Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Primer Amor por Sunciel

[Reviews - 211]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos y chicas jejeje aca traigo el siguiente cap espero que les guste muchisimo... aparece mi naru-chan pero no se como les parecera....


queria decirles que no odien a Sasu ni a Haku vean las cosas desde otro punto de vista y traten de entender...


Bueno a leer...

CAPITULO VI:

En el capítulo anterior:

Dos grandes amigos se despedían en la estación de tren desde lejos, para no volverse a ver en mucho tiempo. Caminando cada uno por su propio rumbo.

— Te extrañare mucho Naru.

— Yo también Sasu. — en señales aun desde la distancia hicieron su saludo especial, aquel que solo ellos dos sabían. Se sonrieron mutuamente como última despedida.

Cuando el azabache ya no pudo distinguir siquiera la figura de su amigo, su sonrisa se borró y las lágrimas comenzaron a caer inevitablemente, sin poder ni querer detenerlas, sentía que había perdido algo muy importante, un pedazo de sí mismo. El castaño doncel comenzó a acercarse a su pareja cuando lo vio llorar se quedó quieto, sin acercarse más.

*****L*O*V*E*****

“—  Ese día entendí… que puede ser que estuviera en medio de Sasuke y Naruto, en medio de dos amigos…. El silencio de Naruto me lo conto todo, ese día comprendí… que él quería a tu oto-san. Puede que incluso más que yo.”

Un pequeño castaño de 8 años leía con lágrimas en los ojos, entendía lo que su oto-chan le quería decir. Continúo leyendo.

Naruto no llamo, no escribió, había desaparecido de nuestras vidas para siempre. Tu oto-san decía *el amor es la amistad* en ese lugar estuvo su amigo, pero nunca pudo estar su mejor amigo. Él ahora está solo, pero no dirá nada.”

El necesita un amigo, un amor, este amigo es Naruto, este amor es Naruto. Lleva a Naruto a la vida de tu oto-san. Dale a Naruto su primer amor. Sasuke y Naruto están hechos el uno para el otro. Esa es la verdad y ese es mi sueño”

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Capitulo actual:

Tiempo actual.

10 años después de la historia.

Ya era de mañana, este día era especial, no solo se recordaba el día en que nació una bella personita más en este mundo sino también el día en que otra bella persona lo dejo para partir hacia un mejor lugar. La ceremonia de la muerte comenzó, una hermosa señora pelinegra acomodaba todo en el altar que tenían dentro de uno de los salones, a su lado ayudándole con lo que podía estaba un pequeño doncel de pelo corto color castaño claro, con unos lindos ojos negros.

Cuando terminaron de acomodar todo hicieron las reverencias correspondientes y comenzaron con un rezo. Por la puerta, un azabache llegaba apresurado entrando a la pequeña habitación, sentándose a lado de su pequeño se le acercó al oído y susurro.

— Feliz cumpleaños — le dijo lo más bajo que pudo para no ser escuchado por su madre, sin embargo no lo logro, esta golpeo ligeramente su hombro para que guardase silencio y se uniese a los rezos.

Mientras todos permanecían con los ojos cerrados, el doncel abrió lentamente un ojito para corroborar que ni su oto-san, ni su oba-chan lo estuviesen viendo, cuando se dio cuenta que estaba fuera de peligro cogió la carta que su oto-chan le dejo, desdoblándola mirando la fotografía que estaba dentro… la fotografía de Naruto Namikaze. Sonrió feliz, esa simple imagen le inspiraba algo muy cálido, miro el retrato de su querido oto-chan en el altar… le sonrió diciéndole “haré todo para cumplir lo que me pediste oto-chan”. Sintió un movimiento a su lado, donde su padre estaba, rápidamente doblo la carta ocultando la fotografía fingiendo continuar con sus rezos, unió sus manos sosteniendo entre ellas la carta.

Sasuke abrió los ojos viendo con una sonrisa su alrededor, su madre a su lado, el retrato de la persona que más amo y que siempre amara al frente en el altar y a su otro lado su más valioso tesoro, su pequeño doncel, el fruto de su amor. Mientras lo miraba se dio cuenta que sostenía unos papeles en sus manos, seguramente la carta de su oto-chan, le quito las hojas y las puso a un costado, no estaba dirigida a él así que no tenía por qué leerla.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

— ¿Halo? Habla Asuma — se oía la voz del otro lado del auricular.

— Hola, Asuma-san — saludaba la dama pelinegra, con teléfono en mano mientras vigilaba que los sirvientes hicieran correctamente su trabajo.

— ¿Vendrán mañana? — preguntaba del otro lado.

— Si, tan pronto lleguemos a Suna tomaremos inmediatamente el tren a Konoha.

— ¿El de la 3 de la tarde?

— Si — le respondía con una sonrisa, acercándose a uno de los sirvientes que sin prestar mucha atención sacudía como sea los cojines de los sillones de la sala de estar — ¿Pero qué haces? — le llamo con voz molesta al sirviente.

— ¿Yo? — Preguntaba del otro lado, con una voz un poco nerviosa como si le hubiesen descubierto infraganti — Nada jejeje — rio nerviosamente.

— No, perdona no te lo decía a ti — corrigió la azabache — Es que los sirvientes nuevos no están realizando bien su trabajo — dijo un poco molesta.

— Ya veo… mañana los iré a recoger a la estación ¿de acuerdo?

— ¿Seguro? El año pasado lo olvidaste — le dijo con diversión.

— Eso fue el año pasado ¿Por qué todavía lo recuerdas? — Contestaba resignado — Esta vez prometo que estaré allí… mmm… con respecto a los preparativos para la ceremonia…

— Los tengo todos listos. No te preocupes.

— Está bien, entonces hasta mañana.

— Hasta mañana — se despidió, colgando el teléfono. Cuando volteo a mirar al sirviente vio con horror como este colocaba un rozón blanco en su retrato, el rozón que simbolizaba que ese familiar estaba muerto estaba sobre un retrato de ella, grito y miro con odio contenido al sirviente. ¡Cómo se atrevía a insinuar siquiera que ella estaba muerta!

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

El pequeño Naru de 8 años estaba sentado en el sillón de la sala mirando atentamente la televisión, ya que era hora de su show favorito… ¡¡¡EL SHOW DE SAI!!! Su presentador favorito, algún día soñaba con ser como el, un hermoso doncel que dirigía un show muy popular a nivel internacional, era simplemente genial… abrazando uno de los cojines del sillón se acomodó mejor para prestar atención al programa.

(Todo lo que este en comillas, negrillas y cursiva es lo que sucede en la televisión)

“— ¡¡Hi!! Aquí está nuevamente Sai, su presentador favorito y ustedes están viendo su show favorito… El Show de Sai — hablaba un doncel pelinegro con un micrófono en mano, el doncel tenía unos ojos negros y el pelo corto, su piel era blanquísima, llevaba unos lentes de sol sobre su cabeza, vestía con unos jeans negros ajustados y una especie de polera-top roja que dejaba a la vista su ombligo”

El castaño cogió unas cuantas palomitas de maíz que siempre preparaba para ver el programa y se las llevó a la boca sin apartar su mirada de la televisión ni un segundo.

“— El día de hoy como siempre haremos algo nuevo — continuaba hablando el pelinegro mientras caminaba por la playa — Hoy jugaremos un juego muy especial — decía caminando entre varios jóvenes que se encontraban allí para disfrutar en vivo del show — Estoy seguro que todos amaran este juego ¿verdad? — como respuesta se oyeron unos gritos de confirmación por parte del público — Bien, se dice que este juego es especial porque saca a flote lo que se esconde en el corazón ¡Uh! — sonrió con picardía”

Un niño emocionado aplaudía a lo que escuchaba, realmente disfrutaría ese juego, cogió nuevamente unas palomitas y abrazo de nueva cuenta el cojín.

“— Yo diré una palabra — explicaba el moreno mirando a la cámara — Y ustedes deberán decir la primera palabra que se les venga a la mente cuando escuchen lo que les diga. — Caminaba lentamente — Pero no tienen tiempo de pensarlo, simplemente deben contestar con lo que se les venga a la cabeza ¿Ok? — pregunto a la cámara”

— ¡Ok! — respondió emocionado el doncelito.

“— Bien comenzaremos contigo — le dijo a un joven peliblanco que tenía el pecho descubierto en el cual se veía un colgante en forma de hoz — mmm Las nubes — le dijo el pelinegro acercándole el micrófono, sin embargo el peliblanco puso pose pensativa porque no se le ocurría nada de nada — Lo siento perdiste — sonrió divertido caminando hacia otro joven.

— Oh, fuck — hablo el peliblanco.

— Las nubes — volvió a decir el azabache a un chico castaño de pelo largo y ojos grises casi blancos, le acerco el micrófono.

— La lluvia — respondió algo serio.

— Bien — se alejó para ir donde otro joven pelirrojo cuyo pelo tornaba casi a castaño, tenía unas extrañas líneas moradas en el rostro — Hermoso — le dijo el pelinegro acercándole el micrófono para que respondiera.

— Sai — respondió el joven, lanzándole una mirada intensa al pelinegro que ni se inmuto ante ella, simplemente sonrió.

— Gracias — se alejó, tras él había otro joven pelirrojo de pelo algo largo, así que se acercó — Corazón — acerco nuevamente el micrófono.

— Amor — contesto el joven mirando a su acompañante que estaba moviéndose al ritmo de la música.

— Ok… Amor — repitió Sai al mismo muchacho.

— Tobi — respondió mirando al joven que estaba a su lado

— ¿Qué? — un joven pelinegro de baja estatura lo miro con sorpresa — ¿Nagato sempai me quiere? — pregunto llevando sus manos hacia su pecho, mirando con un brillo en sus ojos.

— Si — respondió el otro con una minúscula sonrisa, el morenito salto a los brazos del pelirrojo abrazándolo y acercándose a su cuerpo dándole en suave beso en los labios.

— Bien, así es este juego. — Anunciaba Sai hacia la cámara — ¿Vieron cómo los verdaderos sentimientos salen a la luz? Ahora les toca a ustedes. Inténtenlo.”

El pequeño que miraba atento el programa, pensaba seriamente hasta que sus ojitos se abrieron y una sonrisa enorme se instaló en sus labios como si hubiera descubierto la 10° maravilla del mundo.

“— Volveremos luego de una pausa — hablaba el pelinegro.”

— ¡¡Yey!! — levanto la mano mientras gritaba con emoción el castaño.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

— Estúpido juego, estúpido Sai — decía Sasuke a su hijo el cual lo había abordado con “juguemos oto-san” apenas había puesto un pie en la casa.

— Oto-san, no llames estúpido a mi Sai, es el mejor presentador del mundo. — refutaba el pequeño con un puchero.

— De acuerdo — sonrió enternecido por la carita de su hijo, le dio la espalda indicándole que se subiese, el doncel paso los brazos por el cuello de su padre y este le sostuvo de los muslos que se alojaron en su cintura — Juguemos tu estúpido juego — le dijo mientras comenzaba a caminar por la casa.

— ¡Bien! — Decía emocionado el niño — A tus marcas… listo… ¡¡empieza!! ¡¡Sexy!! — grito cuando su padre pasaba por la cocina donde se encontraba un sirviente con su abuela preparando la comida.

— Tu abuela — respondió el azabache acercándose a su madre, la cual lo codeo por decir esas cosas.

— Oto-san, juega seriamente — se quejó con un puchero.

— Vale, vale — cogió un vaso con agua de la cocina antes de comenzar a subir las escaleras hacia la sala de estar.

— Nubes — hablo el niño, sin embargo el moreno estaba bebiendo el agua así que no pudo responder rápido, por lo cual el castaño golpeo suavemente el hombro de su padre — Oto-san, no puedes tardar.

— Estaba tomando agua — se justificó. — Comencemos de nuevo. Vamos dímelo de nuevo — alentó.

— ¿Nubes? — repitió el castaño.

— Aire — respondió.

— ¿Loco?

— Tú — sonrió divertido al responderle a su pequeño.

— ¿Casa?

— Nosotros

— ¿Amor?

— Amistad — seguía subiendo las escaleras cargando a su hijo.

— ¿Naruto?

— Namikaze — respondió inconscientemente dejando a su doncel en el suelo cerca de uno de los sillones de la sala de estar.

— ¿Namikaze? — pregunto el menor mirando con curiosidad a su progenitor, el cual lo miraba entre nervioso, confundido y sorprendido por su propia respuesta, ya habían pasado años desde la última vez que lo vio pero aun lo recordaba. — ¿Quién es este Naruto Namikaze? — pregunto el chibi cruzando sus bracitos sobre su pecho mirando interrogante a su padre.

El azabache pasaba su mano entre sus hebras oscuras, en muestra de nerviosismo y confusión las llevo hasta su cintura colocándolas allí en jarra. Sonrió levemente tratando de aparentar normalidad. Queriendo evadir la pregunta rio ligeramente y dispuesto a darse la vuelta fue interceptado por su madre.

— ¿Quién es? — pregunto la pelinegra que había escuchado la última parte de la “conversación”.

—… — el moreno miro primero a su madre y luego a su hijo intercalando su mirada entre ellos — Nadie — respondió al fin, encogiéndose de hombros.

— Oh, vamos oto-san — lo miro con ojos de cachorro — Es mi cumpleaños — rogo.

— De acuerdo — le revolvió el cabello con una de sus manos — Naruto Namikaze estudiaba conmigo en la Universidad, nos conocimos desde la secundaria. — comenzó a retirarse queriendo subir las escaleras que quedaban para subir a las habitaciones.

— ¿En la Universidad? — pregunto la azabache.

— Hmp, era mi amigo — respondió agarrándose del barandal.

— Amigo — repitió la dama. Miro a su nieto como diciéndole “¿Tú le crees?”

— Mi mejor amigo — dijo esta vez el moreno.

— Su nombre es genial — le dijo el pequeño bajo la mirada divertida tanto de la abuela como del padre ya que el castaño también se llamaba Naruto. — ¿Cómo era? — pregunto. El azabache se sentó en las primeras gradas de la escalera acomodándose para comenzar a hablar de aquel que fue su mejor amigo.

— Él era diferente de todos los donceles que conocía — comenzó a decir, la señora se acercó junto con su nieto al azabache. — Era como un varón — dijo bajo la atenta mirada de sus oyentes. — Todos los otros donceles se la pasaban maquillándose y arreglándose todo el tiempo… pero Naruto… Naruto jugaba básquetbol — hablaba recordando con añoranza aquellos tiempos donde disfrutaba jugando partidos de básquet con su amigo, apoyando su codo en su rodilla y su mejilla en la palma de su mano. — Vestía ropas como las mías — dijo divertido al recordar, causando una suave risa tanto en su madre como en su pequeño. — ¡En serio!... Naruto estaba loco — rio — Para el arreglarse y maquillarse no era su tipo… era alguien muy especial. Bueno ¿te basta saber eso o quieres más detalles? — abrazo a su niño y lo atrajo hasta hacer que se siente en su regazo.

— Oto-san ¿Dónde está ahora? — le pregunto el castaño.

— No lo sé cariño, no lo sé. — se lo había preguntado el mismo por mucho tiempo, lo había buscado, pero no lo encontró por ningún lado no había rastros de donde podría estar. Había desaparecido literalmente de su vida.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

En un lugar alejado de aquella familia, se veía a un joven doncel rubio de bellos ojos azules, rodeado de varias mujeres y donceles. Vestía un precioso kimono azul ligero, no muy tradicional, era un poco abierto en la parte superior, en los bordes del kimono había un estampado de varias estrellas y medias lunas, las mangas eran largas y anchas, con una serie de lazos negros y blancos a todo lo largo de  la manga, estas cubrían casi toda su mano dejando a la vista solo la punta de sus dedos, el obi era de color plateado, en el cuello llevaba un lazo azul que dejaba caer ambas puntas por la espalda. El maquillaje que llevaba en el rostro era muy sutil y le otorgaba una apariencia más delicada de la que ya tenía, su aire travieso permanecía gracias a las tres marquitas en cada mejilla. Se veía realmente hermoso, de todos modos había fiesta, ese era un día muy especial por lo cual debía verse muy bien. Su cabello le llegaba casi a los hombros por lo que lo tenía recogido con un pequeño broche en forma de espiral de uno de los costados. En una de sus muñecas llevaba dos pulseras una roja con algunas franjas doradas y otra naranja, ambas eran muy valiosas para él. Sonriendo se daba los últimos toques a su apariencia con ayuda de una muchacha castaña con dos chonguitos.

— Naruto, hijo — hablaba una pelirroja entrando emocionada a la habitación — No puedo creer que hoy te comprometas. — miraba a su hijo, el cual solo sonreía mirando unos broches, decidiendo si debía usar alguno o ya no. — Hoy vendrá el Raikage para fijar el día de la boda* — acomodaba algunas de las cosas que estaban tiradas por la habitación.

— Muéstrame eso ttebayo — le indicaba uno de los broches a una de las doncellas allí que le ayudaban a arreglarse.

— ¿Cuánto más vas a arreglarte? — Le regañaba su progenitora — Gaara ya se está impacientando por verte. — le decía a lo cual el rubio rio ligeramente.

— Puede esperar un poco más, este futuro esposo tomara todo el tiempo necesario para arreglarse dattebayo — dijo divertido imaginándose a su prometido ya que lo conocía lo suficiente como para saber el berrinche que haría luego.

*****L*O*V*E*****

En la planta baja de la casa se veía a una multitud, muchos charlaban con una copa en la mano, otros reían y otros trataban de conquistar a alguno de los invitados o invitadas presentes, sin embargo todos tenían una sonrisa en el rostro ya que era el día en que dos grandiosas personas se comprometían para luego casarse. Muchos donceles y doncellas bajaron corriendo las escaleras para ir a ver al prometido, muchos de ellos hubiesen querido estar en el lugar del rubio sin embargo el pelirrojo solo tenía ojos para su futuro esposo.

— Oh, ya llego — murmuraba una señora.

— Es tan guapo — respondía otra.

— Lastima que ya se vaya a casar. — hablaba una tercera.

— Es que Naru-chan también es muy lindo, es obvio porque lo perseguía desde hace tiempo. — Hablo una cuarta a sus compañeras — Ya era hora de que lo aceptara. Gaara-san es un gran hombre.

Por el pasillo que dirigía al gran salón entraba un bello varón pelirrojo, tenía unos impresionantes ojos aguamarina, en la parte izquierda de la frente tenía un tatuaje con el kanji “amor” en él. Tenía en el rostro una sonrisa, hoy era el día más feliz de su vida hasta ahora, por fin se le cumplía su más grande deseo, comprometerse con su amado rubio. Todos los invitados presentes lo saludaban, le sonreían, el correspondía el saludo pero no se detenía primero debía saludar a sus futuros suegros. Vestía un traje negro con una camisa vino tinto. Una vez delante de sus suegros saludo.

— Kushina-sama, Minato-sama — inclino levemente la cabeza en señal de respeto.

— No seas tan formal Gaara — le dijo con una sonrisa el rubio mayor — Ya casi somos familia.

— Es cierto — hablo la pelirroja — Desde ahora llámanos padre y madre — sonrió con cariño a su futuro yerno. El pelirrojo correspondió la sonrisa de todos modos desde hace mucho tiempo él ya los consideraba así.

— ¿Dónde está mi amado rubio doncel? — pregunto.

— Todavía no baja — respondió la mujer. — Seguramente está nervioso.

— No lo creo — sonrió con resignación el pelirrojo, los mayores también sonrieron por que el pelirrojo tenía razón, conocía demasiado bien a su prometido, no por nada lo había cortejado desde hace más de 7 años.

Varios de los presentes lanzaron una ahogada exclamación al ver quien bajaba por las escaleras, los tres interesados voltearon a mirar. La mujer sonreía complacida por la reacción que veía tanto en su marido como en su futuro yerno. El pelirrojo estaba conmocionado por lo que veía, por las escaleras bajaba un bello y sexy ángel rubio, acompañado por varios donceles y doncellas, sin embargo el acaparaba toda su atención.

Antes de que llegara al último escalón se acercó y le ofreció la mano para ayudarle a bajar y dejar en claro a todos aquellos varones que veían con interés a su rubio, que ese doncel era suyo y le había costado mucho conseguir su aceptación. El kitsune lo miro, le sonrió y bajo de un salto los últimos escalones sin tomar su mano, el varón solo sonrió por las travesuras de su doncel.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Lejos de allí un pelinegro preparaba su bolso de viaje, guardaba ropa, materiales de higiene y otras cosas para su estadía en Konoha junto a su suegro para celebrar la ceremonia de la muerte de su esposo.

************************

En otra habitación un pequeño castaño se arreglaba el cabello y la ropa igual al rubio de la fotografía que le dejo su oto-chan. Feliz porque ya había pensado en lo que podía hacer para cumplir el pedido de su papi.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Ya se había partido el pastel y el rubio tenía un platillo en la mano dispuesto a comérselo de inmediato, sin embargo cuando se llevaba la cucharilla a la boca una mano le agarro de la muñeca comiéndose su trozo de pastel que tenía en la cucharilla, con un puchero miro al atrevido dándose cuenta que se trataba de su prometido.

— Te comiste mi pastel ttebayo. ¿Cómo pudiste? — le dijo con un puchero.

— Eres mi esposo, solo quería que me dieras de comer en la boca como hacen las parejas — le respondió el pelirrojo con una sonrisa pícara.

El rubio lo miro serio hasta que se le ocurrió una idea, sonrió traviesamente, con la yema de su dedo índice tomo un poco de crema y se lo metió en la boca bajo la atenta mirada de su futuro marido, luego de lamer la crema volvió a coger un poco y se la acerco a la boca del pelirrojo el cual aún sorprendido abrió un poco la boca para recibir el ofrecimiento, pero no se esperaba lo que sucedió. El doncel le unto la crema en la mejilla y dejando el platillo en la mesa salió corriendo lo más rápido que le permitía el kimono, reacciono lo más rápido posible y salió en persecución del travieso kitsune.

Los invitados y los anfitriones veían divertidos la escena de un pelirrojo persiguiendo a un rubio que huía como si la vida se le fuera en ello, sin embargo el varón fue más veloz, cuando el rubio busco refugio detrás de sus padres lo cogió de la cintura y se limpió la crema con una de las puntas del lazo que se enroscaba en el cuello del rubio. Este lo miro con una sonrisa feliz, en ese preciso momento el cuñado del varón les tomo una fotografía a ambos mirándose con una sonrisa feliz mientras el pelirrojo abrazaba de la cintura por detrás al rubio kitsune.

— Te atrape — susurro cerca de su rostro.

— Me atrapaste ttebayo, pero ¿podrás retenerme? — le reto el rubio.

— Claro que puedo — cerró sus ojos un momento. El rubio lo beso de la mejilla y ante la sorpresa este lo soltó y el kitsune nuevamente salió corriendo.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Dos azabaches bajaban del tren que los llevo a Konoha, buscaron con la mirada una figura conocida que se suponía debía estarlos esperando para recogerlos, cuando lo vieron inmediatamente se dirigieron a él con bolsos en mano. Al ponerse frente a él, el moreno recibió un fuerte abrazo de bienvenida por parte de un hombre mayor castaño vestido totalmente de blanco, era su suegro.

— Bienvenidos — les dijo el castaño.

— Gracias por venir a recogernos. — respondió la morena.

— ¿Dónde está Naru?

— Esta… — el pelinegro miro a su lado y no vio a su hijo preocupado miro alrededor.

— Talvés no bajo todavía — lo tranquilizo su madre.

Todos dirigieron su mirada hacia la puerta del tren para ver si bajaba, de pronto se distinguió una pequeña figura. El pelo castaño corto y revuelto, vestía totalmente de blanco y llevaba en el cuello una bufanda azul, los miraba a todos con una sonrisa parado en la puerta sin bajar todavía.

En el mismo instante en que Sasuke vio a su hijo parado en la puerta, vestido así, su corazón dio un vuelco, no pudo evitar recordar a un rubio muy especial que vestido de esa misma manera se despidió de el en ese mismo lugar. Sin poder hacer nada se dio cuenta del inmenso parecido entre su hijo y aquel que fue su mejor amigo y que le hizo mucha falta. Vio la figura del rubio parado detrás de su pequeño sonriéndole con cariño al igual que lo hacía en ese momento su hijo.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

La pareja que se comprometía estaban hablando felizmente con la hermana del pelirrojo y con su marido, la rubia reía divertida por la discusión de su hermanito y su futuro cuñado.

— Yo te cumplí tu deseo al aceptarte, deberías estar feliz y agradecido porque alguien tan tierno e inocente como yo te deje casarte conmigo ¿verdad Tema-chan? — le decía el rubio a una rubia con cuatro coletas, la cual solo reía.

— No bromees con eso, hice muchas cosas para que me aceptaras y sabes que tienes mi corazón en tus manos ¿verdad Shikamaru? — rebatía el varón. El rubio simplemente le sacaba la lengua.

— Ahh, que problemático — decía un pelinegro con una coleta alta.

Ante tal frase, todos soltaron a reír, el pelirrojo se acercó al rubio y le robo un suave y corto beso en los labios, cuando se separó vio el rostro sonrojado del kitsune, sonrió feliz por ser el causante de esa reacción. Tomo de la mano al doncel y lo saco al centro a bailar, tomo una de las manos del ojiazul y la coloco sobre su hombro, entrelazo la otra mano con la suya y su mano libre la llevo a la cintura del rubio. Comenzaron a bailar algo similar al vals, un ritmo lento y calmado, el ojiazul sonrojado apoyo su cabeza en el hombro de su prometido para que así éste no le viera la cara.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Ya habían regresado del cementerio, Naru dejo los claveles blancos, que eran las flores favoritas de su oto-chan, en la tumba. Le conto lo que había pasado en su vida hasta ahora y luego se despidió, lo mismo hizo Sasuke sin embargo el decidió quedarse un poco más. El castañito aprovecho la ausencia de su oto-san y cuando llegaron a casa saco la última carta que le dejo su oto-chan y se las dio a sus abuelos para que la leyeran.

Ambos adultos derramaban lágrimas al leer la historia narrada en esa carta, entendían la petición, miraron al doncel y sonrieron al ver la determinación en aquellos ojos. Inmediatamente ofrecieron su apoyo y ayuda para cumplir la última petición de Haku.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Gaara se arrodillo en frente de Naruto y saco una cajita de terciopelo, todos rodeaban a la pareja emocionados viendo cómo se comprometían, tomo un anillo de plata con una pequeña piedra en forma de gota de color aguamarina en el centro, lo saco de la cajita y se lo puso en el dedo anular de la mano izquierda. El rubio sonrió feliz y saco el otro anillo de plata con una pequeña piedra color azul de la cajita y se lo coloco en el dedo anular al pelirrojo. Ambos se miraron, los ojos del varón reflejaban el inmenso amor que sentía, se acercó lentamente, acaricio la mejilla del ojiazul y le dio un beso sellando así el compromiso. Ahora solo quedaba esperar a que el Raikage decidiera la fecha en la que se realizaría la boda.

— Te amo — le susurro el varón, pero no obtuvo respuesta solo una sonrisa y una mirada de cariño.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

— Esta es la vieja dirección — decía el rector con el doncel sentado en su regazo — ¿Dónde podremos encontrar la nueva? — hablaba consigo mismo, sin embargo lo hacía en voz alta por lo que las otras dos personas solo lo miraban.

— ¿Cómo puede ser eso posible abuelo? ¿Ni siquiera puedes hacer eso por mí? —  reclamaba el pequeño con las mejillas infladas.

— Claro que puedo, es solo que….

— En serio — interrumpió la mujer presente — Siendo el rector de la Universidad, no puede hacer eso siquiera. — salió por la puerta sin dejar que el otro le respondiese.

— Si puedo hacerlo — casi grito — Un minuto… talvés él sabe dónde está Naruto Namikaze Uzumaki. — se puso en pose pensativa acariciándose con una mano la barbilla como si tuviese barba.

— ¿Quién? — pregunto emocionado Naru.

*****L*O*V*E*****

Llegaron a una pequeña “casa” un lugar donde se encontraban los dormitorios destinados para los donceles y doncellas que iban a la Universidad. Cuando el portero les abrió la puerta vieron a un doncel castaño con una cicatriz por encima de la nariz.

— Buenas tardes Sr. Sarutobi — inclino levemente la cabeza en señal de saludo — ¿Se les ofrece algo? — pregunto al ver a la mujer azabache y al niño castaño, ambos se le hacían muy conocidos.

— Veníamos a verte porque eres el único que nos puede dar esta información. — le dijo el varón.

— ¿A si? ¿Cuál? — los miro con intriga y curiosidad.

— Queremos saber dónde está Naruto Namikaze — le dijo la azabache.

— Perdónenme, pero no les puedo decir. Le prometí a Naruto que no le diría a nadie su nueva dirección.

— Pero es que nosotros necesitamos saber…

— Lo entiendo señor, pero lo prometí a Naruto y…

— Iruka-san — llamo su atención el pequeño castaño — Yo me llamo Naruto también, ¿tampoco me lo dirá a mí? — lo miro con unos ojos tan tiernos que sin remedio le recordaron a su rubio Naruto cuando trataba de conseguir un plato de ramen extra. Lo miro con tristeza, pero algo en su corazón le hizo responder lo siguiente.

— Aun así, no entiendo porque lo buscan — les dijo — Hoy se está llevando a cabo su compromiso. Por eso me disponía a partir hacia su casa mañana a más tardar — continuo el doncel mayor — Su boda está programada para dentro de una semana. El Raikage fijara la fecha el día de hoy. Estamos haciendo todos los preparativos de la boda. Han llegado un poco tarde.

Ante esta información, el castaño doncel lo miro con los ojos desorbitados, eso no podía ser cierto, su oto-chan le dijo que Naruto y su oto-san debían estar juntos. No podía casarse, no podía.

— No, no — decía el pequeño retrocediendo, se negaba a creerlo. — Esta boda no se realizara. — Se acercó a un pequeño altar para rogar a kami que no permitiera esa boda, todavía no, primero debían encontrarse su oto-san y Naruto-san para que puedan estar juntos.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

El Raikage ya había llegado y se disponía a fijar el día de la boda para esa misma semana. Sentado agarraba varios pergaminos mirándolos fijamente, una pelirroja se acercó lentamente a él para ver cuando se casaría su hijo.

— Bien Raikage-sama, hay que fijar el día de la boda. — decía la pelirroja.

— Si, mi dama.

— Este es el horóscopo de Gaara, junto con su signo zodiacal. — le entrego otros pergaminos.

— Ya veo.

— Gaara quiere partir a Amegakure en este mes, así que… ¿podría fijar un día en este mes?

— Claro, primero veamos… que dicen los pergaminos. — agarro ambos pergaminos, el de Gaara y el de Naruto, los entrecruzo leyendo en los pergaminos para así designar el día propicio. Su rostro se puso serio y miro fijamente a la pelirroja a su lado. — La boda no puede realizarse, no hay momento propicio. Hay un aura extraña sobre Naruto y hasta que eso no cambie no podrán casarse — le dijo.

La mujer sorprendida no sabía que decir. Miro a lo lejos a los prometidos hablando animadamente con su marido y con los hermanos de Gaara.

— ¿Y el mes próximo? — se aventuró a preguntar.

— Tampoco se podrá el mes próximo… no antes de diciembre. — aseguro firme el mayor.

Ahora ¿Qué les diría a su hijo y a su prometido? Tenía un mal presentimiento de todo esto, ¿Qué era esa aura que decía el Raikage? Puso una mirada triste y preocupada por su hijo en especial. Debía dar la noticia a todos.

~~~~~#~M~I~#~P~R~I~M~E~R~#~A~M~O~R~#~~~~~

Los mayores extrañados por la ausencia del niño buscaron con la mirada por el lugar, divisaron detrás de ellos al pequeño cerca del altar rezándole a kamisama, mientras lo miraban en silencio el teléfono sonó, el castaño rápidamente corrió a contestar, mientras oía lo que le decían del otro lado no podía evitar mirar entre sorprendido y aliviado al niño. Cuando colgó se dirigió hacia sus visitantes mirándolos con una sonrisa conciliadora.

— Kami escucho las oraciones del niño — les dijo a los mayores mientras miraba al doncel — La boda de Naruto fue retrasada hasta nuevo aviso — les dijo sonriendo, ahora sabía lo que podía hacer. Les diría lo que querían saber solo porque su corazón le decía que debía hacerlo porque era lo mejor para su querido kitsune, aquel que era como su hijo. Solo esperaba que todo terminara bien para todos.

Continuara…

Notas finales:

Eso fue todo..


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).