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El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

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Notas del capitulo:

Waaaayyy~

Bienvenidos sean todos ustedes a la esperada boda del año :D (?

Espero disfruten de este dulce capitulo especial.

¡Esta prohibido llorar, ¿de acuerdo?!

Sin más, adelante~

Capítulo 33: “…Me entrego a ti desde este momento hasta la eternidad…”

 

Calmadamente afuera nevaba. El clima a pesar de ser frio no era insoportable, permitiendo a Sakurai mirar encantado a través de la ventana la dulce danza. En su cabeza recordaba la manera sensual y privilegiada en que su compañero bailaba.

Antes nunca pensó en ello, de hecho le daba igual. En Azelleb eran especificas las zonas donde caía nieve, llovía o algún evento climático similar. En la Segunda Luna, donde residían los aquelarre de vampiros, eran muy pocas las veces que algo así pasaba.

Jamás lo considero, pero ahora era el frio su favorito. La razón, por supuesto, él.

-Es hermoso… -gimió su hermana poniendo su mano en el vidrio. –Hace siglos que no veía nevar…

Sakurai sonrió por las palabras de ella, las mismas que pensaba. Hokuto ni siquiera ponía atención a algo más que no fuera la hermosa escena. Casi podía ver en sus grandes ojos emocionados como caía la nieve acompasadamente.

Un pequeño ruido atrás de ellos llamo su atención. Una vez más, Shinobu y Haruka peleaban, solo que ahora jalaban algo y se miraban en silencio. Sakurai puso los ojos en blanco y negó. Aquellos dos discutían todo el tiempo, pero parecían los mejores amigos. ¿Quién lo diría?

Él miro de nuevo la ventana antes de que el resto de su familia de sangre, y la adoptada entrara.

-¡Miyagi, dígale a su esposo que yo llevare la capa a Kazu-san!- gimoteo Haruka aun peleando con el Chaton. Sakurai miro al profesor exasperado, riendo por lo bajo a expensas del pobre hombre.

-¡Él es mi amigo! ¡Y soy su padrino, joder! ¡Yo la llevare!- replico el chico jalando con mayor fuerza la prenda. Si seguían así, Inoue no tendría capa.

-¿Y por qué no se la entregan ambos?- intervino Sakurai tratando de ayudar. Cuando ambos le miraron al mismo tiempo, supo que había cometido un grande error.

-¡Por supuesto que no!- exclamaron ambos al mismo tiempo. ¿Por qué siquiera lo intentaba?

-Bien, ya basta ambos… -suspiro el Rey Christian tomando la prenda de ellos y mirándolos con intensidad. –Dejen de discutir por unos minutos. Si no se pueden poner de acuerdo, ninguno la llevara. Ahora, por favor guarden silencio y vayan retirándose. Kazuhiko-sama no tarda en bajar y específico que ninguno de ustedes dos, alborotadores, estuviera aquí…

-Inoue… -gruño entre dientes el Chaton, pero aun así se dejó llevar cuando su esposo, escondiendo con esfuerzo su sonrisa, tomo su mano. Haruka hizo lo mismo cuando Muldor, completamente descarado con su mirada burlona, lo tomo y lo alejo de Shinobu.

Tener a su padre en el día de su boda traía ventajas mayores de las que en un principio pensó…

El Rey negó sonriendo y vio directamente hacia él, asintiéndole. Entendiendo la señal, se levantó del lugar donde se sentó y tomo la mano de su hermana para llamar su atención lejos de la ventana.

-Vamos, es hora de ir hacia la ceremonia- le sonrió. Hokuto le miro sorprendida antes de entender sus palabras.

-¿Faltan minutos para tu boda y te ves así de sereno? Tomaste un calmante, ¿no es así?- Sakurai rio con ganas ante la sonrisita de ella.

-Después de las tres “bodas” y una ceremonia formal enfrente de todo ser sobrenatural con poder en Azelleb, créeme que esto es solo un paseo en el parque, Princesa…

-Vamos, vamos. No hay tiempo ni siquiera para nervios. ¡Ya hay que ir en camino!- apresuro Risako sonrojada por su embarazo avanzado. Sakurai viéndola tan presionada y seria la obedeció, pero solo para no presionarla más. Estaba pensando específicamente en su bebé, no en la estricta e histérica mujer.

Hokuto rio y lo acompaño a la salida antes de unirse a su esposo e ir con él en el coche conducido por Haruka, el único de los vampiros que sabía conducir un auto de Celes. Sakurai fue con todos los otros chicos, excepto Miyagi, quien sería el que acompañaría a Inoue.

Nervioso como dijo no estarlo, miro la casa que momentáneamente Inoue y él compartían.

Era tradición la pareja que se iba a casar no se vieran antes de la ceremonia, sin embargo lo que más anhelaba Sakurai en ese momento era ver a su amante a cualquier costo.

Johnny le apretó suavemente su brazo y le sonrió tranquilizadoramente, eso y los sentimientos igual de nerviosos provenientes de Inoue lo calmaron en cuestión de segundos.

Sin importar lo que sucediera ese día, ellos ya estaban enlazados y se amaban. No debía olvidar eso…

 

 

-Ya todos se han ido, solo faltas tú…

-Y tú- rio Inoue mirándole entre cada cepillada a su largo cabello. -¿Me haces los honores, Miyagi?

-Así que… soy tu padrino, te entrego en el altar, ¿y aparte debo peinarte?- pregunto el profesor con una grande y divertida sonrisa. Inoue rio e hizo un gesto con el cepillo.

-Puedo llamar a Shinobu-chan. Creo que aun estoy a tiempo. Amaría tomar una ventaja sobre Haru-chan…

Miyagi giro los ojos y tomo el cepillo. Inoue sonrió satisfecho y permaneció quieto, mirando la concentración y seriedad en la expresión de su amigo, reflejada por el espejo enfrente de ellos.

No esperaría una obra monumental, pero simplemente quería llevar algo especial de su persona favorita.

Miyagi era más que un amigo, era su hermano, su cómplice, la persona en que más confiaba y quien lo salvo tantas veces del infierno, como estuvo sentado a su lado allí. Nunca lo dejo, siempre lo considero, en todo momento, tomando decisiones solo después de hablar con él, pedir su consejo, o tener la certeza de que estaría con él. Permitió que Inoue estuviera a su lado y le entrego la misma fidelidad que él le ofreció.

Fue el primer integrante de su familia, y seguiría siendo por siempre una de las razones por las que ahora vivía.

Inoue era más que feliz de que Miyagi se involucrara en todo lo relacionado con un día muy especial para él. El día que definiría todo para siempre.

Su amigo en un par de minutos le hizo una media cola muy esmerada y bella. De alguna manera no le sorprendió que él estudiara sobre el tema, no después de esa noche que tuvo que pedirle ayuda a Shinobu y no él. Pero por llevar las cosas en paz, no menciono nada, y él pareció aliviado de que no lo molestara.

Con cuidado, Miyagi al final le coloco el enorme velo regalo del Rey Christian, y su corona de Príncipe, que siendo honesto, era simple capricho de Inoue el llevarlo en su boda civil.

Mientras el hombre arreglaba su cabello, Inoue se perdía en la imagen que miraba de él mismo.

Su cabello brillaba por el tratamiento que Risako se esforzó por que tomara. Su rostro fue mimado también y lucia menos pálido de lo normal, terso, cuidado y con pequeños signo de maquillaje.

Llevaba un traje parecido al de su futuro esposo. Un frac negro, con camisa blanca y un pañuelo y corbatón rojo. El chaleco era del mismo color. Todo lustroso, impecable y ajustado.  

Inoue moría por ver a su pareja vestido de forma similar.

Miyagi lo saco de su ensueño levantándolo, volteándolo y acomodando un poco de su cabello cayendo por sus hombros y pecho. Inoue puso los ojos en blanco por la determinación del hombre.

-Miyagi, no es por ser vanidoso, pero soy apuesto. Hagas lo que hagas, no lograras que luzca más…

-Cállate… Me pediste ayuda, así que guarda silencio. Tus manos…

-Sí, sí… -suspiro Inoue dejando que le pusiera los supuestos guantes. Eran solo de decoración, se los sacaría para que su compañero le pusiera su anillo físico. Aunque francamente encontraba estúpido desde el principio usarlos, pero no se atrevió a contradecir a Risako. Ella determinada daba miedo… embarazada y determinada era peor.

Por fin acabo todo e Inoue por fin pudo respirar. Dio un par de pasos y vueltas para ajustarse a su vestimenta antes de derrumbarse en la silla, tembloroso.

-No me digas que ahora tienes miedo, Inoue.

-¿No debería?- replico él sin mirarlo.

-¡Por supuesto que no! ¿Qué es en realidad esto, Inoue? Francamente es solo una formalidad para que la ley los reconozca, y aquellos invitados que no conocen a Sakurai, lo hagan. Ustedes ya están unidos en matrimonio… de una manera más especial e íntima que los habitantes normales de Celes. Deberías ser feliz. Esto es más como una fiesta para festejar…

-Sí… tal vez tengas razón…

-¿Tal vez?- sonrió Miyagi y acomodo de nuevo el velo enorme que se arrastraba un metro en el suelo. Inoue se había enamorado de él a primera vista, y Miyagi parecía obsesionado en que luciera perfecto. Eso lo hizo sonreír y relajarse un poco.

Su amigo le sonrió y sin más palabra coloco la capa para cubrirlo y que nadie lo viera antes de tiempo. Inoue rio y se arropo siguiéndolo a la salida, dando una despedida temporal a la casa donde estuvo con su compañero por cinco meses completos. Después de la boda, ambos se irían de luna de miel por un mes, para ellos tres en un mundo recién descubierto y escasamente poblado.

Inoue ladeo levemente la cabeza cuando Miyagi se detuvo antes de abrir la puerta del garaje. Él dejo salir un suspiro entre divertido y exasperado antes de voltearse a Inoue y buscar en su traje de gala.

-Olvide entregarte algo… -dijo y le extendió una llave unida a un simple llavero.

-¿Quieres que conduzca? ¿Así?- rio Inoue haciendo un ademan a su traje, que no era casi un problema, pero el velo seguro lo seria.

Miyagi no contesto y continúo extendiéndole la llave. Inoue encontró raro el llavero después de unos instantes y acepto la llave, viéndola mejor con la poca luz que había.

-Revísalo bien y seguro querrás conducir, incluso así- murmuro Miyagi y salió dejando a Inoue estoico adentro.

En el llavero con el escudo de la realeza vampírica estaba pegada una nota. La característica letra de su compañero escrita con burla era clara, directa y dejo a Inoue sin aliento.

 

>>Te dije que podía hacer esto por ti, chéri.

Bienvenido a la riqueza. Disfruta de tu automóvil nuevo.

Te amo<<

 

Inoue corrió y casi cayó por su prisa. Miyagi apoyado en el automóvil se notaba aburrido, mientras Inoue casi babeaba con la imagen de su regalo, un *Lamborghini Gallardo rojo nuevecito, hermoso y deslumbrante.

¡Pensó que Sakurai había estado bromeando!

-Juro que uno de estos pagaría la comida a todos en Celes, pero aun así iremos en este. Anda, despabila. Risako daría a luz por el pánico porque no llegues a tiempo… -bufo Miyagi antes de entrar al precioso auto como si nada.

-Lo matare… En cuanto lo vea, lo golpeare y después lo besare… mucho tiempo… -se susurró Inoue mareado. Con la mayor suavidad toco el coche, casi llorando. Era simplemente perfecto.

-¡Vamos!- le apresuro Miyagi desde su lugar, pero Inoue se encontraba en éxtasis y muy lejanamente lo escucho.

Boda… Debía casarse, firmar el papel y participar en la fiesta… Después tendría sexo con su esposo en el alucinante y costoso automóvil.

Dio un gemido cuando se sentó detrás del volante, y ya estando en la calle, Inoue no se pudo resistir a conducir con toda la potencia que el motor ofrecía… la cual era la suficiente para que Miyagi se alarmara y lo regañara por varios minutos. Solo entonces, y completamente a regañadientes, se elevó a la Primera Autopista rumbo a su boda.

-En serio, Inoue… -suspiro Miyagi por fin soltando el tablero del auto. –Antes recriminaba a Sakurai, pero ahora recuerdo varias cosas y es todo lo contrario…

-¿Le recriminabas? ¿Qué cosa?- sonrió Inoue sin dejar de ver al frente. -¿Qué ya no seas mi favorito?

Miyagi se mantuvo en silencio, sin seguir la broma. Inoue alejo sus pensamientos felices del auto y miro a su amigo, que observaba afuera por la ventana, con una expresión muy particular.

Su mente decían que se sentía en conflicto, su mirada que estaba enojado, el especial enlace que compartía con Inoue le dijo que solo estaba sorprendido, sin embargo por completo feliz.

¿Cuándo seria que ese hombre dejaría de sobre analizar las cosas?

-Lo siento, Miyagi- llamo Inoue con voz dulce y tranquila. -Has dejado de ser mi número uno...

Su colega le miro un segundo sorprendido antes de reír, toda la tensión abandonándolo visiblemente mientras le sonreía y asentía.

-Y tú el mío hace tiempo... -susurro. -Pero siempre serás mi mejor amigo.

-Oh, sí. Sin duda- asintió Inoue con una gran tonta sonrisa.

-Entonces esta bien. Ya... no te necesito como Protector, solo como mi amigo. Nosotros ya tenemos personas que nos necesitan más. Esta bien que ellos sean nuestro número uno.

-Sí, lo es… -Inoue parpadeo alejando el llanto y acaricio el volante, dejándose inundar por el placer del regalo en lugar de los nervios por el evento que estaba a punto de realizarse.

La ceremonia y fiesta seria ya avanzada la tarde, a minutos de oscurecer. Ellos también eligieron deliberadamente que fuera invierno, solo que el clima decidió que todo el día nevara con calma, apenas pequeños círculos que cubrían todo de blanco. Eso fue a su beneficio y para sus invitados que no estaban acostumbrados a la luz solar.

El viaje les tomo unos minutos y luego Inoue se estaciono sin problemas. Ahí se encontraba esperándolos Mitsu junto con Shinobu. Ambos temblaban de frio aun con la capa puesta. Inoue se apiado y levantando la mano evito que el frio los tocara. Los dos notaron eso antes de verlo a él salir del coche.

-¡Kazu-chan!- grito feliz Mitsu corriendo a abrazarlo. -¡Te ves hermoso! ¡¿Y este auto?! ¡Es genial!

Miyagi adelanto ambos y volvió a girar los ojos solo para que Inoue lo viera. Shinobu lucia tan asombrado del regalo que Sakurai le dio que apenas si percibió que Miyagi lo acompañaba.

-Inoue, vamos. Debes estar en la puerta en cinco minutos… -recordó Miyagi negando, abrazando a su pareja para salvarlo del frio.

-¡Cierto, cierto!- apoyo Mitsu alejando sus preguntas antes dichas. –Todo tiene que salir lindo. Vamos, dame tu capa. Nos aseguramos de que nadie estuviera cerca, así que ya no necesitas esconderte en la capa… También dame los guantes, y toma tu ramo.

Inoue aturdido dio y recibió, mirando para todos lados. Se encontraba algo perdido con todo a punto de suceder.

Sin tiempo a tranquilizarse Miyagi lo tomo, Mitsu a Shinobu y todos corrieron a tomar posiciones. Él fue arrastrado al lugar especial donde solo se permitían estar a ambos. Inoue en ese momento entro en pánico.

-Espera, Miyagi. Dame un segundo… -suplico soltándose de su amigo. Afortunadamente él no opuso nada.

Tomando profundas respiraciones, Inoue comenzó a caminar en círculos, distrayéndose con lo poco que veía en sus pasos paranoicos.

La hacienda rodeada de un abundante y hermoso bosque era simplemente hermosa. Ahora él estaba en el pasillo antes de entrar en el salón principal del lugar. Las paredes eran de cristal, dejando ver perfectamente afuera que fue decorado para la ocasión.

La ceremonia seria en el salón, la fiesta en el jardín que era más grande y daría espacio para los más de ciento cincuenta invitados, no todos humanos, y muchos no acostumbrados a estar encerrados con desconocidos.

Todo brillaba, era perfecto y adecuado… pero Inoue se vio asaltado repentinamente de nervios estúpidos.

Miyagi le dejo dar vueltas varias veces antes de intervenir. Él le tomo por ambos hombros y le agito violentamente, agitando todo su cuerpo y velo. Inoue con creces volvió a sí mismo.

-Haznos un favor, y cálmate, Inoue. Solo tomara un minuto, y luego lo veras. Entonces entenderás que todo estará bien, ¿de acuerdo? Un minuto, confía en mí… Dame un minuto para que el cortejo nupcial avance, y después yo te acompañare y te entregare a Sakurai… ¿De acuerdo? Por el momento respira, lento, tranquilo. Todo está bien…

-Sí… esta bien… -susurro Inoue tratando de respirar como Miyagi le dijo.

Su amigo hizo una mueca e hizo una serie de movimientos apresurados en su brazalete, Inoue no lo entendió hasta que le dejo ver la pantalla holográfica.

-Esta bien, todo listo. Que empiece todo, estoy con Inoue… -comunico a la llamada que tenia con Risako. Inoue jadeo cuando distinguió en el brazalete la grabación que se hacía de lo que ocurría adentro del salón.

Con dos apartados separados por una puerta, Inoue no podía ver a su cortejo en la otra sala. Inoue los vio por primera vez cuando ellos comenzaron a avanzar por el pasillo del salón ya repleto de gente elegante y sonriente.

La grabación mostro en primer lugar a la persona que más anhelaba en la vida, y con el demonio si no lucia igual de nervioso que él.

Sakurai tomaba por el brazo al Rey Christian, el último en traje de gala militar, con una hermosa y discreta corona. Su compañero también llevaba su corona de Príncipe, pero su vestimenta en general era la de su prometido, nada que ver con otra referencia a su posición social.

Los dos sonreían, el Rey notoriamente apoyando a su hijo. Cuando los dos llegaron junto al juez, Christian le susurro algo a Sakurai y lo abrazo fuertemente por varios segundos. Sakurai lucia más tranquilo al tomar su posición.

Inoue suspiro y miro a Haruka y Muldor entrar, como padrinos y testigos de Sakurai. Haruka tomaba el brazo de su hermano y lucia encantado de la vida. Muldor sonreía cortésmente, pero después de tanto tiempo, Inoue conocía al hombre y veía verdadera alegría en su mirada rubí.

Siguieron Risako y Shinobu. El Chaton era su padrino y testigo junto con Miyagi, pero dado que el profesor entregaría a Inoue, el chico tuvo que entrar acompañando a Risako, su única dama de honor. En realidad Naya, la amiga de infancia de Sakurai, iba a ser la segunda dama, sin embargo declino al admitir que no sabía nada de bodas en Celes y no quería ser un estorbo. Ella termino siendo una invitada más, sentada a la izquierda en la segunda fila del salón.

Risako lucia hermosa con su largo vestido rojo. Su embarazo era discreto, como todos los que se desarrollaron en mujeres de Imi-nashi. Se notaba su vientre, pero el vestido era perfecto para su estado. Simplemente lucia perfecta.

Shinobu iba de traje negro y corbata roja, movía mucho su larga colita rubia y sonría discretamente. Inoue tenía la urgencia de desordenar su cabello y exigirle no ocultara su emoción por la ocasión.

Ellos tomaron posición, Risako asintió a un hombre apartado de los invitados, y la luz, música y expresiones de todos cambiaron. Inoue apretó el brazo de Miyagi y trago, viendo por último la nerviosa mirada de su pareja antes de que su amigo cerrara su brazalete.

-Listo, vamos. Él esta ahí, ¿cierto?

-Él siempre esta y estará ahí, Miyagi… -susurro Inoue tomando una gran inhalación antes de asentir y caminar con Miyagi.

La primera puerta se abrió al mismo tiempo que la segunda de la siguiente estancia, provocando que el pasillo se alargara aun más para ellos. En su larga visión, Inoue hizo contacto visual con su compañero.

Sus pasos fueron tomando confianza y dejo su agarre de muerte en su amigo, Miyagi sin en cambio no dejo de poner su mano encima de la suya que tomaba su antebrazo, casi evitando que Inoue se zafara y huyera, o algo similar.

Su familia, amigos y conocidos lo recibieron con sonrisas grandes y amorosas. Inoue distinguía a cada uno a pesar de la luz tenue de las velas repartidas por todo el pasillo de pétalos rojos. Veía en sus ojos la alegría por su felicidad, buenos deseos, tranquilidad porque al fin lograra encontrar alguien con quien pasar su vida.

Miro a su compañero y noto su alivio, su emoción, su alegría. Vio su amor y la promesa que ya le había entregado y cada día le reafirmaba.

Sus hermosos ojos brillando, expresando todas sus emociones. Todo por fin estuvo bien en su interior…

Sonrió hasta que sus mejillas le dolieron, relajo su cuerpo y camino los pocos metros que lo separaba de su destino decidido y aceptado.

Al llegar Miyagi exhalo y tomo la mano derecha de Inoue ceremoniosamente como las costumbres indicaban, solo que dudo en entregársela a Sakurai. Inoue negó y rio, mirando a su amigo levantando una ceja. Él se alzó de brazos y lo abrazo rápidamente, cerrándole un ojo antes de separarse por completo.

¡Olvido que su amigo podía ser así de caprichoso!

-Amalo más de lo que lo hace su familia. Mucho más… Y cuídalo- exigió Miyagi por fin dando la mano de Inoue a un sonriente Sakurai.

-Por supuesto… -respondió el hombre, besando la mano de Inoue. Él rio quedándose sin palabras. –Hola… -le susurro Sakurai volteando a verlo.

-Hola… -respondió Inoue con complicación.

-¿Nervioso? Porque yo sí…

-Para nada… -mintió Inoue y rio en voz baja. Sakurai le sonrió y miro por largo rato antes de por fin acompañarlo el par de pasos que los separaban del sonriente juez.

Tras una sonrisa más del hombre mayor, la ceremonia comenzó sin complicaciones. El tiempo paso rápido, ambos olvidando lentamente los nervios hasta que Shinobu con una altanera expresión le extendió a Inoue un cojín que dejaba descansar dos pequeñas cajitas hermosas, individuales de bellos acabados, donde los dos anillos de oro blanco se encontraban listos para ser colocados.

Inoue le sonrió a su amigo Chaton y tomo el anillo correspondiente de su vampiro.

-Yo, Kazuhiko Sakurai Inoue, te pido que te entregues a mí como mi esposo. Prometo amarte, cuidarte, serte fiel y respetarte por el resto de mi vida. Velare por ti en las adversidades y los momentos de gozo, y ni siquiera la muerte podrá separarnos… -añadió Inoue a los votos normales. El juez dio una risita sorprendida, Sakurai solo asintió aturdido.

Muy lento, disfrutando del único especial momento, Inoue tomo la mano de su compañero y deslizo con cuidado el anillo de boda, justo después del de compromiso que le entrego y el tatuaje de su Pacto.

-¿Tus votos?- alentó sonriente el juez cuando ambos se quedaron mirando sin decir nada más.

-Tú y todo aquel que se esforzó por saber, es consiente que no soy una persona perfecta. Cometí y seguiré cometiendo errores, uno detrás de otro, inclusive más de una vez. Me acostumbre a estar solo a pesar de tener personas a mi lado. Te aleje tantas veces, te dañe… y temo en el futuro lo hare; pero nunca dejaste de amarme. Aun no lo entiendo, y desde que acepte esto, deje de cuestionarlo. Soy sincero a mis sentimientos, así que… Realmente, desde este momento, te convertirás en mi todo. Serás mi única prioridad. Tú felicidad, tú cuidado, tú tranquilidad. Me esforzare por hacerte sentir feliz de elegirme, a mí, de entre tantas otras personas adecuadas. Valorare tu amor, te seré fiel, y no existirá nadie más que tú. Hare todo lo posible porque esto funcione y seamos felices por siempre. Mi dulce Elegido… me entrego a ti desde este momento hasta la eternidad…

Sakurai sonrió evitando sus lágrimas. Inoue lloro por ambos y lo abrazo, susurrando en su oído cuanto lo amaba, y nadie más debía escucharlo.

Ninguna persona los interrumpió. Cuando los dos encontraron tranquilidad, e Inoue acepto el pañuelo de Miyagi, él noto que no era el único que lloraba. La mayoría de su familia lo hacía, tanto los Príncipes y Princesas como su familia de Celes.

No era un llanto de tristeza, era de alegría. Inoue solo se vio asaltado por la fuerza de sus sentimientos.

Su compañero se aclaró la garganta y asintió al lloroso Chaton. Shinobu por primera vez le sonrió dulcemente al vampiro y le extendió el añillo que quedaba.

-Yo, Sakurai Daisuke Dómine Leblanc, te pido que te entregues a mí como mi esposo. Prometo amarte, cuidarte, serte fiel y respetarte por el resto de mi vida. Velare por ti en las adversidades y los momentos de gozo, y ni la muerte podrá separarnos… -sonrió traviesamente, robándole una sonrisa a Inoue también.

Colocando el anillo justo antes de su marca tatuada del Pacto Sagrado, Sakurai sonrió enormemente. Él beso su mano después y le miro por largos segundos antes de asentir, y sin soltar su mano, continuar.

>>Prometo amarte, cuidarte, serte fiel y apoyarte en tus sueños, metas y principios. Cuando caigas, te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad. Siempre velare nuestro enlace y agradeceré al Destino el haberte puesto ante mi vida. Mi Kypher od mi Sjol… me uno a ti y que nuestra alma sea una sola por siempre… Te aceptare y amare más allá de la muerte, mi amado Inoue… -agrego a los votos comunes que ya le había dicho. Inoue solo puedo reír agudamente renovando su llanto.

El juez fue lo suficientemente considerado para permitir a los dos tranquilizarse antes de continuar.

Sus padrinos firmaron, con su huella digital y firma legal, los vampiros con el sello de la realeza que hacia legal el proceso. Al final, Sakurai e Inoue hicieron lo mismo sin alejarse demasiado del otro.

Inoue alejo toda triste al igual que su pareja cuando Mitsu y Kaoru se acercaron sonriendo enormemente, poniendo el lazo en ellos.

Ambos ni siquiera discutieron el tema. En Celes era común pedir a una pareja estable, de años, y que se amara profundamente, los bendijera poniendo el lazo en la ceremonia. Ellos estuvieron de acuerdo inmediatamente que debían ser Mitsu y Kaoru. Ambos eternos amantes, que pasaron por muchas cosas, entre ellas la pérdida de un hijo, y seguían tan enamorados y unidos como el primer día, si no más.

En silencio, Sakurai e Inoue rezaron por tener la misma fortuna que ellos dos, y continuar juntos a pesar de las dificultades.

-Que a los seres que el amor ha unido, no los separe el hombre. Los declaro unidos en matrimonio. Pueden besarse… -sonrió el juez y les asintió amablemente.

Ambos voltearon al mismo tiempo y se vieron profundamente. En los ojos y corazón de Sakurai se manifestaba lo mismo que en Inoue… exactamente lo mismo. ¿Cómo era posible tanto amor, alegría, paz y emoción? ¿Tanta suerte?

Sakurai coloco su mano en la mejilla de Inoue y lo acerco por su cintura. Bajo la mano y tomo su cuello, justo donde siempre bebía de su sangre. En un suave movimiento lo atrajo, sedujo su boca con un beso suave, lento, tierno. Inoue suspiro y rodeo su espalda con una de sus manos, la otra en el pecho agitado de su ahora esposo por todos los medios.

>>Te amo, mon amour…<<

>>Yo también te amo, mi Inoue. Por siempre y para siempre…<<

Aplausos y festejos estallaron en el conmovido salón. El ruido era ensordecedor entre risas y palabras de felicitaciones, sin embargo ellos no lo notaron por completo.

Los dos sonrieron al separarse y se abrazaron estrechamente. Risako intervino y sin molestarlos lidero la salida de todos hacia el jardín. En el salón por varios minutos juntos y en silencio, solo ellos quedaron.

Inoue solo no podía dejar a su esposo. Todo era tan perfecto, hermoso y real, que simplemente no quería moverse.

-Vamos, tenemos toda la eternidad ahora para esto, chéri…

-Tienes razón… -sonrió Inoue y acaricio su rostro, depositando un suave beso en sus labios entre abiertos. –Te mentí. Moría de nervios…

-Lo se… -susurro Sakurai y volvió a acariciar su mejilla. –Pero ya todo está bien, Inoue. Por supuesto no todo será perfecto, tendremos nuestros problemas y desacuerdos, hay mucho aun por experimentar… solo no quiero que olvides que te amo, eres mi Pareja Destinada… y nuestras almas están juntas y nunca se separaran.

-Es por eso que no hui de ti… -rio Inoue la verdad y lo abrazo una última vez antes de dejarse escoltar afuera.

Tan solo dieron un paso lejos de la salida del salón, ambos fueron recibidos por una lluvia de pétalos de flores. Inoue tomado por sorpresa soltó un gritito mientras Sakurai reía a carcajadas.

Sus padrinos y familia completa en conjunto sonreían y aventaba los pétalos. Risako y Johnny incluso saltaban riendo, al final vaciando toda la pequeña cesta que tenían entre sus manos de una sola vez. Inoue se tragó varias pequeñas cosas entre todo.

Los demás invitados también sonreían. Ellos tenían entre sus manos globos blancos iluminados atados a largos listones dorados. Al final del listón se encontraba un pequeño trozo de papel, una costumbre ya normal en las bodas. Arrojar un deseo al cielo junto con el de los recién casados.

Inoue trabajando como profesor, al igual que Sakurai en su empleo, dejaron la mayoría de las cosas a Risako y los otros padrinos. La noticia de los globos fue una sorpresa, pero por supuesto bienvenida. Eso le recordó a Gaby, quien con su esposo tenían dos globos unidos con una sola cinta. El Chaton le sonrió cuando lo vio.

Algo le dijo que el chico había tenido un poco que ver con la hermosa sorpresa.

Sabiendo que no había más que agregar, Shinobu les extendió sus respectivos globos y una pequeña libreta con pluma. Sakurai acepto los globos, pero pareció extrañado de lo demás. Inoue le sonrió y se acercó a él para que viera lo que escribía.

 

>>Deseamos ser felices, juntos, por toda la eternidad, siendo una misma alma, por favor… <<

 

-Lo último ya esta asegurado, mi amor… -le susurro Sakurai abrazándolo por la espalda, dejando enfrente de él la cinta para que amarrara el papel arrancado de la libreta.

-Nunca está de sobra ser apoyados por alguien más… -le respondió Inoue y le miro un momento antes de que ambos dejaran libres los globos.

Solemnemente todos los invitados hicieron lo mismo. Inoue aparto la mirada del cielo oscuro y los miro. Más de uno, incluso los que permanecían en pareja, mantenían expresiones de súplica y anhelo.

Deseo tanto que sus deseos se hicieran realidad. Él de él, años atrás en la boda de Gaby se cumplió. Esperaba no tardara demasiado el de los demás.

Todos permanecieron mirando el viaje de los globos hasta que se cansaron. Risako una vez más intervino y los guío a todos a la zona de la fiesta, donde en la entrada, personal del lugar, ayudo a todos para encontrar sus mesas.

Sakurai e Inoue avanzaron sin contratiempos a su mesa individual. Les hubiese encantado compartirla con su familia, pero esta creció tanto que ahora eran más de veinte. No cabrían, y al final sería complicado moverse. Lo sabían, ellos lo aceptaron, y al final las mesas se dividieron en dos con su familia, y ellos en una sola.

Inoue se recargo en su esposo viendo a sus seres queridos y allegados acomodarse, charlando, riendo, mirándolos y sonriendo honestamente.

A todos los conocía, a todos les tenía aprecio de alguna manera. Y era abrumador considerar a más de cien seres, personas con las que podía contar, e incluso confiar lo más valioso para él.

No solo era una fecha memorable por la unión total con su compañero, también porque con la ocasión se juntaron todas esas personas e Inoue fue consiente por fin, de que en realidad no estaba solo, los tenia a ellos. Ya nunca se encontraría sin ayuda, sin cariño, sin salida.

Lo que más quiso lo tuvo desde hace tiempo a su alcance, y sumergido en reproches no lo noto. Pero ya no más.

La cena comenzó y fue perfecta, deliciosa y disfrutable. Sus invitados se notaban contentos, e Inoue aprovecho la ocasión para relajarse por completo y compartir tiempo con su esposo que nunca dejó de sonreír y besarlo. Inoue tampoco reprimió sus sentimientos y se dejó consentir por el único hombre en su vida.

Cerca del final de la cena Inoue noto a su amigo Shinobu que permanecía callado. Johnny a su lado le susurraba y todos en la mesa daban risitas, al parecer a expensas del Chaton. Eso llamo horriblemente su atención.

Shinobu era un maravilloso y digno hombre, no se dejaba rebajar por nadie, como el orgulloso sobreviviente a muchas crueldades. ¿Qué lo desarmaría tanto para mantenerlo callado así?

Inoue obtuvo su respuesta cuando Miyagi se levantó y golpeo con cuidado su copa, produciendo un singular ruido que atrajo la atención de todos, callándolos.

-Buenas noches, y bienvenidos. Espero estén disfrutando de la velada. Si no les molesta, les pido su atención ante las palabras de mi esposo, también el segundo padrino de los recién casados. ¿Shinobu?

Dioses y Diosas… ¡¡¿Shinobu pronunciaría el brindis?!!

El Chaton un poco tembloroso asintió y se levantó tropezando un poco. Él evito con todas sus fuerzas mirar hacia Inoue y Sakurai, prefiriendo dirigir su mirada a los demás invitados, en ninguno en particular. Parecía demasiado nervioso para ver a alguien y soportar el contacto visual.

-B-buenas noches… G-gracias por acudir hoy, a la esperada y… especial unión de mis familiares, Sa… Daisuke e Inoue… -Shinobu se aclaró la garganta y tomo una respiración, tomando unos segundos antes de hablar, más calmado y seguro. –En tan importante ocasión, me gustaría proponer un brindis, a nombre de ellos dos…

>>Inoue por mucho tiempo ha sido un gran amigo. Siempre fuerte, valeroso, digno y hermoso, ¿por qué no decirlo?- sonrió nervioso, acompañándole en el gesto los demás. –Lo conozco hace solo un par de años, pero solo semanas nos bastó para saber que podíamos confiar en el otro. Es mi mejor amigo, en quien siempre pensare y cuidare. Con quien siempre contare… y por el que siempre doy gracias de haber conocido. Mi amigo, mi Protector, mi maestro, mi confidente… mi hermano. Su felicidad es lo que siempre buscare, tanto como que siempre este conmigo…

-Tonto Chaton… -susurro Inoue sollozando cuando sus miradas se encontraron.

-Él se merece lo mejor de este mundo, por su sola persona, por todo lo que alguna vez hizo. Gracias a él soy feliz, libre legalmente, aprendí a confiar y a contar con otro ser. Sé que hizo cosas maravillosas, de las que él mismo desconoce, y es por eso pido a los Dioses, Deidades, o cualquier ser superior que me escuche, que permita que sea feliz, este a salvo y sea amado por ese ser, Sakurai Daisuke…

Sakurai sonrió y dio una cabezada lenta al Chaton. Inoue rio un poco tomando su mano.

>>Y hablando de ese hombre… Francamente me exaspera, me irrita que solo llegara y reclamara a nuestro Inoue… pero lo hizo feliz… tanto como no lo había visto… Me costó reconocer que habría felicidad que yo no le podría otorgar, que nadie más que él lo haría. Es por eso que también pido su bienestar, su tranquilidad y una larga vida, para que pueda hacer feliz a mi amigo… y logre conocerlo mejor para poder pedir que este a mi lado y el de las personas que lo valoran…

>>Este día ellos se unen, se ven felices y siento en mi interior su felicidad y amor… así que personalmente me encargare de preservar esa unión, y ayudarlos a que continúen de esa manera. A ser testigos de su felicidad y participar en ella…

>>¡Por Sakurai Kazuhiko Inoue y Sakurai Daisuke! ¡Que el amor, prosperidad y salud siempre los acompañe en su nueva vida de casados y como personas individuales!

-¡Salud!- exclamaron dichosos los demás elevando sus correspondientes copas.

Inoue no tomo, solo miro a su mejor amigo. El chico también lo veía y sus ojos demostraban como pocas veces a plenitud sus sentimientos.

>>¡Yo también te quiero, pequeño alborotador Chaton!<< Le dijo divertido por su enlace mental. Shinobu rio.

>>Salud, Inoue. Salud… <<Respondió él haciendo un ademan con su copa a la salud de ellos, después bebiendo un modesto trago. Inoue le imito y se sintió el hombre vivo más feliz del universo.

-Siempre apreciare esa honestidad y determinación de ese chico… -rio Sakurai a su lado. Inoue rio y asintió de acuerdo.

-Por nosotros, mon amour… -propuso Inoue con su copa levantada. Sakurai le sonrió y choco suavemente su copa con la de él.

-Por nosotros, Kypher od mi Sjol…

El cese de la música tranquila y suave le llamo la atención. Inoue miro al escenario donde se había encontrado la pequeña orquesta, solo para encontrarse a un sonriente Mitsu tomar un micrófono con suavidad.

-Buenas noches. Disculpen la intromisión, pero les pido unos minutos de su atención. Mi amigo, Keiichi, aquí presente, tiene algo que decir… Adelante.

Oh, cierto. Inoue había olvidado eso con todo el ajetreo del día.

Sumi permaneció un segundo estático antes de sonreír y asentir en dirección de Mitsu. Él después sonrió misteriosamente y tomo la mano del curioso Johnny. Ya los dos de pie al lado de su mesa, Sumi ante la mirada de todos los invitados, se apoyaron en una rodilla enfrente del pálido Chaton.

-He estado pensando esto por mucho tiempo, Johnny… desde el primer día en que te vi. No me arrepiento de nada, y quiero pasar mi vida junto a ti. ¿Me harías el honor, mi amor, de casarte conmigo?- pidió, mostrando una cajita con un hermoso anillo de compromiso.

-K-Kei… ¿Cómo es que…? ¿Por qué…? ¡Sí, acepto! ¡Acepto, acepto! ¡Te amo!

-¡Yey! ¡Felicidades!- exclamo Inoue extasiado, iniciando los aplausos de todos los otros sorprendidos.

Sumi se había acercado un mes antes con Inoue y Sakurai, diciéndoles su plan. La pareja era la única por casarse, y que aprovechara la fiesta con todos sus conocidos reunidos fue algo evidente.

Inoue había muerto por ver la reacción de Johnny, y el Chaton no le había defraudado.

El editor con una nerviosa sonrisa extraña en él, coloco el anillo en la mano más pequeña y temblorosa. Al levantarse, ambos se besaron por largos minutos.

-Felicidades, chicos… -rio Mitsu aun en el micrófono, distrayendo la atención de la melosa pareja. –Ahora, espero disfruten de su regalo de bodas, Kazu-chan, Sakurai… -dijo y asintió a su esposo que estaba detrás del piano.

-¡Joder!- rio Inoue cuando el escritor comenzó a tocar con un violín hermoso una dulce, romántica y lenta canción acompañada de piano y otros instrumentos de los músicos que los acompañaban.

Mirando a Sakurai, Inoue supo que el hombre era consciente de la sorpresa de su amigo. Él sonrió y beso su mejilla, susurrando en su oído con voz sensual y lenta.

-¿Me permites esta pieza, mi dulce esposo?

-Creo que puedo aceptar, esposo… -rio Inoue entregando su mano y levantándose con él.

La luz se centró solo en ellos juntos en la pista de baile. Inoue rodeo con sus brazos el cuello de su compañero, dejándose guiar en un baile lento, suave, maravilloso. La música parecía traer un hechizo que los envolvió en su propio mundo donde solo estaban ellos dos solos, por fin juntos sin ningún impedimento inmediato.

Danzaron diestramente por todo el lugar sin dejarse de mirar ni separarse. Las manos de Sakurai lo abrazaban y acercaban a su pecho hasta que Inoue simplemente se apoyó en su cuello y ahí permaneció durante toda la canción. Cuando otra comenzó acompañados de todas las parejas, ellos aun no se separaron.

Mitsu y Kaoru resultaron ser excelentes músicos. Los seductores sonidos no fueron eclipsados incluso cuando Taki subió al escenario y canto una enigmática canción de origen desconocido para Inoue. Ni siquiera el idioma le resultaba conocido.

La princesa se lamentó, exclamo y sostuvo largas notas acompañadas por el violín de Mitsu. Ambos, juntos, provocaron que Sakurai e Inoue se estremecieran inundados en sentimientos abrumadores.

Fue simplemente perfecto.

Al final de la canción todos aplaudieron, incluyéndolos. La Princesa sonreía sonrojada y Mitsu solo sostenía su violín, mirando hacia Inoue le cerró un ojo cómplice.

Kaoru reverencio el agradecimiento, beso a su esposo y se retiró, acompañado de los demás músicos. Todos se extrañaron hasta que una música programada, con toques de pop y electrónica comenzó a sonar, después Mitsu comenzó a tocar, y tras varias notas, Taki le siguió con su voz privilegiada.

Ahora la canción cantada en un idioma reconocible, hablando del amor intenso y arrollador, era entregada, despampanante, rítmica y apasionada.

Mitsu y Taki hicieron del escenario suyo, bailando, sonriendo, haciendo un espectáculo maravilloso con sus movimientos y presencias. Mitsu luciéndose con su violín y destreza en complejos movimientos de danza, Taki poniendo énfasis en su cantar, entregándose por completo a la letra con voz estremecedora e impactante.

La atmosfera de la pista cambio y fue más animada, todos contagiados por la energía de los dos en el escenario. Inoue y Sakurai no podían dejar de sonreír dejándose llevar por la música.

Todos brincaron y festejaron cuando el dúo dinámico termino con un gran espectáculo de luces y una larga nota de ambos.

Taki y Mitsu no podían ni respirar al agradecer y bajar del escenario, asaltados por todos y sus felicitaciones. Así, la pista se vacío parcialmente y solo unos pocos permanecieron ahí. Sakurai e Inoue decidieron también tomar un respiro antes de saludar a sus invitados.

Les tomo bastante tiempo ver a todos. Entre las personas que Inoue conoció antes, durante y después del juicio por los Chaton, y presentarle a todos ellos a Sakurai, como acercarse mejor a los invitados de su esposo, la cosa se alargó bastante y fue en su mayoría amena, descartando una que otra pregunta bastante peculiar e incómoda.

Dejaron para el final a su familia en conjunto. Ellos decidieron eso porque deseaban quedarse con ellos por el resto de la noche, y así lo hicieron juntando las dos mesas ya avanzada la velada.

Los Príncipes alejados de las constantes miradas y los deberes eran simplemente… libres, jóvenes. Incluso Muldor y Rio, quienes solían ser los más serios y entregados, olvidaron por completo etiquetas, dirigiéndose a sus hermanos sin sus títulos. Y la convivencia con los chicos de Celes fue maravillosa, confiada y alegre.

Risako se hizo la mejor amiga de las Princesas y Keigo, mientras que las “discusiones” de Shinobu y Haruka no pararon en toda la fiesta. Stravros hablaba tranquilamente con el sonriente y relajado Rey, Johnny se hizo amigo de todos, en especial de los chicos que no pertenecían a la realeza; Andrew, que acompañaba por supuesto a Muldor, y Naya, quien fue con Haruka. Miyagi permanecía un poco al margen excepto con el propio Muldor, con quien al final se llevó bastante bien. Sumi ni siquiera ponía demasiada atención. Él estuvo mucho tiempo con sus mejores amigos, Akihiko y Mitsu, ambos en la siguiente mesa cerca de la suya.

El baile no paro en toda la noche. Sakurai e Inoue bailaron con toda su familia y algunos invitados, pero como al final era la fiesta que celebraba su boda, ellos dos permanecieron gran rato juntos, en la pista, ajenos a todo.

Fue después de unas cuantas canciones, que ellos fueron sacados de su pequeño mundo por Miyagi, quien toco el hombro de Sakurai y atrajo su atención.

-¿Me permites un momento a mi Protector?- pregunto con una pequeña burlona sonrisa. Sakurai refunfuño un poco antes de ceder a Inoue justo cuando acabo la rítmica canción que llevaran tocando.

A Inoue y Miyagi les toco una dulce sonata de violines, inesperadamente conocida por ambos.

Inoue se vio trasportado al pasado mientras danzaba, recordando los viejos bailes en Azelleb. Todo etiquetas, sonrisas falsas, desgracia. Ellos habían odiado bailar porque eso significaba ir a fiestas obligados. Por ello prefirieron el bajo mundo, donde en la oscuridad de bares mundanos, no eran fácilmente reconocidos.

Pero ahora las cosas habían cambiado y ellos bailaban por placer. ¿Quién lo diría?

-Lo pensaste alguna vez, Miyagi? Antes, en Imi-nashi, quizá un día antes de la guerra... que terminaríamos de esta manera...

-No... Nunca imagine que llegaríamos a ser tan felices... -susurro abrumado Miyagi antes de sonreír divertido y levantar a Inoue inesperadamente, pero él lo advirtió y solo rio ya en lo alto, sollozando, feliz como nunca. –Y no lo cambiaría por nada, mi amigo…

-No, yo tampoco… Soy extremadamente feliz, Miyagi…

-Lo se… Porque si no fuera así, hablaría muy seriamente con Sakurai…

-¡Hombre, ya déjalo en paz!- rio Inoue dándole un pequeño golpe en su frente.

-No soy el único. Hace poco escuche a tres personas amenazarlo con que te hiciera feliz. No dudo que a estas alturas, todos los invitados hayan dicho algo similar…

¿Era en serio? Pobre de su dulce marido…

-Vamos, no me mires así, Inoue. ¡Es su culpa! Venir de la nada a reclamarte… Era evidente todos tendríamos algo que decir, incluso si perdimos la guerra…

-Guerra… ¿Desde cuándo es una guerra? En serio, Miyagi… Deben dejar de atacarlo. ¿Algún día lo consideraran?

-¡Pero que dices, tonto!- exclamo Miyagi profundamente insultado. -¿Te has dado cuenta que han pasado meses desde que ustedes volvieron a Celes? ¿No has notado algo diferente?

No lo hizo. Ciertamente al poco tiempo Sakurai y él se fueron a vivir juntos, aumentando un poco las veces que se veían. Aunque Sakurai continuaba entrenando a Keigo y manteniendo viajes de días, e Inoue al terminar las clases, y cuando él no estaba, se ocupaba en lo imposible para no extrañarlo.

Nada cambio, ellos se encargaron de equilibrar todo y la vida diaria se convirtió en placentera.

-Dioses, Inoue. Debería golpearte por ser tan despistado desde que ese hombre apareció… -se lamentó Miyagi y lo guio a la barra de bebidas en la parte derecha, alejada de la pista de baile y las mesas. En el extremo opuesto, una barra de postres era constantemente visitada por los invitados.

-Así que… -apresuro Inoue aceptando la copa de vino.

-Shinobu lo presento como “familia”, ¿si lo notaste? ¿Cómo es que yo lo llamo y los demás? ¿No te has dado cuenta? Él ya es uno de nosotros, Inoue. No nos quedó de otra cuando se enlazaron, pero ahora estamos satisfechos, e hicimos el esfuerzo por conocerlo… no por deber, porque queríamos saber de él. Ya lo consideramos, ya es nuestra familia… Y por eso continuare molestándolo, como tú lo haces con Sumi y Shinobu…

Cierto… realmente no puedes incordiar a alguien de esa manera si no le tienes cierta estima, es por eso que nadie se preocupaba por las discusiones de Haruka y Shinobu…

De verdad Inoue había deja de notar varias cosas, su mente totalmente tomaba por Sakurai… E irónicamente no se arrepentía de eso. De nuevo, ¿quién lo diría?

-Oh, Dioses… conozco esa mirada… Mejor me alejo antes de que te trasformes en una masa completa de melosidad… -dijo con aparente asco el profesor. Inoue le miro con burla.

-¿Cómo tú y ese Chaton molesto? ¡Ay!- grito cuando fue golpeado en su costado.

-¿No te enseñaron que esta mal hablar de alguien cuando no esta presente?- recrimino Shinobu riendo en sus ojos, moviendo energéticamente su colita rubia. Inoue solo se sobaba su maltratado cuerpo.

-Lo olvide, lo siento. Para la otra me asegurare de que estés aquí para hablar mal de ti…

El Chaton frunció sus cejas e Inoue y Miyagi rieron. La atmosfera que antes del juicio empezaron, parecía ser más sólida y feliz que en ese momento. Eso era bueno.

Miyagi abrazo bruscamente a su esposo molestándolo, tratando de hacerle olvidar el enojo. Inoue giro los ojos y tomo su copa, alejándose y dejándolos en su coqueteo. ¿Ahora quién era el que ponía “esa” mirada?

Busco entre la multitud a su esposo y lo encontró bailando con una de sus hermanas. Inoue sonrió y fue a sentar a la vacía mesa de su familia. Fue cuestión de segundos antes de ser acompañado, ahora del sonriente Rey.

-¿Cansado?- le pregunto, ofreciéndole un vaso de agua. Inoue agradeció dando una cabezada respetuosa, sonriéndole.

-Ni un poco- contesto antes de beber. No estaba cansado, pero si sediento. El vino nunca saciaba eso.

El Rey permaneció con él en apacible silencio mirando a las parejas bailar. Parecía que todos los invitados escogieron ese momento para ir y soltarse con una rápida y alegre canción.

La atención de Inoue la llamo Risako. Ella se disculpó con Sumi, con quien bailaba y miro alrededor con una expresión parecida al pánico. Inmediatamente Inoue se alertó, inundado de repente por los alarmados sentimientos de ella.

De una sorprendente rápida manera Risako cruzo la pista y se acercó a ellos, sonrió tensamente al Rey y le dio una torpe reverencia, sosteniendo su vientre en todo momento.

-Mi Rey, ¿le molesto tomando a Inoue? Lo necesito… Creo que mi hijo quiere festejar con nosotros y adelanto su nacimiento…

Oh. Dioses. Santos… Esto no podía estar sucediendo…

El Rey Christian con una gran expresión de sorpresa sostuvo a Risako cuando ella perdió equilibrio, dejando salir una pequeña exclamación de lamento. Inoue inmediatamente reacciono y tomo a la mujer en parto, alzándola en brazos sin complicación, corriendo con ella a la hacienda.

-¡Stravros! ¡Sumi, Johnny!- llamo desesperado en su camino. Su grito alarmado sonó más fuerte coincidiendo con el final de la música. Aprovechando eso, Inoue paro un momento y grito por su hombro con todas sus fuerzas. -¡¡Muévanse, idiotas!! ¡¡Risako va a dar a luz!!

Sin ver si los nombrados atendían, Inoue corrió cuidando de su hermanita.

Risako hacia todo por ser valiente. Apenas dejaba salir jadeos, sus ojos estaban cerrados y respiraba muy lento, acompasado, obligado. Su cuerpo sin embargo temblaba, su mente estaba lleno de miedo y lo único que evitaba que se derrumbara era al parecer que Inoue la tenia en brazos y ella podía aferrarse a su velo.

Llegando grito a los empleados, quienes, para darles crédito, reaccionaron muy bien y le ayudaron con lo que pidió.

Una habitación cerca de la recepción del lugar fue suficiente. Inoue dejo con cuidado a la futura madre y no soltó su mano, calmándola, liberando buenas y tranquilizadoras sensaciones para la chica. Eso ayudo a que se calmara antes de que su esposo y padrinos de nacimiento del niño llegaran.

-Ya saben que hacer… -dijo Inoue dando el relevo de apoyo a Stravros y Johnny. –Ayúdenla a controlar su Poder, y ofrecerlo si ella lo necesita. Risako, tranquilízate, respira… Haremos esto rápido y sin dolor. No pienses en nada y solo concéntrate en tu respiración… ¿Estamos, linda?

-P-pe… Perdón, por… arruinar… tu boda… Nii-san… -jadeo ella sollozando. Inoue gimió y beso su frente, haciendo mimos en su vientre alarmado.

-Calla, mujer. No arruinaste nada. Este es un hermoso y especial momento, ¿lo olvidas? ¿Qué mejor que compartirlo con Natsume-kun? De hecho estoy muy feliz por esto. ¡El próximo año celebrare mi aniversario de boda y el cumpleaños de mi sobrino!

Risako rio e Inoue pudo respirar un poco mejor.

Stravros se encargó de distraer a la chica mientras Inoue iniciaba la cesaría, la ruta más segura con un bebé tan complicado y misterioso como lo era el que venía en camino.

Inoue no pudo evitar sonreír cuando su Poder de Hielo no fue en realidad requerido por el bebé, sin en cambio sus manos y el cuerpo de Risako entraban en un calor sorprendente, no dañino.

El bebé manejaría con toda la certeza el fuego…

Le tomo unos minutos, mucho de su propio control y energía, pero al final Inoue logro traer a salvo al nuevo integrante de su familia.

-Chicos, tengo el honor de presentarles a su hermoso hijo, Natsume William… Futuro Maestro de Fuego…

Risako lloro cuando Inoue coloco al bebé que no lloraba, solo miraba con grandes ojos su alrededor. Stravros con la mayor enorme sonrisa que le habían visto, lo limpio con cuidado y ternura.

Sumi ayudo a Inoue a levantarse de la cama, mientras Johnny ordenaba algo para limpiar a la mamá y el bebé.

-Es… tan hermoso y pequeño… -susurro Risako conmovida. -¿De verdad es nuestro hijo?

-Tengo tu sangre en mis manos para demostrarlo, Risa-chan… -rio Inoue, al contrario de sus palabras, ocultando sus manos de ella. No quería que pensara en eso, solo en la pequeña criatura acostada en su pecho.

-Gracias, Inoue… Muchas gracias… -jadeo Stravros mirándolo con agradecimiento arrollador. Inoue se sonrojo un poco y aparto la mirada, sonriendo un poco nada más se recuperó de la honestidad del normalmente serio y tranquilo hombre.

-No digan nada más, chicos. Es nuestro sobrino… es nuestro deber cuidarlo y amarlo…

-Lo que me recuerda que no es solo vuestro… -refunfuño juguetonamente Johnny extendiendo los brazos para pedir al bebé. Risako hizo un puchero acercando más a su hijo.

-Comparte, Nee-san, o lo secuestraremos cuando no veas… -guiño Sumi con una dulce sonrisa. Stravros frunció el ceño confundido, tanto como un poco alarmado. Inoue negó y tomo al pequeño que inmediatamente se acomodó en sus brazos, durmiendo calmado.

-Descansa, Risako. Lo cuidaremos por ti. William-kun, cuídala y haz que permanezca aquí. Ahora volvemos…

Sin darles tiempo a reaccionar, Inoue y los padrinos de nacimientos se retiraron con el pequeño. Saliendo de la habitación, inmediatamente estaba reunida toda su familia, incluyendo por supuesto a los preocupados vampiros.

-Todo está bien. Risako y el bebé descansan y no hubo complicación alguna… -anuncio, mostrando un poco la carita dormida entre la cobija azul intenso.

-¿Qué Elemento maneja, Inoue?- intervino Miyagi acercándose. Inoue le sonrió.

-Deberías saber, futuro tutor y gruñón padrino…

Eso dijo todo con creces… eso, y que él bebe comenzaba a desprender un aura de calor que incluso a Inoue incomodo.

En el futuro les esperaba bastantes cosas…

Sakurai un poco apartado veía a Inoue con una extraña mirada. Inoue noto que aun estaba sucio por la cesaría y no soltaba al bebé. ¿En que de esas cosas se fijaría su esposo?

Shinobu le arrebato al infante y comenzó a arrullarlo. Todos los rodearon exclamando su alegría. Inoue solo fue y beso a su compañero, ahora por completo feliz en su vida.

Al menos por ahora, todo estaba bien. Ya después enfrentarían lo que ocurriera, juntos por supuesto.

-Felicidades, chéri… Ahora tengo que compartirte con otra persona… genial.  

Continuara…

 

 

Notas finales:

*Lamborghini Gallardo: El auto de mis sueños ---> http://www.hdwallpapers.in/walls/2012_lamborghini_gallardo_lp_570_4-wide.jpg

 

Inoue ya no pudo aventar el ramo :c
Aunque ya todo calmado, lo arroja. ¡Y Aikawa lo atrapa, como la futura novia dentro de unos años!~

¿Y que tal les parecio?

Johnny y Sumi se casan, Risako y William son padres, y Shinobu y Miyagi aprenden a relajarse. ¡Es un final hermoso! (?

En la primera version, este era el final del fic... pero les dare un bonus. Esperenlo~

Por cierto, el secreto de este capitulo, es que los votos de Inoue fueron los que yo misma dije en mi propia boda...

 

Espero les haya gustado. Nos leemos pronto con los ultimos capitulos.

Cuidense mucho. Nos leemos pronto .w./

Christal Celeste de Garcia <3


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