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Aun hay tiempo por Matildespitzenberger

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Notas del fanfic:

¿Debería cambiar mi nombre a AllLumin?hahaha últimamente es lo único que puedo escribir, trato de hacerlo con otras parejas pero estos dos siempre terminan colándose :/

 

Bueno, sin más les dejo la historia. Disfruten~

 

Se sentía nervioso, aún ni siquiera estaba del todo convencido, él solo recibió una urgente llamada y tomó el primer vuelo hasta Beijing pero ahora que sopesaba las consecuencias de su acto, llegaba a la resolución que no debería estar allí.

-Aish…- suspiró levantándose con prisa.

-¿Ge-ge?- le detuvo una acongojada voz y se sintió peor. Al voltearse pudo ver como la expresión de tristeza de Tao, le revolvía hasta el alma- ¿Pensabas irte?-  preguntó presa de la decepción y se sentó para tratar de tranquilizarse.

No contestó, él solo se dirigió hasta sentarse a su lado. En el lugar, las enfermeras y doctores se paseaban sin preámbulos, mientras ellos dos respiraban por un milagro. Minseok, no sabía cómo arreglar las cosas, por primera vez en su vida, no sabía que decisión tomar.

-Sé que llamarte fue precipitado- comenzó Tao dejando caer un par lágrimas- pero en verdad no sabía a quién recurrir, todo ha sido horrible Ge-ge- le confesó y lo único que le quedó fue brindarle su hombro para que terminara de llorar.

Tragó fuerte, que Tao haya sido también engañado por su vil plan le quemaba el corazón, él no se lo merecía.

-Espérame aquí- sentenció dejándolo solo en ese frío pasillo.

Ingresó con toda la adrenalina de sus pensamientos, Tao era dueño de sus acciones ahora, él ya no formaba parte de su vida pero debía restregarle en su cara que toda esa mentira estaba dañando a un inocente, a su propio hermano.

-Luhan- le llamó enojado, logrando que el nombrado le mirase extrañado, cómo si creyese que era una simple ilusión.

-¿Qué haces tú aquí?- le preguntó sorprendido sin dejar de mirarle.

-Lo mismo te pregunto- le encaró posando sus manos en la cadera- ¿Qué es todo esto, ah?-

Luhan se removió débil en su cama tratando de sentarse pero ya se encontraba cansado.

-¿Qué es lo que pretendes?- preguntó insistente marcando su acento extranjero y lo único que le quedó por hacer a Luhan fue cerrar sus ojos por inercia.

Sabía que a Luhan le gustaba mucho su mandarín. En los buenos tiempos, Luhan se quedaba embelesado observando sus obedientes labios al hablar y se enternecía con su tono de voz pero a hora a ambos le ardía el pecho por los recuerdos, a Minseok le dolía tanto recordar ese idioma y a Luhan le estremecía verlo hablar frente a él.

-Morir en paz- sentenció dejando caer su cabeza hacia atrás mientras en vano trataba de aguantar sus lágrimas.

Lo mismo intentó Minseok, pero bajó la guardia al ver cómo Luhan trataba de secar sus lágrimas. Él nunca lloraba, ni siquiera en su rompimiento lo hizo y que lo hiciera ahora, solo hacía sus palabras más reales.

Luhan iba a morir, pronto.

Un líquido rojo y espeso comenzó a salir de la nariz de Luhan, intentó detenerlo con su mano pero era demasiada, al grado que terminó por manchar parte de las sabanas y su pijama, asustado miró a Minseok por ayuda y este se quitó su bufada y la colocó en su nariz, mientras insistentemente presionaba el botón para llamar a la enfermera.

______________

 

Luhan se quedó dormido por la sangre perdida, amarillo, opaco y delgado descansaba en su cama tranquilamente, mientras él no tenía más reparo que quedarse a velar por su sueño. Su situación es crítica, todo lo era.

-Ge-ge…- recuerda que le llamaron al otro lado de la línea.

-¿Tao?- preguntó confundido respondiendo desde su cafetería en Corea.

-Ge-ge yo…- trató de hablar pero solo escuchó gemidos salir de su boca y su corazón se estrujó.

-¿Tao, qué ocurre? ¡Responde!-

-Lu-ge, va morir...- alcanzó a decir y fue lo único que necesitó para salir corriendo de su local y hacer una maleta a lo rápido para partir hasta allí.

Sonrió sarcásticamente, porque luego de su rompimiento juró nunca más verle la cara a ese desgraciado, que había roto su corazón en miles de pedazos. Sonará cursi y cliché, pero gracias al poco tacto de aquel convaleciente ser, su vida solo ha sido monótona y aburrida.

-Y yo que pensé que terminaríamos casados…- murmuró dolido, arropándolo bien.

Y nuevamente se cuestionaba, el por qué montar toda esta mentira, no le perdonaba el hecho de que haya engañado a Tao de su enfermedad, cuando llegó el pobre estaba tan descompuesto y desorientado que tuvieron que darle un tranquilizante, que le digieran que su única figura de disciplina y cariño se iría dentro de un par de meses, lo había devastado.

Y él no estaba lejos de esa reacción tampoco, cuando Tao le informó que Luhan tenía leucemia y estaba muy avanzado que ni siquiera la quimioterapia ayudaría, pues se desconectó del mundo, su mente explotó y sintió que su corazón se desvanecía, y las lágrimas no salía porque ya no había vuelta atrás, Luhan no tendría otra oportunidad.

-No deberías estar aquí…- susurró logrando espantarle el sueño.

-Ni tú- contestó secamente- ¿Por qué no dijiste nada? ¿Llevarás tu terquedad a la tumba?-

-Es lo único que me queda-

-Más bien, es lo que te dejará sin nada- sentenció mirándolo fríamente- ¿Por qué Luhan?- insistió.

El hombre solo apartó su mirada y se removió en su lugar.

-No quería ser una carga para ti y para Tao, menos que tuviera una imagen tan decadente de mí- confesó dejándolo pasmado.

No quería ser una carga para ti.

Para ti.

Lo último se repitió en eco mil veces desatando su ira.

-¿Entonces, rompiste conmigo por esto?- preguntó levantándose de golpe- ¿Desde hace cuánto tiempo lo sabes?- exigió molesto.

-Minseok, yo…-

-¡Responde!- exigió impaciente, queriendo matar a alguien.

-Desde hace dos años…- y hace menos de dos años ellos habían roto, Luhan le había dicho que se había aburrido de él, que no le amaba y que descaradamente había estado con alguien al cual quería conquistar.

Dolido y traicionado, tomó todas sus cosas y compró el primer pasaje de regreso a Corea.

-¿Entonces… nunca te enamoraste de otra persona?- preguntó con apenas un hilo de voz, soportando sus lágrimas- ¿Nunca hubo alguien…?- susurró cayendo en cuenta que le había odiado por nada, que lo había maldecido y condenado, por algo que él nunca había hecho.

-No, nunca- respondió sosteniendo su mirada- No, podría haber alguien más aparte de ti… nunca, ni por más que lo buscara, no lo encontraría- prosiguió sintiendo en su pecho la culpa viajar por sus entrañas y el deseo de morir al ver esa expresión desencajada del que es el amor de su vida.

-Entonces, hiciste esto para…-

-Para protegerte- interrumpió no dándole opción que se hiciera una idea equivocada de sus razones- Al igual que Tao, no quiero atarlos a esto… es muy cruel, hay veces en que apenas puedo abrir mis ojos, el cuerpo me duele y si antes te parecía terco, ahora soy peor- describió mientras veía cómo Minseok se aproximaba a él.

No quería su tacto, no quería su lástima, solo quería morir solo, abandonado y sí, sería mucho mejor que ambos le olvidasen.

-¿Eres idiota o además de sangre también perdiste las neuronas?- preguntó tomando su cabeza de forma brusca obligándolo a hacer contacto visual- La peor decisión que puedes tomar es morir solo, nos tienes a nosotros para aguantar todo esto-

-No, no les corresponde…- se negó tratando de soltarse de su agarre pero con lo débil que estaba, solo consiguió que se cansara más- No es justo…- hiló miserablemente.

-No es justo que tú nos prives de tus últimos momentos, ¿enserio pretendías morir sin antes ser sincero conmigo?-

Luhan no necesitó responder eso porque Minseok dedujo su respuesta.

-Tú tienes la oportunidad de continuar con tu vida, es más fácil seguir, sabiendo que me enamoré de alguien más que me he muerto por una puta enfermedad- argumentó siendo comido por la desesperación.

-No tienes idea…- susurró soltando su cabeza- No tienes idea, cuán difícil ha sido continuar con eso que tú llamas vida… ¡Mírame!- encaró molesto, al parecer Luhan no se percataba cuan cambiado estaba y eso le irritaba. Tenía razón, su terquedad había llegado a niveles inimaginables.

Pero una vez estando de pie, Luhan se percató de sus palabras. Minseok, más pálido que de costumbre, delgado rayando en los huesos y con unas ojeras que posiblemente no podría quitárselas en un buen tiempo, qué decir de su mirada cansada y oscura, nada de lo que veía era parecido al hombre que amó hace dos años.

-Ahora mírate a ti…- continuó pasándole el espejo que se posaba en su mesa de noche. Temeroso la tomó y se percató que su apariencia no se diferenciaba mucho con la del coreano- ¿Esta es la vida que mencionas…? ¿Así quieres terminar con la tuya?- preguntó retumbando en la conciencia del otro.

-No quiero que tu último recuerdo sea de esta cama vacía…- murmuró aguantando sus lágrimas, mientras sentía el fuerte agarre de la mano de Minseok en la suya.

-El único recuerdo que tendré será, el de haber estado al lado de la persona que más he amado hasta el final- sentenció sin soltar su mano para luego besar frente con dulzura.

_______________

La semana pasó en un parpadeo, Minseok vivía en esa pequeña habitación acompañando a Luhan, mientras que Tao luego de sus clases iba de visita. Nadie ignoraba el fin pero sabiendo que había alguien más allí, la agonía se hacía mucho más llevadera.

En esa semana, Minseok aprendió que Luhan se cansaba más de lo normal, que de vez en cuando caía dormido y que su presión se bajaba abruptamente teniendo que prender el escaldasono del colchón o brindarle calor con el suyo, también que sin motivo alguno aparecían manchas en su piel y los constantes sangramientos, no era más que un signo que el final se acercaba.

Aun así habían retomado viejas rutinas, comían juntos, bueno aunque Luhan solo probaba bocados pero eso no detuvo su terquedad sobre el peso de Minseok peso, le obligó a comer doble ración, solo para verle más saludable y él con gusto lo hacía, la verdad es que la comida nunca le supo mejor. Veían los partidos de futbol y apostaban por quién ganaría, hubo una vez en que se bañaron juntos, ese fue el suceso que encendió la chispa nuevamente, se habían pasado minutos enteros mirándose fijamente, acariciando sus manos y delineando sus rostros, sonreían de vez en cuando como adolescentes. Como si nada hubiese pasado.

Cuando llegaba la noche Luhan hacía un hueco en su cama y le dejaba descansar a su lado, aun no teniendo tanta fuerza, trataba de abrazarlo para brindarle aunque sea un poquito de su calor. Había otras veces en que no podía dormir, así que se quedaba mirando el rostro de Minseok por horas mientras imaginaba que seguían en su antiguo departamento, esperando que el sol saliese para poder hacerle el amor.

Cómo extrañaba tener esa fuerza para poder empotrarlo al colchón sin dejarle opción alguna de escapar, le encantaba cuando Minseok se negaba sonrojado y avergonzado…

-¿En qué piensas?- preguntó Minseok abriendo sus ojos de pronto.

-En las mañanas que hacíamos el amor- respondió sin pudor logrando que el joven se sonrojara- Cuando al principio me pedias que me detuviera para luego terminar gritándome que fuera más rápido…-

-Detente ahí, pervertido-

-¿Yo?, pero si eras tú el que gritaba- susurró encantado de aún poder recordar ese timbre agudo de su voz.

Minseok se removió avergonzado en su pecho mientras él trataba en vano de intensificar su abrazo, al final dejó caer su cabeza cerca de su rostro, queriendo volver a sentir esos finos labios.

Por la atmosfera cargada de deseo, Minseok alzó su cabeza encontrándose con los ojos oscuros de Luhan que brillaban más que las luces de neón de la ciudad, por un momento se perdió en ellos y dejó de respirar… era demasiada la sequía en sus labios, lo necesitaba y por la forma hambrienta que él le miraba, presentía que el sentimiento era mutuo.

Luhan estuvo a centímetros de tocar sus labios pero retrocedió arrepintiéndose de su intención y de sus sentimientos, él no quería dejar un hueco en el corazón de Minseok, no quería que él despertase un día cualquiera llorando por la necesidad de querer tenerlo su lado y no poder, definitivamente, no dejaría que eso pasara. Por eso se detuvo.

-No…- susurró alejándose de él- No… puedo-

Minseok se tragó su dolor, entendía el por qué no daba ese paso pero aun así él no podía contenerse, ambos aún seguían ahí, juntos. Podían tocarse, mimarse y gritarse todo lo que quisiesen porque aun había tiempo, Luhan aún respiraba y cualquier cosa que él hiciera no le haría romper en llanto. Porque él aún seguía vivo y estaba agradecido por ello.

Así que sin pensarlo dos veces, Minseok estiró su mano y volteó el rostro acongojado de Luhan, acarició tiernamente su mejilla y le sonrió como siempre lo hacía, cuando las cosas iban mal y él necesitaba una pequeña esperanza. La mirada de Luhan le dio valor, pasmado y temblando de  las emociones contenidas trataba de evitar su mirada pero ya era tarde. Minseok estaba decidido a besarlo.

Atrayendo su rostro hacia él y rodeando su nuca para no dejarlo ir, unió sus bocas. Al principio Luhan saltó por el tacto, solo eran sus labios juntos, nada más que eso pero bastó para hacerlo explotar por dentro. Cuando se acostumbró, ladeo su cabeza para profundizar el beso y Minseok captando la indirecta abrió su boca dejándole libre acceso a su sabor.

Degustó como quiso, su lengua, sus labios el alrededor de su rostro. Por Dios. Pensó Luhan, creía estar en el paraíso, resucitado. Ese calor, ese aroma y ese sabor que él mismo se negó al saber de su enfermedad, era su remedio a todos sus temores y dolores del futuro. Podría no despertar mañana, podría quizás no reconocerlo pero lo que no olvidaría, es su calor y lo hermoso que se veía entre sus brazos.

_____________

Cuando tocaba el día de la revisión médica, Yixing su médico de pila se encontraba sorprendido por la mejora anímica de Luhan, se veía mejor, comía un poco más y hace tres días no había tenido sangramientos, ni desmayos. Apostando su cargo que se debía al joven coreano quien no se despegaba de su lado, maquinó la situación.

-Disculpa, ¿Hace cuánto que llegaste de Corea?- preguntó

-Bueno… hace más de una semana- respondió asustado por la pregunta.

-¿Te hicieron algunos exámenes?-

-No…- respondiendo aumentando su temor, la mirada fija y seria del médico, no le daba buena espina.

-Tendrás que acompañarme entonces, necesito saber, si no tienes algún virus o cuerpo extraño que dañe el funcionamiento de Luhan. Es solo protocolar pero hay que prevenir- informó alzando su mano hacia la puerta indicándole que le siguiera.

Sabía que había alarmado al par de tortolitos pero él necesitaba estar seguro de su corazonada, si todo iba bien podía sacarle partido a su descubrimiento.

En silencio se dirigieron a una sala y le pidió a la enfermera que preparara lo necesario para extraer sangre. Colocó el elástico en el brazo izquierdo del muchacho y le limpió repetidas veces el lugar.

-¿Tú y Luhan se conocen desde hace mucho tiempo?- inició la conversación.

-Si…-

-Qué extraño, no te he visto desde que trato a Luhan- prosiguió encantado por la historia que había detrás de esos dos tortolitos. Sabía que Luhan y él eran pareja antes de que la enfermedad se declarara y había sido él, quién hizo los contactos para que Tao le llamase.

Bueno, confesaba que entre Luhan y él había algo más que una relación médico-paciente. Eran muy buenos amigos, en una de las crisis que tuvo Luhan en su primer año combatiendo la leucemia, le contó sobre Minseok y de cómo cortó con él. Para dejarle libre de ese dolor.

-Eso es porque no lo sabía…- musitó mirando como su sangre era extraída por el médico- Cortó conmigo para que no me enterara…-

-Ya veo… lo bueno es que regresaste. No cualquiera lo haría- le dijo quitando la mariposa de su brazo y poniendo un algodón para detener su sangre- Pase lo que pase, no dudes en  hablar conmigo, ¿de acuerdo?- aunque no eran muy cercanos, solo podía ofrecerle lo mismo que a Luhan en un principio, su apoyo incondicional, sabía lo que le deparaba al muchacho y no era nada de fácil.

Al final le sonrió y salió de la sala, rumbo al laboratorio, tenía que analizar su sangre cuanto antes.

______________

Si antes tuvo miedo, ahora le horrorizaba lo que veía. Luhan estaba siendo atendido por lo menos cuatro personas entre enfermeras, Yixing y paramédicos. Hace días que no se descompensaba y ambos habían tenido la esperanza de que no ocurriesen pero luego de pasar tiempo jugando magjong, Luhan cayó pálido sangrando y con un taquicardia.

Apenas reaccionó para alertar a su enfermera, trataron de quitarlo de su lado pero a pesar de la situación y de la condición de Luhan este no soltó su mano y él tampoco quería hacerlo.

Pero acorde los signos vitales de Luhan se hacían nulos, Yixing tuvo que gritarle para que reaccionara y soltase su mano. Asustado lo hizo viendo como desgarraba su camisa y con unas paletas en sus manos las posicionaba en el torso de Luhan.

La primera descarga, lo partió en dos. El cuerpo de Luhan rebotó en el colchón desgarrando su alma, para la segunda descarga, Minseok tuvo que ser sostenido por un paramédico para que no se lanzara encima del muchacho. Para la tercera, veía como Yixing se estaba dando por vencido y mientras batallaba en sacarse el cuerpo gigante de ese paramédico que lo sacaba de la habitación, gritó a todo pulmón.

-¡LUHAN!-

Y su miedo se esfumó, como si a causa de su grito Luhan volvía a la vida, el aparato sonaba lento pero mostrando signos vitales. Al escuchar ese sonido se dejó de batallar y fue sacando de la habitación.

Estuvo esperando varios minutos afuera junto con Tao, el menor no se veía tan afectado porque había llegado después y la verdad es que no estaba muy enterado, Minseok apenas podía pestañar.

Para cuando se abrió la puerta el menor fue el primero en atacar a Yixing con preguntas.

-¿Qué sucedió?-

-Luhan, se descompuso severamente estando tres minutos inconsciente, afortunadamente pudo salir sin problemas, ahora solo lo estabilizamos pero sigue bastante débil-

-¿Usted cree… que ya es hora?- preguntó Tao temiendo su respuesta.

-Dada las circunstancias… sí…- confirmó logrando que Tao se alejara de ellos, sobrepasado con la situación se sentó en otro logar.

Minseok, se quedó igual apoyando su cabeza en la pared por inercia, no tenía ni ganas de pestañar, solo sus lágrimas se movían cayendo pausadamente por sus mejillas.

-Aunque…- y bastó esa palabra para que el alma de esos dos moribundos hombres revivieran del infierno- Hay una forma que podría salvar a Luhan y tú formas parte de ella- habló mirando a Minseok con decisión. 

 

 

Continuará...

Notas finales:

¿Qué tal? la verdad no se porque me ha dado por el angst, dejen sus comentarios para ver que les pareció.

 

Nos leemos :))


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