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Entre dos Mundos por La_Oscura_Reina_Angel

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Año 2015: 9 De octubre… Departamento 215 En el centro de Nueva York

 

Ryo Sakurai y Himuro Tatsuya hablaban de tecnicismos legales mientras jugaban ajedrez de forma distraída. Solo trataban de matar el tiempo hasta la vuelta de Kise Ryota en la sala del departamento 215 que habían alquilado. La puerta del departamento se abrió y ambos detuvieron el juego de ajedrez para mirar ansiosos volviendo a respirar con normalidad cuando vieron entrar al rubio.

 

-¿Te… Te enteraste de algo?-pregunto el pequeño castaño tratando de no dejar relucir la ansiedad de su voz, aunque algo de ella se filtro.

 

-¿La Mafia aun nos sigue buscando?-Pregunto Himuro en tono tenso mientras ponía una mano sobre el hombro del castaño para tranquilizarlo, toda esta situación los tenía a todos de los nervios pero a Ryo mucho más que a todos ellos. - ¿Ya dieron con nuestro nuevo paradero o aun estamos seguros aquí?

 

Kise suspiro antes de dejarse caer en uno de los sofás, el tenia soplones entre los vagabundos de Nueva York quienes le daban información por eso el era quien había salido a averiguar.

 

-A las tres peguntas la respuesta es sí. La Mafia ya sospecha donde estamos debemos irnos de aquí a primera hora mañana mismo, no nos podemos arriesgar a permanecer más tiempo aquí.

 

Ryo se tapo la boca cuando noto que se le escapaba un sollozo pero aun así no lo pudo reprimir, de sus ojos castaños pronto estuvieron llenos de lágrimas mientras se tapaba la boca con las dos manos como si así pudiera detener su llanto. Himuro y Kise se miraron con terror no sabían qué hacer para consolarlo. Kise se levanto de un salto y pronto estuvo al lado de Sakurai como Himuro mientras le palmeaban la espalda con suavidad tratando de consolarlo.

 

-No llores por favor Ryo-chii-le pidió el rubio, entendía como se sentía Sakurai desde que esta locura había comenzado el también había sentido mas de una vez ganas de llorar, pero tenía que ser fuerte así que no se lo permitía.

 

-Todo va a pasar Ryo, vamos a superar esto y saldremos de esto-le aseguro Himuro aunque por dentro no se sentía seguro en lo mas mínimo.

 

-¡Es mi culpa! Si yo no me hubiese empeñado en esclarecerse la verdad de ese asesinato y la inocencia del acusado nada de esto hubiera pasado. Esa memoria externa y esa grabación de audio no habrían llegado a nuestras manos y no tendríamos ahora a toda la mafia tratando de matarnos y ponernos a dormir con los peses-Sollozo el más pequeño de los tres asustado. 

 

-No digas tonterías Ryochii-le ordeno Kise serio-Nosotros te apoyamos en ese caso por que quisimos como tu saber la verdad, era un caso justo el que defendías. Así que a última instancia es tan culpa nuestra como tuya que estemos en este lio-le advirtió no permitiría que el más pequeño de los tres cargara con la culpa solo.

 

-Ryota tiene razón, llorando no vamos a lograr nada. Así que deja de llorar y compórtate como un adulto, ya no somos más críos Ryo.-le dijo Himuro con suavidad pero con firmeza.

 

-Tienen razón-asintió Sakurai limpiándose las lagrimas debían ser fuertes. 

 

-Hay que hacer las maletas para irnos de aquí a primera hora-les ordeno Himuro. Los otros dos asintieron de acuerdo en silencio ya no había más que decir.

 

Cuando se paraban para ir a sus cuartos a hacer las maletas la puerta del departamento voló de sus goznes y cinco hombres –tal vez mas- entraron al apartamento, capuchas en el rostro y armas en mano disparando. Sakurai no había procesado bien que había pasado cuando se sintió arrojado al suelo por Himuro y Kise que usando la mesa de café como escudo sacaron sus propios revólveres que llevaban desde que toda esta locura había comenzado devolviendo el fuego. De pronto tres chicos vestidos de negro, sin capuchas y con cabellos llamativos entraron al apartamento y todo fue aun mas demente de lo que ya era. Los recién llegados se movían a una velocidad tan infernal que incluso para la buena vista de Kise era difícil seguirlos. Los recién llegados disparaban contra los encapuchados que seguían llegando como las cucarachas.

 

Sakurai se encogió aun mas en el suelo entre tapándose los oídos y dejando escapar un grito de puro terror desde lo profundo de su alma, se escuchaba como el grito de una banshee. De pronto el chico mas masculino y sexy que Sakurai hubiese visto en toda su vida, estaba a su lado rodeándolo con uno de sus morenos y fuertes brazos para ayudarlo a levantarse. Aduras penas Ryo Sakurai pudo apartar sus ojos de ese dios moreno para buscar con la vista a sus dos primos. Himuro y Kise estaban junto al pelirrojo y el peliceleste al otro extremo del departamento. Más ruido por las escaleras del pasillo, les indico a los presentes que otra carga seguramente de matones se acercaba.

 

-Salgamos de aquí-ordeno duramente el pelirrojo. Pero ni bien hubo terminado de decir las palabras cuando más hombres salieron de las escaleras del pasillo, realmente eran como cucarachas saliendo de una alcantarilla. Uno de ellos disparo directamente hacia Kise, Sakurai solo pudo gritar viéndolo todo como si pasara a cámara lenta, Himuro palideció de pie contra la pared, el pelirrojo se volteo con el revólver en alto cubriendo con su cuerpo a Himuro, el moreno solo interpuso su brazo entre Sakurai y el aire para impedirle avanzar y el chico de cabellos celestes, estaba de pronto frente a Kise recibiendo el impacto de la bala destinada al rubio en medio de la frente y cayendo hacia atrás en el suelo. Los ojos dorado de Kise se dilataron con espanto viendo a sus pies al peliceleste ahora cubierto de sangre con un agujero en su frente a sus pies, el grito del rubio obligo a Sakurai a taparse los oídos mientras veía a Kise levantar el arma a un en su mano con los ojos llenos de odio al disparar al matón que había disparado al pequeño y pálido chico celeste. De pronto, Himuro, Kise, y el moreno y el pelirrojo de nuevo estaban desatando una lluvia de fuego mientras Sakurai había sido una vez más empujado contra el suelo y solo podía ver la espalda del moreno desde donde estaba aterrado, su cuerpo temblando por completo y aun las manos en sus oídos no podían cubrir el atronador ruido de los disparos.  Sakurai miro al suelo y vio al celeste aun en el rodeado por un charco de sangre, como pudo se arrastro por el suelo hacia el chico tratando de ver entre las lagrimas que caían de sus ojos hasta que llego donde él.

 

-Despierta por favor. No te mueras-suplico el castaño con su rostro congestionado por el llanto tocando el rostro ensangrentado del de cabellos celestes ahora manchados de sangre. Ante el asombro de Sakurai, los ojos celestes del chico se abrieron mientras la bala salía de su frente cayendo al suelo y la herida cerraba sola sin tan siquiera dejar una marca.

 

-Odio cuando esto pasa, duele como una puta-susurro el de cabellos celestes para si mismo y mirando hacia Sakurai le sonrió extendiendo una mano y tocando su mejilla, limpiando algunas de sus lagrimas-Tranquilo, estoy bien. Pero fue lindo que te preocuparas.

 

Sakurai apenas podía respirar mientras veía en shock al de cabellos celestes levantarse del suelo como si nada tomando el arma que había caído al suelo cuando le dieron. Pero antes de que pudiera procesar todo y enloquecer vio a uno de los matones que habían caído levantarse con una cuchilla en la mano y correr hacia Himuro.

 

-¡Tatsuya!-Grito con desesperación.

 

Pero antes siquiera de que Himuro se diera la vuelta, el pelirrojo se había movido tomando al matón del cuello como si no pesara nada y como si este no fuera más alto que él y entonces lo había acercando hacia y le había arrancado la tráquea con los dientes, luego lo dejo caer al suelo y se limpio la boca con el reverso de la camisa antes de seguir luchando. 

 

Y esto junto con lo del celeste que se levanto como Lázaro fue más de lo que pudo soportar Sakurai en absoluto shock en el suelo. Kise y Himuro dejaron caer las pistolas de sus manos y se quedaron tan petrificados como el más joven de ellos. Su cerebro tenía problemas para procesar lo evidente. Vampiros… jodidos y puntos vampiros.

 

Sakurai vio por el rabillo de su ojo a un hombre acercarse a su posición, una parte del quería correr, moverse pero otra simplemente no podía reaccionar tan siquiera se podía mover, y entonces el dios moreno estaba ahí y con sus manos rompió el cuello del hombre. Y al fin Sakura pudo reaccionar y solo fue para gritar y gritar y gritar. Sus escalofriantes gritos sacaron de su petrificación a Kise y Himuro que corrieron hacia Sakurai arrastrándolo hacia detrás de ellos para protegerlo. La batalla había cesado de momento, el peliceleste dejaba caer al suelo al último de los matones. El suelo del departamento estaba lleno de cadáveres.  

 

-Vamos tenemos que irnos-repitió el pelirrojo dando un paso hacia los tres.

 

-¡No!-Exclamaron Kise y Himuro a la vez extendiendo sus manos hacia delante para que el pelirrojo no se acercara más, no cuando Sakurai estaba detrás de ello. No dejarían que se comieran a su pequeño primo.

 

-No ahora, pónganse histéricos luego, ahora vámonos antes de que llegue la policía o vengan mas-dijo el peliceleste con desesperación.

 

-¿Para qué nos maten? ¡No gracias!-chillo Sakurai abrazándose a las piernas de Kise quien pudo sentir a su primo pequeño temblar de pies a cabeza.

 

-Si no se mueven ahora mismo van a ser cadáveres y no será por nosotros-aseguro el dios moreno con tono sarcástico.

 

Kise y Himuro se arrojaron sobre los otros tres, Himuro fue a por los dos mas pequeños el pelirrojo y el peliceleste mientras que Kise se arrojo sobre el moreno… o al menos esa era la intención.

 

-¡Corre Ryo!-Le gritaron al momento de saltar sobre aquellos monstruos.  Sakurai corrió como si de eso dependiera su vida fuera del departamento a buscar ayuda, pero no había llegado a la puerta cuando se sintió encerrado por unos fuertes brazos antes de ser alzado como un saco de patatas y arrojado sobre un hombro… la espalda morena le dijo quien era. El plan de sus primos no había salido bien, Kuroko había interceptado a Kise, su primo mucho más grande que el pequeño celeste yacía de rodillas en el suelo con su brazo torcido a la espalda por el peliceleste que solo usaba una mano. Himuro estaba contra el suelo bocabajo con el pelirrojo regiamente sentado sobre su espalda.

 

-Tranquilízate o realmente te usare para merendarte-le advirtió el moreno a Sakurai cuando este comenzó a patalear sobre su hombro.

 

-¡NO! No te comas a Ryo-grito Kise forcejeando sin éxito para liberarse del celeste. El moreno le sonrió con burla al rubio y encabezo el camino a la salida con Sakurai sobre su hombro como si este no pesara nada.

 

-Camina y no intentes nada raro ricitos de oro-le dijo el celeste con voz plana a Kise poniéndole el cañón del arma en las costillas y obligándolo a levantarse para ir detrás del moreno y su saco castaño de patatas. El de escalofriantes ojos bicolor se limito a mirar al pelinegro quien no dijo nada y solo camino frente al pelirrojo preocupado por el rubio y el castaño. El pelirrojo cerraba la comitiva que bajaba por las escaleras con su pistola en la mano por si el pelinegro se ponía ingenioso.

 

Una vez en la calle los llevaron a un callejón donde tres autos deportivos de color negro estaban ocultos, el moreno tiro a Sakurai dentro de uno y subió después el cerrando la puerta con llave, Kise fue obligado a subir a otro con el peliceleste. Y el pelirrojo le abrió a Himuro la puerta con una sonrisa burlona haciéndole un gesto para que entrara. Himuro lo miro con rabia pero entro sin mas remedio siendo seguido por el pelirrojo que encendió el auto. Los habían separado en tres autos a los tres por ahora no podrían hacer nada no arriesgándose a dejar a los otros dos atrás.

 

Mientras conducían por horas y horas por caminos desconocidos, Himuro trataba de pensar en un plan para sacar de ahí con vida a sus primos. Kise se sujetaba a lo que podía resando por salir vivo al viaje con ese terrorista al volante que para colmo ni expresiones faciales tenia mientras guiaba como un puto demente. Kise comenzaba a creer que terminaría como sus padres, sus hermanos y sus dos tíos, muerto en un accidente de coche. Por su parte Sakurai solo tenia su mente en blanco él quería volver con sus primos a cada rato miraba por el retrovisor para asegurarse de que los otros dos autos aun los seguían.

 

Después de horas y horas de viaje cuando el alba comenzaba a despuntar llegaron a un pueblo abandonado parecía salido de alguna película de terror. Como una mala película, una desvencijada pared de piedra se hizo a un lado y los tres autos estacionaron dentro. El interior de la cueva a diferencia del exterior dejo a los tres primos en shock, de fuerte metal era un hangar con diferentes tipos de vehículos casi parecía la cueva de batman. Fueron obligados a bajar de los autos y los tres primos corrieron a rencontrarse, Kise se veía pálido y parresia a punto de vomitar por lo que Himuro y Sakurai lo sostuvieron mientras este se asentaba. Pero apenas tuvieron un minuto cuando fueron obligados a caminar, la cueva tenía un paso marítimo que daba a un desembarcadero oculto con diferentes yates. Fueron obligados a subir a una lancha rápida y para el más absoluto terror de Kise, aquel demonio de cabellos celestes se puso al volante de la lancha. Himuro, y Kise se mantuvieron con Sakurai abrazado entre ambos rezando por llegar vivos a donde fuera que fuera que se dirigían. Ya el sol comenzaba a salir cuando vieron una pequeña isla y un enorme castillo. La lancha se detuvo en un desembarcadero en esa isla y cuando los tres primos pudieron bajar no pudieron resistir el deseo de vomitar después de tan demente viaje.

 

El moreno, el pelirrojo y el peliceleste dejaron que vomitaran hasta el desayuno del dia anterior sin inmutarse. Cuando Himuro, Kise y Sakurai ya habían vomitado todo entonces los obligaron a caminar dentro del castillo a empujones. Los tres no tuvieron mucho tiempo para impresionarse por el enorme y bien cuidado castillo o sus hermosos jardines, antes de ser llevados adentro y obligados a tomar asiento en un enorme salón con una chimenea apagada.

 

-¿Quiénes son ustedes?

 

Se armo al fin de valor Himuro haciendo la pregunta que sus otros dos primos también se morían por saber.

 

-Por ahora sus guardaespaldas. Yo soy Akashi Seijuuro. Y ellos son mis hi… ellos son Kuroko Tetsuya y Aomine Daiki.-Los presento el pelirrojo de ojos bicolor.

 

-¿Eh? ¿Cómo Kuroko Tetsuya desaparecido en 1640 y Aomine Daiki desaparecido en 1645?-pregunto Sakurai parpadeando impresionado. Todos le miraron desconcertados. -¡Gomen!-Exclamo nervioso haciendo tres reverencias corridas-Ku….Kuroko Tetsuya desapareció en 1640, era la rosa de los Kuroko, el hijo más amado, dicen que se suicido porque sus padres no apoyaban su matrimonio con Aomine Daiki, hijo de una esclava y un aristócrata. Aomine Daiki en 1645 sin poder soportar más la vida sin su amado también se suicido. Estaba en uno de los libros de nuestra vieja biblioteca-susurro Sakurai mirando sus manos.

 

El moreno y el peliceleste intercambiaron una mirada divertida.

 

-Bueno si somos ese mismo Kuroko y ese mismo Aomine. Pero te aseguro que esa historia no es cierta. Los padres de Tetsu nunca estuvieron en contra de nuestro compromiso y como pueden ver no nos suicidamos… no somos Romeo y Julieta-se burlo el moreno divertido.

 

-Son… Son vampiros-dijo Kise y no fue una pregunta-¿Cómo? –trato de entender la lógica de que algo que no debía existir existiera porque era un hecho que esos tres no eran simples humanos.

 

-Una historia para otra ocasión. Por ahora coman-ordeno Akashi mientras un mayordomo de cabello verde, entraba con un carito cargado con el desayuno que sirvió en la mesa.-Gracias Midorima- despidió Akashi al sirviente. Los tres vampiros se dirigieron a la mesa y mas dudosos los tres primos los siguieron.

 

Himuro, Kise y Kuroko se centraron a la mesa, pero a pesar de lo deliciosos que se veía todo no se atrevieron a tocar nada desconfiados.

 

-¿Creen que los envenenaríamos?-pregunto Kuroko con voz plana-si eso fuera nuestra intención no los abríamos salvado primero que todos-les dijo.

 

-Pueden comer no está envenenado-se burlo el moreno tomando un pedazo de pan y dándole una buena mordida- ¿Lo ven?

 

-¿Los vampiros comen?-se le escapo a Kise antes de poderlo pensar.

 

-No lo necesitamos pero podemos hacerlo-le dijo Kuroko encogiéndose de hombros tomando un poco de café para demostrárselo. Al final y con algo de duda Kise, Kuroko y Himuro se armaron de valor para tomar un poco de desayuno. El desayuno estaba mejor de lo que creían y pronto los tres devoraban su desayuno. Cuando lo terminaron, Akashi sirvió el te para los tres.

 

-Té de Tila, les vendrá bien para relajarse-dijo moviendo su tasa suavemente y tomándosela. Después de que el bebió los tres recién llegados también lo hicieron más confiados después de todo el se te sirvió de la misma tetera. Apenas habían terminado el te, cuando se escucho el ruido de las tazas al caer y los tres primos estaban durmiendo profundamente, Sakurai con la cabeza sobre la mesa, Kise y Himuro con las cabezas contra el espaldar de las sillas y las manos cayendo a un lado.

 

-El té contiene un poco de somnífero-cometo Kuroko tranquilamente a los tres inconscientes abogados-pero ni los medicamentos ni los venenos tienen efectos contra nosotros.

 

-No estamos lo suficientemente vivos como para que puedan tenerlo-sonrió Aomine divertido.

 

-Llévenlo a las habitaciones-ordeno Akashi mirando fijamente a sus problemáticos encargos.

 

 

 

Notas finales:

Bueno e aqui el primero encuentro de nuestros humanos y nuestros vampiros, nunca he sido buena con las escenas de accion asi que espero que haya quedado bien y les guste. Por otro lado a pesar de llevar un buen ritmo de acutalisacion este fic no a tenido una muy buena acojida supongo que por la pareja o por que simplemente no es muy bueno, no lo se, igual yo le agradesco a Sailor cosmos es la unica que se lo a leido capitulo a capitulo, asi que gracias si no fuera por tus comentarios creo que dejaria de subirlo ^^ 


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