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Cosas que pasan. por Lizali12

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Notas del capitulo:

¡Actualización temprana! No hay mucho que comentar, solo que este capítulo es más corto que los otros :3

Marshall

 

Gumball y yo nos habíamos dirigido rumbo a la estación de policías del metro a presentar declaración por lo sucedido, está se llevo a cabo sin que ninguno de los dos se fijara en el tiempo así que al finalizar todo nos fijamos rumbo a la escuela pero al llegar  nos dimos cuenta de que ya habíamos perdido el día debido a que era medio día. Las ventajas de nuestra universidad eran que tomábamos las clases que quisiéramos sin el pendiente de que nos dieran alguna sanción por faltar a clases por lo tanto no nos preocupamos por perderlas, además por ser primera semana de clases no esperaba que los profesores dejaran algo de tarea seria.

Y fue así que ese día terminamos en un parque, el parque era más que nada área verde, había varias flores y un árbol de Ceiba en el centro el cual se encontraba rodeado de bancas y una pequeña fuente de la cual brotaba agua como cascada. Era un parque con temática familiar por lo que pude notar dado que tenía hasta mesas para los picnic y juegos para los niños además de unas mesas con losas que asemejaban un tablero de ajedrez.

Gumball y yo nos habíamos sentado debajo del árbol  de frente y cada quien en su respectiva banca.

─ ¿Ya te sientes mejor? ─. Pregunte algo cohibido por la reacción que me pudiera dar.

─ Si… gracias ─. Gumball tenía la vista baja hacia un buen rato y había evitado verme o hablarme, supuse que lo sucedido le había afectado mucho y por lo tanto necesitaba un tiempo para pensarse mejor las cosas y volver a ser como él era.

─ Ya… ─. Si él no me quería hablar yo no lo iba a obligar.

─ Marshall… tú… no, nada. No tiene importancia, gracias por volver a salvarme ─.

─ No tienes nada que agradecer ya te lo dije, te salve como amigo y como ciudadano. Estoy seguro que si me hicieran lo mismo tú también me salvarías  ─.

─ Estoy seguro que si hubieras sido tú no necesitarías ser salvado ─. Dijo, mientras soltó una pequeña risita, eso me alegro, desde el rato transcurrido con el incidente no había reído ni un poco.

─ Jajaja suenas muy seguro ─.

─ ¡Por supuesto que estoy seguro! ─. Gumball inflo las mejillas e hizo un puchero con el que pretendía mostrarse ofendido.

Sorprendentemente él también tenía sus facetas de niño.

─ Marshall…─.

─ Si, dime.─.

─ Bueno, es que… ya sabes. ─.

─ Hmm ¿Sé qué? ─.

─ Ayer me salvaste y hoy igual, debo compensarte ─.

─ Oh, eso. No tienes que hacerlo, te salve porque quise ─.

─ Entonces yo quiero gradecerte igual─. Recalco sus palabras en el "querer".

─ Bueno pues ─.

─ ¡¿En serio?! ─. Gumball se puso feliz por mis palabras, se le formo una sonrisa en el rostro y los ojos se le pusieron brillosos como cuando te dan un regalo y resulta ser lo que más deseas. Así tenía los ojos él.

Gumball era muy diferente a los jóvenes de su edad por lo que pude notar, cualquier cosa por muy pequeña que fuera le alegraba, era muy inocente, eso estaba bien, es decir a las mujeres esas cosas se les hacían lindas aunque para los hombres alguien como Gumball se les haría lento y estúpido. A mí me daba igual, me había dado cuenta que ese era uno de sus puntos buenos, no era grosero y tampoco ofensivo con sus palabras era muy educado al hablar y hablaba con sinceridad pero sin rozar lo irrespetuoso.

Un muy buen chico.

─Sep, hablo en serio ─.

─ ¿Qué quieres? ─.

─ Hmm no sé ¿Qué puedo elegir? ─.

─ Bueno, pues tú dime, eso sí te advierto que estoy corto de dinero ─.

─O sea que me ofreces algo y no tienes dinero  ─.

─ No sonaba tan mal en mi mente ─. Ambos nos echamos a reír ante lo dicho y pude sentir como la tención de antes se esfumaba.

─ Bien, bien. Entonces sólo déjame pasar a buscarte ─.

─ Ya te dije que no quiero ser una carga ─.

─ Y yo ya te dije que no lo serás ─.

─ Está bien, pero prométeme algo ─.

─ ¿El qué? ─.

─ Cuando sientas que me vuelvo una carga me lo dirás  ¿Vale? ─.

─  De acuerdo, te lo prometo ─.

Me sentía feliz, era una cosa pequeña y de hecho sólo era pasar a buscarle y me tendría que levantar más temprano para n vago como yo eso iba a ser difícil, pero si era por él valía la pena madrugar.

Gumball

Había algo que quería decirle a Marshall, pero lo cierto es que me daba pena mencionarlo.

En el tren había limpiado mis lágrimas con besos, me había abrazado y susurrado que me calmase me trato a como a un niño y ciertamente me sentí muy bien, no me molesto ni me incómodo debido a que yo era muy mimado por mí hermana así que hasta me agrado, pero el que me agradara me hizo sentir raro.

Y el sentirme raro era algo que no me gustaba.

─ Marshall ¿Quieres un helado? ─.

─ ¿Pero qué preguntas? ¡Por supuesto que quiero uno! ─. Se me olvido que Marshall en cierta forma era igual que yo, un glotón de la comida.

─ Ya, por cortesía debo preguntar ¿Qué tal si no querías? ─.

─ Pff tonterías, yo siempre quiero ─.

─ Eres un goloso ─.

─ Yo prefiero el término de buen colmillo ─.

─ Es glotonería ─.

─ Da igual, vamos por ese helado de cereza que tanto se me antoja ─. Marshall se levanto de la banca en la que se encontraba y me tendió su mano para ayudarme a levantarme.

La misma que me había abrazado en el vagón, la misma que me había agarrado protectoramente.

Pensé y frente a eso lo único que pude hacer fue rechazarla (sutilmente quiero creer) y levantarme sin su ayuda.

─ Me veo enclenque pero no lo soy (mentira, yo me veía enclenque y era un enclenque) ─ Marhshall soltó una leve risita y se adelantó a mí en dirección a las afueras del parque en el que estábamos, metió una mano en sus bolsillos, pateó una piedra y siguió caminando.

Comprendí que estaba enojado, enojado conmigo, por mí actitud. Mi rechazo no fue sutil como pensé.

No quería pelear con él, porque pese a los escasos dos días que nos conocíamos para mí Marshall era una buena persona.

Corrí hasta él acortando el tramo que me llevaba y lo sostuve de la mano que llevaba fuera del bolsillo; era un gesto que Bubblegum hacia conmigo para tranquilizarme cuando nos peleábamos de pequeños, cosa que era muy rara puesto que generalmente nos llevábamos bien.

─ Gu- Gumbal ¿Qué haces? ─.

─ Te agarro la mano ¿Te molesta? ─.

─ N- no es eso, es solo que me tomaste por sorpresa ─

─ Perdón ─.

─ No, está- está bien, en serio ─.

─ No te pido perdón por sostener tu mano, te pido perdón por mi actitud ─.

─ ¿Actitud? ─.

─ Si, cuando mediste tu mano para ayudar a levantarme, lamento haberla rechazado ─. Marshall soltó un bufido y saco la mano que estaba en su bolsillo para tocarse la sien y revolverse su cabello, después de eso exhalo por lo bajo, volteo a verme y me dio una sonrisa.

─ Te perdono, pero no lo hagas más, y si lo vuelves a hacer por lo menos trata de rechazarme sin sutileza ¿De acuerdo? ─.

─ Está bien ─. Sonreí para mis adentros, era una pequeña roce, pero dicen que de poco en poco se llena el vaso y yo no quería una verdadera pelea con él.

─  Bueno una vez resuelto nuestra primera casi pelea ¿Qué te parece si vamos por eso helados? ─.

─ De acuerdo ─. Asentí con felicidad mientras sentía como Marshall apretaba el agarre de nuestras manos y entrelazaba sus dedos con los míos en un gesto suave y cariñosos.

La mañana había empezado mal, pero pintaba para terminar bien.

 

Notas finales:

Quejas y sugerencias saben que son bien aceptadas :3


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