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El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

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Notas del capitulo:

Por fin *^*

Se me hizo eterno poder subir este fic, joder. 

Esta largo, tiene un sexy lemon y es algo bipolar, pero esta bueno, creanme ;D (?)

Sin mas, disfrutenlo~ 

Capítulo 18: “No me dejes solo…”

-Muldor, di algo, hermano. No había necesidad de llegar a esto, ¿o sí?

Sakurai gruño en voz baja tensando todo su cuerpo. Envolviendo al que sería su compañero por toda la eternidad, lentamente miro de soslayo a su hermano tan pálido que se asemejaba a un Alma Lejana, o fantasma, a términos prácticos.

El Heredero lucia aterrado.

-No, no había necesidad de llegar tan lejos…

A las palabras Inoue gimió y solo se aferró más a Sakurai. Él lo sentía temblar, un torrente de ideas, sentimientos y acciones reprimidas en el profesor que se compartían libremente por el recién establecido enlace, logro que Sakurai se mareara y contagiara inevitable de todas sus inseguridades, incluso si sabía el desenlace de todo.

Inoue tomo una fuerte respiración y se irguió como el hábil, digno y poderoso Protector y soldado del pasado, aun presente en su personalidad. Mirando tan intensamente a los hermanos de Sakurai que los paralizo, Inoue inadvertidamente se colocó enfrente de él, afrontando a los sorprendidos príncipes.  

-Acabo de reclamar al Tercer Príncipe a la Corona, Sakurai Daisuke como mi Kypher od mi Sjol. Ante sus leyes no se me puede separar de mi compañero… -demando serio, pero su tono implícito de desesperación y suplica desarmo a Sakurai.

¿Tanto pánico sentía su amado por la amenaza de ser separado de su lado?

-Escuche, Kazuhiko… -empezó Muldor, sin embargo Inoue estaba histérico. Su Poder volvía a mostrarse mientras negaba viendo al Heredero, retrocediendo y haciendo que Sakurai también lo hiciera sin separarse de él. En su mano derecha una hermosa y detallada espada de hielo apareció.

-¡No!- exclamo Inoue agitado. –Cual sea el castigo, lo recibiremos ambos. ¡Pero no lo alejaran de mí!

-Príncipe Heredero… -advirtió Haruka con un leve tono apremiante y asustado.

-A eso quiero llegar. Sakurai debe ir a Azelleb, y…

-¡Sakurai es mi alma gemela!- gimió Inoue ya sin ocultar su preocupación. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se aferraba al cuerpo de Sakurai, quien solo lo miraba con la mente en blanco. -¡No pueden alejarlo de mí!

-Basta, hermano- suplico Rio viendo a Muldor. Sakurai también lo miro, en busca de un consejo de su hermano, pero este parecía tan perdido y más impotente que Inoue mismo.

-¡¡Que a eso voy, con un demonio!!- grito enfurecido, parando las réplicas y atrayendo la atención de todos. -¡Esto no se supone iría por este camino, pero me ofende que todos me traten como el jodido villano! ¡¡Ustedes son conscientes que fue él quien actuó por cuenta propia!!- dijo en replica señalando a Inoue, mirando a los otros reunidos Príncipes. Haruka giro los ojos dramática y expertamente.

-Bueno, una persona se pregunta el porqué. ¿Tal vez afecto el que actuaras como tal?- pregunto sarcásticamente.

-¡Calla!- jadeo Muldor y suspiro.

-Tranquilo, amor. Todo está bien… -susurro Sakurai a Inoue que continuaba tenso, analizando tan profundamente las palabras del Heredero que pronto su cabeza estallaría… y la de Sakurai con él.

-Oh, Rey mío. ¡Príncipe Consorte!- sollozo Muldor viendo por fin a plenitud el llanto de Inoue.

Ante ambos, Inoue y Sakurai, abrazados como podían sin separarse, encarando a los Príncipes, estos se posicionaron en una línea recta cada uno antes de caer en una rodilla y mostrar respeto ante el nuevo integrante de la Realeza Vampírica. Sus sentimientos desbordantes y profundos llenando de honestidad sus acciones.

Ellos verdaderamente entregaban con convicción respeto y lealtad ante Inoue. Sakurai quería sonreír y festejar ante tan importante momento en que sus hermanos aceptaban y juraban proteger a su esposo. Lamentablemente Inoue no conocía el significado y aun estaba nervioso.

-Chéri… -llamo con la mayor gentileza y amor posible, levantándole el rostro y observándolo plenamente. Sus ojos confusos, hermosos y manchados de miedo. La mirada que le acompañaría siempre y que sabía ya amaba.

Ese hombre tan frágil, bello y poderoso, necesitado de cuidado y amor. Un ser capaz de quitar vida a un inocente pero luchando desesperadamente, incluso sacrificándose para no llegar a eso. Ansioso por lograr la felicidad de aquellos que amaba y creyendo no merecer el favor.

Kazuhiko Inoue era ahora su pareja para siempre y ni siquiera la muerte les separaría. Sus almas eran una sola y sus corazones estaban entrelazados hasta no poder vivir sin el otro.

Sakurai debía protegerlo, amarlo y cuidarlo hasta el grado de que Inoue no recordara vivir sin eso antes. Puesto que la existencia de Sakurai dependía de un ser tan débil y fuerte a la vez como lo era su profesor, su alma gemela… El  guardián de su alma.

-¡Eres mío y nadie te alejara de mí!- vocifero convencido Inoue apretando en un puño su saco, soltando la espada. Sakurai asintió con una pequeña sonrisa y acabo con la mínima distancia.

-Solo tuyo, amor. Siempre juntos hasta el fin de los tiempos… Mi Inoue.

Él suspiro y Sakurai aprovecho para sellar su promesa en sus labios temblorosos y entreabiertos.

Sakurai robo su respiración y alma en el gesto, rodeando entregadamente su delgado y frio cuerpo pegándolo al propio, provocando y recibiendo en la boca dulce y tímida, confusa y descarada. Su habilidad al besar nunca fue más evidente que en ese momento en el que un simple beso decía todos los sentimientos que ambos sentían en ese instante.

Su primer beso como un único ser ante cualquier mundo existente.

-¿Deberíamos interrumpirlos?

-¿Cuándo lucen tan románticos? ¡No bromees, Rio!

-Sin embargo, y lamento ser el malo de nuevo, pero debemos repasar ciertos puntos…

-¡¡¿Pueden callarse de una vez?!!- gimió Inoue separándose de Sakurai y cerrando fuertemente los ojos, sin ver a los Príncipes que efectivamente callaron, más por la orden, la sorpresa ante el abrupto de hombre. Sakurai rio un poco abrazando a Inoue, quien avergonzado por sus acciones se refugió en su pecho.

-¿No es precioso?- suspiro Sakurai dirigiéndose a sus hermanos, acariciando el rostro de su amado sin dejar de verlo. –Él es gentil, dulce y atento, sin embargo también es fuerte, valeroso y apasionado en defender a quienes aprecia. El destino no pudo favorecerme más, y yo no puedo estar más agradecido por el honor de compartir mi vida y satisfacciones solo con Inoue…

-Sí, fuiste bendecido, hermano… -cedió Muldor, un suspiro cansado y triste de no compartir la suerte de Sakurai en encontrar a su mitad. Los sentimientos de sus otros hermanos similares.

-Como sea… -intervino Haruka levantándose y aclarándose la garganta. -¿Príncipe Consorte? ¿Nos regala y hace honor de escucharnos? Solo un atrevimiento más sin merecerlo, pero quizá eso ayude a ganarnos su perdón incluso si tiene el derecho a negarse. Os lo suplico…

¿Haruka actuando educado y temeroso? ¿Quién lo diría? Sin duda solo Inoue lo lograría…

Rio también levanto pero mantuvo la cabeza baja, en castigo por la falta. Solo Muldor permanecía en su rodilla al suelo, mostrando sumisión que Sakurai solo le había visto ofrecerle tan plenamente a su padre mutuo.

Y hablando de ello…

>>Mi Rey… << Comenzó inseguro Sakurai, sintiendo, ya consiente de ello, que el Rey Christian veía y escuchaba todo ayudado por el enlace con sus hijos.

El hombre solo hizo callar a Sakurai sin decir absolutamente nada.

>>Permite que tu Destinado elija<< Fue lo único que susurro en su mente.

Sakurai obedeciendo miro al agitado Inoue. El profesor solo temblaba en sus brazos, sin por lo menos acudir a su mente para analizar la situación. Tal parecía que Inoue solo recordaba cierta parte de su pasado como ayuda. Una petición suplicada con desesperación y cariño, algo que Inoue guardo con fervor en su corazón.

 

>>Debes empezar a escribir tu propio destino y ser feliz… <<

 

-¿Que…? ¿Qué es lo que sucede, Haruka-kun?- susurro Inoue débilmente, sonriendo inseguro mientras se apoyaba en Sakurai, aparentemente tranquilo.

Y de nuevo, una sola decisión cambiaba la vida de todos tan drásticamente. ¡Demonios, todos suspiraron en alivio!

-Pues bien… En realidad no tengo porque ser yo quien hable… ¿Hermano?- llamo Haruka recuperando su energética actitud, pasando la correspondiente culpa al Heredero. Este lo fulmino un segundo de reojo antes de bajar a su totalidad la cabeza ante Inoue.

-Comienza por aclarar plenamente que solo apareciste para actuar inmaduramente y que en realidad no querías sepáranos a Inoue y a mi… -gruño su sugerencia Sakurai, acercando más a Inoue que gimió sorprendido.

-¿Qué cosa?- pregunto susurrando, viendo horrorizado a Sakurai. Él negó lamentándolo.

-Ellos no están, ni estaban en contra de lo nuestro, solo querían probarnos- aclaro suspirando. –Nosotros más o menos hicimos algo parecido cuando nuestras hermanas menores se enlazaron, solo que yo no creí que ellos llegaran tan lejos como para adjudicarme una supuesta prometida… -gruño entre dientes, esta vez sí viendo a su hermano mayor, que solo se tensó aun cabizbajo.

-¿Quiere decir que no tienes prometida?- mascullo Inoue inseguro.

-¡Claro que no!- jadeo Sakurai sin poder evitarlo insultado. –Te lo hubiese mencionado cuando tú me contaste lo de Katherine. Naya-chan es una amiga de la infancia que prácticamente es una hermana más. 

-Hubiese sido divertido algo así de dramático- se burló descaradamente Haruka.

-¡No empeores más las cosas, Segundo Príncipe!- regaño Rio nervioso.

-¿Muldor?- presiono Sakurai. De no ser porque sostenía a Inoue, habría cruzado enojado los brazos.

-Tal como lo dijo el Tercer Príncipe. Nosotros solo queríamos probarlo, Kazuhiko-san. Ciertamente no esperábamos que ambos fueran Pareja Destinada o que se enlazarían frente a nosotros…

-Sí, sobre todo eso ultimo… -susurro Rio a regañadientes.

-P-pero… ¿Y todo eso sobre llevarse a Sakurai ante el Rey?- pregunto Inoue, de nuevo ansioso. Sakurai gimió al recordar eso.

-¡Ah, pero eso sí es verdad!- exclamo irritado Haruka. -Daisuke desafío a Padre en eso. Debe ir a Azelleb. ¡Pero…!- se adelantó a la réplica evidente de Inoue. –Pero, claramente deben ir juntos, tanto para dar respetos y aceptar juntos el castigo, como para presentar a Kazuhiko-san ante Padre. También esta toda esa aburrida serie de protocolos para anexarte a la familia, dar constancia al Consejo, etcétera, etcétera…

-Y tienen que ir lo más antes posible… -añadió Rio haciendo una mueca. –Nosotros esta misma noche regresamos y calmaremos a Padre, pero no es nuestra responsabilidad…

-Es mía- dijo firme Muldor aun en el suelo, llamando la atención de todos otra vez.

-No es esto necesario… -empezó Sakurai, solo para ser detenido por la arrepentida mirada de su hermano que le observo serio y pacífico.

-Eres mi hermano, Daisuke. Y es lo mínimo que puedo hacer después de esto- suspiro bajando de nuevo la cabeza. –Cualquier cosa que Padre desee para ustedes, yo la recibiré. Lo escuchaste, ¿cierto? No jugaba sobre eso. Te tomo como responsabilidad y responderé ante cualquier acción destinada a ti o tu Kypher od mi Sjol…

Un silencio consternado y emotivo prosiguió de las fuertes y verdaderas palabras del Heredero.

Inoue momentos después se removió incomodo y nervioso. En la mente del profesor se escuchaban voces ajenas y que Sakurai identifico como la familia de este.

Era raro para él escuchar semejante cosa excluyendo a su propia familia, pero de algún modo se sintió invadiendo la privacidad de su amante. Además, Inoue necesitaba un respiro, el hombre estaba abrumado por el rumbo que sus propias acciones desarrollo.

-Hermoso, verdaderamente, pero… ¿P-puedes levantarte? Me está poniendo nervioso verte así… -gimió Inoue solo por decir algo. Sakurai simplemente se quedó callado, dejando que actuara como deseara.

-Ah, pero… -mascullo Muldor, consultando a Sakurai. Él se encogió de hombros.

-Haz lo que dice por un tiempo para saldar el mal sabor de boca…

-Eso hare- asintió y se levantó, suspiro y volvió a su habitual posición con una mano en su cadera.

En ese momento, viendo a sus tres hermanos relajados, a Inoue más tranquilo y la situación en general, él por fin fue consiente de todo.

Estaba enlazado, casado, comprometido con una sola persona por toda su vida. Vaya…

-Así que… ¿Cuándo los vemos en casa? No es que no disfrute de esto, pero preferiría no estar aquí cuando empiece el…

-¡Esta bien, ya entendimos!- paro Sakurai, un poco abochornado. No quería hablar de su vida sexual con sus hermanos.

Haruka dio una risita traviesa y levanto una ceja. Inoue también rio y llamo la atención de Sakurai.

-Tendré un buen tiempo allí, ¿eh?- dijo casi resignado antes de sonreírles por primera vez a los Príncipes. –En cuanto me den el permiso de salir del mundo iremos. Calculo mañana en la noche partiremos hacia Azelleb…

-Para nosotros seria dentro de tres días… -asintió Haruka con una cabezada.

-¿Esta bien eso, Daisuke?- llamo Muldor curioso. –La última vez que te pedimos pasaras un tiempo dijiste miles de excusas con tu trabajo y no sé qué más.

-Esta vez es diferente, ¿no?- descarto él apoyándose un poco en Inoue. –Además, Hoshino seguro a estas alturas ya se acostumbró a hacer todo mi trabajo- se burló, recordando distraídamente a su socio mayoritario que en ese momento manejaba todo su negocio él solo.

-Sigue así y cuando regreses ya no serás el dueño… -susurro Inoue sintiéndose culpable. Sakurai no podía permitir eso, no ese importante día en especial.

-No te preocupes, chéri. En cualquier circunstancia, si algo llegara a pasarme de improvisto, la compañía sufriría de muchas secuelas y es posible no salga adelante. A nadie le conviene que me saquen del camino, y tampoco que se note mi ausencia. En cualquier modo, todo estará bien si me ausento una semana más. En casa manejare todo sin problemas. Ya lo hecho antes- sonrió para tranquilidad de Inoue. No funciono del todo.

-Bien… Nosotros nos retiramos… -intervino Muldor un poco inseguro. –Para ti, mañana nos pondremos de acuerdo, Dai. Y… Muchas felicidades, ambos… -susurro honesto, mirando mayoritariamente a Inoue.

-Bienvenido a la familia, Príncipe Consorte Kazuhiko Inoue.

 

 

>>Me acabo de casar. No puedo decirles mucho, y les suplico que no insista. Confíen en mí y otórguenme un poco de tiempo. Solo puedo decir que… no me arrepiento de esto. Lo siento, chicos… <<

Inoue mando el mensaje mental tratando de ser lo más honesto posible. Él podía sentir claramente las diversas reacciones de su familia, desde la sorpresa, incredulidad, hasta el miedo, pero Inoue solo se aferró con su vida al sentimiento predominante antes de cerrar definitivamente el enlace. El apoyo y cariño.

Sakurai los apareció en su departamento después de que los tres Príncipes desaparecieran. Ya juntos a solas, uno enfrente del otro en el silencioso lugar, Inoue no supo que más hacer.

¿Cómo se supone actuara ahora cuando literalmente obligo a Sakurai al enlace?

-Chéri… -susurro Sakurai. Inoue negó energéticamente y se apresuró a cerrar su boca con la mano, agachando la cabeza sin fuerza, suplicándole en silencio.

-No digas nada, por favor. Solo por este momento, Daisuke…

E igual que solo una semana atrás, Sakurai imito las acciones de esa vez y le beso sin más palabra. Suave, lento, exploratorio y completamente apasionado. Un gesto que parecía decir todo lo que por el momento ninguno lograba pronunciar.

Sakurai le abrazo con fuerza y se lo llevo con él a la recamara. Inoue dudo un poco haciéndose pelotas consigo mismo, pero encontrándose acostado en la cama, viendo desde abajo al entregado Sakurai, él solo permaneció con la mente en blanco, el solo conocimiento constante de que ese hombre le pertenecía por toda su vida, nunca se alejaría y Sakurai mismo había aceptado todo eso. Acepto a Inoue.

-Daisuke…

-Estoy aquí, amor. No iré a ninguna parte…

¡Ese era el jodido problema! ¿Cómo Inoue pudo permitir semejante estupidez? ¡¿Cómo pudo atar de esa cruel manera a Sakurai para permanecer eternamente con él?!

-¡Basta!- exclamo Sakurai colérico, sobresaltándolo. El vampiro se acercó tanto a él que bien pudo besarlo, pero sus intenciones fueron diferentes al quedarse a esa intima distancia solo observándolo. –No pienses en nada más, Inoue. Eres ya mi Kypher od mi Sjol. Te arrepientas o no, no se puede deshacer.

¿Inoue se arrepentía de su decisión? Ciertamente lamentaba hacerle eso a Sakurai, pero… no estaba completamente en contra de eso, incluso si su conciencia le reclamaba por ello.

¡Solo por ese maldito momento!

Inoue levanto ambas manos y tomo entre ellas el rostro curioso de Sakurai. El vampiro solo le observo atento mientras él se estiraba en la cama y lo besaba suavemente, sin cerrar los ojos, solo mirándolo atentamente.

Un suspiro inevitable escapo de los labios unidos de ambos y fue entonces que la presa se rompió y ellos permitieron que todas las emociones tomaran acciones. Los dos al mismo tiempo empezando a desnudar al otro con rapidez por estar juntos sin interferencia alguna.

Sakurai invadió con frenesí su boca, adueñándose por completo de ella mientras recorría con la punta de sus dedos su expuesto pecho. Inoue no pudo hacer más que rodearlo con sus brazos, devolviendo como podía el beso, estremeciéndose ante el ardiente toque que provocaba en su cuerpo más deseo y anhelos.

>>Mi Inoue… Mi Kypher od mi Sjol… Mi compañero… <<

Las dulces, dulces palabras se repitieron constantemente en su mente llenándolo de todos esos sentimientos ajenos y tan idénticos a los suyos propios.

Su amante se encargó de torturar con exquisitas atenciones todo su pecho y no paro hasta que sus pezones cambiaron a un fuerte color rojo, solo para continuar su descenso lentamente por su torso, nunca dejando de acariciarlo, en ningún momento sin soltar la mano que Inoue aferraba y no quería dejar ir.

-Dai… Ahh… Basta… Es s-suficiente… -gimió Inoue perdido, sintiendo las atrevidas manos haciendo magia en su entrepierna. Sakurai lo ignoro y comenzó a besar toda la zona cercana a su erección, siguiendo su lento y sensual ritmo, volviéndolo loco y haciendo que se derritiera en la cama, moviéndose sin darse cuenta.

Los contante besos, caricias y ocasiones y débiles mordidas lo llevaron rápidamente a la cúspide, apretando fuertemente la mano de Sakurai que tenia. Él tan perdido estaba en su placer que le tomo varios segundos dar en la cuenta que su compañero lamia su entrada provocativamente.

-¡Dioses! ¡Basta! ¡No!… Ahh…

El cuerpo de Inoue tomo un sutil carmesí de vergüenza. Con su brazo libre tapo sus ojos, sin dar en cuenta que con esa acción las sensaciones aumentaron, las caricias fueron más intensas y el estremecimiento en su interior solo se calmó cuando Sakurai lo penetro con un dedo.

-Debes relajarte, chéri. Solo… déjame hacerte sentir bien.

-¡¿Aun más?! –jadeo su réplica, solo haciéndolo reír.

Sakurai se reincorporo y beso su brazo que usaba para ocultarse. Como venganza ante la acción de Inoue, el vampiro se ensaño una y otra vez en presionar su próstata, cambiando sus suaves jadeos en pequeños gritos. Estos duraron muy poco cuando Sakurai le volvió a besar, casi ahogándolo.

Tomando sus dos manos, Sakurai rápidamente se hizo del control y puso ambos brazos a los lados de su cabeza, entrelazando sus dedos juntos apoyados en la cama, teniendo libre acceso a hacer cualquier cosa con Inoue. Él hacia balance para no dejar caer todo su peso en el agarre y a la vez no apoyarse en todo su cuerpo. Aun así, la cercanía con la posición aumento, al mismo tiempo que Sakurai entro en él en un fluido movimiento.

-Mírame, Kypher od mi Sjol… ¡Hazlo!

Inoue negó asustado, apartando su cabeza. Él temía lo que vería si cumplía la orden. No sabía que decir, que hacer, que sentir. Todo era nuevo y confuso.

La intimidad en el sexo con Sakurai siempre lo desconcertaba y en esta ocasión era incluso mayor, más cercana, tan especial que Inoue casi podía tocar el sentimiento.

¡Él solo tenia tanto miedo de lo que estaba pasando con su cuerpo!

El vampiro pareció aprovecharse de su estado y comenzó su asalto, constante, duro y penetrante. Entraba con fuerza y salía un poco más lento. Aun cerca de su rostro, mirando como Inoue se perdía en el deseo y sus labios no podían ocultar su disfrute.

Su boca recorrió con lentitud su cuello, dejando para el ultimo aquella zona tan especial donde permanecía la marca al morderlo por primera vez. Justo, irónicamente, donde Inoue lo hizo beber para enlazarlos.

Ese lugar era tan sensible y personal que Inoue no tardo en pedir clemencia ante tanto placer. Tomando en cuenta la situación, ambos terminando el enlace de una vez y conviviendo como amantes formales, Sakurai no le concedió el perdón y le hizo llegar al orgasmo de esa insistente manera.

Solo su respiración se calmó un poco, Sakurai volvió a embestirlo, esta vez incluso más lento.

Él tomo las manos de Inoue y las junto encima de su cabeza, sujetándolas con una sola mano, ya sin importarle el peso que ejercía ahí. Sakurai solo se dedicó a recorrer todo el sudado y agitado cuerpo, adueñándose literalmente del perdido Inoue. El profesor ni siquiera daba en la cuenta que seguía el recorrido de los dedos ahí a donde iban.

El ritmo de Sakurai perdió poco a poco sincronía. Rodeo con una mano la delgada cintura de su amado y soltó sus manos, solo entrelazando gentilmente una, como Inoue parecía tanto necesitar. Su desesperado reclamo cambio a un tierno y entregado hacer el amor y todo cambio para ambos.

Inoue por fin pudo abrir los ojos sin evitarlo. Sus gemas azules se encontraron con los de Sakurai y ambos permanecieron largo rato observándose, agitados, sin moverse.

-Eres mi sueño, Inoue. ¿Lo sabes? Mi dulce, dulce sueño… -susurro Sakurai aturdido, pegando su frente a la de él. Inoue solo le contesto abrazándole con su brazo libre fuertemente.

Sin separarse de nuevo comenzaron a moverse, juntos. Inoue gemía en su oído y le hacia estremecer, escuchando lo que provocaba en su compañero, sabiéndose correspondido aunque fuera solo por ese momento.

Si bien el hombre aun no estaba perdidamente enamorado de él, su enlace seria el punto de partida, sin duda alguna. Sin duda…

-Dai… -suspiro Inoue y se refugió en su cuello. Sakurai sospecho algo había cambiado justo cuando Inoue lo rodeo con sus piernas y beso con gentileza su hombro. –No me dejes solo… Prométeme que estarás conmigo siempre… Que no permitirás que te haga daño… Dime que esto no está mal…

-Chéri…

Inoue ya se encontraba llorando. Sakurai beso sus ojos deteniéndose un tiempo en cada uno. Moviéndose bruscamente, él abrazo a su pareja y dejo que su cuerpo le respondiera a sus suplicas.

-Inoue… Prometo amarte, cuidarte, serte fiel y apoyarte en tus sueños, metas y principios. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad. Siempre velare nuestro enlace y agradecer al Destino el haberte puesto ante mi vida. Mi Kypher od mi Sjol… me uno a ti y que nuestra alma sea una sola por siempre- susurro Sakurai los votos en su idioma natal, sabiendo que Inoue le entendería.

-Daisuke… -susurro Inoue sin palabras, mirándole en conflicto.

Él solo sonrió y no le dejo pensar en más. Mordiéndose la lengua con sus propios colmillos dejo que la sangre fluyera y beso a Inoue, también hiriéndole. Ambas sangres se mezclaron mientras se besaban, fortaleciendo su enlace.

Ellos gimieron en su boca y juntos llegaron al final, sin separarse en ningún momento. En cuerpo y alma juntos.

-Inoue…

-Mon amour… -suspiro él de vuelta abrazándolo y no dejándolo en toda la noche.

 

 

-¿Llevas la tableta?

-Sip…

-¿El cargador?

-Sip…

-¿Los proyectos de los chicos?

-También. Todo lo de la universidad.

-¿Mucha ropa interior?

Inoue levanto la mirada de su maleta y rio ante la expresión juguetona de Risako. Atrás de ella Shinobu hacia lo mejor que podía por mantener su cara enojada incluso si una pequeña sonrisa se asomaba por la broma.

-Algo me dice que un gran castillo como al que voy podrá regalarme uno o dos calzoncillos…

-Solo esperemos que sean nuevos… -susurro por lo bajo Sumi, llevándose su maleta con las otras. Inoue se estremeció con asco.

-Vale, el hombre se vengó de mí al poner esa imagen en mi cabeza.

-Genial, ahora solo faltamos los demás… -gruño Shinobu de vuelta enojado. Inoue exhalo tristemente al verlo irse completamente colérico, azotando la puerta de su recamara y dejándolo con los otros integrantes de su familia.

-Iré hablar con él… -susurro Miyagi y siguió al Chaton.

-Dale tiempo. Es solo que todo ha sucedido muy rápido en muy poco tiempo. Sabes como él reacciona a todo eso… -le consoló Risako.

-Lo se… -devolvió él con una voz muy suave. Rápidamente se apresuró a terminar de empacar cuando hasta su recamara se escuchó la pelea que mantenían sus mejores amigos, incluso incluyendo el nombre de Sakurai, el cual estaba afuera, arreglando desde su brazalete todos los trámites oficiales. Seguro aun ahí escucharía todo…

Inoue no pudo evitar comenzar a sollozar, viendo borroso su ropa que trataba de doblar en la maldita cosa tecnológica de Celes. ¡¿Por qué se complicaban tanto para meter una camisa y que ocupara el menor espacio?!

-¡Nii-san, basta!- intervino Johnny parando sus desesperados movimientos. Igual de rápido, y sin que supiera como, el pequeño Chaton lo abrazo e hizo que perdiera todo control.

Él no había esperado rosas, música y una fiesta a nivel universal, pero las duras palabras de Shinobu cuando ellos llegaron a su departamento a anunciar la visita en Azelleb fue lo único que recibió. La mirada que decía que se estaba equivocando Inoue y que él no lo apoyaría en lo que fuera que hiciera.

¡Nadie jodidamente lo hacía y ahora solo le quedaba Sakurai simplemente porque obligo al hombre a eso!

-No, no, no. ¡Dioses, no! ¡¡Basta, Nii-san!!- gimió Risako y corrió a unirse al abrazo de Johnny e Inoue. –Basta, ¿quieres? Es solo que nos sorprendiste. Ayer eras solo nuestro querido Inoue que era pretendido y de un momento a otro te convertiste en su esposo. Eso no quiere decir otra cosa más que Sakurai-san es ahora también de nuestra familia.

-Nosotros nunca te dejaremos solo, Nii-san… -apoyo Johnny acariciando su cabello. –Incluso si tienes hijos, te vas al otro extremo del universo o tal vez mueras, eres nuestra familia y nunca, ¡nunca!, dejaras de serlo.

Inoue asintió solo por hacerlo. En su corazón él sabía que lo que le decían ellos era cierto, pero el rechazo de Shinobu, uno de sus mejores amigos, le dolía tanto, muchísimo más cuando estaba a solo unas horas de dejar Celes en unos tres meses.

A Inoue le lastimaba que su amigo no fuera feliz con su decisión cuando a Inoue lo era.

-Kazuhiko, escucha… -llamo Stravros gentilmente, separándolo solo un poco de los otros dos. Inoue le miro aturdido, lloroso y necesitado. –Escucha… Shinobu-kun tiene miedo. ¿Sabes de que? De lo que va a cambia de ahora en adelante. Ya eres un Príncipe, de un mundo a varios millones de años luz. Nos dejaras por un tiempo y no será cuestión de un simple pensamiento el llegar a ti si ocurre una emergencia. Ninguno de nosotros estará ahí para cuidarte si algo sucede en un mundo que es tan peligroso…

>>Desde el principio sabíamos que en algún momento debíamos compartirte con alguien, sin embargo llego Sakurai-san y te reclamo. ¡Todos somos muy felices por esto aunque no lo creas! Que alguien te cuide y procure tanto como él nos da tranquilidad, pero Risako tiene razón. Todo fue muy rápido. Hace solo unas semanas nos estábamos haciendo a la idea, ahora no nos queda de otra.

>>No te odiamos y mucho menos te dejaremos solo. Este viaje no nos debería importar a nosotros. Es para ti, para que conozcas a tu demás familia, hagas lazos con ellos y te tomes un tiempo con tu pareja. A nosotros nos servirá para aceptar todo y acostumbrarnos.

>>Ve y disfrútalo. Dale tiempo a Shinobu, a Miyagi… Solo deja que entiendan que ya no es su responsabilidad el cuidarte porqué alguien más ya lo hará. Permite que acepten que un extraño entre a nuestro círculo. Veras que en un par de días, cuando te tranquilices y goces de Azelleb, ellos simplemente se darán cuenta de la verdad. Solo es cuestión de tiempo que confíen en Sakurai y recuerden que es TU decisión, para TU felicidad…

-William-kun… -susurro Inoue conmovido. Sus amigos le soltaron y él pudo abrazar al hombre, que le consoló con palmaditas inseguras y susurrándole que todo estaría bien.

Le tomo unos minutos, pero al tranquilizarse y separarse de todos, noto a Sakurai apoyado del otro lado de la puerta, dándole tiempo y sintiéndose inseguro como el infierno. Si Inoue mismo se sentía perdido en su propia casa, no imaginaba como lo estaría su esposo… ¡¡Su esposo, joder!!

-Ve… nosotros terminaremos por ti… -alentó Johnny y le sonrió cariñosamente.

-No se supone que este en esta situación… -se quejó Inoue y levanto, caminando hacia Sakurai.

-¿Por qué dices eso?- le enfrento Sumi al abrir la puerta y asustarlo. A solo centímetros Sakurai también lucia sobresaltado.

-¡Porqué soy el que consuela, no el consolado!- exclamo nervioso Inoue, mirando a Sakurai y disculpándose sin saber exactamente por qué. La situación empeoro cuando Miyagi apareció escoltando a Shinobu.

-¿Qué estupidez estas diciendo, Inoue?- pregunto de malos modos el Chaton, poniendo los brazos en jarra y moviendo bruscamente su larga colita. -¿Tan perfecto y a salvo te crees? Todos nosotros tenemos el derecho a velar por ti incluso si no quieres… O lo prohíbe alguien más… -añadió, viendo descaradamente a Sakurai. Este impredeciblemente estallo.

-Demonios, chico. ¡Entiendo que estén molestos e inseguros por esto, pero no voy a permitir que piense eso sobre mí! Le haría tanto daño a Inoue como tú se lo harías a tu esposo. ¡No quiero que vuelvas a dudar de mi fidelidad hacia mi Kypher od mi Sjol! Su felicidad es la mía, y se perfectamente lo que él ama- gruño, señalando su mente, refiriéndose al enlace. -¡¡Si incluso debo tragarme la mierda que todos ustedes me pueden dar, lo aceptare si eso solo me daña a mí, pero ya basta de desquitarse con mi compañero!!

-¡Dai!- grito Inoue asombrado, siendo abrazado sorpresivamente por el vampiro alterado y amenazador.

Inoue espero quejas, gritos, amenazas o incluso una pelea con Poder, pero lo único que siguió fue silencio, sorpresa y después la risa nerviosa y simplemente desesperada de todos.

-Mínimo ya sabemos que no tiene la raza solo de nombre… -sollozo en risa Shinobu, temblando. Su risa era paranoica.

-¡Esperaba tanto que te golpeara!- confeso Risako apoyándose en su esposo más calmado. Johnny y Sumi asintieron a lo dicho mientras se controlaban.

-Debo confesar que en cierta parte lo merecerías, Shinobu… -rio Miyagi, evitando jugando el golpe del Chaton sonrojado y arrepentido.

Inoue entendió que era su manera de tratar con todo, así que no intervino más. Lejanamente recordó ese oscuro día que fueron a Imi, sabiendo que caerían en una inevitable trampa, pero se dieron de valor al acudir a un estúpido método de decir en voz alta lo que harían al llegar a casa.

Su familia era rara, diversa y muchas veces a punto de estallar, todo eso y más, pero… se querían. ¿Cómo pudo olvidar eso? Sus propios sentimientos revueltos le hacían ciego a las cosas más evidentes.

Fue el turno de Inoue de aclararle cómo funcionaba su familia a Sakurai. El hombre lucia casi aterrado por la reacción a su abrupto. Lo abrazaba tan fuerte que Inoue solo se le ocurrió tranquilizarlo utilizando el especial enlace que el vampiro ya le había aclarado en plenitud en la madrugada pasada.

>>Ellos nos aceptan juntos a su manera. Supongo que solo esperaban ver tu reacción ante todo esto, teniendo en cuenta que el único que hablo fui yo. Aun Shinobu y Miyagi están enojados conmigo, pero…<<

>>Me estaban probando, y viendo que puedo defenderte correctamente me dan el beneficio de la duda…<<

>>Si, algo así… << Suspiro Inoue cansado.

-Pobre hombre, entrar en nuestra peculiar familia… -se lamentó en sarcasmo Risako.

-No, no. No permitiré que solo a nosotros se nos juzgue de locura. ¿Qué hay de Inoue? ¡Él es el rey de los locos!

-¿Disculpa?- se ofendió Inoue viendo al indiferente Shinobu.

-Eres nuestro centro de gravedad según Johnny. Eres el que usualmente hace las cosas locas para mantenernos unidos… -se explicó en susurros molestos.

-¡Vaya, discúlpame por eso!- exclamo Inoue un poco inseguro.

-No, pero si no te molesto por eso, demonios. Yo solo esperaría que fueras un poco más lógico a la hora de elaborar y hacer tus planes para llegar a ese fin, maldita sea.

-¿Qué demonios quieres decir?- cuestiono Sakurai ya completamente perdido y sin poderse callar más.

-¡Inoue nos encerró en una recamara para que Miyagi y yo habláramos! ¿Eso es normal y considerado?

-Yo te lo había prometido por mi honor, y el honor de un hombre no debe ser cuestionado nunca- se defendió Inoue altanero, volteando dramáticamente su cabeza.

-¿Eres un hombre?- provoco Shinobu. Inoue solo le dio una fea mirada antes de que Risako hablara esta vez.

-¡A nosotros nos ató a sillas!- colaboro aparentemente ofendida.

-¡Ustedes se estaban comportando como tontos!- protesto él. –Yo solo tolere a Miyagi y Shinobu. A nadie más.

-¿Qué hizo drástico por nosotros, amor?- pregunto jugando Sumi mirando a su Chaton. Johnny rio al mismo tiempo que Sakurai y ambos negaron casi idénticamente, para consternación de todos.

-Lo lamento tanto, Sakurai-san… -le dijo Johnny entre risitas al chico que solo negó.

-Creo que tendré que vivir con eso… -suspiro también bromeando. –O si no bien, puedo relevarlo un momento a ustedes. Parece que saben manejarlo bien… -termino, viendo a Inoue con picardía.

Ambos se miraron fijamente, primero bromeando, después asombrados hasta que ante los otros reunidos, el ambiente comenzó a ser incomodo mientras ellos se miraban. Había tanta tensión sexual entre ellos… Casi corpórea y tan reciente en la pareja. Ninguno de los dos logrando evitarla por lo natural y predecible en su situación.

Todo y todos se quedaron en silencio cuando Inoue, con una enojada cara, jalo de la corbata a Sakurai y bajándolo a su altura lo beso rápidamente.

-Ya es muy tarde, idiota… -contesto a lo anterior y se fue antes de que la cosa cambiara a otra tonalidad.

Sakurai no respondió nada y solo vio en trance al profesor marcharse. Miyagi comenzó a reírse de una manera histérica y Shinobu susurro un “lo sabía”, pero Sakurai estaba tan sorprendido que nos los callo.

-B-bien… Continuemos… Deben estar en las Oficinas de Celes en media hora, ¿no?- intervino Stravros incomodo. Todos continuando a prisa y evitando al excitado vampiro que no cabía en sí de la sorpresa en como una simple mirada intercambiada con su compañero podía afectarlo tanto tan radicalmente.

¿Cómo demonios ellos continuarían después con su vida si la cercanía provocaba eso?

-¡Oye!- llamo bruscamente Miyagi ante su cara. Sakurai se sobresaltó y dio un paso atrás antes de dar en sus acciones.

Enojado por ser sorprendido con la guardia baja, miro al profesor y este solo lo descarto con un gesto de su mano.

-Solo quería personalmente hacer un tratado de paz… -comunico, cruzando sus brazos y luciendo derrotado.

-¿Tratado de paz?- susurro Sakurai confuso.

-Te estas llevando a mi Protector a tu mundo y literalmente no hay nada que pueda hacer al respecto. No te mentiré que no quiero intervenir, pero… Rayos, esto es por Inoue, no nosotros. –Miyagi pasó una mano por su cabello y le miro seria y honestamente. –No pretendo amenazarte, gritarte o cualquier otra cosa, solo… Simplemente te quería pedir… Exigir, que cuides de él.

-Esto es innecesario, debería saber la verdad, ¿no?- murmuro Sakurai completamente cansado. –Siga el enlace con Inoue, le costara encontrarlo, pero ahí también estoy yo. Vera dentro de mi mente y con eso…

-¡No hablo de eso!- interrumpió bruscamente Miyagi, gruñendo, desesperado. El hombre dio un paso hacia él y le apunto con un dedo. –Quiero tu palabra de que lo cuidaras. Solo eso. Ya sé perfectamente que lo amas, es tu Couple y se todas las demás razones por las que lo protegerás, pero quiero tu jodida palabra…

Sakurai no pudo ni siquiera defenderse de ser agredido, él solo miraba con ojos vacíos al impaciente profesor.

¡¡¿Cómo demonios se llegó a enterar tan fácil de los sentimientos de Sakurai?!!

Miyagi suspiro y bajo sus brazos. Una mirada triste apareció en él y su atmosfera total era sinceridad pura hacia Sakurai, extrañándolo.

-Inoue es especial, eso no falta ni decirlo. Es especial como persona, Protector y amigo. Es mi hermano y lo quiero como tal. Solo alguien tan valioso como él lo merecería, y siendo franco no creo que tú lo seas, pero… Inoue se merece lo mejor, y cualquier otra cosa palidecerá en comparación con el amor, cuidado y fidelidad que una persona le puede otorgar. Tú lo haces, él lo merece, e intervenir en contra de eso no es justo para ninguno de los dos. Kazamiya me hizo ver eso ayer, y tiene como siempre la razón…

-¿Él se lo dijo?- gimió en horror Sakurai. Miyagi bufo.

-¡Ya quisiera! El pequeño bastardo siempre parece hablar en código cuando quiere decirme algo importante. Si quieres saber cómo supe que lo amas, o quieres evitar que alguien más lo descubra, entonces no vuelvas a mirar a Inoue. Tus ojos lo dicen todo al mirarlo…

¿Ese hombre estaba actuando tan cruel con él solo porque le estaba robando por un tiempo a Inoue o era su personalidad normal? Sakurai estaba nervioso…

-¡Demonios, ¿me darás tu palabra o voy a tener que secuestrar a Inoue y evitar que vaya contigo?!- exclamo al parecer impaciente por retirarse y no hablar o pensar más del tema.

-Lo juro… -dijo sin más Sakurai para el alivio del hombre.

Miyagi suspiro calmado y asintió, dándose la vuelta y caminando para irse. Sakurai al verlo no pudo evitarlo y paro al profesor, sin pensar más, preguntándole aquello que llevaba mucho tiempo destrozándole la mente.

-Miyagi-san, ¿qué significaba en Imi-nashi “Mon amour”? 

El hombre pasó por varias expresiones entre la sorpresa y vergüenza antes de contestar después de suspirar cansado.

-Era un término muy valioso e importante, solo guardado para decirlo a un ser querido que se amaba con todo el corazón y al cual entregabas tu amor, lealtad y protección. Si te lo ha dicho Inoue eso solo quiere decir que te acepta como su otra mitad- dijo y se fue, dejando solo y aturdido a Sakurai.

 

 

Las famosas e importantes Oficinas de Celes, donde se manejaba todo lo referente al tráfico de Visitantes con todo tipo de licencias para visitar el mundo, se encontraban un poco más animadas de lo que Inoue les había visto nunca antes en su experiencia.

Avanzando con su familia y Sakurai a su lado, noto que en parte era por su visita tanto como que en otra parte de los inmensos edificios gemelos, se encontraba otra persona importante con estatus que mantenía a muchos de un lado para el otro, tratando de no dejar decaer el perfecto y notable servicio que Celes ofrecía a foráneos.

Inoue si algo odiaba de Celes era eso precisamente.

Miyagi se rio de él con amargura cuando, al llegar a la oficina correspondiente para llenar los últimos requisitos, todos los presentes lo reverenciaron, tanto por su nuevo título de Príncipe Consorte como por lo que había hecho hace años por los Chaton y nunca dejaría de perseguirlo, incluso si no lo hizo buscando fama.

>>Tendrás que acostumbrarte. Te trataran incluso peor ahí a dónde vas…<< Le susurro Miyagi íntimamente, solo logrando que Inoue, tan nervioso como estaba, lo golpeara enfrente de todos los sorprendidos presentes.

-¡Te lo agradezco, amigo!- dijo sarcásticamente, un poco más agudo de lo que deseaba.

-¡Ya, ya!- exclamo Miyagi evadiendo los golpes con una sonrisita. –Estará bien. Si algo te molesta, solo tienes que pensar en nosotros y hablar- sonrió, señalando su sien.

Inoue dudo en su ataque, pensando que eso era cierto. Si bien todos ellos no podían dejar el mundo por su ciudadanía en Celes, excepto quizás para ir a Moonless, ellos aún estaban en su mente, siempre presentes por el enlace que se creó para convertirse en una familia.

-Eso y también puedes siempre congelarlos con ese maravilloso Poder de hielo que posees. Eso siempre es una opción… -dijo dulcemente alguien externo. Inoue identificando la voz busco a Mitsu hasta encontrarlo recién entrando en la habitación cada vez más llena de gente.

-¡Mitsu-chan!- jadeo Inoue en felicidad, ignorando a todos y corriendo para abrazar a su amigo.

-Wua, cuanto amor- rio Mitsu divertido, recibiéndolo y estrujándolo suavemente. –Perdón por aparecer hasta ahorita, Kazu-chan. ¿Pensaste que te dejaría ir sin más? ¿O que no tendría nada que decir sobre la boda en donde no me invitaste, malvado?

-Oh, tu no querías asistir. Los que fueron casi nos matan a Dai y a mí- dijo Inoue tratando de bromear, pero entre los brazos de Mitsu fue imposible ocultar sus emociones. De cualquier forma no importo, porque el chico lo apoyo.

-Sí, no lo dudo… -susurro, abrazándolo mas fuerte, reconfortándolo, diciéndole tantas cosas con el simple gesto que casi lloro ahí.

Inoue no entendía como es que Mitsu se sentía tan cercano cuando hacia eso. Quizás era por su magia… solo quizás.

-Vamos, mantén la compostura, cariño… -susurro Mitsu en su oído, solo lo suficientemente claro para que él escuchara. –Es un lindo momento. Estas unido a ese único ser que te cuidara. Ya no tienes que romperte la cabeza al pensar si este bien o no aceptarlo, ya está hecho. Solo deja que las circunstancias, vivencias y sentimientos actúen y se encarguen de formar lazos. Inoue… prométeme que no harás nada en contra de este enlace sin importar cuan desesperado estés por romperlo. Dejaras que las cosas solo sucedan… ¡Promételo!

Inoue se separó de él y lo miro curioso. Mitsu le suplicaba con sus lindos ojos rosa brillante, tan claros y sabios estos. Él podía identificar su principal sentimiento, el cariño y preocupación, así que sin dudarlo, tomo una de las manos de Mitsu y la llevo a su pecho, poniendo su propia mano encima y sonriéndole.

-Lo juro… -dijo y Mitsu gimió un poco por la forma en que Inoue prometía, exactamente como lo hacían en el mundo de procedencia del mago.

-Genial. Ahora solo velo porque no causes algún tipo de guerra entre razas en Azelleb… -bromeo Mitsu y aparto con gentileza el cabello de Inoue que tapaba parte de sus ojos.

-Si… Inoue, a mi prométeme que no causaras conflicto. Padre no estaría feliz con nosotros de ser el caso… -se hizo escuchar Sakurai, solo para romper el incómodo silencio.

-¡Sakurai-san, cabron!- grito Mitsu enfurecido antes de soltar a Inoue y correr ante el sorprendido vampiro. El escritor, contrario a su pequeña y débil apariencia, le soltó a Sakurai un semejante golpe que tambaleo al hombre hasta apoyarse en la pared más cercana.

-¡Sensei!

-¡Mitsu!

-Vaya…

Mitsu ignoro a todos y solo planto sus manos en su cadera, enfrentando a Sakurai… Al muy risueño chico.

-¿Qué demonios esta pasando aquí? ¡¿Mitsu?!- demando Inoue, entre enojado por el golpe a su compañero y sorprendido por la reacción violenta de su amigo.

-Le dije al bastardo que te diera tiempo, no que te enlazara el maldito mismo día en que lo conocí personalmente.

-¡Pero fui yo quien lo obligo a enlazarse!- gimió Inoue para defenderlo, aunque poco después se arrepintió. Todos, sin omitir a ninguno, lo veían sorprendidos.

-¿Tu? ¿Pero cómo?- susurro Miyagi, pero Mitsu lo interrumpió con un gesto exagerado de su mano.

-¡Eso jodidamente no importa! Estoy molesto con esto- anuncio y se cruzó de brazos, enfurruñado.

-Molesto y todo, pero aun así les trajiste un regalo de bodas- rio Kaoru, haciéndose notar por primera vez.

-¡Oye!- se quejó Mitsu por ser descubierto. –B-bueno, cual fuera la situación, no podía dejar las cosas como estaban. Inoue está por cumplir uno de mis sueños y el pequeño niño no estará por un tiempo para que me las cobre, así que no se puede evitar…

-¿Uno de sus sueños, Mitsu-san?- pregunto curioso Sakurai, tan tranquilo y normal que parecía que nunca fue golpeado. Mitsu lo vio con una enorme sonrisa, también como si nunca lo hubiera agredido.

-Vuestro mundo es tan exquisito en diversidad paranormal que siempre quise visitarlo. Literalmente se todo acerca de las razas que viven ahí y como se desarrollan. Claro que saber y ver es diferente, así que en un futuro me gustaría ir, y por supuesto tener el honor de conocer al Rey Christian Segundo. Seria todo un privilegio conocer al más fuerte vampiro en siglos y tan merecedor del puesto al gobernar con fuerza, sabiduría y cariño…

Inoue no pudo evitarse sentir mal ante lo dicho con soltura de Mitsu. Él chico sabía exactamente todo lo que dijo, sin embargo Inoue, quien iba a ir y ya estaba unido a la familia reinante, no sabía absolutamente nada. Se sentía en deuda con Sakurai.

-Pues es una satisfacción comunicarle que es bienvenido en cualquier oportunidad que lo desee, Mitsu-san. También para vos, Kaoru-san. Solo hágame constancia y será recibido en el Castillo, como invitado de honor por mi parte…

-¡Y te tomare la palabra, pero no creas que con esto te salvas de otro golpe en el futuro!- advirtió Mitsu jugando con su largo cabello que traía en una extensa trenza de lado.

-No lo imaginaria, aunque mi ofrecimiento es genuino, sensei…

-Mmm, ¿señores? Lamento interrumpir, pero… -dudo uno de los funcionarios involucrados sin poder evitarse.

-Demonios, sí. Los tramites, los tramites… -susurro Inoue y se dejó guiar hasta uno de los tres escritorios en la oficina para firmar la más infinita serie de documentos digitales y físicos que nunca firmo.

Inoue sin duda alguna odiaba los protocolos de Celes. Él también envidiaba a Sakurai por tener permiso dado su estatus, de poder simplemente desaparecer y aparecer fuera del mundo a voluntad. Quizás ahora con la nueva situación, a Inoue también le permitían eso y ya no tendría que recurrir a Shinobu para desaparecer. Después de todo, en su familia, solo el Chaton tenía el permiso del gobierno para usar su Poder y abandonar el mundo, los demás solo podían hacerlo en su compañía…

Entendía las razones tras la demanda del gobierno, pero eso no evito que los largos minutos en llenar formas, requisitos y otros protocolos, no fueran cansados y agobiantes.

Para cuando Inoue y Sakurai estaban listos para marchar, Inoue encontró difícil despedirse de todos, sobretodo de Miyagi y Shinobu, quienes lo miraba estoicos y sin palabra, nerviosos en sus mentes y tan asustados de que le sucediera algo en Azelleb y ellos no estuvieran ahí.

Al final, Inoue abrazo y se despidió de todos excepto de ambos, dejándolos hasta el último.

-Pensé que dijiste que nada cambiaria entre nosotros y aquí estas, temiendo acercarte a nosotros… -se lamentó Shinobu y le abrazo con fuerza, haciéndole incluso daño. Inoue le devolvió el gesto y rio un poco cuando Miyagi los abrazo a ambos suavemente.

-No me importa lo que diga Celes, en el momento en que sienta algo extraño provenir de ti, te traeré a la fuerza, ¿entendiste? Así que ten mucho cuidado, Inoue… Mucho, mucho cuidado…

-Lo hare, Miyagi. Confíen en mi… -susurro necesitado. Ambos chicos le miraron casi exasperados, sonriendo.

-Siempre, tonto- contestaron a la vez.

Inoue rio y los abrazo fuerte una última vez antes de dejarlos y reunirse con Sakurai en la zona especial donde ellos podían dejar el mundo ayudados por la tecnología de Celes.

-Ah, ah, ¡esperen!- llamo Mitsu desesperado, sosteniendo una bolsa elegante negra. -¡Lo olvido! ¡Su regalo!

-Un momento, sensei- intervino otro de los encargados de la oficina. –Usted no puede entregarles nada en este momento sin que nosotros lo revisemos…

-No importa, no importa… -descarto sin más Mitsu, ignorando al nervioso hombre. Inoue negó y acepto la bolsa, abrazando una vez más a su amigo y disfrutando de la peculiar sensación que en un tiempo no sentiría.

-No se preocupe, señor. Yo responderé si es algo peligroso… -dijo Sakurai al pálido jefe de sección.

-¿Eh? ¿Qué quiere decir eso? ¿No confían en mí?- pregunto Mitsu con un puchero. Todos negaron. -¡Que malos!

-Ya, amor. Deja que se vayan- rio Kaoru tomándolo de la mano y alejándolo de ambos.

-La caja roja es para el Rey. ¿Pueden entregársela?- pregunto rápido Mitsu. –Si desean abrirla y revisarla no hay problema, pero me gustaría ofrecerle el presente…

-No preocupe, se lo entregare… -asintió firme Sakurai y le miro. Mitsu suspiro aliviado.

-Gracias, y felicidades. Disfruten de su estancia…

-Tratare… -susurro Inoue nervioso cuando luces y sutiles sonidos hicieron presencia, después un túnel vertical de colores agitados y diversos, y luego nada, ellos ya no estaban en Celes. Solo un pestañeo más y un nuevo panorama se extendían ante ambos.

La noche profunda y casi completamente oscura de Azelleb los recibió, cegando a Inoue haciéndolo pestañear continuamente. Él escuchaba voces, recibimientos y un sinfín de cosas más, pero una desconocida sensación le abrumo los sentidos y alerto todas sus habilidades.

Sakurai callo a todos y lo abrazo suavemente, acercándolo más a él.

-Tranquilízate y solo escucha mi voz. No luches con la sensación, solo acéptala. No te hará daño…

-¿Q-que…? ¿Qué es esto?… -gimió Inoue algo asustado.

-Es magia en el aire. Seguro sientes todos los poderes o energías de los habitantes del mundo. Es predecible te agobies, pero confía en mí. No te lastimara…

Inoue asintió aun con los ojos cerrados, respirando lentamente y aceptando todo, llenándose de todas esas sensaciones y presentimientos, dejando que fluyeran por su cuerpo y mente, familiarizándose y tranquilizando a su instinto aturdido por lo desconocido.

-Eso es. Lo estás haciendo de maravilla, chéri- sonrió Sakurai y le abrigo con algo calientito. Inoue supuso seria un abrigo y escucho, ayudado por el traductor que le dieron en las Oficinas, que le ofrecían a Sakurai uno similar.

-Mi señor, debemos comenzar a movernos. En el Palacio lo esperan todos.

-Un momento más…

-No hace falta, Dai… -susurro Inoue y abrió muy lentamente los ojos, acostumbrándolos a la escasa luz.

Primero vio al aliviado y dudoso Sakurai, un abrigo largo y de color rojo sangre sobrepuesto en sus hombros. Sus ojos se veían nerviosos y emocionados, haciendo a Inoue sonreír. Su atención poco después se puso en una serie de hombres jóvenes, de cabello negro y uniformes militares perfectamente arreglados. Todos a un mismo tiempo le reverenciaron cuando Inoue los miro.

-Bienvenido sea usted, Príncipe Consorte a Obscurité Alleb…

El mundo era hermosamente misterioso. Sus tres lunas de color turquesa oscura se encontraban parcialmente ocultas, iluminando lo mínimo. Contrario a Celes o un mundo parecido, Azelleb no hacía uso de la energía eléctrica en sus calles, y en general en su vida diaria. Sakurai le había explicado que la mayoría de la tecnología de Celes no funcionaba en el mundo por la magia en el aire.

El lugar donde Inoue se encontraba era una calle desierta, un camino de grandes rocas negras que llevaba al más impresionante y gótico castillo que había visto en su vida. Este era inmenso, quizás unas diez veces más grande de lo que fue el Palacio Principal en Imi-nashi.

De torres inmensas, ventanales grandes y antorchas de fuego blanco. La bandera de la raza vampírica hondeaba con aquel extraño viento que hacia estremecer a Inoue. El frente del castillo era decorado con estatuas diversas, emblemas reales y varios balcones, el más significativo era el que estaba justo encima de la enorme puerta cerrada. Inoue podía imaginar a toda la raza de vampiros reunidos afuera mientras el Rey hacia aparición ahí y se dirigía a ellos acompañado de sus hijos, entre ellos Sakurai.

Justo encima del imponente recinto, una de las lunas alumbraba directamente encima, casi particularmente para que el castillo se resaltara y viera entre la oscuridad interrumpida muy gentilmente por la iluminación de las calles que era mínima.

El castillo se encontraba al parecer a las afueras de la cuidad, o al menos eso sospecho Inoue al voltearse y notar atrás de ellos muchas casa de similar diseño y mismo material oscuro y un poco tosco. En las calles parpadeaban luces rojas e Inoue alcanzaba a observar, ya acostumbrado un poco a la luz, a uno que otro soldado patrullando.

Regresando al castillo, Inoue sonrió cuando noto el dulce camino más adelante, custodiado por altos y morados arboles sin mucha vegetación pero de alguna manera eran bellos y siniestros. Casi parecían imprudentes para la imagen, pero de alguna manera también parecía necesario. Él solo no podía dar en eso y le estaba dando mucha risa la situación.

-¿Y bien, chéri? ¿Te gusta o es demasiado pretencioso para ti?

-Sumamente impresionante e imponente. Más de lo que esperaba y justo lo que puedo aceptar… -cedió Inoue suspirando, en cierta manera enamorado del poderoso castillo.

-Príncipe, insisto. Debemos continuar… -susurro sumisamente uno de los hombres más cercanos a Sakurai, mirando continuamente alrededor. Inoue también lo hizo y noto por primera vez que había uno que otro ciudadano que los observaban en las sombras y otros sin ocultarse en lo absoluto.

-¿Inoue?- llamo Sakurai, claramente preguntándole si deseaba más tiempo para mirar. Él sintiéndose inquieto por la atención que particularmente su presencia atraía, negó.

-Vamos, no quiero dar mala primera impresión al Rey si llegamos tarde… -susurro bromeando.

Sakurai con gentileza rodeo su cadera con uno de sus brazos y de esa intima manera caminaron tranquilamente hasta el castillo, Sakurai indicándole vagamente lo que contenía el lugar, entre las miles de habitaciones, cinco salones de baile y otras tantas cosas que la cabeza de Inoue pronto dolió.

-El Palacio Original es el más grande en todo Azelleb- alardeo Sakurai con una sonrisa enorme.

-Espera, ¿es castillo o palacio?- pregunto Inoue confuso.

-Palacio Original o Castillo Inicial… es llamado de ambas formas y las dos son correctas. Aunque evidentemente es un castillo. Tiene más nombres en realidad, pero esos dos son los más sonados…

-No lo dudo… -susurro Inoue pensando en la fama con la que contaría el lugar.

-Mi señor… -llamo el mismo tipo de antes a Sakurai. Inoue sospechaba que era el jefe de la escolta que los acompañaba, así que dejo que ellos hablaran a susurros mientras él se en maravillaba de todo lo que veía.

El lugar lucia más tranquilo de lo que Inoue esperaba. Tampoco imaginaba gran cosa, para ser honesto. Él trato de mantener su imaginación al mínimo para no cometer alguna tontería a su arribo, pero en el momento de ver el lugar a donde iban, Inoue supo claramente que sin importar lo que imaginara, siempre habría sido sorprendido.

¡Solo el castillo era hermoso!

-Entiendo. De acuerdo… -despidió Sakurai al hombre y detuvo a Inoue, llamando su atención. –Lo siento, chéri. Mis planes es que solo entráramos y presentarte varias cosas y personas, pero debemos aparecer directo con mi familia. Mañana te guiare… -prometió claramente culpable.

-No te preocupes por eso. ¿Sucedió algo?

-Se podría decir. Vamos, te apareceré… -anuncio tomándolo más fuerte. Inoue asintió y se preparó para la sensación. Incluso aunque esta vez estuvo más preparado, Inoue se tambaleo mareado. -¿Estas bien?

-Sí… Solo será cuestión de tiempo, supongo…

Sakurai rio y beso suavemente su frente. Inoue asombrosamente con el dulce gesto tranquilizo un poco sus nervios y se relajó en los fuertes brazos que lo rodeaban.

-¿Listo para conocer a mi familia?

-No- dijo sincero. Sakurai volvió a reír separándose de él.

-Lamentablemente no te queda de otra, vamos… -dijo y le guio hacia un corto pasillo con dos guardias que hicieron algo extraño con sus manos y piernas, en un tipo de saludo militar, y después abrieron las puertas dobles de color dorado y rojo. Con la acción, y ante los ojos impresionados de Inoue, una habitación inmensa e iluminada apareció.

Era un tipo de sala de reuniones informales. Muchos sillones individuales y otros de varias plazas acomodados en forma de U. En el espacio donde faltaban asientos se encontraba una enorme y ornamentada chimenea prendida con un agradable fuego eterno de color dorado. Encima de la repisa de la chimenea, un cuadro enorme con toda la familia real reunida de pie atrás del sentado Rey, o al menos eso supuso Inoue desde su posición alejada en la entrada.

Sakurai hizo un sonidito con su garganta y lo guio más adentro de la habitación llena de gente. Muchos, de ropas sencillas negras y blancas, con sombreros curiosos y evidentemente de servidumbre, reverenciaron mientras que otros saludaron rápidamente colocándose en una rodilla al suelo, inclinando la cabeza y levantándose ágilmente.

El mucho movimiento atrajo la atención de los integrantes sentados en los sillones. Inoue silbo bajo al mirar a todos los hermanos y hermanas de Sakurai, estas últimas sentadas junto con sus esposos.

Todos tenían el cabello negro y ojos rojos, pero de nueva cuenta, aunque lucían similares en ciertos aspectos, eran diferentes y reconocibles, con el mismo aire de nobleza y poder que los identificaba como vampiros.

Las mujeres eran bellas, de aspecto frio e indiferente. Todas llevaban el largo cabello en el mismo peinado alto y estilizado. Ellas traían ampones y llamativos vestidos de colores oscuros, capas rojo sangre como todos los demás, joyería diversa y sujetaban por la mano a sus Destinados.

Los hombres en cambio sentaban en lugares individuales, de miradas altaneras en su mayoría y sentados rectos, con la cabeza alta y algunos de piernas cruzadas. Sus atuendos variaban, pero en su mayoría eran trajes militares con muchos botones de plata marcados con el emblema de la familia. Ellos también llevaban joyería, se veían atractivos y poderosos y algunos incluso traían en su mano copas con joyas preciosas.

Lo que irremediablemente llamo la atención de Inoue fue las discretas tiaras y coronas que todos llevaban encima de su cabeza. Era de diseño sencillo y resaltaban por ser blancas en el cabello negro de todos. Una sola piedra de rojo intenso enfrente, en los Príncipes, esta se veía inmediatamente a la mitad de su frente, pues la corona rodeaba toda su cabeza y no estaba encima de su cabello como en las Princesas.

Sus miradas intensas, sonrisas misteriosas mostrando en su mayoría los filosos colmillos. Inoue no se culpó de tensarse y ponerse más nervioso que nunca, incluso con unas leves ganas de vomitar ante la atención.

Inoue logro sentirse además incomodo cuando Sakurai lo atrajo por su cintura, evidentemente reclamándolo.

Él no entendía el punto. Esas personas eran teóricamente su familia política, teniendo en cuenta que en aquel mundo los dos se habían casado, pero ellos le miraban entre apreciativa y descaradamente descartando.

Sakurai gruño abrazándolo más cerca, las miradas lascivas y curiosas se retiraron rápidamente, tan drásticamente que Inoue se sobresaltó. Todos reverenciaron levemente en sus lugares con sonrisitas divertidas, pareciendo entretenidos por las reacciones del alterado vampiro.

-Juro que si no fueran mis hermanos… -se lamentó Sakurai para sí, mirando enojado a cada uno de ellos.

-No cause alboroto a su regreso, Tercer Príncipe… -rio una voz a sus espaldas. Inoue sobresaltado volteo, el tiempo a su alrededor se paró, al igual que su mente.

Recién llegado y seguido de varias otras tantas personas, un alto y poderoso hombre le sonreía directamente a él. Sus ojos eran tan intensos y abrumadores, de color rojo sangre y simplemente espectaculares. Estos ofrecían la temida sensación de que podían leer los secretos más escondidos de una persona, pero Inoue, contraria a su habitual reacción, no se encontró huyendo o con miedo. Para él, era casi bienvenida la sensación. El hombre le causaba una emoción desconocida de aceptación, cariño y cuidado tan fuerte y grata…

Su cabello negro enmarcaba su gentil y joven rostro. Era un poco largo sobrepasando solo un poco sus hombros cubiertos por una larga y elaborada capa rojo y negro. No lucia de más de unos treinta años, pero sus ojos… ¡Demonios, sus ojos! Le decían tanto a Inoue.

Él ni siquiera dio en la cuenta que caminaba hipnotizado ante el ser que sonrió gentilmente sin mostrar sus colmillos, solo otorgando un gesto dulce. Sus ojos brillaban fijos en Inoue cuando tomo con suavidad su mano, impregnándolo de calor, poder y un estremecimiento que recorrió todo su cuerpo. Su temblor solo aumento cuando el guapo hombre beso el reverso de su mano mirándole fijamente seductor.

-Lo he decidido. Te arrebatare de mi hijo y te hare mío, hermoso ser…

E Inoue no lucharía contra el Rey Christian ni estando loco.

Continuara…

 

 

Notas finales:

Creo, creo, que no hay aclaraciones. Claro que si tienen alguna duda, no duden en decirlo.

¡Comenten, comenten! >w<

 

Y pues, solo por ultimo~

El fic con este capitulo comienza una nueva etapa. Muchas cosas cambiaran para la pareja, entre ellas el lemon. 

Seamos sinceros, el sexo ha sido mas dulce y meloso que nada, pero ya enlazados y asi las cosas cambian solo un poquito. Para bien, por supuesto.

Esperen la nueva etapa muy sensualosa~

Ah, y les dejo unas imagencillas sobre como puede ser en fisico (cercano, no exactamente) el Rey Christian. Tambien unas imagenes de castillos para que se den una idea de ciertos detalles que mantiene el Castillo Inicial :3

https://www.facebook.com/christal.usami/media_set?set=a.423047161169645.1073741832.100003930934528&type=3&uploaded=8

Y eso. Cuidense mucho y nos leemos, espero, pronto .w./

Chris PM.


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