Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El encantador de perros por HeartBreakerGirl

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Sé que dije que sería un two-shot. Pero... ¿hubo un pequeño problemita? Verán. Yo antes de escribir un fic. Acostumbro a anotar las ideas de las cosas concretas que pasarán. Aqui ya hay cinco de ellas y me faltaban cinco más. Si con cinco hice 6 mil palabras... ¡¡Otras cinco sería el doble!! No quiero abusar de sus vistas. 

Por eso lo dividí otra vez y serán un Three-shot, ¿de acuerdo? 

Bueno no les aburro con mi palabrería explicándoles mi motivo y adelante... lean!

Ema espero que te guste y a ustedes también <3

 

El enojo, el orgullo y la competencia

son nuestros verdaderos enemigos.

 

Dalai Lama

 

-Hoy no frunce el ceño mucho, ¿cierto?- Seung Hyun volteó a ver a sus nuevas mascotas mientras comía unos snacks con gusto- ¿Qué dices Charlie?

Ambos canes le miraban con una cara de aburridos. Seung decidió obviar eso y volvió su vista en los binoculares que sostenía en una de sus manos. Gracias al zoom pudo ver lo que hacía vecino. Parecía que su semblante cambiaba con los segundos a uno más tranquilo y podía ver que tenía ganas de sonreír. Lo había visto escribir algo en un papel. Sea lo que fuese lo que estuviese haciendo había cambiado considerablemente su estado anímico.

-¡Al fin le salió lo que quería! ¿Ven?- lo decía como una observación. Apartó nuevamente sus ojos del aparato para dirigir su mirada a ellos.

Un ladrido de parte de Charlie recibió. Aquello le hizo sonreír. Sam se limitó a echarse y poner su cabeza entre sus pies. El animal era dulce.

-¡Chicos inteligentes!-dijo riendo entre dientes- Ahora continuaré con mi tarea, ¿vale? No. No me mires así. Saben que no tuve opción- el pelinegro le explicaba a Charlie. La mirada del can era de reproche- Él no quiere ver mi sombra. Tiene su carácter, eh! No pude controlarme…-murmuró lo último antes de ver por los binoculares nuevamente.

Él, en su paseo dentro de la propiedad descubrió que los hijos de los Hang dejaron… ¿un singular regalo? No sabía cómo definirlo, pero la cuestión es que si bien su habitación quedaba al lado de la casa de Ji Yong… no podía verlo desde ahí. Gracias a un paseo matutino y también, a su curiosidad descubrió que unos metros más allá de su casa y al lado de su cuarto había una casa de árbol. Estaba bien construida y era lo suficientemente espaciosa. Ya lo había explorado y aunque tenía algunos lujos, hablaba por su estructura, también era cómoda. Más aún lo apreció cuando tuvo noción que era lo suficientemente discreto para ver la habitación de su peculiar vecino. Nunca por su cabeza pasó darle ese tipo de uso a la casa, sin embargo las circunstancias lo habían obligado a ello.

-¿Por qué no pude controlar mi boca?- se reprendía en  voz baja.

¡Estúpido! Mentalmente hacia lo mismo. Doce días exactos, hacían con ese, que no volvía hablar con él. No desde la pelea verbal que tuvieron….

  FLASHBACK

-¡¡Tuuuuuuuuuu!!- la voz sonaba una octava más alta que lo normal.

-Ji Yong...- alcanzó a responder.

-¿SE PUEDE SABER QUÉ ESTABAS PENSANDO AL ADOPTAR A CHARLIE Y SAM? ¿POR QUÉ LOS SEPARAS?-tenía su cara roja y rabiosa.

Vale, al parecer había encendido su demonio interior. Lo entendía, pero tampoco le tenía que tratar de esa manera. ¡Ni hablar!

-¿Podrías bajar tu tono al hablar, no crees?- Seung Hyun rechinó sus dientes con fuerza.

Ji Yong sabía que lo que hacía estaba mal y se sentía un poco avergonzado, pero su furia podía más. Él amaba a esos animales,  no iba a permitir que un extraño y recién llegado hiciese lo que se le antojase. No, cuando rompía la unión de aquellos perros.

-Tú decidiste las cosas a tu modo- las manos del castaño peliazul estaban formadas en puños. Trataba de controlar el gran enojo que sentía salir de su pecho- ¡No debería tenerte consideración! ¡¡Me tuve que enterar por el doctor Chang!!

La última oración sonó tenía un tono filoso y agudo. Es como si anunciara un cartel en su frente diciendo: ¡PELIGRO! Seung Hyun ahora tenía conocimiento de dónde le había venido la información. Eso demostraba que se preocupaba por los canes, los había llevado al veterinario. Era uno de la zona y muy bueno, según la recomendación que tuvo de algunas personas. Además… ¿qué le reclamaba? El chico era completamente difícil de ubicar. Su horario de regreso a casa era indefinido y tampoco sabía su teléfono. Ni que poseyera conocimientos mágicos para mandarle un mensaje. ¡Por el amor de Dios! Ignorando que debería defenderse diciendo esas palabras, en su lugar su boca pronunció otras.

-¿Y quién dijo en algún momento qué hice lo que se me di la gana?- le respondió el pelinegro frunciendo el ceño. Su instinto actuaba por sí mismo. Le podía agradar aquel chico, pero no podía ser injusto con él- ¿Cuál es el problema que los adoptase? ¿Acaso es malo?

Preguntó con la barbilla en alto. Cruzándose de brazos. Él era inocente de las cosas que se le acusaba.

-¿CUÁL ES EL PROBLEMA?- otra vez Ji Yong alzaba la voz desaforado completamente- ¡Eres increíble! Definitivamente las apariencias engañan- habló despectivamente- ¡LOS SEPARASTE!

-Estoy de acuerdo que las apariencias engañan- con un sarcasmo tan burlesco le respondió. De verdad creía en esa frase. Ese chico le hacía exasperarse y su boca le hacía actuar antes de pensar- No los separé. No importa lo que diga. No me creerás, ¿cierto?

-¡Touché!- Ji Yong no se dejaba intimidar, esa mirada tan impenetrable no le era ni un impedimento para acobardarse. Por más que le estremeciese un poco- Ni siquiera sabes los nombres de los otros animales. ¡Típico!

-Ni que les fuera hacer algo malo. Ellos serán bien cuidados. ¡A mí me gustan!- Seung Hyun alzó las manos al cielo exasperado. Incluso había olvidado que los perros estaban viendo su discusión en medio de plena calle- ¡¡Tú tienes serios problemas!!

-¡¡Já!! ¿YO LOS TENGO? ¿YO?- el castaño peliazul sentía que explotaría en cualquier momento. Le crispaban sus nervios al rojo vivo- ¡SUEÑA IDIOTA! La próxima vez piensa menos en tu egoísmo. Hay algo que se llama no empañar la felicidad de otros a costa de uno mismo. ¿Entendido?

-¡¿Me llamaste idiota?!- es lo último que alcanzó a pronunciar Seung antes de que el menor desapareciera dejándolo con la palabra en la boca. Definitivamente…ese chico le había sacado el mal genio que llevaba adentro.

Lo observó irse solo por unos momentos. Meneó la cabeza en señal de desaprobación. Al restablecerse vio del gran espectáculo que había dado en la acera. Volviéndose a sus nuevas mascotas, que se habían mantenido quietas en todo el proceso. Algo raro, teniendo en cuenta que querían a Ji Yong.

-¿Él siempre es así?- su voz sonó amarga- Olvídenlo no necesito respuesta. ¡Mejor vámonos!

FIN DEL FLASHBACK

 

¡Maldita sea su curiosidad! Todos los días se mantuvo haciendo lo mismo. Observándolo a la distancia. Sentía que si se volvían a ver las caras una combustión espontánea ocurriría. Todavía no ubicada que era esa curiosidad que sentía hacia su vecino. Prácticamente se terminó dando por vencido con el paso de los días. Parecía un enfermo. Él lo sabía y sus perros también. No era tonto. Esa fijación que tenía con Ji Yong era morbosa. ¡Jesús! Ni a él le gustaría tener una persona así detrás de él. Conocía sus gestos a la perfección. Podía decir que lo conocía más que él mismo. Hoy había tenido suerte. Era sábado y como nunca Ji Yong estaba en casa. Solía ir a diario a la casa del árbol, aunque no solo para expiarlo, si no para leer, ver televisión u cualquier otra cosa. Le daba un uso de una sala personalizada creada para él. Y cuando tenía suerte lo observaba. A veces se quedaba dormido. Su madre le decía que seguía siendo un niño jugando a la casita. Aquello le hizo molestarse, luego optó por echarse a reír. ¿Qué le quedaba? No se podía amargar la existencia de esa manera. Si su madre supiera que se había convertido prácticamente un stalker en potencia, le hubiese destruido el lugar hace siglos y no por espiar al vecino, si no que había maneras de abordar a las personas. Si él le daba la razón que quería ser su amigo, estaba seguro que su madre le diría eso.

Él de verdad, de todo corazón, quería tener la amistad de aquel único muchacho. Solo que ahora no lo veía posible, al menos que pudiese controlar su boca y Ji Yong dejase de tener una lengua afilada. Él no era no de ser una persona de muchos amigos, a las justas tenía un par. Uno estaba aquí en Seúl y el otro había ido al extranjero a estudiar fotografía. En resumidas cuentas su círculo era pequeño y tampoco se quejaba, apreciaba a la gente que tenía y era muy leal con ellos. Ahora la pequeña vocecita de su interior insistía que tenía que ser su amigo y pocas veces, su intuición había costado. Le iba a costar, pero lo haría.

Siguió con sus pesquisas mientras abría la otra bolsa de snacks con su mano desocupada. Era la tercera. Llevaba dos horas sentado, ya no sentía su trasero, pero no le importaba. Llevó un snack a su boca. A medio masticar, tuvo que dejar de hacerlo. Ji Yong se había levantado de golpe mostrando una reluciente sonrisa sosteniendo entre sus dos manos el papel dónde había escrito. ¿Qué rayos era esa cosa que se mostraba tan contento? Otra vez su curiosidad se hacía presente. Vio que lo dejó en su mesa y luego desaparecía, para otra vez volver aparecer en su campo de visión con su guitarra perfectamente guardada en una funda. Tal como la primera vez que lo vió. Cogió ese papel al vuelo y desapareció. Era obvio que saldría. ¡Al diablo! ¡Lo seguiría! No podía soportar esa terrible curioseo que sentía fastidiándole internamente. ¡Genial! Había subido un nivel más en su espionaje. Ahora perseguía su objetivo. ¿Qué tan grandioso era? Sabía que eso era MUY MALO, pero apagó las voces de remordimiento y como un rayo se situó frente a una de las salidas. 

-¡Nos vemos más tarde, chicos! ¡¡Pórtense bien!!- se despidió a la justas de los canes.  

Se deslizó por el tobogán, ya que era le iba a ser más rápido. Infantilmente había modificado la casa del árbol con un par de cosas. Primero, la escalera de madera pegada al tronco en tablas ya n existía, en su lugar le había reemplazada por una escalera de madera, pero con escalones y similar a las escaleras para subir al segundo piso de su mansión. Quería que los perros pudieran acompañarlo y entrar a la casa cuando quisieran. Incluso agregó un par de camas para que pudieran descansar. Segundo siempre había querido tener un tobogán y aquella era la ocasión perfecta para cumplir su deseo. No había más razones. Corrió como desesperado hacia la puerta de la propiedad y rogó con todo su ser que Ji Yong se hubiese olvidado algo o se hubiese demorado, así al menos podría alcanzarlo y seguirlo prudentemente.

Tal vez la providencia decidió ayudarle, pues ni bien pisó la acera todo agitado vio que Ji Yong caminaba a la carrera hacia al lado contrario de dónde se encontraba. Obviando el cansancio que sentía y que su corazón estuviese a punto de salírsele por la garganta debido al esfuerzo. No estaba acostumbrado mucho al esfuerzo físico. Trotó detrás de él a una distancia moderada. Hasta que llegó al parque cercano a su casa. Vio que paró por un momento, pero luego aceleró sus pasos. Agradecía que no corriera más. Tratando de recuperar su respiración lo siguió. No le duró mucho el alivio. Otra vez Ji Yong se dio una carrera. Y lo peor no sabía… ¡¿por qué diablos le estaba siguiendo?! Corrió, corrió detrás de él, tratando no perderlo de vista entre el gentío. Era una suerte que no le hubiese perdido. Ya llevaba muchos metros en un estado de permanente agitación cuando vio que el castaño peliazul subía a un bus. ¡Rayos! ¡No podía entrar en el mismo lugar!

Estuvo a milésimas de perder la fe por completo y soltar una sarta de palabrotas. ¡Que un milagro ocurrió para él! Un bus venía a cinco minutos del que se había subido Ji Yong. Lo esperó y subió. Siempre llevaba su cartera, lo que no le fue difícil mostrar su tarjeta de bus. Logró encontrarse un asiento adelante, para no perder de vista el bus delantero y por fin sus piernas pudieron descansar. Ahora solo haría uso de su paciencia.

Veinte minutos después se encontró bajando en una esquina y siguiéndole el rastro. Parecía un lugar frecuentado por gente joven. La mayoría del público era de esa edad. Escuchaba distintas música de restaurantes, librerías y algunas tiendas. Fue difícil tratar de no distraerse, pero pudo hacerlo. Siempre cuidando de no verse descubierto. No sabía cuando terminaría la caminata de Ji Yong, quería que sus pies pararan por unos segundos, pero por supuesto que no lo hizo. Sacando fuerzas de dónde no las tenía, no se dio por vencido. Hasta que se encontró al final de la calle y Ji Yong entró a uno de los tantos bares que abundaban por el lugar. Se detuvo por un momento frente al lugar y leyó unas luces de neón apagadas diciendo: Moderatto.

¡Qué nombre tan peculiar y también le gustaba! Sin embargo también se le hacía conocido y no sabía de dónde. Se encogió de hombros ante la rara sensación que tenía y decidido entró al lugar. Lo primero que vieron sus ojos, fue a un montón de gente yendo hacia él, parecía que se retiraban del lugar. Sus ojos se abrieron desmesuradamente y para no morir ahogado por la pequeña multitud logró escabullirse hacia la derecha. Resultando san y salvo. Su cara chocó con un anuncio. HOY AUDICIÓN.  Ahh... ¿era eso? ¿Ji Yong audicionaría para algo? Una vez que se volteó y vio que y no había gente que le aplastara… siguió su camino. Pudo ver que había una fila de gente hacia la derecha del local y con números colgados en sus cuellos a modo de carteles. El lugar estaba iluminado en la parte del escenario y al centro había una mesa. Tres personas estaban sentadas, viendo a alguien actuar. No sonaba nada mal, pero le faltaba algo. Buscó por todo el lugar a su principal objetivo y no lo encontró. ¿Dónde estaba? Suspiró profundamente. Encontrarlo sin ser visto sería duro. Sacó su celular para ver la hora y con sorpresa vio que eran las once y media de la mañana.

-¿Me buscabas a mí?- conocía aquella voz. Le hizo parar en seco. Casi bota su celular de la impresión. Sonaba tan confiada que no le gustó para nada.

-¿Tanto sueñas conmigo?- su boca fue más ágil en formular un respuesta inteligente.

-Eso parece. ¿No me vienes siguiendo desde que salí de casa?- podía ver la irritación en sus ojos y a la vez su tono seguía siendo seguro.

¿Así que le había descubierto? ¿Eso significaba que le había hecho correr solo por joderle la existencia? ¡Qué desgraciado! ¡No lo podía creer! ¡Quería ahorcarlo con sus propias manos y le valía que fuera delante de un montón de gente! Trató de repetirse mentalmente que aquello era mala idea por más que fuese tentadora.

En su mente del castaño peliazul el haber descubierto a su enemigo le era agradable. ¡Dulce, dulce, dulce victoria! Ver como rechinaba los dientes no tenía precio ¡Claro que Ji Yong sabía que le había seguido! Él se había demorado una semana tratando de componer una nueva canción para el grupo. La discográfica que a él y su grupo le interesaba les había echado el ojo. Entonces tenían que presentarle un nuevo demo y además al nuevo integrante del grupo. Creía firmemente que con ello estarían dentro de la compañía. Esperaba que Young Bae encontrase a alguien que valiera la pena. Tanto había sido su emoción, que fue hasta allí a mostrarle su nueva creación. Sabía que todos tenían su celular apagado debido a las audiciones y de paso, aunque no era muy a fin a estar a ese tipo de eventos, echaba un ojo a los posibles aspirantes al puesto. No obstante, su vecino le había seguido hasta allí y no había nada mejor que subirle los ánimos como la espuma descubriéndole con las manos en la masa.

-¡Por favor bájate de tu nube! ¡No vine por ti!- era mentira. Por supuesto, que no le daría la razón- ¡Vine a audicionar!

-Ahh… ¿en serio?- Ji Yong estaba escéptico de las palabras del pelinegro. Le molestaba que no le confesara la verdad. ¡Era enervante! Mordió su lengua sin querer de tanto apretar los dientes. Le dolió, pero hizo como si ello no hubiera pasado. Tenía su concentración en cierta persona- ¿Por qué no lo demuestras? Supongo que no temerás mostrarnos tu talento, ¿no?

Otra vez le dejó con la palabra en la boca y con el orgullo herido. ¿Cómo podría ser tan detestable aquella persona? Seung Hyun sabía de sobra que no podía escaparse, si lo hacía equivaldría a darle la razón y él sobre su cadáver permitiría eso.

Ji Yong caminó hacia dónde se encontraban sus compañeros. Jaló una silla en al proceso y sentó al lado de Young Bae. Haciendo omiso a las miradas soñadoras de algunas jovencitas. Su mejor amigo le miraba con asombro. Aquél chico había terminado su presentación. Quitándole el micrófono al moreno, quién estaba más sorprendido que antes, decidió llamar al próximo concursante. ¡El tipo mismo se había cavado su tumba! Ya quería ver cómo salía del apuro o mejor dicho no lograba hacerlo. Se sentía malvado, era cierto. Sin embargo no negaba que ese merecía algo de su propia medicina. Con una sonrisa de satisfacción habló.

-Señor Choi- sabía su apellido gracias al doctor Chang- ¿Seung Hyun-sshi está listo para su audición? Puede coger el bajo que está al fondo de la tarima.

Se había dado cuenta que no llevaba ni un instrumento. Mayor sería la humillación de su vecino. ¡Estaba feliz en ese momento!

Seung Hyun avanzó a paso firme en medio de miradas curiosas. ¡Cómo odiaba a Ji Yong en ese momento! ¡Ya se las iba a cobrar! No dejando que se le notara su incomodidad, caminó hacia la tarima.

-Ji… ¿qué haces?-susurró Young Bae una vez recuperado de la impresión. Ji Yong podía ver que sus otros compañeros tenían la misma duda. Lo tenían escrito en sus rostros.

-¿Yo? Nada. Es alguien que vino audicionar- contestó de una manera simple. Por dentro sentía que flotaba en un algodón de azúcar.

-Tú odias venir a las audiciones. Te aburres como una ostra. Por eso prefieres solo ver a los finalistas- el moreno le dijo entre dientes.

-Para todo hay una primera vez querido amigo- en tono cantarín le respondía.

-Estás raro hoy- Young Bae sentía desconfianza hacia su mejor amigo. Entrecerró los ojos tratando de escudriñar sus pensamientos- No es normal en ti.

-Sigo siendo el mismo de siempre, Bae. El mismo Ji Yong desde tus días de secundaria es el que estás viendo-razonó objetivamente. No le importaba que Young Bae le creyese- Además ya tengo la canción. Te la mostraré cuando termine todo esto.

-¿Ya la tienes?

-Sí. Está en mi bolsillo. Vine tan rápido como pude- con una sonrisa le daba su respuesta.

-Igual… algo no está bien contigo-murmuró Young Bae enarcando una ceja.

-¡Aishh… aguafiestas! Mejor prestemos atención a la audición. Parece que ya está listo- Ji Yong señaló con su cabeza al pelinegro.

El moreno obedeció en el acto pues el líder tenía la razón. Ji Yong solo pensaba que tan rápido se derrumbaría su vecino.

-Puedes empezar- habló por el micrófono. Solo Seung Hyun fue testigo de su mirada perversa.

Seung Hyun maldecía la hora que le siguió. Odiaba ser el centro de atención y ahora por culpa del odioso de Ji Yong se encontraba en ese apuro. Había tenido tiempo de observar el local mientras caminaba. El diseño era minimalista, pero lujoso. Se percibía una vibra relajante. Aunque sospechaba que el fin de semana se desataba la locura. Al ver a Ji Yong sentado al lado de los jueces se dio cuenta que él era uno de los integrantes de la banda. ¿Por qué no lo había visto antes? ¡Babo! Pudo ver que le divertía que todo le estaba pasando. ¡Pues no le daría el maldito gusto! ¡Que esperara sentado! Le dio una sonrisa arrogante. ¡Que se tome eso! Con satisfacción vio como se removía un poco de su silla. Aunque no había perdido esa mirada de diversión.

 A su orden empezó a tocar el bajo con maestría. ¿Qué sabía tocarlo? ¡Obvio que sí! En su adolescencia practicó innumerable veces. Aquel idiota no lo sabía. Ya le quitaría esa sonrisita. Incluso había reconocido la marca. Tocó la canción que más había tocado en aquellos años y que era su favorita. Se perdió totalmente en el sonido. A pesar que al principio tuvo pánico, solo en ese momento existía el bajo y él. Podía sentir unas pequeñas gota perlar por su frente. La melodía era tan perfecta, que decir que estaba extasiado era una vil mentira. Era más que eso… era une estado de energía pura que iba creciendo cada vez que avanzaba las notas.  Sentía una bola crecer en su pecho, era tan apasionante lo que sentía. Estaba dando todo de sí mismo. Poco a poco llegaba al clímax de la canción matando de perfección a todo. Sonaba tan… tan… jodidamente bien, que sonrió. Al llegar al punto máximo bajó poco a poco la intensidad de la música… hasta que se tornó suave terminando en las notas exactas. Dejó de tocar y fue consciente de lo que había hecho… y que estaba a la mira de todos. Una ola de aplausos escuchó en ese espacio reducido. Aturdiéndolo por completo. Una sonrisa boba se formó en su rostro mientras se quitaba el bajo y luego se inclinaba agradeciendo los vítores. Pudo ver que Ji Yong tenía la mandíbula tan fuertemente apretada que juraba que podía romperse. Se sentía orgulloso de lo que había logrado en esos tres minutos, lo miró con la barbilla en alto y los ojos brillantes. Dejándole en claro que no había podido con él. Tenía ganado a los demás miembros de su grupo, sus aplausos le daban la razón.

-¡Ahora rapea!- Ji Yong inesperadamente habló por el micrófono.

Toda la habitación se quedó muda, en completo silencio. ¿Habían escuchado bien? Al juzgar por las severas facciones del líder, si hablaba en serio. Aquello descolocó por completo a Seung Hyun. ¿Tan obstinado era? ¿Por qué no le dejaba ser? ¿Se iba morir por no haberse salido con la suya?

-Ji… ¿qué haces?- Young Bae por segunda vez en el día repetía la misma pregunta. Rápidamente se había sentado e interrogado a su mejor amigo. Lo decía algo nervioso y en voz baja, mirando de reojo a las demás personas. Sabía de sobra que ellos estaban tan sorprendidos como él- ¿Rapear?

-Sí. Lo que escuchaste Bae- su voz sonaba dura.

-Ji…

-Nada- luego otra vez llevó su micrófono a la boca- Te estamos esperando. Puedes coger el micrófono del centro- le ofreció simulando ser muy amable.

No. No y no. Era irracional lo que hacía, pero bajo ni un concepto permitiría que aquel tipo le ganara y aparentemente tuviese la razón. ¡Su vecino había estado siguiéndolo y él no era estúpido, ambos lo sabían! Pero… no… tuvo que hacer algo tan inesperado que mandó todo al demonio. Reconocía que aquella presentación había sido fabulosa. ¡Él no debía ganar! No importaba como lo veían ahora. ¡Tenía tanta cólera!

Seung Hyun suspiró profundamente. ¿Hasta cuándo iba a dura todo eso? Ji Yong solo se había limitado a marcarle como enemigo público desde que adoptó a  Charlie y Sam. El castañao peliazul sabía cómo ser un malnacido. Contrastaba tanto con la imagen que había visto en el parque. Esperaba pasar la prueba y tampoco le admitiría otra más. El no iba ser una crucifixión pública para su deleite y su orgullo. Sabía que una más y sería capaz de golpearlo. Él no era dado a la violencia, pero Ji Yong le provocaba ese tipo de pensamientos en ese momento. Caminó hacia al micrófono. Cerró los ojos por un segundo y luego los abrió. Se sentía listo.

-Tengo un sueño loco único en su clase. La noche pasada soñé con luces de salvación. La luz de la juventud es tan caliente. Es una flama ardiente que me consume. Tú sabes. El mañana está viniendo estemos listos o no- no sabía de dónde sacaba aquellas palabras, pero les daba ritmo y forma.

-Vuelve a estudiar. Levántate de aquí. Anda con tus padres. Anda, anda, anda y pide más dinero- el rap fuerte y sin piedad de Ji Yong fue escuchado por todos. Él para sorpresa del todo el mundo había decidido unirse- Solo tienes que ir, salir, salir… oh…. oh…oh.

¡¡Joder!! Ahora le retaba públicamente. ¡Maldito Ji Yong! Entrecerró sus ojos y lo miró fijamente. Él no quería, pero lo había forzado. Oficialmente esto se había convertido en algo personal.

-Solo cierra tu boca y cuida tus palabras- fu directo y crudo. Ji Yong había hecho lo mismo. No había nada que lamentarse. Siguió rapeando- Estás parado aquí, pero no eres nada- al escucharlo Ji Yong tenía su rostro rojo. ¡Cómo osaba decirle eso en su propia cara! ¿Qué no era nadie? ¡Él era alguien!- Escucha, escucha con atención. Tu rap suena como un carro descompuesto. Escucha, escucha mi rap. No te conozco o tus sueños rotos. Yo no sé, yo no necesito saber hacia dónde voy. Ni siquiera crees conocerme, ¿no es así? Mira tú expresión ahora, tienes miedo. Yo siempre estoy bien. Ohh.. Ohh… yeahh.

¡OH NOOOOOO! ¿LE LLAMABA COBARDE? ¿LE DECÍA QUE SU RAP APESTABA? ¡FUCK YOU!

-Escucha, ¿quién soy? ¿Dónde estoy? Di quién soy. Incluso las personas sordas dicen mi nombre. D-I-O-S …. D-I-O-S. Eso es lo que soy. ¡Seré tu felicidad como D-I-O-S! Mi nombre es Dragon. Si no te importa llámame G. Cuando muevo al mundo, tú te sientes mareado.  Todo el maldito día trata de copiarme. G a la D motherfucker. ¿Quién soy yo? Soy de Seúl mothefucker. Sobre los mares y sobre las montañas. Seguiré estando por lo por venir. Siempre soy un caballero, pero si tú me das un micrófono congelo a todos como el hielo, ese es mi hábito.

¡POR DIOS! Todos vieron el sentido de competencia entre ese reto de rap improvisado. Ambos eran tan buenos que no sabían con quién quedarse. Tan directo y sin tapujos eran los raps que nunca habían escuchado tanta honestidad junta.

-No te burles de mí, no es nuevo. Trata y hazme llorar, si tú crees que puedes. ¡Vamos! ¿Eso es lo mejor que puedes hacer? Tendrías que lamentarte siempre el haberme desafiado.  Todo el mundo trata de imitarme. Estoy molesto. Soy un rapero diciendo las líneas que siempre quisiste. Cuando rapeo todo se pone caliente. Hermana y hermano. Soy TOP, el verdadero se acerca pronto. Soy del siglo 21 un extraordinario coreano. Estoy calentando mi boca por primera vez en mucho tiempo. Voy hacer que todos se vuelvan locos. No me importa si tus huesos se derriten, vamos a llegar al final de esa locura. 

Aquella competencia era tan magistral que todos prorrumpieron en vítores aplausos. Sacando del estado de ensoñación en la que ambos se habían envuelto. Sus ojos echaban furia. Ji Yong no creía que pudiera existir alguien que pudiese pararle de esa manera. Aunque detestaba reconocerlo era alguien de su nivel. Sin embargo eso no quería decir que estuviera de buenas migas con él y que se rascarían la espalda en el sauna como dos buenos amigos. No. Para nada. Solo se sentía humillado, no tanto… debido a que se supo defender, pero al fin al cabo humillado.

Seung Hyun no distaba de tener los mismos pensamientos de Ji Yong. La adrenalina se había apoderado de su ser, estaba enojado aún, pero le complacía haber sacado la cara de esa manera. No dejar que por más que quisiera ser su amigo, le tratase de esa manera tan despiadada. Él disfrutó esa segunda prueba, hace años que no rapeaba y era un secreto que él solo sabía. No se consideraba bueno, pero al juzgar por la mirada de admiración del público… tal vez sus pensamientos eran errados. Esa actividad improvisada, particularmente, le hacía sentir que se sacaba cosas de su interior. En comparación de hace algunos minutos atrás, se sentía más ligero. Teniendo su dignidad intacta en una sola pieza bajó de la tarima. ¿Su próxima meta? Dirigirse a la salida y estaba haciéndolo. Lástima que solo quedó en un deseo vano, pues la voz de uno de los integrantes le hizo detenerse en medio de las felicitaciones que recibía.

-¿Puede quedarte?- un rubio le pidió con una sonrisa deslumbrante en su rostro- Eres uno de los finalistas.

¡Mierda! Pero si él no venía por la audición. No podía decirle que no. A regañadientes se quedó. Buscó un lugar alejado de la gente y se sentó ahí, esperando que los pocos pasantes que quedaban dieran sus presentaciones.

Ji Yong sabía muy bien que el resto de su grupo le había echado el ojo a su vecino. Lo veía en sus miradas y es más, estaba completamente seguro que ya habían tomado una decisión. Aún si él votaba en contra, estaba en desventaja. Tres contra uno, era una gran diferencia. Además si apelaba su lado racional y cómo buen músico que él era, su vecino era talento bruto. Encontrar personas así no era fácil y dejarle ir sería una gran estupidez. PERO… y sí, lo ponía en mayúsculas no lo quería ahí. Tenía un dilema existencial en ese sentido. Fuera de lo que pasaba por su mente también sabía que por consideración harían las pruebas a las tres últimas personas que faltaban. Todos se merecían una oportunidad y tampoco se daba las cosas por sentado. Quizá entre esas personas hubiese alguien que pudiese superar a Seung Hyun, aunque fueran pocas las probabilidades. Por primera vez en su vida se agarraba con el alma a ese pequeño porcentaje.

-El siguiente por favor preséntese- susurró por el micrófono. Ahogando un suspiro.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Solo en Moderatto quedaban cinco personas. De las cuales cuatro miraban fijamente a uno. Un par de personas tenían ojos suplicantes, otra de admiración y uno en particular, sentía que el infierno se le venía encima por más que fuera una buena idea todo lo que estaba sucediendo.

- ¿Entonces? ¿Te gustaría formar parte de nuestra banda?- preguntó un moreno ansioso.

Seung Hyun evaluaba las cosas que se le presentaban. Le divertía los rostros de los integrantes de la banda de Ji Yong. La idea de tocar en una banda le era atrayente. Sinceramente él no  tenía nada mejor que hacer en ese momento de su vida. Ya llevaba un par de meses llevando el año sabático que se él se trazó. El año anterior se había graduado. Decidió tomarse un año libre antes de familiarizarse con la empresa de su padre. Todo se vería muy bien, lo malo… era cierta persona que le miraba cruzado de brazos y con una hostilidad pura en su mirada.

-La idea suena muy tentadora. En serio me siento agradecido por haberme elegido- decía las palabras más cuidadosas que podía- Pero…

-Eres talentoso. Lo reconozco y mi banda te necesita- Ji Yong cortó de raíz el discurso de Seung Hyun. Dejó su orgullo del lado, por más que le doliera hacerlo.

Seung Hyun se sentía literalmente anonado. No se esperaba esa declaración de Ji Yong, es más pronosticaba que sería el primero en oponerse. El comportamiento que el líder tenía hacia su persona no era grato. No le veía sentido a su declaración.

-Si es por mí, puedes ver que no me he opuesto-Ji Yong notaba el escepticismo en su mirada. Sin embargo sería sincero. Sentía que todos los ojos en él. Su grupo seguro estaba muerto de curiosidad sobre ellos. Seguro que habían deducido que se conocían desde antes. No alargó más su discurso- Ahora, si quieres saber. Sigo teniendo el mismo concepto de ti y nuestro trato no cambiará. Deberías saberlo. ¿Estás de acuerdo con estas condiciones?

Todo se sumió en silencio, solo las respiraciones rítmicas de ellos se escuchaban. Ji Yong podía oír las preguntas implícitas de sus compañeros. ¿Estás loco, Ji Yong? ¿Quién es él para que lo trates así? ¿Hyung, de dónde lo conoces? Él como una mala persona. No era necesario que abriesen la boca para saberlo. 

Al pelinegro le gustó la sinceridad del líder de la banda. Al menos no era hipócrita. Solo era un detestable de lo peor y parecía que era un profesional, por más rencillas que tuviese con él.

-Está bien. Estoy adentro- con una sonrisa extendió la mano a Young Bae.

-No deberías darme la mano. Si no a nuestro líder- el moreno con una sonrisa divertida le señaló con la cabeza a Ji Yong. Enterándose así de la posición de él dentro de la banda. ¿Por qué no lo sorprendía? Movió su mano hacia el castaño peliazul- Lo siento, ¿trato?

-De acuerdo- Ji Yong se apresuró en darle un firme y rápido apretón de manos- Young Bae verá tu contrato. Es el manager del grupo. Bienvenido- a secas pronunció lo último.

-Gracias. Soy Choi Seung Hyun el nuevo bajista de la banda. Cuiden de mi- dio una inclinación formal en señal de respeto.

-Y el segundo rapero de apoyo- completó Ji Yong- Yo soy el líder, guitarrista, vocalista y rapero.

-¡Yo soy SeungRi!- el menor del grupo muy emocionado fue el segundo en presentarse- Guitarrista y vocalista. ¡Hyung! ¡Tú presentación fue grandiosa! ¡Nos llevaremos bien!

Oír la desbordante energía del pequeño pelinegro hizo reír a Seung Hyun.

-¡Vale!- alcanzó a responder.

-Me llamo Daesung. Soy el baterista, vocalista  y visual de la banda- sonaba educado y sonreía mucho- Me gustó mucho presentación.

-Mucho gusto. ¡Eres el dueño de esa Mapex negra que vi atrás! Tienes buen gusto- le halagó. Ji Yong una vez más ese día se sorprendió. No solo tocaba bien el bajo y rapeaba, si no que tenía conocimiento de instrumentos musicales- ¿Tus platillos son Sabian o Zidijian?

-Son Sabian, hyung. Tengo el kit Sabian B8 PRO- había un dejo de emoción en el timbre de Daesung.

-Buena elección.

-Gracias.

-Bueno… yo soy Young Bae. Soy pianista y vocalista. Ya sabes que también soy maneger de este grupo- el moreno se echó a reír- De aquí vemos tu contrato. Aquí todos componemos, aunque la estrella aquí es… Ji Yong- lo decía con sinceridad.

-¡Claro que no, Bae!-decía el castaño peliazul humildemente- Somos una banda y todos aportamos.

-Sí. Lo que sea-rodando los ojos y no dando mucha importancia a su mejor amigo continuó hablando. Sabía que era humilde. Ya lo conocía- Cuando termine con Seung Hyun hyung, nos muestras tu nueva canción. Tenemos que grabar el demo.

-De acuerdo- habló el líder.

-Ahh… una pregunta. ¿Cómo se llama la banda?- Seung Hyun había caído en cuenta que no sabía el nombre.

-Thousand Miles- el maknae orgulloso del nombre le decía la respuesta.

-¿Por qué así?

-Porque queremos que nuestra música no conozca fronteras. Podría traspasar miles de kilómetros y ser conocida por todos para calmar sus corazones. Eso es suficiente para nosotros- explicó Ji Yong.

-Me gusta- le parecía el nombre perfecto y apropiado- ¿Entonces, vamos Yong Bae?

 El pianista no alcanzó a responderle pues una voz conocida por todos ellos interrumpió el momento.

-Me han dicho que han escogido a un talentoso bajista- vociferaba Dong Wook a la entrada del club con una sonrisa perfecta en su rostro. Quitándose los lentes.

-¿Dong Wook hyung?-preguntó Seung Hyun entrecerrando los ojos.

Los demás rostros se volvieron a él. El pelinegro era una caja de sorpresa andante. Una tras otra había ido soltando, dejándolos cada vez más desconcertados.

-¿Conoces a hyung?-preguntó Ji Yong.

Ni le respondió su pregunta. Dong Wook caminaba a paso rápido hacia ellos.

-¿Seung Hyun?-preguntó- ¡Seung! ¿Qué haces aquí granuja?

Enseguida se colgó del cuello del mencionado. Haciendo evidente que cualquier duda que tuviera la banda se disipara por completo.

-¡¡Eishhh, hyung!! Eso debería preguntarte a ti. Soy el nuevo bajista.

-¡Aigoo! Tú el que dices que ni muerto pisarías este tipo de lugares…. ¿Resultaste aquí?- el mayor de todos se carcajeó a su gusto- Sabes que mi padre también tiene un pequeño negocio de lugares nocturnos.

-¡¡Con razón se me hacía conocido el nombre!!- Seung Hyun razonó y quitó el brazo de su hyung de su cuello- Hay una primera vez para todos- se defendió frunciendo el ceño.

-Pufff…- Dong Wook bufó. Luego se dirigió al resto- Él será un buen hyung. Es una buena persona y sí, he visto el talento de ese chico. ¡Tienen suerte!

-Estamos de acuerdo en eso, hyung- Young Bae respondió- Iremos a firmar el contrato.

-¡Genial! ¡¡Luego les invitaré a almorzar!!

Nadie pudo rechazar la invitación de Dong Wook, por lo que todos asintieron. Desde hoy empezaba una nueva etapa para Thousand Miles.

 

Notas finales:

Ya ven como de van dando las cosas, ¿no? En el próximo y último capítulo sabrán qué es lo que sucederá!!

Quiero agradecer los reviews que recibí en la primera parte. Muchas gracias por el apoyo y sus opiniones <333

Las leo en los reviews. Ahora contestaré los pasados ^^ 

¡¡Hasta el próximo capítulo!!

 

P.D: La canción que me acompañó en mi inspiración de este capítulo es mi primer y único cantante favorito de habla inglesa (hasta el momento) Se llama Phillip Phillips con su canción Ranging Fire <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).