“Te quiero como para leerte cada noche, como mi
libro favorito quiero leerte, línea tras línea,
letra por letra, espacio por espacio”
Mario Benedetti
“No voy a llorar… no lo voy hacer. No voy a llorar… recuerda tu orgullo” Esas palabras, actualmente, se estaba repitiendo Ji Yong en su mente, una y otra vez. No era una buena idea hacerlo, no… mientras estaba cantando frente a miles de personas y por más que fuera Haru Haru. Por más que extrañaba tan jodidamente la voz de Seung Hyun, por más que sintiera que le podría pasar lo peor de mundo solo por hecho de no tenerlo a su lado, ahora. Incluso si en ese momento se le partiera el alma al no poder escuchar su voz en la canción. Quería al Seung Hyun real ahí mismo, no a un muñeco de cera a su lado. ¡Maldita sea lo extrañaba tanto! ¡Mierda, sentía que no iba a poder más con el escozor en sus ojos! ¡Tenía que resistir! A la maldita hora que se había enamorado de Seung hasta lo más profundo de su medula y también, a la maldita hora que todos esos meses se había acostumbrado a tenerlo junto a él. Siempre, siempre… que pasaba mucho tiempo al lado del mayor se hacía adictivo a él, como si fuera la mejor droga que hubiese probado en el mundo y luego, cuando le tocaba distanciarse por motivos de trabajo… cada vez le costaba más que la vez anterior. Es ahí que se sentía más miserable de lo normal, mendigando su amor como si estuviera en abstinencia. Cuando sabía perfectamente que esa era la vida que ambos habían elegido, estaban cumpliendo sus sueños que habían añorado desde que habían debutado. No podía quejarse, pero inevitable que se mostrara alterado ante su necesidad del mayor. Incluso, siendo el primer fanmeting, había tratado al muñeco como si fuera Seung Hyun. En su delirio de extrañarlo tanto, lo había hecho. ¡El maldito muñeco había sido su consuelo la mayor parte del tiempo! ¡Hasta dónde había llegado! ¿Dónde había quedado su orgullo? ¿Dónde? Porque si lo buscaba no lo iba a encontrar por ningún lado. Además, no era ni un idiota, estaba buscando la forma de llamarle la atención y precisamente no era algo que lo había decidido espontáneamente el día de hoy. No, claro que no, había dejado evidencias indirectas…. Durante un buen tiempo.
No tenía idea como pensaba y cantaba al mismo tiempo, sin tener ni un percance, pero de repente fue consciente de algo, que si no fuera por el aplauso de las VIP´s japonesas y las últimas tonadas de la canción, no se hubiera dado cuenta que había estado perdido en su propio mundo. Aunque sí tenía noción que había cantando la canción final como si el alma se le hubiese desgarrado ahí mismo.
-Gracias por venir. Me divertí mucho Fukuoka- Ji Yong fue el primero en hablar, hizo su voz lo más alegre que pudo porque sinceramente estaba tentado a hablar con una voz rota, no lo había hecho porque no quería preocupar a nadie.
-Hoy gané. Nos veremos en el próximo fanmeeting VIP´s- habló Young Bae alegremente, aunque internamente estaba preocupado por su mejor amigo. No era estúpido, todos habían notado lo triste que había sonado el canto de Ji Yong y sabía muy bien la razón de ello.
-Cuiden mucho de su salud y siempre sonrían. Muchas gracias por su amor y apoyo. Hasta la próxima- Daesung con una enorme sonrisa agradecía a las fans que habían asistido.
-Ha sido muy bueno venir aquí Fukuoka. Gracias VIP´s. Espero ganar el próximo fanmmeting- SeungRi habló con esa manera tan suya de hablar, que nadie pudo evitar reírse, incluso Ji Yong lo hizo un poco.
Después de unas cuantas palabras más se habían despedido y el evento por fin había concluido, Ji Yong se puso sus lentes para tapar su tristeza. Sabía que era muy probable que en ese momento le iban a acribillar a preguntas. Era mejor responderles rápidamente, para que ellos vieran que estaba bien y que no necesitaba más preocupaciones por parte de los demás. Quería mucho a sus compañeros de grupo, ellos eran como sus hermanos, pero en ese momento no estaba en condiciones de querer escucharlos y hablar con ellos. Mientras caminaba en el backstage, con una inclinación cortes y murmurando algunas palabras agradecidas al staff. Ante todo era educado, por más que fuera un desastre emocional y todo por culpa de Seung Hyun.
-Bro… ¿estás bien?- Young Bae lo había alcanzado.
-Sabes la respuesta a esta pregunta, Bae- Ji Yong le respondió calmado y melancólicamente. Quería echarse a llorar ahí mismo, pero se contuvo. Prefería hacerlo solo- Entonces… ¿por qué lo preguntas?
-Está filmando una película, ya sabes porqué no pudo venir Ji Yong- le contestó el moreno lo más precavidamente posible.
-Lo sé, lo sé… ¿crees que no lo sé?-masculló entre dientes- Ya se me pasará, Bae. Haz de cuenta que soy un loco.
-Uno muy enamorado por cierto- al terminar de decirlo rió entre dientes.
Ji Yong no respondió, se quedó en silencio y solo dio un suspiro corto. Sabía que su mejor amigo no había hecho nada más que decir la verdad. No en vano había hecho todo aquellas cosas en público.
FLASHBACK
Los cuatro miembros se habían presentado, en lo que sería su primer fanmeeting en Japón. Se encontraban en Fukuoka y por supuesto, que tuvieron que explicar la ausencia de Seung Hyun. Aunque sabían que estaba de más hacerlo porque las VIP´s del lugar sabían que el mayor del grupo estaba filmando una película, sin embargo para la sorpresa de las fans del lugar el staff sacó un muñeco de cera de Seung. La mayoría al verlo se había echado a reír.
-Bueno parece que YGEX ha hecho una buena inversión en este muñeco- dijo SeungRi. Fue el primero en hablar. Causando risas en general.
Una vez recuperado la sorpresa inicial, empezaron a jugar y hablar. Hacían las cosas propias de un fanmeeting, como estaban acostumbrados, sin embargo Ji Yong decidió que sería un fanmeeting diferente y lo demostró cada vez conforme avanzaba el tiempo. Ahora al parecer tenía que hacer flexiones. Hace mucho tiempo que le había puesto su toalla en el cuello del muñeco.
-¡Hyung! ¿Por qué tuviste que rodar los dados?- pretendió darle una cachetada mientras el resto de reía- No es justo. No vienes y un maniquí me hace hacer flexiones. ¿Sabes cuántas tengo que hacer, eh?
Y sin remedio alguno se puso a hacer las flexiones con su apretado traje de marca de lujo.
FIN DEL FLASHBACK
Solo Seung Hyun lograba ponerle así. ¡Por Dios, si le había dicho que lo que quería y lo extrañaba! ¡A un maniquí que era la réplica de Seung! ¡Incluso lo había besado en la mejilla como solía hacerlo! A la maldita hora que había aceptado filmar una nueva película, al menos había sido un alivio que aquella película era ligera en comparación a la anterior. Le había costado mucho en la depresión que se había sumido el año anterior, durante cinco meses, sin contar el hecho que había sido un año muy duro. Seung Hyun con su vena de protector número uno de Kwon Ji Yong, se había alejado de él, aunque le doliera a ambos. Todo por el maldito video que había salido a finales del 2012. Él se estaba empezando a cansar y también, a perder el miedo. Lo demostraba indirectamente en sus likes de Instagram. Aquellos: “Extraño lo cercanos que éramos”, “Te amo, lo sé”, ”Tómame”, “Todo tuyo si eres mío”, “Te deseo tanto”, “Maldición, realmente quiero besarte” reflejaban lo que realmente sentía y sobre todo aquellos imágenes tan sugestivas, por llamarlo de forma alguna.
Se sentía tan solo. ¡Joder podía estar rodeado de un millón de personas y aún así se seguiría sintiendo de la misma manera! ¡Maldito sean todos! ¡Maldita sociedad dónde vivía! Él estaba orgulloso de lo que vivía con Seung. El mayor lo llenaba en todo los sentidos, había prácticamente toda su alma y su amor a su disposición. Lo amaba demasiado, cada día su amor crecía más y no podía creer que a pesar de todo estuvieran juntos. Habían tenido sus tiempos buenos y malos, pero Seung Hyun siempre había estado ahí. Ese babo, había estado a cada paso que él había dado, incluso en los peores tiempos o en los momentos que parecía que la relación de ellos caía en picada. Es que no podían evitarlo. Ambos giraban alrededor del otro. Eran como dos imanes que se atraían con mucha fuerza el uno al otro. Era como si el universo hubiera predispuesto que las leyes de la naturaleza se tenían que aplicar de esa forma a ellos. Ahora su relación se encontraba un punto culminante, donde ambos habían crecido y madurado. Aceptaban todo el uno del otro, sus fallas, sus secretos, su oscuridad, su luz, sus habilidades, sus talentos, sus pequeños detalles… todas aquellas cosas habían formado parte de ellos. Prácticamente eran el reflejo del uno del otro, a pesar que eran diferentes y a la vez tenían un nivel de compresión tan compenetrado, que simplemente era mágico. Ellos tenían una parte del otro, así de simple y determinantes eran las cosas.
Por eso que su relación quizá había alcanzando otro nivel, quizá debido a los años que llevaban juntos. Años de construir buenos y malos recuerdos. Estaba seguro que cada memoria lo iban a atesorar para siempre en sus corazones y sobre todo se iba a quedar impregnada en sus almas. Se sentía de alguna manera más libre y relajado. Él, seriamente estaba planteando revelar su relación al mundo entero, si lo pensaba honestamente. Gritar a los cuatro vientos que vivía un gran amor con Seung. Con su vecino, su compañero, mejor amigo, su alma gemela… su Turtle. Quizá exageraba un poco con lo último, ya que el mayor era reservado, pero quería expresar su amor y su identidad libremente. Parecía un hermoso sueño, lo que anhelaba; pero cada vez más se convencía eso. Más fuerte era su deseo de enviar a la mierda a todos. Sabía que esa decisión no solo le correspondía a él, también a Seung Hyun. Así que tenía que hablar con él. Volvió a suspirar fuertemente. Seguro que ya estaba enterado de lo que había sucedido en el fanmeeting o tal vez, estaba camino a hacerlo. Sonrió al pensar en lo que diría Seung o en la cara que habría puesto al saberlo. No podía saber con certeza como iba a reaccionar, Seung era impredecible en todos los sentidos y debía admitir que eso era una de las cosas que más le encantaba de él. Al menos había ordenado al staff tomar la foto de un preciso momento. No había podido evitarlo. Era un irremediable idiota enamorado de la persona más perfecta que había nacido en el planeta.
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¡Por fin regresaba a su país, después de un fanmeeting algo agridulce para él! Solo se había logrado distraer por unos momentos, había agradecido un poco de ellos por los demás y las VIP´s. Mientras miraba por la ventanilla del avión, sabía que por fin estaba regresando a casa, en un par de horas lo haría. Pretendía engañarse de esa manera porque sabía que cuando regresara le esperaba solo cinco días de descanso y un apartamento solitario, fuera de las pocas actividades que haría. A este paso… era muy posible que el disco de BIGBANG saliera deprimente. Ni quería saber cómo reaccionarían los demás al notar las canciones que habría escrito. Si había un maldito culpable era su novio y tal vez un poco él, por idiota. Se golpeó su frente con su puño derecho. Pensando en lo patético que era. “Babo, babo, babo…” solo aquella palabra tanto coraje y lo peor, es que era cierto. ¿Por qué? ¿Por qué? Ya ni se molestaba en responder. Dejó de golpearse y meneó la cabeza ligeramente mascullando un Púdranse todos y lo decía con sentimiento. No soportaba esa angustia palpitante en su pecho, bufó de frustración y se dispuso a escuchar música. Sabía que en cualquier momento el vuelo despegaba mientras escogía una canción, solo por costumbre miró de reojo alrededor y pudo percibir que habían notado su comportamiento errático. Sobre todo Young Bae se mostraba un poco preocupado, Daesung sonreía y veía a SeungRi dispuesto a distraerlo, agradecía el gesto del maknae, pero negando con la cabeza le transmitió que lo dejara correr. Después de asegurarse que estuviera completamente aislado. Decidió meterse a internet. Era un servicio algo caro, pero felizmente se podía costearlo. Navegó entre muchas páginas a modo de distracción y de nada sirvió, no había logrado su objetivo. Así que se mostró dispuesto a cortar la conexión con el wi-fi, pero en un arrebato de impulsividad decidió saber que estaban haciendo sus VIP´s. Creía que era mejor no haberlo hecho porque todo parecía un hervidero de lo que había sucedido en el evento, dónde al parecer los protagonistas habían sido Seung , el muñeco y él. Bien. Oficialmente estaba depresivo otra vez. Era definitivo. Cerraría internet. Estaba por salir cuando su teléfono empezó a vibrar. Tenía una notificación y cuando vio de dónde venía. Se le aceleró el corazón por unos segundos, no mentía… podía escuchar el palpitar desde su pecho más que la música que estaba oyendo. Rápidamente entró. No sabía que le había puesto en la chat privado que habían establecido solo para ellos dos, pero estaba tentado a gritarle, aunque también a dejar un poco su orgullo. Un dilema existencial se le presentaba y no sabía qué hacer. Sin más dio el tan ansiado click y solo al leer una línea, mandó al diablo su orgullo en un segundo.
“Se cancelaron las grabaciones por la nieve”
¡¡Ohhh…. por todos los dioses!! Por primera vez agradecía al horrible clima que hacía en Seúl. Era tan estúpido que se sintiera así de feliz solo porque el frío había impedido que Seung grabara. No cabía de sí de felicidad. Sin querer una sonrisa demasiado brillante salió de su rostro. Al constatar que no había respondido, corrió a hacerlo.
“Llegaré en dos horas. No te muevas. Te extraño, hyung”
Se empezó a morder los dedos de nerviosismo hasta que vio una respuesta.
“Lo sé, Yongie. Buen vuelo”
Enseguida cerró la línea y el wi-fi. ¿Buen vuelo? ¿Qué le costaba decirle que también lo extrañaba? ¡Arghhh! ¿A Seung le gustaba volverle loco, no? ¡Estúpido bingu! Sin más nuevamente volvió a abrir el internet de nuevo, entró a Instagram, su favorito vicio social y al ver los likes de las personas que seguía vio que Pharrell, le había dado like a una foto en particular, que había captado su atención por completo. Era una concha que tenía una inscripción: SHELL. ¡Qué tan bizarra coincidencia! Aquella foto le traía unos recuerdos tan agradables. Sonrió con satisfacción, le dio like sin dudarlo ni un segundo. Hubiera seguido con esa expresión bobalicona si no fuera porque escuchó unas veces perfectamente conocidas y puso pausa a la música que estaba escuchando.
-Bueno al parecer hyung tendrá una buena noche- tan fresco como siempre el maknae abrió su boca. Le parecía normal soltar esas frases. Daesung inmediatamente le tapó la boca con su mano, emitiendo a la vez una sonrisa nerviosa.
-¿Cuándo vas a aprender?- le regañó Young Bae dándole un golpe ligero en la cabeza- No te preocupes, Ji. No le hagas caso a este…
El mencionado solo les dio una mirada envenenada y se giró completamente, a seguir escuchando música. Daesung, suspiró de alivio y quitó su mano de la boca del maknae.
-Aishhh… duele, hyung- se quejó dirigiéndose al moreno. Se frotó la zona dónde había recibido el golpe, luego miró a Daesung- Tampoco era necesario que me taparan la boca. No dije nada que no fuese cierto, ¿no?
Los demás suspiraron. Era mejor no hacer caso a las barbaridades que salían de la boca del más pequeño, sin embargo aunque no lo dijeran en voz alta aquellas tres personas coincidían que el cambio de semblante de Ji Yong se debía a un nombre y ese era: Choi Seung Hyun.
Tal como se lo había propuesto. Ji Yong decidió distraerse en lo que escuchaba, al parecer era hora de despegar. Ahora tenía por delante dos horas de eterna espera para ver a Seung. No le quedaba de otra, que ser paciente y mientras tanto, su mente le hizo recordar algunas cosas. Era curioso hoy había pensando a Seung como Turtle y luego veía esa foto de Shell. A veces las cosas precisas en el momento exacto, le fascinaban.
FLASHBACK
El tiempo sin duda transcurría a toda prisa, ya eran dos años desde que un grupo de cinco chicos de habilidades talentosas y personalidades únicasconquistaron el mundo de entretenimiento. La prueba tangible de aquello era el éxito de su reciente disco. Solo hace diez días ese suceso los había marcado para siempre. Ahora todos se encontraban, de alguna forma, celebrando el cumpleaños de su querido y estricto líder. Prácticamente le habían tomado por sorpresa y con las ganancias que habían obtenido hasta ahora y por supuesto, con la ayuda del presidente Yang le invitaron a comer carne. Era de más decir que el presidente estaba contento por fructífero trabajo de ellos y por eso tenían el día, un poco libre. Es así como se encontraban en aquel sencillo restaurante, pero en una zona privada. Ya habían podido ver de primera mano cómo la gente les reconocía en cualquier lugar y no querían que los interrumpieran.
Ji Yong se sentía agradecido y conmovido por las muestras de cariño de los demás integrantes del grupo. Reconocía que había comido una buena cena y la conversación era muy divertida. Incluso habían puesto su pequeño grano de arena dándole pequeños regalos. Precisamente ahora estaba terminando de abrirlos.
-Gracias por los regalos. No tenían que molestarse- con una sonrisa en la boca les agradeció en forma general.
-¡¡Es lo menos que podíamos hacer por nuestro hyung que genialmente escribió una canción exitosa!!- el maknae como siempre se dignaba en dar alabanzas al líder. Todos rieron un poco, pero sabían que esta vez SeungRi había dicho algo cierto- Además no somos como otros que ponen sus regalos como secreto de estado- el menor del grupo lo decía por alguien en particular.
-¿Lo dices por mí, maknae?- con su voz gruesa y ronca el mayor del grupo le respondió enarcando una ceja- Hay un término llamado privacidad y yo hago lo que quiero- le miró seriamente haciendo que la valentía de SeungRi se achicara un poco, su hyung daba unas miradas que daban miedo- ¿Algún problema?
-Noo...- rápidamente le contestó. Ganándose un gesto burlón por parte de Young Bae y Daesung- Solo que a veces eres muy reservado. No importa así eres. No hay problema, hyung.
Al final todos rompieron a reír, incluso SeungRi sabía que tenía todas las de perder… solo por esta vez se negó hacer su típico puchero o fruncir el ceño como lo hacía normalmente. Así la velada pasaba agradablemente y para cualquier oyente que se dignara pasar por ahí, hubiesen pensando lo mismo. En un momento en que todos estaban distraído, Seung hizo un acto de valor y se acercó al líder del grupo.
-Ji Yong… ¿podemos perdernos por ahí?- el menor que al principio le había tomado desprevenido la voz del mayor. Asintió con la cabeza.
No le parecía mala idea caminar un rato con el más grande. No era extraño, la amistad que los unía era muy fuerte y más desde que la ex de Seung le había dejado cuando estaban por cumplir casi un año de debutados. De solo recordarlo se molestaba. Era mejor que estirara sus piernas en una caminata nocturna, antes de descansar completamente en su departamento, pues al día siguiente tenían que levantarse temprano. Para cumplir el deseo de su hyung tenía que despacharlos a los demás y decidió hacerlo, incluso las cosas estaban a su favor ya que era medianamente tarde. Dentro de una hora seria medianoche.
-Vayan avanzando. Yo saldré a caminar con hyung. Ya es tarde y tienen que descansar- habló en tono un poco autoritario.
-Pero…- SeungRi empezaba a quejarse, pero la mirada de advertencia de Ji Yong lo silenció por completo.
-No te preocupes, bro. Nosotros nos adelantaremos- Young Bae hizo su acto de intervención hablando en modo de apoyo a su mejor amigo.
-Gracias y también gracias por organizar esto para mí. Asegúrense que SeungRi inmediatamente vaya a dormir y no se distraiga en otras cosas.
-Yo ayudaré a hyung. Puedes estar tranquilo- Daesung buscó serenar a su líder y lo pensaba cumplir. Era una ventaja que él y SeungRi compartían la misma habitación.
SeungRi frunció el ceño enojado, pero no osó en hablar más. Era mejor por hoy dejarlo así. Así que caminó junto con los demás en dirección al pequeño apartamento que tenían, no sin antes despedirse de ellos.
Al salir una pequeña brisa tocó el rostro de Ji Yong, él sonrió automáticamente. Era fresca, le gustaba. Miró de reojo a Seung Hyun mientras ponía sus manos en su pantalón. Parecía muy pensativo y esperó pacientemente a que hablara. Sus regalos los había dejado con Young Bae, es por eso que ahora tenía sus manos libres. Observó la noche, parecía sosegada, sin ningún rastro de algo que perturbara su paz. Ji Yong deseó en ese momento durara el más tiempo posible, no parecía nada agradable privar de las personas un momento de tranquilidad de las vidas atolondradas que llevaban. Es cierto, a veces vivían corriendo contra el tiempo y olvidaban pequeños detalles. Eso es lo que Ji Yong no quería olvidar a partir de hoy porque era consciente que su popularidad iba a subir y por ende, sus vidas se iban a convertir en una vorágine de horarios y presentaciones. No le estaba buscando una queja, solo quería mantener los pies muy fijos en la tierra.
-¿Ji Yong?- escuchó el eco de la voz del mayor y no pasó mucho para que se decidiera voltear a verlo emitiendo una sonrisa apacible.
-¿Qué, hyung?
-La cosa es esta….aishh no olvídalo. Creo que esto se ve raro- abruptamente Seung Hyun cortó su propio monólogo y se mostraba tímido. Aquello acrecentó más la curiosidad del menor y al verlo en esa faceta quería reír, pero se controló. ¿Qué pasaba por la cabeza de su hyung?
-¿Me podrías explicar, Seung? Porque no te entiendo nada- aún con una sonrisa le invitaba a sincerarse con él.
-Sé que tengo que darte tu regalo… pero me acabo de dar cuenta que es fuera de lugar- a una velocidad impresionante le explicó el motivo de su tormento, a Ji Yong le había costado seguirle, pero lo hizo.
-Ahh… ¿así que se trata de eso? ¿Tan malo es?- él sin dudarlo se echó a reír un poco. Seung se removió un poco sus cabellos, avergonzado.
-¿Malo? Se podría decir…..- estaba dudoso.
-Yo soy el que recibiré el regalo. Así que… ya diré si tienes razón o no. ¡Vamos!- Ji Yong extendió su mano y levantando un poco sus dedos esperó a que Seung Hyun le diese el regalo- ¡Dámelo! No puede ser tan malo…
-Pero… pero…-el mayor aún se mostraba inseguro mientras palpaba su bolsillo derecho.
-¿Lo tienes ahí?- la pregunta salió automáticamente de los labios de Ji Yong. Ni dio el tiempo a Seung para responderle. Solo se limitó a acercarse a pasos rápidos y sacar lo que sea que tenía en el bolsillo.
Cuando Seung Hyun quiso impedirlo, ya era demasiado tarde. Su rostro se tiñó levemente de rosado y un líder sorprendido miraba lo que tenía en su mano. Las palabras que había planeado decir, fueron interrumpidas por él mismo.
-Ya te dije. No puede ser tan….- el menor se dio cuenta de lo que sostenía en la mano. Era una cajita negra sencilla y elegante. Se notaba el buen gusto de la persona, pero… imaginar lo que había adentro y sabía perfectamente que había, porque que de plano… que era alguna joya… le había hecho quedar sin palabras.
Miraba aquello objeto con curiosidad y saber que había recibido un regalo así de parte de su hyung, le había tomado por sorpresa. No se atrevía a abrirlo, hasta que se atrevió a alzar la tapa. En ese momento Seung Hyun eligió hablar aún algo abochornado mientras se rascaba la cabeza.
-Este… es un anillo- y efectivamente lo era. Ji Yong al abrir la tapa vislumbró aquella joya. Aún se mantenía mudo- Era mi manera de agradecerte… tu apoyo estos años. ¿Es raro, no?- Seung Hyun rió nervioso.
-¿De dónde sacaste para eso?- apenas Ji Yong musitó aquellas palabras aún en estado de shock. Le gustaba el regalo, es cierto…pero su curiosidad lo estaba matando y por ello la verbalizó.
-Ahh… ¿eso?-Seung Hyun aún estaba cohibido- Estuve ahorrando durante tiempo, era dinero con el que no sabía qué hacer y se me ocurrió esto. No es oro, no te preocupes- el menor mientras tanto sacaba el anillo y lo examinaba- Solo está bañado en oro. Tal vez dentro de unos años podremos permitirnos ese tipo de lujos.
Enseguida calló, esperando la respuesta de su líder. Tal vez se había pasado demasiado, es que él estaba agradecido por todo lo que Ji Yong había hecho durante los años que convivían, desde el pre-debut Ji Yong como un amigo fiel había estado ahí. Era afortunado y a la vez agradecía a los cielos tener un amigo así. Era todo lo que podía pedir de un mejor amigo. Ji Yong, nuevamente se había vuelto a quedar sin palabras, no por lo que le había dicho el mayor, si no por la inscripción que había encontrada grabada en el anillo.
“Gracias por ser mi más fiel compañero. Con amor, Turtle”
Se sentía realmente conmovido Seung Hyun había revuelto algo en su interior, era extraño y a la vez agradable. En ese momento supo que su hyung era alguien demasiado especial y a la vez importante en su vida. Tal vez era raro, pero Seung Hyun era la clase de persona que transmitía sus sentimientos de la manera más pura que podía. ¿Le había tomado desprevenido? Sí. ¿Le sorprendía que fuese así? No. Acto seguido se echó a reír alegremente causando confusión en el más grande.
-¿Qué pasa?- tenía una perfecta cara de poker, que Ji Yong sabía que no era más que cara en estado bingu. Lo que le hizo reír un poco más… hasta que se calmó.
-De lo sorprendido que estoy- naturalmente Ji Yong le respondió- No te preocupes, hyung. Ha sido algo muy bonito de tu parte.
-¿De verdad?- preguntó Seung Hyun. Realmente aquella respuesta no se la esperaba.
-Sí. De verdad. Deberías dejar de ser inseguro, hyung- Ji Yong haciendo gala de burla y reproche a la vez le habló a su hyung- Ahora… ¿nos vamos?
- De acuerdo- al mayor se le había pasado la vergüenza y ahora se comportaba normalmente. Parecía que si había acertado en su regalo para su mejor amigo.
-Oye, Seung. ¿Sabías que te ves genial aún siendo tímido?- Ji Yong empezó rápidamente a parlotear feliz de la vida- Sigues siendo un genial, hyung.
-¿En serio?- Seung le seguía el juego. No creía mucho lo que decía Ji Yong por más que le repitiese miles de veces.
-¿Quieres una lista?- el mencionado enarcó una ceja- Mira….
Mientras Ji Yong hablaba por dentro pensaba que había recibido el regalo más valioso en este cumpleaños, no lo decía porque era algo caro para los estándares de ellos. Lo decía por el significado especial del mismo y sabía muy bien que su manera de pensar era muy acertada. ¡Vaya que nunca se acostumbraría a las sorpresas que le pudiera deparar su mejor amigo!
FIN DEL FLASHBACK
Aún conservaba aquel anillo, lo utilizaba en pocas ocasiones y podrían ser contadas con sus dedos. Se había mostrado receloso mostrar aquel anillo al mundo, aunque a veces pasaba como oro. La argolla era uno de sus más preciados tesoros que tenía en su vida. Podría ser que Seung Hyun le diera el regalo en una época de amistad, pero aún estaba la altura de todos los regalos que había recibido del mayor siendo novios. No importaba de qué tiempo fuera, las cosas recibidas de su hyun eran sagradas por el valor sentimental, no material. Maldito Seung Hyun y sus detalles románticos, se rió entre dientes y siguió mirando la ventana mientras el avión despegaba. No sabía en qué momento…. pero se entregó a los brazos de Morfeo y si cualquier persona pasara por su lado vería que Kwon Ji Yong dormía con una sonrisa en su rostro y daba un aspecto encantador.
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Un castaño peliazul corría, corría, corría, como si la vida se le fuera en ello y todo porque no había podido esperar más al ascensor. Incluso lo primero que había hecho ni bien pisó Corea, era postear la imagen de un like en Instagram que hizo hace mucho tiempo: “Tómame soy tuyo” ¡¡Necesitaba verlo ya!! ¡¡Y no iba a esperar diez minutos para eso!! ¡¡Ni loco!! Se moriría ahí mismo. Así que hizo una de las cosas más estúpidas de su vida, subir las escaleras hasta al menos llegar a uno de los últimos pisos del complejo de apartamentos. ¡¡Como detestaba con toda su alma, haber escogido un departamento tan arriba!! No importaba, no era el momento de lamentarlo porque una palabra se había manifestado en su mente: Privacidad. El año anterior se había mudado dos veces, a la única persona que le había permitido el acceso era a Seung Hyun, ni Young Bae podía pisar su departamento sin un permiso especial. Lo había tenido que hacer debido a las malditas sasaengs. De solo recordarlo se estremecía. Paró por un momento y vio que estaba en el cuarto piso recién, supo que no iba a durar mucho corriendo y más con su tan querido bolso rojo que llevaba. Así que entró a ese piso por una de las puertas de emergencia y se colocó directo frente al ascensor. Definitivamente Seung Hyun le hacía perder la cabeza. No espero mucho y enseguida las puertas se abrieron. Entrando como torbellino y presionando el piso que le correspondía.
Las puertas se abrieron. Como una bala… Ji Yong entró a su piso. La ventaja de ese lugar era que por ser esa parte del edificio resultaba ser de carácter más privado y tenía todo el piso completo para él. Llegó a su puerta y tecleó su nueva clave, cada mes la cambiaba por precaución. Hizo el primer intento y fue desastroso. ¡Había marcado mal! ¡Los nervios le traicionaban cuando más lo necesitaba! Contuvo un grito de frustración y respiró tranquilo. Volvió a introducir la clave y estaba si acertó. De un tirón abrió aquella puerta metálica y se introdujo dentro de su departamento. Ahí en el pequeño pasillo que había tiró su bolso y más al ver al causante de todo esto al final del corredor.
Seung Hyun tenía una sonrisa para él y veía que sus ojos brillaban divertidos, le había visto tirar su bolso. Él como siempre se sonrojó, sentía que la sangre se le había subido por completo a su rostro, al ver esos ojos provocadores no pudo aguantarlo más. Solo se había paralizado por un segundo y corrió hacia el pelinegro, saltando de improviso y enrollando sus piernas en la cintura de él. Bajo la mirada sorprendida de Seung Hyun, terminó de rodear fuertemente sus brazos a su cuello y sin dejar que hable, le estampó el beso más duro y caliente que había dado en su vida. De frente había introducido su lengua en la boca del mayor y este al verse sumergido en ese mar de sensaciones placenteras le siguió el ritmo rápidamente. Ambos exploraban sus bocas como si fuera la cosa más exquisita que había en el mundo, se reconocían como dos viejos amantes que no se saciaban del uno al otro. Buscaban hasta llegar a lo más profundo se sus bocas. Se devoraban el uno al otro y el placer nublaba sus sentidos por completo. Mientras Ji Yong se movía un poco de arriba abajo, siendo a Seung Hyun difícil de mantener la estabilidad para que ambos no terminasen cayéndose. El castaño peliazul inconscientemente había retirado los brazos del cuello del mayor y ahora removía los cabellos del pelinegro jalándolos con desesperación, como si eso fuera a permitir que pudiera ir más profundo… más de lo que habían alcanzado.
-Hmmm…-un sonoro gemido sacó a Ji Yong de esquemas. El sonido más ronco y sexy del mundo para él, lo había encendido por completo.
Haciéndole gemir a continuación, pero no dejó que aquello interrumpiera el beso que se había tornado más húmedo y excitante para ellos dos. Sentía que sus labios le ardían y aún así no le dejó de besarlo. Succionó hábilmente su labio inferior, retirando su lengua de la cavidad de su novio y escuchó un ligero gruñido de Seung Hyun al verse abandonado de sentir la calidez de aquel músculo invadiendo su boca. Aquello le hizo sonreír con satisfacción en medio de lo que hacía. Aprovechando los últimos minutos que le quedaba, nuevamente lo besó con fiereza y Seung Hyun sintió que todo volvía a la normalidad. No importaba que por las comisuras de sus labios se escurriera hilos de saliva y que sintieran que sus labios se partieran en miles de fragmentos. Ellos se necesitaban mutuamente, era un ósculo tan desesperado, desmedido, apasionado y que rompía todas las barreras de lo imposible. Solo así podrían calmar sus ansias, aunque sabían que no las aplacarían por completo. Sus corazones latían acelerados al unísono, como si fueran uno solo y aquel pequeño fenómeno era mágico. Sus cuerpos estaban muy pegados pese a la posición en la que se encontraban. Unas gotas de sudor empezaban a surcar la frente del rubio y era algo tan inaudito y a la vez sensual, se encontraban solo en los preliminares y su cuerpo ya reaccionaba de esa manera. Sentía que moriría ahí mismo de tanto placer mientras refregaba su miembro completamente despierto en el abdomen de su novio. Seung Hyun estrujaba su trasero con ansias, ya no lo sostenía de los muslos, si no aquella parte de la fisonomía del menor, que había tenido el placer de tenerlo para él incontable veces y Ji Yong gemía tan ruidosamente cada vez que sentía aquella manos grande de su hyung lo cogían con una maestría cabal. Esas manos que habían recorrido todo su cuerpo siempre con delicadeza y le hacía temblar de tanto deleite. El calor del momento los envolvían por completo hasta que se podría pensar que tenían fiebre hasta que sintieron que sus pulmones necesitaban aire y no podían alargarlo, por más que quisieran y por consiguiente unos segundos después rompieron aquel beso.
-Fue…. fa.. buloso- con la voz entrecortada Ji Yong se las arregló para pronunciar ese par de palabras.
-Te deseo- con la lujuria impregnada en su voz el rapero le respondió. Tenía las pupilas delatadas. Sus ojos se habían vuelto completamente oscuros.
No esperó más. No sabía si podrían llegar a la habitación a tiempo, pero lanzó a Ji Yong contra la pared y comenzó besarlo desde las comisuras de sus labios, para luego ávidamente succionar por debajo de su lóbulo de la derecha. Ji Yong jadeó en respuesta a aquel roces, automáticamente extendió su cuello para darle más acceso a su hyung. Seung Hyun no se hizo de rogar chupó hábilmente su lóbulo como si fuera un lollipop demasiado atrayente, tal vez debería considerarse pecado ser adicto a Ji Yong. Al descender nuevamente por debajo del lóbulo de la oreja, no pudo evitar morderlo. Sabía que Ji Yong no tenía nada programado hasta el evento de Hong Kong por lo que en unos tres días quizá la marca bajara de intensidad. Le gustaba hacerlo suyo y reclamarlo como suyo. Esa parte que marcaba era la parte favorita de la anatomía del menor que le gustaba porque ahí se encontraba la esencia de él y eso a Seung Hyun le volvía loco. Podía sentir como Ji Yong temblaba en sus brazos y gemía una sarta de incoherencias. Pasaba sus manos por los contornos laterales de los muslos de Ji Yong y los apretaba mientras se ocupaba de su cuello.
-Ahí… mierda… hmmm….ahhh- escuchó algunas palabras de Ji Yong, este le removía más el cabello y prácticamente obligaba a tener su cabeza enterrada en el cuello de él.
Le apretaba más contra él mismo, que ya no toleraba el calor que sentía. Tan insoportable se había vuelto. Un gruñido involuntario salió de los labios de él. Quería restregar su hombría en el menor. Se sentía demasiado caliente, quería entrar en él. La excitación le recorría por la venas y a trompicones le dirigió al cuarto de Ji Yong. Sabía de memoria dónde quedaba mientras le dio otro beso húmedo, pero esta vez se mordían, se succionaban y gemían como posesos.
-Ahhh…
-Hmmm….
Aquellos sonidos que empezaron a llenar el departamento eran celestiales para ambos. Hasta que Seung Hyun tuvo que dejar de estrujar una de las nalgas del menor para entrar a la habitación y en medio de vueltas…. llegaron a la cama, expectante de lo que anticipaban del uno al otro. Seung Hyun se deleitó por un momento con la vista de Ji Yong. Su rostro se encontraba totalmente sonrojado, sus labios hinchados de tanto usarlos, respiraba fuertemente y sobre todo le miraba con un anhelo determinante. El pelinegro le desnudó con la mirada, le recorrió entero su cuerpo sin tocarlo. Ji Yong se estremeció ante ello y nuevamente empezó a jadear. Se dio cuenta que su miembro estaba demasiado duro y le dolía un infierno. Estaba muy tentado a masturbarse ahí mismo. Seung Hyun había notado el órgano despierto del menor y saber que él lo había causado le complacía de sobremanera. De un tirón se quitó el sweater delgado que llevaba puesto y que hacían notar los marcados pectorales que tenía, eso era gracias a que hacía ejercicios diarios y a la película que se encontraba filmando. Ji Yong se mordió los labios ante la visión, no podía resistirlo más. Al diablo todo y prácticamente se abalanzó sobre Seung Hyun jalándolo hacia él y besándolo otra vez de una manera avasalladora, aún le dolía su miembro, pero el beso le distraía. A pesar que su cuerpo empezaba a sentir un poco de espasmos de placer. Bajó una de sus manos y con una rapidez introdujo su mano en los pantalones de su novio. Al sentir el caliente y enorme miembro de Seung Hyun en sus manos no pudo evitar soltar un gutural gemido. Seguro que se había oído en todo el departamento. Le agradó comprobar que él también estaba excitado, pero quería llevarlo al límite, quería que su miembro quedara completamente hinchado y despierto como el de él.
Seung Hyun al sentir aquella intromisión dejó de apretarse contra Ji Yong descaradamente y pasar sus manos por el contorno de su estilizado cuerpo.
-Ahmrmm….- un jadeo profundo y ronco salió de sus labios. Dejó de besarlo de inmediato, sentía que el menor quería torturarlo. Le quería hacer perder la sensatez por completo. Ante un sorprendido Ji Yong, gruñó. El menor rápidamente se recuperó de la impresión, con una mirada lujuriosa y juguetona apretó más su falo. Se mordía los labios como si estuviera disfrutando de ello. Seung Hyun mandó al tacho todo lo que le quedaba de juicio- No- volvió a gruñir con fiereza.
Separó el brazo restante de su cuello, luego cogió la otra muñeca de Ji Yong… sacando la mano del menor de su miembro y lo tiró a la cama.
-Has sido… mal chico, Yongie- se acercó a él y sensualmente le susurró a su oído.
-Soy malo, Hyunnie- el menor le devolvió la jugada mientras le mordía el lóbulo de la oreja.
Seung Hyun se alejó rápidamente de él. Descaradamente y descomunalmente con una mirada demasiada intensa para sobrevivir ante ella cualquier persona se dignó en mirar a Ji Yong. Este tembló fuertemente y el pelinegro de un tirón le quitó los pantalones que el menor llevaba. Teniendo a su merced en ropa interior al castaño peliazul completamente a su disposición. Estuvo tentado a quitarle la última barrera con su boca, pero no lo hizo. Su necesidad pudo más, ágilmente quitó el bóxer con su manos. Al ver que su Jiyongie estaba completamente despierto, se acercó hacia él, a la altura de su miembro y sin previo aviso, mientras Ji Yong le miraba con sus enormes ojos marrones, metió toda su boca al falo del menor. Empezó a chuparlo. Le gustaba sentir el miembro caliente de su novio en su boca, era tan excitante, era tan insano disfrutar de él. Ji Yong sintió contraerse su cuerpo en un espasmo muy fuerte, sentía que sus piernas se habían convertido en gelatina y que se le nublaba la vista. Rápidamente puso sus manos en la cabeza de Seung Hyun e hizo que su boca se adentrara más a su órgano, que palpitaba fuertemente ante tal grado de excitación. El pelinegro no se sorprendió, más bien agradecía ese gesto y con más ganas siguió succionando, al sentir aquel órgano viril casi rozando su garganta.
-Ahjhñlmm….- el menor empezó nuevamente a decir incoherencias, mientras gemía una y otra vez. Eso era más estímulo para Seung Hyun. Hasta que Seung Hyun mordió un poco con su dientes su falo y aquello fue un akill en toda reglar para Ji Yong, quién empezó a gritar desesperado- MI AMOR…. AHÍ…. AHÍ…. ME HACES SENTIR TAN BIEN…. hhmm
El rapero no se limitó a eso. Era tan placentero tener a Ji Yong así y subió sus manos hasta los testículos del más pequeño, en segundos empezó a masturbarlo con sus propias manos. Aquello era demasiado para Ji Yong sentía que temblaba una y otra vez, a este punto ya no veía nada más.
-SEUNGG- un grito bestial salió de los labios de Ji Yong. Era una suerte que el departamento era insonorizado, si no todo el edificio hubiese escuchado sus gritos- ¡¡MIERDA!!
Ya estaba empezando a lagrimear de tanto deleite. El mayor aceleró más el proceso, ya no soportaba ese fuego que sentía en todo su cuerpo. Ya sentía restos de el líquido seminal, tal como lo deseó en poco minutos Ji Yong soltó su esencia gritando como un loco desesperado, temblando continuamente y él por consecuencia tragando la esencia de su novio. Sabía tan condenadamente bien como Ji Yong, con su lengua pasó los restos del líquido alrededor de su boca. Mientras observaba como Ji Yong ya se tranquilizaba poco a poco y él veía como se limpiaba. Pasó su dedo debajo de su comisura y lo chupó delante del menor.
-Sabes tan bien, Ji- con la voz más ronca que lo normal habló y aquella imagen tan arrebatadoramente sexy para Ji Yong fue un colapso mental para él. No pudo soportarlo más.
Se arrodilló inmediatamente, aún con sus piernas temblando desastrosamente y se sitúo a la altura de Seung Hyun, este también estaba arrodillado. Ji Yong se quitó su polo. Una vez terminado de hacerlo, siendo experimentado en hacer sentir bien a su hyung, sus manos viajaron hasta la pretina de su pantalón y lo desabrochó. Bajándolo a la mitad.
-Quítatelo todo, hyung- Ji Yong habló con la voz ahogada del tanto gritar y a la vez tan malditamente sexy que eso fue gloria para los oídos de Seung Hyun.
Este ni corto ni perezoso se paró y se terminó de quitar su pantalones, solo utilizó sus propios pies, la prenda terminó tirada en el suelo como debería ser.
-¿Sigo?- con una sonrisa ladina y enarcando su ceja de una manera encantadora preguntó.
-No- gruñó Ji Yong- De lo demás me encargo yo.
El menor caminó más, aún estaba arrodillado a la cabecera de la cama y jaló con una mano a Seung Hyun ante él. El mayor terminó encima de él, inevitablemente se volvieron a besar disfrutando el más pequeño su propia esencia de la boca de Seung Hyun, le parecía tan delicioso y tan deleitable el ósculo que se daban, era tan lento y a la vez tan húmedo que sentía que todo en él se volvía a despertar, pero él no quería eso, así que hábilmente giró quedando encima de Seung Hyun. Interrumpió aquel beso e hizo un camino de ellos, pasando por las mejillas hasta llegar hacia la oreja del mayor.
-El cielo no es nada con lo que te haré, Seung- habló entrecortadamente y lascivamente hacia su hyung.
Seung Hyun se excitó más, miles de corrientes eléctricas sintió en todo su cuerpo. El menor dispuesto a cumplir su palabra. Empezó a lamer todo la extensión del cuello de Seung Hyun, este empezó a gemir con esa voz tan ronca y sexy tan suya. Sentir la punta de la lengua de Ji Yong que hacía círculos y le recorría todo sin ningún pudor era algo tan malditamente sensual. Ji Yong se encendía cada vez más con los gemidos pecaminosos de Seung. Le gustaba el hecho de escucharlo solo él, tanto así, que estaba tentado a grabarlo para poder escucharlo cuando se le diese la gana y así poder excitarse en privado. Sutilmente fue bajando poco a poco, dejando mordiscos y chupetones a su paso hasta que llegó a sus pezones. Los pellizcó, mordió y succionó tanto como podía. No se cansaba de hacerlo.
-Ji Yong- el pelinegro gruñó excitado. No podía contenerse más, sentía que se correría ahí mismo si el menor seguía así.
Rodeó sus manos largas hacia el trasero de él y no hizo más que apretujarlo, como si ello fuera a calmarlo. Ji Yong gemía entre cada mordisco y beso que le daba su hyung. Seguía trazando su camino hasta llegar a la altura de su ombligo. Ahí chupó y aspiró fuertemente causando estragos en el mayor, que gemía más y más sin parar. Estaba dispuesto a seguir con aquel órgano viril tan grande y que con solo verlo, se excitaba. No podía creer que eso, entraba en él perfectamente y era jodidamente como sentirse más allá del cielo. Seung Hyun al saber sus intenciones, jaló sus cabellos y le obligó a mirarlo.
-No- dijo cegado completamente por la lujuria.
Ji Yong no tuvo tiempo de formular un: ¿Por qué? , debido a que Seung Hyun inusitadamente le volteó haciendo uso de sus torneados brazos, quedando el mayor encima de él. Este se acercó a su oreja con un brillo, determinación y unos ojos completamente negros, que lo arrastraban profundamente hacia él. No podía dejar de mirarlo embelesado y a la vez estremecerse por eso, sin embargo cuando sintió su aliento rozar en su oído, una descarga eléctrica salió por su espina dorsal. Jadeó profundamente.
-Quiero hacerte gritar de todas las formas humanamente posibles, Ji Yong- el mayor le habló delicadamente y a la vez con esa excitación que lo hizo estremecerse de nuevo. Automáticamente sintió miles de descargas en su espina dorsal.
-¿Y entonces qué esperas?- preguntó contraatacándolo. Por más que temblaba, había determinación y expectación en su mirada- Tómame, soy tuyo- le susurró en su oreja mientras sentía la respiración agitada de Seung Hyun en su lóbulo- Soy infinitamente tuyo-volvió a rectificar.
Eso era todo lo que Seung Hyun necesitaba saber, se apartó de Ji Yong y tomó su rostro entre sus manos. Sentía las mejillas del castaño peliazul cálidas, debido a que estaba sonrojado. A pesar de que la lujuria estaba completamente apoderándose de él. No olvidaba lo que sentía por Ji Yong y con una mirada dulce le transmitió todo el amor que sentía por él, incluso no bastaba una vida para ello. El menor al sentir esa mirada tan cálida, que era capaz de derretir al mismísimo sol, se sonrojó más si era posible. Le llenaba en todo los sentidos y traspasaba su alma. Seung solía ser romántico y tenía detalles, que lo hacía amarlo más. Le devolvió la mirada con la misma intensidad diciéndole que sentía lo mismo por él. Él estaba con Seung hasta la muerte y el mayor lo sabía.
No esperó más. Seung Hyun se quitó, él mismo, su ropa interior y ahora se hallaba en la misma condición que Ji Yong. Ambos desnudos frente al otro, listos para ver las estrellas. Ji Yong impulsivamente, en un claro arrebato al ver a Seung Hyun de esa manera frente a él y comiéndose con la mirada al mayor, abrió sus piernas sugestivamente hacia él. Dejando expuesta su entrada. Se lamió los labios inconscientemente al ver el miembro de Seung Hyun. Lo miró y vio que él tenía los mismos pensamientos que él. El rapero al tener la entrada rosada de su novio a su vista, quiso inmediatamente estar en él y saciarse de él, de la miles de formas que sabía, pero haciendo gala de su autocontrol introdujo su dedo y empezó a moverlo en círculos. Ji Yong gemía, no le había dolido el contacto… hace mucho tiempo que su entrada estaba un poco dilatada. Todo era gracias a que el mayor se había encargado de hacerle sentir demasiado bien. Viendo que Ji Yong reaccionaba sin que su rostro tuviera rastros de dolor o incomodidad, decidió introducir otro dedo y empezó a moverlo en su cavidad con naturalidad hasta que dio en su punto dulce.
-AHÍ… AHH… SEUNG-gritó al sentirse placenteramente bien, había tocado su punto erógeno- ¡QUIERO MÁS! AHMMM…- gemía desastrosamente y no le importaba.
Aprovechando que la mente del menor estaba en otro lado, introdujo un tercer dedo y simuló penetraciones mientras apuntaba el punto que Ji Yong le había dicho. Ji Yong se sintió un poco incomodo al inicio, pero luego se dejo llevar por la dicha de sentir miles de cosas indescriptibles solo por los dedos del mayor. Tenía los ojos completamente cerrados, finas gotas de sudor se deslizaban por su delicado cuerpo y su espalda se arqueaba al cada vez que Seung Hyun llegaba a él. Era tan intenso lo que sentía. Ahora tenía la necesidad de tener al mayor dentro de él, no aguantaba tanto dulce y extenuante martirio. Quería que lo llevara hacia al más allá, sentirlo hasta lo más profundo de sus entrañas.
Hasta que Seung Hyun sin previo aviso se posicionó y de una sola estocada se introdujo en él.
-Ahhh…. –Seung Hyun gimió ante el contacto con la cavidad el menor. Es lo que estaba esperando hace mucho.
-Hmmm… ahhh… - el líder gritó. Seung Hyun se propuso a empezar lento, pero Ji Yong le ganó la partida. Con sus manos cogió su trasero y lo impulsó más adentro de él- JODER…..HMMMM…- las incoherencias y las malas palabras que salían de Ji Yong eran incontables- ME ENCANTA TU TRASERO, HYUNG.
Al verlo tan encendido a su novio y más cuando este rodeó las piernas en su cintura para que le diera más acceso, salvajemente empezó a penetrarlo. Era tan bárbaro lo que hacía, pero ambos lo gozaban como si se les fuera la vida en ello.
-DAME MÁS MI AMOR, DAME MÁS…- sonaba como un loco, pero Ji Yong quería sentir más placer. No se conformaba con ello.
-ERES TAN ESTRECHO YONGIE… AHMMMM…- Seung Hyun se deleitaba con las penetraciones- ME ENCANTAS.
-AHH…. QUIERO PERDER LA CORDURA CON ….TIGO. ¡¡JODER!!- nada parecía suficiente por lo que el menor puso sus manos en el cuello y mordió los hombros de Seung Hyun en intervalos mientras gemía, lo apretaba más contra sí mismo, no le importaba si se lastimaba.
-¿QUIERES QUE…. AHH… TE ROMPA? ¡DÍMELO!
-SÍ, HAZLO. ¡¡PÁRTEME. PÁRTEME!!
-ME VUELVES LOCO… LOCO- la voz tan ronca del mayor pese a que gritaba era descomunalmente excitante que Ji Yong ya no sabía qué hacer.
Siguió dando embestidas certeras y cada vez más profundas hasta que ambos sintieron que iban a llegar al límite. Ellos temblaban, disfrutaban y sobre todo no se contenían en gritar, muchas veces eran incoherencias.
-ME VOY… DERRÁMAME…- ya ni medía lo que decía. Ji Yong había perdido la cabeza desde hace mucho tiempo- AHH… SEUNG… AHMMM
-YO TAMBIÉN… CREO….- Seung como sea se las arregló para responderle mientras le masturbaba con destreza.
-AHHHHHHHH……
-AHHHHH……
El grito de ambos resonó fuertemente entre esas cuatro paredes, expulsando sus esencias al mismo tiempo. Ji Yong sintió como algo caliente llenaba su entrada y Seung sentía un líquido en su abdomen. Alcanzaron el clímax…. juntos y fue tan mágico, por un momento todo fue blanco. Jadearon nuevamente. Sus corazones volvían al latir acelerados, haciendo una hermosa melodía. El cuerpo de Ji Yong temblaba en fuertes espasmos, al igual de que Seung Hyun. Respiraban entrecortadamente. El menor expulsaba finas lágrimas de sus ojos. Todo había sido malditamente perfecto. Seung Hyun puso su frente con la de Ji Yong, mientras descansaba un poco, después de las sensaciones fuertes que habían vivido. Los raperos tenían unas sonrisas en sus rostros mientras en sus ojos se reflejaban las miradas del uno del otro. No había necesidad de palabras, estaban de más. El pelinegro le dio un casto y dulce beso en sus labios, Ji Yong lo recibió con gusto. En ese momento se sentía el hombre más amado del mundo. Seung Hyun era su mundo y seguro que él era el del mayor. Aún respiraban entrecortadamente hasta que sus respiraciones se estabilizaron.
Con el pesar de ambos, Seung Hyun retiró su miembro de la entrada de Ji Yong y se posicionó a su lado, cubrió con el edredón a ambos y lo abrazó. Puso sus manos posesivamente detrás de la espalda del menor, a la altura de la cintura. Ji Yong se acurrucó entre sus fuertes brazos y sonreía con todo el corazón. Podía escuchar los latidos de Seung Hyun y pudo constatar que nada se comparaba a la belleza de ser afortunado al escucharlo. Era su sonido favorito en el mundo.
-¡Qué buena bienvenida he recibido de ti!- pícaramente el mayor pronunció. Fue el primero en romper el silencio.
-¡Babo!- Ji Yong rió alegremente- Todo es culpa tuya- hizo un puchero adorable- Te extrañaba mucho, Hyunnie.
-Yo también. Te extraño mucho, Yongie- le respondió con una sonrisa. Le parecía adorable cuando Ji Yong se ponía de esa manera.
-Entonces… ¿por qué no me dijiste eso en el chat?-el menor le regañó. Lo que hizo reír a Seung- ¡idiota!
-Porque sabía que me pondría hablar contigo y quería que descansaras- Seung le contestó- Aunque me moría por hacerlo. Fue difícil. Contigo todo es difícil y fácil la vez.
-¿Sabes… pusieron un muñeco tuyo en el evento de Fukuoka?- Ji Yong rió al recordarle- He salido un poco beneficiado con eso.
-Me enteré del muñeco y de todo lo que le hiciste. ¿Debería estar celoso?- Seung Hyun enarcó una ceja.
-Nada se comparaba con el real. Te prefiero a ti antes que todo el mundo- Ji Yong sonrió.
-Más te vale.
-Sabes que lo que te dije es cierto- el pelinegro sonrió en respuesta- Seung, me estoy cansando de que siempre nos tengamos que esconder.
-No eres el único que lo piensa, Ji Yong…. pero tendríamos que hablarlo. Ya habrá tiempo para eso. Deberíamos descansar- Seung Hyun lo estrechó más entre sus brazos.
-¿Tienes miedo que me lastimen, cierto?
-Sí- habló Seung con tono serio- No quiero que lo hagan.
-Ya estamos en mode on protector de Ji Yong número uno de la nación- el menor rió ante sus propias palabras y Seung Hyun rodó los ojos- Pero tienes razón. Ya lo hablaremos en su tiempo. Descansemos.
-Eso es una buena idea- rió entre dientes.
-Te amo, Seung.
-Te amo, Ji Yong.
Enseguida los párpados de ambos comenzaron a cerrarse lentamente cayendo en segundos en un profundo sueño. Estaban agotados, pero tenían la dicha de atesorar los momentos que pasaban juntos. Se amaban más que sus propias vidas. La vida les había enseñado un montón de cosas a lo largo de su relación. Eran dos piezas que encajaban a la perfección y verdaderamente encontrar un amor así, era un milagro. Ji Yong sabía que Seung Hyun era su todo y a la vez su nada porque con él se sentía completo y a la vez, sin él…todo sería un desastre. Seung Hyun sabía que Ji Yong era única persona en el mundo que le entendía completamente y que siempre le apoyaba, no había palabras exactas para explicar el cúmulo de emociones y sentimientos que le provocaba Ji Yong. Sabía que él iba proteger su amor hasta el fin de los días. El futuro de ellos era incierto, pero si una cosa sabía era que se mantendría a su lado pase lo que pase. Eran ellos contra el mundo y solo la muerte los separaría. Nadie más. Aquella magia llamada amor los mantenía en pie y sería así durante todos los días de sus vidas. Cada día sería la elección del uno del otro. La casa de ambos eran estar refugiados en los brazo del otro.