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Cosas que pasan. por Lizali12

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Notas del capitulo:

Bueno, eh aquí el segundo cap :3

Espero les guste.

 

Gumball

 

─Bien, la clase termino, nos vemos a la última hora ─ La profesora salió del salón mientras cargaba con dificultad sus cosas ¡Mira que iba cargada! Llevaba dos mochilas grandes al hombro que se veían completamente llenas y todavía jalaba otra mochila de llantitas ¡Igual llena! me iba a parar a ofrecerle mi ayuda para cargar sus cosas hasta donde sería su próxima clase, pero alguien me gano y ella acepto su ayuda.

Después de ver que la profesora no necesitó mi ayuda me dispuse a ir al receso, pero antes de eso iba a ver mis apuntes, debía ver qué tanto necesitaría estudiar. Yo no era malo en los estudios, de hecho siempre había sacado sobresaliente; pero las materias que eran teóricas me costaban más.

Cuando iba en prepa (antes de que mis profesores de estádecidieran saltarme a universidad) e iba a presentar examen de Literatura o de lectura y redacción siempre me quedaba hasta tarde estudiando y memorizando palabras para facilitarme el aprendizaje, otras le pedía ayuda a mi hermana Bubblegum (lo sé, nuestros padres nos pusieron nombres muy raros) y le pedía que me preguntara cosas con respecto a la materia. Mi hermana siempre me hacia preguntas que por azares del destino terminaban viniendo en el examen y gracias a eso pasaba; ella al igual que yo había saltado grados y ahora estaba a poco de terminar la carrera de Psicología aunque al igual que yo ella era mejor en matemáticas, cálculo, álgebra.

Ciencias formales.

No entendía el porque de escoger una carrera en la cual no iba a ver matemática más que para creación y revisión de test psicometricos, y otas cosas que no entendería aún según me dijo mi hermana.

 

Aúno no entendía cómo mi hermana había terminado escogiendo esa carrera, pero bueno, yo no era el más indicado para juzgarla, ya que ahí estaba yo en una carrera en la que no iba a ver ni un solo número más que para medir el tiempo de un secado de pintura al Oleó y medición de pintura o no sé.

 

Pero no importaba, a pesar de que posiblemente no vería matemáticas en está carrera a mí me encantaba Bellas Artes...  y hablando de bellas artes… ¡Marshall no se había levantado en toda la clase! Después de que la profesora llegara había hecho una “barricada” con un libro que desde el ángulo donde estaba la profesora impedía que está lo pillara dormido.

 

En fin, me levante y me dispuse a ir a comprar mi desayuno, estaba a un solo paso de la puerta cuando recordé que Marshall posiblemente no hubiera desayunado aún, resople por lo bajo y rehíce mi camino hasta el pupitre de él.

 

─Mashall levántate ya, es hora del desayuno ¿Tienes hambre no? venga vamos te invitare algo─. Lo moví un poco para despertarlo, pero al parecer era de sueño pesado, porque nada de lo que hice lo despertaba, a lo último opte por pellizcarlo.

 

─¡Auch, Marceline qué rayos te pasa!─.Se levanto de súbito y empujo su pupitre,  volteó a todos lados buscando a "Marceline” pero al no encontrarla, o mejor dicho al darse cuenta de que estaba en la escuela, empezó a buscar a quien lo había pellizcado… y me encontró.

 

─Gumball ¿Tú me pellizcaste?─. No me hablo enojado, de hecho su voz sonó más con reproche que con enojo.

 

─Si, fui yo, te pellizque porque no te levantabas─.

 

─Ah, ya veo. Bueno señorito Gumball ya que me ha levantado para poder ponerle atención a su real presencia he aquí la cuestión ¿Para qué? ─.

 


─ ¿Para que qué? ─.

 


─ Vamos Gumball, no te hagas el tonto ¿Para qué me has levantado de mi placentero sueño? ─.

 


─ ¡Oh, eso! Cierto, como has dicho sólo te levante para que pusieras atención a mi real presencia ─. Dije enojado por el tonito con el cual me había hablado Marshall.

 

─Oh no puede ser ¿No me digas que te has enojado?─

 

─ ¿Yo? ¿Enojado? Pff no para nada ¿Po qué debería estar enojado con la persona a la cual vine a invitar a desayunar? ─

 

─Así que sí estás enojado… ¡Espera! ¿Dijiste comida?─

 

─Si, dige comida, pero dado que mi real presencia te molesta, he decidido que mejor me voy a comer solito ¡Me voy a comer solo con mi real presencia!─. En ese momento comprendí que Marshall es de lo que no hay, en una sola frase logro ponerme eufórico, ¡Rayos! Me enojo tanto que decidí comer solo.

 

Pero no puede, cundo hice ademan de irme a comer solo Marshall me jaló de la manga de mi camiseta y me hizo voltear a verle.

 

─Aunque me encantaría desayunar, no puedo ─.

─ ¡¿Qué?! ¿Por qué? ─.

 

─ No eres tú Gumball, soy yo─.

 

─ Marshall, ya párale al juego, ¿Vienes sí o no? Aunque no sea para acompañarme  ─. Me estaba muriendo de hambre, y si Marshall no se decidía lo dejaba y me iba a comer.

 

─ No es que no quiera, lo que pasa es que no traje dinero. Se me olvido en mi casa ─. Marshall encogió los hombros como si se hubiera resignado al hecho de que ese día no iba a comer. Y bueno… creo que yo había dicho que lo invitaría a comer, aunque él estaba dormido cuando lo dige y seguramente no me escucho.

 

En fin, le invitaría a comer.

─ Eh, Marshall, vamos, yo pago por ti está vez─. Marshall me miro expectante como si esperara que lo dicho fuera una broma.

 

Al ver que no era nada parecido pareció aceptar la idea.

─Vale pues, vamos, ya que es gratis ¿Cómo podría negarme? ─.

Salimos del salón con dirección a la cafetería.

Marshall

 

Gumball me había invitado a comer, y aunque pensé en negarme al principio la idea paso a segundo plano cuando sentí que me estomago se hacia pequeñito debido al hambre.  Así que termine aceptando gustoso además… ¡Era comida gratis! ¿Cómo iba yo negarme a eso?.

 

Después de haber comprado el desayuno decidimos ir a un árbol que estaba en medio de la escuela.

 

El árbol era grande al igual que su tronco, algunas raíces sobresalían y prácticamente podíamos usarlas como sillas, sus hojas eran verdes  y frondosas además el aire que circulaba debajo de él era fresco y limpio. Digno de ser dibujado. Me pregunte si algún día nos dejarían dibujarle, después de todo por eso éramos estudiantes de Bellas Artes, me imagine que nadie vería raro que uno se sentara a bosquejarlo.

 

Gumball  había ido a sentarse debajo de él y yo me senté en un espacio que me hizo en el momento en el que se disponía a darle una mordida a su comida. Mire lo que habíamos comprado… todo era tan diferente. Mi desayuno consistía en puras cosas rojas; ensalada de frutos rojos (sandia, fresa, un tomate para que no se me hiciera tan dulce, frambuesas y lo que parecía ser una baya) bebida de cereza, chuches de fresas, una barrita energética de arándano. La comida de él era una consistencia de todo; jugo de manzana, ensalada de frutas (la de él era un revoltijo de colores; mango, pepino, jícama, tomate y lechuga) su bebida era de frutas naturales (o sea otro revoltijo de colores) él a diferencia mí no escogió chuches pero si una barrita frutal.

 

─ ¿Siempre comes así de sano?─. Pregunté. Gumball dejo de masticar un poco y se cubrió la boca para responderme.

 

Que educado.

 

─Hmm bueno no sé, ¿Tú siempre has sido un maniaco de lo rojo? ─.

 

─Jajajajaja quizá, al menos yo recuerdo que de pequeño lo rojo me encantaba, y aún lo hace. Me encanta comer cosas rojas, pero mi adicción al color sólo es en la comida ─

 

─Ya veo, bueno no es que coma sano. Yo diría que es más bien costumbre─. Así que costumbre.

 

Si, Gumball de seguro era niño rico.

 

Nuestra platica siguió  normal, hablamos sobre libros, Gumball y yo teníamos los mismos gustos en cuanto a eso, descubrí que él era bueno en repostería y el me alabo cuando supo que tocaba la guitarra, también descubrí que tenía una hermana mayor a la cual él adoraba mucho, yo hable vagamente de la mía, no era que no amara a Marceline  pero sinceramente hablar de ella no me caía en gracia.

 

─Por cierto… antes de que tus agresores te intentaran golpear dijiste que estabas aquí con tú corta edad por inteligencia. Dime Gumball ¿Cuántos años tienes?─

 

─ Tengo 16 años. ¿Y tú? ─ ¡16 años! Gumball no mentía cuando dijo que era inteligente. ¡Se había saltado dos años de preparatoria sólo por su inteligencia! Lo único que puedo decir es, sorprendente.

 

─Bueno a diferencia de cierto niño inteligente yo voy algo de acuerdo a mi edad en la universidad─

 

─ ¿Algo de acuerdo?─.

 

─Si, algo. Tengo 17 dentro de poco cumplo los 18 años─. Cuando dije eso Gumball casi escupe su jugo de Tutífrutí, le sorprendió mucho enterarse de mi edad por lo que noté.

 

Después de atragantarse de la sorpresa Gumball se reclino en el tronco del árbol con los ojos cerrados y los labios entre abiertos inhalando aire.

 

Lo pude observar mejor.

 

En la clase se sociología me había hecho el dormido para poder observarle mejor (gracias a que tenía un flequillo largo la misión se llevó a cabo fácilmente) la cara había algo en él que me llamaba la atención pero no sabía qué.

 

Había notado que Gumball tenía ciertos rasgos “finos” y al principio creí que era por eso, pero resulto que no porque recordé que yo había visto chicos aún más afeminados que él y no me habían llamado la atención para nada.

 

Lo mire mejor para descubrir qué era ese “algo” que me llamaba la atención de él, Gumball estaba usando una sudadera fucsia y podía ver que debajo de ella usaba una esport (violeta) debido a que la sudadera se le caía dejándole al descubierto un hombro (¡mierda que tentador!), estaba usando unos jean negros que se veían algo ajustados, sus cabellos eran de color rosado brillante y le caían en picada enmarcándole la cara levemente. Se veía tan inocente así, sus pestañas eran largas y delgadas, debido a que los rayos de sol se colaban por las hojas del árbol había algunas que le daban en la cara y hacían que Gumball se viera muy angelical. Un ángel caído pensé por un momento.

 

También creí verle rosado, pero ¿alguien rosado? Imposible, así que me talle los ojos para ver si no estaba delirando debido a tanto rojo consumido pero noté que en efecto Gumball tenía la piel un tanto rosácea… hmmm quizá era eso lo que me hacia verlo más de lo normal.

Además Gumball desprendía un olor muy agradable.

Rosas, un campo de jazmines no se le comparaba en lo más mínimo.

 

Él pestañeó un poco y abrió los ojos, dándome la gracia de ver esos ojos violáceos que parecían ver mi alma y por un momento sentí que así era.

 

─Perdón, me quede dormido por un rato─ dijo. Mientras se tallaba los ojos quitándose la pereza que le dejo su pequeño sueño.

─Si lo noté. No te preocupes puedes seguir durmiendo. Yo cuidare tú sueño─ Alcé mi mano haciendo señal de juramento y Gumball dio una pequeña risita.

 

─Vale, pero lo cuidas. No quiero levantarme y descubrir que me falta la ropa─ Hizo ademan de acostarse de nuevo.

─Eh, no te acuestes en el pasto, ven aquí apoya tú cabeza en mi regazo─ Pareció dudar por un momento.

 

─Dime Gumball ¿Acaso quieres levantarte con un dolor de espalda, por estar dormido en el rígido pasto?─

 

─Hmm, No…─

 

─Bien entonces deja de andar de delicado y acuesta tú cabeza en mi regazo─ Despues de ese leve “regaño” pareció pensarse las cosas mejor y termino asintiendo con la cabeza.

 

Que mal que no logre sentir su calor en mí regazo.

 

El timbre sonó. 

 

Hora de volver a clase.

 

 

 

 

Notas finales:

¿Quejas, Sugerencias? ¿Un sensual tomatazo? D:

Sus reviews me ayudan :3


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