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1818 por Gummy Suga

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Notas del fanfic:

Buenas, antes que nada queria avisar que este fanfic es el mismo que el de Tierno y Rebelde pero que por culpa de que no me dejan entrar en mi antigua cuenta, uzumyhikari , he vuelto a subirlo para que pueda continuar escribiendolo. Espero que lo disfruten!

PD: Todos los fanfics que estaban en mi anterior cuenta los ire subiendo de nuevo con esta asi que esten atentos ;3

 

Notas del capitulo:

Como decia en las notas del fanfic, voy a volver a subir el fic. Hoy subire mas o menos la mitad de los capis y mañana o pasado subire el resto. Dejenle mucho amor, porfi! :3

Capitulo 1

 

Inglaterra, 1818.

 

-¿Estas atemorizado?

Lee Taemin dejó de mirar por la ventanilla del carruaje, por la que había estado contemplando el paisaje durante una hora sin verlo realmente. ¿Atemorizado? Estaba solo en el mundo, sin tutor ni familiares. Iba camino de un futuro incierto, dejando detrás suyo todo cuanto conocía. ¿Atemorizado?

Estaba aterrorizado.

Pero Taemin trataría de evitar que Lee Hyori lo supiera. Hyori ya estaba bastante inquieta; Lo había estado desde que cruzaron la frontera inglesa la mañana anterior, si bien trataba de ocultarlo tornándose quejosa, según su costumbre. Hasta entonces, hyori había estado alegre y despreocupada, incluso cuando cruzaron las tierras bajas de Escocia, a las que despreciaba. Hyori, que había sido una montañesa durante toda su vida, es decir durante cuarenta y dos años, nunca creyó que algún día debería abandonar sus bienamadas tierras bajas y además cruzar la frontera inglesa. Inglaterra. Pero era imposible dejar atrás a la querida Hyori.

Taemin se esforzó por sonreir para complacer a su doncella y para tranquilizar a Hyori.

-Oh, Hyori, ¿por qué habriá de esta atemorizado? ¿Acaso no logramos salir subrepticiamente en medio de la noche? Onew nos buscará en Seúl y Tokyo durante semanas y jamás adivinará que nos hemos fugado a Londres.

-Seguramente –dijo Hyori, complacida por el éxito que habían tenido hasta ese momento y olvidándose momentáneamente de que experimentaba temor i disgusto hacia los ingleses. Mucho más profunda era su aversión hacia Lee Jinki, tambien llamado Onew-. Y espero que ese maldito se asfixie con su propio mal humor cuando compruebe que lograste burlar sus detestables planes. Seunghyun no me agradaba, pero sabía qué era lo mejor para ti. Fue él quien contrató a ese excelente tutor para que no olvidaras tu verdadero idioma, especialmente ahora que estamos entre estos endemoniados ingleses-.

Taemin sonrió y decidio gastarle una broma.

-Omo, cuando vea a un inglés, recordare de inmediato mi verdadero idioma. No me negarás estos últimos momentos en que puedo hablar sin necesidad de pensar en cada palabra que pronuncio, ¿verdad?-.

-Bah, sólo lo olvidas cuando estas alterado.

Hyori lo sabía. En ocasiones, Hyori conocía a Taemin mejor que él mismo. Si bien Taemin no estaba malhumorado, que era cuando comenzaba a hablar con el acento coreano que había aprendido de Hyori y de su abuelo, lo cierto era que estaba alterado, y con razón. Pero no lo suficiente para olvidar el auténtico inglés que le había enseñado su tutor. Taemin suspiró.

-Espero que lleguen los baúles o nos quedaremos en ascuas-añadio con preocupación Taemin.

Ambos habían partido con una sola muda de ropa para desorientar aún más a su primo Onew, por si alguien les veia y lo informaba.

-Ése es el menos grave de tus problemas, dongsaeng. Fue un acierto traer a esa modista londinense a SM Hall para que te hiciera toda esa bonita ropa. El bendito Seunghyun pensó en todos los detalles; incluso hizo enviar los baúles con anticipación, uno por uno, para que Onew no sospechara-.

Hyori pensó que habia sido divertido huir en medio de la noche, usando viejas faldas de la doncella para que confundieran a Taemin con una mujer, aunque sin falda aún habia gente que lo confundia. Lo mismo opinaba Taemin. De hecho, era el único aspecto de toda esa locura del cual habia disfrutado. Habían cabalgado hasta el pueblo más próximo, donde aguardaban el carruaje y su conductor, y habían debido aguardar varias horas para asegurarse de que no les seguían, antes de emprender el viaje. Pero habían sido necesarios todos esos inconvenientes y ocultamientos para burlar a Lee Jinki. Por lo menos, así había opinado el abuelo.

Y Taemin le creyó, sobre todo al ver la expresión de Onew cuando se leyó el testamento del abuelo. Después de todo, Onew era el sobrino nieto de Lee Seunghyun, el nieto menor de su hermano y el único pariente masculino por parte del hermano de Seunghyun que aún vivía. Onew había estado en todo su derecho al suponer que parte de la inmensa fortuna de Seunghyun sería para él, aunque solo fuera una pequeña parte. Pero Seunghyun había legado todo su patrimonio a Taemin, su unico nieto: SM Hall, los molinos… todo. Y Onew había realizado grandes esfuerzos para no dar rienda suelta a su indignación.

-No debió sorprenderse tanto –dijo Hyori al día siguiente de la lectura del testamento-. Sabía que Seunghyun lo odiaba; que le culpaba de la muerte de tu querida madre. Por eso te cortejaba tan diligentemente durante todos estos años. Sospechaba que Seunghyun te lo dejaría todo. Y por eso, ahora que Seunghyun no está, es por lo que hemos tenido que marcharnos tan deprisa.

No había tiempo que perder. Taemin lo supo cuando Onew volvió a pedirle que se casara con él, después de la lectura del testamento, y él volvió a rechazarlo. Esa misma noche, él y Hyori se habían marchado. No era el momento de apenarse ni de arrepentirse de la promesa que le había hecho a su abuelo. Ya había sufrido bastante cuando dos meses antes, se enteraron de que Seunghyun moriria. Y, en realidad, su muerte había sido un alivio, pues durante los últimos siete años se había estado debilitando y soportando dolores; sólo su empecinamiento coreano había logrado mantenerlo vivo durante tanto tiempo. No, no podía lamentar que su abuelo había dejado de sufrir. Pero, cómo extrañaria al querido anciano, que había desempeñado el rol de appa y umma para él durante todos esos años.

-No llores por mí, Taemin –le había dicho unas semanas antes de morir-. Te lo prohíbo. Me has dedicado demasiados años y, cuando muera, no quiero que desperdicies ni un dia más. Debes prometérmelo.

Una promesa más al ajhussi que amaba, que le había criado, reprendido y protegido desde que su hija regresara a su hogar con un niño de seis años llamado Taemin. ¿Qué importaba una promesa más, cuando ya le había hecho esa promesa fatal  que ahora le provoca tanta ansiedad? De todos modos, no había tenido mucho tiempo para apesadumbrarse; por lo menos la había cumplido.

Hyori frunció el ceño cuando vio que Taemin miraba nuevamente por la ventanilla, pues sabía que estaba otra vez pensando en Seunghyun. Desde que Taemin llegó a SM Hall, había disfrutado provocando al viejo y feroz coreano, que lo aceptaba complacido. Ambos lo extrañarian, pero ahora debían pensar en muchas otras cosas.

-Nos estamos acercando a la posada –anunció Hyori, sentada en el asiento que daba hacia el frente del carruaje.

Taemin se inclinó hacia delante y hacia el costado para mirar por la ventana. El sol del atardecer iluminó su rostro y sus cabellos. Eran cabellos hermosos, de color rojizo (N.A: Se supone que en el fanfic, Taemin tiene el pelo rojo de nacimiento) como los de Taeyeon, su madre. Los cabellos de Hyori eran castaños renegridos y sus ojos eran de color marron apagado. Los ojos de Taemin eran de un color similar, pero mas alegres y claros. Todos sus rasgos se asemejaban a los de Taeyeon, antes de que hubiera huido con su inglés. En realidad, Taemin no se asemejaba en nada a su padre, ese inglés que aparecio un dia en casa de la familia coreana de Taeyeon para una junta y que la enamoró, convirtiendola en una sombra de sí misma cuando él murió en ese trágico accidente. Taeyeon ya nunca fue la misma y, un año después, ella también murió. Gracias a Dios, Taemin conto con el apoyo de su abuelo. El niño huérfano de siete años se adaptó perfectamente al ajhussi coreano, que satisfacía todos sus caprichos.

<<Oh, estoy cometiendo el mismo error que ella, al pensar en los muertos, cuando debería preocuparme por el futuro, tan incierto.>> pensó Taemin.

-Espero que las camas sean más mullidas que las de anoche –dijo Taemin cuando el carruaje se detuvo frente a la posada-. Es lo unico que me entusiasma de Londres. Sé que Key tendrá  camas cómodas para nosotros.

-¿No te alegra volver a ver a tu mejor amigo después de tantos años?

Taemin miro a Hyori, sorprendido.

-Aigooo por supuesto que estoy ansioso por verlo. Pero las circunstancias no son las más propicias para un encuentro agradable, ¿no? Quiero decir, no tendré tiempo para visitas. Oh, ese Onew.. –dijo Taemin frunciendo el entrecejo-. Si no fuera por él…

-Si no hubieras hecho promesas no estariamos aquí, pero de nada vale quejarse ahora, ¿verdad? –replicó Hyori. Taemin sonrió.

-Noona, ¿Quién se quejaba anoche de la cama dura? –dijo Taemin con tono de burla.

Hyori emitió un bufido, negándose a responder y urgiendo a Taemin para que descendiera del coche cuando el conductor abrió la puerta y le extendió la mano para ayudarla a bajar. Taemin rió y Hyori volvió a bufar, esta vez para si misma.

<<No eres tan anciana como para no poder soportar un poco de incomodidad, Hyori>>, pensó para ella misma, contemplando el andar ágil de Taemin que le hizo sentir mucho más vieja en ese momento. <<Aunque la cama sea de piedras, esta noche no dirás ni una palabra. Así no te hará bromas.>>

Pero luego Hyori sonrió, meneando la cabeza. Taemin necesitava bromear un poco para dejar de preocuparse por el futuro.  

<<Aunque la cama sea muy blanda, será mejor que digas que es una piedra. Hace mucho que no le  oyes reír ni ves esa expresión traviesa en sus ojos. Necesita hacer bromas.>>

 

Cuando Taemin se acercó a la posada, no advirtió la presencia de un joven de dieciséis años, que estaba de pie sobre una banqueta encendiendo la lámpara que se hallaba sobre la puerta, pero lamentablemente él percibió la presencia de Taemin. Al oír la risa de Taemin, tan diferente de las que solía oír, miró por encima de su hombro y estuvo a punto de caer de la banqueta, azorado ante su aspecto. Parecía una llama encendida, pues el sol del atardecer hacía refulgir sus cabellos rojizos. A medida que se acercó, pudo distinguir los finos rasgos de su rostro ovalado, parecidos a los de una chica, con pómulos altos, nariz pequeña y labios carnosos. Cuando pasó por la puerta, el joven estiró el cuello para continuar admirando a Taemin, hasta que un sonido de desaprobación le hizo volver la cabeza y vio a la criada de expresión severa que lo miraba. El joven se sonrojó.

Pero Hyori se compadeció de él y nada dijo. Sucedía donde quiera que fuesen, pues Lee Taemin ejercía ese efecto sobre personas de su mismo sexo e incluso del sexo contrario y ni los jóvenes ni los viejos parecían inmunes a su belleza. Y éste era el joven que andaría solo por Londres.

 

Notas finales:

Dentro de unos segunditos subo el siguiente. Dejen reviews!


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