoue como lo ha estado haciendo por siglos, pero esto solo tendría que pasar algún día. Si de verdad deseamos que él logre la felicidad, temo que solo nos queda esperar que tome sus decisiones de la mejor manera… Y en dado caso que se equivoque, estar ahí para Inoue. –Mitsu sonrió amable y soltó una risita que calmo de una extraña manera a Miyagi. –Y no se preocupe, por favor. Si ese hombre de verdad hace algo para dañar de cualquier manera a Inoue, yo estaré a su lado para hacerle pagar… Mientras, por favor… Confié en Inoue y dele una oportunidad…

 

 

-No hagas nada que provoque que te ataque con mi instinto de Protector, por favor… -susurro Inoue solo abrió sus ojos y se encontró con el par rojo brillante. Sakurai se alejó un par de pasos y bajo la cabeza, notablemente agitado en su respiración. Un pequeño temblor lo recorría e Inoue podía leer con su Poder que Sakurai estaba teniendo una revolución de sentimientos, luchando con cada uno de ellos. Inoue mismo no sabía que hacer.

Él se apoyó en la pared y se abrazó a sí mismo como si quisiese protegerse de la situación. Sakurai continúo en su lugar y nunca lo miro o hizo nada para acercarse. El ambiente comenzaba a desmoronarse e Inoue inevitablemente lloro de frustración, queriendo huir, abrazar al hombre y calmarlo… Quería tanto despertarse y darse cuenta que todo había sido un sueño, que Sakurai no conocía lo peor de él, que ellos no descubrieron lo que los Dioses dictaron…

Todo había pasado tan rápido que ninguno aun asimilaba nada. Inoue no quería que la noticia le llegara. No de esa manera y no después de que él fue descubierto así.

De repente todo tomo forma e Inoue dio un puñetazo débil en la pared, repitiéndolo cada vez más fuerte hasta que su mano comenzó a sangrar y su llanto ahora era incontrolable.

¿Por qué los Dioses eran tan bastardos?

Ahora, incluso si Sakurai quería huir no se podía. Inoue no podía poner más escusas. El Destino decidió por encima de los dos que debían permanecer como una sola alma. A la fuerza superior no le importaba que Inoue no se creyera aceptable o que Sakurai había renunciado a la idea de un enlace.

Ellos tampoco podían hacer como que no conocían la noticia. Sakurai había probado la sangre de Inoue, Inoue había sentido el llamado al mismo tiempo. La oportunidad estaba ahí, incluso si la rechazaban y no terminaban el ritual. Ya no había marcha atrás. ¡No cuando ambos ya lo sabían!

Inoue ahora quería correr y gritar lo injusto de todo. Su vida se estaba desmoronando y el ya no podía hacer nada, ya todo estaba escrito por él y no se le permitía una opinión… Su verdadero castigo por todo lo que hizo en su pasado llego en la forma que se suponía era su recompensa.

-¡Basta, chéri!- bramo Sakurai deteniendo su mano y acorralándolo en la pared sin escapatoria. Inoue no le miro y solo dejo que su respiración y mente se tranquilizaran. –Basta… -susurro de nuevo el hombre, esta vez mas derrotado.

Sakurai inesperadamente le levanto el rostro y lo beso. Un beso desesperado, entregado y cargado de todos esos sentimientos irreales que estaban inundado a Inoue de repente. Sus fuerzas tan desmoronadas por la situación que ni siquiera tuvo las ganas de luchar contra aquel contacto que de alguna manera le salvo.

-Dime que te molesta, Inoue… -pidió Sakurai dejándolo ir y apoyando su frente en uno de sus hombros. -¿Soy yo, amor? ¿Es porque soy vampiro, príncipe? ¿Qué te detiene para que te niegues tan profundamente a esto?

-¿No lo entiendes? Soy yo, Sakurai… -susurro derrotado, dejando caer su cabeza mirando al techo. –No te merezco, pero aun así no quiero que te vayas… Hay miles, millones de personas mejores, pero no te quiero con ninguna de ellas. Soy yo…

-¿Y qué hay de mí? ¿No tengo nada que opinar? ¿No puede ser mi argumento que no te merezco? Un ser tan poderoso, atractivo y dulce… Alguien tan digno que debería ser libre y no solo de una persona…

-Sakurai…

-¡¡Llámame por mi nombre!!- grito alterado Sakurai aun en su refugio, apretando inconscientemente los brazos que sostenía de Inoue. -¡No quiero escuchar la verdad de tus sentimientos solo cuando estoy muriendo, Inoue!

-¿Cómo todo llego a esto?- rio llorando el profesor temblando descontroladamente. –Todo estaba bien solo media hora antes… ¡Quiero volver a ese momento!

-¿Qué parte no entendiste, mi amor?- jadeo Sakurai por fin viéndolo con toda la expresión de sus sentimientos. -¡No me importa tu pasado! Conocer eso solo me hizo ver lo fuerte que eres, como te levantaste de lo más bajo del dolor emocional y te presentaste como un valeroso hombre ante mis ojos. Fuerte, independiente… Perfecto. ¿Y que si tuviste amantes por montones? ¡Yo también los tuve! No importa nada, Inoue. Eres mi complemento… Sin ti… Sin ti no soy nada.

-No lo digas… -negó repetidamente Inoue.

-Con probar tu sangre ya nada se acercara…

-Sakurai…

-Si completamos el ritual solo existirás tú. Solo viviré con tu sangre, solo podre hacer el amor contigo…

-¡Basta!- pidió Inoue perdiendo equilibrio y dejándose caer, sin embargo Sakurai lo detuvo de caer al suelo.

-Yo soy tu complemento, Inoue… -susurro Sakurai abrazándolo con gentileza. –Los Dioses escribieron que te amara, cuidara e hiciera feliz. Se supone que tengo que curarte… Déjame hacerlo… No me impidas lo que he estado buscando por siglos, *Mon âme…

-¿Qué es lo que deseas de mí, Daisuke?- sollozo Inoue. -¿Qué es lo bueno en mí? Estoy roto… manchado… No soy digno… Ni de las amadas personas que protejo ni de ti… Solo te hare daño y terminaras odiándome… ¿No lo entiendes? No puedo soportar la idea… Significas mucho para mí… Solo tú lograste llegar tan lejos… Hacerme sentir cómodo, tranquilo, a salvo y feliz… No lo entiendo pero no quise luchar con eso, y eso fue mi perdición. Ahora ya es tarde y yo solo quiero huir…

-¿A dónde? Yo iré contigo… Porque sin importar el término que quieras ponerle, Inoue, yo seguiré detrás de ti. Yo no sabía hace años quien eras para mí y yo ya te ansiaba. Lo decidí solo mirarte, que serias mío y no he dudado. ¡No lo he hecho en todo este tiempo que estuviste huyendo de mí! ¿Sabes que cambio con la noticia? ¡Solo que los Dioses desde el principio respaldaran mi decisión!

-¡Los Dioses son unos bastardos!- devolvió Inoue furioso.

-Y no te lo niego… -negó Sakurai con un inicio de sonrisa. Inoue lo vio sorprendido un segundo antes de reír poco a poco hasta que su risa fue descontrolada.

-¿Cómo fue que todo llego a esto?- repitió Inoue ya más tranquilo y derrotado en su totalidad.

Sakurai solo exhalo triste y mantuvo en sus brazos al aturdido hombre, dándole suaves caricias a su cabello, meciéndolo con cariño y cuidado. Inoue lagrimeo mientras permitía el refugio y se aferraba a la tranquilidad que podía llegar a adquirir al lado de ese impresionante hombre.

-Me gustaría ser un paranormal. Ellos tienen el instinto más desarrollado… Si este les dice que dejen de pensar y reclamen a su pareja, ellos solo se rinden a eso… Yo quiero eso… De verdad… Daisuke, de verdad me gustaría solo aceptarte y rendirme a todo lo que me pides y prometes, pero debes entender que no me es posible. Me han dañado tantas veces. Lo siento…

-No lo hagas, amor… -negó Sakurai abrazándolo más fuerte. –Tu naturaleza, esa que te esta gritando que te alejes, fue una pequeña parte de lo que me conquisto. No importa cuánto tiempo tenga que esperar, ni el enlace, ni la propuesta, ni yo iremos a ningún lado. No importa incluso si rechazas nuestra naturaleza juntos, ella seguirá ahí. Yo seguiré contigo.

-¿Y me preguntas porque no te merezco?…

-Eso es porque eres un tonto, Inoue. Aun no sabes lo mucho que vales… -Sakurai le limpio el llanto y le sonrió tristemente. -¿No has puesto atención? ¿Las muy desesperadas y preocupantes miradas que tiene tu familia y amigos cuando estas en peligro? El terror puro a perderte… llegando a enfrentarse a cosas desconocidas y poderosas con tal de no separarse de ti. Todos y cada uno de ellos llegaron a amarte tanto para hacer eso. Por lo que tú hiciste por ellos, por tu lealtad y entrega. Por esa hermosa sonrisa que los salvo y cuido. Tú mismo arriesgándote sin ninguna garantía. Porque eres una maravillosa persona, valiente y gentil…

Inoue soltó una risita amarga y le miro completamente honesto.

-No es que yo sea gentil o algo por el estilo. Solo soy débil, pero encontré personas que me aceptaron y cuidaron de mí. Por eso yo devolví el honor cuidándolos con mi vida y agradecido siempre porque me amaran… Yo no esperaba que ellos se sintieran en deuda conmigo…

-Eres tan necio… -negó sonriendo Sakurai, besando la punta de su nariz. –Luchare eternamente por hacerte ver lo maravilloso que eres. Lograre que dejes de castigarte por algo que tú no tuviste la culpa, porque ese hombre pudo decir todo lo que quisiera, pero yo te conozco, Inoue. Conozco íntimamente esta bella mirada… -murmuro acariciando el rostro de Inoue con la punta de sus dedos y mirando el calor que se adueñaba de las lagunas azul intenso. -¿Sabes que dicen? Todo lo que tu boca calla… Me encantan.

-Estas mal… -sonrió Inoue aborreciendo el calor que sentía expandirles por su rostro descubierto a la hambrienta mirada.

-Por ti, mi amado… Mi Kypher od mi Sjol…

El término trajo a Inoue un calor extraordinario y extraño que lo tuvo suspirando. Sus ojos se cerraron y el sintió la suave caricia de un beso depositado con cariño en sus entreabiertos labios.

-Te he estado buscando desde hace mucho tiempo, Inoue… -susurro íntimamente Sakurai en su oído. Inoue se estremeció y se sostuvo de los fuertes hombros del hombre. –Lamento haber tardado tanto en encontrarte, pero te recompensare con mi eterna compañía. Nunca más estarás solo. Siempre, siempre, siempre estaré contigo, en las buenas, en las malas y en los días que no sepas en que extremo estas. Y solo puedo esperar paciente y con ilusión el día que me regreses este juramento. Mientras…

-¿Mientras?- pidió Inoue levantando la mirada y perdiéndose en el carmín que se oscurecía con un sentimiento desconocido para él.

-Por favor, no permitas que la realidad entre a este lugar. Se mío por este lapso de tiempo… -Sakurai beso su rostro pausadamente, encontrando una de sus manos y entrelazando sus dedos juntos en un gentil agarre. –Déjame demostrarte por un momento la verdad de mis palabras… Deja que todo el peso del conocimiento llegue a ti.

-Daisuke…-gimió Inoue estremeciéndose aún más con los gentiles y húmedos labios acariciando justo el mismo lugar donde Sakurai le había mordido y aun estaba sensible al más mínimo tacto. Decir el nombre que se había muerto por decir y nunca encontró la ocasión… hasta ese día.

-¿Lo entiendes, amor? Soy tu alma gemela, con toda la seguridad de que soy el correcto. –Con cada palabra Sakurai recorría un centímetro lentamente en su cuerpo, besando con lentitud y seducción su cuello y clavícula. –Tú fuiste creado en el cielo para mí, al igual que yo lo fui para ti. Cualquier cualidad que quisieras en mí, al igual que yo en ti, esta en el otro, mi dulce. Somos la otra mitad y juntos podemos ser una entidad sin igual…

-Ca-cállate… -suplico Inoue completamente débil, la única fuerza en el abrazo casi mortal que ejercía en los brazos que no le soltaban.

-¿Por qué? Es la verdad… Simple, clara… la que siempre busque y ahora tengo en mis manos. No te dejare ir…

-¿Mas?- rio Inoue tratando inútilmente de controlarse. –Ya me persigues como nunca he visto a nadie hacerlo…

-Y no habrá nadie más… -prometió Sakurai con todo el peso de su posesividad que lo embargaba al conocimiento pleno de que mantenía con él al que sería su único por el resto de su vida. Y lo estaba esperando con emoción.

Las palabras sobraron cuando Inoue miro a Sakurai y al mismo tiempo ambos se estiraron para robarse la respiración. Sus labios rosaron los contrarios varias veces antes de que Inoue se abriera y permitiera la entrada a la traviesa lengua que con gusto lo recorrió. El profesor se derritió en el beso y rodeo el cuello del hombre como era su costumbre, acercando inevitablemente al hombre, profundizando la erótica danza húmeda.

-Por este momento, Inoue… -pidió Sakurai agitado al separarse y mirarlo aturdido, un delgado hilo uniendo sus bocas jadeantes.

Inoue no respondió, no había palabras exactas y correctas. Él solo sonrió divertido y suspiro, por fin dejando libre el montón de innecesarios sentimientos, dejando que solo las buenas y exquisitas provocaciones lo recorrieran y tomaran voz y voto en sus acciones. Inoue no era tímido con lo que deseaba, y Sakurai lo iba a descubrir si Inoue estaba en lo correcto al suponer lo que estaba por suceder.

Esta vez nada los detendría, ninguna excusa ni ninguna oposición por parte de ninguno. Inoue de hecho lo está deseando tan desesperado como Sakurai.

Tal vez era el conocimiento recién, la amenaza de separarse permanentemente o simplemente la atracción que desde el primer momento experimentaron. No importo la razón, Inoue succiono con placer el apéndice a su propia boca y se alineo al fuerte y caliente cuerpo con contraste al propio, deseando más la proximidad y más éxtasis en la más mínima caricia.

Sakurai lo complació acercándolo y devolviendo con igual de entrega el beso, devolviendo y atacando, dejando que Inoue jugara un poco y después dejando en claro su papel. El olor persistente de la deliciosa sangre que ya era una droga para él excito más a Sakurai y separo de un fluido movimiento al profesor, pegando toda su espalda a la pared y dejando que su cuerpo lo sometiera con decisión.

Sonriendo y viendo con satisfacción la obscura mirada, Sakurai llevo la herida mano de Inoue a su boca y lamio cada resto de sangre, dejando que sus más seductoras singularidades de su origen se mostraran ante los fascinados ojos.

-¿Te asusto?- le susurro solo para asegurarse, recorriendo con exasperante lentitud para él la herida, empapando su lengua en aquella nirvana que lo tenía sujetándose del ultimo hilo de cordura.

Inoue continúo sin encontrar su voz. El hombre cerro los ojos fuertemente y gimió bajo, diciéndole todo lo que necesitaba a Sakurai que lo acorralo una vez más a devorar de sus zonas favoritas de alimentación. Pronto encontró con que Inoue era débil en su cuello y se encontraba ya bastante afectado con Sakurai apenas empezando. Interiormente rio feliz y divertido.

-¿Lo recuerdas, mi alma?- llamo llegando a su oído para afectarlo aún más, usando el término que está empeñado en frecuentar. –Te mencione lo que causaba mi mordida… Todas esas sensaciones… Tu cuerpo derramando aquel placer que aun y siempre te proporcionare… ¿Lo quieres? Pídemelo…

Inoue se aferró dolorosamente a él y sin descaro se rozó con aquella parte de su cuerpo que empezaba a crecer y mostraba con certeza cuanto estaba de interesado. Sakurai encontró encantadora y seductora la acción y no tuvo más concentración para pensar.

Estaba por tomar por completo a ese hermoso ser destinado y entregado a Sakurai para amar y cuidar. Sabía que por el momento el especial enlace no se llevaría a cabo, pero por un momento, por ese preciso instante, Sakurai saborearía lo que se le ofreció y él había anhelado con una tortuosa espera que por poco renuncio a la idea.

La ocasión pareció alcanzar a Inoue y prendió un singular brillo en su mirada. Con torpes movimientos debido a la rapidez, el hombre le deshizo su corbata y saco, empezando a desabrochar la blanca camisa mientras Sakurai tomaba su delgada cintura y lo guiaba con cuidado a la habitación.

Era una suerte que Sakurai pensara en su departamento justo cuando aparecieron después de la batalla.

Cuando ellos terminaron por olvidar incluso cerrar innecesariamente la puerta, Inoue logro desprenderlo de su camisa que termino deshecha en algún lugar en su camino y se disponía a quitarle sus pantalones. Sakurai rio sin evitarlo y robo la atención del hombre en otro exquisito beso, parando sus ansiosas manos.

-Tenemos todo el tiempo… -le dijo solo para recibir el puchero en los hinchados labios. –Carajo, estoy perdido- se quejó y empujo a Inoue a la cama, viendo al hombre reír cuando reboto varias veces en el colchón.

-¿Decías?- pregunto coqueto Inoue antes de pasar sus frescas manos por el ardiente pecho de Sakurai, en seductoras caricias que lo estremecieron, tanto por el contraste de temperatura, como por el dueño de tales atrevidas manos.

¿De verdad, por fin, después de tanto tiempo, tendría en su cama al destinado para él?

-Eres hermoso… -suspiro Sakurai lamiendo los agitados labios, ayudando al hombre a igualarlo en condición, pasando también sus manos por el delgado pecho y deteniéndose en sus erectos pezones. Tomo uno con sus dos yemas y lo apretó, complaciéndose de la alteración más pronunciada en la respiración de su profesor.

Solo suyo desde ese momento sin importar las circunstancias más a fondo.

Sakurai se adueñó de ambas protuberancias y las torturo, manteniéndose cerca del sonrojado y afectado rostro sin perder ningún detalle. Inoue solo respondió con jadeos y pequeños movimientos inconscientes que lograron prenderlo aún más, besando y dejando sus marcas grabadas con esmero, cuidando sus colmillos, torturándose a ambos.

Inoue se descontrolo cuando Sakurai tomo una tetilla en su boca y la succiono. Curvándose llevo ambas manos a la parte posterior de su cabeza para evitar que se separara. Sakurai lo dejo y lamio persistentemente la carne, contagiando de un poco de calor el botón con su boca y sus dedos en el desentendido.

-Daisuke… -gimió Inoue al techo y mordió su labio entregado. –Muérdelos…

Sonriendo Sakurai solo paso la punta de sus dientes, viendo la lujuria en los hermosos ojos que rápidamente lo atendieron. Inoue jadeando solo trago saliva y mantuvo el contacto, esperando con poca resistencia a la próxima acción. Viéndolo tan dispuesto solo consiguió que Sakurai lo complaciera de la más placentera manera.

-¡Dai!- exclamo agudo el profesor y se aferró a las sabanas, estrujándolas mientras Sakurai mamaba. Pellizcando con fuerza el otro pezón Inoue inevitablemente se corrió y solo grito liberando la segunda esencia favorita de Sakurai.

-Demonios, eres tan erótico… -se volvió a quejar Sakurai reincorporándose para besar con lentitud el sudoroso y sonrojado rostro de excitación. Inoue flotando no se tomó la molestia de abrir sus ojos y permaneció sereno y satisfecho dejando su cuerpo a su entera disposición.

Sakurai tomo el privilegio y recorrió a su antojo el cuerpo, notando con más alegría y satisfacción posible que la temperatura de Inoue se elevaba a sus atenciones. En un relativamente corto tiempo se encontró sin zonas frías y él se sentía realizado y halagado mientras evitaba reír como idiota por la situación.

-Daisuke, por favor… -pidió Inoue viéndolo con los ojos entrecerrados, acariciando las sabanas en su disfrute.

-¿Qué quieres que haga, mi amor? Pídeme cualquier cosa y lo hare… -prometió cerrando sus palabras con un beso más. Los dulces labios tan provocativos para resistirse.

-Maldito Dom… Deja de torturarme… -jadeo en una mueca Inoue antes de reincorporarse y sentarse, apartando levemente a Sakurai de encima de él. Sakurai lo vio con interés cuando Inoue se paró y con rapidez se desnudó completamente, atacándolo igual de rápido y decidido.

-Bueno, lindo. Muéstrame que es lo que pides, amor…

Inoue le miro retador y lo monto, su cabello cayendo sin dirección y desordenado, solo añadiendo seducción a la fascinante escena que se mostraba a su hambrienta mirada.

-¿Estás seguro?- provoco con una traviesa sonrisa antes de moverse y jugar entre sus nalgas con la inquieta erección de Sakurai. Él se tragó cualquier replica o gemido y solo le soporto la insoportable mirada sonriendo. Inoue rio un poco avergonzado y comenzó a descender en su cuerpo, pasando sus manos o boca aleatoriamente, a gusto.

El hermoso rostro llego a la dirección que Sakurai quería y dudo un segundo, viéndose indeciso. Él dejo que Inoue supiera que su relación era compartida los derechos, disfrutes y deberes, y solo permaneció viéndolo, sin presionar nada, dejando que solo tomara lo que deseaba. Aunque no podía negar que estaba ahora siendo el torturado con tenerlo en tan íntima y despierta parte sin hacer absolutamente nada.

Y tan pronto Sakurai encontró de que quejarse, Inoue se encargó del problema, manejándolo como el experto que seguro era y dirigiéndolo a su caliente boca. Sakurai no pudo ni quiso reprimir el jadeo.

Inoue uso su lengua de la manera más profesional enroscándola en todo su grosor, teniendo especial atención a la llorosa punta. Adentro de la placentera cavidad, Inoue hundía sus mejillas creando un vacío que lo tuvo jadeando más fuerte mientras lo que no llegaba hasta el fondo era acariciado con las frías manos. De nuevo la diferencia agrego algo y Sakurai se aferró por no terminar tan pronto la atención que Inoue le ofrecía.

El profesor le miro tentativo llevándolo tortuosamente hasta el final. Sakurai le miro también, apartando su salvaje cabello mientras lo sostenía fuera de alcance. Las suaves hebras se sentían tan suaves como era posible y Sakurai noto que Inoue parecía cuidarlo mucho, así que tuvo cuidado extra. Inoue solo sonrió con la boca llena y continuo moviendo energéticamente su cabeza ahora sin molestia alguna.

¡Sakurai debía recordar hacer eso de nuevo para conseguir esa reacción!

Inoue no logro ahogarse cuando lo llevo todo el camino hasta su garganta. El estrecho lugar, el húmedo calor asfixiante y las suaves caricias a sus bolas le llevaron a un placer tan rápido que lo mareo. Sin darse cuanta él ya embestía la pequeña boca y jalaba gentil el cabello, con cada aumento de fuerza, Inoue iba más rápido y diestro, más decidido a llevarlo a la culminación, acariciando con aquella talentosa lengua su sentible punta.

-Inoue… amor. Basta. A-acabare… -advirtió con la poca fuerza de voluntad que le quedaba. Inoue levanto una ceja pretensioso y volvió a bajar hasta la raíz. Sakurai le dio lo que pedía y se derramo, siseando mientras lo mantenía en su lugar por su cabello. Él podría haber jurado que vio estrellas al cerrar los ojos.

El hombre trago todo y lo limpio repetidamente, separándose y sonriéndole satisfecho, casi emocionado. Sakurai aun disfrutando de sus restos lo atrajo y beso, agradeciéndole, acariciando su espalda y poco tiempo acomodándolo después  debajo de él. Su hermosa deidad viéndose encantadora y más atractivo con aquellos fantásticos labios hinchados en toda su capacidad por su anterior acción. Por supuesto que Sakurai tuvo que volver a besarlo.

Inoue era toda una delicia al responder su beso húmedo. Rápidamente encontró que el hombre era muy hábil con su boca y tenía muchos trucos con ella. Él se comprometió a descubrir todas esa noche si era posible. Incluso aunque lo hiciera, Sakurai se encargaría de disfrutar de cada una de ellas todas las veces posibles.

-Dai… Entra… -susurro perdido Inoue, enlazando sus dedos en el cuello de Sakurai y mirándolo con aquella oscura y entregada mirada que lo estaba encendiendo con solo un vistazo.

-¿Mmm? ¿Eso deseas?- provoco lamiendo la mordedura que había provocado y que por experiencia sabia se convertiría muy pronto en una zona erógena. Un pequeño regalo que los vampiros ofrecían para siempre a sus donantes por entregarles vida voluntariamente.

-Si… Rápido…

-¿Y cómo quieres que te prepare?- continuo Sakurai ocultando su sonrisa en la curvatura de su hombro-cuello. Inoue estremeciéndose con cada pasada de sus dientes en la zona. -¿Quieres que lo haga con mis dedos? ¿Quieres que te acaricie completo hasta que te derritas?

-¡Daisuke!- gimió excitado el profesor encajando sus uñas en su piel.

-¿O prefieres mi lengua? La saliva de los vampiros tiene muchos usos, mi belleza…

-¡Solo hazlo!- suplico el hombre curvándose y rosando sus erecciones en igual de condiciones.

-Como ordenes… -sonrió asegurándose de mostrar sus colmillos. Hecha su travesura se apropió de las delgadas y atractivas piernas blancas y las acaricio con lentitud, recorriendo el mismo camino con su lengua, extendiéndola y dejando su ruta hacia el sur.

Inoue se hundió en el colchón y volvió poco a poco a perder el compás de su respiración. Sus ojos no podían perder el hechizante ritmo de los provocativos movimientos para sacar todo de él.

Cuando por fin Sakurai llego al escondido y deseado lugar, Inoue solo jadeo y cerró sus ojos con una vergüenza desconocida. Un sentimiento diferente expandiéndose pronto por todo su cuerpo y adormeciéndolo antes de que Sakurai acariciara con una húmeda punta su temblorosa entrada.

El profesor se mantuvo jadeando y cerrando sus ojos con fuerza, disfrutando que el placer lo conquistara y Sakurai lo preparara para el que sería el inicio de una deseada danza que seguro lo mantendría gritando por más muy pronto.

Inoue sumergido en éxtasis y anhelos no noto cuando Sakurai sin problema lo penetro con el digito, su atención completa atraída por el ágil trabajo que con el mayor talento acaricio aquel escondido y satisfactorio botón. Su mente se convirtió en un charco de baba y su voz se convirtió en ronca mientras demostraba cuanto estaba disfrutando.

Sakurai no bajo el ritmo ni por un segundo. Acompasadamente lo toco una y otra vez, permitiendo que la electricidad no dejara de fluir por Inoue y que las traviesas olas de calor lo poseyeran antes de que el vampiro lo hiciera. Inoue muy seguro de que no duraría lo suficiente con tales abrumadoras caricias.

-Daisuke… ¡N-no! Basta… no puedo… Me derrito… -gimió Inoue completamente entregado y perdido. Sakurai solo sonrió de lado y lamio la cara interna de su muslo con lentitud exasperante, añadiendo más de disfrute a Inoue.

-Te lo advertí, ¿cierto, chéri?- susurro con aquel ronco tono al momento de enterrar profundamente tres dedos. Inoue mordió fuerte sus labios hasta que se dañó, pero incluso eso lo complació y se encontró rápidamente enloqueciendo de placer por primera vez en su vida.

Conociendo de antelación lo que entraría en él, Inoue sabía que su tortura se extendería un poco más mientras Sakurai lograba prepararlo. Inoue estaba bastante tentado a gritarle al hombre que solo lo hiciera, sin embargo su voz no llego a ser lo suficientemente estable para pronunciar algo más que su éxtasis. Inoue no supo si estar enojado o no, pues incluso a sus oídos se oía provocador. Sin duda él estaba ya perdidamente extasiado.

Los minutos después fue una guerra de voluntades mientras Sakurai aguantaba sus ansias y acariciaba las ardientes paredes internas de Inoue y él por su parte trataba de no desmayarse del erotismo.

Su cabeza giraba, lo único presente en él era todo lo referente a Sakurai, su destinado. El terco vampiro que sin importar la acción que Inoue quisiese tomar, él estaría apoyándolo incluso si debía hacerlo desde las sombras.

Ya no era un extraño que muchas veces no conocía su nombre, era el hombre que fue creado especialmente para él.

Inoue se permitió ahogarse en el extraño calor que recorría su cuerpo y él no estaba acostumbrado a experimentar por su naturaleza. Sakurai molestando insistentemente su glorioso punto y los tentativos besos en tan cercana zona lo tuvieron al borde permanente hasta que Sakurai enterró profundamente sus colmillos en su muslo e Inoue termino.

Su orgasmo se alargó a dimensiones imposibles mientras más succionaba Sakurai del fluido vital. Sus dedos ayudando en la tarea de complacerlo sin dejar de moverlos incluso aunque el pasaje se estrechó. Inoue no bajo del éxtasis nunca.

-Inoue… Kypher od mi Sjol… -murmuro íntimamente y entregado Sakurai tomándolo con lentitud y cuidado, enterrándose hasta el final aprovechando su aturdimiento. Inoue a través de su agitada respiración le mantuvo la mirada a esos espejos que mostraban toda la serie de sentimientos, sabiendo perfectamente que sus ojos hacían lo mismo para bien o para mal.

-Daisuke… -gimió y se curvo sin soportar la intensidad de por primera vez hacer el amor.

Una lenta y apasionada danza comenzó con Sakurai penetrándolo firmemente, llegando hasta el final solo para separarse lentamente, acariciando su interior que estaba en llamas casi como todo su cuerpo. El fuego avivado con las dulces y desesperadas manos que continuaban tocando su cuerpo en plenitud, Inoue derritiéndose y debatiéndose sin más control sobre él mismo.

-Me asustas… -jadeo con los ojos cerrados. Sakurai se apoyó en sus antebrazos y beso su rostro, viéndolo con aquella insoportable mirada.

-Déjate ir, chéri. Entrégate a mí… -suspiro, besando sus labios jadeantes. –Se mío, Inoue…

Y maldito si no lo permitiría. Inoue solo lo abrazo sollozando, encontrándose con los seductores golpes que perdieron ritmo conforme aumentaban de intensidad, convirtiéndose en profundas e intensas embestidas, rápidas, arrasadoras y completamente exquisitas.

Cuando Sakurai se reincorporo Inoue aparto su mirada, viendo la borrosa habitación sin verla, solo envuelto en el placer extraño y adictivo. Sakurai se controló al tomar su abandonada erección y acariciarlo con una rapidez solo propia de un sobrenatural. Inoue grito sin control contoneándose, aferrándose con desesperación a las sabanas y a su último control.

Era algo extraño pero no había tiempo de analizarlo. Inoue quería correrse con Sakurai, con su amado complemento mientras este bebía de él, entregándole el conocimiento de que solo su sangre le entregaba vida necesaria. Era una necesidad tan desgarradora que Inoue no dio con el hecho de que perdía poco a poco el límite de sus emociones y se encontraba sujetando a Sakurai hacia él, rodeándolo con sus piernas, abrazándolo y no dejándolo ir.

-¡Hazlo!- le suplico con emoción al vampiro que deposito un dulce beso antes de hacerlo.

Luces de color blanco brillaron mientras Inoue gritaba. Un delicioso sentimiento de tranquilidad y pertenencia adueñándose de su cuerpo antes de desmayarse. Lejanamente, mientras sentía el definitivo golpe en su interior, Sakurai sello su herida y le contesto con voz igual de honesta.

-Te amo.

 

 

Una mañana tranquila, un poco fresca. El sol estaba en lo alto mientras el curso normal de la vida continuaba sin esperar a nadie en lo absoluto.

La habitación donde despertó Inoue era rica en detalles y amueblado, todo en acertados colores intensos y elegantes que le hicieron recordar que se había entregado a un verdadero Príncipe. Y el pensamiento lo impulso a sentarse en la desecha cama e ignorar sus incomodidades.

-¿Daisuke?- gimió a la solitaria habitación, sintiendo con desesperanza que tal vez todo fue un maravilloso, pero imposible sueño. Otra vez era abandonado a la mañana siguiente sin una mirada o esperanza de volver a verse.

Inoue se abrazó a si mismo sintiéndose más frio de lo común. Su respiración se aceleró y por un momento minúsculo considero desaparecerse hasta que un apuesto y semi-desnudo hombre entro a la habitación despeinado.

Sakurai se detuvo en el marco de la puerta y le miro sorprendido, seguro por las pequeñas lágrimas que le habían abandonado. Inoue desvió la mirada y permaneció en silencio, dejando que su vergüenza continuara mostrándose en toda su impureza. Después de todo, el hombre ya conocía prácticamente todo lo oscuro en él.

El vampiro sin decir nada regreso a la cama y le abrazo con fuerza, atrayéndolo. Inoue relajándose sin pensar mientras devolvía el gesto hundiéndose en el cálido pecho descubierto. La realidad afuera, donde ellos no permitieron que entrara, sin importar que Inoue estaba faltando a su trabajo o que tenía un hambre loca por no haber cenado la noche anterior.

-Nos quedaremos así todo el tiempo que desees… -prometió Sakurai depositando un tierno beso en su cabello, cumpliendo la petición silenciosa de Inoue que suspiro y volvió a dormir.

 

Continuara…

 

 

Notas finales:

*Mon âme: Mi alma o alma mia en Frances :3

 

Ay estos dos. ¡Son tan apasionados! >//////< *se echa aire con una mano*

Haha, ¿y bien? ¿Merezco un comentario pequeño? :3

Los proximos capitulos son muy dulces, el inicio para que ellos se conozcan y puedan tomar por su lado la decision de permanecer para siempre como una sola alma. No se lo pierda, por favor~

Cuidense mucho. Nos leemos pronto... Y esperemos que no sucedan miles de cosas que no me dejen actualizar los dias de siempre *^*

 

Christa C.


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