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THE BORING BOOK AND THE MASTERPIECE por karcris

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Notas del fanfic:

Quiero agradecer a mis escritoras favoritas de ésta página. Sin ellas éste fanfic nunca habría salido a la luz, estoy profundamente agradecida

 "ALICIA KARMA-MARLEN-ZELDENCIEL"

!No tienen idea de la BESTIA QUE HAN CREADO! He venido a arruinarles las páginas con mis aberraciones de historias. MUAJAJA KARI

Notas del capitulo:

ésto será un 2x1

 Se encontró así mismo mirando hacía la ventanilla del avión, vio en su reflejo algo que jamás quiso ni pensó ver. Mostraba angustia en su preciosa mirada amatista, anhelando volver a tener aquello que lo lastimaba, y el  cansancio de luchar noche tras noche contra su propio deseo de salir corriendo a los brazos de su ángel de la perdición, su primer y único amor, pisar su orgullo una vez más.

Éste era el comienzo de una nueva historia un futuro que tendría como escenario América, estaba convencido que no se había equivocado.

Dejar todo atrás sin odios ni resentimientos; si lo pensaba bien Yuki Eiri desde el principio jamás fue parte de su sueño principal de convertirse en la mejor estrella  de pop de Japón. Si uno de sus sueños fue robado, el de estar siempre a su lado, de ser la única persona amada por el escritor, se concentraría en su otro sueño esperando que la decepción y amargura que sentía en ese momento fueran apaciguados para que no lo llevara hacía la locura o aún peor cerrarse por completo.

Quería volver a darse una oportunidad, se merecía esa nueva oportunidad con alguien más en un lugar nuevo, comenzar de cero, allí donde no fuera tan conocido y no viera la imagen de Eiri en la televisión, en las librerías, en las propagandas de los buses y la prensa no lo acosara con preguntas acerca de su ya inexistente relación.

L a música de sus auriculares dejaba escuchar una melodía un tanto triste, y una voz particular cantaba, era como sí de fondo sonara la música de despedida al país que lo vio crecer y madurar profesionalmente.

“Lacrimosa: not every painhurts”

(http://www.youtube.com/watch?v=xXU6Kr3ltgc )

Cuando tienes la voluntad
aprendes a perdonar y a olvidar
tu tienes que
juntar las piezas rotas y
con el corazón humilde
pararte del lugar donde te escondes
Si yo no supiera que voy a extrañar algo
no me podría lastimar más
Los errores enseñaron a construir la vida
de las cenizas que caen al suelo

Pero, ¿qué era lo que le había llevado a abandonar su país de origen? bueno… el sentía que había tocado fondo en su relación, tantos maltratos, engaños y mentiras, habían calado profundo en el corazón del pequeño, dejando una cicatriz imborrable. Una más dolorosa que otra. La esfera de cristal que era su relación parecía a todo momento a punto de quebrarse.

Mi carga no era tan pesada
sin embargo no hubiera tratado
de cargar la tuya

El viaje era largo, y mientras escuchaba música era inevitable que los demonios de los “recuerdos” y del “tal vez si... “lo asediaran.

                                                                    --Hace UNA semanas atrás—

 

Una noche fría en la que el Cielo amenazaba con llover, los integrantes de Bad Luck salían de NG  luego de una larga jornada de trabajo en el que incluía la grabación del nuevo álbum.

-Vamos Shuichi te llevo a tu casa, ya es tarde y no quiero que te pase nada.-decía mientras le ofrecía un casco y se dirigían hacía la moto

-Gracias Hiro!!- sonreía mientras abrazaba al pelirrojo, con tanta fuerza que casi lo hace perder el equilibrio, un hermoso pelirosa de enormes ojos brillantes.

-Bueno, bueno ya está bien.

-Oye Hiro crees ¿que Yuki vaya a querer  ir al concierto?-al notar el cambio de actitud en la voz del cantante, su amigo intentó animarlo. Le dio unas suaves palmadas antes de subir a la moto.

 El escritor no era santo de su devoción ,si fuera por Hiro, deseaba que encontrara el amor en alguien más que supiera valorarlo como sabía, el chico se lo merecía.

-Shuichi no te deprimas antes de tiempo, no pierdes nada con intentarlo; después de todo es el último recital que haremos en Japón antes de la gira. Estoy seguro que irá.

-¡Tienes razón!  -con renovadas energías  le dedicó una hermosa y sincera sonrisa, aún cuando dentro de sí guardaba un margen de duda.

Al llegar a la entrada del edificio se despidieron, y Shuichi  subió por el ascensor  ensayando su las palabras que le diría a Yuki para convencerlo de ir a su recital. Entró al departamento y tiró su mochila, se paró frente a la puerta del estudio, tocó suavemente  y esperó, mordió su labio mostrando todo el nerviosismo que sentía al no recibir respuesta, sabía que había estado trabajando duro y que si lo interrumpía su vida podría correr peligro, se quedó tras la puerta.

-Yuki

-Qué ocurre?- dejó de escribir, sacándose los lentes mientras se masajeaba la cabeza, cuando lo miro a los ojos con esa hermosa mirada gatuna, la cabecita de Shuichi inevitablemente quedó en blanco. Estaba con los cabellos algo desordenado y su camisa se había abierto dejando a la vista su bien formado pecho. ¡Diablos! ese rubio era sin dudas el hombre más perfecto del mundo.

-etto… yo...

Inmediatamente desvió su mirada y un leve sonrojo se dejó ver. Al notar que el pequeño intentaba alejar sus pensamientos insanos, una sonrisa casi imperceptible se asomó a sus labios, decidió levantarse y acercarse a él. Shuichi era una persona demasiado transparente, conocía perfectamente  lo que atravesaba en ese momento por esa cabecita.

-Eres un pervertido, quién iba a imaginar que venías con ese tipo de intenciones- decía cerca de su oído con una voz seductora el escritor mientras chocaba su respiración en su cuello.

-No...Yo, no… -intentó decir mientras empujaba el cuerpo de Yuki, quien se acercaba cada vez más sobre él, pero su cuerpo lo traicionaba quería sentir el contacto con la piel del escritor.

-No mientas… sé todo lo que quieres-y dio  repartió besos en el cuello de Shuichi , mientras pasaba sus manos por la cintura-…sé todo lo que deseas-e hizo que el cantante dirigiera su mano y sintiera el bulto sobre la tela del pantalón  de forma morbosa ,a la vez comenzó a atacar el cuello del cantante y olía a su vez su cabello con ese olor tan característico a fresas que lo enloquecía, y tocaba la piel expuesta de Shuichi por debajo de la camiseta que vestía.

-Demuest…Demués-tramelo… hazme tocar el cielo

Shuichi se dejó hacer y pasó sus brazos por el cuello del escritor mientras suspiraba, al notar esto el escritor pasó a besar sus labios de forma demandante, habían pasado varios días desde que habían estado juntos, tal vez por el agotador trabajo de ambos y las peleas que se daban cuando esas pocas veces se veían.

Se besaban casi desesperadamente, entre tropezones se iban sacando la ropa por el corredor que unía la habitación del estudio.

Cuando llegaron a la cama, Yuki se colocó encima de Shuichi y bajó hasta su pecho hasta llegar a los pezones y comenzó a mordisquearlos, viendo como Shuichi arqueaba su espalda buscando más contacto. Tal vez en otro momento se hubieran tomado más su tiempo pero hoy no podían esperar, debían sentirse ya.  Dirigió su mano a la mesita de luz y extrajo lubricante, se colocó en los dedos  y los dirigió a la entrada de Shuichi. Primero tocando alrededor en círculos, mientras con su otra mano apretujaba su trasero,para luego introducir sus dedos dentro del estrecho pasaje.

-Ahh... Yu-ki… ahh…por favor- escuchar que lo llamara así, lo ponía a mil, saber que era a él a quien llamaba, sólo él ocupaba sus pensamientos y sus deseos más oscuros, alimentando aún más su ego.

-Por favor ¿qué?

-Ház-melo… mételo bien duro

-De verdad eres un pervertido, ¿de quién aprendiste a hablar así? –paseó lascivamente su miembro en la entrada de Shuchi, mientras Shuichi se removía buscando más contacto.

 

-Por favor…-Yuki sonrió y en un movimiento entró en Shuichi y Comenzó un vaivén lento y tortuoso. Mientras atendía el miembro del pelirosa que había quedado olvidado al mismo ritmo.

-Ah ... Hazlo más rápido...- Al ver que no obtendría mucho de Yuki, Shuichi en un rápido movimiento dejó a un sorprendido Yuki abajo, la imagen que ofrecía Shuichi en ese momento era única, su cabello se pegaba a su frente, su cuerpo perlado por el sudor, los labios rojos e hinchados de ejercer tanta presión sobre ellos. Sus ojos brillaban, respiraba agitado y sus mejillas permanecían sonrojadas.

Shuichi comenzó a moverse de forma lujuriosa encima del escritor que lo tomó de las caderas, ayudándolo a tomar un poco más de impulso para llegar más profundo tomando un ritmo casi perfecto. Shuichi apoyó sus manos sobre el pecho de Yuki, rasguñándolo,  Yuki reprimía sus gemidos ante el placer, pero ver a Shuichi de forma tan desinhibida lo estaba volviendo loco. Gemía su nombre, gritaba y decía incoherencias.

-Ah ..Yuki..YU.. Más profundo… dame más.. !Lléname, lo quiero todo adentro!... !destrózame!

-De verdad que tu cabe-za se pone en blanco que comienzas a de-cir incoherencias… pero eso es lo que me gusta de ti-dijo con una voz cargada de deseo

Shuichi no podía creer lo que acababa de escuchar, había algo de él que le gustaba, no importaba quién más estuviera allí afuera, ahora eran ellos dos y nadie más.

-Yuki voy a…

-Sí, yo también…juntos- tomó su miembro y comenzó a masturbarlo hasta que el pelirosa acabó y el escritor sintió como la entrada se contraía deliciosamente y acabó dentro de él. Abrazó a Shuichi, cayendo éste sobre su pecho respirando agitadamente, recuperándose del reciente orgasmo

-Yuki te amo- frente a esas palabras, el escritor siempre se sentía incómodo, porque no correspondía a ese sentimiento, así que sólo lo ignoró en silencio mirando alrededor buscando las sábanas para cubrir ambos cuerpos, y cuando la vio ,estiró su brazo para alcanzarla.

-Yuki, el miércoles… vamos a tocar nuestro último recital en Japón antes de la gira por América

-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

-Bueno, yo pensé que tú...tal vez podrías…

-Mira, tengo que entregar un manuscrito y no cuento con tiempo para perderlo contigo

-Por favor Yuki, de verdad quiero que vayas a verme… por favor

-Shuichi no te confundas… no somos novios- habló en un tono severo- sino amantes, tú puedes hacer lo que quieras pero no puedes arrastrarme a mí a seguir tu juego, sabes lo que creo acerca de tu trabajo.

-Lo sé, pero para mí esto no es un juego. Por favor, haz un esfuerzo ¿sí? te estaré esperando- sin poderlo evitar se sintió triste, y tomó la sábana un poco más fuerte, Yuki lo siguió abrazando sin darle una respuesta, hasta que se durmieron cada uno hundidos en sus pensamientos.

 

 

***********************************************************************

 

Cuando amaneció Shuichi se quedó observando a quien estaba a su lado, ese hermoso rubio, su amante, al que él miraba con ensoñación y del que estaba tan seguro que debía ser un ángel caído del cielo por tal belleza, sus hermosos cabellos caían con gracia sobre su rostro la luz iluminaba su hermosa y blanca piel, mientras que sus pestañas largas y oscuras resplandecían. Su cuerpo formado y atlético estaba cubierto por las sabanas.

Sin quererlo se sonrojó al pensar en la noche anterior, aún sentía sus caricias por su piel, y un poco de vergüenza por cómo había actuado la noche anterior  demasiado osado para su gusto si bien llevaban una relación de poco más de dos años eran contadas las veces que tomaba la iniciativa, pero era en momentos como aquellos que se sentía dichoso de aún estar con él.

Miró su reloj y decidió levantarse, era fin de semana y aún era temprano, pero dejó a Yuki descansar  conocía demasiado bien el riesgo de despertar a ese ángel y no quería correr ningún riesgo, podía transformarse en un demonio si lo despertaba, varias veces había sufrido su furia, y sabía bien que no valía la pena.

Mientras desayunaba pensaba en la nueva canción que haría para Bad luck, tenía la melodía en su cabeza casi completa pero aún no la letra. Esa canción la tocarían en su último recital en Japón luego comenzaría una gira por EEUU. Debía esforzarse en ella, quería que todo el mundo supiera que amaba a Yuki, esa canción sería la declaración de sus más puros y fuertes sentimientos, por ello desde hace algún tiempo comenzó a estudiar con profesores particulares facilitados por NG: composición, inglés y clases de piano y guitarra, todo eso le hacía que tuviera saturados pero a él no le importaba. Debía ser su “Masterpiece”.

Quería demostrar que era una persona digna de ser considerada con talento y que le reconozcan que se merecía estar al lado del escritor. Porque a decir verdad, todos hablaban de los mismo, decían que lo único bueno de Shuichi Shindou era que estaba al lado del escritor, o al menos eso eran los comentarios malintencionado que hacían las mujeres que andaban atrás del escritor.

Yuki siempre le dijo que no tenía talento...por ello se esforzó, porque Yuki en su ámbito si era reconocido como el mejor. Hacía tiempo que Yuki había dejado de interesarse por el trabajo de Shuichi a pesar de que todo y cada uno de sus creaciones estuvieran dirigidas a él, y no importaba como le insistiera nunca lo escuchaba. Pero sin dudas todos alrededor de Shuichi lo reconocían y felicitaban por sus logros, pero para el eso no valía nada sino ser reconocido por su más grande amor.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido proveniente del pasillo.

-¡Buen día Yuki!-exclamó con jovialidad al ver a su amante entrar a la cocina-Quieres que te sirva el desayuno?

-Mmm...-el rubio se alborotó el cabello- No, sólo tomaré un café. Tengo que llevar unos manuscritos a la editorial llegaré tarde- decía mientras se ajustaba la camisa sin darle mucha importancia al chiquillo. Se sirvió un poco de café y se recargó en el fregadero.

-Pero Yu...- y guardó silencio de inmediato

-¿Qué? -vociferó el mayor.

¡Oh Dios!, conocía perfectamente ese tono algo molesto, si  insistía podía terminar en una nueva discusión. Pero, debía decirlo.

-Hoy es uno de los pocos días que tengo libre antes de la gira de casi medio año-musitó dubitativo.

- Creí que todo había quedado aclarado anoche- Cómo diablos podía decir eso!!! Todo el mundo se derrumbaba, su corazón se rompía, dolía pero sabía que si se alejaba de él moriría. Acaso, ¿él no lo extrañaría ni un poco?

-Sólo estoy pidiéndote que pases algo de tiempo conmigo. No tienes idea lo que significa para mí estar tan lejos de ti durante tanto tiempo -dijo con la voz quebrada.

- Es tu trabajo, si no puedes hacer eso, sólo ríndete.-bebió un poco de café, indiferente- De verdad siento pena por aquellos fans que te comparan con Sakuma Ryuchi. Algunas personas nacen siendo prodigios y otras simplemente deberían dejarlo, la gente de verdad no saben diferenciar algo sofisticado de lo vulgar.- dejó la taza a medias sobre la barra- No me esperes para cenar.

No escuchó lo que el rubio siguió diciendo, se había quedado miles de palabras atrás, ¿rendirse? ¡Qué carajos! Era el sueño de toda su vida casi tan importante como el amor  que sentía por el escritor.

Medio año, lejos de su rubia obsesión. No se daba cuenta que eso para Shuichi significaba que día a día viviría lleno de inseguridades, con un temor  casi irracional de que algún día lo dejara por alguna de todas esas mujeres que lo rodeaban y que estaban dispuestas a darlo todo por estar con él.  Siempre era igual le coqueteaban sin importar que Shu estuviera a metros o al lado de él, y Yuki  ni lento ni perezoso era muy raro que rechazara a alguna.

Se giró sobre sus pies, tomó sus llaves y Shuichi sólo reaccionó cuando cerró la puerta. Otro fin de semana sólo, hacía tiempo que sólo parecía que lo quería para ocupar el hueco en la cama, sí, muchas mañanas amanecía junto a él, quería pensar que ese pequeño detalle y algunos más como el de conocer su oscuro pasado,  haber visto en alguna ocasión especial su sonrisa y convivir un poco casi dos años  a su lado debía significar que era algo más que esas simples mujerzuelas, no?.. Sus pensamientos fueron interrumpidos nuevamente por el sonido del teléfono

-Hola habla Shuichi-dijo con voz apagada

-Hola shindo -kun soy Mizuki, ¿Está Eiri?

-Mmm  no, acaba de salir

-Oh ,era sólo para recordarle que al manuscrito que debe entregar el lunes,  además de las correcciones debe de agregar un prólogo un poco más extenso,¿ puedes avisarle?

¿Que había dicho? Entonces... ¿Adónde se había ido Eiri? Nuevamente sus ojos comenzaron a humedecerse... silenciosas lágrimas... Cuanto dolor sentía en su corazón. Sollozó sin soltar el auricular.

-Shindou...¿Shindou-kun?

-Ahh MMm... Sí, lo siento.-balbuceó- Cuando lo vea se lo haré saber- respondió de forma autómata

-Oh  sí muchas gracias Shindou -kun. Bueno, espero volver a hablar mejor otro día Shindou-kun

-Claro...- escuchó como la mujer había cortado la comunicación. Pero por alguna razón él seguía sosteniendo el teléfono mirándolo sin ver... todo era más que claro... se había ido con alguna de sus amantes y le había mentido en su propia cara, ¿por qué? si le dijo que no le quedaba mucho tiempo allí, ¿no podía tan sólo aplazarlo?...encontrarse con esas luego de que se fuera.

-¿Acaso soy tan poco para ti? Acaso, ¿mi amor vale tan poco? … te amo tanto que me estás matando. –dijo de forma casi inentendible.

Siempre creyó que había algo de amor y que por eso el escritor nunca lo había alejado de su lado, tenía una visión de un futuro, que compartirían juntos y felices. Siempre tan romántico, tonto y ciego; hasta  gritó al mundo  que el amor tenía nombre... Pero ahora sentía vergüenza  y humillación.

Siempre mujeres voluptuosas alrededor de  el, e incluso con Shuichi presente el no se medía en tratar de ligar, algún evento social, un bar...Cualquier lugar era bueno para ligar con o sin Shindou alrededor. Reclamos por miles, peleas un centenar tal vez, gritos millones y todas con el mismo resultado yéndose a la casa de su amigo y volver a unos días pidiendo perdón por algo que él ni siquiera había hecho.

 

 

-soy un idiota, ni siquiera le debo gustar físicamente-permaneció sentado en el suelo de rodillas frente al teléfono-se agarró el cabello y tironeó de el con desesperación. Sin buscarlo se había vuelto una persona insegura de sí misma, de baja autoestima, tanto que nunca se dio cuenta.

Todo el mundo miraba a la pareja de oro de Japón como el sueño hecho realidad, pero si supieran que el amor sólo provenía de uno de ellos, si supieran que siempre esperaba por algo de atención cuando se el escritor se iba  aponerles los cuernos con quien sabe quién, esperando horas a que llegara y le diera las sobras... Las parte que le tocaba del escritor.

-Como una maldita mujer que espera a su marido infiel.-se abrazó a sí mismo- Tocó tu piel ,pero no logro llegar a tu corazón.

Sin poder reclamar, tan sólo tenía el triste título de amante. El dijo que lo amaría tal como es, pero cada vez que Yuki le daba una mirada...

Quería más, entonces obtuvo una caricia...

Quería algo...Algo más... obtuvo un abrazo…

Aún más... obtuvo una sonrisa.

Él sabía que se había vuelto escaso lo que le daba, se había transformado en un ambicioso en la relación... ahora quería todo de él, poseerlo, no compartirlo con nadie......no bastaba lo que le daba Uesugui Eiri ya no le bastaba. Quería que lo amara y que a la vez lo deseara a él y a nadie más.

Se durmió en el sofá y comenzó a soñar con alguien brillante que creyó que era el escritor. Ese ser le acariciaba el rostro y secaba sus lágrimas, mientras repetía.

-¿Mi amor por qué lloras?- le preguntaba, le abrazaba y besaba la cabeza de una forma tan dulce

-No me dejes, no te vuelvas a ir-decía Shuichi, soñó con un amor ideal, que lo amaba incondicionalmente, sólo ellos existían, sólo ellos se amaban. Luego despertó, ya había pasado toda la tarde y estaba oscureciendo, y pensándolo o no, lo dijo-Quiero soñar por siempre- pero al ver que no podía volver a dormir permaneció así en el sillón boca arriba mirando la tv

Cuando se hicieron las once de la noche, escuchó la puerta abrirse torpemente, miró hacía ella sin levantarse del todo solo se recostó sobre sus antebrazos, era Yuki se notaba a leguas que había estado bebiendo en algún bar, su ropa lucía desarreglada y mal acomodada. Lo vio enfocar la vista hacía el.

-¿Qué haces aún despierto Shuichi?

-¿Por qué tardaste tanto?

-L a reunión se extendió demasiado

-¿Ah sí? Bueno, debes estar muy cansado entonces después de un día tan ajetreado– entonces se levanto del sofá para colocarse frente a él, se acercó a Yuki y era imposible no notar el labial en el cuello de la camisa y el olor a colonia barata. Yuki lo siguió con la mirada con al parecer algo de curiosidad por su actitud.

-¿Qué te pasa? No estoy de humor para hablar, sólo quiero descansar.

- Sí lo comprendo, ve a la habitación- dijo con un tono bastante mordaz, al que el escritor hizo caso omiso y se comenzaba a dirigir a la habitación

-Ah por cierto… tu editora llamó dijo que llevaras el prólogo con la entrega  de tu manuscrito el lunes.

Eso lo hizo girar a mirar un tanto sorprendido al cantante, que ya se estaba dirigiendo al sofá mostrándole que no tenía ninguna de intención de ir al cuarto. Cuando cerró la puerta, y sólo se acercó a la cama en la cual se sentó como tratando de reflexionar, no hubo reclamos, no hubo gritos, no hubo pelea y luego reconciliación, no hubo nada y eso por más que no quisiera admitirlo lo alarmaba. Decidió ignorar toda mala advertencia, porque eso era, y se acostó aún con la ropa puesta.


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