Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sonrisa por Eruka Frog

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Naruto no me perteneces y sólo escribo esto porque me encanta meterme en intercambios que luego no puedo cumplir xDD

Notas del capitulo:

¡Feliz navidad, año nuevo y Reyes Coco! Este va por ti, no sabes lo hiper complejo que fue escribirlo. Esta pareja simplemente no me termina de cuadrar, y es como que Gaara es totalmente de Sai... pero de verdad lo intenté, ojalá te guste u-u

Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.

Jacinto Benavente

Sonrisa

Por: Eruka

Una vez aceptas las cosas difíciles, estas deberían volverse más sencillas, pues lo que usualmente tomamos como complejo, suele ser no más que la incertidumbre que opaca la verdad. Y la verdad es sencilla, pura y liberadora, porque no tienes más que abrazarla para que ella te abrace y…

 

No, porque lo había aceptado y abrazaba la verdad hasta llegar a un punto en que la muy zorra o soltaba prenda o se moría, y aún sabía que todo lo que estaba pasando era una mierda muy grande y él estaba revolcándose encima.  Le gusta Itachi, el hermano de su mejor amigo y pseudo psicópata. Guapísimo… ¿de verdad tenía que pasarle a él?

 

Porque a ver, ahí el pervertido sin moral era Sai, a él si podía gustarle Itachi porque, francamente, a él le gustaban todos. También a Naruto podía gustarle Itachi, porque él parecía en medio de una cruzada a favor de amar y respetar a todos. A Sakura, a Ino, a Karin, que siempre estaban buscando nuevos príncipes a quienes tocar la moral… a Tsunade—sama, a ver si un novio joven le bajaba los malos huevos. Joder, incluso al propio Sasuke, la posibilidad del incestos es y sería por los siglos de los siglos mucho mejor que a él, el príncipe gélido implacable, Sabaku no Gaara, le gustara.

 

—¿Está libre? –y por si fuera poco, como si de verdad lo necesitara, ahí estaba él, corrompiendo la paz de su soledad con preguntas sexys y evidentemente subidas de tono. Joder, que estaban en una cafetería F A M I L I A R,  Itachi no podía ir por ahí simplemente sacando suspiros de la gente con esa voz seductora y ese aspecto de ejecutivo cansado…

 

—Ajá –repuso con el rostro pétreo y las entrañas ardiendo.

 

—No es usual encontrar a uno de los amigos de mi hermano en esta cafetería –dejó caer mientras bebía tranquilamente de su café—no es frecuentada por jóvenes.

 

¿Qué le estaba insinuando? ¿Qué estaba ahí por el único propósito de encontrárselo? Ni en sueños, él estaba ahí por la sencilla razón de que si le apetecía atragantarse con un café en “Akatsuki”, aunque estuviera a una hora de su casa, en un sábado somnoliento, podía hacerlo y ya.

 

—Me quedaba de paso –se encogió de hombros y siguió bebiendo de su té… o lo intentó, porque su taza estaba vacía.

—Oh, ¿estaba por irte? –interrogó amablemente el mayor –si es así, por favor hazlo si es necesario.

 

Joder, mil veces joder. Sólo tenía dos opciones, o pagar y retirarse dignamente o pedir alguna otra cosilla y perder la dignidad definitivamente. ¿Y si alegaba estar cansado y necesitar esperar un rato para recobrar fuerzas? No, vaya estupidez ¿de qué podría estar cansado? No llevaba ningún paquete ni estaba siquiera cerca de la zona comercial como para que su cansancio estuviese justificado.

 

—Vaya, ¿estás cansado? –interrumpió el mayor, que justamente aquel día tenía que estar más hablador –Sasuke me ha dicho que te cansas con facilidad. ¿Estuviste caminando?

 

—Un poco –asintió con desinterés. El mayor no necesitaba saber las ganas que tenía de saltar sobre él para preguntarle con anhelo como es que recordaba aquel dato de su persona… pero espera, ¿ahora creería que era una nenita insufrible que se cansaba respirando? – no mucho –rectificó. El otro lo observó con cordial curiosidad, y asintió  gentilmente –quiero decir…

 

—Es lo que me gusta de ti, Gaara—kun –dejó caer Itachi –siempre pareces tener pensamientos divertidos.

 

¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ? ¿PENSAMIENTOS DIVERTIDOS ÉL? Joder, nadie en su sano juicio diría eso de él. Psicópatas, si, sangrientos, ajá… divertidos ni en un millón de años y… ¿Itachi acaba de decir que le gustaba? Lo miró sin alterar sus delicadísima facciones ni un segundo, el otro tenía sus ojos posados en él y no parecía dispuesto a dejar de hacerlo. Le sonreía con aquella mueca que no lo hacía parecer alegre ni feliz, sino sereno y discreto. Durante unos dos minutos no supo que hacer y la mirada penetrante de Itachi no ayudó, pero finalmente se incorporó y tomó algunos billetes para pagar su consumo.

 

—¿Te marchas? –inquirió sin parecer ni desilusionado ni complacido, simplemente neutro. Asintió sin decir nada, porque sabía que si abría la boca lo único que saldría sería un torrente de burradas y terminaría avergonzado y sin un resquicio de dignidad –justo ahora que nos sentíamos tan íntimos…

 

—¿Qué? –farfulló con tremenda dificultad.

—Pensé que habías venido a verme, por eso he entrado a pesar de lo mucho que deseo llegar a casa –sonrió condescendientemente sin rebelar ni explicar nada de ese enredo. Él estaba petrificado, no sabía si de la vergüenza,  emoción o por sus propias pasiones carentes de arrojo.

 

—No estoy aquí por ti –se aventuró a negar, y el otro casi, casi sonrió alegremente.

 

—Claro que sí, y yo entré aquí por ti.

—¿Lo sabes? –masculló con cierto enojo que se sobreponía en parte a la sorpresa.

 

—¿Qué te gusto? Desde luego… eres justo como Sasuke, creen que son tipos estoicos cuando en realidad son fáciles de leer cuando se les presta atención –apuró su café y dejó el dinero en la mesa, prácticamente en un mismo movimiento.

 

—¿Te vas? –interrogó con cierta indignación. El mayor asintió y se encaminó a la puerta, con un pelirrojo siguiéndolo en elegante acoso.

 

—Tengo ganas de continuar nuestra cita en algún lugar menos atestado, ¿está bien?

 

¿Cita? A ver, en algún momento de toda aquella conversación seguro se había golpeado la cabeza contra algo, había ido a dar a algún universo paralelo o había muerto y esa era su fujoshi versión del paraíso. Se pellizcó discretamente y el dolor, al menos, le permitió saber que no era un sueño. No tenía manera de comprobar las otras  teorías, pero Itachi le dirigía esa otra sonrisa que no lo hacía ver alegre ni feliz, pero tampoco sereno, sino atento y… afectuoso.

 

—A mí me apetece ir a tu casa.

Ya basta de comedia romántica.

Notas finales:

Espero que todos, pero en especial Coco, lo disfrutaran ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).