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El salvador que necesita ser salvado. por christalchii268

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Notas del capitulo:

Y pues este capitulo es muy lindo e importante. Soy sado al disfrutar de esta faceta de Inoue-kun ^^U

Que lo disfruten .w.

Capítulo 8: “Continúa, te vigilaremos por más de cuarenta días…”                                                          

Obscurité Alleb contaba con inmensos terrenos iluminados siempre por sus tres grandes y turquesas lunas en el alto y negro firmamento. El viento siempre soplaba y traía un diverso y rico repertorio de olores.

El importante mundo en su mayoría paranormal se dividía en varias regiones regidas por líderes, todos miembros del llamado Consejo Universal. Ellos eran los encargados de juzgar cualquier caso que llegara a sus manos y atentara con la paz o alguna ley de su gente en general.

Quien contaba con mayor poder en varios sectores era el actual rey vampiro, Christian. El hombre vivía entre riquezas, fama y tranquilidad. La mayoría de su familia y asociados residían con él en el mayor castillo de su territorio.

Se decía que en la raza vampírica y en general, en el mundo paranormal, no había existido un líder mayor y justo que el actual rey. Su gente vivía cómoda, segura y feliz… o al menos eso se decía de voz en voz. Los enemigos desmentían la perfección, sus seguidores la defendían, al Consejo le daba igual mientras no trajera problemas a inocentes.

Tantos diversos poderes y pensamientos siempre en cualquier mundo traía como consecuencia conflictos, Azelleb no era la excepción, sin embargo aun sobrevivía sin guerra en varios cientos de años. Los mayores desacuerdos se lograron resolver con la intervención del Consejo, quienes la mayoría de las veces chocaban entre ellos mismos, pero siempre mantenían por primera instancia a su gente y su bienestar.

El mundo contaba con recursos, futuro y gente que hacia lo necesario por sobrevivir y ser feliz, defender y cuidar de los suyos, y la mayoría de las veces solo escuchaban a un líder en específico.

El príncipe Sakurai Daisuke no era la excepción mientras caminaba seguro de si por los vacíos pasillos del Castillo Inicial. Si su familia lo requería, él recurriría. Como toda su gente, sin importar razas u orígenes, al encontrarse lejos siempre serian atraídos por el inicio y su punto de procedencia.

-Oh, el hijo prodigo ha vuelto… Lástima que no se nos informó, nos ha faltado el desfile para anunciarlo…

-Un gusto como siempre, Lord Yered… -musito calmado Sakurai, viendo a uno de los mayores Generales de su padre mirarlo negativamente, como siempre.

-Basta, General. Le agradezco su esfuerzo. Puede retirarse…

-Mi Rey… -empezó lentamente el hombre, solo detenido por la profunda mirada rojo sangre del imponente ser envuelto en sombras del fondo de la amplia habitación. –Con el permiso de sus majestades…

El silencio se expandió mientras el vampiro se retiraba. Los tres hermanos de Sakurai lo ignoraron, más concentrados en mirar cada movimiento sutil del Rey que escribía algo en el sencillo escritorio. Sakurai tranquilamente se apoyó en la pared más cercana y cerró los ojos, tratando de borrar por un momento las bellas joyas azules que solo momentos antes observo con casi insana atención.

-Dai… ¿A quién hueles, hermano?- rio su hermano mayor y quien le había llamado, entrando pretenciosamente por la puerta abierta.

-Muldor, un placer volver a coincidir, hermano… -desvió sin apuro Sakurai dándole una cabezada.

-Ya decía yo… Te note enojado. ¿Interrumpí algo? Después de todo apestas a alguien… -Muldor con su superior sentido del olfato levanto levemente su cabeza e inhalo en dirección de Sakurai. –Alguien con un exquisito olor, incluso…

Sakurai gruño audiblemente, tenso. Sus demás hermanos lo vieron de reojo mientras también respiraban discretamente. Sakurai sintió sus colmillos descender mientras observaba con furia contenida a su sorprendido hermano.

-Basta, chicos- ordeno simple el Rey dejando de escribir. De inmediato todos pararon y se relajaron. –Daisuke, es un placer y honor que lograras llegar tan rápido y de improvisto. Lamento no aplazar más esto, hijo mío…

-Rey… -reverencio Sakurai apoyando una rodilla en el suelo con alfombra y apoyándose en la otra. –Si usted pide, acudiré.

-No fui yo, sin embargo… -sonrió tristemente el Rey reincorporándose en su silla.

-Sí, de eso yo soy culpable- levanto su mano Muldor con tensión. –Y sin en cambio, yo no me disculpo…

-¿Y sucede, hermano?- apresuro irritado Sakurai.

-¿Directo? De acuerdo… ¿Por dónde empezar? ¡Ah, ya se! ¿Tal vez porque nos mandaste a la líder del ultimo clan de brujas negras medio muerta de miedo, justo a mitad de la cena?

-¿Cambiaron el horario de cena?- pregunto indiferente Sakurai, fingiendo curiosidad. Muldor siseo molesto.

-Rey, hágame el enorme favor de intervenir antes de asesinar a uno de sus hijos… -pidió suplicante Muldor sin ver al sonriente Christian que se levantaba.

-Daisuke, no mortifiques más a tus hermanos. Sabes la razón, ellos no, yo sí. Te escuchamos, hijo…

Sakurai suspiro cansado. El Rey tomo sus manos atrás de su espalda viendo por el cerrado balcón, sus hermanos robando miradas al líder y a Sakurai repetidamente.

-He encontrado y decidido a mi “elegido”. Mi único…

-Decidido… Eso quiere decir que no es Él, ¿cierto?- intervino su otro mayor hermano sentado en el bello sillón. Sakurai dio un ademan desesperado con su mano.

-Sí, sí, eso es evidente.

-¡¡Tercer Príncipe!!- se escandalizo su hermano menor, llevándose una mano al pecho. -¡¿Esta consiente de las consecuencias diversas que su apresurada decisión traerá?!

-Cuarto Príncipe, no estoy aquí para debatir mi decisión, ¿de acuerdo? Lo que apremia es que la noticia se filtró, mi elegido corre peligro y estoy tomando precauciones. Fin, se acabó. ¿Puedo retirarme ya?

-Espera un maldito segundo, Sakurai- gruño Muldor colérico. –No puedes ir y…

-¡¿Por qué se aferran a tratarme como un estúpido?!- estallo Sakurai expresándose con ambas manos. -¿De verdad soy tan poco confiable para que ustedes solo coincidan en que tome la idea a lo bruto y así la estoy manejando?

-Sakurai…

-¡No, Primer Príncipe!- bramo Sakurai deteniéndolo. –Esa persona es idónea, y el único maldito problema que tendríamos que resolver es entre nosotros. No necesito que aparte ustedes intervengan, ¿de acuerdo? Los necesito a todos para que respaldan mi decisión y me apoyen con el cuidado de él, no para que se comporten así…

-¡¿Y cómo carajo querías que reaccionáramos, Sakurai?!- grito Muldor. –De la maldita nada decides todo por tu maldita cuenta y no nos informas. Ahora mira lo que ha ocasionado. Padre tuvo que intervenir para que el Consejo no interpusiera una queja a tu persona…

-¡¿Qué demonios quieres decir con eso, Príncipe?! ¡¡No tengo ni una maldita cosa que informarles a ustedes!!

-¡Por supuesto que debes!

-¡¡No, no debo!!- se alteró Sakurai caminando hasta ponerse amenazador enfrente de su hermano. –Se lo he dicho, Príncipe, mi decisión solo le concierne a esa persona y a mí. Ninguno tiene el menor derecho a meterse en eso. Le hice consiente a Padre, como corresponde. Termino la discusión…

Sakurai miro resentido a su hermano y se dio media vuelta. Nadie dijo nada ni lo detuvo, solo evito que se retirara su padre, que sin decir nada encaro la tensa habitación.

-Detente, Tercer Príncipe.

-Rey…

-¡Basta!- ordeno más firme Christian con severidad. Todos bajaron la cabeza en respeto. –Siéntense, Príncipes. Escuchen y no interrumpan…

Muldor y Sakurai no estuvieron satisfechos pero obedecieron, ambos tomando asientos lo más lejos posible del otro.

-Sakurai tiene razón, hijos míos. Su respetable decisión solo le incube a él y a su acompañante. Nadie debe intervenir… No importa ninguna cláusula… -se apresuró a agregar al ver la mueca de su cuarto hijo. –Sakurai no es un cachorro más, es consciente de lo a que se atiene. Si es su decisión dejar de buscar a su Kypher od mi Sjol, renunciando a todo lo concerniente, déjenlo. Es su vida…

-¿Y esa famosa persona es consciente y acepta todo?- gruño con sorna Muldor.

-Ese será otro problema, Muldor. Lo que nos reunió aquí fue la explicación a los rumores que tanto te alteraron, ¿cierto?

-¡Que irónicamente le corresponden, Padre!- se quejó Muldor resentido. -¡¡El Consejo estuvo cerca de aceptar un caso contra la familia real, todo por él!!- señalo crudamente a Sakurai.

-Rey, si eso es necesario intervendré con el Consejo… -dijo serio Sakurai viendo a su padre que negó.

-No, no, Sakurai. Para empezar, Muldor exagera las cosas, como es su trabajo… -suspiro levemente. –Para incursionar más en el altercado, hijo, tuviste el acierto de mandarnos a la infractora cuando disfrutábamos de los alimentos en compañía de uno de los lideres… La mujer resentida farfullo incoherencias que alentó a malos entendidos. Ideas que he abolido con la verdad necesaria que me hiciste el honor de portar…

-Sakurai, tienes que entenderlo, hermano- hablo serenamente su segundo hermano. –Entiendo el punto de Padre y Muldor. Tanto tienes derecho a hacer tu vida como desees, debes mínimo avisarnos si eso nos incluye. No estas al tanto de los muchos conflictos que afrontamos esta tarde en la ignorancia…

Sakurai entendía todo, pero eso no evito que bufara irritado desviando su mirada.

-No pensé que esto se extendería así. Sinceramente…

-Lo sabes, hijo… -dijo el Rey tomándole por sus dos hombros con cariño. –Para bien o mal eres un Príncipe. Tus acciones siempre se relacionaran de alguna manera con tu linaje, desees o no. Gran alboroto haz causado aunque no fuera tu intensión…

-Padre…

-Pero respetaremos tu desenlace… -agrego Christian con amabilidad. –Es el deber de la familia real y de tu familia, cariño. Tanto como lo haremos con las diversas situaciones con tus demás hermanos. Como afrontamos el enlace de tus hermanas y sus elegidos…

-Mínimo que el hombre sea digno, Príncipe… -gruño Muldor irritado. El Rey logro enojarse al gritarle con los ojos cerrados.

-¡Ya basta, Príncipe Heredero! Comprendo la variedad de razones y pensamientos detrás de tu afirmación, pero te prohíbo hablar así de alguien que no se encuentra presente para defenderse. Acataras tu respetable actitud como Heredero o te retiraras de mi presencia hasta que recapacites.

Muldor hizo una reverencia y se marchó con paso firme. Los demás Príncipes hicieron lo mismo con rapidez sin intercambiar mirada o palabra.

-*Tout simplement merveilleux destination!- grito colérico Sakurai deseando destruir algo.

-Cálmate Sakurai o te pediré lo mismo…

-Padre, usted no puede…

-Hijo… -susurro Christian tomando su rostro entre sus manos. –Escúchame. Te entiendo, los entiendo. Se todas las ramas de esta decisión. Nunca es fácil… ¿O crees que mi resolución de hacer Reina a tu madre no trajo consecuencias similares? Todo Azelleb tuvo algo que decir conque reclamara a tu madre cuando ella no era mi Kypher od mi Sjol, pero al final fue mi querida compañera que me dio ocho maravillosos hijos y trajo varios años de felicidad a mi vida hasta su muerte que se llevó gran parte de mi corazón…

-Creo que amo a Inoue, Rey. Lo siento. Suficiente prueba es entenderme a mí mismo, y esta exasperante sensación permanente de impotencia. Cierto que en un principio no tome en cuenta nada, yo solo estaba más centrado en ganarme a Inoue como para pensar en más. Ahora no puedo ni quiero renunciar a él. Enfrentare cualquier cosa por Inoue, Padre.

-Y es por eso que deje que esta tonta discusión continuara. Necesito que tus hermanos se den cuenta de eso. Para ellos en este momento solo consideran que tomaste la decisión arbitrariamente, sin más. Ellos no saben todo, y no es mi derecho comunicárselos…

-¿Entonces…?

-Solo vuelve a Celes, hijo. Resuelve lo primario, disfruta del cortejo y afronta lo que venga. El Destino al final acomodara todo en armonía si tu camino correcto lo incluye a él. Regresa en su compañía a mi presencia cuando este decidido su enlace juntos.

-Rey… -gimo Sakurai abrazando a su padre como no solía hacerlo.

-Es un hecho triste, Daisuke. Ayúdate primero antes de ayudarle. Sin embargo no temas, sé que él es el elegido…

 

 

-¡Inoue, por los dioses, espera!

Inoue escucho claramente la petición desesperada de Shinobu, al igual que varios estudiantes en el pasillo que los miraban curiosos, pero Inoue no aminoro su camino mientras abrazaba más fuerte los tres gruesos libros que llevaba con él. Su cabeza no estaba muy estable incluso si la jornada laboral estaba por acabar.

-¡Te estas comportando como un niño, demonios!

-Y lo dice el que me está persiguiendo… -murmuro para si Inoue lamentándose.

Con mucha suerte llego a la oficina sin que el Chaton le alcanzara, sin embargo él no albergo muchas esperanzas y dejo la puerta entre abierta para que el estudiante entrara. Sin ver si lo hacía, Inoue se dirigió a su escritorio y dejo los libros ahí, revisando inútilmente al mismo tiempo si tenía un mensaje nuevo.

Era tan estúpido. ¿Por qué esperar algo contrario cuando espero toda la noche sin respuesta? Era evidente que Sakurai no lo contactaría. Inoue mismo no lo quería ver después de lo que ocurrió.

-¿Me vas a seguir ignorando, Inoue?- entro hablando Shinobu. Inoue no dio señal manejando su trabajo disperso.

-Lo divertido es que fue básicamente un extraño el que logro esto, Shinobu. Es muy irónico… -murmuro terminando de ordenar por importancia sus documentos materiales digitales.

-¡Y eso es lo que me molesta, Inoue! Ese hombre llego y logro esto. ¿Cuándo fue la última vez que sucedió esto entre nosotros? ¡Nunca! Y todo por ese…

-¡El problema radica en algo más!- grito impotente Inoue estrellando sus puños en la dura madera. –El maldito punto es que ustedes no confían en que tome la decisión correcta, ¿cierto? Piensan que cometeré una estupidez eligiéndolo, pero para su maldita información, fue Sakurai el que me eligió y yo aún lo considero. ¡Me hubiese gustado que mi propia familia me diera una opción antes de solo juzgarlo!

Shinobu no dijo nada mientras Miyagi también entraba y atestiguaba el desplante de Inoue. Él tampoco dijo nada y se esforzó en controlarse, tratando de no alarmar una vez más a Johnny, Risako y Stravros, quienes no eran culpables de su alterada actitud contra esos dos seres que solo hicieron lo que quisieron sin antes considerar varias cosas.

-¿Dónde está él?- pregunto Miyagi con voz neutral. Inoue rio amargo evitando verlo.

-¿Por qué? ¿Faltaron amenazas que quisieras darle?

-Lo menciono porque estas aquí gritándonos sin que él nos fulmine con la mirada…

-Vaya, tal vez tenga algo que ver con que fuiste tan maldito que él tal vez se arrepintió de elegirme… -gruño venenosamente Inoue, terminando por lagrimear mordiéndose su labio inferior.

-¿Por qué te esfuerzas en tratarnos como los malos, Inoue?- cuestiono temeroso Shinobu dando un paso en su dirección.

-Yo no dije eso… -susurro Inoue afectado.

-¡Solo queremos lo mejor para ti, entiéndelo!- replico Shinobu. Inoue se levantó bruscamente y lo miro firme.

-¡Se eso, Shinobu! No creas que desprecio sus sentimientos, porque ustedes saben que daría mi vida mil millones de veces por su felicidad. ¡No espero lo mínimo después de demostrarlo tantas veces en el pasado! La cuestión aquí es que no me están permitiendo tomar mis decisiones, solo quieren actuar por su cuenta, poniendo de pretexto mi bienestar.

-¿Crees eso?- gruño Miyagi ofendido. –Inoue, ese hombre te puso en un peligro…

-¡¡Ese hombre se llama Daisuke, You!!- replico Inoue sin abstenerse de llamar a su amigo por su nombre para añadir seriedad a sus palabras. –Esa persona me hizo increíblemente feliz poniéndome como el centro de su universo, y ustedes vinieron a amenazarlo. No dejaron que él se explicara, ni siquiera pudo preguntarme si me encontraba bien… No entienden nada y no dejaron que yo les explicara… Ahora no cuento mínimo con la certeza de volverlo a ver, todo porque las personas que más valoro no confiaron en mí…

Inoue les miro completamente abatido, acallando el llanto desesperado que deseaba emitir.

Cualquier palabra, cualquier gesto no alcanzaría a explicar el anormal sentimiento de desolación que sintió cuando Sakurai sin más lo abandono después de ese intimo momento que compartieron y pareció perfecto. La separación lo hizo sentir tan usado y solo como ningún encuentro de su pasado logro, y aunque deseaba no saberlo, Inoue conocía la razón detrás de eso.

Sakurai al contrario de sus demás aventuras, si logro entrar un poco en su barrera que redujo solo por él.

-No lo entiendo, chicos… Si no deseaban que encontrara alguien… ¿Por qué me obligaron a prometerles precisamente eso?… -sollozo antes de salir de la oficina sin decir nada. Ya afuera sin pensar en nada llego a su único refugio que se le ocurrió sin dar en eso.

-Bienvenido, Kazu-chan…

-Mitsu…

 

 

-Sí, esta con el matrimonio Kazamiya… -anuncio Miyagi cerrando su brazalete electrónico con una mueca. Todos en la sala suspiraron tranquilos con la noticia.

-¿Esta bien?- pregunto preocupado Johnny tomando con más propiedad la mano de su pareja.

-De entre los gruñidos de Kaoru-san entendí que si- dijo molesto Miyagi sentándose al lado de su esposo.

-Basta, You. Aunque nos cueste creer a muchos, esos dos chicos han llegado a preocuparse mucho por Nii-san- defendió Risako sin mirarlo.

-Eso explica por qué fue con ellos… -repuso Shinobu mirando al techo.

-Fue con Mitsu-san… -aclaro Johnny débilmente. –Kaoru-san dice que le debe mucho a Nii-san, así que siempre trata de ayudarlo cuando él va con ellos…

Nadie dijo nada. Johnny dejo que Keiichi lo abrazara dándole tranquilidad que necesitaba. El chico estaba un poco más tenso que los demás al no poder ir a Celes y tratar con el problema. Por el momento, ambos tenían que conformarse con una video-llamada desde Moonless.

Stravros hacía lo propio con su embarazada esposa. Ambos habían estado bastante preocupados por los alterados y diversos sentimientos del profesor asistente, así que cuando por fin Miyagi les llamo, ellos no estuvieron del todo sorprendidos. Era una dicha que Risako como ex Princesa fuera más fuerte que cualquier mujer en su embarazo y toda la situación no le afectara mucho a su próximo hijo por nacer.

La problemática sin embargo no cedía aunque ellos estuvieran bien. La victima esta vez para variar no eran ellos, era el hombre que a cada uno de ellos ayudo de alguna histórica manera. Todos se sentían obligados a hacer las cosas correctamente, pero viendo la reacción del hombre todos dudaban aún más, haciendo de todo un círculo vicioso.

Un suave pero audible sonido tenso y alarmo a todos por igual. Miyagi endureció fuertemente su mirada al levantarse y abrir la puerta, haciendo entrar al suspicaz hombre que miro inmediatamente la pequeña reunión en cuanto la vio.

-Me llamaron y aquí estoy… -anuncio Sakurai Daisuke mirando detenidamente a cada uno de los presentes.

-Gracias por venir. Queremos hablar tranquilamente contigo… -inicio Risako inclinándose un poco para que el hombre la viera. –Mi nombre es William Risako. Soy algo así como la hermana-impuesta de Ni… Inoue… -se corrigió nerviosa. Sakurai le dio una enigmática mirada antes de asentir.

-Soy su esposo, William Stravros- se presentó el antes Protector con más soltura que su amada. –Ellos son Sumi Keiichi y Jonathan, en estos momentos están en Moonless… -informo haciendo una educada seña a la pantalla de video-llamada. Sakurai volvió a asentir, dejando unos segundos más su mirada en el editor de lentes, que sin recato alguno lo reviso de pies a cabeza.

-Y a nosotros ya nos conoces… -musito tenso Shinobu sin verlo.

-Miyagi You y Shinobu, si- susurro igual Sakurai viendo un punto alejado del Chaton. –Debo suponer que Inoue no está aquí, ¿no?- pregunto buscándolo con la mirada, adverso de que todos lo miraban asombrados.

-¿Lo llama por su nombre?- pregunto sin aliento Risako, sin ser escuchada.

-Si él no está aquí puedo suponer de que quieren hablar conmigo- sonrió sarcásticamente Sakurai a todos. Al momento en que ellos susurraban su acierto, Keiichi soltó un bajo silbido viendo al hombre.

-¿Kazuhiko lo sabe, Sakurai?- pregunto sorprendiendo incluso a su pareja.

-¿Saber?- cuestiono algo brusco el empresario.

-Me entiendes- solo dijo haciéndole una seña en general. El hombre pareció entenderle mientras entrecerraba sus ojos.

-¿Por qué se lo ocultaría? Inoue lo sabe y lo acepto. Punto.

-¿Qué es lo que acepto?- intervino nerviosa Risako.

-Es un vampiro- anuncio burlonamente Sumi. –Uno poderoso, sospecho.

Sakurai gruño bajo cerrando brevemente los ojos cuando un profundo y cortante silencio siguió a la declaración.

-Bien, entiendo. Volveré cuando asimilen la noticia. Tengo que cazar a un escurridizo profesor que desde que regrese a Celes no logro contactar por más que me esfuerce… -menciono entre dientes Sakurai dándose media vuelta.

-Espera… por favor… -añadió gruñendo Miyagi no más feliz que el hombre. –No te pedimos que vinieras por tu raza o lo que significa eso.

-Oh, pensé que era eso la principal razón…

-¡¡¿Pueden callarse ambos?!!- grito histérico Johnny sin verlos, apretando sus puños encima de su regazo. –No estamos aquí para confrontarnos entre nosotros. ¡Solo olviden eso por un momento y concéntrense en Nii-san!

-¿Dónde está Inoue?- volvió a preguntar Sakurai alertado por el desplante del Chaton.

-Eso no importa por el momento. Está a salvo con una persona más sensata que nosotros seis… -murmuro con amargura Shinobu sin verlo en ningún momento.

-Kazamiya Mitsu- aclaro Stravros a esfuerzos. –Sin embargo Johnny-kun tiene razón. Debemos enfocarnos en otras cosas…

-La verdad es simple en teoría, Sakurai-san- rio derrotada Risako. –Amamos a nuestra manera a Inoue. Él ha hecho por nosotros cosas que ni con nuestra muerte podríamos pagar. No somos los únicos, tampoco. No cederemos fácilmente en lo concerniente con su felicidad…

-¿Entonces que propone, lady? No puedo actuar conforme tradiciones tribales y cortejarlo en constante vigilancia permanente por cuarenta días seguidos en presencia de los padres… -bufo Sakurai irritado. Los Chaton lo miraron con extrañeza, seguro ignorantes de lo que Sakurai dijo.

-Para suerte tuya los padres de Inoue están muertos… -susurro cruel Miyagi. Todos lo miraron enfadados.

-¡Miyagi!

-¡Miyagi-san!

-¡You!

-¡Nii-san!- exclamaron todos a la vez. Sakurai a pesar de estar molesto con ese tipo en especial no pudo evitar reír en voz baja por la variedad en dirigirse al hombre. ¿En verdad todos ellos eran parte de una misma familia?

-No estamos aquí para agredirte, Sakurai. ¿Vale?- hablo Sumi levantando ambas palmas de sus manos enfrente de él. –Todos, e imposiblemente, yo también, estamos algo desorientados en cómo actuar con todo esto. Debes entender lo importante que es Kazuhiko para todos a diferentes niveles. Eres el primero que en realidad si desea algo serio con él, al grado de ganarte de enemigo al mayor rival… -señalo sin descaro al enfurruñado Miyagi.

-Es mi mejor amigo, casi mi hermano. Hemos estado juntos por más de doscientos años y es mi Protector… -gruño su defensa Miyagi evitando a todos.

-También es mi Protector, Miyagi… -refunfuño el Chaton a su lado.

-Y fuiste uno de los que causo esto… -musito Risako indiferente.

-¡Ya, chicos!- intervino el chico de la video-llamada. –No buscamos culpables. Debemos enfocarnos mejor en cómo manejar todo esto, ¿de acuerdo? Tanto si Sakurai-sama… q-quiero decir, Sakurai-san va en serio o no, debemos tratar esto con madurez…

¿Por qué el chico se corrigió? Sakurai se vio más atraído por eso que por los murmullos resegados afirmativos. Él en realidad encontraba más intrigante a las diferentes señales que podía leer en cada uno de ellos que en la situación que se planteaba.

No importaba a que conclusión llegaban, Sakurai no dejaría de frecuentar y pretender a Inoue incluso si lo saboteaban. Claro que prefería tener el permiso de la familia del hombre, pero tampoco era algo que le robaba sueño. Después de todo la última decisión estaba en el profesor, y por su último encuentro, Sakurai sabía que de alguna manera estaba afectando al hombre de manera favorable. Y aunque Sakurai tenía en claro eso, también tenía en mente que si algo sucedía con  esas personas, Inoue nunca se lo perdonaría sin importar la excusa. Él aun recordaba con dolor y diversión la cachetada de la noche pasada.

-A ver… ¿Ustedes creen que solo estoy jugando con Inoue o que esto es algo pasajero?- pregunto, viendo en la mayoría de los ojos la afirmación. -¿Y creen que, sin ofender, soportaría esto si esos fueran mis planes?

-Te sorprendería… -musito algo divertido el Chaton Shinobu.

-Nii-san… -llamo cansado el otro Chaton. -¿Quién pasaría por una incómoda platica con la familia de alguien si sus intenciones no son buenas? Sakurai-san debe saber que todos mantenemos algún grado de poder que podría matarlo…

Eso no lo sabía Sakurai, pero no lo iba a decir. El chico parecía el más dispuesto a hacer lo mejor por la felicidad de Inoue, llamando aún más la atención de Sakurai.

Claro que sabía en lo básico la historia del profesor con los Chaton, pero era evidente que la historia con su familia era más íntimo y profundo.

¿Cuál sería la razón principal para que todas esas personas reaccionaran así a sus pretensiones?

-Quiero convertir a Inoue en mi esposo… -anuncio serio Sakurai. –Quiero establecerme con él y hacerle feliz.

-¿Estáis de coña?- susurro sorprendido el Chaton presentado como Johnny. Eso no lo vio venir.

-¿E Inoue dice de esto…?- pregunto tensamente Miyagi.

-Estamos en pláticas de eso… -contesto con sorna Sakurai.

-¿Estas consiente que si haces cualquier daño a Kazuhiko-san nunca te lo permitiremos?- pregunto en voz baja el hombre al lado de la bella mujer.

-Cualquier cosa que hagas para dañarlo. Te mataremos… -afirmo la chica mirándolo seriamente. –Eso incluye por mi parte si lo obligas a cualquier cosa.

-Ni importa que diga o piense cualquiera… -añadió Sumi Keiichi. –Todos a la larga entendemos que no vamos a intervenir a menos que sea necesario. Kazuhiko tiene el derecho a eso, pero somos su familia y vigilaremos su bienestar.

-Yo no estoy de acuerdo con esto… -hablo Shinobu levantándose y mirando por primera vez a los ojos a Sakurai. Él se encontró sin palabras ante la similar mirada que el chico tenía con el otro Chaton e Inoue. Tal vez por eso ellos se decían familia…

-¿Nii-san?- llamo temeroso Jonathan.

-Ninguna persona lograra ser lo suficiente para Inoue… -musito el chico alejándose unos pasos. –Pero… él dijo que fue feliz a tu lado, con las atenciones que tenías hacia él. Solo quiero que él experimente eso. Si después tengo que volver a sostenerlo cuando se derrumbe, entonces eso hare…

El Chaton se marchó sin decir nada más. Miyagi You le miro un momento antes de seguir a su esposo.

-En efectos prácticos eso es un “continúa, te vigilaremos por más de cuarenta días”… -alguien dijo. Sakurai no puso atención, solo estaba inmerso en la fascinación de encontrar que Inoue era más valioso por sus decisiones a través de esas personas que lo valoraban a tal grado para luchar así por él.

 

 

Mitsu despertó algo sobresaltado y asustado, sabiendo que algo había ocurrido pero momentáneamente no recordaba. Por dolorosa costumbre toco su vacío vientre, sin embargo su mano no llego ahí, interrumpido por el dormido Inoue que reposaba dormido en su regazo. Una inevitable sonrisa triste se formó en sus labios.

Aunque un poco culpable, Mitsu no podía negar que se sentía honrado y feliz de que Inoue llegara a él por un consuelo que solo encontraba en su persona, incluso por encima de su preciada familia.

Y la verdad era irónico. Mitsu mismo se encontraba más alegre y en paz con personas que no tenían ningún lazo sanguíneo con él, que su propia familia restante, que en realidad no conocía de todos su estadía.

Precisamente por su cercanía con Inoue, Mitsu se encontraba desesperado por otorgarle un poco de tranquilidad que merecía con desesperación, aun si con eso rompía unas reglas morales que se había autoimpuesto.

Él estaba tan tentado en hechizar al terco hombre para que aceptara la felicidad que el Destino le ofrecía.

-Te siento observarme… -susurro Inoue con sus ojos cerrados. Mitsu agrando su sonrisa y rio un poco.

-Tampoco lo estaba escondiendo… -se alzó de hombros divertido. Inoue también sonrió mientras abría sus ojos lentamente, mostrando aquel impactante color que poseían sus pupilas.

-Estoy algo molesto de que siempre termine en esta posición… -refunfuño aun en su regazo.

-¿Quieres cambiar eso, querido?

-No…

Mitsu volvió a reír, acariciando distraído el rubio cabello, claro y más largo que el suyo propio. Inoue permaneció en silencio, viendo desde su limitada posición la tranquila sala de Mitsu, donde después de platicar gran parte de la tarde después de que Inoue llegara, ambos terminaron dormidos por algunas horas. La noche estaba empezando más allá de las ventanas con las cortinas alzadas.

-Debería volver… -susurro Inoue con voz ausente.

-¿Tú crees? Sabes que eres bienvenido a quedarte la noche…

-Gracias, pero aun tengo cosas que hacer…

Inoue se reincorporo, evitando a Mitsu. Leyendo como un libro abierto la mente del hombre, mas por su peculiar enlace desconocido que por sus propias habilidades, Mitsu le detuvo por su brazo con amabilidad.

-Aun no eres completamente honesto conmigo, Inoue.

-Mitsu, yo no…

-Dímelo. Dime la razón por la que llegaste tan frustrado y porque pareces tan renuente a volver a casa y encontrarte con ellos.

-Basta- pidió desesperado Inoue, cerrando sus ojos. –No quiero hablar de eso. Fui injusto con ellos porque una parte de mí los culpo. Ya he tenido tiempo de recapacitar, ahora debo enfrentarlos. Lo siento, Mitsu-chan, pero eso es algo que tengo que resolver solo…

-No, no debes hacerlo- negó Mitsu lentamente.

-Está bien, Mitsu. Estaré bien… -reafirmo levantándose.

-Decirlo tantas veces no lo hace realidad, Inoue… -le detuvo en palabras Mitsu, bajando su mirada a sus manos entrelazadas. –Muchas veces desear que todo salga bien no es suficiente. Y tú y yo sabemos que una consiente parte de tu mente te dice que no mereces nada, por eso está sucediendo todo esto…

-Mitsu…

-¡¿Es que no lo entiendes, tonto?!- se desesperó viéndolo a los ojos. –Vienes a mí en busca de la verdad, y yo nunca lograre mentirte, Inoue. Te estimo demasiado para llegar a eso. Y por sobre todo, te quiero tanto que si es necesario te hare daño para que llegues a ser feliz…

Inoue gimió en voz baja arreglando su cabello en una coleta baja, sus movimientos nerviosos. Mitsu observo detenidamente la variedad de emociones que cruzaron el etéreo rostro, esperando.

-Quiero irme, Mitsu… -susurro Inoue débilmente sin verlo. –Esa noche, cuando Sakurai me encontró en aquel bar, lo único que deseaba desesperadamente y sin razón era huir… Ahora entiendo que eso gritando era mi instinto, mi conciencia, mi lógica… Yo sospechaba sus planes y me pedí que huyera con todas mis fuerzas…

-Pero él te persiguió… -añadió igual de resignado Mitsu.

-Incluso si me voy a otro mundo… sé que él me perseguirá… Ya no tengo otra opción, Mitsu. Él ya cruzo la línea ayer… Lo más valioso que tengo… Mi familia ya lo conoce y…

-Contéstame algo, Inoue… ¿De verdad crees que ellos no buscan tu felicidad y protección tanto como tu hacia ellos?

-¡Por supuesto que no!- se ofendió Inoue viéndolo sorprendido.

-¿Entonces porque no los incluyes en esto, Inoue? No lo entiendo, querido. Te conozco. Tu personalidad se conjunta perfectamente con tu profesión de docente, por eso es que eres tan bueno en eso. Explicas las cosas correctamente de una manera fácil. Decirles lo que pasa entre tú y Sakurai-san habría sido fácil, sin embargo los culpaste de que eran la razón por la que él te abandono. ¿Por qué?

-No lo sé… Yo…

-Cariño, mírame… -Mitsu se levantó y tomo su rostro con suavidad, viendo los llorosos ojos. –Tranquilízate. Todos ellos te aman. Sé que te abruma. Nunca creíste que tendrías personas que te querrían, y después pensaste que no lo merecías, pero eso ya no importa. Los tienes. Cada uno de ellos daría su vida por ti, incluso si no lo deseas. Solo ríndete a eso…

-No me puedes pedir eso, Mitsu…

-Oh, claro que puedo. No voy a quedarme de brazos cruzados viendo cómo te haces daño. Te mereces felicidad y paz, cariño, porque todo lo malo en tu vida nunca fue tu culpa. De una u otra manera alguien más fue responsable… Deja de culparte.

Inoue con una sonrisita paranoica recordó la similar frase que el Chaton Gabriel le había dicho años atrás.

 

¿No es ya suficiente? Ayudando a otros, entregándose a lo correcto, pero aun así lastimándose… Cualquiera que fuera el error, ¿no sería mejor si simplemente lo deja en el pasado?”

 

-Vamos, limpia ese llanto y sonríe. Esa bella sonrisa que me saco de tantas tristezas a mí y a muchos. -Mitsu sonrió ampliamente y abrazo rápidamente a Inoue. –Salúdalo de mi parte y dile que aún falta mi opinión… -le susurro misteriosamente empujándolo levemente a la salida. Inoue confundido, pero aun así algo acostumbrado a la actitud de su amigo solo asintió y se retiró. A unos metros de la casa del escritor, Sakurai miraba a todos lados con un gran y bello arreglo floral.

-Sakurai… ¿Qué haces aquí?

-¿Qué más? Te busco… como siempre… -termino guiñándole divertido, extendiéndole las flores. –Me dijeron que aquí estabas, así que vine…

-Te dijeron…

-Sí, ellos… También tengo su momentáneo permiso…

Inoue rio oliendo las flores, inundándose del dulce olor, pensando que sin importar su opinión, otras personas ya habían decidido su mayor felicidad que él aun no quería aceptar.

Continuara…

 

Notas finales:

*Tout simplement merveilleux destination!: "Simplemente maravilloso destino!" en frances ;3

 

Y asi las cosas~

El proximo capitulo es uno tranquilo y algo meloso antes de la verdadera accion, asi que no se lo pierdan por favor.

Tampoco olviden comentar, por favor >___<

Los leo el Viernes con una sorpresa que se les gustara ;D

Cuidense mucho .w./

Christal C.


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