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Amantes por almagazette

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Notas del capitulo:

Por fin publico el segundo capítulo. ¡No me maten!

La verdad es que me ha costado mucho poder hilar las ideas que surgieron de mi cabeza, son como escenas aisladas que no puedo darles continuación.

Así que, aquí esta

¡Disfrútenlo!

Capítulo 2

— ¡Se los juro! -exclamó el castaño con los ojos abiertos mientras con una mano sostenía la cerveza que bebía de vez en cuando, absorto más por la charla- Ese hombre de verdad que era sexy! Alto... -llevó una mano por encima de su cabeza para mostrarles la estatura- de cabello negro, unos ojos que no supe de que color eran, claros, pero por momentos cafés y por momentos verdes, con una mirada penetrante, una piel blanca, unos brazos, unas piernas... -se mordió el labio a penas haciendo pausa mientras sus locutores le escuchaban- y ¡oh! Si les digo que bien lo hace... ¡DIOS! ¡¡Y lo tiene...!! ¡Creí que me rompería! -ante ese comentario los dos amigos que le escuchaban comenzaron a reír a carcajadas- ¡¡De verdad!! ¡Les juro! -dijo bebiendo de su cerveza.

—Ay Takashi -murmuró llamándole por su verdadero nombre, secándose una lágrima el rubio que estaba sentado junto a él, era más bajo que Saga, mantenía sus ojos detrás de unos grandes lentes oscuros sin importarle que se encontraba dentro de un local con poca luz. Sus labios gruesos mantenían esa sonrisa producto de la burla hacia su amigo, parecía incrédulo- De verdad que pocas veces te emocionas tanto con una conquista, pero parece que la pasaste bien

— ¿Bromeas Hiroto? -le miró Saga sorprendido- claro que la pasé bien! Aún me duele pero lo recuerdo tan nítido que... -suspiró manteniendo la mirada fija en un punto perdido

—¡Quién lo diría! -exclamó el otro locutor, el pelirrojo no paraba de reír aunque intentaba que no fuera tan fuerte pues a diferencia de sus amigos, él estaba en horario de trabajo. Llevaba por eso una camisa blanca de manga larga con pantalón negro y una corbata de moño. Era el bar-man del lugar, por eso se encontraba del otro lado del mostrador.

—De verdad quisiera volver a verlo... Lo único que sé de él es su apodo, Tora -murmuró ahora desanimado el castaño mientras volvía a suspirar.

—¡Oye, oye, oye! -exclamó el amigo de cabello rojo ahora sorprendido- ¿quieres volver a verlo? ¡¡Eso es nuevo!!

—Sí, Nao -murmuró de nuevo el castaño sin subir su ánimo, ahora sus ojos castaños se fijaban en la botella de cerveza que sostenía con una mano, moviéndola de un lado a otro como si el movimiento del líquido le absorbiera toda la atención.

—¿Tanto te gustó? Suenas a enamorado amigo -esta vez Hiroto pareció preocupado ante la seriedad de su amigo.

—¿Enamorado? -les miró sorprendido para luego reír- ¡no, no, no! Enamorado no, nada de eso -negó incluso moviendo la mano como si espantara aquella idea del aire- solo me gustó mucho ¡Es muy sexy! Es todo -tomó otro trago de la cerveza-

—Y hablando de sexys -murmuró Nao viendo de reojo hacia la entrada del local- hombre sexy a las 3 en punto

—¿Mm? -Hiroto volteó enseguida hacia la entrada, observando a un hombre alto, de cabello negro, con una camisa violeta y unos pantalones de vestir negros -wo wo mira Saga, ¿No es del tipo que te gustan? ¿Altos y morenos? -le dijo casi en burla pero aún así animó a Saga a voltear mientras éste parecía poco interesado bebiendo de la cerveza pero al notar de reojo de quien se trataba escupió el líquido sorprendido.

—¡¿Qué haces?! -exclamó entre risas Nao mientras limpiaba la barra.

—Es es es... -tartamudeó el castaño, manteniendo la vista en el moreno de ojos claros, no podía haber duda, era él, Tora. -¡¡Es él!! -dijo intentando no gritar mientras se limpiaba la boca con el dorso de la mano.

—¿Qué suerte Saga, no querías verlo de nuevo? -le dijo Hiroto dándole unas palmadas intentando que su amigo reaccionara pues parecía en shock.

—¡¡Sí.. sí!! Tengo que conseguir que... -se detuvo, ahora veía que el moreno se mantenía parado y veía hacia la puerta. Otro chico apareció y no tardó en encontrarle pronto con la mirada, reuniéndose con él. Era igual de alto que el moreno, su pelo era castaño al igual que sus ojos, delgado y vestía a la moda. Llevaba unos pantalones de mezclillas entallados, una camisa color vino y un saco del mismo material que el pantalón.

Se tomaron de la mano con cordialidad mientras hablaban para después sentarse en la misma mesa- ay no... y ¿si es su novio? -Saga se oía desesperado haciendo conjeturas en su cabeza ante la escena que estaba viendo.

—Dudo que sea su novio por la manera que se saludaron -dijo Hiroto negando con suavidad e intentando calmar a su amigo.

—Puede ser un amigo Saga -le apoyó Nao quien terminaba de limpiar la bebida de la barra.

—Bueno y si es un amigo no podré acercarme a él si viene acompañado ¿Qué haré? ¡Necesito su número de teléfono! -sus dos amigos se miraron entre sí y aguantaron la risa para no desesperar al castaño.

—Creo que sería bueno distraer al amigo... -dijo Nao meditando, incluso poniendo la mano en la barbilla- tal vez... Hiroto! ¿Por qué no haces que el amigo se vaya para que Saga pueda hablar un poco con Tora-san?

—¡¿EH?! -el rubio se mostró incrédulo ante el plan del pelirrojo- ¡¿yo?! ¡¿Pero por qué?!

—Es la única forma, lo haría yo pero estoy trabajando ¿sabes? -dijo con aire de decir algo lógico, mientras abría dos botellas de cerveza- y el amigo no está nada mal -se encogió de hombros-

—¡¡Por favor Hiroto te lo pido!! -el castaño junto ambas manos en posición de súplica para acentuar sus palabras.

—¿Bueno pero qué tengo que hacer para distraerlo? -exclamó nervioso tomando una de las botellas que le daba Nao-

—Solo ponte en la mesa de enfrente, que te vea el chico -explicaba Nao- y coquetéale hasta que lo convenzas de llevarlo al baño -los ojos del rubio se abrieron mientras veía a Nao, casi incrédulo.

—Pero... yo no... y ¿si no es gay? -el rubio se veía nervioso pero Saga se mantenía en la misma posición de súplica.

—Si no es gay veremos a qué chica mando pero ¡inténtalo Hiroto! -le animó Nao y el rubio suspiró levantándose del asiento para después caminar hacia la mesa que le habían indicado.

—Gracias, gracias, gracias, Hiroto -murmuraba el castaño hasta que su amigo se fue- Espero lo consiga... No puedo ver -cerró los ojos apretando la botella-

—Tú ve pensando en lo que le dirás a tu Tora-san y deja de estar tan nervioso que me asustas -dijo Nao soltando una risa mientras observaba atento la escena.

 

—¿Y cómo has estado? -preguntó el moreno mientras veía de reojo la carta con las bebidas que ofrecía el lugar.

—Bien, mucho trabajo como siempre... ojalá pudiera decir que estoy feliz pero la verdad es que la felicidad no me viene con solo el trabajo. ¿Y tú? Aquel chico que me comentaste la otra vez, ¿no lo has visto? -Tora negó observándole serio

—¿No recuerdas que te dije que no intercambiamos nada? ¿Cómo iba a volver a verle? -su tono parecía molesto por la mención del tema, pero su amigo no hizo otra cosa más que sonreírle.

—Lo siento, lo siento... pudiera ser que te lo encontraras de nuevo por azares del destino -rió un poco- y bien ¿qué tomaras?

—Supongo que un ron -murmuró con desgano- ¿Aún tienes esas ideas de enamorarte, Shou?

—Yo creo que quiero algo dulce... -murmuró pensativo frunciendo ligeramente el ceño mientras leía la carta pero la mirada se desvió a su amigo ante aquella pregunta- ¿esas ideas? -rió- eres tan testarudo, Shinji -dijo divertido- no puedo creer que no creas en el amor cuando antes era el que más lo esperaba.

—Se acabo mi paciencia y mi fe -dijo con una mirada fría para después notar que su amigo desviaba la suya hacia su espalda con interés- ¿pasa algo?

—Mm... no -respondió un tanto nervioso con una suave sonrisa pero su mirada volvió a desviarse-

—¿Seguro? -preguntó el moreno arqueando la ceja y manteniendo la mirada fija en su amigo que no le prestaba mucha atención.

—Sí, seguro -le volvió a sonreír viendo la carta- creo que voy a querer una piña colada

—¡Sí que quieres algo dulce! -parecía sorprendido por la elección de su amigo pero también por el interés que mostraba de desviar la mirada.

 

Hiroto se había quitado los lentes para poder mantener la mirada fija en Shou, no sabía ni como estaba haciendo eso, no era un chico de coquetear, eso se lo dejaba a su amigo Saga, pero ahora que podía ver de cerca al castaño, le pareció que el comentario de Nao fue acertado. Dejó la botella de cerveza y le sonrió al castaño en cuanto sus miradas se encontraron. Recargó en una mano su rostro mientras con la otra bebía un poco de la cerveza sin desviar la mirada del otro hombre.

Parecía que funcionaba, notaba que se ponía nervioso mientras le respondía al otro, por lo que continuó con su táctica. Sus miradas volvieron a encontrarse por lo que Hiroto pensó que era el momento de intentar algo más arriesgado.

Con una sonrisa, desvió la mirada moviendo el rostro hacia donde se encontraba el baño, para después volver a verle. Esperó unos segundos antes de levantarse y dedicarle una sonrisa curva, caminando después hacia la dirección que había indicado. Ahora solo faltaba esperar a que diera resultado.

—Discúlpame Tora, necesito ir al baño, ya vengo -Shou se levantó con una sonrisa nerviosa pero sin darle otra explicación a su amigo. Caminó en dirección al baño observado por el pelirrojo que se encontraba en la barra.

—¡Saga! ¡Ahora! -le sacudió el hombro antes de darle la otra botella de cerveza y después abrirle un botón de su camisa blanca. El castaño abrió los ojos y se levantó tomando la botella que ya tenía y la que le había entregado Nao, para enseguida dirigirse a la mesa donde el moreno se había quedado solo.

—Hey -saludó sentándose en el lugar frente a Tora, con una amplia sonrisa y dejando las botellas en la mesa, entregándole la llena al moreno.

—Saga -los ojos pardos no creían lo que veían, de nuevo aquel chico castaño que había estado en sus pensamientos, casi pensaba que lo que tenía delante de él era una ilusión pero mantuvo su compostura.

—Oh! Me recuerdas Tora, qué bien -sonrió complacido fijando la mirada en sus ojos.

—No tiene mucho que nos vimos -dijo queriendo restarle importancia al hecho de recordarle- y está ocupado el asiento.

—No te preocupes, cuando venga tu novio me voy -le guiñó el ojo para después sonreír aunque se sentía inquieto por la respuesta.

—No es mi novio -respondió con una mirada fría para después tomar la botella que le ofreció el castaño y tomar un trago- y tú ¿me estas espiando? -la pregunta le provocó una carcajada al castaño y sus mejillas se sonrojaron ligeramente, algo que no pasó desapercibido para Tora.

—No no, en realidad fue una coincidencia. El bar-man es mi amigo así que frecuento mucho éste lugar. Por lo visto es la primera vez que vienes ¿cierto?

—Mi amigo fue quien me invitó -respondió dándole otro trago, su rostro aparentaba que la charla no le interesaba mucho y el incómodo cosquilleo en el estómago al tenerlo de nuevo enfrente lo ponía tenso.

—Ya veo... en ese caso debería agradecerle a tu amigo cuando regrese, de lo contrario no hubiera podido volver a verte -volvió a sonreír

—¡Ja! -soltó burlón- ¿querías volver a verme? Creí que no se frecuentaba a los amantes en turno.

—En realidad no lo hago -dijo intentando ignorar el hecho de que aquella sonrisa comenzaba a molestarle, no porque fuera desagradable, sino que parecía burlarse de sus sentimientos. -pero ya que apareció esta oportunidad de volver a encontrarnos, pienso que no se debe desaprovechar -esta vez se mordió el labio inferior mientras una sonrisa curva aparecía manteniendo la mirada fija en esos ojos claros.

—¿Quieres repetir? -dijo un tanto incrédulo pero el efecto de aquel gesto de Saga lo había dejado con la mirada fija en sus labios.

—Aquella vez... -hizo una pausa para acercarse y cortar la distancia entre ellos aprovechando que el moreno estaba recargado en la mesa.- fuiste muy bueno –se relamió los labios y notó como aquellos ojos cambiaban a un tono claro al fijarse en su lengua- me encantaría repetir… no creo que tardemos, a menos de que quieras tardarte. Por mí no hay ningún problema –volvió a recargar la espalda en la silla, llevando una mano a su camisa para abrirla un poco más descubriendo su pecho blanco ante la mirada del moreno que no perdía detalle de sus movimientos.

---

Shou entró al baño con el palpitar acelerado, descubriendo que realmente el rubio se encontraba ahí, recargado en la pared esperándole. Le sonrió como saludo, aunque no entendía bien los propósitos del más bajo, se sentía emocionado. ¿Cómo  no estarlo? Si frecuentaba ese bar debido a ese rubio, lo había conocido de lejos, sabía que era amigo del pelirrojo que se encarga de servir las bebidas y que por ello viene con otro amigo. Nunca le vio con alguien más, por lo que hizo la deducción de que no tenía novio, pero tampoco pudo tomar el valor de acercarse y hablarle. Cuando le descubrió mirándole, se le paró el corazón y ante la señal que le hizo el rubio de verse no lo dudó ni un segundo a pesar de que se encontraba con su mejor amigo.

—Lamento haberte hecho venir si estabas ocupado –murmuró el rubio acomodándose los lentes oscuros en la camisa para que le colgaran- No es tu novio ¿cierto? –el hecho de meterse en la relación de otras personas no le agradaba para nada y debía asegurarse de que Saga tampoco lo hiciera.

—No, no –respondió enseguida el castaño temiendo que el otro se hubiera hecho una mala idea de la relación que tiene con Shinji- Es mi amigo de la secundaria, nos juntamos de vez en cuando –le sonrió- por cierto, mi nombre es Kazamasa Kohara –le hizo una pequeña reverencia por la presentación.

—Oh! Mucho gusto, Ogata Hiroto –respondió enseguida el menor también con una reverencia, algo avergonzado por no haberse presentado antes a pesar de haber sido quien le llamó.

—Hiroto… -murmuró el alto como si saboreara ese nombre en la lengua, por fin sabía cómo se llamaba, ni siquiera se había armado de valor para acercarse y oír alguna conversación con los amigos para saber su nombre, solo le observaba de lejos, muy lejos, para que el otro no se percatara. ¿Debía revelarle su secreto? Tal vez lo crea un acosador… aunque en realidad su actitud fue la de uno- Puedo… ¿saber por qué me llamaste aquí? –le preguntó con una dulce sonrisa que dejó a Hiroto en silencio.

—Yo… seré sincero… mi amigo quería hablar con tu amigo así que me pidió que le hiciera el favor –murmuró bajando un poco la mirada, no sabía si tenía que haberlo dicho pero no quería engañar a ese chico, se notaba que era alguien muy agradable además de guapo- no soy de  hacer conquistas, pero tampoco es que lo haya hecho a la fuerza… eres… muy atractivo –dijo sonrojándose, escuchando la risa de su interlocutor.

—¿De verdad? Gracias… aunque yo también lo pienso de ti –pudo ver como esos ojos oscuros volvieron a alzarse para encontrarse. El hecho de que el rubio lo había hecho solo por un favor, lo pasó por alto debido a ese cumplido- Me gustaría poder hablar contigo no solo porque tu amigo quiera hablar con el mío –dijo divertido y el rubio enseguida asintió.

—A mí también me gustaría, podríamos salir y beber algo mientras esos dos hablan… -lo último lo había dicho con cierto tono de duda, ya que no creía que Saga se conformara con solo hablar con el moreno y estaba en lo correcto.

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—¿Estás seguro? -preguntó el moreno viendo el lugar, era una habitación pequeña donde aparentemente guardaban los artículos de cocina y otras cosas, una especie de mini bodega. Saga sonrió aunque el otro no pudo ver su sonrisa debido a la escasa luz.

—Lo único malo es que no podré verte -respondió atrayendo el cuerpo del mayor al abrazarle por el cuello y apegándose. Tora no tardó en abrazar su cintura para sentir más cercanía, caminando a paso torpe para hacer que la espalda de Saga chocara ligeramente contra la pared, atrayendo su cadera para no despegarse -¿Ves? Será rápido -susurró, buscando a tientas, sintiendo la respiración del moreno, para poder acercarse a su rostro y en segundos sus bocas comenzaron a devorarse con ansias.

El castaño le atraía del cuello y Tora no soltaba su cintura mientras sus labios se movían, acariciándose, mordiéndose, enredando las lenguas, buscando sentir el sabor del otro, aquel que habían probado hace una semana y los tenía estremeciéndose cada que lo recordaban.

Saga sintió un vértigo con solo ese beso, tenía la necesidad de sentirle más, el calor en el cuerpo lo estaba agobiando y las ganas de tocarle hacían que sus manos bajaran el cuello para pasarse a su pecho, acariciándolo por encima de la camiseta de algodón. Temblaba, no sabía por qué pero sus manos temblaban al delinear el pecho del mayor que le apresaba la cintura y le dejaba sin aliento.

Tora sintió un cosquilleo cuando las manos del castaño acariciaron su pectoral, como si sus palmas quemaran traspasando la tela que aún le cubría. Sus pensamientos de duda desaparecieron, como si su conciencia se hubiera nublado al mínimo roce de su respiración, igual que la primera vez. Sus labios, quería saborearlos cada segundo, aprovechar hasta que fuera necesario separarse para tomar aire. Movió las manos por la espalda baja del castaño, alzando la tela de la camisa que le cubría, sintiendo la piel suave que tanto le atormentó en estos días, volver a sentirla. Se dijo que no enloquecería de nuevo pero ahí estaba, que no volvería a tener sexo ocasional pero ya estaba a punto. No tardó en llevar las manos entre sus cuerpos con el propósito de desabotonar su camisa, abriendo con desesperación la tela para descubrir su torso, ese delicioso torso.

Sus labios se separaron para tomar una bocanada de aire, Saga sintió esas manos frías del mayor en su abdomen y se estremeció, no entendía cómo podían provocarle aquel deseo porque le recorriera. La sensación hizo que enterrara las uñas en el pecho del mayor, escuchando un pequeño jadeo por parte de él, algo que provocó que sus vellos se erizaran. Su voz, si algo tenía en la mente día y noche era la voz grave de aquel moreno cuando jadeaba. Sentir su respiración caliente chocar en los labios, sus manos recorriéndole, abriéndole ya el pantalón mientras hacía lo mismo con la prenda del mayor. Era fascinante, como especie de droga, un dulce que deseas comer con ansias pero disfrutarlo lentamente. Pronto logró deshacerse del cinturón, abriendo la prenda y bajándola hasta que esta llegó al suelo. Se apresuró a sacar una pequeña bolsa del pantalón antes  de sentir que el mayor imitaba el gesto bajándole la prenda.

—Ya sabes, tengo… de tu medida –dijo con una sonrisa curva, sintiéndose ya con la respiración acelerada y el calor aumentando en el cuerpo. Soltó al mayor para abrir la bolsa con desesperación con los dientes, sacando el condón y después bajarle la ropa interior observando su intimidad, preguntándose si algún día tendría el privilegio de probarlo.

—¿Siempre le pones el condón a tus amantes? –preguntó el moreno lo más bajo que pudo aunque con ello consiguió que la voz le saliera grave, lo que le provocó un escalofrío a Saga antes de alzar la mirada, pudiendo saber que aquel tono había sido casi de burla. La primera vez que lo hicieron, había sido Saga quien le colocó el condón.

—No exactamente…  -era en parte cierto, pero no quería reconocer que con Tora era la primera vez que lo hacía y no podía evitarlo pues de esa manera podía tocarle. Colocó el látex en aquel miembro, desenrollándolo mientras sentía como éste temblaba por el contacto. Bajó a la altura de las caderas para lamerle la punta, haciendo un suave vaivén con la mano antes de incorporarse, escuchando los suaves jadeos que soltó el mayor. Volvió a besarle con ansias, apegándose de nuevo a su cuerpo, sintiendo su intimidad rosarle a pesar de encontrarse aún con la ropa interior. -Ah… -el castaño movió las caderas en un vaivén para hacer más roces- Ah… Tora… no lo dudes… -le animó y como respuesta el moreno le bajó su ropa interior, haciendo después lo mismo con la propia. Tomó una de las piernas del castaño, acariciándola mientras recargaba su cuerpo en la pared para que el otro tuviera soporte.

—Tú lo pediste –le susurró al oído con la voz grave, acomodando la intimidad en su entrada antes de penetrarle, dejando la punta en el interior, haciendo una pausa de segundos antes de tomar impulso con las caderas y entrar por completo- ah! –jadeó lo más bajo que pudo, cerrando los ojos al sentirse en el interior de Saga, teniendo un ligero vértigo mientras tomaba aire para iniciar enseguida el vaivén suave contra su cuerpo.

—Mh… -había tenido que morder la camiseta del mayor para ahogar los jadeos, era brusca la manera de penetrarle pero eso era lo que le fascinaba. No tenía idea de cuán masoquista podía ser hasta que encontró a ese moreno de ojos avellana. Con otras personas lo había hecho así pero… -¡¡Mhhh!! –mordió con fuerza la tela al sentir que una embestida aumentaba de fuerza, el moreno parecía perder el control de sus movimientos, comenzando a hacer que el cuerpo de Saga brincara por los impulsos.

Se abrazó como pudo de Tora, sintiendo que el mayor tomaba su otra pierna para poder alzarle el cuerpo por completo y continuar con las embestidas que mejoraron por la posición que ahora se encontraban, aprovechando la gravedad para dejarle caer. Aquello se volvía insoportable para ambos, el placer los estaba sobrepasando, sintiendo que eran capaces de explotar en cualquier momento. No lo soportó más, no pudo esperar a que el mayor terminara, hizo que la esencia saliera salpicando los torsos de ambos, arqueando la espalda por el placer y aferrándose al cuerpo de Tora.

—Ah… -jadeó el mayor de manera ronca cerca de su oído, cerrando los ojos por segundos antes de sentir que su intimidad le palpitó excitado por la presión que ejercieron las paredes de Saga al tener el orgasmo, expulsando el propio en el condón, sintiendo que los músculos se le contraían por lo que tuvo que apoyar el peso del castaño en la pared mientras recuperaba el aire y el cuerpo dejaba de temblarle con los espasmos.  Cerró los ojos, viendo puntos blancos incluso en la oscuridad de los párpados. Tomó aire y bajó las piernas del menor para que pudiera sostenerse, aunque Saga no le soltó, mantenía el abrazo en la espalda como si deseara retenerle para siempre. Salió con suavidad de su interior y se quitó el condón- Saga… -murmuró queriendo que el castaño le soltara pues no era el momento para quedarse así, alguien podía entrar y Shou podría estarle esperando.

—Lo… siento –susurró soltándole por fin apoyando su cuerpo en la pared mientras Tora dejaba un momento el condón en el suelo para poder vestirse rápido. Saga parecía no reaccionar, se mantenía quieto, con la respiración normalizándose de a poco. El moreno no le dijo nada, se vistió en silencio creyendo que el otro necesitaba recuperarse. Pero no podía ver la sonrisa que tenía el castaño en medio  de la oscuridad, una sonrisa de encanto, de haber vivido el mejor de los orgasmos, sintiendo que el cuerpo entero le cosquilleaba.

—Saga… será mejor irnos –habló el moreno con esa voz profunda que le hizo temblar ligeramente, mientras le veía de reojo que tomaba de nuevo el condón- ¿no hay un bote aquí?

—No creo… -murmuró como pudo el castaño, queriendo verle en la oscuridad pero era imposible- dámelo, lo tiraré yo, no te preocupes… -se veía que Tora tenía prisa.

—¿De verdad? Mi amigo debe estarme esperando –dijo acercándose al menor- ¿estás bien? –se percató que Saga no se había movido, buscó a tientas su mano para entregarle el condón aunque aún esperaba su respuesta.

—Como nunca… ve, Tora –le sonrió aunque el moreno no pudiera verle, deseaba volver a besarlo pero ese mismo deseo le hizo sentirse extraño por lo que desistió de hacerlo.

—Adiós… Saga –dudó un poco en despedirse, se acercó a su rostro en medio de la oscuridad y no pudo evitar besarle los labios casi como impulso o especie de despedida como después quiso pensar Tora.

—Adiós… -y en cuanto Tora le dio la espalda, saliendo del cuarto, Saga se dejó resbalar por la pared, quedando sentado, con la mirada fija en la puerta por largo tiempo hasta que vio aparecer a Hiroto quien enseguida encendió la luz.

—Pero ¿Qué…? –no pudo terminar, el ver a Saga semidesnudo le hizo desviar la mirada pero alarmado ayudó a su amigo a vestirse- ¡Takashi, reacciona! ¿Qué te pasa? –terminó de ponerle el pantalón y después le cerró la camisa, viendo que una de sus manos tenía un condón usado- ¡Agh! ¡Te había recogido cuando estabas borracho pero nunca así! –dijo el rubio molesto antes de tomarle del brazo, su amigo tenía la mirada perdida y no dejaba de sonreír- me estas asustando Takashi, enserio…

—Tranquilo Hiroto… estoy bien –le respondió por fin con una sonrisa, aceptando la ayuda del más bajo para incorporarse.

Hiroto le insistió que fuera a su casa, realmente parecía preocupado por  cómo lo encontró y quería asegurarse de que estaba bien. Cuando llegaron le hizo darse un baño, para después de que se vistiera le insistiera con el mismo tema.

—Jamás te había visto así –dijo el rubio cruzándose de brazos, viendo que el castaño se sentaba en el sillón con la toalla en la cabeza pero sin hacer un movimiento.

—Sécame mi pelo –murmuró con el rostro oculto en la toalla.

—¡No lo haré, eres bastante grande para secártelo!

—¡Pero sabes que me gusta que me sequen mi pelo!

—¿Cómo le haces si vives solo?

—Pues me lo seco yo, pero si estás aquí, ¿por qué no me lo secas? –el rubio suspiró frustrado, secándole con fuerza mientras el otro comenzó a quejarse.

—¡Ni siquiera respondes a lo que te estoy diciendo!

—Pero ¿qué quieres que te responda? Estaba así por el sexo que tuve con Tora, es todo un animal ¿sabes? No iba a quedar entero luego de aquello –de nuevo otro suspiro por parte de Hiroto, Saga solo rió un poco pero volvió a quejarse de que le jalaba el cabello por la forma que se lo secaba.

—¿Es que acaso te enamoraste, Takashi? –los quejidos se detuvieron y el aludido giró el rostro quitándose la toalla para ver fijamente al más bajo.

—¿Estás loco? Sabes que eso no sucede conmigo.

—No había pasado hasta ahora que desearas repetir con alguien y que además te pusiera así, estabas desesperado en el bar por poder hablarle y pedirle su teléfono que…

—¡Su teléfono! ¡¡¡Soy un idiota!!! –exclamó mirando al techo para después ponerse las manos en la cabeza negando.

—¿Lo ves? –suspiró para después sentarse en el sillón- te contaré lo que me dijeron sobre él… Hablé con su amigo, Kohara-san –un brillo en los ojos castaño de Saga apareció, sorprendiéndole a Hiroto pero al parecer su amigo aguardaba la información expectante- Tora, quiero decir Shinji Amano, es el gran dueño de las tiendas departamentales Amano…

—¿Dónde trabajas? –sus ojos se abrieron más, acercándose a su amigo incrédulo, bastante sorprendido por la información.

—Sí, exacto. Luego recordé haberlo visto alguna vez en la tienda, pero se le ve poco ya que no sale por la entrada principal, solo se pasea por la tienda cuando hay eventos importantes… Pero creo que es mejor que no estés enamorado de él porque sería terrible, dudo mucho que tuvieras posibilidad y…

—Así que las tiendas Amano –sonrió desviando la mirada de su amigo mientras meditaba, sin escuchar lo que seguía diciéndole Hiroto.

—¿Me estas escuchando? –preguntó el rubio exasperándose porque sentía que esa faceta de su amigo no la conocía.

—Podría trabajar ahí ¿no? Ya que no tengo empleo… tú podrías hacerme una recomendación –exclamó emocionado por la repentina idea que le surgió.

—Espera… aguarda un minuto. ¿Para qué quieres trabajar ahí? ¿Es que de verdad estas buscando volver a juntarte con Amano-san?

—Puede ser que si trabajo en su misma empresa tenga más suerte de encontrármelo a menudo –dijo con una sonrisa curva y ante la cara de susto que hizo su amigo, suspiró frustrado- ¿Quieres dejar de hacerte telenovelas en la cabeza? Ya te dije que  no estoy enamorado, ni lo estaré. Solo es un muy buen sexo que quiero repetir más seguido. Me encanta como lo hace, no se puede estar enamorado de alguien solo porque lo hace bien ¿no? –el rubio pareció meditarlo por unos momentos y después negó con la cabeza- ¿ya ves? Tómalo como una obsesión –se encogió de hombros.

—¡Como si eso no fuera tan grave! ¿Qué harás si de pronto Amano-san te demanda por acoso? ¿Sabes que podrías estar en la cárcel por eso? –el castaño soltó una carcajada por las palabras de su amigo.

—De verdad Hiroto, deja de ver tantas películas románticas y sosas, solo te llenan de ideas tontas la cabeza. ¿Cómo piensas que me va a demandar si también lo disfrutó? De lo contrario no hubiera aceptado hacerlo conmigo la segunda vez. Sé muy bien que me desea, lo veía en esos ojos claros que me quemaban. Te juro que cuando se lo propuse, sentía que me desnudaba con la mirada. Así que solo seré su amante –dijo con simpleza y una sonrisa amplia- a lo mejor me lleva a un hotel de cinco estrellas para que me haga…

—¡Ay ya!  Es inútil razonar contigo cuando estas así, haz lo que quieras –dijo ahora el rubio frustrado, sin querer escuchar lo que ya estaba imaginando su amigo- A ver si Nao tiene más suerte haciéndote ver las cosas, aunque conociéndole seguro que solo te apoya en tu aventura… pero ni creas que te voy a dar una recomendación. Lo mejor es que busques otro lugar para trabajar, además que por ahora no están pidiendo personal.

—¡¡Eres muy malo Hiro-chan!! –dijo haciendo puchero para después cruzarse de brazos y recargarse en el respaldo del sofá con los labios ligeramente levantados.

—Aunque me digas y hagas eso, no voy a cambiar de parecer –se levantó del sillón- sacaré el futón…

—¡Oye espera! –le dijo tomándole de la mano y el puchero se le borró de la cara mostrando una sonrisa traviesa- Ya no te insistiré pero quiero saber algo… Me dijiste que hablaste con el amigo de Tora, el chico castaño y alto –levantó las cejas varias veces- ¿qué tal? –ante la pregunta el rubio se sonrojó por completo, pensó que como Saga estaba tan absorto en sus planes se salvaría de aquella pregunta pero ahora veía que estaba muy equivocado. – ¡¡Wo!! ¡Ese sonrojo me gusta! Así que estuvieron hablando de otras cosas también ¿o me equivoco? –Hiroto le miró con los ojos entrecerrados a modo de reproche pero el sonrojo aumentó- ¡¡Jo!! Deberías agradecerme por haberte pedido el favor

—Kohara-san es un hombre muy interesante –murmuró desviando la mirada aún avergonzado- muy amable y sonriente, realmente tuve una buena plática con él pero nada fuera de eso

—Bueno, es un comienzo ¿no? Parece que está interesado en ti sino no hubiera caído en tu trampa

—¿De qué hablas? –volvió la vista al castaño y éste se rió por su reacción.

—¡Hiro-chan! No te hagas al modesto –exclamó divertido Saga- si no le hubieras interesado no habría ido contigo al baño ni tampoco hubiera tenido una conversación contigo.

—Bueno… dijo que era atractivo… -murmuró bajando la mirada avergonzado- pero eso no quiere decir nada…

—¿Te dio su celular o algún número para contactarle? –el rubio asintió sin borrar el sonrojo- ¡entonces se volverán a ver! –rió el castaño- bien Hiroto, es un comienzo, de esos que te gustan a ti, lentos y con solo bla bla bla

—No sé por qué no lo intentas al menos una vez en tu vida, no todo gira alrededor del sexo y es probable que para encontrar al amor de tu vida sea necesario que cambies tus rutinas de cortejo…

—Hiroto… yo respeto mucho que tú seas alguien tan romántico y soñador en cuanto al amor. Te he dicho que yo no creo en él y no voy a enamorarme tampoco. No pienso amarrarme a alguien y dejar de tener la vida que ahora tengo, me divierto todo el tiempo y a mis anchas, sin tener que rendirle cuentas a nadie –se acostó en el sofá con una amplia sonrisa- si hubiera tenido novio, no hubiera podido conocer a ese sexy Tora~ -negó Hiroto con aire de no verle alguna razón de seguir discutiendo con su amigo, ya era un caso perdido.

Notas finales:

Espero que aún se acuerden de la historia D:


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