Black & White
Capítulo 1.
La cita a ciegas…
-En la ciudad siempre hay trafico ¿cierto?, entonces, ¿no veo porque te enojas?, tú fuiste el que decidió venir a vivir a la ciudad, no yo, ¿por qué pones esa cara?- hablaba una mujer con tono de reproche
-Mamá, podrías bajar la voz, intento concentrarme, conducir no es fácil ¿sabes?- decía un muchacho clara mente estresado por las palabras de la mujer
-Ultima mente, siempre tienes esa actitud, pareciera que nunca estas de buen humor, ¿qué es lo que le ha pasado a mi adorado hijito?-el muchacho suspiro pesadamente, no de nuevo, pensó internamente, su madre siempre lo fastidiaba, pero ultima mente lo hacía más recurrente mente
La vista de ambos se desvió por breves segundo hacia el mismo sitio, el starbucks que su madre visitaba todas las mañanas, sus amigas la esperaban en su mesa de siempre, con un frappuccino esperando solo por ella
-No tengo tiempo para hablar de esto, será en otra ocasión- freno justo frente al establecimiento y solo un segundo después de que su madre serrara la puerta de su nuevo lamborghini, el carro arranco sin siquiera permitir que ella se despidiera de el -¿Por qué nunca se calla?, ¿no sabe ya, que me fastidia cuando comienza a hablar sin sentidos?-suspiro pesado- nunca debí traerla a vivir a la ciudad
-no sé qué es lo que tiene, ultima mente es algo grosero y cortante, lo veo muy estresado y casi no duerme, se la pasa trabajando- la mujer hablaba sin parar mientras las demás señoras la escuchaban atentamente, se detuvo un momento para dar un sorbo a su bebida y prosiguió- estoy muy preocupada por él, se que le molesta que me meta en sus asuntos, pero, ¡también soy madre!
-te entendemos total mente, a mi hijo le sucedió exactamente lo mismo, se la pasaba del trabajo a la casa, del trabajo a la casa, día y noche sin parar, se ponía irritable y furioso por todo
-si a mí Yunho le sucedió lo mismo, su carácter era horrible
-y… ¿se les quito?- pregunto angustiada la mujer
- pero por supuesto querida, esa etapa es meramente momentánea, solo hace falta que encuentre a una linda pareja
-¿Qué?
-si ella tiene razón, tu hijo solo necesita una pareja
-no entiendo
- lo que sucede es que tu hijo ya se cansó de la etapa de soltería, esto es un proceso por el cual debe pasar, tu hijo se cansó ya de andar de fiesta en fiesta, de ir a trabajar y ganar dinero solo para él y bueno obvio para ti también, lo que me refiero es que…
- que tu hijo quiere sentar cabeza
-¿sentar cabeza?
- si tú sabes, casarse, tener una familia, etc.
-casarse… pero él no conoce a muchas chicas
- como su madre debes ayudarlo, yo ayudé a mi hijo, le organice una cita a ciegas, hay fue donde conoció a su prometida….
Se encontraba en su oficina, el lugar estaba elegante, pulcro y organizado a la perfección, el lugar se encontraba decorado en tonalidades “black and white”, los muebles de su despacho consistían en un escritorio y dos estanterías, además de res repisas de cristal, donde colocaba fotos, una pequeña planta y un bearbrick de 15 cm. De alto, en las estanterías se hallaban sus libros y tres bearbrick`s de mayor tamaño, su escritorio solo tenía un montón de papeles en sima, perfectamente organizados por supuesto, y un pequeño marco de plata, que contenía una foto de tres chicuelos, además de una laptop plateada Mac,la cual sin contar a la pequeña planta que tenía, esa computadora era lo que más resaltaba, debido claro a qué era lo único de un color diferente e esa oficina.
suspiro pesadamente, pronto seria hora de salir de trabajar y tendría que volver a casa, lo único que le molestaba de todo esto es que tendría que ver a su madre, no es que no la quisiera, era solo que desde la muerte de su padre, se había vuelto un poco fastidiosa, siempre trataba de meterse en su vida hasta el punto en que lo hostigaba, volvió a suspirar y cerro su laptop, la guardo en su mochila y se levantó lenta mente con rumbo hacia la puerta, estaba a punto de girar el picaporte cuando, la puerta se abrió repentina mente, de un brinco retrocedió, y luego miro fijamente a la persona responsable de este acto.
-¡ ¿qué crees que estás haciendo?! – el muchacho parado frente a el poseía una piel blanca, cabellera castaña y unas enormes ojeras debajo de sus ojos pardos, además en ese preciso momento tenía una enorme sonrisa de oreja a oreja.
-¿Qué?, acaso ¿no puedo venir a tu oficina?
-está bien, di lo que quieres, tengo prisa
-en tres semas el sábado por la noche habrá fiesta en mi casa
-¿yo? ¿Eso qué?
-te estoy invitando bruto, será el aniversario de YG Entertaiment y este año me toco a mi organizar la fiesta, por lo menos deberías decir gracias.
-la verdad no creo tener tiempo para eso- dicho esto, rodeo al chico de menor estatura y siguió caminando,
Cuando al fin llego a su hogar, su madre lo esperaba en casa, se encontraba en la sala de estar, bebía té y miraba la televisión, se sentó junto a ella en silencio, esperaba que siguiera con el tema de la mañana que él había interrumpido groseramente, pero eso nunca paso, en su lugar la mujer parecía absorta en la televisión, no decía ni una palabra, esto le comenzó a preocupar al muchacho, algo no andaba bien, su madre era parlanchina por naturaleza, el hecho de que no dijera ni una sola palabra era algo preocupante
-¿Te sientes bien mamá?- ella volteo a verlo por primera vez en todo el rato que estuvieron ahí, parpadeo un par de veces y volvió su vista a la televisión
-Hay algo importante que tengo que decirte…-guardo silencio un par de segundos, antes de continuar, su hijo la miraba expectante y preocupado a la vez, sin esperarse lo que sucedería – te organice una cita a ciegas, su nombre es Sandra Park, será mañana a las 9:30
-¿!Qué!?...
Cuando me di cuenta, me encontré teniendo una cita con una chica muy linda, su nombre era Sandara Park, pasamos una bonita tarde, hasta llegue a pensar que mi madre tenía razón, solo necesitaba des estresarme un poco, pero todo empeoro cuando le comente que la verdad solo veía a Dara como una amiga, al principio solo se molestó y me grito, pero fue peor cuando decidió modificar mi agenda por completo, todos los días de la semana tenía una cita tras otra, conocí a un sinfín de chicas en tan solo dos semanas, todas muy lindas, pero en realidad no era nada que no hubiera visto con anterioridad.
El día de hoy como era de suponerse, también tenía una cita, desganado entre al restaurante, no tenía ninguna intención de conocer a nadie hoy, me encontraba particular mente cansado y estresado, solo quería dormir en ese momento más que cualquier otra cosa, pero no podía, me encontraba en ese estúpido restaurante esperando por una persona que ya tenía diez minutos de retraso, si pasaba un minuto más juro que me iría, odio la impuntualidad.
Por el restaurante ingreso un joven de cabello castaño y corto sus ojos asían juego con su cabello y su piel era casi tan blanca como la nieve, el se acercó apresuradamente hacia su mesa
-¿eres Seung Hyun cierto?- el muchacho lo miro de pies a cabeza, solo respondió de una forma simplísima, si, salió de sus labios, nada más, nada menos, no podría haber sido más seco- Mi nombre es Know Jiyong,- dijo regalándole una cálida sonrisa y tomo asiento en la mesa-Lamento haber llegado tarde, es solo que tuve mucho trabajo hoy- trataba de excusar su excesiva tardanza
- Esta bien, supongo que puedo entender que el trabajo te retrasara- hablo serio casi sin ninguna expresión
-Me alegra que me entiendas, entonces… ¿ordenamos?
Pararon la tarde riendo, y conversando sobre cosas sin importancia, de hecho a Seung le sorprendió que la pasara tan bien, ya eran las doce de la noche, caminaban por la calle sin prisa y conversando tranquila mente, él nunca se había sentido así por ninguna persona. ji detuvo al primer taxi que observo, estaba listo para irse a casa.
-Sabes, fue genial el día de hoy- hablo el muchacho al mismo tiempo que el taxi se estacionaba frente a ellos- tal vez deberíamos repetirlo, no sé, tal vez ir a tomar un café o quizá…
-Seung, no me malentiendas, fue genial hoy, pero sé a dónde va todo esto, en realidad no quiero nada formal por ahora, tal vez si te acepte ese café después pero solo como amigos
Nunca en su vida le había sucedido aquello, amigos, esa palabra seguía sonando en su cabeza, jamás ninguna chica o chico se acercaba a él, en plan de amigos.
-Si de hecho yo lo decía por eso, en realidad, no creía que llegaríamos a algo más ni nada parecido
- Que bueno que entiendas, de todas maneras, estoy seguro que lo nuestro no hubiera funcionado- dijo comenzando a subir al taxi
-¿Cómo que lo nuestro no hubiera funcionado?
- Si tú sabes, es solo que no eres mi tipo, como sea, tal vez te acepte ese café en la próxima ocasión- le sonrió cálida mente y serró la puerta de su taxi, y desapareció entre los cientos de automóviles de la ciudad.
-¡No pienso invitarte nada!- grito cuando el vehículo se alejó lo suficiente, sin más que hacer se retiró con rumbo a su hogar, sin dejar de pensar en esa palabra que lo había afectado tanto AMIGOS.