Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosas que pasan. por Lizali12

[Reviews - 314]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡He vuelto! No hay mucho que contar, lo interesante de este capí quizá sea lo último e_e soy tan mala.

Lean, lean para que entiendan.

Marshall

Linda, Linda, Linda. Eso era todo lo que rondaba mi mente.

Gumball habló de ella tan, tan cálidamente ¡Por Vishnu si hasta su voz cambio cuando la menciono! Sé que eso ya fue pasado y que no debía de molestarme pero lo hacía. Y es que ¡Joder! A mí que soy su novio me habla como si de otra persona más en su vida se tratara, sé que no llevamos mucho tiempo siendo novios y en una semana no se agarra ni se toma aprecio pero por lo menos yo sí lo quiero, y como le quiero obviamente me enoja que él hable con sentimiento de otra.

‘Linda le hace honor a su nombre, Lida es bajita y tiene una voz fina, Linda esto, Linda lo otro’

Maldición estoy tan enojado.

Tan enojado que me la pase ignorando a Gumball todo el resto del día, ni en el segundo receso lo hable. Sólo me desaparecí y como novia indignada ni los mensajes que me envío conteste.

Qué niño, lo sé, ¡Pero en serio estoy enojado! Me volví a casa sin él incluso.

—   Estás celoso, yo sé de lo que te hablo.

 

—   ¡No estoy celoso! Estoy… estoy-

 

—   Celoso —. Me interrumpió él.

 

Yo no estaba celoso, estaba enojado con Gumball por haberme hablado de su ex. Aunque yo también lo hice… ¡Pero yo me disculpe! Pero él también lo hizo… ¡Pero yo no seguí hablando de mis ex’s y él sí!

—   Viejo ¿Sabes? No es que no me guste oírte hablar de tus problemas y de hecho mi deber como tu amigo es aconsejarte pero… ¡Coño llevamos tres putas horas hablando de tu novio! No me mal entiendas, no es que el niño no me agrade y de hecho me agrada más por el hecho de que ¡Por fin! Alguien te haya puesto celoso —. Flame se tomó un respiro, supuse que lo peor todavía no lo había dicho. Fácil podía colgarle ahora pero si lo hacía corría peligro de que la próxima que me viera me haría algo que no me agradaría, por eso y por mi orgullo no le colgué y espere a que continuara. Y lo hizo. — Pero carajo no puedo pasarme toda la tarde aquí escuchando tus problemas amorosos como viejas chismosas ¡tengo una vida social y soy joven! ¡Estás celoso y punto!

 

—   ¡Yo no estoy celoso!

 

—   ¡Maldición estúpido niñato, no me contradigas!

 

—   ¡No te estoy contradiciendo!

 

—   ¡Sí, sí lo estás haciendo!

 

—   ¡Qué no!

 

—   ¡Qué sí!

 

—   ¡Qué no!

 

—   ¡Maldición Marshall cállate o te meteré un calcetín en la boca! — Marceline, mi hermana que se había mantenido en su cuarto desde que había llegado yo, grito. Sonaba enojada y estaba seguro de que cumpliría con su promesa. Así que me limite a bajar la voz.

 

—   Jajajajajajaja tu hermana es de temer.

 

—   Cállate hombre, me espante. Desde que llegué no la había visto.

 

—   Bueno, volviendo al tema que nos llevó a esto.

 

—   No estoy celoso —. Dije antes de que él me lo repitiera. Escuche un bufido del otro lado del auricular y un golpe. — ¿Flame, qué fue eso?

 

—   Eso, mi querido Marshall. Fue mi puño impactándose en la pared, y cuando te vea, no se impactará en la pared.

 

—   ¿Eso es una amenaza acaso?

 

—   Tómalo como quieras.

 

Y colgó. ¡Ah, él siempre me colgaba! No me respeta como líder ni como amigo. ¡Por lo menos que me guarde respeto por la edad!

Me encontraba en la cama acostado de espalda, pase mi brazo derecho por mi rostro y extendí mi mano, me puse a mirar por un rato mis dedos hasta que el celular que se encontraba a mi izquierda comenzó a sonar.

Me volteé hacia el lado derecho y lo ignore. No hacía falta ver quién era.

Gumball

Mensaje ignorado, otra vez.

Llevaba un rato enviándole mensajes a Marshall y no había contestado ninguno. Yo simplemente me rendía.

Estaba enojado, bien. Que siguiera enojado, yo no iba a rebajar mi orgullo sólo por él.

—   Joven ya es hora de la comida ¿Va a bajar o le traigo la comida? —. Preguntó Mentita del otro lado de la puerta.

 

—   No tengo hambre—. Fue mi contestación, una contestación tosca y casi gritada. — Perdón, yo no. Lo siento, no tengo hambre. Ahora no—. Me disculpé, mi enojo era mi problema. No tenía por qué envolver a los demás en él.

 

—   Joven ¿Puedo saber qué le pasa?

 

—   No es nada, sólo una rabieta.

 

—   Si pero si tiene una rabieta es por algo.

 

—   Mentita, no tengo ganas de hablarte de esto.

 

—   Bueno, entonces iré por su hermana —. Anunció mentita, mi hermana era un peligro. Si ella era quien me preguntaba yo terminaría contándole todo, y contar era lo que menos quería hacer.

 

—   ¡Mentita, no, espera!—. Me levante lo más rápido que pude de mi cama y corrí hacia la puerta para decirle que no hablara y no dijera nada a mi hermana que yo le diría.

 

Al abrir la puerta lo que vi fue  a mentita apoyada en la pared que se encontraba enfrente de mi cuarto, tenía los brazos cruzados sobre el pecho y una sonrisa de satisfacción.

¿Por qué siempre era yo quien caía en las trampas y el chantaje?

—   Bien joven, espero ansiosa esa anécdota—. Dijo la muy pilla.

 

—   No deberías de jugar con los sentimientos de las personas de  esa forma. A algunos no nos gusta.

 

—   Si bueno, a algunos es necesario obligarlos a hablar.

 

Mentita era así, siempre dándome un poco de mi propia cucharada, desde que ella había empezado a cuidar de mí jamás le había ganado una, ni una sola.

Ella paso cabalísticamente hacia el interior de mi cuarto y se quedó parada al lado de la cama, ella era así. A pesar de reprenderme y enseñarme como si yo fuera su hermano no hacía cosas que se pudieran considerar ‘inapropiadas’ para la servidumbre.

—   Puedes sentarte—. Dije a sabiendas de que no se sentaría hasta que yo le dijera que podía.

 

—   Gracias joven —. Se sentó y me hizo un ademan con la mano, ademan para que yo empezara a hablar.

 

Yo sólo exhale por lo bajo e inhale para mis adentros.

—   Esto no me ocurre a mí sino a un amigo para empezar —. Já qué mentira más grande.

 

—   Ajá, claro joven —. La voz de mi ama de llaves estaba cargada de sarcasmo. — Yo ya me sé esa, así que me ahorraría la palabra si simplemente me dice qué es lo que sucedió. Sería más fácil.

 

¿Y cómo librarme de esta? Fácil. No había cómo, Mentita ya sabía que el problema era mío por lo tanto nada ganaba con tratar de disfrazar las cosas. Mejor le contaba directamente lo sucedido.

—   Pues veras…

¿Pero y Marshall?

Yo no podía ir por ahí contando nuestra relación como si de algo típico se tratara. A mí no me molestaría decirlo, pero Marshall era Marshall, él no me había dicho que yo contara o no contara nada por lo tanto yo no podía hablar.

Esto es entre los dos, no puedo hablar hasta que él así lo decida. Es un secreto de dos y yo no puedo abrir la boca sin consultárselo a él.

—   Pues me acabo de acordar que no puedo decirte.

 

—   ¿Por qué? ¡¿Acaso le han obligado a no hablar?! —. La cara de Mentita (que se había mantenido fija en mí desde que había entrado), cambio drásticamente. Había llevado sus manos a la boca y había abierto los ojos considerablemente.

 

Yo conocía esa expresión, auténtica preocupación. Mentita ya se había imaginado las peores cosas posibles.

—   N-no-no es nada de lo que te estés imaginando, de hecho me atrevo a decir que es menos -mucho menos- trágico —. Tenía las manos alzadas y había formado una pequeña sonrisa en mi rostro para que ella me creyera, cosa que hizo.

 

—   Oh, ya veo. Entonces ¿Por qué no puede decirlo?

 

—   Es algo complicado de explicar, esto es secreto de dos.

 

—   Así que usted y alguien más.

 

—   Sí así es.

 

—   Ya veo.

 

—   Umju.

 

Mentita relajo las facciones y me dedico una sonrisa, era una sonrisa de esas que ella me daba cuando quería decirme que “todo estaba o estaría bien”.

—   Joven —. Comenzó a hablar. — Usted sabe que puede hablarme de cualquier asunto y yo no le delatare a  menos que crea que es de verdadera trascendencia el hacerlo — Ella me vio por unos momentos más, yo me debatía en si decirle o no. Pero terminé por perder la oportunidad de hablar cuando ella se aliso el delantal que llevaba, se dio unas palmaditas en las piernas y se paró, aliso el lugar donde ella había estado hacia nada y camino a la puerta. —Sabe dónde estoy si cambia de parecer —. Dijo para después salir de mi cuarto.

Me tire en la cama. No tenía ganas de nada. Ya había echado el orgullo por la borda cuando mande mensajes a Marshall, mensajes que él no se había dignado a contestar.

Marshall          

Me estaba comportando como un crío, y lo peor de todo es que era consiente.

Los mensajes de Gumball habían dejado de llegar hacia un tiempo, y sólo cuando eso pasó empecé a preguntarme si no la había jodido ya. Debido a que ya había pasado por lo menos tres horas hablando con Flame sobre me pequeña rabieta ahora no podía ir y volver a hablarle porque o no me contestaba o me contestaba sólo para mandarme a la mierda.

Así que sólo quedaba ella…

***

Pasaron vergonzosamente muchos minutos hasta que me animara a tocar la puerta de mi hermana. Ésta como era de esperar me dio una cara de enojo y después me invito a pasar.

—   ¿Qué se te ofrece? —. Fue su pregunta.

El cuarto de Marceline siempre era más limpio que el mío, pero en ese momento tan atascada de tareas como estaba, el mío parecía un hermoso orden.

—   Yo necesito preguntarte algo… un consejo sí…

 

—   Oh. ¿Ya te peleaste con el pequeñín, no?

 

 

—   No, ¡¿Qué?!... ¿Cómo…? Bueno…

 

—   Termina alguna frase ya —. Interrumpió mi hermana al notar mi tartamudeo.

 

—   No estoy peleado, al menos eso creo. Sólo… sólo estoy enfurruñado.

 

—   Bueno y ¿A qué se debe? —. Preguntó, y ahí estaba lo que yo habría preferido evitar. Pero mi hermana definitivamente no me ayudaría a menos de que yo contara lo sucedido.

 

Contra todo hecho conté lo sucedido, Marceline supo que Gumball se había vuelto mi novio hacia unos pocos días  no porque yo se lo dijera sino porque lo intuyó.

Mi hermana había estado tocando el bajo mientras yo le relataba el problema, ella asentía para demostrarme que me prestaba atención y sólo interrumpía para verificar algún acorde que le gustara.

—   Entonces… ¿Te pusiste celoso de su ex’s y le dejaste de hablar? —. Fue su resumen…. ¡Por Krishna! Qué vergüenza. Así como ella lo decía sí que sonaba tonto y estúpido.

 

—   Así es sí…

 

—   Eres un idiota ¿Sabes?

 

—   Algo he oído…

 

—   No, hablo en serio. Mira que enojarte por algo que ya pasó, él no sigue en contacto con ella ¿O sí? pero tú le has armado un lío por un hecho en el cual ni siquiera te conocía —. Marceline se detuvo para escribir una nota y repetir un acorde, mientras que con sus manos cumplía con la tarea, con su boca cumplía el deber de hermana. — y él ni siquiera te riñó cuando se enteró de tus ligues de cuando eras más joven ¿No? ¿O no se lo has dicho? Porque estoy segura de que tú tienes mucho más cosas que reprocharte.

 

—   Él no… él todavía no lo sabe. Yo no-yo no se lo he dicho. Primero enfermo antes que decirle.

 

—   Entonces te has peleado por una estupidez. Cuando el pequeñín se entere de tu larga lista de ‘chicas del día’ lo más probable es que lo deje pasar porque a leguas se nota que él es más sensato y adulto de lo que tú eres. En cambio tú le has reñido, me dices que te pidió disculpas ¿No? Pero te negaste a dejarle hablar y lo dejaste en la azotea y luego no le hablaste en lo que resto de clases y para el colmo de malas te has vuelto a casa sin esperarle.

 

—   Vale ya, ya me siento culpable. Dejémoslo ahí.

 

—   Aún no terminó, así que quédate donde estás.

Mierda…

Gumball

Mi celular sonó desde el taburete, me levante con sueño y vi la hora, casi media noche… ¿Quién se atrevía a marcar a esta hora? Contesté y estuve hablando pero nadie me devolvía las palabras, pasaron por lo menos cinco vergonzosos minutos hasta que me di cuenta de que no era una llamada sino un mensaje.

Tonto de mí, en serio. ¡Pero no es mi culpa! Estas no son horas para mandar mensajes.

Abrí y leí el mensaje, una risa se asomó por mi rostro.

Tiempo sin hablarle.

Notas finales:

Okay, uwu) Ahora les diré el porqué no había subido el cap. Noo estaba terminado y estaba leyéndo Cazadores de sombras y aún no lo terminó, no porque no quiera sino porque no tengo el siguiente libro y la verdad no quiero terminarlo sin tener el otro QnQ en todo caso hace unas semas que terminé el sensual libro y ahora leo otro.

¿Alguien me acepta en su casa de México? :'v hahaha es broma xD lo digo porque antier fui a una reunión de universidades y una que me gusto se encuentra en México pero yo no tengo parientes allí :'D estoy jodida.

Bueno, hasta luego. OwO)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).