-¡Rayos! Deberías tomarte esto enserio, Kakarotto…- le regañaba el chico de pelos de flama, cerrando uno de sus libros…-No puedes seguir reprobando…-
-Bah~ Relájate…- se abotonaba la camisa -Tanto estudio podría afectarte esa cabezota que tienes…- se puso detrás de él y recargo sus codos en los hombros de ’Geta. – ¿Por qué no cierras ese libro y vienes conmigo?...- dijo bromeando, sabía que él no saldría por nada -¡Vamos! Habrá muchas chicas-
Era bastante raro que Kakarotto le invitara a “una de esas fiestas”, quizá yo lo tomaba como un amigo o bien, solo quería humillarlo frente a todos… Quien sabe todo podía pasar. Suspiro y se lo quitó de encima.
-Sabes que mañana serán los finales y no te eh visto estudiar esta larga semana, además, no por nada nos cambiaron a la misma habitación así que…- estaba a punto de levantarse y ponerlo a estudiar.
-Vamos…Ira Bulma…- dijo recargándose en la puerta.
Su mente se quedó en blanco al escuchar ese nombre,
Sí, Bulma le gustaba desde hace tiempo, exactamente desde que la vio pasar frente de él. Era una chica hermosa, talentosa y lista. Estuvo enamorada de ella antes de que le cambiaran de habitación con ese “idiota” de Kakarotto, aunque, no exactamente fue por otra cosa, a pesar de que era un idiota, era muy agradable, torpe con el estudio pero… ¿lindo? O quizá solo se había encariñado de sobremanera con él.
-No…- soltó un suspiro pesado. –Nada de eso, ambos debemos estudiar…-quería se quedaran para tener la excusa de decirlo todo lo que pensaba y sentía hacía él.
-¿Enserio?- abrió los ojos sorprendido –Haz estudiado hace más de tres semanas…- fue hacía su cama y abrió uno de los cajones, saco algo de ropa que se ajustara a su (ejemejempequeñaejemejem) medida, se la tiro sobre la cabeza -¡Ven! Sal un rato a divertirte…-
Tomo la ropa y la vio dudoso, pero a la vez como hipnotizado por el aroma que emanaba de ella. “Salir…Salir…Salir…”- se repetía una y otra vez en su cabeza, con sus mejillas con un sonrojo bastante notable y el corazón contradiciendo a su cerebro.
-¿Y?- le volvió a preguntar volteando la silla, quedando cara a cara. Kakarotto le sonreía victorioso, como si ya lo tuviera en el portal de la puerta, así cumpliría algo en su mente… -¿Vas a venir?-
Apretó fuerte las prendas prestadas, miro hacía el piso e hizo una mueca, algo dolorosa –No…- dijo con una voz casi audible
-¡¿Qué?!-
-No. No iré, me quedare a estudiar…- dejo la ropa a un lado suyo, acomodo bien la silla, tomo cualquier libro y lo abrió en una página aleatoria y siguió “estudiando”. -!Y tu también deberías hacer lo mismo!- respiraba profundamente, intentando guarda un poco de su tristeza bajo su mascara de enojo..
-Bueno… Como tú digas- suspiro, sintiéndose rechazado, le beso la cabeza sin importarle que se diera cuenta o no. Se fue con una puerta azotada y un doloroso eco.
Kakarotto cerró la puerta, contiendo unos cuantos sentimientos. Quería que fuera con él hiciera aquella fiesta y allí decirle que se había enamorado de sus regaños, de su actitud… De él.
~
El reloj marcaba 10 minutos para la media noche. Miraba de reojo la ropa que “le prestaría” y la puerta por donde se había ido, unas ganas sobre naturales le empujaban a ponerse aquella ropa y salir, aunque sería muy arriesgado, era media noche y quien sabe cómo estarían los demás, allí se preocupó.
-¿A qué maldita hora regresaras Kakarotto? – se mordió el labio nervioso, quién sabe, podría estar con una chica ahora mismo. Recostó su cabeza sobre el libro, suspiro, ¡estaba a punto de reventar de dudas! “…dudas…estudio…dudas…Kakarotto…” Levanto sin ganas la mano para apagar la luz de la habitación, se levantó y caminó a ciegas hacía cualquiera de las dos camas, se lanzó y callo justamente en la cama de Kakarotto. Apenas reconoció el olor de su cabello en una de sus almohadas y se abrazó a ella.
~
Ya era bastante tarde, se podría decir que en pocas horas se levantaría el sol diciendo “¡Hey! Hoy tienes un examen que “reprobar” y alguien a quien perder” Suspiro molesto, en su mente se repetía el discurso de Vegeta en todo el camino hacía su habitación “Debía hacerle caso… No de nuevo… Estaba perdiendo su tiempo con un cabeza de chorlito… Idiota” Sonrió, era gracioso, en la mayoría de las ocasiones le llamaba así, algunas de broma y en otras para amenazarlo. Iba caminando, viendo como poco a poco el cielo se iba haciendo un tono más claro, debía seguir estudiando o, como siempre, se había quedado dormido encima del escritorio con el libro de almohada. Abrió la puerta, esperando verlo allí en su escritorio para poder llevárselo a dormir junto con él, pero se levantaría histérico gritándole una y otra vez que ya era tarde, pero no fue así, lo vio muy acomodado en su cama, abrazando una de sus almohadas, durmiendo serenamente.
Se tallo los ojos y bostezo un poco, quería irse a dormir ya, pero, ese frágil y débil cuerpo, lo invitaba a algo más que a solo eso.
Se acostó a un lado de Vegeta, atrayéndolo a su cuerpo, aspirando el olor de sus cabellos, dejándolo adormilado, pero quizá era por toda la noche que había pasado; le beso la cabeza varías veces, intentando no despertarlo, bajando por su frente hacía esos labios de donde siempre salían regaños y suspiros desesperados en cada lección, muecas furiosas, molestas, conteniendo un poco de risa en sus obvios fallos y, esas sonrisas que raramente veía, esos finos y suaves labios, siempre los imagino así, era hora de ver si su hipótesis era cierta…
Unió en un pequeño beso sus labios, sintiendo su lenta respiración bajo su nariz, tomo su rostro sonrojado aun en sus sueños, rápidamente sintió unos brazos tras su nuca haciendo que el beso se profundizara. Estuvo despierto todo el tiempo…
-Kakarotto…- susurro separando sus labios haciendo una sonrisa después. Le acaricio con suavidad sus alborotados cabellos, volvió a acercar sus labios abiertos, compartiendo sus alientos y saboreando la boca de cada uno. Sus manos se quedaban rígidas, solo se abrazaban más, hasta que Kakarotto se colocó encima de él, atrapándolo con los brazos a sus costados, separándose al quedarse sin aire, jadeando suavemente.
-Vegeta…Déjame estudiarte- se acercó a su oreja, susurrando suavemente para luego pasar a lamer y mordisquearla, escuchando uno que otro suspiro profundo. Vegeta se encogió de hombros, avergonzado; tomo de nuevo los labios de Kakarotto en un beso, siendo él el primero en buscar su lengua, con los ojos cerrados, como si eso realmente fuera un sueño (><). Tomo eso como un “sí”, ahora estaría más nervioso que nunca. Lo tomo de la cintura bajando poco a poco…
-¡Hm!- se separó rápidamente del beso, mordiéndose los labios, sentía como una respiración y algo húmedo se paseaban por su cuello mientras que sus muslos eran sutilmente pellizcados. Suspiraba intentado ganar aire, de un momento a otro se le había escapado todo. Kakarotto seguía su recorrido, lamiendo y saboreando su cuello bajando hasta su camisa, quitando los primeros botones para darse cuenta que había otra camisa abajo.
-¿Tienes que usar tanta ropa?- le dirigió una mirada molesta mientras la subió.
-Es por si me cae algo de comida en el almuerz…o- su voz se cortó, sus botoncitos rosados (*o*) eran poco a poco lamidos, sintiendo el mismo como se endurecían con cada lamida -…Uhhh…- cerraba poco a poco los parpados, era algo que en su vida había sentido, bueno, nunca le intereso tener una pareja o situaciones como en la que estaba ahora, pero, con Kakarotto era muy diferente.
-Ahhh…- empezó a mordisquearlos, como la goma de un lápiz, sintiendo como su pecho se levantaba y descendía. Volteo a verlo una vez más, tenía los ojos fuertemente cerrados junto con el carmín de sus mejillas y mordiéndose un labio…Era terriblemente adorable.
Kakarotto bajó las manos hacía sus pantalones, quitándolos poco a poco, mientras esas piernas delicadas y albinas se cruzaban, como si no lo quisiera dejar ver, pero con un simple movimiento las separo y volvió a subir hasta una de las orejas de Vegeta…
-Será mejor que tomes la almohada, no quiero que un soplón nos escuche y nos acuse…- miro hacía la puerta, estaba cerrada pero no asegurada.
-S-seguro…- asintió con la cabeza avergonzado, abrazo la almohada más fuerte que antes, esperando a lo que iba a ser, seguramente iría directamente a quitarle su virginidad… -“¡Ay!….”- susurro en su mente. Volvió a bajar poco a poco, dando besos a todo su torso, llegando a sus piernas abiertas dejando ver un pequeño bulto, lo acarició suavemente, hasta que sus piernas volvieron a aprisionarlo.
-…Lo-lo siento…- se disculpó mordiéndose un dedo y volviendo a abrir sus piernas. Acerco sus labios hasta ese bulto, dando pequeños besos alrededor, escuchando sus ahogados gemidos. Procedió a bajar su ropa interior, dejando ver su lampiña entre pierna y su miembro erguido, lo suficientemente excitado, con una gota cristalina en la punta, no dudo ni un segundo y comenzó a lamer la punta, saboreando todo ese cristalino liquido de derramaba…
-Ahhh…Ahhh…hmmp…- no sabía ahora donde morder, la almohada no conseguía ahogar todos sus gemidos. Su cuerpo se estremecía con el contacto de la húmeda lengua de Kakarotto, subía un poco las caderas esperando sentir más de aquella extraña sensación… Lo engullía todo, golpeando dentro de su boca aquella salada punta, acariciando sus piernas temblorosas.
-Ahhh…S-se siente raro…- gimió relamiéndose los labio secos, hasta que su boca se cerró con una gran bocanada de aire, ahora las lamidas se habían convertido en succiones, tal como un niño bebiendo leche, y su lengua se paseaba de su entrada hasta sus testiculos, deteniéndose a chuparlos y saborearlos como unos caramelos.
-¡Bas…Basta!- intento quitar la cabeza de allí, se empezaba a sentir más caliente, sus mejillas ardían y sentía como si quisiera ir al baño, intentaba cerrar sus piernas pero ya estaban aseguradas por las fuertes manos de Kakarotto, así que simplemente se dejó llevar, sintiendo su cuerpo hervir y su miembro hormiguear de un placer desconocido. Libero sus piernas para colocarlas encima de sus hombros, viendo esa hinchada y jugosa entrada, quizá virgen.
-Intentare hacer que no te duela tanto...- sonrió refiriéndose a la parte a donde Vegeta no quería llegar, un fuerte escalofrió paso por todo su cuerpo, su lengua estaba jugueteando fuera de su entrada amenazando con entrar y así lo hizo, no era tan doloroso como tenía imaginado, más bien le encendía más, que lo saboreara a profundidad. Fue metiendo más su lengua.
-Hmmp…Hmmm…- había metido cuidadosamente un dedo junto con su lengua, era gracioso que se dilatara en tan poco tiempo o quizá era desde antes, quien sabe, pero eso era de mucha ayuda, subió un mano a su miembro aún más duro que antes, masajeándolo lentamente. Inserto otro dedo, seguido por un suave quejido y se hizo más estrecho, Kakarotto supo que estaba a punto de estar listo. Saco ambos dedos de allí, subió a quitarle toda esa ropa que cubría su pecho mirando como sus ojos se cerraban poco a poco, cayendo en los brazos del desconocido placer.
-…No seas tan idiota como siempre y…- dijo con la voz temblorosa, con miedo y bastantes nervios -…Se gentil…maldita sea…- dijo esto susurrando, no quería que le tuviera cuidado, como si fuera una de sus muchas novias. Kakarotto solo rio, tomo una de sus piernas, dándole la vuelta, tomo su miembro guiándolo hasta su estrecha entrada, fue entrando poco a poco, intentando no llevarse por su instinto y hacerle daño metiéndose en una sola embestida, mientras tanto Vegeta tenía los ojos vidriosos, casi por soltar una lagrima y aguantaba la respiración hasta que todo eso entrara completamente en él.
-… ¡AgH! Du-duele…- susurro aferrándose a la almohada, mordiéndola tan fuerte que le quitaría ese pedazo. Estuvo completamente dentro, su pecho ahora estaba rozando con su pierna. Se quedó unos cuantos segundos, esperando a que se acostumbrara, de todas formas era la primera vez de su ratón de biblioteca. Aun había tiempo, el cielo comenzaba a aclararse de su oscuridad, poco a poco. En esa habitación solo se apreciaba los agitados jadeos de ambos y casi se podía escuchar el latido de sus corazones.
-Hmmp…- tomo la iniciativa de empezar todo eso, se hizo un poco para atrás, sacando parte de ese largo miembro y volviendo a meterlo, sacándole un suspiro, era una señal de que empezara.
Y así lo hizo…
Comenzó a moverse lentamente, saliendo hasta que su punta quedara descubierta para meterlo de nuevo, escuchando un suave quejido en cada salida.
-Hmmm…más…más fuerte Kakarotto…- susurro, pensando que solo era para él, pero se había equivocado, movía sus caderas más rápido y más profundo, tocando un punto, un punto que le sacaba todo el aire, que hizo que su corazón y su mundo se detuviera por un momento, cerró los ojos para sacar el gemido más grande, dulce, satisfactorio de toda su vida, siendo callado por los labios y la lengua de su molesto Kakarotto. Seguían con el vaivén, entrelazando sus lenguas y compartiendo sus alientos, tomando el escaso aire del otro. Las embestidas se iban haciendo cada vez más fuertes, tocando repetidas veces ese punto dentro de él que hacía que la saliva escurriera por su las comisuras de sus labios.
-…’Geta…- se separó de su boca, susurrándole suspirando -…estoy a punto de terminar…- aumento la fuerza y la profundidad de sus embestidas llegando a puntos tan calientes que hacían que a él también le doliera.
-Ahhh… ¡Hazlo!…yo también voy a…- en ese momento su todo su cuerpo se tensó, apretando más el gran miembro dentro de él, como queriendo tomar cada gota de su escénica. -¡Ahhh!...Ka-karotto…- susurro su nombre en el momento que ambos alcanzaron su orgasmo… Kakarotto bajo su pierna saliendo de allí con un sonido húmedo y un hilo de lo poco que quedo. (D:)
-Humm…- se mordió el labio, esa sensación de estar lleno, satisfecho de su Kakarotto. Suspiro feliz, junto con un bostezo, se estaba a punto de quedarse dormido, cuando muchas cosas pasaron por su cabeza, quizá le gritaría a todos que lo había hecho con el ratón de biblioteca de nombre “Vegeta”, así todo mundo le acosaría por eso, pero, tal vez, solo tal vez, esta vez sería diferente. Se giró para acurrucarse en el pecho de Kakarotto, respirando su delicioso olor.
Kakarotto, sonreía como si uno hubiera mañana, había sido todo en una noche, acaricio sus oscuros cabellos de punta, acercándose a darle varios besos. Esta sería la única relación que no se sabría en todas partes, es más, sería lo único que no contaría, sería la última persona con quien la haría.
Ambos se quedaron dormidos, abrazados dulcemente, como si nunca se quisieran separar. Aun par de horas, aún faltaba un poco más para que sonara la campana para lo que se había preparado hace más de tres semanas y algunas horas… Fue el primero en abrir los ojos, una angustia se había arreglado ese mismo día para preguntarse “¡¿Y cómo demonios pasaría ese molesto de Kakarotto?!” después le dio gracias a su cerebro.
-Oye, Kakarotto…- se despertó tallándose un ojo, cansado.
-¿mm? … ¿Sí?- respondió seguido de un bostezo y un beso en su cabeza.
-Más vale que pases los exámenes, sobre todo el de hoy, si quieres…- sonrió y se sonrojo-…Ya sabes… Hacerlo de nuevo…- le dijo bromeando, miro el rostro de Kakarotto, se sentó rápido en la cama con un semblante serio.
-Préstame tus libros…- dijo viendo a su pila de libros con una voz que nunca le había escuchado.
-S-seguro…- asintió impactado y pasmado. Kakarotto se levantó desnudo directo al escritorio abriendo uno en las muchas páginas con separadores que tenía. Pero tenía un as bajo la manga.
Mientras que Vegeta, intentaba levantase sin que en cada movimiento sintiera un punzada en su trasero, se vestía lo más cuidadosamente que podía, para ir a seguir estudiando a la cafetería, para así también comer algo.
-Toma Vegeta…- le entrego un libro de los que estudiaba.
-Emm…Gracias- ahora no era capaz de articular palabra, solo unos pequeños titubeos. Se retiró de allí con una sonrisa no muy notable, pero muy grande dentro de sí.
~
Algunas horas después de clases y del examen, ambos salieron por su lado, Kakarotto se dirigía a su habitación a descansar un rato, que importaba que perdiera clase, había tenido una gran noche, quizá la mejor noche de su vida, y había estudiado, esto último le quito las pocas energías que le quedaban a pesar de que durmió unas dos… tres horas; aunque valió la pena, esta vez contesto más allá de la mitad de la mitad del examen, bueno, por algo debería darse ese descanso. Después reclamaría su recompensa.
Mientras que Vegeta, se iba a la cafetería con su libro para ver si había contestado algo incorrecto y, si era así no se lo perdonaría, pero era algo casi imposible. Suspiro, esperando que fuera así. Abrió su libro en una página con un separador que nunca había puesto o quizá sí pero “todo aquello de anoche” le hizo qué olvidara una que otra cosa no muy importante, pero a la vez nunca lo olvidaría. Abrió la página, no era ninguna lección que no hubiera visto antes, solo era una hoja de libreta, la desdoblo y su rostro parecía guardar toda la sangre de su cuerpo, era un mensaje escrito con la letra de Kakarotto a la carrera…
“Supongo que es un gracias ‘Geta, gracias por todos los dolores de cabeza que ha pasado por mi culpa, supongo que han valido la pena… Te amo, Vegeta…”
Se rasco un poco la mejilla avergonzado para sonreír una vez más.
~
Horas más tarde. Las clases estaban apuntó de terminar, todos estaban nerviosos, ansiosos, comiéndose cada una de sus uñas, jugando con sus dedos, sobretodo el de cabellos de punta, respiraba profundamente esperando que pasara, era obvio pero, esperaba que al profesor no se le ocurriera bajarle calificación por corregirlo algunas veces, pero veía al único con rostro sereno, tranquilo, como si no pasara nada, lo miro de reojo y se encogió de hombros.
El profesor se fue a la puerta de salida y comenzó…
-Señor Vegeta…- dijo en una voz grave y alta. Fue rápidamente escaleras abajo tomando su examen. Bueno, no era nada de que sorprenderse un “+A” se fue con una sonrisa en los labios, quedándose afuera del salón para esperarle… Pasaba nombre, tras nombre y nunca escucho el de él…
-“¿Sera que de nuevo le tomaron el examen como que no lo presentó?... Lo mato”- se dijo así mismo, preparándose para enojarse una vez más.
-Señor Son…- Kakarotto bajo con calma las escaleras intentando guardar sus nervios, tomo su examen y, casi se desmaya, casi quería restregarle en la cara su examen a los que reprobado. Lo tomo como cualquier cosa en el mundo, levantando su sonrisa mientras salía del salón para encontrarse con él.
-No me digas, ¿Has reprobado otra vez?- se cruzó de brazos, ensayando una y otra vez los gritos que le daría,
-Velo por ti mismo- le mostro su hoja con una letra en rojo…
“B”
Suspiro aliviado, quitándose un peso de encima, le pediría al decano que le dejara en su habitación para ver si podía seguir “pasando”…
-Kakarotto… Eres tan molesto…- se paró de puntas para darle un beso.
~Fin~