“¿En dónde puede estar metido en estos momentos?” pensaba un rubio de orbes azules, quien no se cansaba de dar tantas vueltas por todo el instituto en busca de una persona que se encontraba de celebración hoy. Claro que él era de las personas que no disfrutaba festejar sus cumpleaños, nos obstante su novio se encargaba de recordárselo cada vez que lo tenía al frente de él.
Aún así, Sasuke siempre se las ingeniaba para ocultársele esos días, y hoy 23 de Julio, era uno de esos días en la que el aludido se escondía para que su mejor amigo, y ahora novio, no tuviera la loca idea de celebrar su cumpleaños con todos sus amigos. ¿Cuáles eran las palabras correctas que tenía que utilizar para que de una vez por toda entendiera que no era de hacer fiesta? Pero no, cuando se trata de Naruto todo era imposible.
Uno de los escondites en la que se encontraba el azabache de orbes penetrantes, era la azotea; estaba completamente seguro de que no lo buscaría en ese lugar, puesto que el Uzumaki piensa que el Uchiha es una persona la cual disfruta de estar recostado en un árbol haciendo otra cosa que no fuera leer o simplemente ver las nubes que adorna el azulino cielo de cada mañana. Con las manos metidas en el bolsillo se mantenía sentado en esa reja de hierro, mientras que una de sus piernas se mantenía flexionada en el piso.
—Sólo espero a que termine la hora de clases, y después seré libre —suspiraba ese comentario, mientras que cerraba lentamente sus ojos.
Buscando tener la tranquilidad que hace unos minutos fue destruida, abrió repentinamente los ojos al saber que su teléfono celular estaba anunciando de cierto moreno que parecía no ceder a su propuesta, pero… no pensaba responderle, es más, dejaría que se fuera directamente para el buzón de voz para que pensara que había dejado el aparato en el apartamento.
—No pienso desistir a su propuesta —decía para sí mismo, mientras que sacaba el aparato de su bolsillo para bajar el tono. Con ello, quería al menos persuadir su llamada.
Demasiado tarde, en la puerta de la azotea se encontraba recostado en ella y con la respiración súper agitada, un azulino que parecía estar, no sólo aliviado, pero si complacido de haber encontrado a su pareja, porque si que conseguía admitir lo problemático que se volvía el albino cuando no deseaba hacer algo.
—H-Hasta que… p-por f-fin… d-doy contigo… teme… —titubeó, agitadamente.
—Eres sorprendente cuando se trata de ser insistente —comentó Sasuke con sarcasmo.
—No es momento de payasada, y contéstame lo que te pregunté esta mañana —pidió ya cansado de sus bromas.
—¿Cuántas veces tengo que decirte la misma respuesta? —Preguntó con ironía mientras que se levantaba del piso y se sacudía el pantalón—. No pienso asistir, y punto.
Nunca había pensando que la terquedad de una persona pudiese tener este tipo de niveles, y es que a ese joven nadie le gana. Suspiro nuevamente por el cansando que cuando se sentía con ánimos de estar levantado, se había topado con los penetrantes orbes de un Uchiha que se disponía a tomar su mentón con una de sus manos para acercarse, peligrosamente a los labios de su pareja.
—Para yo tener una fiesta de cumpleaños, prefiero pasar lo que me queda de noche contigo —relevó lo que realmente deseaba, viendo como esas morenas mejillas se tornaban a un notorio rubor.
Era muy extraño cuando se ponía así, y es que suele serlo solo cuando estaban los dos solos en su departamento, en el colegio era otra cosa, pero… como estaban en la azotea, pensaba que no serían molestado por nadie. Por eso es que tomaba este tipo de actitudes.
—N-No necesariamente tiene que ser así, sabes que podemos estar a solas después de festejar con los demás —seguía con su insistencia, viendo una arrogante sonrisa dibujarse en su rostro.
Algo no saldría bien después de esto, era lo que especulaba al verlo tomar uno de sus brazos para acorralarlo en la puerta que estaba siendo cerrada con fuerza. Ok, ya no sabía en qué estaba pensando Sasuke al hacer todo esto, pero ya estaba a punto de descubrirlo.
—Oye, dobe… —lo llamó con una tonalidad de voz, que erizaba su cuerpo de pie a cabeza.
—¿Q-Qué pasa, teme? —titubeaba la pregunta, con miedo a lo que fuese a decirle.
—¿Recuerda la apuesta que hicimos la semana pasada? —Preguntó a lo que obtuvo la afirmación del aludido—. Bien, pues esta noche cobraré mi premio.
Tragó hondo al mostrar los nervios que tenía de lo que haría. Por eso es que no debió apostar con él ese día, estaba completamente seguro de que le ganaría, mas no esperaba que Sasuke le hiciera trampa.
Ahora es que estaba por afrontar las consecuencias.
—E-Espera un m-momento… —pidió, ingeniándose un plan para zafarse de este “lío” —; y-ya cuadre con los chicos, no podemos hacerle esto.
—Oh sí que podemos, porque… en ningún momento dije que iríamos a nuestro departamento —sonreía cínicamente al saber que se le estaba intentando escapar.
—¿Ah no? ¿Y a dónde crees que iremos?
—Dejaría de ser sorpresa si te dijera —respondió alejándose de él para temer sus manos en los bolsillos.
El Uzumaki suspiró con alivio al saber que no intentaría hacer algo ahorita que se encontraban a solar, sin embargo, no se había percatado de cómo éste salía por la puerta, tomando camino hasta el estacionamiento de la institución.
—¡E-Espérame, teme! —gritaba el rubio, buscando alcanzarlo—. ¿Piensas saltarte la clase de Kakashi-sensei? —preguntó ya estando a su lado.
—Sí.
—Pero… tú no eres de hacer ese tipo de cosas, a menos de que la situación lo amerite.
Volvía a sonreír con esa misma arrogancia, dándole la razón a lo que estaba diciendo. Nuevamente estaba pasando un fuerte escalofrío por su columna vertebral, y es que tenía la ligera impresión de que él estaría involucrado en la “situación” que el Uchiha pensaba arreglar.
—Dilo de una vez, ¿qué estás tramando? —exigió histérico, aunque en realidad esta tratando de ocultar el miedo que sentía.
—El hecho de que seas mi novio, no quiere decir que tenga que decirte lo que voy a hacer —se excusó, saliendo a los exteriores del edificio.
—Eso no dice nada porque sigo teniendo el mismo derecho de saber lo que tramas —aunque eso parecía no tener ningún tipo de sentido, lo tomaba como uno de sus métodos para sacarle la información.
Arqueó una de sus cejas para mostrar la poca credibilidad que le tenía. Si que se volvía dobe en algunas ocasiones, por ello es que caminaba como si nada ya deseando poder irse del lugar.
—¡Sasuke! —Exclamó cansado de tanto silencio, posándose al frente de él para obstaculizar su paso—; me vas a decir lo que piensas hacer así te guste o no la idea.
—Bien, en la noche te lo diré —fue lo único que se atrevió a decirle mientras que iba de camino a su auto.
Ok. Eso fue rápido, pero… seguía teniendo la misma mala espina; por eso fue que decidió suspirar forzadamente a ver si con eso conseguía tranquilizarse, sin embargo, seguía manteniendo la misma duda.
Por lo que, no le había quedado de otra que esperar hasta la noche para saberlo. Aunque… algo muy dentro de él le decía, que Sasuke Uchiha tenía una idea de cómo pensaba celebrar su cumpleaños el día de hoy.