Llegué a casa y en cuanto cierro la puerta escucho ruidos en el segundo piso. Sonrío y pienso que Yun se quedó despierto esperando por mí. Él no es un monstruo, su aspecto no ayuda mucho a esta frase pero ha dejado de ser malo conmigo.
Fui a la habitacion del baño para quitar los colores de mi piel y lavar mi cabello. Tardo unas horas considerables para relajarme y me fijo que el sol saldrá pronto. ¡El desayuno! Fue lo primero que pensé. Salí de la cubeta de madera y utilice ropa limpia. Fui a la cocina a hacer la primera comida del día.
-¡Yun! -él bajaba la escalera cuando yo ubicaba su tazón en la mesa
-¿No has dormido?
-estoy bien
-no vendré a almorzar -me dice y me sorprendo. Antes él amaba obligarme a tener sus comidas listas así yo estuviese cansado. ¿Él estará cambiando por mí? No creo que sea eso. Es tan misterioso que no puedo imaginar que hará hasta entonces. Le vi partir y yo me metí entre las cobijas para dormir profundamente.
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Cuando desperté ya era de noche y vi a Yun sobre una silla en la sala. Me levanté y le saludé. Él leía un libro, en cuanto me vio lo retiró y me preguntó por la noche anterior
-estuvo muy divertido -le contesté
-y... ¿Conociste a alguien?
-si -dije de muy mala gana, quizás recordando que él habló mal de Yun y eso no me agradó
-¡Genial! ¿Cuándo te vas a mudar? -le miré haciendo un puchero
-¿De verdad quieres me vaya?
-me gusta vivir solo -él retomaba su libro y yo le miraba fijamente
-¿Quieres decirme algo? -parece que él lo percibió
-eh... Quisiera ir a la montaña, creo que la Villa se vería hermosa y nunca he ido... ¿Irías conmigo? -le vi su rostro frío y tuve que girar mis ojos. Quizás se había enojado y...
-¿Quieres ir ahora? -yo asentí -bien, abrígate más -yo sonreía completamente feliz y fui por una tela más gruesa que me protegiera y estuve listo en pocos minutos -sube al caballo -fue su orden
-pero y tu... -me callé y fui a acercarme al animal. Él me ayudo a subir y toma las cuerdas que sujetan al cabello por su cabeza y lo guía caminando hasta la montaña.
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No hablamos mucho durante el camino. Llegamos a un mirador y me bajé del caballo para acercarme de inmediato y tener la mejor vista
-¡Wooo! Es hermoso -comenté en voz alta -¿Habías venido? -le pregunté a Yun sentándome sobre el prado y él se me une estableciendo una distancia prudente entre nosotros
-vine una vez -él despertó mi curiosidad
-¿Con una chica? -le pregunté con una sonrisa esperando una respuesta
-con mi esposa
-ehh???
-ella... Murió hace muchos años -esa no era la verdad –y si, tuve un accidente -eso tampoco era cierto y eso empezaba a enojarme
-¿Tu verdadero nombre es Yun?
-me llamo Jung Yunho -mi corazón sintió un vacío y un dolor extraño. Él era el príncipe... Ya no había duda de eso -¿Habías escuchado mi nombre?
-no -mentí -es cierto que ¿no tienes familia?
-si tengo pero ellos... me hicieron escoger a mi esposa y les olvidé. Dijeron que no querían verme de nuevo y por eso no les he contactado. Es mejor que piensen que estoy muerto -me quedé en silencio. No supe que más decir y me levanté para caminar un poco más arriba de la montaña
-¿Qué haces?
-quiero subir más -le dije y comencé a avanzar. Yunho se quedó en su lugar mirando hacia donde yo caminaba. Llegué a la punta y veía a mi acompañante muy lejos y pequeño. Respiré profundo llenando mi mente de ese lugar y le veía de nuevo saludando
-¡Ya deberías bajar! -me grito usando sus manos en la boca para sonar mas fuerte
-¡se ve mucho mejor!
-¡Jaejoong... Es suficiente!
-¡¿No subirás?! -le invitaba con mis manos pero él se mantenía allí abajo en espera de mi. Abría mis brazos sintiendo el aire y de pronto escuché un ruido que me asustó. Miré hacia atrás y era un oso gigante que venía en dirección a mí
-¡¡¡aaaahhh!!! ¡¡¡Yunhoooo!!! -iba descendiendo con mucho cuidado y le veía a él tirarle piedras al animal que pronto huyó. Pisé mal mientras bajaba y rodé por la arena mezclada con hojas verdes que cubre la montaña y termino cayendo sobre Yunho haciéndole perder el equilibro, quedé sobre su pecho
-¡aah! -le escuché quejarse -subí mi cabeza y le miré el cicatrizado y feo rostro
-Yunho... ¿Te pasa algo?
-¡tu pesas horrible! -noté lo que decía y me retiro rápidamente de su cuerpo
-lo siento, lo siento, lo siento
-¡Ya Cállate! Sube al caballo que nos vamos
-si -me sentía en la obligación de obedecer. Me subí de inmediato y le vi a él cojear un poco. Él había resultado más afectado con mí caída -¡Yunho! ¿Estás bien? -él no me respondió y siguió guiando el animal pero yo insistí en hablarle. No tuve resultados. Hice silencio y le observaba con detalle.
Aun faltaba para llegar a casa y veía a Yunho mas lastimado de su pierna
-Yunho... ¿Quieres venir conmigo? Puedo ver que sientes dolor caminando -él detuvo el caballo y me miro
-¿No te molesta? -no comprendía su pregunta pero aun así respondí
-no -él se ubica en el caballo detrás de mí, y yo logré ubicarme de lado con mis piernas cayendo hacia un mismo lado
-¿Por qué me preguntaste si me molestaba?
-dijiste que soy un espanto... quizás te incomode mi cercanía
-¡¿Qué?! -creí no escuchar bien, pero luego pensé en el sentido de sus palabras y razones debía tener
-te has quedado en silencio... Me bajaré
-¡No! Si me dabas miedo al principio pero... ya no. Pensé que eras mala persona pero no lo eres. Creo que las personas han sido injustos contigo -después de mis palabras Yunho no pronuncio nada hasta que llegamos a casa. Él me miro de nuevo y subió a su habitación.
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-¿Vas a salir? -Yunho me ve utilizando mi traje elegante y concluye fácilmente
-sí. Iré a ver a mi futuro esposo -él sonrió pero no lo hacía con sinceridad
-ya es hora, espero que te mudes pronto
-sé que lo deseas. Espero mencionar ese tema pero dame tiempo Yunho -inconscientemente le regale una sonrisa tierna -¿puedo llevar tu caballo?
-no -fue su fría respuesta y no me rendiría así de fácil
-por favor...
-esta vez es no Jaejoong -su voz era muy fuerte y era mejor no insistir
-¡Bien! Llegaré para la cena ¡Divierte solo! -le dije algo molesto. No deseaba caminar y por su mal humor no tendría más opción.
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-déjame llevarte -el joven se ofrece
-gracias... Yo regresaré solo -fue fácil convencerlo y camino en dirección al bosque. La reunión fue muy buena, ese chico me dijo que le gustaba y él a mi me agrada. Aun no me atrae como hombre pero eso podría pasar muy rápido. No fue necesario mencionar el vivir en su casa ya que me lo ofreció y por decencia le dije que lo pensaría. No era bueno mostrar mi necesidad de mudarme.
El camino lo sentía más lejos que de costumbre y era por mi pie izquierdo que empezaba a doler por los zapatos. No los había usado por mucho tiempo y me estaban haciendo daño. No podía quitarlo, sería peor y había muchas piedras en el camino.
Se hizo de noche muy rápido y cada vez avanzaba más lento. Un caballo venia desde lejos en mi dirección contraria y me sorprendí de ver a Yunho montándolo. Le reconocí desde lejos y planee hacerle sentir mal
-¿Te pasa algo? -me preguntó
-¡me duelen los pies porque alguien no quiso prestarme su caballo! -él se baja del animal y lo acerca a una piedra alta
-ven, te ayudaré a subir
-¡no quiero tu ayuda! Puedo seguir caminando ¡aahhh! -pisé algo que doblo un poco mi tobillo -puedo caminar así
-tardaras dos horas más
-¿Acaso te importa? -él no refuto nada y le veo acercarse a mí para cargarme como una damisela y gritaba para que me bajara sin éxito alguno
-¿Quieres dejar de gritar?
-Bájame -le pedí pero me ignoro y subió conmigo a la piedra para sentarme sobre el caballo. Él se unió de inmediato e iniciamos camino
-¡¿Estas contento?! -le hable, quería descargar mi enojo y él no respondió nada. Sentía su mirada fija en mi rostro y miré hacia el frente. No tardamos en llegar a casa y aunque no quería dejé que sus brazos me atraparan al bajar del caballo.
Yunho me cargo de nuevo como una damisela y me acomoda sobre una silla del comedor. Le veo ir a la cocina para servir un tazón de comida y lo ubica frente a mí
-¡Come eso! -le escuché. Él preparo arroz y me sirvió. Parece que era lo único que él sabía hacer. Lo probé y no sabía mal. Me lo comía con gusto y él no dejaba de mirarme
-¿Que tanto me miras?
-¿Te ha ido bien hoy?
-sí, pero aun no me mudaré. Le dije que lo pensaré para no verme desesperado por un lugar donde vivir -di mis últimos bocados y dejé el tazón vacío, Yunho se ubica frente a mí
-¡No me cargues como damisela!
-bien -esta vez me levanta y me acomoda sobre su hombro como si fuese un saco de papas
-¡hya! Bájame -solo fueron ocho pasos en cuanto llegamos a mi dormitorio él me ubicó frente a él y me encierra en sus brazos como si fuese a besarme y me asusté. Alejé mi rostro lo posible porque su amarre era muy fuerte
-eres... eres muy bello Jaejoong
-ehh???
-tienes un rostro delicado y tu sonrisa hace que me pierda en ella, olvido todo a mi alrededor porque tu estas cerca. Me preocupé por ti, vi que no llegabas y tenía que irte a buscar. Era como una necesidad para mi saber que estabas seguro
-Yunho -traté de hacerme notar, él parecía querer hablar sin parar
-duerme bien esta noche -él me soltó y se iba alejando
-¿Por qué me dices esto?
-descansa Jaejoong -su voz sonaba tan cálida y tan sincera. No esperaba sus palabras, no pretendía nada de lo que dijo. Ahora me siendo terrible y ni siquiera puedo conciliar el sueño de tanto pensar que decirle mañana. No quiero que espere algo de mí, yo... nunca pensé que mis acciones le confundieran... Mi conciencia no deja de hablarme y mejor cerraba los ojos para tratar de dormir.
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Amaneció y me sentía nervioso. ¿Qué le diría a Yun cuando le viera? Debía enfrentarlo cuanto antes y fui a la sala. Él ya estaba sentado sobre las sillas de madera y me mira
-hola Jae
-hola -le respondí -¿Que quieres de...? -él hacía señas para que no siguiera hablando y me quedé en silencio
-toma esto -él me da una bolsa con monedas de oro -ve con el joven. Si él no puede ayudarte usa las monedas pero... Toma tus cosas y vete
-¿Por qué? -estaba consternado por su decisión
-te dije que deseaba que te mudaras cuanto antes
-no, eso no es. ¿Fue por ayer?
-¡no quiero estar más cerca de ti!
-ayer no querías decir eso
-Jaejoong no digas más y vete
-¡¿Por qué?! Solo porque te gusto me vas a echar
-¡No!
-entonces ¡¿Por qué?!
-porque me estoy enamorando de ti -me quedé en silencio. Él se fue de casa y yo me senté para calmarme. No me sentí bien con la discusión y el corazón me dolía.
Recogí mis cosas en la valija y me disponía de irme, pero antes quise entrar a la habitacion de Yunho. Subí y todo lucia oscuro. Abrí la puerta y la habitacion estaba medio vacía, la cama... No tenía frazada y noté que probablemente era la que yo tenía. Mis ojos se aguaron y me giré para irme pero unos papeles llamaron mi atención. Les vi y era mi rostro dibujado en carboncillo. Eran tres dibujos, en uno sonreía, en otro tenía los ojos cerrados y en el último... Una mano tocaba mi rostro sobre la cual descansaba tranquilo.
No imaginaba que podía hacerle daño a Yunho, yo no le quería de la misma forma y si era mejor que me alejara. Bajé al primer piso y tome la bolsa con monedas de oro. Miré el que fue mi hogar por última vez y salí de allí.
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El joven me recibió en su casa y ya tenía un mes viviendo a su lado. Nos vamos a casar en un par de semanas y confieso que no estoy muy convencido. Confié en que me enamoraría de él pero no ha sido fácil.
Cuando le preparo la comida no me lo agradece y no la disfruta como Yunho... ¿Él estará bien?... Me gustaba su compañía, era un poco malgeniado pero le gustaba darme las cosas que pedía. Esta tarde iré a verle
-Jaejoong vamos de compras -me dice el joven
-si -asentí y él me toma de la mano.
Estaba comprando unas frutas y la manzana roja brillante me recordó Yunho. Casi me mata por robarle una.
-¡Monstruo! ¡Espectro! ¡Piérdete! -giré mi rostro y vi un hombre con capucha siendo insultado por muchas personas. Me acerqué de inmediato y le reconocí
-¡Yunho! -le llamé y él seguía caminando a paso rápido. Corrí y me ubique frente a él -¡Yunho!
-¡No te conozco! -me dijo y me apartó de su camino. Estaba mal, su rostro estaba más hinchado y las cicatrices parecían haber empeorado. Intenté tocarle de nuevo y me empuja haciéndome caer al suelo. El joven se apresura en ayudarme y Yunho le regala una mirada. Mi acompañante iba a golpearlo y me coloco frente a Yunho para que no sea lastimado.
-¿Qué haces Jaejoong? -él joven no lo entendía -¿Estás loco? ¡Vámonos! -me fui con el joven y en casa discutimos. Insistía en defender a Yunho y él odiaba mi posición. En medio de esa discusión le dije que no iba a casarme con él y nuevamente hice mi valija.
-¡No vuelvas más! -fue lo último que le escuché
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Prefería regresar con Yunho. Camine hasta la casa y vi su caballo. Él estaba ahí y me alegré por eso. Toque la puerta y paso el tiempo sin obtener respuesta. Ingresé por una ventana y llamaba por él pero no había respuesta.
Subí a su habitacion y Yunho estaba sobre la frazada, que yo usaba, temblaba y enfermo. Me le acerqué de inmediato y toque su frente dándome signos de fiebre alta.
-¿Jaejoong? -él me quería hablar pero le pedí que hiciera silencio y me dediqué a bajar la fiebre, se quedó dormido y bajé al primer piso para preparar una avena. Él no tenía muchos alimentos y eso me partió el corazón. Él no comía bien.
Los pasos de Yunho me advirtieron que él bajaba al primer piso
-Yunho... ¿Estás mejor?
-¿Qué haces aquí? -me dijo sentándose sobre la escalera
-quiero regresar
-¿Que dijiste?
-no me voy a casar, no quiero hacerlo con ese joven. Pensé que me enamoraría de él pero no pude. Por favor déjame regresar
-pero ya te dije porque no quería que estuvieras aquí
-lo sé -bajé mi mirada sintiéndome culpable -yo...
-está bien. Quédate -le sonreí y le vi a él hacer lo mismo