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KONEKO por konekoyaoi

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Notas del fanfic:

 

>>>Los personajes no me pertenecen, sólo la historia. 

>>>En respuesta al desafío de la Señorita YumeRyusaki. 

>>>Advertencias: Fluff, Nekos. 

>>>One-Shot

>>> Jo, primera vez que publicó algo ‘todo publico’

>>>Esto es mi hobbie y mi diversión, eh.

 

Ven gatito, gatito...

Kai estaba bastante aburrido pero entusiasmado al mismo tiempo. Iba a recorrer a su gatito ese día.

El reloj iba demasiado lento para su gusto. Su trabajo por ese día estaba terminado pero si se iba antes de su hora oficial, su jefe le iba a sermonear seguramente. Y cualquier cosa menos eso. Sugizo podía ser bastante intenso a veces.

Aún faltaba media hora.

Salió de su oficina y se fue por el pasillo hasta el final, donde la de su amigo se encontraba. Su amigo Shinji. Tocó una vez y abrió. Tres segundos después, cerró la puerta rápidamente.

Su queridísimo amigo no estaba solo. Su lindo gatito estaba con él. Más específicamente; sentado sobre él.

Ese fue en definitiva un recuerdo no deseado que él terminantemente borraría  de su cabeza.

Nao-shi era demasiado lindo para estar haciendo ese tipo de cosas. Shinji era un total pervertido.

Kai fue por una taza de café en el piso superior antes de volver allí. Y por el bien de sus ojos, que estén decentes, rogó.

Kai no se perdió la sombra roja que cubría las mejillas de Nao.

Tomó un sorbo antes de fruncir el ceño. "Este café sabe a mierda..."

Shinji se encogió de hombros. "Es por eso que yo nunca torturaría mi lengua con una bebida hecha aquí"

Kai rodó los ojos y se volteó hacia su derecha. Nao acariciaba sus orejas acostado en un redondo y gran cojín rojo al lado de la ventana. "¡Hey, Nao-shi!"

"¡No le llames así!" Shinji se quejó.

Ninguno de los otros dos siquiera le miró.

"¿Sí?" Sonrió.

"¡Voy que va a conseguir mi propio minino hoy!"

"¿En serio? ¡Genial! ¡Quiero conocerlo! ¿Puedo? ¿Sí?"

"¡Claro!"

Shinji entrecerró los ojos. "Así que finalmente te decidiste… ¡Bien por ti! ¡Verás cómo tu rutina cambiara completamente. Para mejor, por supuesto. Él te hará feliz"

"Suenas como un anuncio ¿Y qué te hace pensar que no escogeré una hembra?"

"Oh, por favor. ¡Ven aquí!" Llamó Nao. Tan pronto como el gatito estaba a su lado, comenzó a acariciar sus orejas haciéndole ronronear.

Y la lasciva sonrisa en Shinji advirtió a Kai, quien se puso en pie rápidamente. ” ¿Tan rápido vas otra vez?”

Nao se inclinó más para que toque. Las orejas de gato eran un lugar bastante sensible. "... Probablemente" El alto rubio murmuró.

 

Kai vio el reloj en la pared.

Había llegado el momento.

 

*

 

Kai no podía contener la respiración tan pronto como el Neko estaba delante de él.

El vendedor le entregó los papeles, y una bolsa con unos pocos artículos.

Su gatito era tal y como pensó que sería: precioso.

"Uruha..." repitió el nombre.

 

El gato sólo lo miró a los ojos durante unos segundos antes de voltearse.

Si Kai no hubiese estado tan mesmerizado en la presencia del gato probablemente se hubiera dado cuenta del nerviosismo en la cara del hombre vendedor. Pero centrarse en la figura frente a él para grabar en su memoria cada detalle de Uruha era más importante al momento.

Después del trayecto de 15 minutos, donde Kai hizo toda la conversación sin notar la mirada de aburrimiento en el otro, llegaron a la casa.

"Aquí es" Kai habló cuando entraron.

Vio al rubio dando pasos lentos y mirando a todo a su alrededor.

Kai se puso un poco más cerca y justo antes de que pudiera tocarlo, el rubio siseó antes de alejarse.

"Está bien. No voy a hacerte daño"

Los gatos eran un poco desconfiados al principio, pero se acostumbran a su dueño rápidamente.

Kai se volvió a cerrar la puerta y dejar sus llaves en una percha. Y tan pronto como volvió a girar....

El gatito se había ido.

 

. . .

 

"¡Uruha...!"

¿Dónde podría haber ido? Todas las puertas estaban cerradas. Comprobó las ventanas y todo cerrado también. Checó la cocina, el salón, el cuarto de lavandería, el garaje. Subió las escaleras y comenzó a revisar los dormitorios y baños.

"¡Ven aquí gatito, gatito...!" Donde p-

 

"... ¿En serio acabas de decir eso?"

La voz del Neko vino de detrás de él.

Kai se dio la vuelta y tan pronto lo vio respiró aliviado.

Él no había escapado o algo así. Sí, lo pensó.

"No desaparezcas así de nuevo!"

No es como si me hubiese ido... "Eres molesto..." Un ordenado hablador aparentemente. Uruha bajó las escaleras directo hacia la cocina. "Hazme de comida"

 

¿Hacerle la comida?

Estaba bien si tenía hambre, por supuesto que le daría algo pero…

¿Molesto?

Kai forzó una sonrisa y suspiró.

¿Qué demonios? Ese gatito no era en lo absoluto a como le dijeron.

Un gatito se suponía que fuese todo amor y mimos, sumiso y dispuesto a la voluntad de su amo.

Uruha no pareció saber eso.

¿Era un Neko defectuoso?

 

Uruha se asomó desde la cocina. "¿Qué estás esperando? ¿Eres un idiota? Tengo hambre ahora"

Oh...un idiota...idiota.

"¿Debo llamar a soporte técnico...?" Susurró. Su gato le acababa de dar una ‘orden’ y lo había llamado molesto e idiota.

 

*  *    *    *  *

 

Kai miró como Uruha comía la comida que le había preparado.

Porque tuvo que prepararle una comida apropiada, porque en el segundo que puso una mano en una lata de atún al gato le dio la peor mirada que le hubiesen dado nunca. "No esperes que coma eso. Hazme comida de verdad." Eso era lo que él le dijo. Ordenó.

Ahora Uruha estaba comiendo en la mesa, ni siquiera darle una mirada o un gracias. Así que Kai centró toda su atención en él. En su cabello rubio con esas orejitas blancas, piel lechosa, línea de la mandíbula definida, labios de cereza, unos ojos de color gris azulado, rodeado por un círculo negro –lo primero de lo que se dio cuenta al verle– largas uñas –garras– bien cuidadas, una esponjosa cola que parecía que nunca se detendrá detrás de él moviéndose de lado a   lado. Kai de repente tenía un antojo de tocarla. Pero para todo lo que podía saber entonces, el gato probablemente lo mordería o algo así si lo intentase.

¿Qué tipo de Neko era? Uno malhumorado de seguro, ¿qué más? Bueno... obviamente, guapo, sin duda. Alto, esbelto, apuesto…¿ya había pensado en  eso ultimo? Por supuesto, era imposible no darse cuenta de si alguien era bien parecido o no tanto.

 

"¿Te gusta?" Silencio era algo que no soportaba si estaba con alguien más.  

El gatito terminó de tragar lo que estaba en su boca para levantar la vista había él. "Está bien…"

¿Sólo bien? "¿Y...?"

Uruha levantó una ceja. "...Es grosero si te le quedas viendo a alguien como posible psicópata mientras come"

 

Ok. Ok...

Kai suspiró. ¡Sip! Le dieron un gatito defectuoso. Así que la pregunta era, ¿debía sólo devolverlo? Kai sólo quería un pequeño gatito lindo que le hiciera feliz, y visionar a Uruha haciendo eso era un poco difícil y eso que sólo se habían conocido durante menos de un día. Pero es tan lindo....Suspiró una vez más. Decisiones, decisiones...decisiones que tomar. ¿Qué debería hacer?

 

***    *   ***

 

Esa era la primera vez que Uruha se encontró totalmente a gusto y cómodo con la cada de alguien más a primera vista. Ninguno de sus anteriores propietarios había tenido uno que le gustase. Ésta olía bien, todo estaba ordenado, con una sala de juegos, por lo que pudo ver mientras echaba un rápido vistazo, la cocina también estaba muy bien, la comida que le hizo tenía un sabor delicioso, y él...él era aceptable.

Y...y estaba ¿Donde?

Después de comer y lavar lo que usó, fue a ver lo que su nuevo amo estaba haciendo después de dejarlo solo, no lo encontró ni en la sala de estar, ni los otros lugares, por lo que se fue hacia el segundo piso.

Pronto escuchó una voz que venía de de lo que supuso era su habitación.

Kai estaba hablando por teléfono.

 

"…Sí, yo soy el que se llevó a Uruha hoy"

 

Oh...

Uruha caminó con pasos lentos, bajó las escaleras y llegó a la puerta principal.

Kai estaba llamando al dueño de la tienda. Lo iba a regresar.

Suspiró profundamente. Siempre lo mismo...

Nadie lo quería.

¿Tal vez su actitud...? No es como que fuera a cambiar pronto. Era un Neko después de todo. Los Nekos eran malhumorados, huraños, desconfiados, a veces solitarios, pero los amantes de mimos y amor; sí, un caso de bipolaridad.

¿O es que sólo él...?

 

*

 

Kai colgó el teléfono y se fue en busca del gatito gruñón.

"¡Uruha! ¡Uruha! "

Encontró al rubio sentado con los muslos apretados contra su pecho y la cabeza descansando sobre sus rodillas delante de la puerta.

"¿Qué estás haciendo ahí?"

"Haciéndolo más fácil, sólo date prisa"

"¿Mh? ¿De qué estás hablando?"

"...Tú...tú me vas a llevar de vuelta allí, así que, simplemente date prisa"

Kai no ignoró el tono en la voz del Neko. Su corazón se encogió ante eso.

Sí, pobre gatito.

"No te voy a devolver...tu eres mi Neko ahora"

 

>>>> El hombre le había dicho el número de veces que habían devuelto a Uruha en el pasado año, después de que su madre murió, su antiguo dueño lo dejó allí porque no podía darle el cuidado necesario. Era una criatura preciosa, así que no podía ser difícil en absoluto conseguirle un nuevo dueño; error.

Kai se dijo así mismo que era mejor conocerlo antes de emitir cualquier juicio. No podía dejarse llevar por la primera impresión, primeras impresiones no siempre eran las correctas.

Uruha lo miró con un signo de interrogación pintado en la cara "... ¿Qué?" Levantó una ceja "¿Quieres follar conmigo primero?"

 

Ok....No iba a ser fácil de ninguna manera.

 

"Por supuesto que no..." Apartó la vista. Quiero un gatito que haga mis días mejores, No importa que tenga el mejor cuerpo que ha-. "¡Ok! Vamos empezar de nuevo!"

 

Uruha parecía muy confundido.

"Sabemos nuestros nombres así que déjame mostrarte alrededor. Aunque creo que ya viste, ¿verdad?"

Uruha asintió.

"¡Vamos!" Uruha se puso de pie. "Te mostraré dónde vas a dormir."

 

*  *  *     *    *  *  *

 

Conocer a Uruha no era realmente una tarea difícil por un lado, había cosas que Kai no podía comprender todavía. Al parecer, al rubio le gustaban mucho  las cosas dulces; Kai se encontró complaciéndole con cada dulce que le pedía. Y con smoothies también. Kai tenía el hábito de comprar uno antes de llegar a casa, en la tienda a una cuadra de distancia. No pudo decir que no cuando el Neko implemente se lo quitó, primero sólo para probar luego comenzó a pedir por uno propio los siguientes días.

A Uruha parecía encantarle también acurrucarse junto a él en el sofá para recibir mimos, pero al mismo tiempo no le gustaba cuando Kai trataba de estar más cerca de él, como la vez que trató de acariciarle la cabeza y el rubio lo fusilo con la mirada. Kai llegó a la conclusión de que sólo tenía que esperar por él. Caminar como su ritmo.

 

Dos semanas pasaron en un abrir y cerrar de ojos de esa manera.

 

Uruha estaba acostado en medio de la sala de estar con su esponjosa cola entre sus manos; a Kai le pareció completamente lindo porque el gatito parecía disfrutarlo mucho.

"Uruha" Lo llamó mostrándole en una mano un smoothie de chocolate y en la otra una pequeña caja de color rosa. El gato, con una ceja levantada, se acercó a abrirla.

"¡Torta!" Exclamó con una gran sonrisa.

"¡Sip! Hay un nuevo lugar cerca, me dijeron que era bueno y a ti te gusta lo dulce así que..."

"Gracias"

Y esa fue la segunda vez Uruha le dijo aquella palabra.

La primera era un bonito recuerdo que nunca olvidaría. Ocurrió la primera noche, Uruha se coló en su habitación y le agradeció por dejar que se quedara allí. Sus mejillas estaban rosadas y evitaba totalmente el contacto visual. Uruha era muy lindo, no importaba lo irrespetuoso o gruñón que fuese después. Kai nunca va a pensar lo contrario.

"Eres lindo" Pronunció. Uruha lo había mirado raro la primera vez que se lo dijo, pero ya no. "Hay lindos Nekos en ese local también..."

Kai supo el momento en que el gatito se volvió hacia él, que eso había sido un error de comentar.

"¿Crees que ellos...son lindos?"

Kai sacudió la cabeza.

Uruha frunció los labios. "¡Acabas de decir que sí!"

"¡Tú eres el Neko más lindo que he visto en mi vida!" Y no estaba mintiendo en lo absoluto.

Uruha se encogió de hombros y se sentó en el sofá con su merienda.

 

Su dueño era raro.

Uruha se aseguró que Kai no notara cada una de las veces que se quedaba observándolo, porque el gatito quería conocerlo también. Él podría decir fácilmente que el moreno estaba tratando de gustarle y Uruha realmente lo encontraba agradable.  

...y algo lindo también.

Siempre era divertido y lindo cómo Kai reaccionaba cada vez que Uruha ponía su cara de insatisfecho o cuando –a veces a propósito– se quejaba por cualquier razón.

Uruha era un Neko que gustaba de las cosas hechas a su gusto. A su ritmo y con sus propias condiciones. Su madre siempre le dijo que debía valerse por sí mismo y nunca dejar que nadie le pasase por encima sólo por lo ser lo que era. Tal vez él se retorció un poco sus palabras, tal vez no...

Hasta el momento, le gustaba su nuevo propietario. Era un poco lento a veces, pero era suficiente para él. Pudo haber terminó con algún pervertido o un loco o otro que sólo lo devolviese sin molestarse en conocerlo, al menos, él no era como los gatos usuales, a pesar de que tenía la idea de que todos sus compañeros tenían una o dos manías como él, así que estaba bien.

Ese día pasó sin inconvenientes.

Kai hizo una buena cena y lo mimo entre sus brazos sobre el sofá cuando se lo pidió.

Pero esa noche, Uruha tenía un antojo diferente.

"Báñame..."

Se sentía muy perezoso y en la tarde había visto un programa en un canal de animales donde bañaban a unos gatitos bebés.

Quería eso también.

"¿…Qué?" Preguntó Kai. No sorprendido ni alterado. Honestamente curioso,  realmente no entendía bien.

Condenadamente lento. Uruha pensó.

"¡Báñame!" repitió. "En la bañera, con muchas burbujas"

"Oh..." Uruha tenía la cabeza sobre sus muslos mirando hacia su cara. Kai estaba pensando, su cerebro inmediatamente creando escenarios de cómo el minino quería hacer eso. "Ok..."

 

En el cuarto de baño, Kai preparó la bañera tal y como se le pidió. "¡Listo! Esperaré afuera para pued-" el momento en que se volvió, se encontró con el rubio ya desnudo.

Uruha ladeó un poco la cabeza al ver a su dueño levantar la suya hacia arriba. "¡Uruha!"

"¿Qué? Muévete..."

Kai fue empujado a un lado y el Neko empezó primero metiendo los dedos de los pies en el agua, estaba bien así que entró por completo.  

Sólo un minuto después, Uruha arqueó una ceja al ver que el otro no hacía nada. "Báñame" Una vez más, dijo.

Ok. Kai respiró profundo. Puedo hacer esto, se dijo.

Una vez que a su vista llegó la imagen de Uruha jugando con burbujas su corazón se derritió un poco más.

Tal lindo gatito el que tenía.

 

*  *  *    *    *  *  *

 

. . .

“¡Quiero otro Neko!”

“… ¿Ah?” Kai creyó no haber escuchado bien.

“Encuéntralo para mí”

En serio “¿Qué?”

El gato hizo un puchero “Estoy solito…”

“Pe-”

“¡Pasas mucho tiempo en tu estúpido trabajo!”

Alguien tiene que pagar las cuentas, minino…. “Pe-”

“Ve…”

El Neko lo empujó hasta la puerta, presionando las llaves de su auto en su pecho.

“¡Pero no puede ser tan lindo como yo!”

Kai se vio con la puerta de su propia casa cerrada en su nariz.

 

* * *   *   * * *

 

Uruha se estiró antes de acostarse en el sofá a tomar su… ¿Tercera? ¿Cuarta? Siesta del día.

Esperaba que Kai hiciera lo que le pidió. No es que fuese algo imposible después de todo.

Todo lo que quería era alguien con que jugar….

Y de verdad que a veces se sentía solo en la casa.

Un bostezo más y pronto se quedó dormido.

 

- - -

 

Despertó cuando sintió toques en su cola.

Alguien la acariciaba.

Se removió incómodo pero los toques no se detuvieron.

Abrió los ojos listo para hacer que Kai temblara bajo su mirada pero con lo que se encontró fue con un pequeño castaño sonriente.

“Ruki…”

Kai los observaba desde el marco de la puerta.

Uruha sonrió.

 

No les llevó mucho tiempo volverse completamente inseparables. Demasiado rápido en realidad, pero Kai no podía estar más agradecido. Tener un Neko no había sido su prioridad antes, tener dos menos. Pero todo iba demasiado bien. Ruki era un adicto a los mimos constantes de parte de ambos que odiaba dormir solo –lo cual resultaba en el Neko colándose ya sea en su cama o la de Uruha. Todo iba perfecto.

 

Al menos eso pensó hasta que Uruha llegó hasta él con un cojín, Kai tuvo que cubrir su rostro para no recibir golpes ahí. No como que fuesen muy fuertes.

“¿Y ahora qué?” Sabía que no debía reírse, por lo que sabía, bien que Uruha podía conseguir algo más duro con lo que golpearlo.

“¡Eres un idiota!”

“¿Por qué?”

“¡Ruki!”

 

El nombrado se encontraba durmiendo.

 

“¿Qué pasa con Ruki? No era lo que querías…”

“¡Es lindo!” Hizo un puchero.

“¿Ah?”

“Es más lindo que yo…”  

 

Y Kai no pudo evitar una carcajada.

Se ganó más golpes, por supuesto.

 

“¡Idiota!”

“Espera…” Kai le sujetó de las muñecas, atrayéndolo hacia su cuerpo. “Te lo dije antes ¿No? Sí, Ruki es muy lindo. Pero para mí, eres el más lindo de todos.”

 

Las mejillas del Neko se tintaron en un segundo. Kai lo había vuelto a decir.

Y estaba demasiado cerca ¿No?

“¿Lo dices en serio?”

Asintió.

Bien…si era así entonces…

 

Kai no tuvo tiempo para reaccionar cuando el rubio rápidamente dejó un pequeño beso sobre sus labios antes de alejarse y perderse escaleras arriba.

 

Sonrió.

Gatito tan lindo el que tenía.

….los que tenía.

 

 

 

 

 

+++++

Notas finales:

Uff….cambié y corté algunas cosas al final.

Espero les haya gustado.

Grezz


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