Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

BETWEEN US por konekoyaoi

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

>>>Los personajes no me pertenecen, sólo la historia.

Notas del capitulo:

>>>En respuesta al desafío de la Señorita YumeRyusaki. 

>>>Advertencias: threesome.

>>>One-Shot.

>>>Yo hago esto por hobbie y diversión, eh.

1/2

 

BETWEEN US

 

 

Pues sí, le gustaban los dos

–por ahora sólo lo admitiría a sí mismo–

Uruha siempre era el juguetón, un juguetón con una sonrisa que te arrastraba a lo más profundo. 

Aoi era más bien de los que observaba cual depredador, analizando antes de atacar.

A Kai le había tomado su tiempo darse cuenta de muchos detalles en ellos, normal. Lo que no le llevó nada de tiempo fue darse cuenta de lo mucho que ambos le atraían. Y no de manera amigable o amigable íntima. Sólo íntima. Así como Uruha atado a los pilares de una cama y Aoi agachado entre sus piernas. Kai se avergonzaría de tener pensamientos tan pervertidos pero…no, no se avergonzaba en lo más mínimo. En los últimos días había tenido muy vividas fantasías del moreno cumpliéndolas. Y esperaba que a Uruha le gustara mirar porque mientras él estuviera con Aoi, el rubio tendría que esperar. De ahí su siguiente sueño erótico: Uruha dándose a sí mismo placer.

 

“Tsk…” Sonrió de lado. De verdad que necesitaba una buena follada.

“Necesitas una buena follada…”

Kai volteó lentamente a su derecha luego de escuchar aquellas mismas palabras. “… ¿…Qué?”

Akira sonrió. “No te pierdas así, pensé que de verdad se te había aflojado algo o el trasero de Uruha te había hipnotizado.”

El baterista arqueó una ceja y Akira sólo se señaló hacia el frente.

Ok. Yutaka pensó. Se había quedado ‘viendo’ el trasero de uno de los guitarristas. Y Akira lo había pillado en ello. Nada de qué preocuparse.  

“Cansancio.”

“Uh-huh! Como sea, vendrás conmigo hoy ¿Cierto?”

“¿Ah? ¿Dónde?”

El bajista arqueó una ceja. “Te lo he estado diciendo desde hace días”

¿Y…?

“¡Prometiste salir conmigo hoy!”

¡Oh!

“E iremos a donde yo quiera”

Oh...

“Y conoceremos a algunas chicas”

Rayos…si supieras amigo, que las partes intimas de una chica no me excitan desde que descubrí las bondades de las masculinas. “Te–“

“¡Nop! ¡No te escuchó! Iremos y punto.”

Kai pudo de ver de reojo como Ruki reía al haberlos escuchado.

 

- - -

 

Salir con Akira era como salir con un niño. Un niño con acceso a alcohol y todas esas cosas consideradas para adultos. Pero lo que más podría pesar era ‘con acceso a alcohol’. Un Akira animado era difícil de controlar y estaban en medio de un…un club, rodeados de personas con las que a Kai le renacían aquellas costumbres viejas donde no le gustaba que nadie le tocara. Excentricidades cualquieras.

 

“¿Ayuda?”

Una voz grave y demasiado…mejor no darle un adjetivo más descriptivo por su propio bien. Y sí, cuando volteó se encontró con Uruha. Y no estaba solo. Aoi le hacía compañía. Kai no perdió detalle de ninguno. El rubio iba con un entallado –y posiblemente ilegal, en alguna parte– pantalón oscuro y una camisa roja que le quedaba un talle más grande. Aoi, por su parte, llevaba un ajustado pantalón de cuero negro –ilegales pantalones también– y una camisa de mangas cortas fucsia satinada. De más decir que los ojos del baterista se perdieron por algunos inquietantes segundos en la piel expuesta por los tres primeros botones sin abrochar antes de poder formar alguna respuesta.

“Si se lo llevan, estaré agradecido…” Sonrió.

“O lo podemos dejar con Takanori” Ofreció Uruha.

“¿Es que estamos todos aquí?”

“Aparentemente…” Aoi se pasó rápidamente a su lado, sujetándose a su brazo y comenzando a dirigirlo. Uruha se hacía cargo de llevar –arrastrar– a un balbuceante Akira.

 

Kai no había reparado bien en lo que Uruha había dicho hasta que se encontró con sólo los dos. De Akira, Takanori era responsable ahora, aunque Kai tenía una leve inquietud de si el vocalista tan siquiera los había escuchado cuando Uruha sin cuidado alguno echó al bajista a su lado.

Claro que, esa leve inquietud se desvaneció en un segundo, el mismo en el que Aoi se inclinó demasiado –a opinión de algunos– sobre él. Kai pudo percibir su aliento ligeramente alcoholizado y…y algo así como...

“¿Cerezas?”

El pelinegro asintió. “El bartender estaba probando nuevas recetas…” Sonrió.

“El mío era de fresas, muy dulce” Uruha frunció la nariz acompañado de un puchero, gestos demasiados ‘lindos’ en opinión de Kai. Lo cual le confirmó que los tragos que tenía en su sistema de verdad le estaban afectando. Puras patrañas lo de poder aguantar. “¿Y tú?” Uruha empujó un poco a Aoi y cruzó sus brazos tras la nuca del baterista.

En otro momento, tal vez un par de años antes, Yutaka se hubiese inquietado a la cercanía que parecía restar centímetros entre los tres. Pero justo en ese momento sólo quería que la mano que Aoi tenía sobre su cadera bajara un poco más al frente y le ayudará con lo que se alzaría un poco más si el aliento de Uruha seguía dando en su cuello.

“¡Yuta-chan!” El rubio esbozó una sonrisa.

“¿Mh?”

“¿Te cuento un secreto?” Lentamente asintió. Uruha se acercó a su oído. “Yuu gime como chica…”

. . . A Kai le tomó su buen momento entender lo que el otro le había dicho.

Yuu pareció reaccionar con retardo también.

“¡Hey!” El pelinegro gritó. “¡Dijiste que no dirías nada!” El espectáculo de Shiroyama Yuu sonrojado.

Y Kai pensó que su vida estaría completa cuando pudiese comprobar eso….

“¡Al menos no soy un pervertido!”

Y eso….

-

“¿Qué hacen?”

Cuando Kai volteó, la expresión de Takanori le dejó en claro que el enano sabía perfectamente lo que ocurría. Y que esos cubículos vip no eran tan privados como decían, porque podía jurar que había cerrado cuando entró tras los otros dos.

“Hablando de cómo a Uruha le gusta c-”

“¿Y Akira?” Kai no confiaba en lo que pudiese decir Aoi con aquel puchero de niño indignado a punto de vengarse.

Ruki inclinó la cabeza a un lado. “¿Qué hay con él?”

“¿Dónde está?”

“¿Qué soy? ¿Su niñera?”

 

- - -

 

Un poco más de media hora fue lo que les tomó encontrar al bajista en el saturado y poco iluminado lugar. Las luces intermitentes y de colores no contaban.

Akira estaba coqueteándole a uno de los maniquís que adornaban, Takanori no perdió la oportunidad de tomar una buena foto.

Uruha prefirió perpetuar el momento en un video.  

Avergonzado Akira rompiendo teléfonos es lo que Kai veía en el futuro –el maniquí era hombre–

 

 

“¡Yo me quedó con Kai!”

Fue lo que Uruha y Aoi dijeron al unísono en el camino a sus respectivos hogares.

La ligera sonrisa de alguien que ‘lo sabe’ de Takanori hacía que Yutaka esquivara cualquier contacto.

[Akira ya iba inconsciente]

De más que fue imposible retener a ambos en el auto mientras él se bajaba. Y lo intentó. Primero hacer que Aoi entrara y quitara los pies del chasis mientras Uruha ya estaba en la puerta tratando de abrirla sin llave y viceversa  –Takanori riendo sin piedad alguna–.

Eran como dos niños.

Suerte que no lo eran y que cabía en lo legal lo que Kai quería hacerles. No todo.

Uruha se instaló en su sofá mientras Aoi corrió directamente al baño.

“Hace calor…” Fue lo primero que el rubio dijo luego de un rato.

Aoi decidió volver a aparecer en ese momento.

Uke Yutaka pudo tener algo parecido a un infarto cuando lo primero que captó fue un par de piernas, viendo un poco más arriba, bóxers negros, una ligera vista de plano abdomen cuando el otro estiró los brazos, un rápido vistazo al pasillo y lo que creyó era un cinturón estaba tirado pegado a la pared. Supuso que el pantalón estaba en algún lugar del sanitario.

“Tengo frío…” Uruha no parecía importarle el actual estado del pelinegro, ni parecía decidirse por el estado real de la temperatura.

 “Yo te puedo calentar” Ofreció el pelinegro con una sonrisita que predecía  próximo peligro.

“Y yo creo que deberían irse a dormir” Kai no podía creerlo aún.

“¿No quieres jugar con nosotros?” Uruha hasta pareció herido por sus palabras.

Aoi rápido se lanzó a su espalda. “Líder-sama…” Un susurró seguido de una mordidita a su oreja y Kai estaba dudando de su propia voluntad.

“O-ne-ga-i” Uruha pidió rozando sus labios.

¿Cuándo se había acercado tanto? No importaba realmente. Kai estaba más que dispuesto a hacer lo que ellos quisieran.

 

- - -

 

El desayuno –más bien almuerzo o merienda, pero no iba a caer en tecnicismos– transcurrió al siguiente día entre ladinas miradas, intencionales roces y cero incomodidades o arrepentimiento. Bastante grandes estaban para tonterías como ‘¿qué hice anoche?’.

Kai sostenía entre ambas manos su café mientras los otros dos discutían sobre que era más apropiado, si mermelada o mantequilla sobre sus tostadas. Uruha iba ganando.

Sus ojos viajaron por las marcas que podían ser vistas en los otros cuerpos, cada una representando una parte de lo que fue su noche. Como la del brazo izquierdo y muñeca derecha de Yuu; cuando el pelinegro intento levantarse al verse el único de espalda contra el colchón, Kai sabía que había más, había descubierto su afición a las mordidas en cuando sus dientes tocaron su nieva piel. O la de los muslos de Uruha; nunca creyó disfrutar tanto estar dentro de alguien. Más allá del sólo sexo. Uruha tenía ese algo en su sola presencia que mesmerizaba sin duda.    

Y pervertido rubio en efecto. Paseándose por su casa con nada más que esa camisa que apenas y le cubría lo necesario. Necesario que a Kai se le antojaba ver. Dejando de lado que Aoi iba nada más que en bóxers, bóxers propiedad de Kai, esos mismos que mordió antes de terminar con semen en boca, mejilla y cuello. Lo que le llevaba de vuelta al rubio y la ligera magulladura en su labio inferior. No había sido su intención en verdad la de morderlo tan fuerte, aún así no escuchó ninguna queja. Más bien un ‘más rápido, idiota’ Algo demandante el hombre.

“Líder-sama” La juguetona voz de Aoi lo sacó de sus pensamientos.  

Arqueó una ceja, pero si Yuu quería que le volviera a-

“No debías hacer algo a esta hora…”

¿….Algo? ¡Joder! Acostumbradas reuniones ¿Como se le podía olvidar?

Y qué fuese precisamente Aoi el que se acordase de eso sólo lo avergonzaba más.

 

- - -

 

Cuando llegó, el manager hablaba tranquilamente con….Takanori.

El vocalista pareció de verdad sorprendido de verlo. Y lo estaba. “Viniste…”

“Tenía que.”

El menor se encogió de hombros. “Igual y ya se terminó. Sólo…”

“…’Sólo’ ¿Qué?”

“Sólo pensé que esos dos te tendrían ocupado” Una sonrisa de lado, una seña a su cuello y el castaño se marchó.

Fue cuando volvió a su auto que lo notó en el espejo retrovisor.

Una gran marca en la parte derecha de su cuello, obra de Takashima Kouyou.

Joder…Ahora ya entendía el por qué de las miradas que recibió en el edificio.

Por suerte, nadie podía ver la obra que Aoi y sus uñas hicieron en su pecho. Aunque avergonzado de ellas no estaba en lo absoluto.

 

- - -

 

Si te engañan una vez, su culpa. Si te engañan dos, tu culpa.

Era algo parecido.

Si pasa una vez, no es necesariamente culpa de alguno. Si pasa dos, es porque quisiste. Y no sólo él. Los tres.

Algo entre los tres.

Podría funcionar.

Al menos eso pensó, cuando llegó y aún estaban allí. Acurrucados en el sofá.

“Te tardaste…” Se quejó el rubio.

“¿Trajiste comida?” Aoi despegó la vista de la tv.

Kai sonrió y alzó las bolsas para llevar en su mano izquierda.  De camino supuso que Aoi tendría hambre de algo más que tostadas y galletas.

Supuso bien, pero…

 

“¿Está bien si pienso que esto no será algo de una vez…?”

Uruha caminó hasta él, rodeando su cintura y juntando sus labios.

Aoi dejó la comida –que en algún desconocido momento para Kai, había agarrado– y se unió.

“Entre nosotros…”

“Tú…” Aoi besó la mejilla de Uruha.

“Él…” Uruha lamió su labio superior.

“Nosotros…”

Sin duda que sería genial…

 

Kai no podía estar más que satisfecho.  

 

 

----------------------

 

 

Notas finales:

++++++


¡Espero les haya gustado!


Me dicen…


¡Besitos!


Grezz


*


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).