La lluvia bañaba todo a su paso, un grito desgarrador se escucho...
Un muchacho cayo...
Y el otro corrió...
La lluvia caía tortuosamente empapando a los dos chicos en el suelo, uno abrazando al otro que llevaba una herida en el estómago y otro cerca de el corazón.
Narrado por “……..”
La lluvia caía ruidosamente y el...
El estaba en el suelo con sus últimos alientos.
Y en su rostro pude ver una sonrisa tierna, aquella que sentí cómo si me clavaran una daga en el corazón, mi rostro estaba húmedo tanto cómo por las lágrimas, como por la gotas de lluvia que acompañaban mi dolor.
Tome su rostro entre mis manos y le acaricie, desde los flecos que caían en su rostro hasta su mejilla, la cual ya no tenía color.
- No llores - me dijo sonriendo.
Pero ¿Como rayos podía pedirme eso? Ahora el estaba apunto de morir; el mi mundo, mi luz, es mi todo.
- no me pidas eso - rogué poniendo mi cabeza sobre su pecho, escuchaba como sus latidos se hacían cada vez más lentos.
- no te alejes de mi... - dije soltando un gruñido.
- por favor... No me dejes solo - continúe llorando sobre su pecho y el sólo opto por acariciar mi cabeza.
- jamás me alejare... - dijo para después toser.
- no te esfuerces - dije levantándome al escucharlo.
- siempre estaré contigo - volvió a sonreír y unas lágrimas adornaron su bello rostro.
Esas palabras fueron demasiado para mi, eran como mentiras bien planeadas para hacerme sufrir.
La lluvia se hacia cada vez más espesa y el líquido carmesí que salía por esa herida marcada en ese cuerpo no dejaba de salir, arrebatándole su vida y el tan sólo imaginar no tenerlo conmigo mi corazón se comprimía.
Las lágrima aparecieron nuevamente, junto con los sollozos que se retorcían en mi garganta y la lluvia...
La lluvia caía tristemente acompañándome en mi dolor.
- por favor bésame - susurro como si el viento ya no le quisiera prestar aire para poder vivir. Acaricie su rostro y junte mis labios con los de el, sólo un pequeño roce, volvió a mirar su rostro manchado en lodo, sudor y sangre.
- te... - y en mi garganta un nudo se formo no dejándome formular las palabras para expresarme.
- te amo - dijo adelantándose a mi, el mostrando una mirada pura y yo una de tristeza, las gruesa y amargas lágrimas volvían a salir de mis ojos y los de el no podían estar más vacíos que nunca.
- bésame - dijo de nuevo, yo asentí y volví a acercarme a sus labios, lo bese, despacio y lentamente dejándonos escuchar las gotas que caían de el cielo.
- te amo - pronuncie y el sonrió dulcemente, después dio su último aliento, sus ojos se cerraron y su corazón dejo de latir.
- No... No por favor no me dejes - dije derramando más lágrimas.
La lluvia había dejado de caer, y el...
El ya no estaba con migo...
El se había ido...
El había desapareció...
Y la lluvia...
La lluvia también.