Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Superposición por NiceBlue

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Una especie de reto. Una deuda tal vez sea el término más apropiado.

A quién lo lea, espero le guste :)

¡Abrazzzos!

(Disculpen si hay errores. Un hechizero los hizo)

 

Notas del capitulo:

No hay nada que el arte no cure. Y por arte no me refiero solo a cuadros bonitos. El amor también es un arte.

—No te olvides de las capas, Leian.

—No, no me olvido.

 

Le sonreí. Francis siempre me recordaba las cosas importantes. Me las recordaba. Porque yo las sabía bien, pero las dejaba muy dentro mío, tanto, que a veces se perdían en mí. Y esta vez tenía que salir bien. No podía equivocarme en este cuadro. No podía desperdiciar otro lienzo. La consigna era simple, crear algo nuevo a partir de la superposición, de formas o de colores.

 Crear algo más profundo. Y que uno se pierda allí dentro. Qué divaguemos en él. Y qué salgamos de esa superposición renovados, restaurados.

Sí, la profesora Linda nos dictaba las consignas como si fueran haikus. Se emocionaba intensamente, y se olvidaba de que éramos simples estudiantes de pintura que, en su mayoría, estábamos allí por problemas de conducta.

Su clase se había vuelto una especie de rehabilitación social para los alumnos “rezagados” de la escuela a la que yo asistía.

Aun así, ella nos trataba como pequeños artistas. Si viera que estoy pintando casas de nuevo.  

No hay nada que el arte no cure. Y por arte no me refiero solo a cuadros bonitos. El amor también es un arte.

Solía decirnos, mientras nos guiñaba un ojo.

Francis estaba ahí por ser demasiado franco. Aparentemente ser sincero era un problema que necesitaba ser corregido en esta sociedad tan superficial. Y mi desinterés general, también era considerado como una mala conducta por los directivos de la escuela.

Pero que podía hacer si ya nada me sorprendía.

Sentía que ya había visto todo, que ya había saboreado todo.

Y que todo estaba dentro de mí, sólo que no lo recordaba.

 —Eso es imposible. Tenés 17 años.

 Me decía papá.  Pero quién sabe, tal vez había vivido todas las vidas posibles, las suficientes como para dejar de reencarnar, pero alguien o algo se confundió, y acá estaba viviendo nuevamente.

Sí. Eso debía ser.

Pero no.

Nadie creyó esa loca teoría mía.

 —Cuando estabas en el jardín dibujabas tan lindo, pasabas horas pintando, te gustaba mucho. ¿Por qué no empezás pintura?

 ¡Pero si hacía puros árboles y casas deformes como ahora! Igual, no tuvo sentido discutirle a mamá y a sus recuerdos de mí en el jardín.

Al otro día me inscribió, y me despertó tirándome los acrílicos en la cama.

Así que acá estoy ahora, en la clase de la profesora Linda, para complacer al director y a mis padres.

Al lado mío está Francis, intentado ser más abstracto, y menos directo.

Mientras yo estoy intentando no echar a perder otro lienzo.

 Pero de un momento a otro él irrumpió en la clase, tomado del brazo, por quién me contaría luego, era su madre.

 — ¡Disculpe! ¡Perdón! ¿Llegamos muy tarde?

—No, no, por favor, nunca es muy tarde para llegar. Usted es Nora, ¿verdad? Y vos debés ser Nacho.

Contestó la profesora Linda, mientras sonreía ampliamente mirando a Nacho. Luego le indicó que sentara en donde “sintiera que debía hacerlo”  y salió de aula a hablar en privado con Nora. Todo lo que decía Linda, era tan innecesariamente místico.  

Nacho  eligió sentarse al lado mío. No sé si porque sintió que así debía ser, o porque el otro atril disponible se encontraba muy al fondo del salón. Me gusta pensar que fue por lo primero.

A penas tomó asiento, me miró. Y sonrió.

Tenía ojos color miel. Color papa. Me diría él, riéndose de sí mismo, una noche en la playa.

Y su pelo era de color maíz oscuro, algo revuelto. Es que tengo el pelo lluvioso. Me contaría él, una tarde de verano.

Pero ahora estaba allí, sonriéndome, tan inocentemente. Tan enigmáticamente. Había algo en él. Siempre hubo algo en él. Y siempre lo va a haber.

De verdad quería…  ¿conocerlo?  Tenía un sentimiento extraño.  ¿Sería curiosidad? Acaso ¿Curiosidad no es sinónimo de interés?  No, no podía distraerme, no podía desperdiciar otro lienzo. Superposición. Eso era todo. Una buena pintura, que cumpliera esa consigna, y ya estaría “apto” para vivir en sociedad. O por lo menos para asistir a la escuela sin tener que hablar con la psicóloga escolar todas las semanas. 

Intenté concentrarme. Pinté una casa roja. Y luego otra, casi encima, de color azul. Cuando me di cuenta, dos esquinas de ellas se superponían, y allí donde se cruzaban, se había formado un color violeta oscuro.

Allí, sin querer, se había formado algo nuevo. No lo estaba pensando, y de pronto pasó. Y ya no podía separar una casa de la otra. Estaban unidas por un color nuevo. Pero tampoco quería que aquel color desapareciera.

Me gustaba.

—De verdad te gustan las casas ¿no?

Me preguntó Nacho mientras miraba las casas que acaba de pintar.

—No sabe dibujar otra cosa.

Contestó Francis, siempre tan directo.

Nacho sonrió nuevamente, y esta vez no pude volver a concentrarme en mi pintura. Me quedé observándolo. Suspiraba suavemente, y tamborileaba sus dedos en el banquillo donde estaba sentado. De verdad me intrigaba. Continuaba pensando que había algo en él. Que sentimiento más molesto es este de querer saber más. Pero no podía reprimirlo, había aparecido de un momento a otro, sin buscarlo. Y ya no se iría. No se iría, como tampoco lo haría el violeta de las casas.

— Y… ¿Vos por qué estás acá?

Aquella pregunta que le hice parecía más apropiada para una cárcel, que para una clase de pintura. Pero, no me pude contener, quería saber más de él. Con saber su nombre no me alcanzaba.

—Se supone que mi problema es que soy muy entusiasta.

—Y sonreís demasiado.

— ¡Francis! Eso no es algo malo.

Creo, o por lo menos en él no lo era.

Nacho sólo rió, y miró hacía al frente ya que la profesora se estaba acercando a él.

—Bueno, Nachito, corazón,  ¿Te explicaron ya la consigna tus nuevos amigos del pincel? Se trata de la superposición.  ¿Conocés ese concepto en pintura?

— ¡Sí! ¡Superposición! Consiste en el hecho de que una figura o un objeto oculte parcialmente a otro, en este caso la figura que se ve completa se encuentra en el primer término o nivel espacial y la incompleta en el segundo término o nivel espacial. Los requisitos para una percepción adecuada de las figuras que se encuentran sobre el mismo plano y que deben ser vistas…

— ¡Bueno, bueno, bueno Nacho!— Interrumpió Linda, y luego agregó por lo bajo—Ya veo cuál es tu problema…

— ¿Qué?

Preguntó Nacho confuso.

— ¡Qué ya veo que sabés del tema!— Intentó arreglar la profesora—Así que podes empezar, que tenemos mucha pintura por delante.

—Y, ¿Qué tengo que dibujar?

Linda lo miró con curiosidad, creo que hasta ese momento nadie se lo había preguntado.

Pero ella no sabía que a Nacho le habían impuesto límites y órdenes lógicos para todo. Desde que era chico que sus padres no tenían mucho tiempo para él. Así que en el poco tiempo que lo veían, intentaban corregirle ese comportamiento efervescente que tenía. Qué no hiciera esto, ni lo otro, y que antes de hacer aquello pensara en lo anterior.

Por eso cuando alguien le ponía atención, se entusiasmaba tanto.

Quería que lo tomaran en cuenta, quería agradar, y sobre todo quería saber más. Pensaba que mientras más supiera, mejor le caería a quienes lo rodeaban. Podía llegar a ser muy infantil. De hecho, le encantaban las películas infantiles, porque los protagonistas de una manera u otra siempre eran notados.

Todo era una especie de juego para él. Preguntar que debía dibujar, era como preguntar las reglas. Y que le preguntarán si sabía el concepto de superposición, era como ponerlo a prueba.

Claro, que todo esto yo lo aprendí, mucho tiempo después.

En ese momento la profesora lo miró dulcemente.

—Dibujá lo que más te llame la atención.

Nacho contestó con una enorme sonrisa.  Tal vez sí sonreía demasiado.  Y comenzó a girar levemente su atril y su banquillo.

Linda se alejó a su escritorio, y yo intenté pintar otra casa. Pero había algo que sentía, que me estaba molestando. Tracé dos líneas verticales con amarillo, y quise trazar dos líneas horizontales para completar un cuadrado, pero a la mitad de la primera me detuve. Y ahí lo vi.

Había girado su atril en dirección a mí. Y su mirada oscilaba entre su lienzo y yo. Eso era lo que me molestaba.

— ¿Qué hacés?

Le pregunté con cierto temblor en mi voz.

—Te dibujo.

Respondió Nacho dulcemente.

— ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

Esto es muy raro, pensé.

—No sé, tengo que dibujar lo que más me llama la atención ¿no? Y aunque no logro entender por qué, ya que, no tiene lógica, vos captás mi atención. ¿Nunca te pasó algo así? ¿Nunca te interesó algo y no sabías por qué?

No. La verdad que no. Sino no estaría en esta clase. No tendría mis dedos manchados con pintura. No habría conocido a Francis. Y me hubiera olvidado de lo más importante. Hasta ahora no. Nada me llamaba la atención, hasta que te vi entrar.  Hasta que apareciste tan silenciosamente. Como el violeta de las casas.

—No, a él no le interesa nada, pero me parece que vos sí. Deberían ir a tomar algo después.  Y ahora, dejen de hablar, que me distraen de mi abstracción. Ah, y Leian, nunca nada te llamó la atención en la vida, no te olvides.  

Francis siempre me recuerda las cosas importantes. Y es muy directo. Demasiado tal vez. Me sonrojé ante lo que dijo. No sabía que en invierno, con unos escasos 2º de temperatura, uno igual podía sonrojarse. Pero Nacho igual lo está, así que ya somos dos.

No, no me olvidé de las capas. Y terminé mi pintura, como debía ser. Aquel lienzo no se desperdició. Y aquella clase de verdad captó mi interés. Mis padres y mi director estaban más que contentos. Pero no era la clase lo que me interesaba, ni la pintura, ni la profesora  y su mística forma de hablar. Era él, claro está. Seguí yendo por él.

De la superposición si nació algo nuevo. Algo más profundo.

Nació él, y su dulce sonrisa.

Linda tenía razón, no hay nada que el arte no cure, y el amor también es una forma de arte.

 

Notas finales:

Dato curioso (?): De verdad existió una profesora de pintura llamada Linda. Creo que todavía existe de hecho.

¡Gracias por leer! :D

Más abrazzzos♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).