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Compensación por Zamazen

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Pitch llegó tarde a casa, como siempre, después de una dura noche dándole pesadillas a los niños.
Jack, como de costumbre, lo esperaba semidesnudo en la cama.
Por desgracia, Pitch no llegó a la cama esa noche, se sentó en el sillón con su cabeza recargada hacia atrás y las piernas abiertas, en una postura de descanso.
Jack se cansó de esperar, y fue entonces que bajó las escaleras rápidamente, para encontrarse con su pareja, casi inconsciente.
—¿Pitch?—preguntó Jack.
No hubo respuesta.
—¡Pitch!—exclamó el guardián.
El señor de las pesadillas de enderezó para ver a los ojos a Jack.
—¿Qué sucede? Déjame en paz.

Jack no se dio por vencido, no se había preocupado tanto para nada, después de todo, era Jack Frost, y siempre obtenía lo que quería con Pitch.
El guardián se acercó cuidadosamente al sillón donde su pareja descansaba con los ojos cerrados.
Jack rodeó sus piernas alrededor de la cintura de Pitch, haciéndolo estremecerse.
—¡J-Jack! ¿Qué haces? ¡Bájate!—le ordenó, empujando el pecho de Jack, mientras este se movía para adelante y atrás, tanto como la poca ropa que traía le permitía.
—¡Jack!—el rey de las pesadillas volvió a exclamar, esta vez dándose un poco por vencido, aunque eso era algo que raramente hacía.
El guardián de hielo colocó sus manos en la cara de Pitch, atrayéndolo hacia él para darle un beso, del cual Pitch se separó rápidamente.
—¡Jack, estas helando! ¡Bájate!—gruñó Pitch, mostrando sus picudos dientes y empujando a Jack al suelo.
—¡Que estoy cansado!—dijo el señor de los malos sueños, mientras se volvía a acomodar.
Jack ya estaba acostumbrado a esto, su pareja llegaba agotado del trabajo, y lo hacía a un lado, habían pasado muchas semanas desde que Jack y Pitch se habían tocado por última vez.
Enojado, Jack se paró del suelo, y volvió a su cuarto sin mirar a Pitch.
Una vez en su habitación, cerró la puerta de golpe, empezaba a dudar del amor que Pitch le había prometido el día de su boda, y con un suspiro cayó a la cama, intentando dormir.
Mientras tanto, Pitch había perdido el cansancio, y ahora dudaba si debía seguir a Jack, se sentía mal por lo que le había dicho.
Así que por fin se levantó del sillón, y arrastró sus pasos hasta la habitación.
Tocó la puerta varias veces.
—Jack, ¿estás ahí?—preguntó.
No obtuvo respuesta.
—Amor, abre la puerta.—pidió, no era normal en él, pero como siempre, Jack era su debilidad.
Suspiró al fin, cansado de golpear la puerta.
Su sombra se arrastró por debajo de la puerta, quitando el seguro y dejando así que Pitch entrara, para encontrar a Jack tendido en la cama, sin siquiera voltearlo a ver.
—Jack...—comenzó—¿estás bien?
El guardián permaneció en silencio.
—¿No me vas a hablar?—preguntó.
De nuevo, Jack se quedó callado.
Pitch rio, no era la primera vez que Jack se ponía así de sentimental, así que Pitch ya sabía cómo arreglarlo.
—Jack, te lo advierto, háblame.—dijo.
—Jack, por favor, no me hagas empezar.—advirtió, pero el guardián, no se movió.
Pitch por supuesto no iba a aceptar que su pareja estuviera enojado con él.
Caminó rápidamente hacia Jack, sentándose junto a él en la cama; cuidadosamente deslizó sus largos dedos por la espalda desnuda de Jack.
El guardián luchó por aguantarse la risa. Esto era algo que había aprendido, Jack tenía una debilidad por las cosquillas.
Pitch continuaba por mover sus dedos por las costillas de Jack, hasta que el guardián no pudo más, y estalló en carcajadas.
—¡Pitch! ¡Suéltame!—dijo entre risas.
—¿Me vas a perdonar?—preguntó Pitch.
—¡No! ¡Déjame!—exclamó Jack.
Pitch se detuvo un momento, pensando en algo mejor.
Inmovilizó a Jack, de sus manos y pies, lo cual era sencillo por el tamaño de Pitch, luego presionó sus labios contra el estómago de su pareja, soplando aire contra el.
Jack volvió a estallar en risas.
—¡No! ¡Pitch! ¡Detente!—gritaba mientras intentaba librarse de sus ataduras.
—¡Pitch, Por favor!—pidió Jack entre sus carcajadas.—¡está bien! ¡Está bien! ¡Te perdono!
Pitch paró, y miró a Jack en sus ojos azules que Pitch siempre había adorado. Mientras que Jack luchaba por recuperar aire, Pitch rápidamente se incorporó para abrazar fuertemente a Jack, quien aún no lograba calmar sus respiraciones.
—oh, Jack, ¿qué haré contigo?—se preguntó Pitch.
—¿A qué te refieres?
—Pues te tengo que recompensar con algo—explicó Pitch.
—Pues, podrías dejar de llegar tan tarde—sugirió Jack.
Pitch rió.
—o...
Rápidamente tomó a Jack con ambas manos, volteándolo de manera que quedara boca abajo, y tomando a su pareja por las caderas.
—Podría pensar en otra manera de compensarlo.—
Dijo justo antes de dejar que su miembro entrara en el guardián y de un solo golpe se deslizó adentro.
Jack rió.
—estuve jugando un poco antes de que volvieras.—dijo.
Pitch acarició los muslos de Jack, al principio, este siempre estaba frío y causaba que Pitch se estremeciera.
El rey de las pesadillas recorrió el pecho desnudo de Jack con sus manos; el guardián gimió, no podía negar que le dolía aunque sea un poco.
Pitch se inclinó para escuchar las agitadas respiraciones de su pareja, y alborotar su suave cabello blanco.
Jack pegó un largo suspiro al sentir la lengua de Pitch en su hombro derecho.
—P–Pitch—intentó decir, a medida que sus piernas se debilitaban—tu lengua...me quema.—se quejó, mordiendo su labio inferior.
Pitch sustituyó su lengua por sus dientes, mientras continuaba adentrándose en su esposo, quien ahora se sentía caliente al tacto, y empezaba a sudar.
Jack recargó su cabeza hacia atrás, dejando así que Pitch mordiera cada parte de su hombro y su cuello, y claro, sus manos se deslizaban peligrosamente hacia la entrepierna de Jack, sacándole más gemidos de la garganta.
Pitch tomó entre sus manos el miembro del guardián, acariciándolo suavemente con sus dedos.
Jack empezó a perder el poco aire que le quedaba, su cuerpo se estaba calentando mucho, y el sudor no sólo lo cubría a él pero también al señor de las pesadillas, quien disfrutaba cada grito que se separaba de los labios de Jack, y cada segundo que permanecía dentro de él.
Por fin, Pitch sacó cuidadosamente su miembro, haciendo que las piernas de Jack temblaran cada vez más.
—¿Te gustó eso, amor?—le preguntó en un susurro, más su esposo había terminado tan cansado que sólo asintió, intentando hacer que sus respiraciones se calmaran.
Pitch lo abrazó fuertemente, escondiendo su cara en la hermosa cabellera blanca de Jack.
—pues está decidido, será parte de nuestra rutina.—le dijo Pitch mientras besaba suavemente la cara de Jack, llegando pronto a sus labios.
Jack se dejó llenar de amor por Pitch, sabiendo que ya no le importaría que su esposo llegara tarde del trabajo, ya que ahora, tenían una forma de compensarlo.

Notas finales:

Espero que les haya gustado :) cuéntenme qué les pareció 


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