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El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

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Notas del capitulo:

Wua, actualizo rapido porque mi jefe no sabe que sali para esto xDD


Ojala les guste, sobre todo el final.

Espero el sabado poner otro, muy especial y mi favorito de todo el fic.

A disfrutar...

Capítulo 30: “¿No lo has considerado? Tal vez él es la recompensa a todo lo que has pasado…”

 

-¿Listo para empezar tu nueva vida?- pregunto Inoue traviesamente. El vampiro suspiro, cerro su maleta y negó, sentándose al lado de su equipaje para juntar sus manos y mirarlas tristemente.

-Tengo miedo, Onii-sama… -confeso muy bajo y vulnerable. Inoue exhalo y se puso en cuclillas enfrente de él.

-Yo al irme de mi mundo original no tuve mucho tiempo para pensar, Kei-chan, ¿sabes? Fue tomar la decisión e irme. Tenia a mi mejor amigo, era lo único asegurado. ¡Ni siquiera teníamos mucho dinero! Fue un nuevo comienzo en toda la extensión de la palabra. Y los Dioses me salven de mentirte sobre que muchas veces considere regresar. Pero no podía, hacerlo habría significado mi muerte… Tenía miedo, mucho. Incluso ahora, hay cosas de Celes que me abruman y otra que simplemente no entiendo, porque no nací allí…

-Sé que soy egoísta por dudar teniendo esta oportunidad, es solo…

-¡Hombre! ¿Cuándo dije eso?- exclamo Inoue verdaderamente sorprendido. –Kei-chan, solo trato de hacerte ver que tus sentimientos son completamente normales. Si no los tuvieras, yo estaría muy preocupado. Tienes todo el derecho del universo al estar inquieto. Comenzaras una nueva vida, lejos de muchas cosas que consideras familiar. Te entiendo, pase por eso, no de la misma manera, pero igual sufrí. Solo trato de que tengas en cuenta que yo siempre estaré ahí para apoyarte, al igual que Dai, tu familia aquí en Azelleb… mi propia familia… -sonrió Inoue.

-Excepto Shinobu-san. Él cree que trato algo con su esposo… -rio nerviosamente el pequeño vampiro. Inoue rio a carcajadas y dio tiernas palmaditas en la rodilla del chico.

-¡No te preocupes por él! Yo me encargare de eso- guiño Inoue y después se levantó. –Anda, termina de prepararte. Te estaremos esperando afuera. Calmare los ánimos con los otros para que solo recibas mimos…

Keigo rio, lo que Inoue había estado esperando. Quería que el Príncipe no dudara sobre su decisión, no ahora.

Fiel a su palabra, Inoue dejo la habitación del Octavo Príncipe y cerró la puerta, él mismo preparándose para la despedida temporal de su nueva familia que extrañaría mucho.

Si solo pudiera combinar sus dos vidas en Celes y Azelleb sin renunciar a nada…

Inoue no se sorprendió de que Sakurai le estuviera esperando en la esquina del pasillo, tranquilamente apoyado en la pared con los brazos cruzados. Él vestido de traje costoso, sin corona ni capa aún tenía en plenitud esa aura completa y poderosa de realeza. Sabía que era parte de su persona y se preguntó cómo es que antes no lo noto.

Muy, muy lejanamente se preguntó si él tenía esa misma atmosfera ahora siendo un completo Príncipe.

Sin palabras ambos se tomaron sus manos y caminaron con calma por los pasillos que sin duda en un tiempo, aún sin definir, no visitarían. Ellos se tomaron esos cortos minutos en disfrutar de eso antes de enfrentarse a la rutina apresurada y asfixiante que les esperaba en Celes.

Ellos aún no terminaban de averiguar dónde vivirían, cuando harían los trámites para hacer formal legalmente lo del nombre de Inoue… cuando se casarían ante la ley. Por el momento se estaban tomando las cosas como venían, en importancia y urgencia. Lo primero era regresar a Celes e iniciar a Keigo en los negocios, Inoue regresar a la universidad y que su familia de Celes conocieran ahora a Sakurai.

Los guardias a ambos lados de la puerta hicieron reverencias más pronunciadas y educadas de costumbre. Inoue se conmovió sabiendo que era su manera de despedirse. A ellos también los extrañaría.

La sala se encontraba repleta de personas que al verlos hicieron una larga fila con risitas. Sakurai giro sus ojos y compartió a Inoue con todos. Ellos a su muy peculiar y única manera le desearon suerte, lo abrazaron y entregaron todo su apoyo y amor.

Para cuando Keigo se les unió, Inoue ya estaba llorando, ahogado en amor y alegría.

Dejo para el final a sus personas favoritas, sus hermanos, Rey y personal directo que había cuidado de sus necesidades en su breve visita.

-Prometo no amarrar mi cabello sin ustedes ahí para guiarme, chicas… -dijo al último a sus doncellas, que lloraban discretamente. –Y espero que al volver ustedes ya tengan muchas nuevas ideas. ¡Son estupendas!

Sus guardias, personal y doncellas fueron muy discretos en mostrarle cariño, pero Inoue aun así recibió mucho afecto. Recibiendo sus educadas muestras de amor, Inoue se aturdió un poco cuando Taki lo abrazo junto con Haruka. Muldor espero a que lo soltaran para hacer lo mismo.

-Ya le hemos dicho a Sakurai que lo mataremos si no te hace feliz, así que es tu responsabilidad llamar si algo sucede, ¿de acuerdo? Es nuestro hermano, pero si no sabe cuidarte adecuadamente, renunciaremos a él y te adoptaremos. Padre ya está de acuerdo… -asintió Haruka seriamente. Inoue solo pudo reír plenamente.

-Pensé que ya me habían adoptado. ¿Estaba equivocado?

-¡Para nada! Solo queríamos que supieras con total seguridad que ya eres de los nuestros, lo siento… -rio Taki y lo abrazo una segunda vez, levantándose para besar con ternura su mejilla. –Te extrañaremos, pero sabemos que solo es temporal. Ahora el Tercer Príncipe no tiene pretexto alguno para no venir. Te secuestraremos para verte si es necesario…

-Solo tengan en cuenta a mi familia en Celes, ¿de acuerdo? No olviden que dos personitas en especial pueden quemarlos hasta los huesos… -rio Inoue y le devolvió el beso a la dulce chica.

-Entonces simple, los tomaremos a ellos también… -se levantó despreocupadamente de hombros Rio, sonriendo después y abrazando cuidadosamente a Inoue. –Por favor cuídate. Te estaremos esperando y siempre estaremos para ti, en cualquier circunstancia. Sin importar…

-Rio-kun… -gimió Inoue. El cariño más preciado al venir de un chico muy serio y callado.

-¡De verdad debes cuidarte, Kazuhiko! Los Consortes debemos unirnos o seremos aplastados totalmente por los verdaderos Príncipes… -bromeo Aarón procedido de los otros chicos. Inoue negó y los abrazo igualmente, sonriendo cuando ellos tres se reunieron con sus parejas. Las chicas solo asintiendo. Ellas no podían tocarlo tan íntimamente pues habían prometido no tocar descuidadamente a cualquiera que no fuera su Destinado. Algo muy dulce y que admiraba Inoue en ellas.

-Hokuto-chan, Remi-chan… Aun me deben una expedición larga con la tribu de las Hadas del Prado.

-Oh, claro. El unicornio le espera, Profesor- respondió Remi por su risueña hermana. –Vuelva a nosotros y será de las primeras cosas que le otorgaremos.

-De acuerdo… -Inoue se volteo y encaro al silencioso Andrew al lado de Muldor. Ambos lo miraban con pena, demasiados reservados para hacerlo sentir bien. –Andrew-kun, tú y yo un día cercano debemos hablar muy largamente antes de que yo cometa una locura… -susurro lentamente Inoue. El vampiro solo le miro extrañado, Muldor por otra parte parecía adivinar y rápidamente intervino.

-Deja de molestar a mi Protegido, Inoue. Para eso tienes a tus alumnos, ¿cierto?

Inoue apretó sus labios y asintió. Noto que los otros se ponían un poco tensos, esperando ver su reacción a que Muldor por primera vez le llamara por su nombre sin más. Ellos al parecer desde el principio supieron sobre su pensamiento sobre eso, pero Inoue, después de tantas experiencias y cariño que desarrollo por todos, solo podía amar la idea de que lo llamaran así.

-Cuídate, Minzhe. Y cuídalos a ellos por mi… -susurro Inoue abrazando al Heredero. Él rio por el uso de su segundo nombre, algo muy íntimo entre los Príncipes. Pero no dijo más y lo abrazo fuerte por varios minutos.

-Príncipe Heredero, ¿puede permitirme unos momentos con el Príncipe Consorte?- llamo el Rey divertido, al lado de ellos. Muldor gruño en voz baja en respuesta. –Los demás tenemos también derecho, hijo… -jugó el líder sonriendo.

-Y pensé que solo yo tendría ese derecho… -se quejó por lo bajo Sakurai ya listo para marchar junto con Keigo. Ellos ya se habían despedido de todos. Inoue solo tenía que hablar con el Rey y también irse.

-Majestad… -comenzó Inoue inseguro solo para parar con sorpresa siendo abrazado por el líder.

-Deja de hablar. Personalmente estoy cansado de oírte hablar cuando solo debes sentir. Espero la próxima vez en vernos eso haya cambiado aunque sea un poco. Lo espero con ansias… Y aun debo una pequeña fiesta en su honor por todo lo que paso con el Consejo, Kazuhiko-sama. Sé que la anterior no fue exactamente disfrutable para ti…

-Diez minutos… -intervino nervioso el Representante de las Oficinas de Celes que ayudaría al viaje intergaláctico. Inoue giro los ojos y se separó del Rey, mirándolo honestamente.

-Espero eso con ganas, y prometo intentar con todas mis fuerzas usar menos mi cabeza. Gracias por estos maravillosos días, mi señor. Fueron muy placenteros. Espero volver muy pronto…

-Siempre serás bienvenido, aquí… y aquí… -señalo su sien. Inoue entendiendo asintió y reverencio lentamente con su cabeza sin dejarlo de ver. Quería que su mirada demostrara todo lo que no sabía cómo decir.

-Lo sé. Gracias… padre…

-Oh, vaya. Debes irte antes de que verdaderamente te secuestremos… -sonrió Christian mortalmente feliz. Inoue rio.

-Yo no me arriesgaría a eso cuando Shinobu-kun es tan posesivo con Kazu-chan- intervino por fin Mitsu. Su sonrisa era tan tranquila y linda que Inoue se relajó solo de verlo.

-Mitsu… No es justo, ahora que yo vuelvo, tú te vas… -murmuro un poco bromeando. El escritor rio plenamente y lo abrazo fuertemente, susurrando solo para él.

-Tengo una muy especial jovencita que me recuerda a ti. Tengo que lograr mucho con ella…

-No la confiaría a nadie más que a ti… -confeso Inoue, besando su mejilla. –No los dejare de acosar. Kaoru-san, que Mitsu no cause los problema a mi nombre. Solo al Consorte se le debe otorgar ese privilegio… -bromeo abrazando al sonriente editor.

-Me encargare de eso, Kazuhiko-san. Cuídese. Nos vemos en Celes pronto…

-Eso debe incluirte, querida… -sonrió Inoue a la tímida y apartada elfina. Ella se sobresaltó y se sonrojo por todo su rostro y orejas cuando Inoue la vio. Tal vez pensó que pasaría desapercibida al otro lado de la estancia. No fue así.

-Príncipe… -susurro ella abochornada.

-Ka-zu-hi-ko… Dioses, veo una gran batalla contigo en el futuro, pero lo lograre, créeme…

-Entonces… “Arne”… Solo ustedes lograrían quitarle… el mal empleo a mi verdadero nombre… -logro decir con complicación. Inoue trago y asintió, tomando con cuidado su pequeña mano para llamar su atención.

-Arne-chan… Siempre estaré para ti, por favor nunca lo olvides. Ahora eres Protegida mía y de Daisuke. Te cuidaremos como una hija. Cuando vengas a Celes vivirás con nosotros. Tienes una vida ahí si lo deseas. Vive todo lo que desees ahora.

-Solo deseo encontrarla… a mi Alma Gemela… -confió ella levantando su mirada a través de su fleco. Inoue asintió y le sonrió con cariño verdadero.

-Lo sé, pequeña. Es por eso que te conviene ser nuestra chica- guiño jugando, sintiéndose muy feliz cuando ella rio. –Esfuérzate con Mitsu-chan y lo demás será mucho más fácil. Esa persona te está esperando. Y más le vale luchar mucho por ti o de alguna manera merecerte, porque si no, no te dejare libre, pequeña Arne…

-Prin… Kazuhiko-san… -sonrió ella avergonzada, avanzando y tomando con mayor propiedad su mano. Su hermosa mirada cambio y su expresión ahora fue de completa seriedad. –Debe saberlo… Desde hoy y por el resto de la eternidad, estaré profundamente agradecida. Siempre a sus servicios, siendo leal. Cualquiera sea lo que desee, velare por cumplirlo si esta en mis manos. Mi entera dedicación esta a su lado, Príncipe Consorte Kazuhiko…

-No… yo no te veo así, Arne… -negó Inoue y en un acto de locura la abrazo. –Te tomo en cuenta como una hermosa chica, una amiga, alguien muy especial. No como una deudora. Así que lo siento, no puedo corresponderte, no así…

-¡Kazuhiko-san!- gimió la elfina y comenzó a sollozar. Inoue acaricio con cuidado su cabello y la reconforto lo mejor que pudo sin dejarse derrumbar también. –Mis sueños tenían razón. Usted cuidaría de mí y mi Alma Gemela… Nuestros lazos solo se unirán más próximamente, y lo espero con ansiedad. No sé que pasara en el futuro, pero sí que mis sentimientos por usted nunca cambiaran. Para mí, usted también es muy especial, un amigo…

-Lo siento, pero solo quedan dos minutos… -intervino preocupado el Representante. Inoue lo fulmino desde su posición. ¡Ojala el maldito gobierno de Celes les permitiera aparecer a voluntad sin tanta complicación!

Selenita se separó de él y le sonrió. Su dulce mirada le tranquilizo sobre el destino de ella.

Un suspiro lo abandono cuando se reunió con su compañero y permitió que lo abrazara. Él beso la cima de su cabello y miro junto con Inoue a la pequeña elfina rodeada por el protector Mitsu y su esposo.

-¿Esto esta bien? ¿Qué Mitsu-san permanezca por tanto tiempo en Azelleb?- le pregunto en voz baja Sakurai.

-Sí... -Inoue vio a Mitsu bromear con su compañero y dejo que su preocupación se escapara de él con una exhalación. -Mitsu necesita la distracción. En realidad no ha pasado mucho desde lo de su bebé, y aunque esta acudiendo a terapia junto con Kaoru-san, sé que aun no se ha recuperado del todo. Ser tutor de ella le ayudara. Confió en eso, en que ambos se apoyaran de alguna vital manera...

Keigo termino de abrazar a su padre que susurro algo en su oído y le beso su frente. El Príncipe lucia igual de feliz que el Rey y casi parecía saltar al reunirse con ellos. Él incluso tomo cariñosamente la mano libre de Inoue y le sonrió, preparado para esa nueva etapa ahora en Celes y Claridad.

De nueva cuenta una tormenta de colores los rodeo al irse del mundo, Inoue quedándose con la linda y amplia sonrisa del Rey antes de que el nuevo paisaje se formara. Ahora veía la mirada inquieta de Johnny antes de que esta cambiara a felicidad pura al verlo aparecer.

-¡Nii-san, bienvenido!

-¡Bienvenido a casa!- exclamaron los demás con sonrisas parecidas. Inoue solo sonrió y acepto el abrazo grupal.

-Estoy en casa… por fin.

 

 

-De acuerdo, esta bien. Estoy dispuesto a compartir la custodia de Inoue solo si ustedes no olvidan, por favor, que él es ahora mi esposo y tiene que pasar tiempo conmigo.

-Yo digo que deberíamos decidir el horario de acuerdo a quien lo ha conocido más tiempo… -mascullo maliciosamente Shinobu, viendo de reojo la pacifica expresión de Sakurai.

-¡Genial! Risako y yo tendremos por mucho tiempo a Inoue para nosotros mismos… -se burló Miyagi. El Chaton erizo su larga colita y miro toscamente a su compañero. Inoue solo disfrutaba del espectáculo, cómodamente sentado al lado de Risako y haciendo mimos en su crecida pancita.

Era divertido como el infierno ver a su familia pelear por él.

El tema del tiempo y las reuniones nunca fue un problema ese par de años cuando las cosas se arreglaron y se hicieron a la idea de que ahora estaban juntos y se querían. Ellos se las arreglaban para verse entre trabajos, escuela, planes entre las parejas establecidas y Sumi y Johnny viviendo en otro mundo. Ahora todo parecía complicarse con Sakurai queriendo mucho del tiempo libre de Inoue.

Él se reía internamente del juego de su pareja. El vampiro no mencionaba nada sobre el trabajo y arreglos que aun debía en Claridad, el hecho de que en realidad Sakurai no gozaba de un horario establecido de trabajo como Inoue, ni siquiera que ellos aun no decidían donde vivir y bajo que términos. El hombre solo estaba haciendo la vida difícil a los otros, haciéndoles ver que pelearía por estar con Inoue y no dejarse influir por nada que dijeran ellos.

¡Era tan entretenido la pelea mental de Miyagi, Shinobu y Sakurai!

No era tan feliz en realidad con algunas de las cosas, siendo sincero consigo mismo. Ahora enlazados, la necesidad y atracción entre ambos empeoraría. Sería un par de semanas frustrantes para ambos, pero ahora, recién llegados de Azelleb, con todo lo concerniente a Keigo moderadamente arreglado, y con la certeza de Inoue y Sakurai regresando a sus respectivos trabajos al día siguiente, ellos estaban tomando toda la diversión posible en calma.

Inoue amaba a su familia por percibir eso y no darles en realidad una dura batalla.

La tarde paso tranquilamente. Sakurai y él contaron historias resumidas de su viaje, los chicos en Celes le pusieron al corriente sobre cosas banales y al final todos se conocieron mejor, sin nunca dejar de molestar al paciente vampiro que permaneció sonriendo y divertido, nunca alejándose de Inoue.

Él estaba en el cielo, en casa con sus seres queridos y a lo que conocía de años sin ninguna regla, etiqueta ni presunción. Solo amigos que lo querían y no pedían mucho. Si añadido tenía a su compañero…

El brazalete de Johnny sonó y miro a su pareja, que suspiro y negó. Inoue los miro curiosos.

-¿Estás seguro de esto, mi niño? Puedo cancelar mi reunión con Akihiko… -susurro Sumi viendo al nervioso Chaton que bajo sus orejas puntiagudas en la cima de su cabeza.

-¿Qué pasa?- intervino Shinobu viendo a su amigo negar.

-Apareciendo en Moonless, Johnny tiene una reunión con algunos profesores para una plática de su futuro universitario. Él debe ir a la estación, una diferente a la que siempre tomamos en Celes. Yo tengo una cita con Isaka-san y Akihiko. No puedo acompañarlo…

-Podemos nosotros… -comenzó Shinobu para parar cuando Johnny negó.

-Es en el sector uno. Me pueden acompañar ahí, pero en la estación no aceptan a cualquiera. No los dejarían pasar…

-¿Qué estación?- pregunto Sakurai inclinándose al frente. Inoue cruzo los dedos esperando la contestación de Johnny. No quería al Chaton solo por las calles de Celes. Nadie olvidaba el altercado que llevo a la pareja a irse del mundo hace tiempo.

-Esta cerca del centro del sector uno. Es de Destinos Especializados… -contesto inseguro el chico.

-¡Genial!- sonrió Sakurai y se levantó al igual que Inoue. –Yo debo ir a Claridad. Aun tengo muchos pendientes. Te puedo acompañar, aunque temo nuestros destinos serán diferentes.

Johnny dudo un poco, aparentemente sin saber cómo reaccionaría Inoue. Sakurai malentendiendo su reticencia suspiro llevando una mano a su cadera.

-Vamos, no muerdo... –resoplo cansado.

-De hecho lo haces... -intervino Shinobu, señalando su boca donde sus colmillos se ocultaban.

-Teóricamente no lo hace. Chuparía... -expuso seria Risako, haciendo un movimiento extraño de succión con su mano.

-Pero para sacar la sangre muerde- devolvió Shinobu igual de serio. Los demás dieron risitas mientras Sakurai giraba los ojos y hacia una seña al Chaton más tranquilo para que se adelantara. Inoue permaneció con una sonrisa pacifica, aliviado de que su familia se relajara ya tanto alrededor de su pareja destinada como para bromear así.

-Entonces… -susurro cuando Sakurai se volteo hacia él y lo rodeo por su cintura, viéndolo intensamente.

-Entonces… acompañare a Johnny-kun, arreglo todo lo del trabajo, establezco a Tristán en mi casa de Claridad y regreso a ti, chéri… -susurro, besándolo muy suavemente. Inoue ignoro los silbidos y risitas de su familia y se enfocó en el coqueto vampiro.

-¿Cuándo? Mañana ya vuelvo a ser un respetable profesor que no planea decir que ahora es un Príncipe Vampiro, o lo que sea. Aun debemos ser cuidadosos, Dai… -recordó, perdiendo algo de su actitud traviesa. Sakurai negó viéndolo.

-Lo sé, amor. Prometo serlo hasta que arreglemos todo. Iré a visitar a tu Rector antes de verte.

-¿Sin mí?- jadeo Inoue confundido.

-Tengo mis métodos para aligerar las cosas. Para que no le de demasiada importancia…

-Oh, claro. Usaras tus poderes mentales de vampiro con él… -bromeo Inoue aparentemente serio. Sakurai sonrió.

-Solo un poco de hipnosis. De la misma que use para obligarte a ser mi Consorte…

-Oh, dioses, no. Con tu maldita perseverancia lograrías conquistar todo el jodido universo… -gimió Inoue realmente preocupado. Su Destinado rio y lo beso apasionadamente, dejándolo sin respiración, sonrojado y excitado en medio de la sala con toda su familia aun reunida y viéndolos de reojo.

-Solo planeo conquistarte a ti, Kypher od mi Sjol. No te preocupes.

-Dai… -sonrió Inoue apenado. Permitiéndose dejarse llevar por sus emociones devolvió al abrazo y sonrió escondiéndose en el cuello de su complacido compañero. –Sabes que ahora esto será más difícil de manejar… Por favor, no tardes… Te estaré esperando.

 

 

Inoue suspiro escuchando el timbre anunciar el final de su clase. Algunos alumnos lo siguieron en su suspiro, otros se relajaran en sus lugares, y algunos pocos, los más entregados en sus estudios y que amaban la literatura, exclamaron en voz baja su decepción.

Era simplemente fascinante conocer a una nueva generación de entusiastas jóvenes que lo habían elegido y luchado por una plaza con Inoue. Aunque nunca faltaba quien no daba el cien y estaba por debajo del promedio, él estaba feliz de notar que pasaría un buen ciclo escolar enseñando, guiando y pasando lindos momentos con ellos.

Verlos ese primer día, conocerlos y reencontrarse con otros, para lo que a Inoue fue mucho tiempo, le recordó el motivo por el cual se enamoró de la enseñanza y término siendo tan fiel a su asignatura.

-Bueno, chicos, no piensen equivocado y crean que tienen las cosas aseguradas pretendiendo en los primeros días, así que esfuércense verdaderamente durante todo el año y verán los resultados. Yo los espero dentro de dos días. Si tienen cualquier duda, me encontraran en mi oficina. Es todo, pueden retirarse.

-Gracias profesor…

-Tenga buena tarde, profesor Kazuhiko…

-Mentor…

-Cuídense, chicos… -sonrió Inoue despidiéndolos a cada uno. Tenía dos clases seguidas, así que se sentó detrás del escritorio y se relajó esperando a sus otros estudiantes.

Con tiempo libre y su mente a la deriva, Inoue cerró los ojos y siguió el enlace mental con su vampiro. Encontró que él estaba en algo muy tedioso, podía sentir su aburrimiento, exasperación y cansancio. Era divertido sentir eso, sabiendo que expresión tendría él y su profesionalismo al tratar con ello.

¡Dioses, Inoue extrañaba al estirado empresario!

Sakurai tenía “años” de trabajo acumulado en Claridad. No lo envidiaba, entre deberes, reuniones y tratar con personas, enseñando a Keigo el negocio. Para Inoue no había pasado un día completo, pero para Sakurai ya eran tres días… ¿Cómo podía soportarlo? ¡Inoue se estaba volviendo loco con esas pocas horas!

Después de todo ese tiempo juntos, de todo lo que vivieron acostumbrándose a la presencia del otro, Inoue sentía una tortura la separación. Con la atracción y necesidad que los vampiros compartían con sus parejas, la cosa no estaba resultando bien para Inoue. Se sentía ansioso, desesperado, tratando mucho el enfocarse en su trabajo sin estar pensando constantemente en él.

Se sentía como uno de sus alumnos en plena adolescencia, tonteando con un noviecillo…

-¿Profesor? ¿Se encuentra bien? Ya empezó la clase…

-¿Eh? Ah, sí… Lo siento. Buenos días, jóvenes. Mi nombre es Kazuhiko Sakurai Inoue, y seré su profesor este año. Bienvenidos…

 

 

-Debo admitir que me gusta esto. Trabajar tranquilamente sin que un bendito obsequio este en la oficina y no sepa quién demonios lo envía…

Inoue miro con los ojos entrecerrados al risueño Miyagi e hizo un gesto despectivo con su mano. Él se enorgulleció de que su voz y posición detrás de su escritorio fuera despreocupado y creído.

-Y yo tengo que admitir que me gusta ser el profesor, hacer mi trabajo, y que cierto Chaton no esté aquí coqueteando contigo y distrayéndote…

Miyagi solo sonrío de lado y continuo con el escrito que redactaba. Eso llamo la atención de Inoue. Miyagi normalmente diría algo más, pero simplemente parecía dejarlo pasar… o disfrutar bromear así con Inoue. El pensamiento lo hizo sonreír y sentirse todo cálido.

Solo había sido necesario de que se fuera unos meses y su familia lo extrañara, para que él recibiera tanto amor. De haberlo sabido antes…

Inoue rio consigo mismo y termino su trabajo. Sus clases habían acabado por el día, solo debía llenar papeleo al igual que Miyagi, el cual sí tenia aun clases. Ambos actuaban y trabajaban como si nada hubiese ocurrido, e Inoue tuvo una visión de años atrás, antes incluso de que Shinobu apareciera en sus vidas y todo comenzara a moverse.

¿Cómo es que las cosas habían tomado ese rumbo sin que ninguno lo notara?

Honestamente Inoue le había dicho eso a Keigo el otro día. En el momento de tomar la decisión de irse a Celes desde Imi-nashi, ellos no pensaron mucho, solo lo hicieron. Ellos no pudieron saber que todo eso sucedería, y a más de diez años, una tarde ambos estarían como si nada, tranquilos y a gusto llenando formas sobre sus alumnos y sus futuras clases en aburrida literatura universal.

Pensando sobre eso, Inoue miro a través del ventanal hacia el cielo violeta. Un suspiro lo abandono y se meció un poco en su silla, feliz por la ruta donde sus decisiones lo llevaron y que el Destino le diera una nueva oportunidad, siendo feliz, correspondido y acompañado por personas muy importantes para él.

-Me voy a mi próxima clase. Por favor encárgate del papeleo antes de irte… -susurro Miyagi distraídamente, preparándose para irse.

-Claro, no te preocupes. Que te vaya bien…

-Sí… -Miyagi termino de meter todo en su maletín y le vio con seriedad, paralizándolo en su lugar. –También… me alegro de que volvieras. Ya nada era igual sin ti.

-Miyagi…

-Shinobu prepara algo y Risako vendrá, así que no te vayas solo a casa. Nos vemos más tarde… -desestimo lentamente el profesor sin verlo, retirándose y todo el tiempo moviendo su mano. Inoue lo conocía mejor y sabía que usaba aquello como una fachada para no mostrar lo muy avergonzado que estaba por abrirle así su corazón.

¡Había olvidado que su mejor amigo podía actuar así y otorgarle tan lindos sentimientos!

-No lo hare. Suerte con tu clase…

Miyagi asintió e Inoue rio en voz baja. Esperaba que alguno de los alumnos notara el suave sonrojo del hombre y lo molestara en su lugar. Extrañaba hacer eso con él.

Termino su trabajo más pronto de lo que esperaba. Miyagi aun no regresaba de su clase, así que decidió arreglar un poco la oficina, cosa que ninguno de los dos hacia, solo cuando querían hacer cualquier cosa, aburridos, o tenían algo en la cabeza y querían alejarla. Para Inoue era evidente en el futuro que terminaría poniendo en orden toda la oficina si no conseguía mantener alejado por unos momentos a Sakurai de su mente.

Tan concentrado en los apasionados y oscuros ojos rojo y la seductora voz en sus recuerdos que le llevo sus buenos momentos en darse cuenta que tocaban con fuerza la puerta.

-¡Miyagi-san! ¡Si es usted, que sepa que con ignorarme no me iré!

-¿Dai?- gimió Inoue abriendo la puerta, dando un paso atrás cuando Sakurai trastabillo al querer golpear de nuevo la puerta evitado por Inoue. Él sonrió y pasó en la oficina sin palabra. -¿Qué…? ¿Qué haces aquí?- pregunto Inoue nerviosamente, sin ser consiente, acomodando su largo y suelto cabello y su camisa de vestir. Se sentía muy anticuado al lado del guapo y arreglado hombre de negocios.

-¡No suenes tan asombrado! Te dije que volvería a ti, mon ame… -susurro Sakurai abrazándolo. Inoue gimió y devolvió fuertemente el gesto, derritiéndose, irónicamente hasta ese momento sintiéndose en casa.

-C-claro que te esperaba… es solo que… ¡No hoy! No ahora… ¿Acabaste tu trabajo?- Inoue rio cuando Sakurai le miro con cara cansada y burlona.

-¿Es eso de lo que quieres hablar ahora, chéri? ¿Después de días de no vernos? Yo esperaba un gran beso y quizá sexo en tu oficina…

-Baja el ritmo, Príncipe… -susurro Inoue traviesamente, pasando las palmas de sus manos por el pecho de su vampiro. –Nada de sexo aquí, y para mí solo fueron un par de horas… -mintió quitándole importancia, rezando porque el hombre no indagara en su mente y su mucha desesperación por estar cerca de él.

-Afortunado… -soltó en voz baja Sakurai, robándole un beso y volviéndolo a rodear por su cintura. Sus pulgares trazaban deliciosos círculos encima de su camisa que lo hacían estremecer. –Yo no he podido dejar de pensar en ti todo este tiempo. Solo debo recordar dar algún merito futuro a mi asistente. Ha estado soportando mucho de mi parte, con mis ansias de volver cuanto antes.

-¿Aja?- solo logro pronunciar Inoue, completamente sumergido en lo que le hacía. Era muy probable fuera el plan del tramposo vampiro, pues no dijo nada y solo sonrió complacido, guiándolo hasta apoyarlo en su escritorio.

-Oh, sí. No creo haber estado tanto tiempo separado de mi otra mitad en mucho tiempo. Estaba volviéndome loco. Lo único en mi mente era volver a verte, sentirte… oler tu delicioso aroma… -gimió muy cerca de su oído, provocando el mismo sonido en Inoue que se encogió excitado.

-D-Dai… para… -susurro muy poco convencido, extendiendo su cuello para recibir más de esos pequeños y húmedos besos ahí. Era adicto ya a ser seducido en esa parte específica de su cuerpo.

-Por cierto, amor, te quería preguntar algo…

-¿Mmm? ¿Qué?- jadeo Inoue sorprendido de que lo mencionara ahora.

-¿Existe algún tipo de protección aquí? Quise solo aparecer directamente a donde estabas, pero me encontré materializándome directamente enfrente de la puerta. Por mucho que me concentre, no pude entrar. ¿Por qué?

-Ah, eso… -desestimo Inoue con una sonrisa divertida. –Son los conjuros cuando nos estaban cazando a Miyagi y a mí. Había olvidado que estaban. Nadie puede entrar bajo ningún medio, a no ser que Miyagi, Shinobu o yo les demos pase por la puerta. Puedes considerarlo como tu impedimento para entrar a la casa de alguien a menos que te den permiso verbal el dueño del lugar. La universidad ya tenía algo similar, solo que yo lo mejore. ¿Te molesta?

-Estoy impresionado que llegaras a tener tanta habilidad como para dejarme afuera… -rio Sakurai divertido, otorgándole un dulce beso en la punta de su nariz. –No los quites, chéri. Ahora siendo miembro oficial de la realeza, siempre existe la posibilidad de que deseen hacerte daño. No bajes la guardia, por favor…

-Cierto… -Inoue se separó de él y se mordió el labio preocupado. –Tengo que recordarles lo mismo a los chicos. No es secreto que los aprecio. No me gustaría que intentaran algo a través de ellos. Tenemos que tener cuidado…

-No te preocupes por eso. Mis abogados ya están arreglando varias cosas con el gobierno de Celes y los Planetas Amigos. Ellos gozaran de la misma protección que mi familia… Aunque hablando seriamente, ellos por extensión también son mi familia, y nadie toca a nadie que me importe, o te importe, Inoue.

-Dai… -sonrió Inoue feliz.

-Ellos son importantes para ti, lo sé. Lo serán para mí también, solo necesitamos conocernos más… -guiño Dai y lo volvió a besar. –Son buenas personas, incluso si intentan robarte solo para ellos…

-Oh, dioses. ¡No vas a empezar con lo mismo!- exclamo Inoue fingiendo irritación, lo cierto es que seguía divertido.

-Ellos empezaron. Miyagi y Shinobu-kun… -se quejó infantilmente Sakurai. Inoue evito derretirse ante el escaso gesto y solo sonrió, volteándose a su escritorio para no tentarse más con su presencia.

Inoue se estremeció excitado cuando Sakurai simplemente llego atrás de él. Su cercanía y la íntima caricia que hacía con la punta de su nariz en su sensible cuello lo prendieron inevitablemente. Él con medidos y lentos movimientos apartaba su cabello a un lado y dejaba que su cálido aliento chocara con su piel.

Cerrando los ojos Inoue sintió las expertas manos recorrer con mucha suavidad el contorno de su cuerpo, sin casi tocar, solo provocándolo. Sakurai al fin se decidió y lamio eróticamente su marca al beber de él. Inoue gimió antes de abrir bruscamente los ojos alarmado.

-¡E-espera! ¡¡No podemos!! Estamos en la escuela... -jadeo asustado, pero Sakurai no lo dejo moverse tomando su cintura, susurrando ronco en su oído.

-Dijiste que nadie puede entrar sin tu conocimiento.

-¡Pe-pero Miyagi o Shinobu...!

-No te preocupes... -interrumpió Sakurai ya divertido, restregando con lentitud su erección en su trasero. -Seré rápido... -prometió, llevando una de sus manos a la propia excitación de Inoue.

El profesor por un momento se reprochó mentalmente, recordando la lógica y ética, pero rápidamente los pensamientos se fueron al demonio, su pasión llenándolo y consumiéndolo siempre en compañía de Sakurai. Sin pensar, entregándose, Inoue se giró y devoro los seductores labios, llevando ambas manos a la sedosa cabellera negra, enterrando sus dedos mientras seguía el sensual beso.

Sakurai olvidando el lugar simplemente empujo suave a Inoue hasta que lo tuvo sentado encima de su escritorio, rápidamente metiéndose entre las piernas abiertas de su profesor.

Las manos de Inoue en su cabello lo hacían dueño del ritmo del beso. Su diestra y descarada lengua, su habilidad innata junto con el conocimiento de que solo era Sakurai quien conseguía eso de él, todo se juntaba al besarlo y recorrerlo, dando rienda suelta a todo el deseo y anhelo que sentía por ese hombre que mantenía a salvo entre sus brazos. Un chico que amaba, poseía y solo le pertenecía a él por el resto de su vida.

Sakurai no podía entender aun como tuvo semejante suerte, solo sabía que tenía que tomar a Inoue, asegurarse que todo era verdad y tenia en plenitud a ese valioso ser. Que por fin tenía al único para él y que un futuro a su lado estaba asegurado, por el mismo hombre que amaba.

Lo beso y acaricio lo mejor que pudo inundado en lujuria. Sus manos solo tocaban sedosa y fresca piel, logrando de alguna desconocida manera deshacerlo de su ropa sin romperla. Solo quería abarcar más, tocar todo lo que pudiera, hacerlo disfrutar y estremecer más de lo que ya lo hacía. Quería hacerlo perderse, que solo pensara en él tanto como Sakurai lo había hecho en esos tortuosos días.

Sin ver que estaba en el escritorio lo acostó ahí, dejando que Inoue luciera como un muy erótico, sonrojado y agitado ángel caído. Su muy abundante cabello estaba desparramado, un poco de saliva caía de su boca entre abierta, su pecho descubierto y sus pantalones desabrochados pero aun estorbando en su cuerpo.

Sakurai solo pudo tragar con dificultad, era eso o perder el control sin saber que más hacer.

-¿Dai? ¿Te quedaras todo el día ahí? Miyagi vendrá en cualquier momento… -rio Inoue nerviosamente, reincorporándose en sus codos para acercarse y lamer sus labios. -¿A dónde te fuiste, Mon amour?

-Solo pensaba en lo afortunado que era de tener a alguien como tú siendo mi complemento. Me haces muy feliz, ¿lo sabes, Inoue? Muy, muy feliz… -Sakurai le beso y después rio un poco por la aturdida y escéptica mirada azul que le otorgaba su compañero sin saberlo.

-Estas tan loco… -susurro él sonrojado y desviando su mirada.

-Eso es también tu culpa. ¿Cómo puedo castigarte ahora?- se lamentó, cargándolo del escritorio para después, sin aviso o palabra, volteándolo bruscamente, de modo que estuviera inclinado en el escritorio, sometido y tan seductor, dejando que Sakurai hiciera lo que quisiera. –Tal vez te amé hasta derretirte. ¿Te gustaría eso, chéri? Hacerte el amor tan apasionadamente que no recuerdes ni siquiera tu nombre…

-Dioses, amo cuando me hablas sucio… -gimió Inoue retorciéndose debajo de él. Sakurai sonrió sin que lo viera y se restregó por toda su espalda y trasero, dejando su esencia en su cuerpo y demostrándole al mismo tiempo cuanto lo afectaba.

-Aun no respondes, amor. Dímelo y te complaceré…

-Hazlo, Dai. ¡Hazlo!… Por favor… Te he extrañado mucho… -sollozo Inoue alzándose solo lo necesario para levantar un brazo y atraerlo para otro de esos besos apasionados y únicos que daba.

-Eso era lo que quería escuchar, chéri… -le susurro y tomo sus pantalones, recordándose justo a tiempo que Inoue aun los necesitaba para salir de la universidad y nadie sospechara lo que inmoralmente hacían en la oficina. Aunque en el futuro lo convencería de tener un remplazo; eso de tomarse su tiempo en bajarlos y quitarlos era exasperante.

Su recompensa vino en blanca y dulce piel, ambos de los globos de carne tentándolo lo suficiente para dejarse caer de rodillas atrás de él y separarlos, besando, lamiendo y enloqueciendo a su pareja en tan íntima parte. Lo dilataba al mismo tiempo que lo masturbaba. Quería escucharlo gritar aun sabiendo que podrían ser descubiertos, pero Inoue se encargó de hacer caso a la parte lógica que Sakurai ignoraba al taparse su boca con ambas manos.

Aun podía sentirlo estremecerse y oír sus gemidos ahogados. Sus piernas temblaban y Sakurai se enorgullecía de saber que si Inoue no estuviera apoyado en el escritorio, habría caído al suelo. Le gustaba saber que le otorgaba tanto placer y dicha con pequeños gestos combinados hasta enloquecerlo.

Y Sakurai mismo era seducirlo sin saberlo por su Pareja Destinada.

Dejando el juego por su necesidad, Sakurai simplemente bajo su cierre y lo embistió con crueldad. Aparto por un momento la dulzura y lentitud, ahora solo necesitaba marcarlo, saborearlo y complacerlos a ambos antes de que sus caminos por el momento volvieran a separarse.

Sin tregua empujo y jalo, jadeando fuertemente, apretando sus caderas, hechizado por la sucia imagen del lugar donde se unían. De vez en cuando pasaba su mano por la sudada espalda, apartando el cabello de su Inoue que ya decía incoherencias mordiendo su mano. Quería tomar esa mano junto con la otra y sostenerlas en su espalda, amordazarlo, hacerlo gritar y beber su sangre, pero sabía que eso era demasiado. Inoue no era callado y ambos no eran tímidos en el sexo. Tenían que ser discretos en ese lugar.

Se desquito aumentando el ritmo y empujándolo con fuerza en el escritorio. Podía sentir el final precipitándose con tal rapidez que lo mareaba. Quería a Inoue ahí mismo antes que él, así que bajo su mano solo para encontrar aquello húmedo y recuperándose. Tan perdido en su placer y en los gestos que alcanzaba a notar de su pareja que no noto que él ya había terminado y se aproximaba nuevamente.

-Inoue… demonios… -gimió excitado, poniendo una mano al lado de su cabeza. Sakurai se inclinó y beso su hombro, embistiendo las pocas veces, moviendo su mano más rápido, concentrándose en la punta que cubría con su puño. –Vamos, chéri… Termina por mi… ¡Vamos!

-¡Mmm!- solo gimió Inoue agudamente antes de terminar, estrechando su interior permitiendo que Sakurai lo alcanzara, viendo estrellas, mareado y satisfecho. Como siempre que se trataba de su Alma Gemela.

Se permitió descansar un poco en su nuca. Sabía que debía apresurarse y arreglarlos, pero simplemente no podía renunciar a esos momentos en que disfrutaban juntos, ya sin la lujuria de por medio. Se conformó con sentir a Inoue restregar su mejilla en el brazo que apoyaba para no caer encima de él. Le encantaba cuando hacia esos pequeños gestos descuidados. Eran sus momentos favoritos en que Inoue bajaba la guardia.

Sakurai sonreía feliz y satisfecho diez minutos después al irse ya arreglado y tranquilo. Ahora podía enfrentar otro día completo en Claridad fingiendo ser el jefe pulcro y profesional. Tenía una razón de mucho peso para tratar con eso. Su amante que amaba lo esperaba para otro desplante en su oficina o donde lo encontrara…

 

 

-¿Así que Kanou-san fue hasta allá para conseguirle un guardaespaldas a Ayase-san?- rio Inoue a carcajadas. Gaby, con el que hablaba por su brazalete, también rio asintiendo desesperadamente.

-¡¿Verdad que es exagerado?! Vamos, que entiendo que es muy importante la seguridad para Nii-san, pero esto… -el Chaton no pudo continuar por su risa, contagiando a Inoue y provocando más ataques histéricos que duraron en acabar por parte de ambos.

-Creo que… le presentare algunos soldados a Kanou-san. Por el bien de Ayase-san… -negó Inoue recuperándose.

-Por favor, hágalo, profesor. Temo lo que él puede hacer ahora. Antes creía que Nii-san bromeaba sobre que puede solo contratar a cualquiera que lo impresione a primera vista… -Gaby rio antes de que un chillido se escuchara, seguido de una voz ronca y alegre.

-¡Ángel, hemos llegado! ¿Dónde estás?

-¡En la habitación, ahora voy!- respondió Gaby volteando a la puerta. Inoue sonrió viendo la alegría del chico sabiendo que su esposo e hijo habían llegado. –Profesor… -comenzó Gaby viéndolo ahora a él. Inoue levanto una mano.

-Ve y salúdalos de mi parte. Espero pronto reunirnos, Gaby-chan… -sonrió viéndolo menear suavemente su larga colita rubia de Chaton.

-Oh, claro, Profesor. Aun me debe una gran plática con detalles de Azelleb. ¡Es de los pocos mundos que no conozco!

-Eso cambiara si de mí depende. Ahora ve y dale mimos a Hide-kun. Nos vemos luego…

Gaby y él cerraron la comunicación. Inoue vio el parque en donde estaba y suspiro encontrándose solo, aburrido y extrañando al tonto hombre que tenia por compañero predestinado.

Una serie de juntas ejecutivas tenían a Sakurai alejado por más de dos días. Él se había estado comunicando a través de video-llamada, pero no era lo mismo ni de cerca. Inoue lo necesitaba a su lado, poderlo tocar, sentirlo y deshacerse de esa molesta añoranza e inquietud. De la impetuosa necesidad porque bebiera de su sangre…

Incomodo de tener semejantes deseos descarados en un lugar público con algunos niños, Inoue desvió la mirada frotando su marca permanente en su cuello. Ella picaba y se sentía caliente desde que Sakurai estaba lejos.

Hasta ese momento de ansiedad, Inoue noto cuan indispensable y necesario era Sakurai ahora para él. No importaba con que amigos hablara o se reuniera, cuanto trabajo aceptara y terminara, a que lugar fuera, el vampiro estaba ahí, en su mente, en sus deseos. No podía alejarlo y solo parecía que su necesidad de él aumentaba cada vez más.

¿Qué le había hecho el maldito hombre en ese tiempo juntos en Azelleb?

-¡Kazuhiko Inoue! ¡Madre del señor, cuanto tiempo!- alguien exclamo muy cerca de él, sobresaltándolo. Dio un bote más en su lugar al identificar al sonriente y apuesto hombre enfrente de él.

-Ryuichi…

Hashimoto Ryuichi no había cambiado en lo absoluto desde la última vez que lo había visto, dos semanas aproximadamente después del juicio por los Chaton. Él le había pedido una última oportunidad para tener algo formal juntos, y sin resentimiento desapareció cuando Inoue sin dudarlo lo rechazo.

Le sorprendió mucho ver a su ex amante hasta ahora. Él era algo como un primo lejano de Sumi, y aun así no escucho prácticamente nada de él, solo unas pocas referencias de Misaki quien agradecía la ayuda del hombre al prestarles a Manami y Takahiro su departamento con seguridad infinita para que se ocultaran, en ese tiempo en que la pareja ahora casada y con hijo eran perseguidos.

¡Y ahora aparecía sin más Ryuichi!

Inoue se removió incomodo. El hombre sin ver, o ignorando las señales como siempre, solo se sentó a su lado en la banca del parque y le miro con una amplia y bella sonrisa, recorriéndolo de cuerpo completo con amabilidad, ni un poco de la tristeza ni lujuria del pasado, eso alivio un poco a Inoue.

-No has cambiado para nada. Quiero decir, no lo esperaba, eres inmortal y todo eso, pero… Físicamente, nada es diferente. Viéndote suspirar desde lejos, espere algo más…

-¿Qué es lo que quieres decir?- cuestiono molesto. Ryuichi mostro ambas de sus palmas y rio divertido.

-¡No me mal interpretes! Es solo que te había visto desde ahí hace rato. Lucias triste e incómodo. Nunca pensé verte de esa manera, Kazuhiko…

Inoue giro los ojos y vio hacia donde Ryuichi le había señalado solo para no verlo. Lo que encontró lo congelo.

-¿Te casaste?- susurro, viendo donde señalo a un joven hombre arrullando a una bebé niña, por la manta rosa.

-Sí… -murmuro abochornado pero con una pequeña sonrisa. –Acabamos de ser padres. Ariel nos ha estado dando problemas. Nos cuesta acostarla, pero al pasearla se calma…

-Y seguro que no pensaste que me encontrarías aquí… -rio Inoue incomodo, viendo de reojo al esposo del joven. -¿Seguro que esto esta bien? ¿No deberías estar con tu familia?

-No, él sabe sobre ti y mi pasado. No le importa… ¿Y tú? ¿Cómo han ido las cosas, Kazuhiko? No he sabido de ti desde hace mucho. Puedo decir que, gracias a Dios, las cosas te han sucedido bien. Me alegro por ti, honestamente- sonrió dulcemente el chico. Inoue ladeo su cabeza viéndolo.

-¿Cómo sabes que me han pasado cosas buenas si no me has visto?

-Eres bastante expresivo en tu mirada… -desestimo alzándose de hombros. –Y por lo que vi, te ves feliz… Un poco triste, como si extrañaras a alguien. Supongo la persona que amas…

-¿Qué amo?- gimió Inoue en voz baja. ¿Él? ¿Amaba a Sakurai? ¿En serio?

-Tienes esa mirada- rio Ryuichi empujándolo un poco con su hombro. –Todos la tenemos cuando pensamos en esa persona especial. ¡Y más si la extrañamos! No sé cuál sea tu situación, pero yo no puedo vivir sin Jacob por pocas horas sin poner esa mirada de tristeza. Es una putada tratar de pasar el día sin él…

-Y-yo no… -tartamudeo Inoue completamente desesperado y aturdido. No podía entender para nada lo que el sujeto trataba de decirle. ¡Claro que extrañaba y deseaba a Sakurai, pero eso era solo porque era un vampiro y ambos eran afectados sobrenaturalmente así! ¡¡Solo eso!!

…Solo podía ser eso, ¿cierto?

Ryuichi lo ignoro como siempre y siguió parloteando feliz viendo en todo momento a su pareja.

-Créeme que tratar de luchar con eso no te servirá. Es la maldición que nadie te dice cuando te enamoras. Pero solo debemos lidiar con eso por el resto de nuestra vida, esperando tener suerte y pasar nuestra vejes en armonía juntos. ¿O seria tu eternidad con esa persona? ¡Quién sabe!- rio y lo miro con grandes ojos azules brillantes.

-Luces… muy feliz, Ryu… -ofreció Inoue lentamente viéndolo.

-¿Cómo no serlo cuando todo se arregló en mi vida? Ahora el mayor problema que tengo es dormir más de una hora con esa pequeña criatura tomando mucho de nuestro tiempo… -sonrió y negó. Inoue noto que veía a su esposo tratar con su hija que lloraba y se revolvía. 

-Me alegro por ti… Espero todo vaya bien… -suspiro Inoue recargándose por completo en la banca.

Realmente se alegraba por el chico. Aunque en el pasado ellos tuvieron sus encuentros y citas, Inoue había sabido desde el principio que no era el indicado. Dejando de lado todo el asunto pasado, algo dentro de él le advirtió sobre dejar libre al hombre de negocios. Ahora entendía por qué.

Admitiendo en silencio para la eternidad que Ryuichi fue el primero que se acercó tanto a él. Fue al único que admitió un poco en su corazón, al que le acepto más que sexo y paso mucho tiempo alegre y placentero a su lado. De no haber aparecido Sakurai y las cosas fueran diferentes, él se habría rendido a Ryuichi.

Viendo feliz y pleno al hombre lo hacía sentir bien por él. Era una felicidad proyectada, quizá, pero era bueno verlo sonreír y no rogar, sufrir algo que nunca pudo ser.

-Vaya, ¿y esa mirada?- rio Ryuichi dando con la atención de Inoue. -¿Qué, lamentas haberme rechazado?- jugó.

-Tonto… Continua así e iré con tu esposo. Quedas advertido… -sonrió Inoue, extendiendo su sonrisa cuando el hombre rio más fuerte y pleno.

-¡Había olvidado lo divertido que eres! Dios, espero y esa persona mantenga ese sentido del humor en ti…

-Sigues diciendo eso… -negó Inoue un poco avergonzado. -¿Cómo puedes estar tan seguro de que hay alguien? ¿No puede ser felicidad profesional o familiar? ¿Tiene que ser una aventura?

-Bueno, para empezar no has negado nada… -molesto el hombre mirándole con complicidad. –Esta tu mirada enamorada, esos suspiros… y que ya no desprendes esa aura tuya que atraía a todos para acercarse y tocarte. Era inevitable. Yo me acerque a ti por eso…

-¡¿Qué demonio?!- exclamo Inoue sin saber si Ryuichi hablaba en serio o no.

-Yo espero realmente que sea más que una aventura, Kazuhiko. Renuncie a ti hace mucho tiempo, y es cosa olvidada. Pero aun me preocupa esa barrera tuya que mantiene a todos alejados. Nunca me cansare de decir que no eres para nada frio como aparentas, solo… te cuidas del dolor. Comprensible, pero tonto…

-No podrías entenderlo… -bufo entre dientes Inoue. Toda la inseguridad que había estado experimentando alrededor de Sakurai y su enlace golpeándolo repentinamente.

-Y no pretendo hacerlo, menos ahora. Solo te puedo decir que el dolor compartido es menos. Y luego simplemente desaparece. Algún día abrirás tu corazón por completo y notaras que no pasa absolutamente nada. No te sentirás sucio, incomodo, inseguro. Solo será natural. Al igual que el sentimiento que experimentaras por esa persona…

-¿Cómo saber que me he enamorado? ¡Nunca en realidad lo he experimentado!- gimió Inoue en voz baja y desesperada. Él trataba de ignorar la parte de su vida en donde tontamente se encapricho por Miyagi. Nada parecido en lo absoluto a lo que ahora sentía y experimentaba con Sakurai.

-¡Vamos, Kazuhiko! No me pedirás ahora que te dé una lista, ¿cierto? ¡En todas las personas es diferente! Tanto puedes sentirte nervioso, pensar solo en él, avergonzarte en su presencia, entregarlo todo a él, necesitarlo, puede ser diferente o mucho mayor. ¡Solo lo sabrás!

-…Que confuso… -gruño Inoue sabiendo que hacia berrinche.

-¡Y ahí vas, queriendo encontrarle lógica a todo! Rayos, no has cambiado eso… -replico Ryuichi mirándolo mal.

-¡¿Por qué todos dicen eso?! ¿Qué tiene de malo encontrarle la razón a las cosas? ¡Todo tiene una razón, un motivo! Solo quiero que tenga algo de lógica todo esto que no entiendo… -Inoue gimió y se escondió en sus dos manos cansado. –Antes vivía a base de razones y significados, ahora solo vivo el día a día esperando lo mejor…

-¿Y tiene eso algo de malo? Dime honestamente que no eres feliz ahora…

-No soy feliz rompiéndome la cabeza buscándole razones a lo que él hace… -gruño Inoue aun con sus manos en sus ojos. Ryuichi a su lado suspiro dramáticamente.

-¡Ahí lo tienes! Si no eres feliz siendo así, ¿por qué no lo cambias? ¿Por qué seguir rompiéndote la cabeza? Si me preguntas, eso es muy tonto. Solo deberías aceptar lo que la vida te ofrece y disfrutarlo. No todos son afortunados…

-No se supone sea afortunado… -confeso Inoue, apartando sus manos y mirando el pasto del parque con neutralidad. –He sufrido mucho, y él no debería ser arrastrado. Ahora no puedo cambiar eso, y solo me queda hacer lo mejor por su bienestar. Que no sea infeliz a mi lado. Que mi maldición no lo afecte a él…

-Nee, Kazuhiko… ¿No lo has considerado? Tal vez él es la recompensa a todo lo que has pasado…

Inoue paro en todo lo que hacía y pensaba al escuchar aquello. No… no había considerado aquello. Siempre pensó en alguna manera que Sakurai era algo así como una tortura, algo hermoso y que lo hacía feliz, un castigo para atormentarlo recordándole lo que no podía ser…

Pero también estaba aquello de que eran “Destinados”. Según eso, ambos debían estar juntos, complementándose, siendo felices juntos. No creía Inoue que las cosas se pudieran retorcer tanto para hacerlo infeliz a través de él.

Ahora estaba por completo confundido. Sabía que Sakurai lo hacía feliz, que nunca podría alejarse de él, y que su sola ausencia le hacía daño. Si era la cosa de vampiros, Kypher od mi Sjol, o lo que fuera, Inoue ya no podía considerar vivir sin su presencia. Estaba tan metido, tan a gusto, tan… tan enamorado de Sakurai…

-¿Cómo demonios sucedió esto?- sollozo Inoue desamparado. -¿Cómo puedo hacerle esto? ¡Él no debería ser atado por toda la eternidad a alguien como yo! ¿Por qué los dioses…?

-Dios, eres tan desesperante, Kazuhiko. ¿Puedes solo callar a tu cabeza y escuchar a tu corazón? ¡Solo eso!

Sakurai… sin duda, eso es lo que clamaba su corazón. Él, solo y malditamente él. Inoue estaba repleto de ese bastardo vampiro que simplemente llego, se decidió y lo reclamo. Sin consideración ni palabra. Luego lo engatuso de tal manera que Inoue ya no encontraba la salida… no quería encontrarla…

Era tan injusto… Sakurai ya lo tenía a su maldita merced. Ellos ya estaban unidos por la eternidad, y a su manera, sus familiares y amigos los aceptaban juntos. ¿Ahora qué? ¿Solo ceder a la necesidad e ignorar lo demás?

Inoue considero la posibilidad, y maldita sea si no lo sedujo. La ilusión de que todo dejara de tener sufrimiento, soledad y anhelo, solo accediendo a todos esos abrumadores y dulces sentimientos que siempre le ofrecía Sakurai.

Con él no había dolor. Ni siquiera se le pasaba por la cabeza fingir o guardar sus sentimientos, siempre era sincero a su lado, porque solo él lograba tranquilizarlo a esa especial manera. Y si alguien iba a cuidar su corazón y nunca dañarlo, ciertamente seria Sakurai.

Era afortunado, cierto, solo que… no estaba correspondiendo de la manera adecuada. Aun tenía miedo, y no sabía cómo renuncia a eso que estuvo siempre con él. No podía dejar de pensar que le haría daño, y no podía lidiar con la idea de lastimar de algún modo a la persona más importante para él. Moriría antes de permitir que algo borrara esa tranquilidad y sonrisa de Sakurai.

-¿Cómo olvidar todas las inseguridades cuando no estas a su lado? ¡Quiero que sea feliz, a mi lado si es posible, pero tampoco quiero hacerle daño de ningún tipo!

-Bueno, soy fiel creyente de que dos seres deben sufrir un poco para pagar la dicha que están por experimentar. Si me preguntas, tú ya has pagado mucho de eso… y no dudo que esa otra persona también, conociéndote. Ya le abras hecho pasar por mucho. Así que… ¿Por qué simplemente no te callas y aceptas tu recompensa a su lado?

-¿Sin más? ¿Así solo?

-Nunca será tan fácil como crees… -rio Ryuichi a gusto. –Tendrán sus problemas, sus contratiempos. No es un “felices por siempre”, porque esto es la vida real. ¿Pero por qué no un “juntos para siempre y luchando juntos”? Si en la vida aun les espera muchas más cosas por superar, ¿por qué hacer también un lio con algo que debería hacerlos felices como sus sentimientos mutuos?

-¿Entonces me recomiendas que acepte todo, se lo diga y me calle…?

-Sí, básicamente. Si solo dejas de darle vueltas, te sacaras gran peso de encima. Gozaras de la alegría, del amor… Lograras ser feliz al lado de esa persona sin pensar. A no ser que él no te corresponda… Lo hace, ¿no?

-Yo creo que sí… -susurro Inoue repentinamente entusiasmado por el futuro.

-Bueno, ahí lo tienes. ¿Qué esperas? Ve y díselo. Dile que aunque lo sientes mucho y le espera mucho estando a tu lado y aguantándote, lo amas. Tiene de recompensa tu amor y lealtad, tú entrega total. Que no eres perfecto, pero intentaras hacerlo feliz, tanto como él te hace a ti. Y aunque les espera muchas cosas por delante, esperas que lo solucionen juntos. Y nunca dejaras de amarlo…

-Eso es muy cursi… pero muy cierto, demonios… -rio Inoue nerviosamente. –Te odio por venir y decirme todo esto descuidadamente ahora, Ryu. ¿Sabes cuantas personas han intentado decirme todo esto?

-Bueno, estoy feliz por haberte ayudado. Jacob suele decir que algunas veces no necesitamos de alguien que necesariamente nos conozca y entienda, solo de un extraño que tenga una opinión neutral y centrada. Yo pienso que lo dice porque es psicólogo y las personas van con él por eso, pero creo que tiene algo de razón. Muchas veces ignoramos a seres queridos porque sabemos que tienen razón y no nos queremos dar cuenta…

-Tal vez…

Inoue suspiro y encerró en un puño el dije que Sakurai le regalo y ahora era su posesión más valiosa. Era un poco más especial sabiendo que era algo que lo unía a la persona… que amaba. ¡Qué raro sonaba ahora!

Saberlo, aceptarlo y decirlo eran pasos muy grandes y al parecer separados entre sí. Solo podía sentir los nervios y pánico al pensar en decírselo al hombre, pero Inoue no olvidaba su promesa que le hizo sobre responderle a sus sentimientos en cuanto lo descubriera. E Inoue era hombre de palabra…

Podía empezar ahora a sentir la ansiedad, esperanza y emoción por decirle. ¿Qué cara pondría? ¿Lo haría feliz? ¿Cuál sería la mejor manera? Sin duda necesitaba la complicidad de sus amigos, quizá una cena, una cita… Necesitaba llamarlo y pedirle que viniera a Celes… ¿Y cuáles serían las palabras exactas? ¡¡Inoue moría de nervios y vergüenza!! Esperaba no hacer una escena con tartamudeo y sonrojo, como idiota balbuceando enfrente de él. ¡Ellos ya habían experimentado juntos!… Aunque ahora hablaban de algo especial, único, algo que nunca Inoue había experimentado ni dicho. Ahora eran sentimientos y no solo algo físico e inevitable por su enlace. Era algo precioso e independiente.

El esposo de Ryuichi se levantó y desde su posición sonrió y llamo al hombre. El joven empresario se paró y le sonrió honestamente a Inoue, levantando una mano y permaneciendo así hasta que Inoue se la estrecho. Era algo raro teniendo en cuenta que ambos habían tenido sexo y su historia. Pensó que sería incomodo, pero ambos sonrieron calmados y en buenos términos.

-Realmente espero todo vaya bien para ti. Tenia ese pequeño desasosiego. Espero dejarte en buenas manos. Que todo sean bendiciones, y que la próxima vez que te vea solo sonrías…

-Lo mismo, Ryuichi. Que tú y tu familia sean felices. Gracias… Necesitaba del pequeño regaño.

-Me gustaría decir “cuando quieras”, pero… -bromeo y soltó su mano. Inoue rio y asintió.

-De verdad, gracias. Acabas de ayudarme en algo monumental. Quedo en deuda contigo…

-Un día te lo cobrare, mientras… -Ryuichi le sonrió cómplice y se despidió con su mano, caminando hacia su esposo e hija que le esperaban pacientemente. Inoue sonrió viéndolo besar a ambos y retirarse después en completa armonía.

Ahora, ¿por dónde Inoue empezaba sobre todo eso de confesarle a Sakurai su amor eterno?

Continuara…

 

 

 

Notas finales:

Los dioses me salven si falta algo por aclarar xDD

Y asi las cosas. ¿Que tal? :3

Espero sus comentarios .w.

Los quiero mucho. Cuidense y no se pierdan el proximo capitulo, ¿si?

Adiosin .w./

 

Chris-futura-esposa (?)


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