Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

[Reviews - 92]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Feliz dia de San Valentin~

Y de regalo, les pongo mi capitulo favorito de esta hermosa historia :3
Viendolo bien, es perfecto para esta fecha, porque retrata perfectamente lo que, para mi, representa realmente este dia. Amor y amistad <3

Si pueden lean escuchando esta cancion ---> https://www.youtube.com/watch?v=fbqXGMXVgB8

Capitulo dedicado para ustedes, todas las lindas personas que me leen y esperaban ansiosos este momento. Disfrutenlo -w- *reparte jugo de uva para celebrar*

Capítulo 31: “¡No dañare al hombre que amo!”

 

A Inoue de alguna manera no le sorprendió encontrar a Miyagi y Shinobu en su casa. Bien había pasado su buen rato lejos de su familia, él no logro olvidar en ningún instante que ellos podían leer con facilidad su mente. Y lo agradecía. Sabía muy bien que necesitaría de ellos en ese preciso momento de tal importancia en su vida.

-Te pediré el favor más grande que alguna vez pudiera pedirle a alguien, Shinobu-chan. ¡Y solo porque eres mi mejor amigo puedo hacerlo!- replico Inoue juntando sus manos enfrente de él y reverenciando al chico.

-Me asustas… ¿Qué es?

-Tienes que arreglártelas para ayudarme a peinarme… -susurro Inoue afligido.

No había sido de broma la promesa que le hizo a sus doncellas sobre su cabello. Él no tenía idea alguna sobre eso, así que de alguna manera valoraba el trabajo de ellas. Ahora lejos y con solo Shinobu a su alcance, Inoue estaba en problemas.

-¡¿Y por qué yo?!- jadeo asustado el Chaton retrocediéndose y viéndose como si Inoue le pidiera algo imposible e impensable. Inoue solo frunció su cejo y dio un pisotón inconforme en el piso.

-¡Vamos, que eres mi única alternativa! Risako y Johnny son los que tienen más o menos idea. Lo sé porque en el pasado me han ayudado, pero ambos ahora no están en Celes. Sumi y William-kun dudo sepan siquiera de que hablo. ¡Y Miyagi apesta realmente!

-No tienes consideración ni siquiera si estoy aquí, ¿verdad?- susurro Miyagi ofendido, pero Inoue y Shinobu viéndose no le pusieron atención.

-¿Y Mitsu-san? Él tiene el cabello igual de largo que tú, seguro te ayuda…

-¿Lo olvidaste? Es él ahora el que esta en Azelleb. Y de cualquier manera Mitsu no sabría. Antes de casarse prefería llevar el cabello suelto como yo, solo que después vino todo lo de su marca de matrimonio y Kaoru-san es quien lo arregla. Es algo demasiado intimo para que yo se lo pida aunque estuviera aquí… -se alzó de hombros un poco incómodo. Tenía una relación estable de amistad con el editor, y sabía lo especial que era aquello. Nunca lo pondría en ese apuro, aunque ahora estuviera desesperado.

-¡¿Pero por qué yo, Inoue?! ¿Qué te hizo pensar…?

-Shinobu-chan, por favor… Te lo suplico, inténtalo por mí… Hare lo que desees… -rogo Inoue arriesgándose bastante, pero el tiempo corría. Él ya había avisado a Sakurai y en una hora vendría a recogerlo.

Por supuesto, aun no le decía de qué iba todo, simplemente que la ocasión seria especial. Y dado que de verdad quería que así fuera, debía pedirle eso al jovencito rudo e impaciente. Un poco menos que Miyagi en la cuestión de estética, esperaba.

Inoue hizo lo que pensó nunca haría, puso ojitos dulces, su mejor expresión de súplica sin dejar de mirarlo hasta que visiblemente lo incómodo. Fue sorprendente que Shinobu no apartara la mirada y Miyagi no interviniera.

Después de lo que pareció horas, el Chaton negó y bajo la cabeza, suspirando exageradamente.

-Pero tendremos que recurrir a le Net y tener mucha paciencia. ¡Nunca he hecho nada como esto! ¡¡Me debes una muy grande, Inoue!!

-¡Yey! ¡Muchas gracias, Shinobu-chan! ¡No sabes lo importante que es esto para mi hoy!- exclamo increíblemente feliz. Él fue tan lejos como para abrazarlo, más contento aun porque no lo separa y solo devolviera el gesto con gentiles palmaditas en su espalda.

-Yo sospecho, pensando que fuiste tan lejos como para quedar en deuda conmigo…

Eso lo decía todo, ciertamente…

Inoue dio una pequeña risita en su oído y se quedó un momento así, disfrutando lo que en mucho tiempo no tuvo.

Shinobu no era alguien que aceptara mucho contacto físico con cualquiera que no fuera Miyagi, e incluso ambos no eran una pareja demasiado empalagosa. Que Shinobu permitiera gestos dulces era escaso inclusive con su propia familia y amigos cercanos. Inoue se encontraba tan cómodo sintiéndose amado y especial.

-Bueno, bueno, vamos… Si quieres terminar esto rápido tenemos que ponernos a ello. Será mejor que te bañes y vistas. Avísame cuando estés listo.

-¡Sip!- Inoue le sonrió a los dos, y solo para molestar alboroto el cabello del chico, que dado que era Chaton, sus orejitas sufrieron bajo su tacto. Shinobu le gruño e Inoue corrió antes de ser alcanzado.

Su habitación seguía siendo extraña de alguna manera después de pasar tanto tiempo fuera y en una lujosa estancia de un castillo. Casi parecía barata y descuidada, y su departamento fue muy costoso en su momento. Le daba un poco de pena saber que lo más probable era que él terminara mudándose con Sakurai.

Agitando su cabeza para alejar pensamientos innecesarios, Inoue se apresuró a ducharse. Los planes que tenía para más al rato rondaban constantemente su mente, haciendo que se pusiera nervioso y prestara mucha atención a cosas que normalmente ignoraba. Él tardo al final el doble en bañarse de lo habitual.

Recostado en la puerta de su cuarto, Miyagi se encontraba esperándolo de brazos cruzados, luciendo serio como el demonio y callado. Esa vista en el antes poderoso y cruel Príncipe Heredero no le trajo buenas sensaciones a Inoue.

-¿M-Miyagi? ¿Sucede algo malo?- se atrevió a preguntar. Su amigo solo señalo un paquete algo grande encima de la cama.

-Hace poco llego, cuando estabas en el baño. De Kazamiya Mitsu desde Azelleb…

-No hablas en serio… -jadeo Inoue impresionado. ¿Cómo su amigo pudo saber algo estando tan lejos? Bueno, aun no sabía que era, pero podía sospechar.

Efectivamente al abrir el paquete era una hermosa túnica blanca aparentemente nueva. Traía todo el conjunto, con guantes, zapatos y capa. Inoue rio y negó cuando tomo un instructivo escrito por el mismo hechicero, con su estilizada y peculiarmente hermosa letra diciéndole paso por paso como vestirse. Al final traía una posdata deseándole suerte.

>>Joder, Mitsu-chan. Eres increíble… ¡También a ti te debo una!<<

-¿Le dijiste algo al escritor?- pregunto lentamente Miyagi viéndolo sacar la ropa. Inoue negó sin verlo, acomodando todo en la cama aun con una gran sonrisa apenada.

-No, pero no es de extrañarse tratándose de Mitsu, ¿no crees?

-No lo conozco tanto como tu… -susurro él y cerró los ojos aparentemente indiferente. Inoue rio y ladeo su cabeza considerándolo.

-Miyagi You… ¿Acaso estas celoso de mi amistad con Mitsu-chan?- molesto viéndolo fruncir las cejas y mirarlo casi insultado, eso solo logro que Inoue riera más alto, totalmente convencido de algún modo que tenía razón.

-Ya quisieras… -farfullo entre dientes sin cambian expresión. –Solo resaltaba un punto, tonto.

-Sí, sí. Claro. Pretenderé que te creo, Miyagi. Por supuesto…

Miyagi solo alzo una ceja y negó con la cabeza. Inoue pensó que la cosa había acabado y le dejaría cambiarse, sin embargo continuo allí apoyado sin decir nada. Su aura por completo era de solemnidad, así que Inoue espero pacientemente sentándose al borde de su cama.

-¿A dónde irán?- cuestiono suavemente Miyagi después de un par de minutos. Eso no era lo que quería preguntar, pero Inoue conociéndolo sabía que estaba tratando de llegar cuidadosamente al tema.

-A un bar, a comer, paseo… Dai insistió en arreglar la estadía de una noche con uno de sus contactos, así que… -dudo Inoue incómodo.

-¿Qué es lo que pretendes, Protector?- soltó Miyagi bruscamente de golpe. Inoue gimió interiormente y evito verlo jugando con la suave tela especial y ligera de su nueva túnica.

-Yo… francamente no tengo idea. Entre los dos existe algo así como un acuerdo de tratar las cosas como vayan sucediendo. Sé que es estúpido solo ir y esperar lo mejor, pero… No lo sé, Miyagi. Estoy nervioso… -suspiro entrelazando sus dedos y escondiendo sus manos entre sus piernas. Curiosamente su gesto no movió la bata de baño que era lo único que vestía.

-¿Le propondrás el Pacto Sagrado Couple?- El tono suave, cuidadoso y con un tinte de miedo no sorprendió para nada a Inoue, ni tampoco el escalofrió que lo recorrió con la idea que tenía en mente dicha en voz alta por alguien más.

-Sí… -acepto Inoue mirándolo con toda la intensidad posible, dejando al descubierto sus sentimientos. –Y yo… espero… No, exijo que seas mi testigo junto con Shinobu. Ambos tienen que hacer esto por mí, Miyagi… por favor…

-Inoue, esto… -suspiro nervioso, pasando su mano por su cabello. Inoue se levantó de golpe y fue a su encuentro sosteniéndose de su camisa sin corbata.

-Si ustedes no son, yo…

-No me has entendido… -le interrumpió Miyagi viéndolo hacia abajo la diferencia de estatura que tenían. –Estoy muy honrado y orgulloso de hacer esto, Inoue. Era evidente. De hecho el problema habría sido que se lo pidieras a alguien más. Es solo que…

-¿Qué?- presiono Inoue viendo que se detenía. Miyagi solo negó sin continuar, lo que lo irrito. –Sabes, esto es muy importante para mí, Miyagi. ¡Por favor solo di lo que tengas en la cabeza!

-Estas dando mucho por seguro… -susurro Miyagi por fin. Su mirada paternal y la caricia a su rostro no lo sorprendieron tanto como las palabras. -¿Estás seguro que él aceptara? ¿Qué es él con quien deseas tomar el paso siguiente? Sabes todo lo que conlleva, no solo unirte en cuerpo y alma, toda la cosa de la eternidad y morir cuando él lo haga… También sobre el Poder adquirido de él, el enlace que tendrá con todos… Que solo existirá él para ti.

-¿Eres tonto?- rio Inoue sintiéndose sonrojar y aun así tomándole mucho, no aparto la mirada. –No le propondría algo tan hermoso e importante si no hubiese aceptado ya todo eso… Sé que él aceptara, porque… vamos, casi me lo exigió en Azelleb. No creo corresponder adecuadamente a nuestro enlace si no doy este paso… Y te necesito conmigo, Miyagi…

-Lo hare- dijo sin dudar rápidamente. –Por supuesto que lo hare incluso si no estoy totalmente feliz. Solo por ti, Inoue.

-¿Por qué no estarías totalmente feliz?- sonrió Inoue soportando las ganas de llorar por la emoción.

-No me gusta que te ponga en peligro, Protector… -confeso Miyagi notándose algo incómodo. –Siendo sincero, ese fue mi principal problema con él. Todo eso de llegar y reclamarte, dándote un título y posición, poniéndote en peligro con seres muy poderosos y complejos…

-¿Podrías confiar en mí?- pidió Inoue en susurros, acercándose un poco más a él. –Se cuidarme, Miyagi. Me gustaría que a todos les entre en sus amorosas cabezas. Puedo defenderme y aun protegerte a ti y a todos los que amo.

-¡Por favor, no me vengas con eso!- gruño irritado Miyagi dándole un suave golpecito en su cabeza. –Todos sabemos y somos conscientes que puedes hacerlo, pero incluso tú no puedes negar que hay cosas de las que simplemente no sabrás como reaccionar. Estamos hablando de todo un mundo que sabe quién eres, con quien estas relacionado, y verán en ti una oportunidad de hacer realidad muchos planes. No te quiero en peligro o que sufras, Inoue…

-Y yo tampoco lo deseo para ustedes, pero ciertamente he aprendido en este tiempo que hay cosas de las que no los puedo salvar… no completamente… -rio tristemente, pasando un dedo a un lado del cuello de Miyagi, donde sabia claramente que se escondía una Herida Maldita producida de la última pelea con el Rey Oscuro en Imi-nashi.

-¿Me estás diciendo que me dé por vencido y solo acepte eso?- sonrió Miyagi algo divertido.

-Te estoy diciendo que… lo siento, Miyagi, pero ya no es tu deber ver completamente por mí. Siempre serás mi mejor amigo, mi confidente, mi Protegido… Seré fiel a mis votos y a los renovados antes y después de la llegada de Shinobu. Lo protegeré a él y a ti… a todos… Sin embargo… ahora esta Daisuke para mi… Y si tengo que sufrir algunas cosas por estar enlazado a él… bueno, ya es inevitable, lo aceptare. Además, algo que al parecer aun no entiendes porque no quisiste hacerlo, es que él me cuidara de cualquier cosa, Miyagi…

-¿Estas tan seguro?- pregunto alzando una ceja. Inoue sabía que lo hacía para bromear y aligerar el ambiente, pero aun así le golpeo y miro en berrinche.

-¡Por supuesto que sí! Es una ventaja de tener un enlace mental y espiritual con él. Se tanto sobre Daisuke como tú con Shinobu o cualquier pareja entrelazada…

-Lo sé, Inoue. Lo se… -Miyagi giro los ojos y negó, separando un poco para que no estuviera parcialmente apoyado sobre él. –Solo tienes que saber que ni con un millón de años podre hacerme completamente a la idea. ¡Y ni creas tú o ese sujeto que dejare de protegerte! Eres mi mejor amigo y Protector…

-Suenas como un niño… -rio Inoue a carcajadas. –Me alegro tanto de que Dai sea tan comprensivo y calmado, o no dudo que habría dudado de tu cariño amistoso hacia mí…

Miyagi frunció los labios con disgusto ante la imagen que Inoue le puso. Él iba a decir algo y tal vez molestarlo un poco como venganza, pero todos sus pensamientos y argumentos quedaron olvidados al ver sorprendido la manera en que Inoue sonreía y sus ojos brillaban como nunca.

Solo una vez le había visto sonreír así, de esa hermosa y abrumadora manera. Fue cuando decidieron el cumpleaños de Shinobu años atrás. Ese gesto estaba lleno de calidez, amor, dulzura, emoción, e incluso inocencia. Se veía perfecta en su eterno salvador y mejor amigo. Quería verlo así siempre, a pesar de que el causante al parecer de aquella calma y amor fuera un sujeto por completo estresante para él.

Contagiado, Miyagi sonrió tranquilamente y negó, jugando un poco con la cadena del nuevo collar de Inoue. Sabía que era muy importante para él, un regalo de Sakurai. Nadie había preguntado nada, todo se veía en la mirada del profesor. Y ese sentimiento era más visible en ese momento con ambos siendo totalmente honestos.

-Así que… estas totalmente seguro de esto, le propondrás el Pacto Sagrado y ya tienes a tus testigos. Para mí todo suena apresurado con solo un par de meses de conocerse, pero sé que no es así. Me alegro…

-Sí… -Inoue se dio la vuelta y se rodeó con un brazo la cintura. Toda esa seguridad, cariño y alegría se desvanecieron y ante sus ojos Inoue decayó.

-¿Qué pasa? ¿Me vas a decir que te arrepientes de todo esto?

-Yo no… -susurro muy bajo que casi se lo perdió. Miyagi entrecerró enojado los ojos.

-No conozco mucho a ese sujeto, pero teniendo en cuenta todo lo que ha estado sucedido, dudo que se arrepienta también de algo, Inoue…

-¡Lo sé!- jadeo el profesor apretando los puños y dejando caer la cabeza derrotado. –No lo entiendes, Miyagi. Él y yo somos una pareja destinada. Se supone estemos juntos y todo eso, pero… ¡Pero no sé si él me hubiese aceptado y fuera feliz a mi lado si no estuviera eso de por medio! ¡¿De acuerdo?! ¡¡Esa es mi preocupación!!

Idiota. Inoue podía ser hermoso, inteligente, ahora rico y un Príncipe, pero no dejaba bajo ninguna circunstancia de ser un completo y reverendo idiota.

Controlando mucho del enojo que sentía emerger como ondas imparables, Miyagi se conformó con alcanzar en dos zancadas a su amigo y darle un fuerte golpe atrás de su cabeza.

-¡Ay! ¿Por qué hiciste eso?- gruño Inoue cubriendo con sus dos manos la parte lastimada.

-¡Porque piensas demasiado!- exclamo molesto Miyagi. -Siempre piensas demasiado, fue de las cosas que siempre admire de ti, pero en este preciso momento solo es irritante, Inoue.

-¿Qué quieres decir?- pregunto confuso. Miyagi suspiro exasperado.

-Inoue, ese tipo, Sakurai, me molesta. Él solo llego un día y me arrebato de la nada a mi mejor amigo. La única razón por la que ese sujeto sigue vivo es porque tú lo amas...

-E-eso... -tartamudeo Inoue abochornado, evitando verlo, pero Miyagi continuo.

-Se tus sentimientos, no lo olvides. Lo amas, él te ama, y no dejare que arruines eso con teorías paranoicas. ¡Deja de pensar y solo siente!

Inoue jadeo con la cabeza caída, pensando lo irónico de Miyagi ayudándolo. Los papeles se cambiaron, ahora Miyagi haciendo que él dejara las estupideces y afrontara la verdad. ¿Quién lo diría?

-¿Desde cuándo actúas tan considerado y dulce conmigo, Miyagi?- murmuro, pretendiendo aligerar el ambiente. Miyagi lo miro serio.

-Desde que acepte que alguien externo tomaría la responsabilidad y honor de hacer feliz a mi mejor amigo y hermano...

Oh, perfecto, Miyagi quería hacerlo llorar.

-Vaya... ¿Quién diría que terminaría teniendo razón?... -se hizo escuchar Shinobu apoyado en el marco de la puerta con la mirada perdida. -Te dije hace años que en algún momento terminarías enamorado tanto de una persona que te daría miedo, hasta que Miyagi y yo te golpeáramos y entonces te entregarías plenamente... Es bastante interesante.

-No tanto como que escuches conversaciones privadas a escondidas, niño… -gruño juguetonamente Miyagi mirándole divertido. El Chaton le dio una mirada irritada.

-No me escondía. Que ambos estén como mujercitas contándose secretos y todo eso, sin darse cuenta que llevo rato aquí, no es mi problema… -replico altaneramente descartando. Inoue y Miyagi salieron de su bruma emocional y lo fulminaron enojados.

-¡Te daré tu mujercitas!- replicaron ambos al mismo tiempo. El Chaton meneo su colita esbelta y trago una risita.

-Lo que sea… Inoue, ¿quieres que te ayude o no? No sé a qué hora quedaste con tu noviecillo, y no sé cuánto nos tomara todo esto. ¡¿Tienes que tener el cabello tan largo?! ¿Alguna vez lo cortaste o pensaste en hacerlo? ¿Sabes cuánto me costara manejar todo eso?- señalo el abundante cabello rubio platino ya totalmente seco y esparcido por toda la espalda del aun irritado profesor.

-Lo que haga con mi cabello no es asunto tuyo, Chaton molesto. Además, deja de quejarte tanto. Yo ya tengo un Multiusos de cabello. Solo necesito algo de ayuda extra y una idea de peinado… -susurro Inoue ausentemente cruzando la habitación, tomando el aparato semejante a un control remoto antiguo de televisión y entregándoselo al chico.

-Pero esto solo desenreda el cabello, Inoue. ¡Aún tengo que hacer todo el trabajo!- gruño Shinobu tensando orejitas y cola. Inoue giro los ojos.

-Tienes tu brazalete electrónico contigo, ¿no es cierto? Busca algo de inspiración mientras me termino de vestir. Miyagi, ¿puedes esperar en la sala? Dai no tarda en venir y… -dudo sonrojado. Miyagi resoplo y se dio la vuelta caminando hacia la salida.

-Por supuesto. El más indicado para recibirlo soy yo. No tardes… -murmuro entre dientes.

-¡No le hagas daño a mi compañero, Miyagi! ¡Aún tengo que proponerle matrimonio y todo eso!- grito Inoue entre divertido y alarmado mientras salía de la habitación.

-¿Eh? ¿Matrimonio? ¡Espera un maldito minuto, Inoue! ¡Pensé que solo le propondrías el Pacto Sagrado! ¡¡¿Sabes el escándalo que hará Risako cuando se entere de una boda civil tuya en Celes?!!

Divertido, Miyagi se alejó a pasos apresurados, dejando que su amigo lidiara con eso como castigo. Mientras, él tenía pronto que tratar con un molesto vampiro y dejarle claro la última advertencia antes de por fin entregarle, completamente a regañadientes, a su Protector.

 

 

Sakurai no sabía que pensar o sentir al bajar de la limusina que alquilo su asistente para Inoue y él esa noche.

Estaba nervioso, no era lo suficientemente tonto para no admitirlo. Inoue no le había dicho nada, solo pidió se reuniera con él para pasar la noche juntos. Dijo que tenía algo importante que decirle y no podía esperar. Bien no era problema, su trabajo por fin estaba solucionado. Él ahora solo quería correr hacia su Pareja Destinada y sostenerlo por toda la semana entera que logro librar de su trabajo.

Con Keigo al frente de la empresa luciendo como un líder nato y que había nacido para el puesto, Sakurai disfruto de lo que nunca creyó gracias a su hermano más pequeño. Ahora podía ver y sentir lo que era no tener una agenda tan ocupada ni tantos viajes futuros.

Era un completo alivio para su actual situación tenerlo a él para encargarse de muchas cosas y no tener que preocuparse demasiado.

Aun debía mucho, por supuesto. Su trabajo siempre seria agobiante y veía constantes separaciones difíciles entre ambos. Y solo tenían que tratar con eso de la mejor manera posible, porque renunciar descuidadamente a su trabajo no era una opción para nada.

Sakurai sabía que Inoue no gozaba de la riqueza monetaria que él, pero aún tenía algo de dinero y gustaba de los lujos que solo se otorgaba. No quería quitarle esa independencia y satisfacción por conseguir sus metas, solo deseaba consentirlo aún más y cumplirle la mayoría de sus caprichos. Y eso requería que fuera a trabajar más de catorce horas en promedio.

Hablando de lujos, Sakurai tomo con cuidado el brazalete de diamantes y zafiros que le compro a su amante y las rosas rojas.

Se sentía como un joven e inexperto adolescente queriendo impresionar a una conquista. Realmente estúpido y vergonzoso. Él era terriblemente viejo, no necesitaba precisamente impresionar a su pareja, y ellos ya estaban unidos bajo las leyes de Azelleb.

No estaba prohibido actuar torpemente de vez en cuando con Inoue… ¿cierto?

-Demonios, odio las sorpresas… -susurro incomodo atravesando el recibidor del departamento donde vivía Inoue. -¿Por qué no solo me dijo que planea?- se lamentó a solas.

“Especial” se refería a tantas cosas… Ni los empleados del hotel donde termino reservando una habitación de lujo con servicio especial y romántico, supieron exactamente que preparar cuando Sakurai lo pidió así. Esperaba todo marchara bien. ¡¡No tenía idea de lo que pensaba Inoue!!

Ahora estaba aparte inquieto e inseguro… Un vampiro que no se había alimentado de sangre en casi quince días. No era una buena combinación y casi estaba resentido con Inoue, dispuesto a ignorar que para el afortunado hombre solo pasaron un par de días.

La diferencia de espacio-tiempo era una perra a veces…

Llego ante la puerta y respiro profundamente, tratando de componerse, teniendo solo un par de segundos antes de que la puerta se abriera automáticamente. Inoue debió meter en la información de seguridad del departamento la clave de su brazalete para que pudiera entrar simplemente. Un dulce y valioso detalle que aprecio solo un poco. Ahora no tenía excusa y entro así, nervioso y todo.

¿Cuántas desconocidas sensaciones más le ocasionaría Inoue a lo largo de su vida?

-¿Cómo demonios entraste sin hacer ruido?- gimió asustado el Chaton Shinobu cuando entro a la sala. Sakurai asintió hacia él en saludo y señalo con las flores la puerta de entrada.

-Pregúntale a Inoue… -desestimo sin poner atención.

-¿No solo hiciste esa cosa vampira tuya de aparecer?- pregunto curioso el chico moviendo mucho sus orejas en la cima de su cabeza. Sakurai evito por muy poco poner los ojos en blanco.

-Aunque debí pensar en eso… no suelo hacer “esa cosa” muy seguido cuando visito la casa de alguien.

-Que desperdicio. Nosotros tenemos que limitar nuestra habilidad por tontas leyes de Celes… -bufo irritado el Chaton. –Aunque puedo ver las razones. No andes entrando sigilosamente por mi casa… -ordeno simplemente casi con asco. Sakurai respiro profundo sin permitirse influenciarse por las provocaciones. Tendría que soportarlas por un largo, largo tiempo…

-No lo pensaba hacer. No preocupes… ¿Dónde está Inoue?

-Arreglándose. No creo tarde…

Él asintió y se sentó en el sillón enfrente del chico que despreocupadamente leía un libro. El silencio era disfrutable para el maldito Chaton, pero Sakurai tan tenso como estaba tuvo que romperlo.

-¿Cómo han ido las clases? He oído que terminaras tus estudios antes…

-Solo en letras… -murmuro indiferente el Chaton sin dejar de leer. –Aun debo dos años en Administración. Planeo ayudar a Risako y tal vez remplazarla cuando abandone el puesto en la empresa, así que debo centrarme más en ese aspecto…

-Oh… -murmuro Sakurai de alguna manera sorprendido de la determinación y simpleza del Chaton. No lucia preocupado de no lograrlo. Era admirable. –Entonces este será tú último año con Inoue como profesor, ¿eh?

-Sí… Aunque no cambiara nada. Aun seguiré viéndolo y reuniéndonos muy seguido.

Vaya… no era sutil en decirle que no importaba si ellos estaban en una relación seria, saldría sobrando si él quería ver a Inoue. No es que fuera a impedirlo, solo lo sintió un poco frio… ¿Seria siempre así el Chaton?

Un ruido cerca lo hizo desviar la mirada del jovencito hacia el pasillo que llevaba a las habitaciones. No le sorprendió que Miyagi estuviera saliendo de una, lo que si lo descoloco fue la mirada intensa y francamente aterradora que le dirigió. Lucia como si fuera a golpearlo, incluso matarlo. Con un demonio si no lo asusto un poco.

Dejando la bolsa con el obsequio y las flores en la mesa de centro, Sakurai se levantó y espero la llegada del furioso hombre. Presentía la plática sería interesante y necesitaba estar de pie.

Sakurai no dijo nada mientras permitía a Miyagi tomarlo por sus solapas y estrellarlo violentamente en la pared más cercana. El Chaton en el sillón despreocupado ni siquiera levanto la vista y siguió mirando sereno su libro.

-Una sola palabra, Sakurai- gruño Miyagi amenazadoramente cerca de él, usando un curioso, pero eficaz tono que logro hacerlo dudar. -Estas advertido. Incluso si es un mal entendido, cualquier cosa que proceda de ti y que dañara a Inoue y yo mismo te torturare y matare...

-¿Pensé que él ya era un hombre adulto?- jadeo Sakurai faltándole la respiración, molesto por la amenaza y ofensa. 

-Inoue es mi mejor amigo, familia y deidad personal. No dudare cuando el momento llegue y te lo estoy diciendo ahora.

-¡No dañare al hombre que amo!- grito Sakurai llegando a su límite, devolviendo la dura mirada.

-¿Solo por salvar tu culo?- pregunto Shinobu desde el sillón, su mirada en el libro en su regazo.

-Entiendo que lo quieren. No esperaba menos de él. El punto que deben entender ambos es que lo amo, verdaderamente. Solo eso. Dañarlo ni siquiera me es posible, y ustedes saben porqué...

Miyagi apretó solo un poco más su agarre, Sakurai tuvo que aguantar la respiración en su contra.

-Y una cosa más... -logro musitar con voz débil. -Inoue es ahora mi deidad personal. No lo compartiré en ese sentido.

-Imbécil... -se burló Miyagi soltándolo inesperadamente. -Inoue nunca dejara de ser mi Protector...

Todos fingieron perfectamente cuando el nombrado hombre entro. Shinobu dio un silbido bajo cuando lo miro.

Inoue lucia algo sonrojado, su larga trenza caía de lado en su hombro. Su sonrisa era tímida y sus manos estaban entrelazadas enfrente de él. Su túnica era de un blanco brillante con discretos bordados en dorado. En otra persona ese traje hubiera lucido femenino y llamativo en mala forma, mientras que en el impresionante profesor se ajustaba perfectamente solo resaltando toda su belleza imposible.

-¡D-dejen de mirarme!- exclamo completamente avergonzado Inoue, desviando su mirada.

-Pensé que te vestías así para que lo hiciéramos... -molesto Shinobu levantándose y extendiéndole la capa a juego a su amigo. -Muy buena elección, Inoue- le susurro cuando estuvo lo bastante cerca.

-Mitsu-chan me lo regalo- confeso divertido, soltando una risita.

-Lo que me recuerda... ¡Cuida mucho tu peinado, eh!- advirtió elevando su voz el Chaton. -Me tomo mucho tiempo arreglarte para que...

-Sí, sí- interrumpió Inoue con un gesto cretino, moviendo su mano desestimándolo. Sus gemas azules vieron a Sakurai y su rubor exquisito regreso. -¿Nos vamos, Príncipe?

Sakurai rio y se alejó del refunfuñado Miyagi, no dejando de ver al etéreo hombre.

-Nos vamos, hermoso- sonrió y beso la mano que tomo de Inoue. Era increíble que el chico se volviera más rojo, sin embargo lo hizo al mirarlo a través del discreto fleco que tenía.

-Cuídalo... -susurro en advertencia Shinobu alejándose, pero él ya no lo escucho. Su mente, corazón y cuerpo los tenía Inoue al hechizarlo con esa apariencia suya y la timidez extraña en él.

-R-rosas… Dai… -gimió Inoue conmovido viendo los regalos. Sakurai sonrió y se estiro para tomarlos, entregándole solo las flores, manteniendo la bolsa para más adelante que estuvieran solos. –Las pongo en un jarrón y te alcanzo… -susurro el profesor rápidamente desapareciendo en la cocina.

-Más te vale aceptar, ¿estamos?- gruño el profesor Miyagi pasando cerca de donde estaba Sakurai por su saco.

-¿Qué es lo que…?- empezó él confundido antes de ser interrumpido por el indiferente Chaton.

-¡Nosotros ya nos vamos, Inoue! ¡Cuídate mucho! Nos reuniremos mañana para arreglar detalles… -sonrió maliciosamente, viendo al final a Inoue asomarse por la barra de la cocina y entrecerrarle los ojos.

-Si serás… ¡Váyanse ambos, bocas flojas!- replico y ahuyento con sus manos. Ambos chicos solo rieron y se fueron, dejando a Sakurai completamente confundido y sorprendido. De algo, al parecer importante, se estaba perdiendo.

-¿Inoue?- cuestiono teniéndolo enfrente de él. El chico se sonrojo y negó, evitándolo al ponerse la capa.

-S-solo ignóralos. Vamos, tenemos reservación…

-¿Me estas ocultando algo, Kypher od mi Sjol? ¿Mmm?- presiono rodeándolo con sus brazos y besando su cuello. Predeciblemente él se estremeció y gimió un poco, derritiéndose en su abrazo.

-E… espera hasta que terminemos de cenar… ¿sí?- pidió muy delicadamente. Sakurai seducido solo puso asentir. -¡Entonces vamos!- gimió Inoue y lo tomo de la mano para sacarlo del departamento y después del edificio.

El clima en Celes inesperadamente era frio. Sabía que a Inoue eso no le molestaba, pero no podía dejar de preguntarse si con solo la capa estaría bien abrigado.

Parecía a punto de comenzar a nevar… y la idea le atrajo tanto como esa ocasión en Azelleb que fueron al Reino Helado e Inoue lucia en su elemento con todo el hielo. Seria para Sakurai la primera vez en verlo verdaderamente sintiéndose en casa con su adorada nieve.

Tan sumergido en tontos pensamientos, Sakurai no se fijó de la dirección que Inoue dio al chofer contratado hasta que llegaron en un par de minutos a velocidad normal.

La imagen vagamente familiar y querida de aquel discreto bar donde se encontraron por segunda vez y todo comenzó lo hizo sentirse feliz y divertido, más recordando cómo fue ese primer encuentro y como lo visitaban meses después. Era tanto irónico como querido.

Realmente las cosas habían cambiado…

-¿Comeremos aquí, chéri?- pregunto seductoramente adueñándose de su brazo, acercándolo a su cuerpo hasta volverlo a rodear por su esbelta cintura. Inoue rio y se apoyó en su pecho con las manos aun metidas en la capa. Lucia tan feliz y emocionado como Sakurai mismo.

-¿No te agrada la idea? No es solo un bar, en la parte de atrás tienen un restaurante. No es de lujo y exclusivo como los que seguro frecuentas, pero… servirá para la ocasión, creo…

-Mmm, estas muy extraño. Algo planeas… Vamos, hay que entrar. Dijiste que me dirías al terminar de cenar…

-¡Pues entremos!- exclamo nervioso el chico. Sakurai solo lo siguió contento como un niño al cual le prometieron dulces. Quería solo exigir respuestas, sin embargo también se encontraba halagado por el detalle de Inoue cuando era Sakurai mismo quien solía dar la iniciativa. Solo por eso soportaría la velada…

Al pasar por el bar ambos redujeron sus pasos, los dos en pensamientos y recuerdos. Inoue tenía una sonrisita tonta y avergonzada al llegar al restaurante. Sakurai se preguntó si recordaba aquel encuentro.

-Buenas noches y bienvenidos… ¿En qué puedo ayudarlos, caballeros?- pregunto el empleado elegantemente vestido.

-Tenemos una reservación… Kazuhiko Sakurai Inoue… -ofreció a la muda pregunta del hombre. Sakurai sonrió orgulloso al oír a su pareja. Nunca creía dejar de sentirse especial por lo que Inoue a sus espaldas había hecho sobre adoptar su apellido en Celes.

-Si me hacen el favor de seguirme los guiare a su mesa… -ofreció el empleado con una amable sonrisa. Cuando Inoue y Sakurai lo siguieron él los llevo a una de las pocas mesas vacías y privilegiadamente cerca de una discreta y bella fuente iluminada por tecnología.

El lugar claramente no era extravagante ni mucho menos, era del estilo discreto, íntimo y elegante. No había más de veinte mesas, un par de empleados y en un escenario al fondo una banda de jazz tocaba música adecuada.

La luz baja y dorada, mayoritariamente viniendo de las velas electrónicas del centro de las mesas, la música y el seductor aroma de la comida hacían del restaurante agradable. La atención del personal, eficacia y paz lograron relajarlo y distraerlo.

Inoue claramente había hecho una perfecta lección.

Ellos ordenaron y Sakurai se encargó de pedir el vino. Ambos en pocos minutos empezaron a conversar de sus días sin verse, Inoue contándole lo tranquilo de su primera semana de clases y Sakurai sobre Keigo y pocas platicas profundas sobre su trabajo que deseaba olvidar.

Avanzada la velada y ya con el plato principal, Sakurai se olvidó de la peculiar misteriosa actitud de su Destinado. Ellos solo rieron, conversaron, disfrutaron de la privacidad y la deliciosa comida. Fue hasta el postre que Inoue cambio el rumbo de su apacible cena romántica.

-Por cierto, llevo rato preguntándome que es eso… -señalo la bolsa de regalo que permanecía en el borde de la mesa. Sakurai rio, reprochándose el haberse olvidado de eso.

-Un regalo… -sonrió y alcanzo la bolsa. Cuidando no chocar con las copas, se lo extendió, esperando su reacción.

-¿Sabes? Ya no necesitas comprarme cosas cada semana. Ya me tienes… -guiño coquetamente, pero sonriendo feliz hurgando adentro. –Oh, dioses, Dai… ¡Esto debe costar muchísimo!- replico al abrir el estuche de cara gamuza.

-Olvida eso y déjame ponértelo… Es un regalo por el regreso a Celes, a tú trabajo y volvernos a ver…

-Es una fortuna que seas millonario, o quedarías en la calle por semejantes obsequios… -negó ofreciendo su muñeca derecha. Sakurai la tomo y dudo un poco, sintiendo el pulso de Inoue un tanto acelerado. Repentinamente quería que estuvieran a solas y poder beber de él… Había olvidado que el deseo de sangre podía ser tan exquisito.

Inoue ladeo su cabeza curioso por su pausa, haciendo que Sakurai notara su desplante. Rápidamente coloco el regalo y le sonrió quitándole importancia. Su compañero sonrió indeciso y recupero su brazo.

-Yo… también tengo un regalo para ti… ¡Pero para más tarde!- exclamo inesperadamente, levantándose y extendiéndole la misma mano que ahora tenía el brazalete. -¡Bailemos! Están tocando la canción favorita de Risako y yo quiero que aprecies su belleza…

-De acuerdo… -rio extrañado. La actitud nerviosa de Inoue le daba la sensación de que deseaba ganar tiempo para algo, aunque seguía en duda qué. Sakurai estaba tan a gusto con la cita que no se molestó en preguntárselo más.

La canción que sonaba era muy lenta y melodiosa, hablando de una persona que deseaba devolver todo lo que su amado le había ofrecido. Sakurai encontró bastante divertido eso por alguna razón y abrazo más cerca a su compañero de baile meciéndose con él.

-¿Por qué escogiste este lugar, chéri? No es que me queje, solo tenía la duda… -se apresuró a decir al sentirlo tensarse. Inoue suspiro y dejo caer su frente en su hombro.

-Solo estaba recordando cómo es que todo comenzó… Regresar a Celes me recordó que han pasado muchas cosas en poco tiempo, y quería regresar un poco al principio y ver todo lo que hemos avanzado…

-Ha habido mucho de eso, ¿no? Antes huías de mí, mon ame… -rio conmovido. Inoue le miro con un pequeño puchero y le golpeo suavemente su frente.

-Eso es porque esa vez tú lucias francamente amenazante. ¡Casi como un depredador!… Aunque no es del todo incorrecto, ¿cierto?- reprocho enfurruñado. Sakurai rio.

-No lo podía evitar, ni puedo aun, amor. Solo verte tenía esa sensación de perseguirte y tenerte…

Inoue hizo un ruidito y lo abrazo fuertemente, parando un poco el baile. Sakurai lo miro extrañado por el pequeño temblor que lo asalto y las intensas emociones que sentía fluían de él.

-Desde el primer momento en que te vi me hiciste sentir desarmado, sin control alguno... –confeso en susurros. Él sonrió tiernamente.

-¿En serio? Lo mismo se aplicó a mí, chéri. Estaba extremadamente aturdido ese día, y cuando apartaste la mirada sonrojado en la oficina del rector, yo solo sabía que tenía que hacerte mío. No me preguntes por qué o si fue la manera del Destino de decirme que estaba ante el correcto. Solo me alegro mucho de haber perseguido ese deseo…

-Mon amour… Daisuke, yo…

-Shh… -le interrumpió Sakurai viéndolo tan desesperado. Inoue balbuceo un poco más obligándolo a besarlo. A dejarse llevar en realidad por ese deseo.

Sus labios estaban temblorosos y un poco fríos como siempre. Tomo ambos lados de su rostro y acaricio gentil y lento su boca. Solo un beso dulce y simple o se dejaría llevar. Por el momento solo quería expresarle cuanto lo amaba sin palabras. Quería tranquilizarlo, hacerlo feliz, amarlo… Estaba por completo loco por Inoue.

-Lo siento, chéri… Ya no puedo soportarlo más… -gimió excitado y anhelante. Esos aturdidos y brillantes ojos tuvieron lo último de su paciencia y solo mantuvo sentido para arrastrarlo a la salida.

Por supuesto fue apresurado. Inoue aún seguía mareado por el beso cuando Sakurai pago la cuenta y los guio a la salida. Fue cuando salieron a la calle aun sin cubrirse con las capas que ambos olvidaron su excitación.

Afuera, lenta y hermosamente ya estaba nevando.

-Oh, dioses… -susurro Inoue viendo el panorama. Sus ojos cambiaron de brillar por el deseo a emoción pura, una dichosa expresión lo domino y su sonrisa fue agradecida mirando al cielo.

Sakurai permaneció paralizado viéndolo. Inoue había olvidado cualquier restricción que alguna vez tuviera y ahora giraba en círculos, estirando sus brazos y riendo. Su túnica danzaba con él y los círculos de nieve parecían no tocarlo sin importar cuán rápido o lento él se moviera por toda la vacía y silenciosa calle.

La luz blanca y suave del alumbrado público hizo ver a Inoue como un ángel etéreo de nieve, alguien plenamente libre y feliz, dichoso de su vida y sus consecuencias. Alguien casi inalcanzable, pero por completo suyo.

-¡Amo esta estación en Celes!- rio Inoue aun dando vueltas disfrutando con los ojos cerrados.

Sakurai exhalo enternecido, viendo al verdadero ser de Inoue salir alegremente. Deseaba con desesperación mantener esa actitud infantil, plena e inocente por siempre en el amor de su vida. Que no sufriera nunca más.

Con cuidado se acercó y paro su baile. Inoue ni siquiera abrió los ojos y solo elevo su rostro recibiendo el beso que no se pudo evitar entregarle. Estaba completamente fascinado y hechizado por esa faceta que Inoue le mostro. Completamente más enamorado de él.

-Dai… ¿Te casarías conmigo?

-¿Eh?- gimió Sakurai aturdido. Inoue le miraba hacia arriba con una pequeña insegura sonrisa, sus ojos atentos y su expresión dulce. Él solo se quedó mirándolo sin palabras, sorprendido.

-Cásate conmigo… Ante la ley de Celes y mi gente… Quiero… quiero que hagamos esta noche nuestro Pacto Sagrado Couple… Y mañana, ante toda mi familia, tendremos nuestra ceremonia con testigos…

-¿Y la boda civil?- murmuro temblorosamente, emocionado y conmovido.

-¡Apenas te lo estoy proponiendo, no he fijado todos los detalles!- rio Inoue sollozando. Sakurai le paro besándolo desenfrenadamente, con toda la fuerza de su dicha y amor.

Solo no podía creer lo que su compañero le proponía. Ellos básicamente ya estaban casados, unidos de una manera especial y única, que jamás podrían romper o cambiar. Casarse ante la ley de Celes era solo una formalidad, unirse ante las tradiciones de Inoue, era lo más especial y anhelado por Sakurai. Eso decía que ya nada los separaría, moriría si él lo hacía, su lazo se estrecharía más… Significaba que Inoue lo aceptaba como amante y esposo.

-Inoue… -susurro Sakurai abrumado, sin apenas darse cuenta que también lloraba.

-¿No aceptas?- rio nerviosamente el profesor apartando su fleco. Sakurai le gruño y beso más posesivamente.

-¡Por supuesto que acepto, Kypher od mi Sjol!- replico jadeando. Inoue asintió y sonrojado saco de entre los pliegues de su capa una pequeña cajita roja. Sakurai rio desesperadamente extendiendo su dedo anular viendo el precioso anillo de compromiso con dos pequeñas joyas preciosas. Un rubí y un zafiro. Simplemente hermoso…

Inoue fue un poco torpe en ponerlo, así que Sakurai le ayudo y después lo abrazo fuertemente, tratando de calmarlos a ambos. Podía sentir el eco de sus propias emociones en la mente de su compañero… de su prometido.

¡Maldita sea, Inoue lo había hecho tan malditamente feliz!

-Háblame de ese Pacto Sagrado tuyo. Quiero que ahorita que te lleve al hotel empecemos de una vez, Inoue. Rápido… -pidió emocionado. Inoue rio y negó abrazándolo fuertemente.

-Ya… Ya sabes lo esencial, quiero creer. Tendremos problemas si a estas alturas no sabes hacer el amor… -rio y se escondió abochornado en su pecho, completamente sonrojado. –Lo demás déjalo en mis manos… Aunque no tengo un objeto que darte... Mi posesión más valiosa es el collar que tú me regalaste…

-Entonces dame tú corazón... Así nunca podrás dárselo a nadie más y me pertenecerá solo a mí.

-Dai... -suspiro Inoue sin palabras. -Eso... ya lo tienes. Lo lamento tanto... -sollozo Inoue débilmente, viéndolo intensamente con esos bellos y húmedos ojos azul. -Me enamore de ti, Daisuke. Perdón por eso... Ahora no te dejare ir, ¿estas consiente? ¡Eres mío y estas atado por la eternidad a mí! ¡¡Te amo, Sakurai Daisuke!!

Suficiente… Sakurai no podía soportar más.

El control se fue al demonio y él termino llorando de alegría por primera vez en su vida. No podía siquiera respirar adecuadamente, su pulso se despunto y podía jurar que se desmayaría de dicha y amor.

¿Alguien alguna vez podía sentir tanto junto y no explotar?

Sakurai le sonrió al tonto hombre que lo había hecho tan feliz, poco a poco inundado de la emoción, alegría y amor de por fin ser correspondido.

Sin poderse abstenerse más, él rio feliz y atrapo en un ágil movimiento a Inoue por su cintura, haciéndolos girar juntos debajo de la nevada, de la dicha, con solo ellos dos siendo testigos del importante momento en su relación que inesperadamente se formalizaba.

Tanto tiempo espero eso… Nunca pensó que llegaría así, que se sentiría de esa manera, que solo querría escuchar una y otra vez esas simples pero invaluables palabras.

No podía creer todas esas sensaciones en su interior y las otras tantas que se mostraban en los hermosos, puros ojos que tanto amaba y podían ofrecerle tanto. Se sentía como un sueño compartido y que deseaba experimentar por siempre.

Lo tomo con más fuerza y lo beso con torpeza y desesperación. Inoue rio llorando un poco. Él parecía tan o más afectado que él, y eso era simplemente asombroso.

Cuando Sakurai lo bajo, ambos se miraron en silencio con las emociones aun a su alrededor. No había palabras suficientes para expresarlo todo, sin embargo aun así lo intentaron con impaciencia.

-Te amo, Inoue. ¡Te amo! Me has hecho… tan feliz, Kypher od mi Sjol. ¿Cómo es que tú…?

-Oh, dioses. Por favor, no preguntes… -rio paranoicamente Inoue. Él lo abrazo con propiedad por su cuello, rodeándolo y viéndolo tan sinceramente que solo provoco que riera estúpidamente feliz. –Siento haberte esperar tanto. Solo puedo decirte que espero tener el tiempo suficiente para recompensarte todo lo que me ofreces, Dai. ¿Sabes que eres mi persona más valiosa? Pasare el resto de mi vida amándote solo a ti, así que por favor… ámame también…

-Siempre, Inoue. ¡Nunca dejare de amarte! Eres… dios… -gimió Sakurai sin poder expresar todo. No importo, la dulce caricia de la mano de Inoue en su mejilla le dijo que era entendido y correspondido.

-Te amo, Kypher od mi Sjol… -susurro Inoue íntimamente. Al mismo tiempo se acercaron hasta poder besarse, solo que un fuerte viento helado apareció de la nada, separándolos. -¡Dai!

Sakurai no entendió que sucedió o el grito de Inoue hasta que la ventisca de nieve y pequeños fragmentos de hielo paro. Con la tranquila nevada incluso detenida, la imagen enfrente de él fue clara y sobre acogedora, con Inoue protegiéndolo y su Poder desatado.

Enfrente de ellos, Magno Hayes sonreía malvadamente.

Continuara…

 

 

 

Notas finales:

Jojo, ¿que tal? xD

¿Muy cursi, inesperado, dulce? Espero con ansias sus comentarios >.<

Y se que le deje en una critica parte, pero... Lo siento xDD

No podre actualizar hasta el 23 mas o menos. El proximo miercoles me caso y tomo unas mini vacaciones de luna de miel. Espero lo entiendan .-.

 

Y asi :3

Estan invitados a leer el proximo emocionante capitulo~

Mientras... Cuidense mucho y pasen un lindo dia y fin de semana. Recuerden que no necesitan pareja para disfrutar hoy. Tambien estan los amigos, que algunas veces duran mas que una pareja :x

Nos leemos pronto .w./


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).