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Hard To Believe por aiko uchiha

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Notas del capitulo:

Aclaratoria: Todo escrito que sea subido aquí es de mi absoluta propiedad, pero que ha sido publicado en otro foro~

Here's to all the people who've been trying to keep me down

 

No era decir que se encontraba inquieto, más bien era confusión lo que tenía, pero era por el hecho de que aún le costaba entender el gran cambia en su vida de un tiempo para acá. Ahí es cuando se preguntaba el si había hecho bien el decirle que se quedará en su casa esa noche, no es que fueran a hacer cosas “decorosas” –aunque no se sabía si se hablaba de él–, pero… más que todo lo hacía, porque –de nuevo– necesitaba saber, así fuera para convencerse a sí mismo. Que se encontraba a su lado y no con otra persona, porque eso era lo que le enfadaba.

 

Akashi Seijuurou era bastante estricto con todo lo que hace, casi nadie sabía lo que sentía –o pasaba por su mente– ya que se encargaba de mantenerlo bien escondido en una faceta serena, una que también proporcionaba un deje de superioridad, en donde se convertía en un acertijo difícil de descifrar así pudiera hacer toda la trampa posible, y al mismo tiempo, conocer detalle por detalle todas las pistas que son entregadas; de todas maneras era el mismo lío ya que, por donde quiera que se vea, conocer los sentimientos –pensamiento– del capitán de la Generación de los Milagros se volvía algo tipo misión imposible uno, dos y tres unidos.

 

Ni siquiera para él mismo era comprensible la situación en la que se encontraba. Mucho menos cuando sabe que esto de tener pareja en algunas ocasiones podía llegar a ponerse pesada. Inclusive hubo un tiempo en el que se decía que darle tiempo a este tipo de cosas era absurdo, sobre todo cuando existían otras, mucho más importantes que éstas. Sobre todo si su pensar era bastante cerrado, y por supuesto, la falta de interés se hacía notar a leguas. Hay que admitirlo  nunca se creyó que el día en el que se comería sus propias palabras llegaría, pero… que de un día para otro –en sentido literal– las cosas diera un repentino giro de 180°, y eso que se mostraban en una perspectiva diferente; llevando una de sus manos blanquecinas hasta la cabellera azuleja del jugador que se encontraba rendido ante los brazos de Morfeo, éste presentaba algunos reflejos cuando dicho tacto se volvía lento al deslizarla, jugando en algunas ocasiones con unos que otros rebeldes mechones.

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… ¿Era necesario sentir este tipo de caricias como para darse cuenta  que estaba en una relación?

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No es que anduviera cuestionándose las acciones que ha tomado hasta ahora, pero… seguía sin acostumbrarse a esto. Sabía que desde hace dos semanas sus sentimientos hacía Tetsuya eran otros, y se los hizo saber luego de que ese entrenamiento acabará, en donde… al ser uno de los que practicaba después de que casi todo su equipo se fuera, lo hacía también porque consideraba unos cuantos pensamientos que rondaron durante todo este tiempo. Llegando hasta el punto en que, tenía que tomar todo el coraje, orgullo y supremacía que portaba para dar a conocer sus sentimientos.

 

Y sí que lo había utilizado, para como acabaron las cosas… mejor no le pudo salir el asunto.

 

Say what you mean and don't try to deceive me

 

Dribleaba el balón, bastante distraído que parecía una chica cuando comenzaba a dudar de lo que sentía y si estaba bien el desvelar todo lo que ha escondido por mucho tiempo; bueno, eso le sucedía a él, era cuestionable y bastante inquietante a la vez ya que Akashi y el amor nunca estuvieron juntas en una misma frase, mucho menos se iban de la mano así fuera uno de los sentimientos que más abundaran su mente. Se supone que la superioridad de ser el mejor y no perder en nada debía ser el que predominara, pero con ver que había un cambio de planes, se mantenía distraído con el balón que rebotaba en varias ocasiones su mano y piso de la cancha.

 

Confesarse no era uno de sus puntos más fuertes, y como ésta sería su primera vez… se limitará irse al grano y decir todo lo que conlleva. Será más sencillo de esa forma, ¿cierto? Bueno, su pensadera tuvo que irse para el caño, ya que se pudo escuchar el sonido de la puerta del gimnasio abrirse y de ello ver a un azulejo de mismo orbes acercarse con su misma inexpresión, pero ya con el uniforme del colegio puesto; había sido casi uno de los últimos en irse, y verlo ya vestido era una sorpresa para el tiempo que se había tomando. Aunque eso era lo de menos cuando tomaba con firmeza el balón que colocaba en la cesta metálica donde estaban las demás, y con sentir su presencia más cerca, se había virado hasta dar con esos orbes azul cielo, quienes confundidos se cuestionaban el por qué había sido llamado tan repentinamente.

 

—Gracias por venir Tetsuya… —prefiero iniciar para evitar incómodos momentos de silencio.
—Kise-kun me dijo que tenías algo importante que decirme, y que para ello no necesitas a los demás cerca.
—Cierto… y es mejor así, porque la verdad es que no me gustaría tener intrusos en nuestra conversación —afirmó con serenidad, mirando el aro de baloncesto por unos segundos, ya después los había desviado hasta dar con el rostro de su compañero.

 

Tenía un punto. Tener a alguien encima le molestase o mucho menos irritarle, pero tampoco tenía por qué ser una confesión pública, a fin de cuentas todo se sabrá más adelante, lo importante ahora es que Kuroko tuviera en mente lo que éste iba a decirle, y con volverse a mantener callado, ahora lo hacía pero ya con una consideración encima. No estaba seguro si primero hablaba para luego actuar, ahí sería tomarlo fuera de base más cuando la confusión va a estar de por medio, y si lo hacía viceversa prácticamente obtendría los ismo resultados. Ante ello, no pudo evitar negar con suavidad, como si estuviera diciéndose que mejor dejase que todo pasara fluidamente, si lo seguía pensando se le iría bastante rápido el tiempo, y precisamente hoy, no contaba mucho con ello.

 

Parpadeó unas dos veces para después mirar con su habitual serenidad, al jugador que seguía esperando por una respuesta, o que por lo menos le dijera lo que estaba sucediendo.

 

—Tetsuya, la razón por la cual te cité aquí, es para que supieras que desde hace un tiempo acá tengo una especie de atracción hacía ti —como lo estaba diciendo con serenidad, era obvio que el mencionado no entendía a qué se estaba refiriéndose.

 

Pensando que le tomaba el pelo, giraba sus orbes a un lado por unos cuantos segundos, nuevamente los había desviado hasta él, pero ya con intensiones de hablar.

 

—Akashi-kun… —suspiraba su nombre y porque seguía sin creer lo que decía—. Eso ya me lo habías dicho desde que entré al equipo, no entiendo para que me lo repites.
—Porque veo que no entiendes el punto de vista con el cual lo estoy expresando —intervino con una cerrada sonrisa. Era más complicado de lo que se esperaba.

 

Y que se mantuviera callado se volvía más apretado, aún así debía seguir, porque tampoco sería bueno dejar las cosas a medias, menos cuando ya tienes a tu compañero con una gran incógnita en la cabeza. Por eso, y para aclarar un poco sus propias ideas, agarraba aire que exhalaba con el pasar de los segundos,  y con fijar su mirada en el azulejo, ya se sentía listo para decir las palabras que debió usar al principio, sabiendo que se trataba de tres.

 

—Me gustas, Tetsuya; y no como un compañero de equipo precisamente —esa era la línea que debió emitir para no enredar todo.

 

I so want to believe it, yes I want to, yes I do

 

Pero… ahora todo volvía a dar un giro sorpresivo puesto que la expresión de Kuroko, aunque mantuviese su inexpresividad, mostraba asombro cuando el parpadeo en sus ojos era realizado cada diez segundos. En un intento de entender lo que sucedía, de seguro esto se trataba de una broma de muy mal gusto; no es que odiase estas cosas, pero tampoco era la idea que se pusieran a jugar con las emociones de una persona; y era lo normal ya que él –o otro de la Generación de los milagros–, sepan lo que pasaba por la mente de su capitán, sobre todo para las expresiones que utiliza antes, durante y después de clases –incluyendo los entrenamientos–. Por ello es que no sabía de qué manera tomar esto que el pelirrojo había dicho.

 

Que se callara era algo que a Seijuurou no le agradaba, aunque la paciencia parecía una virtud que se le daba muy bien; pero… siempre existían esos momentos en los que jugarse un as bajo la manga podía alterar la situación, y él no perdería nada si no la usaba, por ello fue que en un abrir y cerrar de ojos, había caminado toda la distancia que lo mantenía alejado del que podía nivelarlo en estatura, para tomar entre manos su rostro y así poder acercarse, con las intensiones de provocar un beso que apenas y era asimilado por el que lo estaba recibiendo. Estático por el movimiento del rojizo, éste lo incitaba a mover sus labios, al estrecharlo con los suyos e igual seguía siendo lo mismo, hasta que… con el pasar de unos veinte segundo, Tetsuya finalmente se decidiera a contestarlo, cuando posaba sus manos en el pecho del joven que terminaba de acortar toda la distancia que los mantenía alejado del otro.

 

Con tal cercanía, Seijuurou bajaba sus manos para poder atajarlo de la cintura y así ayudarlo con su cometido, sintiendo un ligero apretón en su camisa; que moviera sus labios con torpeza no le decía mucho, pero tampoco pensaba quedarse atrás ya que, desde un cierto punto de vista, se notaba una –bien escondida– ansiedad que sentía, al querer saber lo que es tener un contacto tan “íntimo” como éste; no lo hacía nada mal que hasta no parecía estar sorprendido, de seguro y ya lo había hecho antes, pero la verdad era otra, porque así como Tatsuya tenía lo suyo, el pelirrojo de mismos orbes también presentaba tales inquietudes, más que todo por unos consecutivos golpes que abatía su pálido pecho.

 

La lentitud se volvía profunda cuando el rojizo se alejaba unos escasos centímetros e inclinaba su cabeza a un lado para que el jugador fantasma pudiera ladear el rostro pero ya con intensiones de darle pelea a la traviesa lengua que estaba no sólo adentrándose al interior de su zona bucal, sino que también buscaba la forma de mantener un reñido juego con la suya, aunque el tiempo que iban a durar serían escasos ya que la falta de oxígeno se hacía presente una vez que tomaban distancia del otro, con  una agitación un tanto ligera, el notar unos cuantos rastros de salivas en las puntas de sus labios inferiores, le daban a conocer que seguramente buscarían más de ello –si es que la recuperación de oxígeno se volvía inmediata–.

 

Pero… por ahora se limitarían a verse el uno al otro, y porque ya estaba siendo él quien esperaba la respuesta de cierto jovencillo que, apenas y podía asimilar lo sucedido; claro que tendría que actuar rápido ya que el capitán, con el tiempo que le quedaba para irse a su casa, pensaba ir por otros de esos “apasionados” besos, pero ya con intensiones de que el siguiente sea más largo.

 

—T-Tengo que a-admitirlo… n-no pensé que será yo el que te gustara…

 

Say what you want and don't try to prolong it

 

Claro que a la final se quedó con la duda ya que no había sido tan inmediato como se esperaba, al siguiente día fue que le dijo lo que era obvio, ser correspondido y al mismo tiempo convertirse en pareja.

 

Ahora que lo veía en su cama durmiendo con placidez, no podía evitar sonreír de forma cerrada ya que, para tener cuatro meses juntos, no les ha ido para nada mal. Aunque claro al intimar todo se volvía apasionado entre los dos, más cuando la entrega era absoluta, pero… quienes lo ven, pensaran que él está actuando como lo que es –para como es normalmente–, un adolescente cualquier preocupado por sus típicos problemas existencias, de ello estaba la actitud de un niño malcriado al cual no se le podía quitar su juguete más preciado puesto que armaba el berrinche del año.

 

Y eso es que lo que representaba Kuroko, quien seguía rendido ante el sueño, sobre todo cuando los nudillos de su novio se encargaban de acariciar el contorno de su mejilla expuesta.

 

—Es increíble que haya terminado envuelto en este tipo de situaciones… —aseguraba burlesco, negando un par de veces.


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