Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

[Reviews - 92]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Joder si no me dio problemas este capitulo ;^;

Pero desde ayer no he dormido, bebi mucho cafe y termino resultando esto, que espero les guste xD

Es un capitulo muy fuerte en muchos sentidos, asi que estan advertidos~

 

Especialmente dedicado a...

Alice-chan, quien aguanto mucho mis "publicare el dia..." y nunca lo hice hasta ahorita. Esa chica es un amor *^*

Y "Elly". Querida: No me cansare de decirte que tengo fe en que saldras adelante de esto. Sigue sonriendo, linda c:

 

Sin mas, a leer .w.

Capítulo 24: “…Su nueva vida era buena y placentera…”

Inoue reía en compañía de los Príncipes Consortes y Sakurai. Todos estaban en el comedor después de desayunar. Naya se había escusado al ser llamada por sus hermanas. Ella había sido aparecida en sus tierras por un sirviente de los vampiros, así que al final ellos cinco se quedaron a conversar.

Los Consortes eran más accesibles y humildes. Ellos también necesitaban comida mas seguido y no les importaba de vez en cuando dejar las etiquetas al dirigirse a Inoue. Él estaba teniendo mucho aprecio por los Príncipes, pero en cierta manera se sentía más cómodo con los vampiros que simplemente entraron a la familia como él.

Sakurai en realidad no estaba en la conversación. Él bebía vino mientras escribía rápidamente con una plumilla en un documento físico larguísimo. Inoue sabía que el hombre tenía mucho trabajo, pero simplemente no había querido dejarlo solo. Necio.

-Debería ver nuestro aquelarre… -reía Aarón mientras negaba. –La última vez que fue mi cumpleaños hubo tal fiesta que pensé que continuarían hasta mi próximo cumpleaños.

Inoue rio con todos, aunque en su mente solo podía rogar que en su caso no fuera igual.

-Hablando de eso. ¿No han pensado ir a visitar los aquelarres, Kazuhiko? Será divertido para usted, créame- guiño traviesamente Edgar haciendo lo imposible por esconder su sonrisa. Inoue le entrecerró los ojos.

-Dudo que sea muy divertido… aunque la idea me llama la atención… -tuvo que admitir a regañadientes.

-¡Debería venir, Profesor! Excluyendo el trato y protocolos, nuestra gente es muy amable y llena de anécdotas. Será muy interesante para usted. No hay mejor manera de conocer a una raza que mezclarse con su gente… -sonrió amablemente Sebastián ladeando un poco su cabeza.

Ahora tenían a Inoue. Él de verdad quería conocer mejor a raza de la cual ya, en teoría, era parte.

-¿Cuándo deben regresar ustedes a sus aquelarres?- pregunto bebiendo de su jugo, tratando de no darle mucha importancia. Ocultando su emoción.

-En un par de días… -respondió Edgar mirando a los otros hombres que asintieron de acuerdo.

-Algunos debemos regresar antes que otros. ¿Por qué no acompaña a cada uno a su regreso? Seremos sus guías- sonrió Aarón juntando sus manos delante de él.

-¿No deben algo más importante?- rio Inoue divertido.

-Nuestras parejas se encargan de las cosas aburridas. Nosotros básicamente solo estamos de adorno para nuestras Princesas- desestimo sin el mínimo rastro de resentimiento uno de los Consortes, siendo apoyado con cabezadas divertidas de los otros.

Inoue pensó que ellos ya estaban acostumbrados. Los tres eran vampiros, así que era claro habían crecido con esas enseñanzas. Pero para él, con una crianza sumamente contraria, le tomaría aun un tiempo.

Deshaciéndose de tontos pensamientos, Inoue comenzó a preguntarles cosas aleatorias sobre los aquelarres, sus funciones, y en sí, todo lo que se le ocurriera. Sus concuñados respondiendo con simpleza y paciencia, luciendo orgullosos sobre su raza, su papel en el mando y sus vidas diarias.

Para cuando Aarón se tuvo que retirar, Inoue de verdad echo de menos que se fuera, pues se estaba divirtiendo bastante.

-De verdad lamento terminar con nuestra amena platica, pero mi compañera y yo debemos ir a recibir a los Aprendices a nuestro cargo…

-Oh, cierto. Hoy llegan, ¿no?- sonrió Edgar emocionado.

-¿Tienen Aprendices?- pregunto curioso Inoue, viendo el cariño que todos ponían al mencionarlos.

-Cualquier persona con un cargo elevado tiene el privilegio de tomar bajo su tutela a un ser de cualquier tipo. Cuidarlo, guiarlo, y proporcionarle todas las ventajas que pueden tener siendo su Protegido…

>>Como Andrew y Muldor… << Confirmo Sakurai los pensamientos de Inoue.

-Y todos ustedes tienen un Aprendiz a su cargo…

-Nosotros tres, al menos… -asintió Sebastián.

-¿Y regresan de…?- pregunto Inoue aun más curioso.

-Estudios en el exterior. Nuestro Aprendiz, Riku, fue con los Elfos de Oscuridad por dos fases lunares- sonrió orgulloso Edgar. –Él guio a varios compañeros Aprendices consigo, así que Taki-san y yo queremos recibirlo.

-¿Cuántos Aprendices hay?

-Bastantes… -rio Aarón. –Solo una pequeña parte tiene un Protector, pero ellos tienen esos nombres al estar al cuidado de una realeza y tener el permiso de estudiar en sus tierras.

-Y como dato extra, varios de ellos son Chaton media raza. Algunos con poderes sobrenaturales que pidieron estudiar sus habilidades aquí… -murmuro distraído Sakurai, terminando por firmar el pergamino en que estuviera trabajando.

-Cierto… ¿Príncipe, no le gustaría conocerlos? Algunos de ellos vinieron directamente de Celes inmediatamente se les otorgo su libertad. Sería un gran privilegio para ellos conocerlo…

Inoue se lo pensó. Él en todo el proceso del juicio, y el tiempo después de eso, conoció a muchos Chaton media raza, o mestizos, todos con habilidades increíbles. Inoue sabía que muchos tenían esas aptitudes por su sangre mágica original, pero otros mostraban en mayor plenitud la magia que tenían por sus antepasados, en su mayoría los mismos padres.

Él recordó especialmente esos Chaton que pidieron ayuda urgente a Toudou y él para lograr salir de Celes al ser cazados por sus anteriores dueños. Estos no querían renunciar a ellos por su magia que habían estado usando para sus propios beneficios.

¿Y si por capricho del Destino uno de esos Chaton que conoció anteriormente estaban entre esos Aprendices en Azelleb? A Inoue no le sorprendería en lo mas mínimo.

-¿Podemos ir, Dai?- pregunto a su compañero que tomaba lo último de su vino.

-Claro. Solo que tendremos que regresar en un par de horas. Tengo una junta que atender…

-Déjenme entonces también acompañarlos- sonrió Sebastián a Edgar.

-¡Ah, y yo! Mi Princesa ya viene en camino… -se levantó Aarón.

-Bueno, reunámonos todos en la entrada y partamos juntos. Ellos estarán en los límites.

Sakurai e Inoue se levantaron y también los acompañaron. Inoue sonriendo y emocionado, mientras que su vampiro parecía menos interesado y más dispuesto a cumplirle el capricho a Inoue. Él sonrió por la idea.

Ya todos juntos, ellos esperaron unos minutos y después trajeron a sus correspondientes caballos. Inoue saludo a su lindo Miel y cabalgo muy cerca de Sakurai, para su tranquilidad.

Al llegar fue evidente a donde tenían que desmontar. Una pequeña reunión de tal vez diez jóvenes con una misma y característica túnica se encontraba a un par de metros, todos hablando emocionados y cuidando de tres pegasos que amarrados de una especial manera, cargaban mochilas moderadamente grandes, donde tal vez estaba todo lo que ellos necesitaban para vivir a donde fueran a estudiar.

Inmediatamente los vieron llegar, todos callaron y tomaron posiciones de respeto. Apoyándose en una rodilla en el suelo, ellos bajaron la cabeza, formaron sus manos en puño, una encima de su corazón y otra en su espalda. Casi parecían piedras con extraña forma por la túnica de cuerpo completo que también tenia capucha y cubría su rostro en esa posición.

-De pie todos ustedes- se hizo escuchar Hokuto con autoridad. De prisa y con sonrisas discretas, los chicos la obedecieron. –Bienvenidos, chicos. Esperamos esta expedición haya sido gratificante…

-Quinta Princesa… -se adelantó un chico particularmente moreno, de sonrisa grande y avergonzado.

-Ruo… Es un placer tenerte de regreso. ¿Cómo fue todo?- pregunto cariñosamente la chica; su pareja, Aarón, también a su lado pareciendo aliviado y amable.

-¡De maravilla! Nos fue mejor de lo que esperábamos, sin ningún altercado.

-Me alegro de escuchar eso. Por cierto… ¡Atención todos, quiero presentarles a nuestro nuevo integrante de la familia, el Tercer Príncipe Consorte, Kazuhiko Inoue!

Varios pares de ojos lo miraron atentamente con sorpresa. Inoue mentalmente se estremeció mientras los chicos continuaron mirándolo varios segundos antes de rápidamente reverenciarlo. Todos a un mismo movimiento, pareciendo uno solo. Era sorprendente e intimidante.

-Edwin, Jone, Jean, Azuka… ¿pueden acercarse?- pidió Taki adelantándose un par de pasos. Cuatro de ellos avanzaron inseguros, viendo de reojo a Inoue. -¿Profesor?- llamo ella e Inoue también receloso acudió.

Estando enfrente de los chicos noto que tres de ellos eran Chaton, uno solo no tenia sangre de esa raza en absoluto, pero alcanzo a notar, abrumado, el poder increíble en su interior. Una magia desconocida, atrayente, y de alguna manera sin ser amenazante, seguro aprendiendo a controlarla por la educación que estaba recibiendo.

-Profesor, estos chicos han venido de Celes, y soy testigo de su deseo de poder agradecerle su trabajo anterior para conseguirles libertad a los Chaton…

Inoue gimió cuando los Chaton mismos se descubrieron su cabeza, mostrando sus orejitas puntiagudas, antes de ponerse de rodillas por completo, en un gesto más de sumisión, de respeto por completo.  

El chico que permaneció de pie solo reverencio inclinándose, tomando sus manos enfrente de él y luciendo respetuoso moderadamente, pero aun temblando un poco ante los ojos de Inoue.

Él no supo que hacer en esa, lamentablemente, típica posición desde tres años atrás.

-L-levántense, por favor. No me deben nada, chicos. Para empezar, ustedes nunca debieron luchar por su libertad, eso debió ser de ustedes desde el principio… -rio nerviosamente, viendo que ninguno se reincorporaba.

-Le debemos nuestra vida, mi señor. Sin usted… nosotros habríamos muerto… -susurro uno de ellos con miedo.

-Jone y Jean eran explotados cruelmente, Profesor… -susurro Taki con pena. –Fue solo después del juicio que ellos fueron rescatados. Edwin, él era un sujeto de prueba en un laboratorio clandestino. Sus habilidades son muy específicas, así que paso varios años de tortura antes de poder ser libre, gracias a usted…

-¿Y cuál es tu historia, jovencito?- sonrió Inoue al chico de pie, queriendo distraer de cosas tristes a los dulces Chaton.

-Mi mejor amigo Chaton era muy maltratado con su dueño. Le ayude a escapar unas semanas antes del juicio, pero casi perezco yo mismo. Fue su intervención y la de todos los involucrados, lo que evito que las cosas fueran peores para mí. No sabe cuan agradecido estoy con usted y todos. Por mi amigo, y por todos los Chaton… -sonrió con lagrimillas en sus lindos ojos verdes.

-¿Tu nombre?- pregunto hechizado Inoue.

-Akatsuki Azuka, hijo único de los Akatsuki, sirvientes del Castillo Inicial. Un honor, Príncipe Consorte… -se presentó con nerviosismo y rapidez, un enorme sonrojo adornando sus pálidas mejillas y las puntas de sus orejas. Inoue se guardó su sonrisa y asintió a su dirección.

-¿Y ustedes, chicos?- pregunto a los Chaton que lo miraban de reojo, dudando un segundo antes de levantarse.

-Rose Jone, segundo hijo de la Chaton Rose, fallecida. Un honor, Príncipe Consorte… -se presente el chico de ojos negros y cabello castaño oscuro.

-Rose Jean, hijo único del Chaton Rose, fallecido. Un honor, Príncipe Consorte… -dijo el otro chico. Inoue pensó que tenían el mismo apellido por la casa donde se criaron, y no porque compartieran sangre.

-Asagi Edwin, Aprendiz del Segundo Príncipe Heredero, Haruka. Un honor, Príncipe Consorte… -sonrió de lado el restante Chaton. A Inoue no le pasó desapercibido que el chico no se pudo presentar apropiadamente como se acostumbraba en Azelleb, seguro porque no sabía sobre sus padres y su paradero.

-Haruka no esta por el momento, Edwin-kun, pero prometió regresar pronto para reunirse contigo… -susurro Taki insegura, viendo al joven que sonrió resplandeciente con la mención de su Protector.

-¡Lo sé! El Príncipe fue muy amable al mandarme un mensaje en nuestro regreso.

-¿Eh? ¿Haruka-kun tiene un lindo Chaton de Aprendiz y yo no sabía?- se quejó infantilmente Inoue para distraer a los nerviosos chicos.

-Eso es probablemente porque él no quiere que se lo robes, Inoue… -rio Sakurai ayudándolo en su causa.

-Sería una recompensa justa, teniendo en cuenta lo que me hizo la otra vez… -gimió Inoue, ahora verdaderamente hablando en serio. Él no olvidaba la maldita resaca causada por el vino que Haruka le dio.

-Juega bonito, chéri. Edwin-kun no tiene la culpa de eso, ¿cierto?- sonrió su compañero entretenido.

-¡Yo nunca me desquitaría con alguien inocente! Si bien le hare la vida complicada al Segundo Príncipe, ya me las arreglare para no involucrar a nadie en particular…

-¿Y si los demás queremos participar?- intervino divertida Taki, con maldad y travesura en sus grandes ojos rojos.

-Oh, cuñada. Conozco esa mirada… ¿Me ayudaras?

-¡Por supuesto que sí!- rio ella, acompañada de todos los demás. La mayoría era evidente no entendían nada, pero se dejaron llevar fácilmente por la atmosfera tranquila y divertida que ellos crearon.

Inoue noto que los Chaton relajaron y sonrieron. Todos ellos por etiqueta volvieron a ponerse su túnica correctamente y ocultaron sus orejitas de la vista, pero Inoue vio que su uniforme también era modificado para ellos y se alcanzaba a notar atrás de ellos su larga y delgada colita a juego con su color de cabello. Esta salía de su ropa, y como en cualquier Chaton, mostraban honestamente los sentimientos de ellos.

Entre risas y breves pláticas, Sakurai les recordó que debían regresar al Castillo y ahí podían hablar más cómodamente. Él sospecho que el vampiro lo mencionaba al estar inquieto afuera y ser vulnerables a ataques.

El paseo fue ameno e Inoue se acercó a los Chaton como un simple amigo, aunque el favor no fue correspondido del todo por educación a su posición. Él se enteró de lo que estudiaban, el cariño que le tenían al mundo que no los juzgo por sus habilidades, y como Azuka en particular era el que más echaba de menos Celes.

Los Chaton habían nacido en el utópico mundo, pero el otro Aprendiz solo había ido por estudios, ahí haciendo el enlace con su amigo Chaton que ahora también vivía en Azelleb bajo el cuidado de un Demonio de clase alta.

-¡Mauricio pronto anunciara su relación con mi amigo, así que me han invitado a pasar un tiempo en sus tierras! Será una oportunidad muy valiosa para que alguien en contacto con la raza de los vampiros refuerce lazos con los Demonios- sonreía emocionado el chico, mostrando mucha de su dulzura y energía constante.

-¿Demonios? Vaya, yo quisiera ver eso… -jugó Inoue, viendo de reojo como Sakurai bufaba irritado.

-¡Yo también!- exclamo el Chaton Jean viéndose igual de emocionado que su compañero Aprendiz. –He quiero pasar un tiempo en sus tierras, pero no tengo ningún contacto que me facilite eso. De hecho no tengo ningún contacto de ningún tipo aparte de sus Majestades… -se lamentó tristemente.

-Sí, yo tampoco… -apoyo Edwin suspirando. –Le envidio, Príncipe Consorte. Usted tiene muchos contactos…

-¡Edwin!- gimió escandalizado Jean. Inoue rio tapando su sonrisa, viendo el arrepentimiento del Chaton por su desplante. El chico demostrándolo al abrir enormemente sus ojos y mirar a Inoue con horror.

-No te preocupes, fuiste honesto. Y aunque ustedes les llaman contactos, yo les dijo amigos o conocidos. Todos ellos… -sonrió Inoue, recordando a su familia y todos los demás que conoció desde su llegada a Celes.

-¡Hablando de conocidos por usted, mi señor…!- Azuka paro en su camino y reverencio tensamente a Inoue. –Y-yo… sé que es osado que se lo pida, pero… M-me gustaría mucho que… u-usted de mis s-saludos a… Ka-Kazamiya Mitsu. Es… mi autor favorito… y sé que usted… lo frecuenta… -término susurrando muy débilmente.

-¿Mitsu-chan?- se sorprendió Inoue ladeando un poco su cabeza. –Sí, es de mis mejores amigos. Me alegro que te guste su trabajo. Es muy bueno, ¿no?

-¡También el de Usami Akihiko!- salto Jone, que aunque estuvo en un silencio respetuoso, pareció no poder permanecer más tiempo callado ante el tema de conversación.

-Usami-san también es muy bueno en su trabajo. Lo frecuento un poco por Mitsu y Miyagi… -desestimo Inoue.

El escritor término siendo muy buen amigo de Miyagi, y como Shinobu también fue amigo íntimo de Misaki-kun, todos iban algunas veces a comer la deliciosa comida del Chaton, Inoue más como un simple intruso.

-¿Por qué no nos consigue autógrafos, Profesor?- rio Taki que seguía cerca y muy interesada en su plática.

-¡Yo… no podría!- gimió con pánico Azuka, acompañado de otros jadeos indescifrables del otro Chaton.

-¡Vamos, no es problema!- sonrió Inoue amablemente. –Mitsu siempre se alegra de conocer a un lector. Él de hecho tiene una página para fans y siempre trata de contestar a todos los que puede. Usami-san es un poco más reservado, pero si yo se lo pido me hará el favor- guiño Inoue en complicidad, sabiendo que podía incluso recurrir a Misaki.

-¡S-sería un honor!- exclamaron ambos chicos con emoción, viendo a Inoue casi como un dios. Taki y él solo pudieron reír divertidos.

-Entonces esta decidido. ¿Puedo mandar un par de libros de su parte a Celes, no?- pregunto a la Sexta Princesa que asintió con energía. –Genial. Solo espero que ustedes elijan donde quieren el autógrafo y lo mandare. Ellos me lo regresaran firmados y yo se los entrego…

-Oh, Príncipe… Eso sería… muy… amable… ¡¡Muchas gracias!!

-¡¿Cómo podemos agradecérselo?!- cuestiono honestamente el emocionado Chaton.

-Tranquilos, esta bien. Yo solo soy un enlace con ellos. No dudo que ambos estarán halagados. –Inoue les sonrió hasta que ellos se tranquilizaron, pero pudo notar que aun querían agradecerle apropiadamente. –Ustedes me recuerdan a un par de estudiantes que tuve hace un año. Cuando vinieron a mí para preguntarme por Mitsu fue muy divertido…

Inoue para conseguir quitar el peso del favor comenzó a contar historias parecidas. Los chicos en todo el rato sonrieron y se relajaron a su lado, haciendo que él mismo se sintiera cómodo.

Si bien no podía cambiar su posición como Príncipe Consorte, se alegraba de que mínimo los demás no se sintieran demasiado nerviosos a su alrededor. Sobre todo ese tipo de seres que no eran de clase alta e inevitablemente terminarían conviviendo con él y los otros miembros de la realeza.

Inoue se alegró de aclarar el punto de que no se aprovecharía de su título.

Todos llegaron al Palacio y se despidieron. Sakurai parecía por algún motivo distraído desde el encuentro con los chicos, así que Inoue se apresuró a cuestionarlo en su camino de regreso a su habitación, donde el pizarrón electrónico especial del vampiro estaba con conexión.

-Dai, ¿pasa algo? Te noto muy pensativo hoy… -susurro Inoue inseguro. Su compañero parpadeo un poco viéndolo antes de sonreír un poco tenso.

-Estoy bien, lo siento. Solo tengo la cabeza en el trabajo. Hace mucho que no me alejaba tanto de mi empresa…

-¿Tanto? ¿Cuánto tiempo ha pasado en Celes?- gimió Inoue, asustado con la posibilidad de que pasara más tiempo allí y él no se contactara con su familia. Ellos estarían alarmados y enojados de ser el caso.

Sakurai pareció entender su pánico y rio entre dientes mirándolo de reojo.

-Tranquilo. Para Celes en un par de horas se cumplirá solo tres días. Yo me refería a Claridad, mon ame. Ahí será ya un año de mi ausencia… -rio más alto, pareciendo nada preocupado y más divertido.

-¡Vaya, sí que es grande la diferencia de tiempo!- exclamo sorprendido Inoue. -¿Y esta bien que te tomes tanto tiempo allá? ¿No afecta ni nada?

-No en realidad. He estado contactando con mis socios y colegas. Te lo dije, no afecta en nada si no estoy. Hay varias personas que se ocupan de mi trabajo en general, y lo estrictamente relacionado conmigo lo trato desde Azelleb. La mayoría del trabajo lo hago mientras duermes en las noches, chéri…

-Dioses, debes amar ser el jefe- rio Inoue divertido, empujándolo un poco con su cuerpo. Sakurai rio y lo tomo de la mano, llevándosela a la boca y besando su reverso.

-Bastante, amor. Aunque aun así es una enorme responsabilidad. Yo justo hace unos minutos estaba preguntándome muy seriamente quien ocuparía el lugar vacante de uno de mis socios que se retirará. Pero eso puede esperar hasta que regresemos a Celes- lo alivio gentilmente.

-¿Pensé que todos tenían hasta cinco personas capaces de remplazar a alguien?- cuestiono Inoue en sarcasmo.

-Normalmente es así, pero él es un socio muy activo y cercano. No puedo poner a cualquiera en su puesto. Él se encarga de muchas cosas muy importantes, y el mínimo error podría ser fatal para la empresa…

-¡Para ahí! Haces que este aliviado de solo tratar con un centenar de alumnos en plena juventud…

Inoue comenzó a reír por la manera en que Sakurai le miro antes de parar en seco mirando al frente por el pasillo donde caminaban sin poner mucha atención.

Era una pareja en un abrazo muy apretado. Inoue tuvo que parpadear mucho para darle forma a los dos jóvenes, pero al final distinguió al Segundo Príncipe, Haruka, tomando con propiedad a una hermosa chica de sencilla ropa. Ella era muy joven, de cabello un poco largo, un cuerpo muy bien proporcionado, y se derretía gimiendo mientras el vampiro bebía de su cuello con erotismo.

Para Inoue era la primera vez que veía a un vampiro alimentarse, que no fuera Sakurai de él mismo. Y la imagen era simplemente excitante, recordándole muy detalladamente lo que se sentía ser alimento para un vampiro.

Un sonrojo inesperado lo asalto al ver la posición descarada de los chicos. Ellos tan concentrados estaban en lo suyo que no los notaron.

La chica estaba feliz y entregada, revolviéndose desesperada en la pierna que Haruka había puesto entre las suyas, los ojos cerrados y su rostro cubierto de placer. El Príncipe absorto solo bebía con gula, acercándola a su cuerpo, una mano en su cintura con propiedad, la otra en su nuca, inclinándola un poco para tener mejor acceso a su cuello.

Y sabiendo exactamente lo que provocaba la mordida de un vampiro, no era sorpresa que la mujer gimiera tan fuerte.

-¡Oye, basta, Haruka!- llamo Sakurai firme, sin dejarse influenciar. Cuando los chicos no pararon, su compañero gruño resignado. -¡¡Que no estás en tu maldita habitación, Príncipe!!

El título y tono fuertemente dichos llamaron la atención de Haruka. Él se separó lentamente de su donadora de sangre, su boca aun mojada en rojo, sus colmillos claramente mostrándose. Sus ojos normalmente intimidantes lo eran aún más en ese momento, con una luz depredadora y hambrienta.

-Ah, eres tú, Sakurai… -susurro con complicación, ronco, jadeante.

-¡Si, solo soy yo!- exclamo irritado Sakurai. -¿Cuántas veces debo decirte que no hagas esto en público?

-Lo siento, lo siento. Solo nos aparecí con prisa y no puse mucha atención. Ya nos vamos… -desestimo sin preocupación el Príncipe. Sujetando más a la inconsciente chica se esfumaron juntos.

-¡Siempre hace lo mismo! ¡Le he dicho que tenga cuidado cuando se alimenta! No es bien visto para un Príncipe mostrarse así en público, demonios- se quejó Sakurai aireado. –Tendré que hablar con él más tarde… Chéri, no te preocupes si… ¿Inoue?- llamo curioso, viéndolo completamente sonrojado.

-¿Eh? Ah, sí… No te preocupes, Dai… H-Haruka-kun parece que siempre juega alrededor, ¿no?- rio nerviosamente, desviando la mirada tratando de calmarse.

-¿Estas bien, chéri?

-¡Por supuesto! Vamos, ¿no tenías una junta pronto? Unos minutos de retraso pueden ser semanas en Claridad…

Inoue sin verlo comenzó a caminar más rápido, llegando desesperado a la habitación que compartían.

Él por todos los medios quería deshacerse de esa imagen mental que inundaba su cuerpo con un bochornoso calor y lujuria. Estaba mal que se encendiera tan obscenamente por algo como eso, ¡sobre todo su cuñado! Inoue era todo, excepto un *voyerista.

Tan sumergido en auto reproches estaba Inoue que no noto que Sakurai le había alcanzado rápidamente. Él estaba directamente atrás de su cuerpo, y cuando Inoue abrió la puerta para entrar, Sakurai se hizo cargo rápidamente de meterlos adentro, cerrar la puerta, tomar a Inoue y empujarlo casi violentamente en contra de la fría madera bellamente tallada.

Totalmente sorprendido e inmovilizado con sus brazos sujetos en su espalda, Inoue solo podía sentir a su compañero aproximarse a él, su caliente aliento chocando contra su oreja cuando él se acercó peligrosamente.

-¿Te excitaste al ver a Haruka alimentarse?- pregunto muy lentamente, con voz seductora y baja.

-N-no en realidad… -logro contestar Inoue. Acorralado y asustado por la verdad, su respuesta fue aguda y rápida.

-¿No? Entonces porque puedo sentir tu excitación crecer… ¿mm?- presiono, al mismo tiempo tomando sus muñecas con una sola mano mientras la otra se aventuraba en su agitado pecho.

-¡¿Tal-tal vez porqué estas tan cerca?! ¡Yo que sé! ¡Suéltame!- gimió desesperado Inoue, revolviéndose incómodo.

-No me importa en realidad, ¿sabes? He oído decir que las personas que una vez son besadas por un vampiro desarrollan rápido una fuerte adicción por eso… No le puse mucha atención antes, pero no dudo que eso te afecte a ti, chéri… -Sakurai termino de susurrarle y beso suavemente su marca permanente en su cuello, haciendo que Inoue se estremeciera sin poderlo evitar. –Tu cuerpo ya se ha acostumbrado para que yo beba de ti sin problemas. Asocias mi mordida con el placer, ¿cierto? Por eso anhelas tanto que beba de ti…

Era la maldita verdad e Inoue odiaba ser tan evidente. No le importaba que eso fuera lo esperado y normal, era vergonzoso para él. Mucho más que su propia pareja lo supiera tan claramente.

Inoue lucho sin fuerza contra Sakurai, parando definitivamente cuando todo el peso de su vampiro se recargo en él, pegándolo más a la puerta. Su boca de nuevo directamente en su oído, exhalando su caliente aliento cerca suyo. Su cuerpo seduciéndolo, una parte especifica de él creciendo y excitándolo.

-No parare hasta que lo admitas- rio divertido el hombre, mordiendo juguetonamente su oreja.

-¿Q-que demonios? Dai… -Inoue gimió un poco y después simplemente se calló. Su cuerpo derritiéndose mientras la experta mano lo desnudaba sin ayuda, rápidamente haciendo contacto con su fría piel que se calentó al simple tacto.

Inoue dejó caer su cabeza, sin casi notar el golpe en su frente con la puerta. Su aliento se atoro en sus pulmones cuando la punta de los delgados dedos tocaron su pezón, torturándolo al tocarlo delicadamente, sin ejercer mucha presión ahí, pero en su trasero, fácilmente Sakurai se rozaba con él en lentos y circulares movimientos.

-¿No dirás nada, mi amor?- se rio Sakurai en su oído, haciéndolo temblar. Inoue jadeo antes de voltear su cabeza, encarándolo con el ceño fruncido.

-¡Cállate!

Sakurai solo rio descaradamente. Su grande sonrisa hermosa, sus colmillos mostrándose, sus ojos brillando y su rostro tomando esa particular expresión fascinante que siempre lo dejaba en maravillado. Inoue solo pudo guardar con cariño e impaciencia esa imagen suya en su mente, cerrando los ojos y sin pensar, acabando con la distancia que los separaba, uniendo sus labios en un suave beso.

-Inoue… -suspiro Sakurai sin alejarse, al contrario, haciendo más intenso y apasionado el beso, lamiendo sus labios y el interior de su boca, enredando sus desesperadas lenguas y haciendo estremecer cada vez más a Inoue.

El hombre soltó a Inoue de sus muñecas y tomo la parte trasera de su cabeza, profundizando más su beso y a la vez aumentando la cercanía, sin permitirle alejarse para respirar. Inoue tan abrumado y débil solo pudo sujetarse con ambas manos a la puerta, empujándose hacia su compañero anhelante de más contacto entre ambos.

-Mon amour… por favor… -rogo sin aliento, con los ojos cerrados y sintiendo esa seductora presencia cerca.

Sakurai fue preciso y rápido. Deshaciéndose de la enorme y pesada capa de Inoue, sus cuerpos ahora estaban solo separados por la fina tela de la túnica verde claro.

El vampiro no espero más y simplemente levanto la túnica, llegando a él rápidamente, cayendo de rodillas y encargándose de lubricarlo con su lengua. Inoue grito y gimió enloquecidamente, olvidando que aun estaban en la puerta y que cualquiera que pasara por el pasillo lo podría escuchar.

El placer era exquisito, casi el nirvana obtenido al morir. Inoue sin estar acostumbrado a tal intima caricia, solo podía derretirse en las sensuales acciones a su cuerpo, impidiendo caer de la posición de pie.

Su compañero se encargaba de complacerlo más al rodear su erección con su mano libre. Las pequeñas embestidas con la húmeda lengua, y los firmes movimientos en su pene a punto de explotar le hicieron elevar su voz hasta quedarse ronco, solo logrando salir ahogado el nombre de su pareja.

-Dai… por favor… ¡Ahh!… No… llegare…

-Oh, claro que no. Hoy no, chéri… -rio Sakurai y se reincorporo, tomando con ambas manos su cadera. Con un jadeo, Inoue noto el contacto de la caliente y dura erección entre sus piernas. -¿Recuerdas que esto es un castigo? Hasta que no admitas que te volviste un adicto a mi alimentación, no te correrás.

-¡¿Eh?!

Parecía que la amenaza dicha con complicación era real. Sakurai lo penetraba tan lentamente, tomándose todo el tiempo del mundo y dejándole sentir cada vergonzoso y exquisito sentimiento. Sus garras se volvían a encajar en su cadera, y el aliento con olor a vino y seducción estaban siempre en contacto con su sensible piel.

Después de lo que pareció una eternidad su compañero se incrusto en su interior. Lo sentía grande, caliente, desesperándolo por que comenzara a moverse, algo, pero él siguió ahí, controlando su propia excitación.

-A pesar de ser un Maestro Hielo… ¿Por qué tu interior es tan caliente?- jadeo en su oído. La voz tan baja y entregada solo seduciendo aún más a Inoue, que bajo su cabeza con vergüenza.

-¡Daisuke!

-Esa no es la respuesta, ¿cierto?… -gimió Sakurai, moviéndose tentativamente, meciéndose muy lentamente.

Inoue encontró su orgullo infantil incluso en ese momento. Apretando los puños en la puerta y los labios hasta sangrarse, él no le dio el gusto a su vampiro y solo aguanto el placer reprimido. 

-Sigue así y no te morderé, Inoue… -amenazo su compañero con los dientes apretados.

La respuesta de Inoue quedo ahogada por un gemido arrancado de él al ser embestido con fuerza, solo para que Sakurai saliera de él lentamente, esperando, repitiendo el proceso varias angustiosas veces más.

Su éxtasis acumulándose, su cuerpo inundado de aquel extraño y placentero calor. Su mente abrumada, en blanco.

Inoue recargo su frente en la fresca puerta, lejanamente notando que esta estaba cubierta de una delgada capa de escarcha, producto de sus manos que se apoyaban en ella. Su aliento saliendo en sutiles nubes de vapor, su cuerpo contradictorio entre su Poder de Hielo y el calor producto de su excitación.

Él se venció a su más fuerte deseo y coopero con las embestidas, volviéndolas más fuertes, profundas y coordinadas. Sakurai tan provocado como él no dijo nada, permitiéndolo pero sujetándolo más fuertemente por su cadera.

Por la posición incómoda, Inoue se vio varias veces empujado hacia la puerta. Él estaba separado de ella por algunos centímetros, pero al final se dejó caer y se recargo por completo ahí, Sakurai siguiéndole.

El ritmo aumento. Sakurai le tomo por su mandíbula y lo giro, devorando su boca con locura, haciéndolo gemir y derretirse más al ser besado tan entregadamente. Añadido, una de las manos de su compañero se desvió y rodeo su erección, acariciándola conforme el marcado ritmo. Su mano libre también dejo su cadera y lo abrazo con fuerza por su pecho, acercándolo a su propio fuerte torso.

Las embestidas, los gemidos, los otros sonidos de piel chocando con la otra. Todo era tan erótico y placentero.

Inoue no supo en que momento sucedió o como, pero lo siguiente que noto fue que la muñeca sangrante de Sakurai se empujaba en sus labios entre abiertos, haciendo que el rico liquido se colara y llegara a su lengua.

Contrario a las pequeñas pocas donaciones anteriores, esta vez Inoue no tuvo un límite y probo cuanto quiso.

Él no sabía porque la sangre, que en lógica para su crianza y la mayoría del pensamiento del universo, debía ser asquerosa, para él era simplemente deliciosa y altamente adictiva. Era como un muy escaso y caro vino antiguo. Él no podía dejar de probar esa delicia.  

Y la acción tenia claras consecuencias en su interior, aumentando la presencia en su mente y corazón de su compañero vampiro. Con cada trago, podía sentir sus sentimientos más fuertes y abrumadores, casi como si aparte de sus cuerpos, sus almas también se convirtieran en una en ese justo momento, compartiendo cada una de las fuertes emociones que sentían.

La sangre lo unía más a Sakurai y él quería que su amante sintiera lo mismo.

>>¡Bebe de mí, ahora!<< Grito en su mente sin poder renunciar a su muñeca en su boca.

Sin dudar, con violencia, y al mismo tiempo embistiendo con fuerza abrazadora, Sakurai hizo eso precisamente, en el mismo lugar de siempre de su cuello.

Inoue noto que llego al orgasmo junto con él. La fiera mordida aumentando el sentimiento hasta convertir todo en una tormenta de colores, al final dominando el blanco… hasta que ya nada tuvo valor y él cayo desmayado.

Al despertar, se encontró en la espaciosa cama, cómodo y somnoliento. En su borrosa vista solo podía ver a Sakurai reunir su ropa con rapidez, murmurando algo sobre tener una video-conferencia esperándolo.

Entre las sabanas suaves, satisfecho y travieso, Inoue solo se rio de él.

>>¿Para quién fue el castigo?<< Lo molesto en su mente, cerrando de nuevo los ojos para tomar una necesaria y caprichosa siesta.

 

 

Según lo que Sakurai le había dicho antes de llegar a Azelleb, los Príncipes Vampiros tenían una fuerte costumbre a ir a los aquelarres solo para pasear y convivir con su gente.   

Sakurai apreciaba ese tiempo en caridad con uno o más de sus ocupados hermanos y cuñados, así que con cierta resignación le había advertido a Inoue con antelación que en algunos momentos él tendría que ir. Seguro fue grande su sorpresa cuando Inoue acepto, incluso queriendo acompañarlo.

Ese día en la tarde, ellos por primera vez fueron al aquelarre de Rio para convivir con su gente.

Las casas y ritmo de vida eran moderadamente diferentes al del Aquelarre Principal. Inoue atribuyo con diversión a la actitud del aquelarre con la del líder en general.

Los vampiros ahí eran serios, amables, un poco tímidos y muy confiables, como su regente, el Cuarto Príncipe.

La gente acepto a Inoue inmediatamente. Solo un puñado se acercaron más y le hicieron platica, pues la gran mayoría, si bien se mantenían al margen por respeto y etiqueta, Inoue muy claramente noto que otro porcentaje solo calculaban si era prudente asociarse con el que era, básicamente, un desconocido para todos.

Agraciadamente nadie dio una verdadera oposición, e Inoue fácilmente pudo demostrar sus intenciones con honestidad, siempre respaldado por los otros Príncipes.

Él conoció a gente magnifica, humilde, poderosa y altiva, pero todos por igual lo respetaron de corazón rápidamente.

Inoue estaba de tan buen humor ese día. Caminando por las grandes calles de piedra oscura, tomando de la mano a su sonriente y orgulloso compañero, escuchando la charla amena y tranquila de Rio que saludaba y conversaba con su agradecida y respetuosa gente.

Era claro la preocupación y dedicación que ponían todos los Príncipes por su raza. Inoue incluso alcanzo a escuchar a Rio preguntar por anteriores miembros de su aquelarre que se fueron en algún momento y aun mantenían contacto con otros vampiros que habitaban ahí.

Distraídamente él no podía dejar de preguntarse que hubiera sido de Imi-nashi si sus líderes manifestaran la mitad de los sentimientos de sus cuñados. Como habría terminado el mundo sin la guerra y extremas tradiciones.

¿Qué habría ocurrido si las cosas fueran diferentes, con Miyagi siendo el Rey original, gobernando con su compañero Chaton a su lado, preocupándose por gente que le devolvía el sentimiento respetándolo honestamente, sin ser obligados por leyes que amenazaban su vida de ser lo contrario? ¿Y Risako en el Reino Blanco con Stravros?

¿Inoue que estaría haciendo de ser esa la situación? Un Protector libre de demonios y arrepentimientos, con ese monstruo en su interior y esos sentimientos tan impuros…

Viendo a los felices vampiros alegres de pertenecer a esa comunidad, Inoue por primera vez en un muy largo tiempo, añoro lo que una vez fue Imi, incluso con fallas y obligaciones. Esos pacíficos días jugando y bromeando con Miyagi e incluso Risako. Días en que no importaban sus posiciones y solo hacer travesuras.

Pero esos días se fueron y acudían nuevos y mejores, esa era el consuelo de Inoue, recordando que todos ahora tenían nuevas y tranquilas vidas, acompañados de seres estupendos y de buenos y honestos sentimientos.

Con esos pensamientos y emociones que fácilmente Inoue compartía con su vampiro, Sakurai sonrió de lado y beso su sien, rodeando sus hombros con su brazo, provocándole un suspiro aliviado y complacido.

Ciertamente su nueva vida era buena y placentera…

-¡Consíganse una habitación, Príncipes!- rio traviesamente una voz atrás de ellos.

-Lo dice el que estaba mostrándose en el pasillo para que todos lo vieran… -devolvió tranquilamente Sakurai sin alejarse de Inoue, pero acercándolo más a él para dejar pasar a quien en principio hablara. Haruka.

Inoue se sacudió su aturdimiento y miro resentido al risueño vampiro.

El chico no lucia como lo viera en la mañana. Él se veía como siempre desde que lo conociera, vestido con ropa cara y hermosa de marca, delineador oscuro en sus ojos, sus labios con brillo, y mucha joyería. Su pose algo femenina y una mirada traviesa y pretenciosa, como la de un experto seductor acostumbrado a conseguir lo que quería sin mucho esfuerzo.

Esa visión de su cuñado lo enojo aún más, y sin pensar se separó de su risueño compañero, dándole un fuerte, pero moderado golpe en la parte posterior de la cabeza del extrañado Segundo Príncipe.

-¡Oye! ¡¿Por qué fue eso?!- se quejó, sujetándose la parte lastimada. Inoue pensó que lógicamente era por el golpe, sin embargo puso los ojos en blanco cuando el vanidoso vampiro cepillo su desordenado cabello en el peinado perfecto que llevaba.

-¡Y preguntas por que!- gruño Inoue ofendido. -¡Van dos veces que me saboteas, niño mimado! ¡¡Juro que a la tercera no te lograras escapar incluso si te apareces a la otra punta del jodido universo!!- gritoneo en berrinche, fulminándolo con su mirada, gruñendo y después haciendo su partida dramática. Sakurai inmediatamente alcanzándolo para que no se alejara mucho sin acompañante.

-¿Dos veces?- cuestiono Haruka suavemente atrás de él, mirando a su hermano menor. -¿Qué cosa aparte de emborracharlo hice?- gimoteo nervioso.

-No sé, pero yo que tu tendría cuidado, Príncipe. Ayer el Profesor dejo muy en claro que no se juega con él… -sonrió Rio reprimiendo la risa sin control que Inoue podía ver quería salir.

Haruka mostro un poco de duda. Mirando a Inoue y recibiendo una macabra sonrisa maliciosa de su parte, el joven solo abrió sus ojos en miedo y desvió la mirada, luciendo preocupado un segundo antes de encubrirlo. Eso basto para Inoue por el momento. No dejaría que se saliera con la suya fácilmente.

Su sonrisa de momentos antes volvió en todo su esplendor. Sakurai a su lado no podía dejar de reír en voz baja, y con esa simple demostración todos los que los acompañaban también se pusieron de buen humor.

El Segundo Príncipe termino por acompañarlos en su paseo, unos metros alejado de Inoue y robándole miradas.

-¿Qué está sucediendo ahí?- hablo de improvisto Rio, sacando de pensamientos a Inoue. Delante de ellos a varios metros, se encontró un círculo cerrado de personas, una acalorada discusión alcanzándolos a ellos.

-No otra vez… -se lamentó la mano derecha del Cuarto Príncipe, un vampiro muy elegante de nombre Raúl.

-¿Qué?- demando con autoridad Rio, mirándolo agudo.

-Alastor y su gente, su Alteza. Esta vez se han centrado mucho en la pareja Matsumoto… -aclaro con impotencia.

-¿Brian y Maite? ¿Por qué no he sido informado antes de esto?- gruño el Príncipe, caminando con prisa para llegar al lugar de la pelea.

-No hubo necesidad, mi señor. Ya conoce al sujeto en cuestión. Nunca hace nada extremo como para ser sancionado con severidad…

-¿Y acosar a una pareja enlazada no te parece serio, Raúl?- soltó entre dientes Rio. -¡Háganse a un lado, ahora!- ordeno con una voz muy escalofriante a los mirones que se sobresaltaron en respuesta. Todos inmediatamente obedeciendo antes de reverenciar a los Príncipes.

Inoue sin opción ni resistencia se vio protegido por un alerta Sakurai. Él solo pudo resignarse a tomar con propiedad la mano de su compañero colocándose un poco atrás de él, para su alivio inconsciente.

Aun así fue un gran avance que el vampiro no le ordenara irse, o simplemente alejarlos del lugar.

Rio se hizo su camino hasta el centro del círculo, donde cinco hombres de ropas muy llamativas en color rojo se imponían a un alterado y fiero vampiro joven, cubriendo como lo hacía Sakurai, a una linda y pequeña chica.

Inoue noto que la mujer era vampiro por los colmillos en su boca, pero el cabello claro y forma de vestir contrastaban con su naturaleza oscura. Ella era muy atractiva y ciertamente rompía mucho con los estereotipos, siendo claramente apreciable entre todos, como Inoue lo era en su mayoría.

Sakurai le había dicho que no todos los vampiros eran iguales, y ninguno se acercaba a tener la mayoría de las habilidades de la realeza, así que su gente era muy atenta a individuos que fueran diferentes, como esa vampiresa.

Normalmente eran tratados con amabilidad y respeto, pero Inoue sospecho que ella no era frecuentada así, no al menos por los idiotas brabucones.

-Demando saber que sucede aquí- replico Rio elevándose toda su altura y mostrando todo su poder como líder.

-Príncipe… -jadeo el hombre ligeramente adelantado a todos los busca pleitos. Seguro “Alastor”.

-Alteza… -reverencio el vampiro enfrente de la joven vampira. –Acuso de intimidación, acoso y provocación al vampiro Clean Alastor. En gravedad de ofender y difamar a mi Kypher od mi Sjol, Maite Matsumoto.

-¡¿Que…?! ¡Maldito bastardo, tú no puedes…!

-¡Calla!- se impuso gravemente Rio, deteniendo a base de miedo al vampiro en cuestión. –Dejaras terminar a tu acusador o te enfrentaras a una multa… -advirtió con severidad antes de voltearse ante el otro joven de apariencia común y simple. –Continúa y expresa los hechos, Matsumoto Brian.

-Príncipe… -agradeció Brian volviendo a reverenciar. –Ofrezco mi declaración de que este sujeto, junto con sus cómplices, han estado acosando y molestando a mi pareja. Ella ha manejado muy bien la situación, pero en lo personal he llegado a un límite, su Alteza. Exijo una retribución justa al crimen.

-¿Matsumoto Maite? ¿Tu declaración?- cuestiono con más gentileza el Cuarto Príncipe. La joven tomo una temblorosa respiración antes de adelantarse a su pareja y reverenciar a Rio.

-Ellos han amenazado contra la vida de mi Kypher od mi Sjol. Como vampiresa y digna hija de mis padres, no he sucumbido y he defendido a mi pareja de vida. Cuando sus palabras no obtuvieron de mí la aceptación para el acoso sexual, ellos han decidido hoy agredirnos hasta su intervención, su Alteza.

La mirada de Brian demostró que él no estaba enterado de que su pareja era acosada sexualmente. Sus ojos azul oscuro se fijaron tan diabólicamente en los otros vampiros que Inoue temió las consecuencias. Maite debió sentir lo mismo con más certeza por su enlace con el vampiro, así que lo sujeto más fuerte y apoyo su frente en su hombro, algo diciéndole a Inoue que lo calmaba por su enlace mental.

-Clean Alastor, tu declaración… -se volteo Rio a enfrentar al nervioso vampiro que detuvo su marcha atrás y recupero su pretenciosa actitud.

-¡Yo no he hecho nada, su Alteza! ¡Esa pequeña… vampira! Ella es una fácil. ¡Siempre coqueteando! Y cuando un hombre soltero y en busca de alimentación acepta su oferta, ella se muestra ofendida. ¡Yo ni siquiera sabía que estaba enlazada! Soy muy consciente de las gravedades de interponerse entre una pareja unida por sangre… -termino sonriendo pareciendo respetuoso de la ley.

-¿Insinúas que solo hasta el día de hoy ha sido de tu conocimiento su enlace?- pregunto calmadamente Rio, viendo de reojo como dos vampiros ayudaban a la chica a sostener al colérico Brian.

-Correcto, mi señor- sonrió y reverencio el vampiro.

-¡Maldito imbécil!- exploto Brian a voz de cuello. -¡¡Mis padres invitaron a tu jodida familia a la fiesta de agradecimiento por nuestra unión!! ¡Desde siempre te he visto mirando de reojo a mi compañera! ¡Y ahora vienes con mierdas…!

-Tranquilízate, joven… -pidió Rio con cautela, mirando intensamente al vampiro hasta que dejo de luchar con los que lo sostenían.

-¡Reclamo el derecho a testigos, su Majestad!- exclamo desesperada Maite, sus ojos llorosos.

-¿Alguien que respalde la acusación de los involucrados?- pregunto en general Rio, mirando a los vampiros reunidos y entretenidos. Varios de ellos elevando una mano y mirando hostilmente al vampiro acusado, dejando claro de qué lado estaban.

Todo paso tan rápido. Nadie lo vio venir salvo la vampira Maite. Una daga de plata siendo lanzada con una fuerza sobrenatural por Alastor, justo al pecho de Brian de no ser porque ella se interpuso con un grito de advertencia.

Tanta sangre rápidamente mancho el bonito rosa de su vestido. Sus ojos se ensancharon, su aliento visiblemente la abandono. Ella cayó todo su peso al suelo ante los ojos horrorizados de todos… pero nada comparado con el grito de miedo puro y desgarrador de su compañero que cayó de rodillas después de ella.

Inoue no pensó. Él corrió hacia la chica, saco la daga que quemo su mano y desato su poder de sanación, desesperado por salvarla mientras la sostenía con fuerza. Podía escuchar los gritos, sonidos y maldiciones, pero su atención por completo estaba en esa chica que miraba con amor a su lloroso amante.

-Vamos, Maite-chan… vamos… vamos… vamos… -jadeo Inoue una y otra vez. La sangre fue más rápida que su Poder, podía sentirla cada vez más lejos y él ya no podía pensar en que otra cosa hacer que no fuera presionar sin éxito su magia en la herida maldita.

-No… arcoíris… Nena… ¡Maite!- grito Brian en agonía, pero ella solo sonrió con una lagrima abandonando sus ojos.

-Te amo, Kypher od mi Sjol… -gimió ella y toda fuerza la abandono entre los brazos de Inoue.

-¡NOOOO!

Inoue jadeo dejando caer su mano de la herida. Sus ojos se cerraron mientras escuchaba los lamentos tan profundos del hombre, llamando a su compañera una y otra vez sin éxito. Y después con todo el peso de su dolor y rabia se levantó y fue por el asesino de su alma gemela.

Los furiosos Haruka y Rio corrieron a su lado, al igual que todos los soldados que no detenían a los cómplices del criminal que se había dado a la fuga entre la confusión.

Inoue sin en cambio permaneció ahí, viendo a la dulce chica mirando a la nada con sus ojos vacíos. Su mano llena de sangre bajaron los parpados de ella, dándole su descanso eterno. Con cuidado saco su pañuelo y limpio la sangre de su lindo rostro para no mancharla más.

-Inoue… -llamo lentamente Sakurai, pero él negó.

-No me moveré hasta que él regrese- sentencio sin sentimientos, sin dejar de limpiar toda la sangre de ella. Con la mortal herida no podía hacer nada, así que la cubrió con las manos entrelazadas de ella, dándole una posición tranquila de descanso y serenidad.

No supo cuánto tiempo paso así, de rodillas con ella en su regazo y parcialmente apoyada en su pecho. Inoue solo levanto la mirada cuando Brian regreso cubierto de sangre y lágrimas, mirándola con un dolor tan intenso…

-Por cuidarla… gracias… -solo logro susurrar entrecortadamente el vampiro, tomando con gentileza y temblor a su compañera. Inoue la acomodo adecuadamente en los brazos del chico, permaneciendo un rato así hasta que él tuvo la fuerza suficiente para no dejarla caer.

-Ahora déjala descansar… -susurro Inoue suavemente, colocando su mano en el hombro de él, y como mínimo a su incompetencia, otorgándole algo de paz artificial con su Poder.

El vampiro nunca lo miro, pero asintió. Sus apagados ojos siempre en la parte de su alma que murió.

Sin energía, sin vida, mostrando sin límites su sufrimiento. Él se fue lentamente, procedido de muchos otros vampiros, muchos llorando en silencio, con rostros llenos de pesar, pero nada como el de Brian.

Inoue noto los brazos de Sakurai rodearlo, pero por primera vez no sintió el calor de él afectarlo.

¿Solo cuánto tiempo había pasado desde la última vez que alguien murió enfrente de él sin que pudiera hacer nada al respecto?

-Chéri… Amor, mírame… -pidió Sakurai, pero Inoue negó energéticamente, su cabeza baja y sus dientes apretados.

-Estoy bien… Quiero ir a casa, Dai… Por favor…

-Vamos, Onii-sama. Por aquí… -guio temblorosamente Rio, señalándole una carroza en medio de la calle.

Todos los Príncipes lo rodearon y ayudaron a subir, acompañándolo ya adentro antes de que el vehículo se pusiera en movimiento de vértigo, llevándolos en unos minutos al Palacio que ya estaba algo lejos de su ubicación.

Nadie dijo nada en su recorrido e Inoue lo agradeció profundamente. Él solo suspiro suavemente y se apoyó en su compañero, que lo rodeo con su brazo acercándolo a su pecho, tomando con fuerza su mano libre. En silencio, Sakurai leía o presentía los pensamientos de Inoue y lo tranquilizaba acerca de ya no estar solo.

Al llegar Inoue y Sakurai se tomaron unos segundos más en bajar de la carroza. Inoue se sentía débil de las piernas, así que no protesto cuando su vampiro le ayudo a caminar.

Justo en la entrada, todos los Príncipes, Princesas y Consortes estaban esperándolos, junto con el Rey. Ninguno ocultaba su preocupación por Inoue, que debía estar cubierto de sangre ajena y con una expresión ausente y en shock.

¿Cuántos lados más de su personalidad mostraría a esa, su nueva familia?

-Kazuhiko-chan… -susurro con temor Muldor cuando llegaron a ellos. Inoue intento… oh si intento sonreír, pero lo único que logro fue una mueca tensa.

-Estoy bien, chicos. Gracias por preocuparse por mí… -dijo honestamente, viendo a todos.

-No lo estas. Pero esta bien… ninguno lo esta… -sonrió temblorosamente Taki inundada en llanto.

-¡¡DEMONIOS!!- grito colérico Rio, completamente afectado y destrozado como debía estar al ser el líder de esa chica. Parecía apunto de enloquecer del dolor y culpa, solo detenido por el Rey que sin importarle nada lo abrazo con fuerza cerrando los ojos suavemente.

-Todos hicieron lo que estuvo en sus manos, hijo. No te culpes, no se culpe, Kazuhiko-sama. Fue escrito que ella nos abandonara, y contra el Destino no se puede luchar…

-Eso no ayuda en nada… -replico Inoue, mostrando ira que no había sentido en mucho tiempo.

-Kazuhiko tiene razón… ¿De qué sirve tener todos nosotros vida eterna si habrá inocentes como ella que no disfrutaran de eso?- gimió Remi desconsolada, soportando el llanto. –El Destino no es justo…

-Ella debió tener la oportunidad de pasar su vida con su compañero. Él también. Ninguno tuvo culpa alguna, y aun así… -Haruka perdió voz, su mirada perdida.

-Mis niños, escúchenme… -susurro el Rey con cariño. –Ustedes no pueden vivir con el miedo al final. Deben disfrutar el tiempo que les queda hasta que este llegue. La vida no es justa, ni mucho menos, pero no por eso deben dejarse vencer. Vivan, sonrían, gocen por aquellos que ya no tienen ese privilegio. Den una oración por esa mujer, por el precioso regalo que le fue arrebatado a esa pareja enlazada…

>>Todos y cada uno de ustedes son Príncipes, Princesas… tienen un deber con esa gente que les necesita enteros. Continúen por ellos. Enseñen con el ejemplo a celebrar un nacimiento y a llorar una muerte. A continuar después de una partida, y a sonreír en memoria de los que ya no nos acompañan…

Inoue no pudo más y sollozo entrecortadamente, atrayendo todas las miradas. En su mente, podía escuchar a su querida familia en Celes y Moonless preguntar con miedo y preocupación por sus profundos sentimientos.

-Lo… lo siento… yo… -Inoue respiro bruscamente asaltado por un pequeño sollozo, evitando a todos. Su mirada caída estaba fija en sus manos y ropa aun con sangre ahora seca. –Debo limpiarme… -susurro débilmente, repentinamente con el insano impulso de deshacerse de toda prueba de que ella murió enfrente de él.

Sin esperar respuesta se separó del grupo y camino hacia el interior, sin darse cuenta, en cierto punto comenzó a correr plenamente llorando sin control.

>>¿Por qué, Miyagi? ¿Por qué aun sigo siendo castigado? ¡¡No quiero volver a ver a nadie morir!!<<

Sakurai lo alcanzo justo cuando el perdió fuerzas y cayó en medio del pasillo lleno de sirvientes alarmados. Entre los fuertes brazos de su compañero y las dulces palabras de consuelo de su mejor amigo, Inoue lloro toda su impotencia y sufrimiento por lo injusto de la vida, y porque él era precisamente el observador constante de eso.

-Yo estoy aquí. Soy tu pilar, tu fuerza, tu certeza. Nunca me alejare de tu lado. Incluso en nuestra muerte, estaremos siempre juntos. No te dejare, Inoue. ¡Nunca!

-¡Dai!- lloro Inoue desesperado, abrazándolo.

>>Inoue… Prometo amarte, cuidarte, serte fiel y apoyarte en tus sueños, metas y principios. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad. Siempre velare nuestro enlace y agradeceré al Destino el haberte puesto ante mi vida. Mi Kypher od mi Sjol… me uno a ti y que nuestra alma sea una sola por siempre… <<

Los votos del enlace susurrados en su mente una vez más lo reconfortaron como nada en la vida lo habría hecho.

Inoue se vio inundado de una paz hermosa, tranquila, cálida. Acompañándolo, Sakurai lo abrazaba acariciando con sus manos su espalda y cabello, repartiendo suaves besos en su cabeza y rostro, repitiendo una y otra vez que no lo abandonaría por nada del mundo.

Y fue esa la certeza que necesito Inoue para estar completamente seguro, que al llegar a Celes y reunirse una vez más con su familia, le pediría a ellos ser testigos del Pacto Sagrado con su compañero.

Sin importar los sentimientos que pudiera tener ahora, él no quería ser separado bajo ningún término de su Kypher od mi Sjol, de su compañero, amante… de su Alma Gemela.

 

Continuara…

 

 

 

 

Notas finales:

*Voyerista: Basicamente, alguien que se excita viendo a personas desnudas o en actos sexuales :P

 

Ya se, fue un cambio muy brusco de tematica, pero una linda persona me dijo que la vida es 50% mala y 50% buena. Inoue no se salva de eso.

 

Y pues ya se me esta acabando el subidon de cafeina y muero de sueño, asi que los dejo por hoy, no antes de mencionar para los que no saben, que publique la historia de Kanou/Ayase en el mundo Chaton. Esta tambien esta muy fuerte, asi que les pido que si no gustan de las advertencias del fic, no lean >___<

A los que aun asi lo visitan, mil gracias  http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=133803&warning=5

 

Ahora si. Muchas gracias por leer como siempre. Si me dejan un comentario yo sere muy feliz, incluso si son reclamos por el tragico final xD

Cuidense mucho. Nos leemos .w./

Chris.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).